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República Bolivariana de Venezuela.

Ministerio del Poder Popular para la Educación

Universitaria Ciencia y Tecnología.

Universidad Politecnica Territorial del Estado

Merida “Kléber Ramírez”

Convenio ULAC – CSF

Licenciatura en enfermería.

Traumas Especiales

Lcdo. Jorge Barrera

Integrantes:

Faquira Maria C.I: 25.745.181

Rendiles Grisely C.I: 25.309.543

Rojo Karina CI: 25.947.920

Salina Adriana C.I: 17.303.542

Torres Reycely CI: 17.120.192

Villadiego Paola CI: 18.038.006


ÍNDICE

INTRODUCCIÓN 4,5
I. DESARROLLO 6
1. Traumas especiales 6

1.1 Traumas pediátricos

1.2 Fisiopatología

1.3 Hemorragia

1.4 Lesión del sistema nervioso central

2. Evaluación primaria 10

2.1 Vía aérea

2.2 Ventilación

2.3 Circulación

2.4 Discapacidad

2.5 Puntuación pediátrica verbal

3. Evaluación secundaria 17
4. Tratamiento 18

4.1 Control de una hemorragia grave

4.2 Via aérea

4.3 Ventilación

4.4 Neumotorax

4.5 Circulación

4.6 Acceso vascular

5. Tratamiento del dolor 22


6. Traslado 22
7. Trauma vertebral 22
8. Lesiones torácicas 23
9. Lesiones abdominales 23
10. Trauma en extremidades 23
11. Trauma térmico 24
12. Reanimacion con liquidos 24
13. Abusos 25

2
14. Traumatismos en la paciente obstétrica 25

14.1 Cambios anatómicos y fisiológicos

14.2 Evaluación

14.3 Tratamiento

15. Lesiones genitourinarias 33

15.1 Traumatismo cerrado

15.2 Lesión penetrante

15.3 Gravedad de la lesión

15.4Evaluación y tratamiento
16. Valoración primaria con la reanimación 36

16.1 Madre

16.2 Feto

17. Evaluación secundaria 38

18. Atención definitiva 39

19. Trauma Multisistemico 41

20. Traumatismo geriátrico 44

III. CONCLUSIÓN 61

IV.REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS 63

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INTRODUCCIÓN

Los traumas son una de las principales causas especiales de lesiones de por vida

y mortalidad en niños de todo el mundo. Como médicos y enfermeras, de emergencia,

se debe reconocer las consideraciones especiales y necesidades de niños y niñas heridos.

Un niño es un pequeño tiro al blanco y por eso la fuerza es disipada sobre un área más

pequeña. Los huesos no están osificados totalmente y por eso, son más elásticos. Por

esta razón, los órganos internos, pueden dañarse sin extenderse bajo la fractura de un

hueso.

Los accidentes representan una importante causa de morbilidad y mortalidad a

cualquier edad, y la población pediátrica no es la excepción, así las lesiones en niños

siguen siendo un problema de salud pública en todo el mundo. La Organización

Mundial de la Salud (OMS) estima que mueren, en todo el mundo, aproximadamente

100 niños cada hora a causa de lesiones, de las cuales el 90% son no intencionales.

Existen factores que favorecen que el paciente pediátrico sea víctima de lesiones

accidentales, por ejemplo, dada su falta de experiencia, la imprudencia propia de su

edad, y en el caso del paciente lactante y preescolar, su capacidad exploradora. El

espíritu temerario del adolescente y la necesidad psicológica de aceptación social

frecuentemente lo impulsan a tomar actitudes de riesgo. Existen otros elementos que

predisponen al paciente pediátrico al momento de sufrir lesiones por accidentes en los

diferentes escenarios, factores que los hacen diferentes a los adultos y que son

determinantes para el pronóstico de los mismos, por ejemplo el diámetro y el peso de la

cabeza, la estatura, la gran cantidad de agua corporal total que hace más elásticos

ligamentos importantes en columna, la laxitud de los huesos largos, menor rigidez en la

pared abdominal y la flexibilidad de las estructuras de protección en la cabeza de los

pacientes; y también su capacidad disminuida para reaccionar de forma inmediata ante

4
situaciones de desastre, para huir del sitio siniestro y así mismo menor capacidad de

interpretación a las órdenes de quienes los pretenden auxiliar. Un estudio reciente en

niños víctimas de accidentes de tránsito mostró que el riesgo de una lesión

incapacitante, de traumatismo craneoencefálico y de trauma torácico es mayor cuanto

menor es la edad de la víctima.

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DESARROLLO

1. TRAUMAS ESPECIALES

1.1 Trauma Pediátrico

En pacientes pediátricos con traumatismo las prioridades de evaluación son las

mismas que para un paciente adulto. Sin embargo, las características fisiológicas y

anatómicas de esta población se combinan con los mecanismos comunes de lesiones

para producir patrones de lesiones distintas. Por lo tanto, los protocolos de

tratamiento para pacientes de trauma pediátrico hacen hincapié en el manejo

agresivo de la vía aérea y la respiración.

Dado que los niños tienen menor masa corporal que los adultos, la energía

impartida a partir de objetos tales como guardabarros y parachoques, o de caídas, resulta

en una mayor fuerza que está siendo aplicada por unidad de área del cuerpo. Esta

energía concentrada se transmite a un cuerpo que tiene menos grasa, menos tejido

conectivo, y una proximidad más estrecha de múltiples órganos que en los adultos.

Estos factores dan lugar a la alta frecuencia de múltiples lesiones observadas en

la población pediátrica. Además, la cabeza de un niño es proporcionalmente más grande

que una de adultos, lo que resulta en una mayor frecuencia de lesiones cerebrales

contundentes en este grupo de edad.

El esqueleto de un niño es incompletamente calcificado, contiene múltiples

centros de crecimiento activos, y es más flexible que la de un adulto. Por lo tanto, las

fracturas de hueso es menos probable que ocurra en niños, incluso cuando han sufrido

daños en órganos internos.

El potencial de ramificaciones psicológicas significativas debe considerarse en

niños que sufren un traumatismo. En los niños pequeños, inestabilidad emocional con

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frecuencia conduce a un comportamiento psicológico regresiva cuando el estrés, el

dolor y otras amenazas percibidas intervienen en el entorno del niño.

1.2 Fisiopatología

El resultado final del niño puede determinarse por la calidad de la atención

recibida en los primeros momentos siguientes a la lesión. Durante ese periodo crítico, la

mejor estrategia para evitar morbilidad innecesaria y prevenir pasar por alto una lesión

potencialmente fatal es una revisión primaria sistemática y coordinada. Como en el

paciente adulto, las tres causas más comunes de muerte inmediata en el niño son

hipoxia, hemorragia masiva y traumatismo del sistema nervioso central (SNC).

1.3 Hemorragia

La mayoría de las lesiones pediátricas no causan exanguinación inmediata. Sin

embargo, los niños que sufren lesiones que dan como resultado una pérdida sanguínea

importante, con frecuencia mueren en el momento de la lesión o poco después del arribo

a una instalación receptora, lo que a menudo es resultado de la lesión múltiple de

órganos internos, con al menos una lesión significativa que causa pérdida sanguínea

aguda.

El niño lesionado compensa la hemorragia por aumento de la resistencia

vascular sistémica; sin embargo, esto ocurre a expensas de la perfusión periférica. Los

niños son fisiológicamente más proclives a esta respuesta porque la vasoconstricción

pediátrica no es limitada por una enfermedad vascular periférica. El uso de sólo

determinaciones de la presión arterial es una estrategia inadecuada para identificar los

signos tempranos de un estado de shock. La taquicardia, si bien puede ser resultado de

temor o dolor, debe considerarse secundaria a hemorragia o hipovolemia hasta que se

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compruebe lo contrario. Una presión del pulso que disminuye y la taquicardia creciente

pueden ser los primeros signos visibles de un shock inminente.

Además, el proveedor de atención prehospitalaria debe prestar suma atención a

los signos de perfusión ineficaz de órganos, como se evidencia por alteraciones de

dificultad respiratoria, disminución de LOC y la perfusión cutánea (hipotermia, el color

y el tiempo de rellenado capilar prolongado). A diferencia del adulto, estos signos

tempranos de hemorragia en el niño pueden ser sutiles y difíciles de identificar, lo que

lleva a un retraso en la detección del estado de shock. Si el proveedor de atención

prehospitalaria pasa por alto estos signos tempranos, un niño puede perder suficiente

volumen de sangre circulante para que fracasen los mecanismos compensatorios.

