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CORPORACIÓN UNIVERSITARIA DE ASTURIAS

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PREGUNTAS TALLER #1 – DERECHO MERCANTIL Y DE SOCIEDADES
OCTAVO (VIII) SEMESTRE

Grupo de Competencia Desleal y PI de la Delegatura para Asuntos Jurisdiccionales


https://www.youtube.com/watch?v=5LhdD8KUACQ

La delegatura para asuntos jurisdiccionales. Es la dependencia en la superindencia de industria y


comercio, encargada de proteger los intereses tanto de consumidores como empresarios, es decir que trabaja
para garantizar el buen funcionamiento del mercado.

Preste atención al siguiente caso para que usted como empresario o representante legal de una empresa se
pueda defender de las prácticas desleales del mercado que atente contra los derechos que usted adquirió
como empresario legalmente constituido.

Ejemplo: Hamburguesas el Vaquero, empresa que surgió de la unión de un chef y un ingeniero de alimentos
emprendedores, pensando en renovar la comida rápida que se consume en el país, abrieron su restaurante
hace 3 años, y hoy en día tiene sucursales en todo el territorio nacional.

Un día recorriendo diferentes restaurantes en la ciudad para inspirarse se encontraron con un restaurante que
tenía el nombre y la imagen muy parecido a su marca “Hamburguesas el vaquero”, que habían registrado en
la Superintendencia de industria y comercio. Es en estos momentos cuando el grupo de competencia desleal y
propiedad industrial de la superintendencia de industria y comercio, que actúa como un juez de la república
para lograr que la competencia entre los empresarios sea de manera leal, puede ayudar a “hamburguesas el
vaquero S.A.S”, para garantizar el respeto de sus derechos de propiedad industrial y contrarrestar el efecto de
la competencia desleal.

1. Lo primero que debe hacer el representante legal “Hamburguesas el vaquero S.A.S”, es hablar
directamente con el representante de la empresa que está atentando contra sus derechos y promover
una conciliación entre ambas partes. Si la conciliación fracasa puede solicitar ante la superintendencia
de industria y comercio que se decreten medidas cautelares que se resuelven en un término promedio
de 48 horas. Estas medidas que son como los primeros auxilios que se ofrecen al demandante impiden
que se sigan cometiendo el acto desleal de infracción a su marca.
2. En segundo lugar, debe tramitar una demanda de acuerdo con el código de procedimiento civil y el
código general del proceso, que será decidida mediante sentencia judicial en el tiempo promedio de
ocho (08) meses. También puede solicitar en la demanda que se impida el comportamiento ilegal
prohibiendo su continuación. Se expidan órdenes dirigidas a remover los efectos derivados del
comportamiento ilegal y se condene al demandado a pagarle una indemnización por los perjuicios que
le hubieran causado con el comportamiento ilegal.

Señor empresario recuerde que el grupo de competencia desleal y propiedad industrial está aquí para proteger
sus derechos como empresario y promover la sana competencia. Ya que la lealtad entre los diferentes
sectores del merado incentiva la creación y producción de mejores productos e impulsa la economía de un
país que ven la innovación y la diferenciación una base fundamental en el camino a su desarrollo.
Colombia lucha contra el poder de los carteles que controlan los precios de los
productos básicos
https://cnnespanol.cnn.com/2016/04/25/colombia-lucha-contra-el-poder-de-los-carteles-que-controlan-los-precios-
de-los-productos-basicos/

(CNN Español) — Un grupo de empresarios del sector de los cuadernos en Colombia podría recibir una
multa superior a los 22 millones de dólares en los próximos días por presuntamente haber formado una
alianza anticompetitiva para controlar los precios de estos productos durante 14 años.

Así lo establece el resumen del Informe Motivado de la Superintendencia de Industria y Comercio (SIC) que
esa institución le entregó a CNN en Español y que contiene apartes de la investigación a tres grandes
empresas por la conformación ilegal de alianzas empresariales para evitar la llamada “guerra de precios” en
el sector de los cuadernos.

