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ÁMBITO JURÍDICO presenta a sus lectores los principales puntos de este proyecto:
IV. Facultades específicas: como abogados de confianza del acusador privado en los
términos de la Ley 1826 del 2017; actuaciones ante las ligas de consumidores;
beneficios administrativos, subrogados penales y sustitutivos de la prisión y
solicitudes de libertad (Ley 1760 del 2015).
Beneficiarios
II. Los demás servicios a cargo del consultorio jurídico solo se prestarán a personas
naturales que carezcan de medios económicos, previa evaluación de la situación
socioeconómica particular de los usuarios que los solicitan, conforme a los criterios
establecidos por la institución de educación superior en el marco de su autonomía.
II. Los consultorios deberán establecer los mecanismos e instancias que se consideren
pertinentes para el asesoramiento, conocimiento y atención de inquietudes, quejas o
reclamos por parte de sus usuarios y de información al público.
I. Minjusticia diseñaría un sistema de información con fines de estricto rigor
académico y organizativo, para apoyar la elaboración de políticas públicas y en aras
de armonizar la oferta de servicios prestados de justicia.
II. Los centros académicos estarían obligados a reportar a este sistema los datos que
permitan la consolidación de información cuantitativa y cualitativa que determine la
Administración sobre la gestión adelantada, teniendo en cuenta aspectos como el
número de estudiantes vinculados a cada modalidad de servicio ofrecido, el
tipo de causas atendidas y la población beneficiaria.
Finalmente, hay que decir que, dentro del término de seis meses a partir de la expedición de
la futura ley, el Gobierno preparará los ajustes necesarios al Decreto 1069 del 2015 y a
toda la normativa adicional que resulte pertinente, para armonizar sus contenidos con las
nuevas disposiciones.
Igualmente, las facultades de Derecho efectuarán, dentro de los dos años siguientes, los
ajustes curriculares, tecnológicos, de personal y de infraestructura a que haya lugar, con el
fin de armonizar la estructura y operación de estas “clínicas jurídicas”.
Universidad ICESI
Corrupción
La corrupción tiene que ver con la ética, tanto en el ámbito público como en el privado. La
universidad, y en particular la formación en Derecho, tienen mucho que aportar en la lucha
contra la corrupción, por supuesto sin que esto suponga que los esfuerzos son suficientes
para garantizar la idoneidad ética de los individuos. En el caso de la Universidad ICESI,
desde hace unos 15 años el currículo central, que comprende a todas las carreras de
pregrado, incorporó la dimensión ética como una competencia fundamental de nuestros
egresados. Creemos que este tipo de enfoques curriculares puede contribuir a una
formación ética como mecanismo para prevenir la corrupción.
Posconflicto
Disrupción digital
La respuesta tendría que matizarse: en buena medida, la universidad no puede ser un reflejo
o una reproducción de la “calle”. Precisamente, esa distancia es una garantía de que el
derecho no solo se enseñe para mantener lo que pasa en la “vida real” sino que se
investigue y se transformen las prácticas. De lo contrario sería comprender que el Derecho
solo es una profesión y desconocer que también es una disciplina. Para esto es necesario
contar con planteamientos curriculares novedosos: basados en competencias,
interdisciplinares, con herramientas de aprendizaje activo y educación experiencial, así
como con equipos de docentes de alto nivel.
En cuanto a los honorarios, los estudiantes de Derecho deben entender que el valor de los
servicios legales es un factor que produce asimetría en el acceso a la justicia, y que en
muchos casos constituye una barrera de acceso para las personas. En ese sentido, la
formación en clínicas de interés jurídico y la exposición de los estudiantes a modos de
trabajo pro bono con firmas y abogados pueden ayudar a sensibilizar a los futuros
egresados sobre la función social de su profesión.
