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Esquema del sueño: Bases fisiológicas

Axel Soto-Maloric Modera

El sueño, lo podemos definir como un estado fisiológico normal en donde disminuye la

percepción y la capacidad de respuesta al entorno, en el cual la actividad motora disminuye

y ocurren cambios a nivel corporal específicos.

Dentro del sueño encontramos distintas fases que se identifican por el movimiento rápido

de ojos REM (Rapid Eye Movement), que es visible debajo del párpado para el

observador. En el sueño no-REM (NREM) que se llama también sueño lento, se distinguen

también cuatro etapas (Bobes, Diaz y Bomper, 1999): La Etapa 1 de transición de la vigilia

al sueño, ocupa cerca del 5% del tiempo de sueño en adultos sanos, desaparecen las ondas

alfa que en el EEG corresponden a la vigilia y son substituidas por ondas más lentas (ondas

theta) propias del sueño NREM. También aparece un enlentecimiento del latido cardíaco.

Durante esta fase, el sueño es fácilmente interrumpible. Esta etapa dura pocos minutos.

La Etapa 2 aparece a continuación de la 1 y representa más del 50% del tiempo de sueño.

Se caracteriza por ondas electroencefalográficas con una frecuencia mayor, que las theta.

El tono muscular se hace algo más débil y se eleva el umbral del despertar. Corresponde al

principio del sueño propiamente dicho. Las Etapas 3 y 4 se corresponden al sueño más

profundo porque durante ellas aparecen las ondas delta, que son muy lentas. El tono

muscular es débil y la frecuencia cardiaca y respiratoria disminuyen. Durante ellas ocurren

los sueños, así como los episodios de terror nocturno en el niño y los episodios de

sonambulismo. Los movimientos oculares, si existen, son lentos. Después de pasar por
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estas etapas, durante unos 70 a 120 minutos, suele presentarse la primera fase REM (Rapid

Eye Movement, Movimiento Rápido de Ojos). El tiempo que se tarda en iniciar esta fase

nos dará la latencia REM. El sueño REM ocupa el 20% del tiempo total del sueño en el

adulto, aunque varía con la edad, siendo mayor en los niños y en él se observan descargas

de movimientos oculares rápidos y una anulación completa del tono muscular, la

frecuencia respiratoria y el pulso se hacen más rápidos e irregulares. Luego, las diferentes

fases del sueño se alternan a lo largo de la noche, durante la primera parte del sueño

predomina el sueño NREM y durante la segunda los periodos REM se van haciendo más

largos. Durante el sueño normal aparecen periodos de vigilia tan breves que pueden no ser

recordados al día siguiente.

Las características fisiológicas de la actividad soñadora varían a lo largo de las etapas del

sueño. Durante el sueño REM aparecen imágenes más raras, los reportes de los sueños son

más largo y más emocionales que en las etapas NREM lo que asocia con la diferente

fisiología de estas fases. Primeramente, hay que tener en cuenta los cambios ocurridos en

el sistema nervioso autónomo que se relaciona directamente con los del resto del cuerpo,

de forma generalizada el sueño predomina el tono parasimpático ya que está presente en el

sueño NREM que constituye el 80% de todo el periodo de sueño de una noche. El sueño

REM solo representa el otro 20; por lo tanto, existe gran variedad de cambios

cardiovasculares en el organismo por un lado la disminución de la presión arterial, siendo

las etapas 3 y 4 en donde más desciende y la frecuencia cardiaca se lentifica y varía

dependiendo los cambios del movimiento ocular y los músculos. En cuanto a las

variaciones y cambios respiratorios también se observan variaciones importantes tanto en

el sueño NREM como en el sueño REM (Cuadro No 4). En el primero, existe una
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disminución de la frecuencia respiratoria, hipotonía de los músculos respiratorios y caída

del minuto ventilatorio (0.1 a 1.5 L por minuto) con disminución de la PO2 (3 a 10 mm

Hg) y aumento de la PCO2 (7 a 8 mm Hg) con disminución de la saturación (SaO2) en 2%

en relación al estado de vigilia. A medida que se profundiza el sueño (etapas 2 y 3) la

ventilación disminuye y es más acentuada en el sueño REM debido a una mayor atonía,

proceso que se agrava en los pacientes con enfermedad neuromuscular.

A lo largo de todo el proceso del sueño se segregan varias hormonas que van marcadas

al ritmo de sueño-vigilia, en este caso la principal es la hormona del crecimiento la cual

obedece a un ciclo ligado a las etapas 3 y 4. Otra hormona que se expulsa es la prolactina

la cual a medida que avanza la noche aumenta su secreción y es más elevada su presencia

en el sueño diurno, esta hormona interviene en la función sexual y lactancia en las mujeres.

El encargado de la conexión entre los procesos neurales y la segregación de hormonas

durante el proceso del sueño es el eje hipotálamo-hipofisario el cual regula funciones como

las emociones, la sexualidad instintos y demás. Durante el sueño la temperatura se reduce

de 1º a 2º C, debido a las variaciones circadianas, por lo tanto, la temperatura va

disminuyendo conforme avanza el sueño y empieza a aumentar en el amanecer. En la fase

REM de acuerdo a la temperatura ambiente puede haber aumento, pero en general las

respuestas termorreguladoras están más atenuadas, de modo que la temperatura se reduce

aún más, existe ausencia de sudoración y ausencia de termorregulación, conocido como

poiquilotermia. Para concluir los cambios que suceden en el sueño se puede decir que

ocurren variaciones en las funciones renales; como la excreción de sodio, potasio y calcio;

digestivas como el aumento de la secreción acida del estómago y sexuales como la

erección peneana que ocurre durante la etapa del sueño profundo.


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