Un motivo importante para la rápida transición al shock descompensado es la

pérdida de eritrocitos (RBC) y de su capacidad de transportar el oxígeno

correspondiente. El restablecimiento con soluciones cristaloides del volumen perdido

proveerá un aumento transitorio de la presión arterial, pero el volumen circulante se

disipará con rapidez a medida que el líquido se desvía a través de las membranas

capilares. Se cree, en general, que cuando se repone en volumen intravascular con

soluciones cristaloides isotónicas, se requiere un cociente de 3:1 de ellas respecto de la

pérdida sanguínea que se sospecha, para compensar la desviación de líquidos. Cuando

se pierde sangre y el volumen intravascular es sustituido con soluciones cristaloides, los

eritrocitos restantes se diluyen en la corriente sanguínea, lo que aminora su capacidad de

transportar el oxígeno a los tejidos. Por lo tanto, debe asumirse que cualquier niño que

requiera de forma rápida más de un bolo de 20 mililitros por kilogramo (mL/kg) de

solución cristaloide, puede estar deteriorándose rápidamente y no sólo necesita la

reanimación por volumen intravascular con soluciones cristaloides, sino también una

8
transfusión de glóbulos rojos, para que se restablezca la capacidad de aporte de oxígeno

en paralelo con el volumen intravascular.

A menudo, una vez que se obtiene el acceso vascular, existe una tendencia a

sobre reanimar inadvertidamente a un niño lesionado que no está en franco estado de

shock. En aquel con hemorragia moderada, sin datos de hipoperfusión de órgano blanco

y con signos vitales normales, la reanimación con líquidos debe limitarse a no más de

uno o dos bolos de 20 mL/kg de solución salina normal (NaCl 0.9%).

En el niño con LCT debe hacerse la reanimación con líquidos para prevenir la

hipotensión, un contribuyente secundario conocido y prevenible de las lesiones

cefálicas.

1.4 Lesión del sistema nervioso central

Los cambios fisiopatológicos después de un traumatismo del SNC empiezan en

minutos. La reanimación temprana y adecuada es clave para aumentar la supervivencia

de los niños que lo padecen. Si bien algunas lesiones del SNC son sorprendentemente

fatales, muchos niños con el aspecto de una lesión neurológica devastadora alcanzan la

recuperación completa y funcional después de los esfuerzos deliberados y coordinados

para prevenir una lesión secundaria. Tales recuperaciones se logran mediante la

prevención de crisis subsiguientes a hipoperfusión, hipoventilación, hiperventilación e

isquemia.

Los niños con LCT con frecuencia presentan alteración del estado de conciencia,

posiblemente con un periodo de pérdida del conocimiento no atestiguado durante la

evaluación inicial. Los antecedentes de pérdida del estado de conciencia constituyen

uno de los pronósticos más importantes de una potencial lesión del SNC y deben

registrarse en todo caso. En la circunstancia de que la lesión no fuese atestiguada, suele

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usarse la amnesia retrógrada del suceso como subrogado de una pérdida del estado de

conciencia. Además, la documentación completa del estado neurológico basal es

importante e incluye lo siguiente:

 Puntuación de la escala de coma de Glasgow (modificada para pediatría).

 Reacción pupilar.

 Respuesta a la estimulación sensorial.

 Función motora.

Estos son pasos esenciales en la evaluación inicial del trauma pediátrico en cuanto a

lesiones neurológicas.

2. Evaluación Primaria

La evaluación de emergencia de los niños de todas las edades se inicia con la

impresión inicial. En ellos, los proveedores de atención prehospitalaria deben usar un

acceso rápido para determinar con celeridad qué tan crítico es el estado de un niño (p.

ej. enfermo o no) con base en la comprensión de su etapa del desarrollo, la apariencia

visual y auditiva del menor. El uso del triángulo de evaluación pediátrica (TEP) en el

primer contacto con el paciente, ayuda a establecer el nivel de gravedad, determinar la

urgencia del tratamiento e identificar la categoría del problema fisiológico.

Los tres componentes del TEP son apariencia, trabajo ventilatorio y circulación. El

primer paso es usar las siglas nemotécnicas TICLS para valorar el aspecto general del

niño:

Tono. Se mueve espontáneamente, se resiste a la exploración, se sienta o se pone de pie

(apropiado para la edad).

10
Interactividad. Parece alerta y en contacto con el proveedor de atención prehospitalaria,

interactúa con las personas del ambiente, busca juguetes/objetos (p. ej. lámpara de

mano).

Consolabilidad: Presenta respuesta diferencial al proveedor de atención prehospitalaria

o al explorador.

Aspecto/mirada: Hace contacto visual con el proveedor de atención prehospitalaria y

sigue con la mirada.

Habla/llanto: Presenta llanto fuerte o utiliza un lenguaje apropiado para su edad.

El segundo paso es valorar el trabajo ventilatorio, lo que implica escuchar ruidos

anormales de la vía aérea, buscar posiciones anormales, retracciones y aleteo nasal. En

tercer lugar, los proveedores deben valorar la piel en busca de palidez, moteado o

cianosis. La combinación de estos tres componentes del TEP aporta una impresión

general, que es la evaluación completa por personal de salud del estado fisiológico del

niño, enfermo o no.

2.1 Vía Aérea

Como en el adulto lesionado, la prioridad inmediata y centro de atención en el

niño con lesión grave es el manejo de la vía aérea. Sin embargo, hay varias diferencias

anatómicas que dificultan su atención. Los niños tienen un occipucio y una lengua

relativamente grande y presentan una vía aérea de posición anterior. Además, mientras

más pequeños, mayor la discrepancia entre la dimensión del cráneo y la parte media de

la cara. Por lo tanto, el occipucio relativamente grande obliga a una flexión pasiva de la

columna cervical. obliga a una flexión pasiva de la columna cervical (Figura 14.2).

Estos factores predisponen a los niños a un mayor riesgo de obstrucción anatómica de la

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vía aérea que a los adultos. En ausencia de traumatismo, la vía aérea del paciente

pediátrico se protege mejor por una posición ligeramente superoanterior de la parte

media del rostro, conocida como posición de olfateo. presencia de traumatismo, no

obstante, la posición neutra protege mejor la columna cervical, al mantenerla

inmovilizada para prevenir la flexión de la quinta, sexta (C5 a C6) vértebra cervical y la

extensión en C1 a C2, que ocurre con la posición de olfateo, en la que si se requiere se

puede usar la maniobra de tracción mandibular para facilitar la abertura de la vía aérea.

La estabilización manual de la columna cervical se hace durante el tratamiento

de la vía aérea y se mantiene hasta que el niño se inmoviliza con un dispositivo cervical

apropiado, ya sea comercial o improvisado, como un rollo de toalla. Adicionalmente, el

colocar un cojín o una manta de 2 a 3 centímetros de grosor bajo el tronco del lactante

puede aminorar la flexión aguda del cuello y ayudar a mantener permeable la vía aérea.

La ventilación con bolsa-válvula-mascarilla con flujo alto (15 litros/minuto) de oxígeno

al 100%, probablemente represente la mejor opción cuando el niño lesionado requiere

ventilación asistida. Use una mascarilla de oxígeno bien ajustada y la técnica de

sincronización de “comprimir liberar-liberar”. Verifique el ascenso y descenso de la

pared torácica, si se dispone de monitoreo del CO al final de la espiración (ETCO),

mantener las concentraciones entre 35 y 40 mm Hg.

Si el niño se encuentra inconsciente, puede considerarse el uso de una cánula

orofaríngea, pero debido al riesgo de vómito no se utiliza en aquel con un reflejo

nauseoso activo.

La intubación endotraqueal, a pesar de ser el medio más confiable de ventilación

en el niño con afección de la vía aérea, debe reservarse para aquellas circunstancias en

las que la ventilación con bolsa-válvula-mascarilla es ineficaz. No se recomienda la

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intubación nasotraqueal en los niños, pues requiere un paciente con ventilación

espontánea, implica el paso “a ciegas” por el ángulo relativamente agudo de la

nasofaringe posterior, y puede causar una hemorragia más grave en los niños.

2.2 Ventilación

Como en todo paciente de trauma, un niño con lesión significativa requiere una

flujo de oxígeno de 85 a 100% (fracción de oxígeno inspirada [FiO ] de 0.85 a 1.0),

flujo que se mantiene con la administración de oxígeno suplementario mediante el uso

de una mascarilla pediátrica con reservorio, bien ajustada y de tamaño apropiado.