Las compañías investigadas por este presunto cartel son Carvajal Educación S.A.S, Colombiana Kimberly
Colpapel S.A. y Scribe Colombia S.A.S. Estas dos últimas podrían ser exoneradas del 100% de las multas,
pues suscribieron acuerdos por colaborar con la SIC, un mecanismo jurídico que permite a la autoridad de
competencia otorgar beneficios a los participantes en carteles empresariales a cambio de su información
para detectar, desmantelar y sancionar esas prácticas anticompetitivas.

Según el resumen del Informe Motivado de la SIC, el acuerdo entre empresarios surgió desde 2001 para
“fijar directa e indirectamente los precios de los productos del mercado de cuadernos” con lo que se incurrió
en “prácticas restrictivas de la libre competencia económica”. El delito es conocido también como colusión,
por el medio del cual las empresas —en este caso—pactan cobrar más de lo que corresponde por un producto
o servicio.

“[Las empresas] participaron en un acuerdo permanente e ininterrumpido para la fijación de precios mediante
la concertación del precio de venta de los productos, el porcentaje de incremento y el de descuento que
podrían conceder a los canales de comercialización”, dice el informe del superintendente delegado a cargo de
la investigación.

Se espera que en los próximos días el superintendente de Industria y Comercio, Pablo Felipe Robledo,
establezca si se interpondrá la multa a este sector empresarial.

La concertación de estas alianzas anticompetitivas se hizo a través de reuniones periódicas en varias ciudades
del país y la comunicación directa entre funcionarios de la compañía que pusieron en marcha los acuerdos “a
través de llamadas telefónicas, correos electrónicos y mensajes de texto de WhatsApp”, dice el apartado
sobre las pruebas del informe.
Carvajal no se ha pronunciado oficialmente sobre las investigaciones de la SIC. Una fuente cercana a la
empresa Carvajal le dijo a este medio que la compañía está atendiendo los requerimientos de la SIC dentro de
las investigaciones que se adelantan y que como “decisión corporativa” decidieron no ser parte de las
empresas delatoras.

Un funcionario de la empresa Scribe de Colombia dijo que hasta que no se dicte una sentencia por parte del
superintendente “no se dan declaraciones al respecto”.

La casa matriz de Kimberly Clark en Estados Unidos le dijo a CNN en Español que “la investigación de los
cuadernos por la SIC está relacionada a un negocio que Kimberly Clark vendió en 2011 y desde entonces la
compañía no tiene ninguna conexión con ella”.

“Kimberly Clark Colombia ha ofrecido a la SIC su completa y absoluta cooperación en la investigación de


los cuadernos, y seguirá haciéndolo”, añade la oficina principal de esta compañía en un correo electrónico
enviado a CNN.

Otros carteles

El fenómeno de los carteles en Colombia no es nuevo. En los últimos años, la Superintendencia de Industria
y Comercio ha descubierto que se han puesto en marcha al menos once presuntos esquemas en
organizaciones empresariales que están siendo investigados para determinar si se trata de carteles. Mientras
avanzan las pesquisas en la SIC se refieren a ellos como “presuntos carteles” hasta que puedan determinar si
hubo un acto de “cartelización”, explica el Superintendente Pablo Felipe Robledo.

Una de las multas más representativas fue impuesta en 2015 a Asocaña y 14 empresas más del sector
azucarero colombiano por cartelización empresarial “para obstruir de manera concertada, coordinada y
continuada, las importaciones de azúcar hacia Colombia provenientes Bolivia, Guatemala, El Salvador y
Costa Rica”. El sector fue multado con 320.000 millones de pesos (105 millones de dólares), una suma que
no supera el 7% de sus ingresos anuales ni el 7% de su patrimonio, según indica la SIC.