Carlos Alberto Agudelo
Universidad de Caldas
Corrupción
Los planes de estudio están en mora de transformarse radicalmente para hacer frente a un
problema que no se le debe solo a los abogados, pero sí tienen una gran responsabilidad
para ayudar a eliminar la corrupción o disminuirla. Es muy común ver en todas partes, en
especial en la administración pública, a los abogados, son ellos los que dirigen, asesoran,
dan consultas y dan respuesta a muchos problemas sociales y jurídicos. Entonces algo está
pasando: los abogados están contribuyendo mucho a la corrupción porque están en todas
partes o no están respondiendo con cabalidad a un problema social y político enorme. No es
solamente crear cursos que incluyan temas de anticorrupción, sino que el problema también
es de base, debe existir una formación ética, en valores, en principios morales, que tienen
que ver con la responsabilidad.
Deben existir cursos obligatorios, opcionales, diplomados, coloquios constantes que estén
actualizando la enseñanza del Derecho en estos aspectos. Pero esto no basta, este debe ser
un trabajo arduo desde la academia, porque el problema viene con una crisis previa que
nace en la familia, en la escuela y el colegio, allí está los mayores retos. Las sanciones se
deben en gran parte cuando el abogado tiene el propósito de querer hacerle daño a sus
clientes, jueces, colegas o la administración de justicia en general, para ello hay que
responder con una formación estricta en valores, que no solo se debe dar en los primeros
años de la carrera, por ejemplo, en materias como Introducción al Derecho, Filosofía del
Derecho, Ética, Derecho Constitucional, sino que esta formación profesional y ética se debe
reforzar durante toda la carrera en todas las materias que conforman el plan de estudios.
Posconflicto
Hoy más que nunca se requieren materias obligatorias perfiladas en torno a la construcción
de paz. Es necesario dentro del pénsum el reconocimiento de una vida jurídica distinta en el
posconflicto. Los cursos sobre justicia transicional, restitución de tierras, reparación,
perdón y verdad, reconciliación y no repetición se deben volver obligatorios en las carreras
de Derecho. Estos problemas que estamos enfrentando no los encontramos en un inciso del
Código Civil o del Código Penal, es necesario construir verdaderos programas que
respondan a esta realidad social y política.
Los abogados conservadores, por ejemplo, un constitucionalista, al tocarle estos temas les
parecen demasiado extraños, y más cuando se les invita a incluirlos dentro de la malla
curricular. En realidad viene de un problema estructural, en el cual hay una serie de
conflictos que vienen desde el pregrado, porque el abogado está tradicionalmente formado
para el litigio, para la pelea, y estos temas se hacen necesarios para que cuando el
estudiante se enfrente a su ámbito profesional sepa cómo liderar un bufete, entre otras
cosas. En este momento de crisis por el cual pasa la justicia y la mala imagen con la que
cuenta un abogado, son nuevas exigencias que tiene que afrontar el profesional jurídico
distinto a las demás profesiones. Si esto es así, es viable considerar que dentro de los planes
de estudio se incluyan materias, no tanto obligatorias, pero sí opcionales, para todos
aquellos estudiantes que tienen clara su vida profesional, es decir, que terminarán en el
litigio o en la conformación de grupos de abogados y allí se hace necesario el marketing o
el coaching.
Disrupción digital
Los estudiantes no pueden perder de vista el amor que le deben tener a la doctrina, esto es,
a los libros de Derecho, pero no solo a ello, también a los libros y tratados de filosofía,
ciencia y literatura. En ese sentido, el amor por los textos escritos debe ser su mayor
preocupación, pues allí está la tradición jurídica y filosófica, pero esto no quiere decir que
los jóvenes estudiantes no acaten las tecnologías de punta en la formación jurídica. Los
estudiantes hoy tienen una ventaja enorme con respecto a las anteriores generaciones,
porque ya tienen bibliotecas enteras en la red, ya no es excusa el conocimiento, necesitamos
de tiempo para acceder a este.
Es cierto, muchas veces la educación va por un lado y la realidad va por el otro. Este
abismo debemos cerrarlo cuando nuestros planes de estudio no se queden en el cielo de los
conceptos, sino que pasen a la realidad. Este es un tema que debe ser revisado
juiciosamente por el Consejo Superior de la Judicatura, pero en especial está en la
responsabilidad que tienen los abogados de una realidad muy distinta que enfrenta la
ciudadanía en general. En este orden de ideas, el cobro de honorarios está demorado para
ajustarse a una realidad que le ofrece inclusive al abogado otro campo de acción distinto al
litigio o la Rama Judicial, ya son más comunes las consultorías, trabajar de asesores de
empresas, en derechos humanos, en la política. En la medida que los planes de estudio
respondan a otras necesidades sociales, el abogado sabrá a qué se enfrenta en su futuro
profesional.