Cuando ocurre hipoxia en un niño pequeño, el cuerpo compensa aumentando la

frecuencia ventilatoria (taquipnea), mediante un aumento intenso del esfuerzo

ventilatorio, con el uso de los músculos intercostales, diafragma, los abdominales y los

accesorios (escalenos, esternocleidomastoideo e intercostales). Esta demanda

metabólica aumentada puede producir fatiga intensa y dar como resultado la

insuficiencia ventilatoria, conforme un porcentaje creciente del gasto cardíaco del

paciente se dedica a mantener el esfuerzo ventilatorio.

La valoración del estado ventilatorio del niño, la detección temprana de los

signos de dificultad respiratoria y proveer asistencia ventilatoria oportuna son elementos

clave en el tratamiento del paciente de trauma pediátrico. La frecuencia ventilatoria

normal de lactantes y niños menores de 4 años, por lo general, es doble o triple respecto

de la del adulto.

La taquipnea con signos de esfuerzo mayor o dificultad puede ser la primera

manifestación de dificultad respiratoria o shock. Conforme aumenta la dificultad, los

signos y síntomas adicionales incluyen la ventilación superficial o con mínimo

movimiento del tórax. Los ruidos respiratorios pueden ser débiles o irregulares, el

13
intercambio de aire en la nariz o boca quizá se reduzca o sea mínimo. El esfuerzo

ventilatorio se vuelve más laborioso y puede incluir los siguientes:

 Balanceo de la cabeza con cada ventilación.

 Respiración jadeante.

 Aleteo nasal.

 Respiraciones con estridor o ronquido.

 Retracciones supraesternales, supraclaviculares, subcostal o intercostales.

 Uso de músculos accesorios, como los del cuello o los de la pared abdominal.

 Distensión del abdomen cuando el tórax desciende (disociación

toracoabdominal).

La eficacia de la ventilación de un niño debe evaluarse con uso de los siguientes

índices:

 Frecuencia, profundidad (volumen minuto) y esfuerzo, que indican lo adecuado

de la ventilación.

 La piel rosada puede ser indicador de una ventilación adecuada.

 La piel pálida, gris, cianótica o moteada indica oxigenación o perfusión

insuficientes.

 Ansiedad, inquietud y combatividad pueden ser signos tempranos de hipoxia.

 El letargo, la depresión del LOC y la pérdida del estado de alerta son signos de

hipoxia severa.

 Los ruidos respiratorios indican la calidad del intercambio de gases.

 Las sibilancias, los estertores o roncus pueden indicar una oxigenación

deficiente.

14
 La caída en la cifra de oximetría de pulso y/o la capnografía indican

insuficiencia ventilatoria.

Una rápida evaluación de la ventilación incluye la frecuencia ventilatoria del

paciente (particularmente en casos de taquipnea), el esfuerzo ventilatorio (grado

de esfuerzo), aleteo nasal, uso de músculos accesorios (retracciones), la

auscultación (intercambio de aire, simetría y buscar ruidos patológicos), el color

de la piel y el estado mental.

El uso de un dispositivo bolsa-válvula-mascarilla del tamaño correcto es

indispensable para obtener un sello apropiado, proveer el volumen de ventilación

apropiado y asegurar que los riesgos de hiperventilar o barotrauma disminuyan al

mínimo. Se asegura un volumen adecuado de la ventilación con el uso de bolsa sólo

hasta que se observe elevación de la pared torácica. La adecuada ventilación puede

también valorarse por vigilancia de ETCO, con valor entre 35 a 40 mm Hg como

objetivo. La ventilación de un niño muy forzada o con un volumen de ventilación

pulmonar muy grande puede causar distensión gástrica. A su vez, la distensión gástrica

puede causar regurgitación, broncoaspiración o evitar una ventilación adecuada, al

limitar que se relaje del diafragma.

2.3 Circulación

Después de detener una hemorragia exanguinante asegure la permeabilidad de la

vía aérea y la ventilación, después proceda a la valoración circulatoria. Debe

cuantificarse la frecuencia cardíaca del niño e identificarse si la frecuencia es normal,

hay taquicardia (latidos muy rápidos) o bradicardia (latidos muy lentos). Si el niño

presenta bradicardia, retroceda y revalore la vía aérea. Ante frecuencias cardíacas

15
normales o rápidas busque signos de hipoperfusión (palidez, moteado, tiempo de

rellenado capilar prolongado).

Un niño con una lesión hemorrágica puede mantener un volumen circulatorio

adecuado por aumento de la resistencia vascular periférica para mantener la presión

arterial media. Las pruebas clínicas de este mecanismo compensatorio incluyen un

tiempo de rellenado capilar prolongado, palidez o moteados periféricos, temperatura fría

de la piel y debilidad de pulsos distales. En el niño aparecen signos de hipotensión

significativa con la pérdida de aproximadamente 30% del volumen circulante. La

hipotensión es un signo tardío de hipovolemia. Debido a su mayor reserva fisiológica,

los niños con lesión hemorrágica frecuentemente presentan sólo signos vitales

ligeramente anormales.

Un niño con taquicardia e hipotensión experimenta una emergencia que pone en

riesgo su vida (shock compensado). Controle toda hemorragia externa. Si ésta ocurre en

una extremidad, el colocar un torniquete puede salvar la vida del menor. La reanimación

con líquidos debe iniciarse tan pronto como sea posible, pero sin retrasar el traslado a

un centro de trauma. Se puede iniciar, camino al hospital, el acceso vascular y la

administración de líquidos intravenosos.

2.4 Discapacidad

Después de valorar una hemorragia exanguinante, la vía aérea, la respiración y la

circulación, la revisión primaria debe incluir la valoración del estado neurológico.

Aunque la escala AVDI (Alerta, que responde a estímulos Verbales, a estímulos

dolorosos D, e I inconsciente, sin respuesta) es una herramienta de valoración rápida del

estado del niño, otorga menos información que la escala de coma de Glasgow (ECG).

La ECG debe combinarse con una exploración cuidadosa de las pupilas para determinar

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si son isocóricas (misma medida una con respecto de otra) y normorreactivas. La

puntuación para la sección verbal de los niños menores de 4 años debe modificarse, por

las destrezas de comunicación en desarrollo en este grupo de edad y se vigilará la

conducta del niño cuidadosamente.

2.5 Puntuación pediátrica verbal

Palabras apropiadas y sonrisa social, fija la vista y da seguimiento. 5

Con llanto pero consolable. 4

Persistentemente irritable. 3

Inquieto, agitado. 2

Sin respuesta. 1

Exposicion / Ambiente

Debe revisarse a los niños en búsqueda de lesiones que potencialmente pongan en

riesgo la vida. Sin embargo, si bien la exposición es crítica y necesaria para identificar

lesiones, un niño puede tornarse temeroso por los intentos de retirar su ropa. Siempre

que sea posible explique al niño cada valoración que va a realizar, cada región que se va

a exponer y haga que esté presente un padre. Debido a una superficie corporal alta, un

niño es más susceptible a presentar hipotermia. Una vez que concluya la exploración

para identificar otras lesiones, deberá cubrir al paciente pediátrico para conservar su

temperatura corporal y prevenir una mayor pérdida de calor.

3. Evaluacion Secundaria

La revisión secundaria del paciente pediátrico debe proceder sólo después a la

revisión primaria, luego de identificar y tratar las afecciones que ponen en riesgo la

17
vida. Debe explorarse cabeza, cuello (para descartar deformidades obvias), contusiones,

abrasiones, punciones, quemaduras, hipersensibilidad, laceraciones o edema. Se debe

reexplorar el tórax. Las contusiones pulmonares pueden hacerse evidentes después de la

reanimación con líquidos, manifiestas por dificultad ventilatoria o ruidos pulmonares

anormales. Los pacientes de trauma hospitalizados con poca frecuencia reciben la orden

de nada vía oral (NPO [ayuno]) en el momento de sus lesiones, por lo que puede estar

indicada la inserción de una sonda nasogástrica u orogástrica, si los protocolos locales

lo permiten, lo que es especialmente importante para niños con somnolencia o que

presentan actividad convulsiva postraumática.

La exploración del abdomen debe centrarse en busca de distensión abdominal,

hipersensibilidad, cambios de coloración, equimosis o presencia de una masa.

Cada extremidad debe ser objeto de inspección y palpación para descartar

hipersensibilidad, deformidad, disminución del riego vascular y déficit neurológico. El

esqueleto parcialmente calcificado de un niño con sus múltiples centros de crecimiento,

aumenta la probabilidad de rotura de los discos epifisarios (de crecimiento).