Luego de conocerse la sanción, Asocaña dijo que no comparte la decisión adoptada por la SIC y enfatizó en
que “no ha existido ni existe cartel de precios del azúcar” y que la Superintendencia “no tiene competencia
para modificar un mercado regulado por el Estado”.

“Ante la inexistencia material de los hechos y de su impacto en los mercados, es obvio que, ni Asocaña ni los
ingenios, ni sus directivos y representantes legales, causaron daño alguno a los denunciantes, ni al mercado
nacional, ni mucho menos a los hogares colombianos”, dice la entidad en un comunicado de ocho puntos
emitido el 31 de diciembre de 2015.
Lo que para muchos puede ser una sanción monetariamente baja por parte de la SIC busca castigar a las
empresas que incurran en estas prácticas, pero no que salgan del mercado por cuenta de las multas que se les
impongan, según le explicó la autoridad a CNN en Español.

“Esto sería un contrasentido ya que se busca que haya más agentes del mercado en un sector. Resultaría
contradictorio que un jugador tenga que salir en virtud de las multas”, dice Pablo Felipe Robledo. “Las
autoridades se cercioran que las multas no sean lapidarias”.

En 2009 las autoridades sancionaron con 745 millones de pesos (246.000 dólares) a dos compañías del sector
del cacao por cartelización; en abril de 2015 la SIC sancionó a dos empresas arroceras por estos mismos
hechos con una cifra superior a los 33.000 millones de pesos (unos 10.900 millones de dólares).

En ese entonces la Organización Florhuila, sancionada por la Superintendencia, negó su participación en el


cartel.

“La Organización Roa Florhuila S.A. reitera que nunca ha hecho pactos de precios con sus competidores para
crear distorsiones que perjudiquen a los consumidores o alianzas que atenten contra la competencia abierta y
legal, como en forma malintencionada se ha querido informar al país”, dice en un comunicado.

También se investiga la presunta existencia de los carteles de los pañales (que habría aumentado los precios
de este producto entre los años 2000 y 2013), de las subastas ganaderas; del cemento (que está en etapa
probatoria), de la seguridad privada, y del papel higiénico. En este último caso, el Grupo Familia, una de las
empresas a las que se le elevó pliego de cargos, reconoció su participación en esta asociación ilegal, despidió
a dos empleados y suspendió por tiempo indefinido al gerente general de la empresa Familia.

“Grupo Familia reconoce plenamente los errores que cometieron en el pasado algunos de sus directivos y
otros empleados y acepta su responsabilidad”, escribió la compañía en un comunicado. “La compañía
expresa su arrepentimiento sincero por su participación en los hechos investigados por la Superintendencia
de Industria y Comercio”.

El coletazo internacional

“De la reunión con las personas de Kimberly de la semana pasada quedó (sic) como objetivo principal el
promover el aumento de precios en Venezuela, Colombia y Ecuador”.

Este es un aparte de un correo electrónico que fue enviado el 18 de febrero de 2002 por el gerente global de
operaciones de Carvajal S.A., enviado bajo el asunto “Reunión pasada semana con Kimberly” y hace parte
del acervo probatorio de la investigación. Allí el directivo describe la intención de la empresa Kimberly de
“participar mucho más en los negocios [de cuadernos] de los otros dos países” y concretar la estrategia a
seguir para la temporada escolar de la sierra ecuatoriana.
Las autoridades de Venezuela y Ecuador no se han pronunciado sobre estas investigaciones.

Pero en Perú el Instituto Nacional de Defensa de la Competencia y de la Protección de la Propiedad


Intelectual, Indecopi, informó a finales de 2015 que inició un procedimiento administrativo para sancionar a
Kimberly Clark por haber acordado fijar precios y condiciones comerciales de papel higiénico en perjuicio de
los consumidores peruanos entre 2005 y 2014.

Las oficinas centrales de Kimberly Clark en Estados Unidos no respondieron a CNN en Español con
comentarios sobre estos hechos.

