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Una Gran Alianza Industrial

Domingo 13 de octubre del 2013 | 00:13

Claves para entender la importancia de la aún nueva Alianza del Pacífico, una de las mejores
iniciativas peruanas.

Roberto Abusada Salah,Punto de vista


Economista

El diario El País de España reproducía hace cuatro días un artículo escrito por los cuatro
presidentes de los países que conforman la Alianza del Pacífico definiéndola como “un
mecanismo de integración profunda e incluyente, con el objetivo principal de crear un espacio
donde la libre movilidad de bienes, servicios, personas y capitales prospere”. Anunciaban la
desgravación inmediata del 92% de su intercambio comercial. Un avance fenomenal frente a
décadas de infructuosas negociaciones en otros intentos de integración latinoamericana que
han producido sensaciones que van de la frustración a lo surreal. La Comunidad Andina es
hoy poco menos que irrelevante, mientras el Mercosur se encuentra empantanado en medio
de un vano intento de crear un espacio de integración cerrado al resto del mundo.

La Alianza del Pacífico—quizás la iniciativa peruana de política exterior más importante del
último medio siglo—nace de una idea sensata de países que decidieron primero integrarse al
mundo en lugar de apostar por la autarquía y una industrialización artificial dirigida desde el
Estado. La Alianza es realista y será exitosa simplemente porque los países que la conforman
decidieron ya hace tiempo firmar tratados de libre comercio y abrir su intercambio con los
países industriales más avanzados. Hubiera sido absurdo que el proteccionismo entre
nosotros nos obligara a importar desde aquellos países en lugar de comprar a nuestros
vecinos, por la conveniencia de la liberación de aranceles que proveen los TLC (los
economistas llaman a este fenómeno “desviación de comercio”; yo la llamaría comercio contra
natura). Por ello, a partir de los TLC con EE.UU., Europa y Asia, la liberalización bilateral entre
los cuatro países de la Alianza marchó con mayor rapidez.

Cuando el presidente García lanzó la propuesta para una “integración profunda” con Colombia
y Chile la reacción de México fue inmediata: pidió unirse al grupo no sólo porque compartía
con los otros tres países políticas económicas similares, sino por su preocupación por
descuidar su relación con Sudamérica, frente a un Brasil cada vez más asertivo en la región.

Hoy existen en los cuatro países producciones industriales de calidad mundial y precios
competitivos que podrán complementarse para crear una importante plataforma exportadora
de productos e insumos al mundo desarrollado. Insumos producidos en los cuatro países
deberán considerarse como nacionales al ser incorporados a productos que se intercambien al
interior de la Alianza.

Más importante aun será negociar con los países desarrollados con quienes los países de
Alianza han firmado TLC, para que cada uno de los cuatro países pueda utilizar
indistintamente productos e insumos producidos dentro de la Alianza en sus exportaciones
que gozan de acceso preferencial a los mercados de EE.UU., la Comunidad Europea o el
Asia, con quienes ya tiene firmados TLC. Habremos generado una formidable estructura
industrial exportadora

Se consolida la alianza del Pacífico

En mayo de 2011 y en forma casi primicial, dado el poco espacio que medios locales le
dispensaron a su creación (tuvo lugar a fines de abril de ese año) escribí una nota acerca de
la Alianza del Pacífico (AP). Desde 2012, con el avance formal del acuerdo, surgieron varios
comentarios alusivos. Ahora la AP se encuentra en su fase práctica; avanza rápidamente con
el firme apoyo de los cuatro estados miembros: México, Colombia, Chile y Perú.

Como expresé en su momento, no se trata de “pactos neoliberales” o de “amenazas” a


Unasur. Se trata más bien de vínculos pragmáticos en función de las inequívocas verdades de
la globalización. En la AP se trabaja sobre la base de resultados, no de ideologías. Esta es la
única manera de progresar.

La AP es un gran proceso de integración, con un mercado interno de 220 millones de seres y


un comercio internacional que orilla los 900 mil millones de dólares. La proyección hacia el
Asia de la AP la ubica favorablemente cerca del nuevo centro geoeconómico que se construye
alrededor de la ascendente China. En su momento sugerí que Bolivia debería seguir
atentamente la evolución de la AP, de la que bien podría ser parte dados nuestros legítimos
intereses históricos en el Pacífico y por tener una zona franca en Ilo. Recientemente el
expresidente Jaime Paz Zamora también se sumó a la idea, pidiendo adherencia a la Alianza
del Pacífico. La realidad es la realidad. Si uno no se sube al carro del avance, nadie lo subirá y
el rezago en el tiempo podría ser irreversible.