4. Tratamiento

4.1 Control de una hemorragia grave

En la valoración primaria de un paciente de trauma se debe identificar y

controlar una hemorragia. Si se observa una hemorragia externa exanguinante debe

tratarse incluso antes de valorar la vía aérea. Se puede lograr esto por compresión

directa colocando apósitos de gasa de 10 × 10 cm directamente sobre el sitio de

extravasación sanguínea y manteniendo la presión, que deberá mantenerse durante todo

el traslado. Puede ser necesaria la colocación de un torniquete ante una hemorragia de

extremidad cuando la presión directa no la controla adecuadamente.

18
4.2 Via Aerea

La ventilación, la oxigenación y la perfusión son tan esenciales para un niño

lesionado como para un adulto. Por lo tanto, el propósito primario de la reanimación

inicial de un niño lesionado es restablecer la oxigenación tisular adecuada tan pronto

como sea posible. La prioridad más importante de la valoración y reanimación después

de establecer la seguridad del escenario y abordar cualquier hemorragia externa

exanguinante es el establecimiento de la vía aérea. Se debe asegurar y mantener una vía

aérea permeable mediante aspiración, maniobras manuales y dispositivos mecánicos

para la vía aérea. Como en el adulto, el tratamiento inicial del paciente pediátrico

incluye la restricción de la movilidad vertebral cervical. A menos que la férula de espina

larga sea especializada para el manejo de columna pediátrica o tenga una depresión en

la cabeza, debe colocarse acojinamiento adecuado (de 2 a 3 cm) bajo el tronco del

pequeño, de manera que se mantenga la columna cervical en línea recta, en vez de

forzarla a una ligera flexión, debido a su occipucio desproporcionadamente grande.

Cuando se ajusta y mantiene la posición de la vía aérea, debe evitarse la compresión de

los tejidos blandos del cuello y la tráquea.

Intubacion endotraqueal

La intubación endotraqueal de un paciente pediátrico debe incluir atención

cuidadosa a la restricción de la movilidad de la columna cervical. Un proveedor de

atención prehospitalaria debe mantener al paciente pediátrico en decúbito supino y

posición neutra mientras otro lo intuba. Se debe calcular el tamaño apropiado de un tubo

ET con manguito mediante el uso del diámetro del quinto dedo del niño o de uno de los

orificios nasales, o con el uso de la siguiente fórmula:

19
Edad ÷ 4 + 3.5

4.3 Ventilacion

El volumen minuto y el esfuerzo ventilatorio del paciente pediátrico deben

evaluarse con cuidado. Debido al potencial deterioro de hipoxia leve a paro ventilatorio,

la ventilación debe ser asistida si se observan disnea y aumento del esfuerzo

ventilatorio. Se debe utilizar una máscara del tamaño adecuado con reservorio,

administrar oxígeno para proporcionar un flujo entre 85% y 100% (FiO de 0.85 a 1.0).

La oximetría de pulso continua sirve como un complemento para la evaluación

constante de la vía aérea y la ventilación. La SpO debe mantenerse a más de 94% (a

nivel del mar).

4.4 Neumotorax a Tension

La descompresión con aguja de un neumotórax a tensión en un paciente

pediátrico debe hacerse en el segundo espacio intercostal y la línea media clavicular.

Esta destreza contrasta con un cambio reciente en las recomendaciones de

descompresión del adulto, que puede realizarse en la línea media axilar en el quinto

espacio intercostal. La descompresión con aguja a menudo es inmediatamente más

eficaz en el niño, porque el mediastino retorna a su posición normal y se restablece el

retorno venoso rápidamente. Debe tenerse precaución de vigilar estrechamente

cualquier ausencia o disminución de ruidos respiratorios después de la colocación de un

catéter vascular.

4.5 Circulacion

Una vez que se detiene la hemorragia externa del paciente pediátrico debe

valorarse la perfusión. El control de la hemorragia externa implica aplicar compresión

20
manual directa sobre el punto de la hemorragia, el uso de agentes hemostáticos o

torniquetes, en casos de hemorragia significativa o no controlable en una extremidad.

El sistema vascular pediátrico suele poder mantener una presión arterial normal

hasta que ocurre un colapso grave, en cuyo momento a menudo no hay respuesta a la

reanimación. La reanimación con líquidos debe iniciarse siempre que haya signos de

shock hipovolémico compensado y de inmediato en los pacientes pediátricos que

acuden con shock descompensado. Se utilizará solución salina normal (NaCl 0.9%) en

bolos rápidos de 20 mL/kg.

4.6 Acceso vascular

La restitución de líquidos en un paciente pediátrico con hipotensión grave o

signos de shock debe proveer un volumen adecuado a la aurícula derecha para evitar

una mayor disminución de la precarga cardíaca. Los sitios iniciales más apropiados para

el acceso IV son la fosa antecubital (cara anterior del antebrazo a la altura del codo) y la

vena safena en el tobillo.

Tratamiento con liquidos

La solución cristaloide isotónica es la ideal para la reanimación inicial en el paciente

pediátrico con hipovolemia. Un bolo rápido inicial de líquidos para un paciente

pediátrico es de 20 mL/kg, que corresponde aproximadamente a 25% del volumen

circulatorio normal de sangre del niño.

5. Tratamiento del Dolor

La dosis pequeña de un analgésico narcótico apropiadamente titulado no

comprometerá la exploración neurológica y abdominal. Tanto morfina como fentanilo

son opciones aceptables, pero deben administrarse sólo de acuerdo con las guías de

21
atención prehospitalaria escritas o mediante órdenes de un supervisor médico en línea.

Debido a los efectos secundarios como la hipotensión o deterioro en la ventilación,

todos los pacientes pediátricos que reciben narcóticos IV deben vigilarse estrechamente

por oximetría de pulso y signos vitales seriados

6. Traslado

Debido a que el arribo oportuno a la instalación más apropiada puede ser el

elemento clave de la supervivencia del paciente pediátrico, es una consideración

importante para el tratamiento su adecuada selección.

7. Trauma Vertebral

El tratamiento prehospitalario correcto de un paciente pediátrico con sospecha de

una lesión vertebral es la estabilización manual alineada, seguida por el uso de un collar

cervical apropiadamente ajustado y la restricción de la movilidad con un dispositivo

apropiado, de manera que cabeza, cuello, tronco, pelvis y extremidades se manengan en

posicion alineada neutra.

8. Lesiones toracicas

La caja torácica extremadamente flexible de un niño a menudo da como resultado

menor lesión de la estructura ósea del tórax, pero hay riesgo de lesión pulmonar, como

contusión, neumotórax o hemotórax. Aunque las fracturas costales son raras en los

niños, se vinculan con un alto riesgo de lesión intratorácica cuando están presentes.

Pueden detectarse crepitaciones en la exploración y quizás sea signo de neumotórax. es

un elevado índice de sospecha. Todo paciente pediátrico que sufre trauma de tórax y

tronco debe vigilarse cuidadosamente en cuanto a signos de dificultad respiratoria y

shock. Adicionalmente, cuando se traslada un paciente pediátrico que sufrió una lesión

22
torácica contusa de alto impacto, debe vigilarse el ritmo cardíaco en camino a las

instalaciones médicas.

9. Lesiones abdominales

La presencia de trauma abdominal contundente, pelvis inestable, distensión

abdominal postraumática, rigidez o hipersensibilidad, y el shock no explicado desde

otros puntos de vista, se pueden vincular con una posible hemorragia intraabdominal.

Un signo (o marca) de “cinturon de seguridad”, o el correspondiente de un manubrio, en

el abdomen del paciente pediátrico, amenudo es indicativo de lesiones internas graves.

10. Trauma en extremidades

Los niños con traumas esqueléticos con frecuencia soportan fuerzas traumáticas

mayores antes de presentar fracturas, luxaciones o deformidades de los huesos largos.

Son frecuentes las fracturas incompletas (“en tallo verde”), pueden detectarse sólo por

hipersensibilidad ósea a la palpación y dolor al apoyar la extremidad afectada.

11. Trauma Termico

La revisión primaria debe seguirse como en otras causas de trauma pediátrico, pero

cada paso de la revisión primaria puede ser más complejo que en un niño sin lesiones

térmicas. La mayoría de las muertes relacionadas con incendios estructurales no tiene

relación directa con quemaduras de los tejidos blandos, sino que es secundaria a la

inhalación de humo. Cuando los niños quedan atrapados en un incendio estructural, a

menudo se ocultan del fuego bajo una cama o dentro de armarios y con frecuencia

mueren. Cuando se descubren sus cuerpos a menudo no presentan quemaduras; fallecen

por la toxicidad del monóxido de carbono o el cianuro de hidrógeno e hipoxia.

