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ANGGIE JULIANA RUBIANO SARMIENTO

LA FIBRA

1. En la fibra dietética se incluyen un amplio grupo de sustancias que forman parte de


la estructura de las paredes celulares de los vegetales. Los principales
componentes son polisacáridos no amiláceos (celulosa, hemicelulosas, pectinas,
gomas y mucílagos) y algunos componentes no polisacáridos, entre los que destaca
la lignina; este último no tiene estructura de polisacárido porque son polímeros de
fenilpropano. Las diferencias estructurales de cada uno de ellos determinan
propiedades físico químicas diferentes y como consecuencia, comportamientos
fisiológicos diversos.
La fibra va a jugar un papel en todas las funciones del sistema digestivo desde la
masticación hasta la evacuación de las heces.
 Las dietas con un contenido en fibra elevado requieren más tiempo de
masticación por lo que enlentecen la velocidad de deglución y esto implica
una mayor salivación que va a repercutir en la mejora de la higiene bucal.
 Regula la mecánica digestiva o evitando el estreñimiento.
 Actúa como factor de protección en algunas de las llamadas enfermedades
crónicas no transmisibles (cardiovasculares, diabetes y, especialmente, en
las neoplasias de colon). Por ejemplo, las pectinas, solubles en agua,
ayudan a reducir los niveles sanguíneos de colesterol y de glucosa; la
celulosa, aunque insoluble, es capaz de absorber agua, aumentando el
volumen de las heces y actuando como un laxante. 

2.  

FUNCIONES:

 A nivel del estómago las fibras solubles, como consecuencia de su viscosidad,


enlentecen el vaciamiento gástrico y aumentan su distensión prolongando la
sensación de saciedad.
 En el intestino delgado la fibra soluble, nuevamente por la formación de soluciones
viscosas, enlentece el tiempo de tránsito. También aumenta el espesor de la capa
de agua que han de traspasar los solutos para alcanzar la membrana del
enterocito, lo que provoca una disminución en la absorción de glucosa, lípidos y
aminoácidos.
 Asimismo, se producirá una disminución en la absorción de los ácidos biliares ya
que estos se unen a los residuos fenólicos y urónicos en la matriz de los
polisacáridos.
 El efecto de la fibra soluble sobre la reducción de los lípidos es probablemente el
mejor conocido. Lo que no está claramente establecido es el tipo de fibra más
recomendable.
ANGGIE JULIANA RUBIANO SARMIENTO

FUENTES ALIMENTARIAS:

 Las fibras solubles se encuentran principalmente en las frutas y verduras,


especialmente en manzanas, naranjas, zanahorias, brócoli y cebollas. También en
el salvado de avena, cebada, nueces, almendras, avellanas, y legumbres.

3. 

FIBRA SOLUBLE FIBRA INSOLUBLE


Hace lento el proceso de digestión. Retrasa el Ayuda a los alimentos a pasar más
vaciado gástrico aumentando la sensación de rápidamente a través del estómago y los
saciedad, siendo útiles para controlar el intestinos. Posee un efecto laxante
apetito y la obesidad. superior a la fibra soluble.
Previene el estreñimiento y la
Acompaña de bajas cantidades de grasa en la
diverticulosis al disminuir el tiempo de
dieta, contribuye a regular los niveles de
tránsito intestinal de los alimentos, si es
colesterol sanguíneos.
ingerida diariamente.
Regula la velocidad de absorción intestinal de
los azucares de los alimentos, combatiendo
las subidas de glucosa en sangre, siendo Facilita las deposiciones.
beneficiosa pasa los pacientes que tienen
patologías con diabetes Mellitus II.
El consumo de fibra asociado a los
Ayuda al cuerpo absorber los nutrientes
vegetales que contienen micro nutriente
vitales se los alimentos porque sus
protectores del cáncer y al menor
componentes son utilizados por la fibra
consumo de alimentos de origen animal,
intestinal.
generan un estilo de vida más saludable.

REFERENCIAS 

1. Cabrera Llano, Jorge Luis, & Cárdenas Ferrer, Mercedes. (2006). Importancia de la
fibra dietética para la nutrición humana. Revista Cubana de Salud Pública, 32(4)
Recuperado en 31 de marzo de 2020, de http://scielo.sld.cu/scielo.php?
script=sci_arttext&pid=S0864-34662006000400015&lng=es&tlng=es.
2. Importancia de la fibra dietética para la nutrición humana. (2006). Revista Cubana
de Salud Pública, 32(4), 102–107. 

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