Durante la reciente cumbre de las economías del Pacífico que tuvo lugar en Bali (Indonesia)
los mandatarios de los estados componentes de la AP anunciaron la suspensión completa de
aranceles entre sus países y otra serie de importantes medidas. Entre ellas: un acuerdo
comercial que incluye capítulos de acceso a mercados, reglas de origen, facilitación comercial,
medidas sanitarias y fitosanitarias, compras públicas, servicios transfronterizos,
telecomunicaciones, servicios marítimos, servicios aéreos, comercio electrónico, inversión y
mecanismos de solución de controversias. Según los presidentes firmantes de la declaración
conjunta, “este acuerdo constituye un andamiaje institucional y jurídico robusto que da
certidumbre a las inversiones y al libre comercio. Se intenta crear un espacio donde la libre
movilidad de bienes, servicios, personas y capitales prospere”.

Agregaron –entre otros aspectos de interés- que los miembros de la Alianza del Pacífico
representan en conjunto la 8ª economía y la 7ª potencia exportadora mundial; contribuyen con
el 36 por ciento del PIB de América Latina, el 50 por ciento del comercio de la región con el
mundo y han recibido más de 70.000 millones de dólares en inversión extranjera directa en
2012, 41 por ciento de la inversión total en la región. Finalmente, los presidentes expresaron
en Bali que “a través de la integración regional, los países de la Alianza buscamos generar
mayores oportunidades de desarrollo para nuestros pueblos. Somos un mecanismo abierto e
incluyente. Nuestra comprensión mutua y acuerdos integrales están enfocados a una
integración profunda de carácter económico, comercial y de cooperación. Nuestra cercanía
geográfica, cultura de pertenencias múltiples e idioma en común, entre otros factores,
fomentarán el progreso”.

Evo arremete contra Alianza del Pacífico

Martes 15 de Octubre de 2013 – 01:29

Exministro Alfredo Ferrero considera que Unasur ha perdido liderazgo y por eso politiza el
tema.

LA PAZ (EFE/Perú21).– El presidente de Bolivia, Evo Morales, afirmó que la Alianza del
Pacífico, formada por Colombia, Chile, Perú y México, es parte de una conspiración gestada
“desde el norte” para la división de la Unión de Naciones Sudamericanas (Unasur).

“Estados Unidos está dividiendo a la Unasur. Los países que conforman la Alianza del Pacífico
son parte de una conspiración que viene desde el norte para dividir y que Unasur no avance
hacia la liberación definitiva”, dijo Morales.
Según el mandatario boliviano, cuando se intentó elegir al nuevo secretario general de la
Unasur en la cumbre celebrada en Surinam a fines de agosto, hubo “una posición interna” que
no lo permitió.

A su juicio, se trató de “políticas bien diseñadas y bien definidas para que Unasur no avance
rápidamente”.

UNASUR SIN LIDERAZGO


“Evo Morales ve fantasmas por todos lados, seguramente tratando de distraer la atención de
los problemas internos de Bolivia. Desde la muerte de (Hugo) Chávez, la Unasur ha perdido
liderazgo y fuerza y si no rediseña su agenda y se adecua al mundo moderno, pasará
desapercibida y le pasará lo mismo que a la CAN que está en vías de desintegrarse”, apuntó a
Perú21 Alfredo Ferrero, exministro de Comercio Exterior y Turismo.

Asimismo, Ferrero precisó: “Morales está ideologizando y politizando el tema. La Alianza del
Pacífico es una plataforma comercial, no hay ideología y Estados Unidos no tiene nada que
ver con el bloque. El argumento de Evo es muy débil”.

TENGA EN CUENTA

- El presidente de Chile, Sebastián Piñera, señaló, en clara alusión a Evo Morales y a Rafael
Correa, que la Alianza del Pacífico no debe entenderse como “una guerra dentro de
Latinoamérica”

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