12. Reanimacion con liquidos

23
El establecimiento rápido del acceso vascular es vital para prevenir el desarrollo de

un estado de shock. El retraso en la reanimación con líquidos de los pacientes

pediátricos se ha vinculado con resultados clínicos significativamente deficientes y una

mayor tasa de mortalidad, en especial en aquellos quemados. Después de asegurar una

vía aérea y proveer ventilación y oxigenación adecuadas, es crítico que se cuente con un

acceso venoso periférico. Los niños presentan un volumen intravascular relativamente

pequeño y el retraso en la reanimación con líquidos puede llevar al desarrollo rápido de

un shock hipovolémico. Para proveer los volúmenes grandes de líquidos IV requeridos

ante quemaduras críticas, talespacientes pediátricos suelen necesitar la inserción de dos

catéteres IV periféricos para alcanzar las velocidades de flujo requeridas.

13. Abusos

Entre 10 y 20% de los cuadros clínicos de quemaduras pediátricas corresponden a

las intencionales. Hasta 50% de estos niños puede experimentar abuso recurrente y 30%

del grupo, en un momento dado, muere. Una mayor vigilancia de este problema por los

proveedores de atención prehospitalaria puede mejorar la detección de esta causa de

trauma pediátrico. La documentación cuidadosa de las regiones circundantes a la lesión,

así como los mismos patrones de lesión, pueden ayudar a las autoridades a realizar la

investigación correspondiente y asegurar a los agresores. Los dos mecanismos más

frecuentes por los que estos niños son afectados son escaldaduras y quemaduras por

contacto. Las quemaduras por contacto son el segundo mecanismo más común de

quemaduras por abuso.

Todas las superficies del cuerpo humano presentan algún grado de curvatura; un

artículo caliente que accidentalmente cae sobre la superficie corporal mostrará un punto

24
de contacto inicial y después su deflexión a partir de ese origen. Las quemaduras

resultantes presentarán bordes irregulares y profundidades desiguales.

14. Traumatismos en la paciente obstétrica

14.1 Cambios anatómicos y fisiológicos

El embarazo causa cambios tanto anatómicos como fisiológicos en los órganos,

aparatos y sistemas corporales, que pueden afectar los patrones de lesión que se

presentan y hacer especialmente difícil su evaluación. El proveedor de atención

prehospitalaria enfrenta a dos o más pacientes y debe estar al tanto de los cambios que

han ocurrido en la anatomía y la fisiología en la mujer durante la gestación.

Un embarazo humano dura casi 40 semanas desde la concepción hasta el nacimiento,

y este periodo gestacional se divide en tres porciones o trimestres.

El primer trimestre termina casi a las 12 semanas de gestación y el segundo es

ligeramente más prolongado que los otros dos, con culminación cerca de la semana 28.

Después de la concepción e implantación hasta la semana 12, el útero se mantiene

protegido por la pelvis ósea, para la semana 20 de gestación, su parte más alta (fondo)

se encuentra a la altura del ombligo, continúa creciendo y se aproxima al apéndice

xifoides en la semana 38. Este cambio anatómico hace al útero y a su contenido más

susceptible a las heridas, tanto contusas como penetrantes (Figura 11.13).

25
Figura 11.13 Altura del fondo uterino. Conforme avanza el embarazo, el útero es más

susceptible a las lesiones.

La lesión del útero puede incluir rotura, penetración, desprendimiento prematuro de

placenta normoinserta (cuando una porción de la placenta se desprende de la pared

uterina) y la rotura prematura de las membranas (Figura11.14).

Los últimos dos trimestres del embarazo. El tamaño y peso mayores del útero

modifican el centro de gravedad de la paciente y aumentan el riesgo de caídas, y por su

prominencia suele lesionarse el abdomen.

Además de estos cambios anatómicos, ocurren otros fisiológicos durante el

embarazo. En el tercer trimestre la frecuencia cardíaca de la mujer normalmente

aumenta de 15 a 20 latidos/minuto, con respecto a la normal, lo que dificulta la

interpretación de la taquicardia. Las presiones arteriales sistólica y diastólica

normalmente descienden de 5 a 15 mm Hg durante el segundo trimestre, pero con

frecuencia retornan a lo normal al término. Para la semana 10 del embarazo, el gasto

cardíaco de la mujer se incrementa de 1 a 1.5 litros/ minuto, y al término, su volumen

sanguíneo ha aumentado en casi 50%. Debido a estos aumentos en el gasto cardíaco y el

volumen sanguíneo, la embarazada puede perder de 30 a 35% de su volumen sanguíneo

26
antes de que se hagan aparentes los signos y síntomas de hipovolemia. El shock

hipovolémico puede inducir un trabajo de parto prematuro durante el tercer trimestre.

La oxitocina, que se libera junto con la hormona antidiurética en respuesta a la pérdida

de volumen sanguíneo circulante, estimula las contracciones uterinas.

Algunas mujeres presentan hipotensión significativa cuando se encuentran en

decúbito supino, por lo general se presenta en el tercer trimestre y es causada por la

compresión de la vena cava inferior por el útero crecido, lo que disminuye de manera

notoria el retorno venoso al corazón, y debido a que el llenado es menor, el gasto

cardíaco y la presión arterial descienden (Figura 11.15).

Figura 11.14 Esquema de un traumatismo uterino. A. Desprendimiento prematuro de

placenta normoinserta. B. Proyectil de arma de fuego que atraviesa el útero. C. Rotura

uterina.

La placenta y el útero gestantes están muy vascularizados y sus lesiones pueden

causar una hemorragia intensa. Debido a que la hemorragia quizás esté sellada dentro

del útero o la cavidad peritoneal, puede no ser visible desde el exterior.

27
Aunque en las etapas avanzadas del embarazo es notoria una marcada protuberancia

abdominal, el resto de los órganos se mantiene esencialmente sin cambios, con

excepción del útero. El intestino, que se desplaza hacia arriba, es protegido por el útero.

Figura 11.15 Compresión de la vena cava por el útero de término.

Se pueden usar las siguientes maniobras para aliviar la hipotensión supina (Figura

11.16):

28
Colocar a la mujer en decúbito lateral izquierdo (sobre su costado izquierdo) o, si

está indicada la restricción de la movilidad vertebral, se aplican de 10 a 15 cm de

acojinamiento bajo del lado derecho de la tabla espinal larga o camilla.

Elevar la pierna derecha de la paciente, si no puede rotarse, para desplazar el útero a la

izquierda.

Desplazar manualmente el útero hacia el lado izquierdo de la paciente.

Estas tres maniobras disminuyen la compresión de la vena cava, aumentan el retorno

venoso al corazón y mejoran el gasto cardíaco.

Durante el tercer trimestre el diafragma se encuentra elevado y puede acompañarse

de disnea leve, en especial si la paciente se encuentra en decúbito supino. El

peristaltismo (movimiento de propulsión muscular del intestino) es más lento durante el

embarazo, por lo que el alimento puede permanecer en el estómago muchas horas

después de comer. En consecuencia, la embarazada presenta mayor riesgo de emesis y

su aspiración subsiguiente.

La preeclampsia (también llamada antes toxemia gravídica) es una complicación

tardía del embarazo. En tanto la preeclampsia se caracteriza por la presencia de edema e

hipertensión, la eclampsia lo hace por cambios del estado mental y convulsiones, que

simulan una LCT. Es importante una evaluación neurológica cuidadosa y el

interrogatorio en cuanto a posibles complicaciones del embarazo y otras afecciones

médicas, como diabetes, hipertensión o el antecedente conocido de convulsiones.

14.2 Evaluación

El embarazo, por lo general, no altera la vía aérea de la mujer, pero puede ocurrir

dificultad respiratoria significativa cuando se coloca en decúbito supino sobre una tabla

espinal larga o camilla en el tercer trimestre. La disminución del peristaltismo del tubo

digestivo hace más probable la emesis y la aspiración. Se valoran la permeabilidad de la

29
vía aérea y la función pulmonar, incluyendo la auscultación de los ruidos ventilatorios y

la vigilancia por oximetría de pulso.

