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ORACIONES PARA LA SEMANA IGNACIANA

DEL 26 AL 29 DE JULIO.

MARTES 26 DE JULIO DE 2005.


TEMA: JÓVENES PARA DIOS Y NO PARA EL DIABLO.

TEXTO: Mateo 13, 36-43.


Los discípulos de Jesús se acercaron y le dijeron: “Explícanos la parábola de la cizaña sembrada en el
campo”. Jesús les contestó: “El sembrador de la buena semilla es el Hijo del hombre; el campo es el
mundo; la buena semilla son los ciudadanos del Reino; la cizaña son los partidarios del Maligno; el
enemigo que la siembra es el diablo; el tiempo de la cosecha es el fin del mundo, y los segadores son los
ángeles. Y así como recogen la cizaña y la queman en el fuego, así será al fin del mundo: el Hijo del
hombre enviará a sus ángeles para que arranquen de su Reino a todos los que inducen a otros al pecado y a
todos los malvados, y los arrojen en el horno encendido; allí será el llanto y el rechinar de dientes.
Entonces los justos brillarán como el sol en el Reino de su Padre. El que tenga oídos, que oiga”.

REFLEXIÓN: Jesús nos advierte desde ahora qué es lo que va a pasar al fin de los tiempos, si a nosotros
como estudiantes nos dieran lo que vendrá en el examen seguro que lo ganamos, pues bien, Cristo nos está
diciendo cuál es el parámetro para juzgarnos al fin de los tiempos: los que son partidarios del Diablo son
considerados cizaña y su destino será el sufrimiento. Con semejante “chivo” ojalá que todos ganamos el
examen más importante de todos.

ORACIÓN: Señor Todopoderoso, muchas veces hemos escuchado tu Palabra, sin embargo tenemos mala
memoria y se nos olvida, te suplicamos que nos la recuerdes constantemente, que todos los días nos digas
cuánto nos amas y cuánto deseas que estemos a tu lado, no nos dejes caer en los engaños del enemigo,
mira que somos jóvenes y es ahora cuando más tentaciones se nos presentan, ayúdanos a ser mejores cada
día, transfórmanos en las personas que quieres que seamos. Amén.

MIÉRCOLES 27 DE JULIO DE 2005.


TEMA: JESÚS ES LO MÁS IMPORTANTE EN MI VIDA.

TEXTO: Mateo 13, 44-46.


En aquel tiempo dijo Jesús a ala gente: “El Reino de los cielos se parece a un tesoro escondido en un
campo: el que lo encuentra, lo vuelve a esconder y lleno de alegría, va y vende cuanto tiene y compra
aquel campo. El Reino de los cielos se parece también a un comerciante en perlas finas, que, al encontrar
una perla muy valiosa, va y vende cuanto tiene y la compra”.

REFLEXIÓN: Hoy Jesús nos invita a que consideremos que lo más importante en la vida de una persona
es tenerlo a Él en el corazón. Muchas veces nuestro corazón está ocupado por un montón de cosas que no
valen la pena: dinero, fama, orgullo, envidia, vanidad; lo que Jesús nos pide es que hagamos una limpieza
profunda de nuestro ser, que limpiemos nuestros pensamientos, palabras y acciones, para que Él pueda
venir a habitar en nosotros y transmitirnos con más fuerza su amor. Tratemos de no comparar a Jesús con
ninguna otra cosa, pensemos que junto a Él todo lo demás es poca cosa, si esto es así ¿por qué no le
abrimos nuestro corazón de una buena vez?

ORACIÓN: Señor Jesús Tú una vez preguntaste ¿por qué me dicen Señor si no cumplen lo que yo
mando? Nosotros hoy queremos pedirte tu ayuda para cumplir lo que Tú mandas, queremos ser sinceros
delante de Ti y decirte que cumplir tu voluntad no es nada fácil, nos cuesta mucho dejar nuestros gustos,
nuestras vanidades y rencores, nuestros vicios y caprichos, nuestro deseo de querer hacer lo que nosotros
queramos sin tener que rendirle cuentas a nadie. No es fácil para nosotros dejar todo eso, por eso
queremos pedirte que nos ayudes a entender que lo más importante en esta vida es cumplir tus deseos, ya
que estos nunca son malos, al contrario siempre nos benefician y nos enseñan a ser felices. Enséñanos a
descubrir tu voluntad en la voz de nuestros Padres, en los ejemplos y las enseñanzas de nuestros Maestros,
en la escucha de tu Santa Palabra, para que seamos jóvenes cada vez más felices y llenos de vida. Amén.
JUEVES 28 DE JULIO DE 2005.
TEMA: BUSQUEMOS AL SEÑOR AHORA QUE SOMOS JÓVENES.

TEXTO: Juan 11, 19-27.


