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UAPA
ESCUELA DE NEGOCIOS
MERCADEO
ASIGNATURA:
ESPANOL II
FACILITADOR:
RAMONA ACOSTA
REPÚBLICA DOMINICANA
2013
TIPOLOGIA TEXTUAL
Ejercicios de asimilación
Etapa expositiva: es la fase en que se presentan los personajes, así como también
la época y el ambiente en que se desarrolla la acción.
Nudo o trama: se ponen en acción los hilos de las circunstancia que, en
consonancia unas veces y en disonancia otras, envuelven a los personajes.
Es donde se resuelven todos los conflictos.
3.- Explica cuál es la función del narrador y define los tipos más usuales.
Tipos de narrador
La exposición tiene como objetivo "presentar una cuestión con el deseo de hacerla
conocer y comprender a otras personas". Requiere un conocimiento global de la cuestión
y exige un desarrollo progresivo y articulado de las ideas que contribuyen a su
manifestación.
Como ya se dijo, el texto expositivo debe ser entendible. Para esto, existen muchos
recursos lingüísticos que el emisor debe usar a conciencia:
- La descripción en detalle es un pilar del texto expositivo. Este tipo de discurso se basa
en la pormenorización de las nociones que queremos transmitir.
- A través de comparaciones con otros conceptos, con los cuales el receptor quizás esté
más familiarizado, se logra mejorar la interpretación y comprensión del texto.
Aprender a pensar
‘El señor Whitson nos enseñaba ciencias naturales en sexto año de primaria. El primer día de
clases, su exposición trató de una criatura llamada gatiguampo, animal nocturno y mal adaptado
al medio biológico, que se extinguió durante la Era de las Glaciaciones. El maestro hizo pasar un
cráneo de mano en mano, mientras explicaba el tema. Todos tomamos notas y, más tarde,
contestamos un cuestionario sobre esa lección.
Cuando me devolvió mi prueba me quedé boquiabierto: una enorme equis roja tachaba cada una
de mis respuestas. ¡Estaba reprobado! ¡Debía de haber algún error! Había repetido al pie de la
letra las palabras del maestro. Inmediatamente supe que toda la clase había salido reprobada.
¿Qué había ocurrido?
Muy sencillo, nos explicó el señor Whitson. Él había inventado ese cuento del gatiguampo. Jamás
había existido tal especie. Por lo tanto, cada uno de los datos de nuestras notas era incorrecto.
¿Acaso queríamos que nos aprobara por contestar falsedades?
Huelga decir que nos pusimos furiosos. ¿Qué clase de prueba era esa? ¿Y que clase de
maestro era éste?
Tendríamos que habérnoslo imaginado, prosiguió el señor Whitson. En efecto: mientras circulaba
entre nosotros el cráneo (que era de gato), ¿acaso no nos había dicho que no había quedado
ningún vestigio del animal? Había hablado también de su visión nocturna, del color de su piel y de
otras muchas características de las que él no podría haberse enterado. Para colmo, le había
puesto un nombre ridículo, y ni así habíamos maliciado la artimaña. Nos informó que anotaría los
ceros de nuestras pruebas en las actas de exámenes oficiales.
El señor Whitson agregó que esperaba que hubiéramos aprendido algo de esa experiencia: los
maestros y los libros de texto no son infalibles. Y nadie lo es. Nos recomendó no permitir que
nuestras mentes se adormecieran y tener siempre la disposición de hacer una investigación por
nuestra propia cuenta. Y cuando estemos seguros, después de habernos documentado, tener el
valor expresar nuestra inconformidad si el maestro o el libro de texto nos parecen errados.
Cada lección del señor Whitson constituía una aventura. Todavía hoy recuerdo, casi de principio a
fin, algunas de sus disertaciones. Un día nos dijo que su Volkswagen era un organismo viviente.
Tardamos dos días en armar una refutación que le pareciera aceptable. No se dio por satisfecho
hasta que le demostramos no sólo que sabíamos lo que era un organismo viviente, sino también
que teníamos la entereza de defender la verdad.
Aplicamos nuestro nuevo escepticismo a todas las materias de enseñanza. Esto ocasionó
problemas a los demás maestros, quienes no estaban acostumbrados a que los contradijeran.
Nuestro maestro de historia, por ejemplo, disertaba sobre cualquier tema y, de pronto, se oían
carraspeos y alguien susurraba: “gatiguampo”.
No he realizado ningún gran descubrimiento científico, pero las lecciones del señor Whitson nos
infundieron a mí y a mis compañeros algo igualmente importante: el valor civil de mirar a las
personas en la cara y decirles que están en un error cuando nos hemos informado
convenientemente acerca del asunto. También nos enseñó que esta actitud puede ser divertida,
pero sobretodo, resulta provechosa.
Ejercicios
Si porque para aprender tenemos que pensar, hay que indagar sobre lo que no
conocemos confirmar que es cierta la investigación.
El segundo párrafo
Cuando me devolvió mi prueba me quedé boquiabierto: una enorme equis roja tachaba
cada una de mis respuestas. ¡Estaba reprobado! ¡Debía de haber algún error! Había
repetido al pie de la letra las palabras del maestro. Inmediatamente supe que toda la clase
había salido reprobada. ¿Qué había ocurrido?
1.- Descripción Mariana se presentó. Es una joven diminuta con una mata de pelo negro
que parece envolverla toda. Delgada y de buena figura, exhibe sin rubor ese bronceado
que toma horas y horas tendida en una playa.
3.- prosopografía Su papá es aquel señor alto y delgado de pelo negro. Por lo que sé, es
una persona intachable.
4.- cronografía Para esa época del año el tiempo trastorna todos los planes, si no es el
excesivo calor, es la lluvia imprevista.
6.- _paralelo “Facundo y Paz, dignas personificaciones de las dos tendencias que van a
disputarse el dominio de la República. Facundo, ignorante, bárbaro; valiente hasta la
temeridad, dotado de fuerzas hercúleas, gaucho de a caballo como el primero. Paz es,
por el contrario, el hijo legítimo de la ciudad, el representante más cumplido del poder de
los pueblos civilizados… apenas sabe andar a caballo. La ostentación de fuerzas
numerosas le incomoda…” (Facundo, del escritor argentino Domingo Faustino
Sarmiento.)
7.- topografía El paisaje lucía adormecido bajo el cielo gris con tonos anaranjados del
crepúsculo. Hojas muertas rodaban por el jardín silencioso, y en el aire revoloteaba aún
su perfume de jazmines.
8.- retrato Era el referente de la elegancia, siempre tan juicioso que incluso aquellos que
llevaban más años en el mundo financiero sentían por él un gran respeto. Sí, era un
hombre afortunado.
9.- caricatura Y todo por esa mocosa de enfermera… No hay más que mirarla para darse
cuenta de quién es, con esos aires de vampiresa y ese delantal ajustado, una chiquilina
de porquería que se cree la directora de la clínica.