Ante el hemoperitoneo de otras fuentes, la hemorragia intraabdominal asociada con

lesiones uterinas tal vez no produzca peritonitis durante horas. Con mayor probabilidad,

la pérdida de sangre de una lesión puede enmascararse por el volumen sanguíneo y

gasto cardíaco mayores de la embarazada. Por lo tanto, un elevado índice de sospecha y

la evaluación de cambios sutiles (p. ej. color de la piel) pueden proveer claves

importantes.

En general, el estado del feto dependerá de las condiciones de la mujer; sin embargo,

puede estar en riesgo en una mujer cuyo estado y signos vitales parecen

hemodinámicamente normales, lo que ocurre porque el cuerpo desvía sangre lejos del

útero (y del feto) hacia los órganos vitales. Deben indagarse y documentarse los

cambios neurológicos, si bien su causa exacta tal vez no sea identificable en el contexto

prehospitalario.

Como en la paciente no embarazada, la auscultación de los ruidos intestinales, en

general, carece de utilidad en el contexto prehospitalario. De manera similar, perder

minutos valiosos buscando los ruidos cardíacos fetales en el escenario no tiene utilidad;

su presencia o ausencia no modificarán el tratamiento prehospitalario. Deben revisarse

los genitales externos en busca de evidencia de hemorragia vaginal y preguntar a la

paciente acerca de la presencia de contracciones y movimientos fetales. Las primeras

pueden indicar que se ha iniciado un trabajo de parto prematuro, en tanto una

disminución de los movimientos fetales puede ser signo ominoso de sufrimiento fetal

intenso.

30
La palpación del abdomen puede revelar hipersensibilidad. Un útero firme, duro,

hipersensible, sugiere un desprendimiento prematuro de placenta normoinserta, que se

asocia con hemorragia vaginal visible en aproximadamente 70% de estos casos.

14.3 Tratamiento

En una paciente embarazada y lesionada, la supervivencia del feto se asegura

enfocándose en la condición de la mujer. En esencia, para que el feto sobreviva suele

ser necesario que la mujer lo haga. Se da prioridad a asegurar una vía aérea permeable y

el apoyo de la función ventilatoria. Debe administrarse suficiente oxígeno para

mantener una oximetría de pulso Igual o mayor a 95%. Tal vez se requiera asistir las

ventilaciones, en especial en etapas avanzadas del embarazo. Es útil prever la emesis y

contar con un dispositivo de aspiración cerca.

Los objetivos de tratamiento del shock son esencialmente los mismos que para

cualquier paciente e incluyen la administración juiciosa de soluciones IV, en especial, si

hay evidencia de shock descompensado. Cualquier manifestación de hemorragia vaginal

o un abdomen rígido “en tabla” asociado a hemorragia externa en el último trimestre del

embarazo, puede indicar desprendimiento prematuro de placenta normoinserta o rotura

uterina. Estas afecciones ponen en riesgo no sólo la vida del feto, sino también la de la

mujer, porque puede ocurrir su exanguinación con rapidez. No hay datos adecuados

para definir el mejor objetivo de presión arterial para una embarazada con lesión. Sin

embargo, el restablecimiento de las presiones arterial sistólica y media normal con toda

probabilidad dará como resultado una mejor perfusión fetal, a pesar del riesgo de

promover una hemorragia interna adicional en la madre.

No debe retrasarse el transporte de una paciente embarazada con traumatismo.

Todas, incluso aquellas que parecen tener apenas lesiones menores, deben trasladarse

con rapidez a la instalación apropiada más cercana. Lo ideal es un centro de trauma con

31
capacidades de atención quirúrgica y obstétrica disponibles de manera inmediata. La

reanimación adecuada de la mujer es clave para su supervivencia y la del feto.

15. Lesiones genitourinarias

Las lesiones de los riñones, uréteres y la vejiga se presentan con mayor frecuencia

con hematuria (presencia de sangre en la orina), signo que, en general, no se detectará a

menos que el paciente tenga colocada una sonda urinaria. Debido a que los riñones

reciben una porción significativa del gasto cardíaco, sus lesiones contusas o penetrantes

pueden dar como resultado una hemorragia retroperitoneal que pone en riesgo la vida.

Las fracturas pélvicas pueden vincularse con laceraciones de la vejiga y las paredes

de la vagina o el recto. Las fracturas pélvicas abiertas, como las de laceraciones

profundas inguinales o perineales, pueden causar una hemorragia externa importante.

El traumatismo de los genitales externos puede ocurrir por múltiples mecanismos, si

bien predominan las lesiones resultantes de la propulsión desde una motocicleta u otro

vehículo, el traumatismo de los genitales externos puede ocurrir también por múltiples

mecanismos, tales como un accidente industrial, mecanismos de tipo silla de montar,

herida por arma de fuego o de ataque sexual. Debido a las múltiples terminaciones

nerviosas en estos órganos, tales lesiones se relacionan con dolor significativo e

inquietud psicológica.

Estos órganos contienen numerosos vasos sanguíneos y los pacientes pueden percibir

visualmente cantidades copiosas de sangre. En general, este tipo de hemorragia puede

inhibirse por compresión directa o un vendaje compresivo. No deben insertarse apósitos

en la vagina o la uretra para controlar la hemorragia, en particular a embarazadas. No se

requiere compresión directa para limitar la hemorragia, estas lesiones deben cubrirse

con gasas limpias humedecidas en solución salina. Cualquier porción amputada debe

32
tratarse como se describe en el capítulo Traumatismos musculoesqueléticos. En el

hospital se realizará una evaluación adicional de todas las lesiones genitales.

Las lesiones intraabdominales a menudo ponen en riesgo la vida por hemorragia

interna y derrame del contenido del tubo digestivo hacia la cavidad peritoneal.

La extensión de las lesiones internas no es identificable en el ambiente

prehospitalario, por lo tanto, el mecanismo de la lesión, en combinación con los signos

Los cambios anatómicos y fisiológicos del embarazo tienen implicaciones para el patrón

de lesión, la presentación de signos y síntomas de los traumatismos y su tratamiento en

una embarazada.

El tratamiento de la afección fetal potencial causada por un traumatismo se logra a

través de la reanimación eficaz de la mujer.

15.1 Traumatismo Cerrado

La pared abdominal, miometrio uterino, y acto líquido amniótico como tampones

para dirigir lesión fetal de traumatismo cerrado. La presencia de contusiones externos y

abrasiones de la pared abdominal, (ver figura 12-4), son signos de una posible lesión

uterina romo. No obstante, las lesiones fetales se pueden producir cuando la pared

abdominal choca con un objeto, tal como el salpicadero o el volante, o cuando una

paciente embarazada es golpeada por un objeto contundente. La lesión indirecta para el

feto se puede producir de la compresión rápida, la desaceleración, el efecto de

contragolpe, o una fuerza de cizallamiento que resulta en desprendimiento prematuro de

placenta.

El uso de un cinturón de regazo permite la compresión y flexión del útero hacia

adelante con la posible ruptura uterina o desprendimiento prematuro de placenta. Un

cinturón de seguridad desgastado demasiado alto sobre el útero puede producir la rotura

uterina, ya que transmite la fuerza directa al útero en el impacto. El uso de unos tirantes

33
en conjunción con un cinturón de regazo reduce la probabilidad de lesión fetal directa e

indirecta, presumiblemente debido a que el cinturón de hombro se disipa la fuerza de

deceleración sobre una mayor área de superficie y ayuda a prevenir la madre se flexione

hacia adelante sobre el útero grávido. Por lo tanto, en la valoración global es importante

para determinar el tipo de dispositivo de retención que lleva la paciente embarazada, si

los hubiere. El despliegue de las bolsas de aire en los vehículos de motor no parece

aumentar los riesgos específicos del embarazo.

15.2 Lesión penetrante

A medida que el útero grávido se hace más grande, las otras vísceras están

relativamente protegidas de la lesión penetrante. Sin embargo, la probabilidad de lesión

uterina aumenta.

La musculatura uterina densa en el embarazo temprano puede absorber una cantidad

significativa de energía de los objetos penetrantes, disminuyendo su velocidad y

reduciendo el riesgo de lesiones a otras vísceras. Sin embargo, el resultado fetal es

generalmente pobre cuando hay una lesión penetrante en el útero.

15.3 Gravedad de la lesión

La gravedad de las lesiones maternas determina el resultado materno y fetal.

Por lo tanto, los métodos de tratamiento también dependen de la gravedad de las

lesiones maternas. Todas las pacientes embarazadas con lesiones mayores requieren

ingreso en un centro de trauma y capacidades obstétricas.