En agosto de 2015 las autoridades venezolanas reportaron el decomiso de 6.846 cuadernos de 100 hojas
marca Caribe en el estado Barinas con un precio especulativo de 150 bolívares cuando su precio justo es de
64 bolívares, “evidenciando un margen de ganancia en 205%”, de acuerdo con la Superintendencia de
Precios Justos de Venezuela. Sin embargo no está relacionado con las investigaciones que adelanta la SIC en
Colombia.

‘Colombia no es un país de carteles’

Pablo Felipe Robledo, Superintendente de Industria y Comercio, dice que el hecho de que en Colombia se
haya destapado la existencia (o presunta existencia) de por lo menos 11 carteles empresariales, no significa
que “sea un país de carteles”.

“Considero que en Colombia hay carteles empresariales como en cualquier país del mundo”, dice Robledo.
“El hecho que se encuentren carteles reconoce su existencia, pero más grave sería —como ocurre en otros
países— que la autoridad no sea capaz de detectar la presencia de ningún cartel”, añade.

“Ningún país es inmune a estas prácticas” dice un documento de la Organización para la Cooperación y el
Desarrollo Económico (OCDE) sobre carteles empresariales. “Los participantes de los carteles suelen estar
bien organizados, tienen muchos recursos y tienden a actuar en secreto”.

Según Nathan Jaccard, autor del libro ‘La Rosca Nostra’, una investigación sobre el fenómeno de
cartelización en Colombia, la situación de los carteles en ese país se da debido al oligopolio en algunos
sectores, ya que el mercado es manejado por pocas empresas que usualmente coinciden en eventos sociales
donde iniciaban las “conversaciones exploratorias”, para luego convertirse en una política empresarial.

“[Las órdenes ] vienen directamente de presidencia [de las empresas] y movilizan todos los sectores de las
empresas: ventas, comercial, producción, etc. Todo el mundo está movilizado en función del cartel”, explica
Jaccard.

En esto coincide la OCDE, que asegura que “en una economía pequeña, la élite empresarial puede estar en
condiciones de limitar la producción y aumentar los precios mediante la colusión tácita (cartelización)”.
Aumento de precios

Según Pablo Felipe Robledo, cuando hay cartelización los precios pueden aumentar en promedio entre 25 y
30%, pero hay casos en los que han subido hasta en un 60%.

“Cuando hay libre competencia de mercado los productos tienen el mejor precio posible, más barato, de
acuerdo con las condiciones propias del sector”, explica Robledo.

La gravedad del asunto está en que los productos que fueron susceptibles a alza de precios artificial son
productos de la canasta básica, dice Nathan Jaccard.

Los consumidores son las principales víctimas de los carteles empresariales porque el dinero adicional que
invirtieron comprando los bienes y servicios de estas empresas podría tardarse mucho tiempo en ser devuelto,
si es que es que las demandas de organizaciones de clientes tienen éxito.

“Esa platica se perdió”, dice Jaccard en un tono muy colombiano.

“Es muy difícil. Por eso es que las multas tratan de ser muy altas porque finalmente es un dinero que en
teoría vuelve al Estado y debería volver a repartirse entre los ciudadanos”, agrega.

Colombia no es un país de carteles, dicen Robledo y Jaccard. “Es un país que lucha contra los carteles”,
añaden.

La misma OCDE reconoce la lucha en Colombia para desmantelar estos carteles empresariales que “le cuesta
a los gobiernos enormes sumas de dinero cada año que se podrían usar para financiar proyectos importantes y
necesarios relacionados con infraestructura, atención a la salud y educación, entre otros”.

Se espera que en los próximos días la Superintendencia de Industria y Comercio se pronuncie sobre las
multas a varias de las empresas investigadas por asociación ilícita para imponer precios para que a través de
estas sanciones se envíe un mensaje a la sociedad de que “hay que respetar la libre competencia, pues
irrespetarla puede generar grandes sanciones”, puntualiza Robledo.

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