En aquel tiempo, muchos judíos habían ido a ver a Marta y a María para consolarlas por la muerte de su
hermano Lázaro. Apenas oyó Marta que Jesús llegaba, salió a su encuentro; pero María se quedó en casa.
Le dijo Marta a Jesús: “Señor, si hubieras estado aquí, no habría muerto mi hermano. Pero aún ahora estoy
segura de que Dios te concederá cuanto le pidas” Jesús le dijo: “Tu hermano resucitará”. Marta
respondió: “Ya sé que resucitará en la resurrección del último día”. Jesús le dijo: “Yo soy la resurrección
y la vida. El que cree en mí, aunque haya muerto, vivirá; y todo aquél que está vivo y cree en mí, no
morirá para siempre. ¿Crees tú esto?” Ella le contestó: “Sí, Señor. Creo firmemente que Tú eres el
Mesías, el Hijo de Dios vivo, el que tenía que venir”.

REFLEXIÓN: Todos hemos escuchado que Jesús hizo milagros pero ¿por qué yo no he recibido uno?,
que Jesús curó enfermos pero ¿por qué no me cura a mí cuando lo necesito?, que otras personas han
podido verlo y hasta hablar con Él pero ¿por qué yo ni siquiera puedo concentrarme cuando hago oración?
Pues bien, quizá Jesús nos haría la misma pregunta que le hizo a Marta ¿crees tú esto?, es decir,
¿realmente crees en mí y en mi poder para hacer milagros, curar enfermos y hablarte a través de la
oración; o más bien Yo sólo soy para ti una fantasía, alguien que talvez exista pero que no es muy
importante en tu vida? O quizá –diría Jesús– Yo tan solo soy para ti alguien a quien le rezan las abuelitas,
pero que nada tiene que ver con los jóvenes como tú. Si tú eres de los que piensan así, ¿realmente crees
que algún día podrás ver y recibir los milagros que Dios es capaz de hacer?

ORACIÓN: Señor permítenos creer en Ti de una nueva manera, que no te consideremos como algo
pasado de moda, algo que no tiene que decirnos nada a nosotros los jóvenes. Enséñanos a tenerle cariño a
tus cosas, a dedicarle aunque sea 5 minutos a la oración para platicar contigo; ayúdanos a que de vez en
cuando tomemos la Biblia y que no nos parezca aburrida sino al contrario, que podamos descubrir en ella
el gran amor que nos tienes a tal grado de haber dado tu vida por cada uno de nosotros. Perdónanos por
todas la veces que hemos preferido perder el tiempo en tonterías en lugar de buscarte a Ti aunque sea un
ratito. Señor no te canses de buscarnos a nosotros, aunque nosotros pasemos la mayor parte de nuestro
tiempo sin acordarnos de Ti. Amén.

VIERNES 29 DE JULIO 2005.


TEMA: ENSÉÑANOS A CREER EN TI JESÚS.

TEXTO: Mateo 13, 54-58.


En aquel tiempo, Jesús llego a su tierra y se puso a enseñar a la gente en la sinagoga, de tal forma que dos
estaban asombrados y se preguntaban: “¿De dónde ha sacado éste esa sabiduría y esos poderes
milagrosos? ¿No es el hijo del carpintero? ¿No es María su madre, y no son sus hermanos Santiago, José,
Simón y Judas? ¿No viven entre nosotros todas sus hermanas? ¿De dónde, pues, ha sacado todas estas
cosas?” Y se negaban a creer en Él. Entonces Jesús les dijo: “Un profeta no es despreciado más que en su
patria y en su casa”. Y no hizo muchos milagros allí por la incredulidad de ellos.

REFLEXIÓN: En aquel tiempo la gente no creía en Jesús, hoy tampoco creemos mucho en Él. Inclusive
nos avergonzamos de decir que somos cristianos, pensamos que los que tienen siempre la razón son los
ricos y famosos de este mundo ¿y realmente la tienen? Si tan solo le hiciéramos más caso a Cristo nuestra
vida y nuestro mundo cambiarían radicalmente, los conflictos tendrían una solución pacífica y no habría
necesidad de derramar más sangre y más lágrimas; las familias vivirían en respeto y amor y la violencia
quedaría olvidada; los hombres empezaríamos a darnos la mano y no la espalda.

ORACIÓN: Ayúdanos a creer en Ti Jesús, que dejemos ya de escuchar a tantos falsos profetas que hay en
el mundo y te pongamos más atención a Ti creador nuestro. No permitas que nuestra juventud se nos vaya
como agua entre las manos sin saber qué hacer con ella, sin aportar nuestro granito de arena para cambiar
lo que se tenga que cambiar. Haznos valientes Señor, que gritemos y luchemos más fuerte cuando quieran
callarnos y que nuestra esperanza nos venga al verte a Ti como nuestro Dios y como nuestro amigo. Amén

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