Se deben observar cuidadosamente a las pacientes embarazadas con lesiones incluso

menores, ya que en ocasiones lesiones menores están asociadas con desprendimiento de

la placenta y la pérdida fetal.

15.4 Evaluación y Tratamiento

34
Para optimizar los resultados para la madre y el feto, los médicos deben evaluar y

resucitar a la madre primero y luego evaluar el feto antes de realizar una evaluación

secundaria de la madre.

16. Valoración primaria con la reanimación

16.1 Madre

Asegurar una vía aérea, la ventilación y la oxigenación adecuada, y el volumen

circulatorio eficaz. Si se requiere soporte ventilatorio, intubar pacientes embarazadas, y

considerar el mantenimiento de la PCO2 apropiada para su etapa del embarazo (por

ejemplo, aproximadamente 30 mm Hg al final del embarazo).

16.2 Feto

El examen abdominal durante el embarazo es críticamente importante para

identificar rápidamente lesiones maternas graves y evaluar el bienestar del feto. La

principal causa de muerte fetal es el choque materno y la muerte materna. La segunda

causa más común de muerte fetal es desprendimiento de la placenta.

El desprendimiento prematuro de la placenta es sugerido por sangrado vaginal (70%

de los casos), sensibilidad uterina, las contracciones uterinas frecuentes, tetania uterina,

y la irritabilidad uterina (El útero se contrae cuando es tocado, (ver figura 12-6a). En el

30% de los traumas, no se produce sangrado vaginal.

La ecografía del útero puede ser útil en el diagnóstico, pero no es definitivo. La TAC

también puede demostrar desprendimiento prematuro de placenta (ver figura 12-6a y c)

35
Al final del embarazo, el desprendimiento puede ocurrir después de lesiones

relativamente menores. La ruptura uterina, una lesión poco frecuente, se sugiere por los

resultados de sensibilidad abdominal, vigilancia, la rigidez o sensibilidad de rebote,

sobre todo si hay una profunda conmoción.

Con frecuencia, los signos peritoneales son difíciles de apreciar en gestación avanzada

debido a la expansión y la atenuación de la musculatura de la pared abdominal. Otros

hallazgos anormales sugestivos de ruptura uterina incluyen mentira abdominal fetal (por

ejemplo, mentira oblicua o transversal), fácil palpación de partes fetales debido a su

ubicación extrauterino, y la incapacidad de palpar fácilmente el fondo uterino.

Cuando hay ruptura del fondo uterino se realizan pruebas de rayos X de ruptura,

incluyen extremidades extendidas fetales, posición fetal anormal, y el aire libre

intraperitoneal, la exploración quirúrgica puede ser necesaria para diagnosticar la rotura

uterina.

Los tonos cardíacos fetales iniciales se pueden auscultar con ultrasonido Doppler

desde las 10 semanas de gestación. Realizar la monitorización fetal continua con un

tocodinamómetro más allá de 20 a 24 semanas de gestación.

36
Los pacientes sin factores de riesgo para la pérdida fetal deben tener la

monitorización continua durante 6 horas, mientras que los pacientes con factores de

riesgo para la pérdida fetal o desprendimiento de la placenta deben ser monitorizados

durante 24 horas.

17. Evaluación secundaria

Durante la evaluación secundaria materna, se sigue el mismo patrón que en las

pacientes no embarazadas,

Las indicaciones para la tomografía computarizada abdominal, la evaluación se

centra en ecosonografía para trauma (FAST), y lavado peritoneal diagnóstico (DPL).

Si se lleva a cabo el DPL, colocar el catéter por encima del ombligo usando la

técnica abierta.

Estar alerta ante la presencia de contracciones uterinas, lo que sugiere un parto

prematuro y contracciones tetánicas, que sugieren desprendimiento de la placenta.

Evaluación del perineo incluye un examen pélvico formal, lo ideal es que sea

realizado por un médico experto en el cuidado obstétrico.

La presencia de líquido amniótico en la vagina, evidenciado por un pH mayor que

4,5, sugiere rompimiento de las membranas corioamnióticas. Tenga en cuenta el

borramiento y la dilatación del cuello uterino.

El ingreso en el hospital es obligatorio para pacientes embarazadas con sangrado

vaginal, irritabilidad uterina, dolor abdominal, dolor o calambres, la evidencia de

hipovolemia, los cambios en o ausencia de tonos del corazón fetal, y / o pérdida de

líquido amniótico. El cuidado debe ser proporcionado en una instalación con

capacidades de monitoreo y tratamiento fetal y materna apropiados. El feto puede estar

en peligro, incluso con una lesión aparentemente menor materna.

18. Atención definitiva

37
Obtener la consulta obstétrica siempre que existan problemas uterinos específicos o

se sospeche. Con una amplia separación de la placenta o embolización líquido

amniótico, la coagulación intravascular generalizada se puede desarrollar, causando el

agotamiento de fibrinógeno, otros factores de coagulación y plaquetas. Esta

coagulopatía de consumo puede surgir rápidamente. En presencia de embolia en peligro

la vida del líquido amniótico y / o la coagulación intravascular diseminada, lleve a cabo

inmediatamente la evacuación uterina y reemplazar plaquetas, fibrinógeno y otros

factores de coagulación, si es necesario.

38
39
19. Trauma multisistémico

Paciente crítico por traumatismos multisistémicos El apego a las prioridades de la

revisión primaria en los pacientes con traumatismos multisistémicos, que incluyen las

lesiones de extremidades, no implica que se deban ignorar o no protegerse de mayor

daño. Más bien significa que la vida tiene preferencia respecto de la extremidad cuando

se atiende a un paciente con una lesión traumatológica crítica de una extremidad que no

pone en riesgo la vida.

El propósito debe ser mantener las funciones vitales mediante reanimación y sólo se

efectuarán medidas limitadas para abordar las lesiones de extremidad,

independientemente de qué tan espectaculares sean.

Mediante la restricción de movimiento apropiada de un paciente en una férula de

espina larga, todas las extremidades y el esqueleto completo se inmovilizan en una

posición anatómica, y se le desplaza con facilidad. Puede omitirse la revisión secundaria

si los problemas de riesgo vital identificados en la revisión primaria requieren

intervenciones constantes y el tiempo de transporte es breve.

Si se difiere una revisión secundaria, el proveedor de atención prehospitalaria

puede simplemente documentar los datos que impidieron su realización. Síndrome

compartimental El síndrome compartimental se refiere a un compromiso que pone en

riesgo una extremidad, en la que la perfusión se compromete por aumento de la presión

en su interior.

Los músculos de las extremidades están envueltos por un tejido conectivo denso

llamado fascia, que forma numerosos compartimientos en los que se contienen. La

fascia muscular presenta mínima distensibilidad y cualquier cosa que aumente la

presión en el interior de dichos espacios puede causar un síndrome compartimental.

40
Las dos causas más frecuentes del síndrome compartimental son la hemorragia

dentro de un compartimiento por una fractura o una lesión vascular y el edema del

tercer espacio, que se forma cuando el tejido muscular isquémico es reperfundido

después de un periodo de disminución o ausencia de riego sanguíneo. Sin embargo, una

férula o inmovilizador de yeso que se aplica con demasiada presión puede producir un

síndrome compartimental por compresión externa. Conforme la presión en el

compartimento aumenta más allá de la presión capilar, se altera el riego sanguíneo

correspondiente. El tejido irrigado por estos vasos se torna isquémico.

La presión puede continuar aumentando hasta el punto de que se comprometen

incluso el riego sanguíneo arterial y la función nerviosa por la compresión. Los dos

signos tempranos de desarrollo de un síndrome compartimental son (1) dolor por

encima del nivel basal del traumatismo y que no responde a las medidas convencionales

de alivio del dolor y (2) alteración de la sensibilidad (percepciones anormales) o su

disminución/ausencia en la extremidad lesionada.

El dolor con frecuencia se describe fuera de proporción con la lesión y puede

aumentar de manera espectacular con el movimiento pasivo de un dedo de la mano o del

pie. Los nervios son en extremos sensibles a su riego sanguíneo y cualquier decremento

se manifestará como parestesias.

El hecho de que estos síntomas normalmente se asocien con una fractura recalca

la necesidad de una exploración de la circulación, motricidad y sensibilidad, y su

repetición debe ser seriada, de manera que el proveedor de atención prehospitalaria

pueda identificar cambios.

41
Los otros tres signos “clásicos” del síndrome compartimental, ausencia de pulso,

palidez y parálisis, son manifestaciones tardías que lo indican claramente, así como el

riesgo de la extremidad por muerte muscular (necrosis).