Hernando Torres Corredor
Universidad Nacional
Corrupción
Posconflicto
Disrupción digital
Este es un gran reto para la academia, los docentes y los mismos estudiantes. Comprender y
aplicar pedagogías innovadoras que hagan uso de tecnologías y sistemas digitales, objetos
de innovación, aulas virtuales y laboratorios de experiencia, y todas aquellas formas y usos
didácticos que a diario surgen para poner en contexto los contenidos temáticos.
Los abogados deben ser profesionales integrales. Ello implica el ejercicio inteligente no
solo desde el conocimiento sino desde la inteligencia emocional misma, además de una
actividad o comportamiento ético. Para lograr esto, la academia y, en nuestro caso, la
universidad pública fomenta la práctica en escenarios de consultorios y convenios de
investigación y extensión solidaria donde el profesional pueda mostrar sus herramientas y
habilidades e interactuar con sus clientes. Esto permite a un abogado la actualización de sus
conocimientos por contexto con la realidad. Recordemos que todo abogado debe ser
experto en investigación y ético en su comportamiento –en palabras de Ángel Osorio y
Gallardo-.
Nuevos desafíos
Corrupción
La academia tiene mucho que aportarle al país en la lucha contra la corrupción. La primera
forma de hacerlo es entender que la educación es tanto un proceso informativo como
formativo. Con esto quiero decir que no basta con ofrecerle al estudiante los medios para la
adquisición de conocimientos, competencias y destrezas; todo ello debe acompañarse de
una pedagogía que trasmita e inculque los valores que caractericen al centro de educación.
Cualquiera que sea el credo –en nuestro caso es el liberal y se concreta en una educación
para la libertad-, ninguno estará al margen de un ideario en el que predomine una ética
civil, valores como la tolerancia, el respeto a la diversidad y carácter para ejercer la
profesión con independencia e imparcialidad.
Posconflicto
Una cosa son las modas y otra las tendencias. En los dos temas mencionados veo ante todo
una moda. En cambio, considero que la incursión de la inteligencia artificial en la profesión
es una tendencia irreversible, lo cual nos plantea la necesidad de preparar al estudiante de
Derecho para encarar los desafíos que ella apareja.
Disrupción digital
Para lograr esta formación, es necesario incorporar en los currículos los contenidos
específicos que refuercen habilidades para manejar realidades como el blockchain, los
contratos inteligentes, la contratación tecnológica y la codificación, entre otros.
La respuesta es relativa al perfil profesional de los docentes que imparten los cursos. Al
tener una adecuada combinación entre profesores con perfil investigador y con práctica en
los sectores público o privado se trasmite al estudiante la visión imparcial e independiente
que es propia de las universidades, pero en conexión con la realidad social. Otro punto de
contacto entre la academia y la sociedad lo da indudablemente la investigación aplicada.
Esto no significa que no debamos seguir impulsando esta interrelación.
Corrupción
Posconflicto
Constituye una importantísima oportunidad para desde la academia fortalecer los valores
democráticos, los derechos humanos, la justicia, fortaleciendo la investigación, creando
observatorios, centros de pensamiento, en entre otros, en aras de consolidar una paz
duradera para nuestro país.
Disrupción digital
Compartiendo los espacios académicos no solamente con la clase presencial, sino que se
deben utilizar nuevas tecnologías de la información como herramientas para un buen
ejercicio académico donde docente y discente logren interactuar para el logro de los
objetivos propuestos.
Relación abogado - cliente
Corrupción
La lucha contra la corrupción deber ser permanente y sin desfallecer por un solo instante.
Toda la sociedad colombiana debe cerrar filas contra un flagelo que nos golpea
inmisericordemente. Es fundamental que se implemente en los programas de Derecho, la
formación socio humanista con un fuerte énfasis en ejercicio de la profesión, la importancia
de apropiarse de los deberes profesionales de lealtad y honestidad con sus clientes, con su
contraparte y con los operadores jurídicos. Precisamente, dentro de la tradición de la
Universidad la Gran Colombia, figura haber tenido el primer Centro de Ética y
Humanidades, lo cual implica que este componente de formación es integral y transversal a
todos los planes de estudio. Esta es una de las formas que desde nuestra perspectiva puede
aportarse a obtener éxito frente a esta situación que nos afecta a todos.
Posconflicto
De acuerdo con las nuevas realidades, el abogado no debe desconocer los métodos de
autogestión del conocimiento que le ayuden al abogado al ofrecimiento de sus servicios
profesionales con el fin de alcanzar sus máximos niveles de profesionalización de tal
manera que pueda responder a los desafíos tecnológicos. En este sentido, estamos
trabajando arduamente acompañando las metas que nos han encomendado, y afrontando
desafíos que exigen nuestros esfuerzos como institución de educación superior en el
contexto social colombiano.
Disrupción digital
Nuestra propuesta apunta a construir una sociedad más humana, más justa y más equitativa,
objetivos trazados y dirigidos concretamente a la proyección social, por medio de las
prácticas jurídicas y comunitarias que implican la presencia de la Universidad como actor
social frente al cúmulo de necesidades insatisfechas. Creemos que los nuevos abogados
deben centrar su quehacer jurídico más en el sentido cualitativo que en el estrictamente
cuantitativo, de acuerdo con el propósito académico de formación socio humanística para
lograr los anhelos de una sociedad que reclama pronta y cumplida justicia.
Corrupción
Una adecuada reforma a los estudios de Derecho sigue esperando su turno en Colombia,
dado que uno de los factores de crítica más importantes en la lucha contra la corrupción de
nuestro país ha sido la mala formación de nuestros abogados. Esto no es completamente
cierto, existen afortunadamente muy buenas facultades de Derecho comprometidas con el
futuro de nuestra sociedad; sin embargo, el Ministerio de Educación sigue de manos
cruzadas esperando reformar los contenidos mínimos de la enseñanza de los nuevos juristas
del país. La academia jurídica cuenta actualmente con 114 programas de Derecho en todo
el país, los cuales funcionan con parámetros de calidad del siglo pasado; la mayor parte de
sus pénsum siguen alineados a la política de formación por contenidos utilizados desde los
años 70 en el siglo XX.
Posconflicto
Con el Acuerdo Final de Paz por fin tenemos una oportunidad única en la historia de
Colombia de volver a barajar las cartas de la institucionalidad. En este sentido, estamos
asumiendo un papel fundamental en la importante trasformación de la sociedad
colombiana, dado que agremiamos a 84 facultades de Derecho, más del 90 % del total. La
participación de la academia será cada vez más importante, teniendo en cuenta que nuestro
país se está transformando y necesita cada vez más de los procesos de meritocracia y
transparencia que dignificarán la función pública y la carrera judicial en Colombia.
Disrupción digital
Los nuevos exámenes impuestos por la Ley 1905 del 2018 son los nuevos retos del
Derecho para determinar cuáles serán los mejores parámetros éticos de la actividad
profesional de un abogado en Colombia. Esto resolverá de una vez por todas cuáles son las
competencias mínimas que debe manejar un abogado al momento de prestar sus servicios a
sus clientes y al momento de abogar adecuadamente en justicia. Quedan entonces grandes
retos en ese sentido para el Derecho de nuestro país.
Universidad EAFIT
Posconflicto
En general, las escuelas de Derecho debemos ser espacios de debate y reflexión de las
diferentes ideas y posturas (pluralismo) dentro de estrictos parámetros académicos, de
tolerancia y respeto a la diferencia ideológica. Específicamente, figuras como las cátedras
de la paz permiten desarrollar en los estudiantes (no solo de Derecho) las capacidades
argumentativas y reflexivas en torno al conflicto armado, comprender históricamente el
horror de la guerra y promover la resiliencia.
Disrupción digital