Los compartimientos pueden ser en extremo tensos y firmes a la palpación,

aunque es difícil juzgar su presión por sólo la exploración física.

Tratamiento

En el hospital, los médicos pueden medir la presión de los compartimientos en

las extremidades donde se sospecha el síndrome, que debe tratarse de manera definitiva

por intervención quirúrgica urgente (fasciotomía), que implica la incisión de la piel y la

fascia de los músculos afectados para descomprimir el tejido muscular. Sólo pueden

intentarse maniobras básicas en el campo. Debe retirarse cualquier férula o apósito

aplicados en forma muy ceñida y revalorar la perfusión distal.

No se recomienda elevar la extremidad, lo ideal es mantenerla a nivel cardíaco.

Además, debe hacerse dorsiflexión del tobillo cuando se le aplica una férula, para

disminuir la presión del compartimiento anterior de la pierna. Debido a que puede

desarrollarse el síndrome compartimental durante un traslado de gran distancia, son

esenciales las exploraciones seriadas para la identificación temprana del problema.

Extremidad destrozada se hace referencia a una lesión compleja resultante de la

transferencia de alta energía en la que ocurre daño significativo en dos o más de los

siguientes: (1) piel y músculo, (2) tendones, (3) hueso, (4) vasos sanguíneos y (5)

nervios.

Los mecanismos comunes que producen la destrucción de las extremidades

incluyen las colisiones de motocicletas, la propulsión desde un vehículo y el

42
atropellamiento de un peatón por un automóvil. Los pacientes pueden estar en shock por

pérdida sanguínea externa o hemorragia de lesiones.

Asociadas, que son comunes por el mecanismo de alta energía. Casi todas las

extremidades destrozadas involucran fracturas abiertas graves y con frecuencia se

requiere su amputación. Es posible salvar la extremidad en algunos pacientes, lo que por

lo general involucra múltiples procedimientos quirúrgicos.

Tratamiento

Incluso con una extremidad destrozada el propósito en la revisión primaria es

aún descartar o tratar afecciones que pongan en riesgo la vida.

Puede requerirse el control de la hemorragia, incluso con el uso de un torniquete.

La extremidad destrozada debe inmovilizarse si el estado del paciente lo permite.

Posiblemente sea lo mejor atender a estos pacientes en centros de traumatología de nivel

1 de alta complejidad.

Amputaciones Cuando el tejido se ha separado por completo de una extremidad

carece en absoluto de nutrición y oxigenación, un tipo de lesión que se denomina

amputación, que es la pérdida de parte o toda una extremidad.

Todas las amputaciones pueden acompañarse de hemorragia significativa, pero

ésta es más frecuente en las que son parciales. Cuando los vasos sanguíneos se cortan

por completo en forma transversal, se retrae y contraen, y pueden formar coágulos

Extremidad destrozada resultante de una lesión por aplastamiento entre dos vehículos.

El paciente presenta fracturas y daño extenso de los tejidos blandos. Figura 12.9

Extremidad destrozada resultante de una lesión por aplastamiento entre dos vehículos.

43
El paciente presenta fracturas y daño extenso de los tejidos sanguíneos, lo que

disminuye o detiene la hemorragia; sin embargo, cuando un vaso es cortado sólo

parcialmente en forma transversal, los dos extremos no se pueden retraer y siguen

perdiendo sangre por la misma apertura.

Las amputaciones a menudo son evidentes en el escenario, un tipo de lesión que

recibe gran atención de los transeúntes, y el paciente puede o no saber que le falta una

extremidad. Psicológicamente el proveedor de atención prehospitalaria necesita ser

cauto al enfrentar esta lesión frecuente la discapacidad sustancial a largo plazo.

Las amputaciones pueden ser muy dolorosas. Debe emplearse analgesia, según

sea necesario, una vez que se descarten los problemas que pongan en riesgo la vida en la

revisión primaria

Tratamiento

Los principios del tratamiento de una amputación incluyen los siguientes:

Limpiar el segmento amputado por enjuague suave con solución salina o lactato de

Ringer. Vendar la parte amputada con gasa estéril humedecida con solución salina o

lactato de Ringer y colocarla en una bolsa o recipiente de plástico. Después de etiquetar

la bolsa o el recipiente, colóquelo en un receptáculo externo lleno de hielo pulverizado.

Amputación en el campo En general, muchas extremidades que parecen

atrapadas sin remedio se pueden liberar por el personal con experiencia adicional en la

extricación.

Si el paciente tiene una extremidad enredada en un aparato, un experto a menudo

ignorado es el que da mantenimiento al aparato y lo repara. Esa persona, por lo general,

tiene el conocimiento técnico para desensamblar rápido y retirar partes de un aparato, lo

44
que permite la extracción. En raras ocasiones, sin embargo, un paciente puede tener una

extremidad atrapada para la que la única opción razonable es la amputación en el

campo.

En un sistema de traumatología regional se debe considerar el desarrollo de un

equipo de amputación en el campo, con recursos apropiados

Esguinces Un esguince es una lesión en la cual los ligamentos se distienden o

desgarran. Los esguinces son causados por la torsión súbita de la articulación, más allá

del rango normal de movimiento. Se caracterizan por dolor significativo, edema y

posiblemente un hematoma. Externamente los esguinces pueden simular una fractura o

luxación.

La diferenciación definitiva entre un esguince y una fractura se logra sólo por el

estudio radiográfico. En el contexto prehospitalario es razonable inmovilizar una

extremidad ante la sospecha de un esguince para el caso de que resulte una fractura o

luxación. Una compresa helada o el hielo pueden ayudar a aliviar el dolor.

El uso de analgésicos narcóticos, en general, no es necesario o deseable, y

pudiese reservarse para casos con dolor significativo que no responde a la

inmovilización, elevación y el hielo.

Tratamiento

El tratamiento general ante una sospecha de esguince incluye los siguientes

pasos. Identificar y tratar todas y cada una de las lesiones que ponen en riesgo la vida

encontradas en la evaluación primaria.

20. Restricción de movimiento espinal, con énfasis en los protocolos actuales.

45
Evaluación

El daño a la columna, al igual que con otras condiciones, debe evaluarse en el

contexto de otras lesiones y de la situación presente. La evaluación primaria es

prioritaria. Sin embargo, a menudo el paciente primero necesita ser movido para

garantizar la seguridad de todas las personas en el lugar. Por tanto, una evaluación

rápida de la escena y la historia del evento deben determinar la posibilidad de una lesión

de la médula, en cuyo caso se procede a proteger manualmente la columna vertebral del

paciente. Su cabeza se coloca en una posición neutral en línea. La cabeza se mantiene

en dicha posición hasta que la evaluación revele que no hay indicación para la

inmovilización, o hasta que la estabilización manual sea reemplazada con un dispositivo

de restricción de movimiento espinal, corno collarín con tabla corta para columna, tabla

larga, o un dispositivo tipo chaleco.

La inmovilización no es benigna

Si usted cree que la inmovilización cervicoespinal es benigna, haga la siguiente

prueba: acuéstese usted en una tabla larga y permita que sus compañeros los

inmovilicen por 1 hora y media. Al final dígame usted si es una experiencia que usted le

desea a su paciente.

La inmovilización cervicoespinal no es completamente benigna. La tabla larga

es rígida y es plana. La columna vertebral NO es completamente plana. Esto hace que la

columna vertebral tenga que adaptarse a la tabla larga. Algunos pacientes no toleran

periodos prolongados en posición supina debido a condiciones preexistentes. En

adición, las restricciones al movimiento por la inmovilización total pueden restringir

parcialmente la expansión toráxica, limitando la capacidad de respirar.

Criterios de NEXUS

46
Usted puede descartar una lesión de cuello y no tener que inmovilizar a un paciente si

este:

1. No tiene dolor en la línea media.

2. No tiene alteración en el nivel de consciencia.

3. No está intoxicado.

4. No tiene una lesión distrayente.

5. NO presentar ningún signo neurológico.

Signo y síntomas de traumatismo espinal

Dolor en el cuello o la espalda

• Dolor al movimiento del cuello o la espalda

• Dolor a la palpación de la parte posterior del cuello o líneamedia de la espalda

• Deformidad de la columna vertebral

• Protección o entablillado de los músculos del cuello o la espalda

• Parálisis, paresia, entumecimiento u hormigueo en las piernas o los brazos en

cualquier momento después del

• Signos y síntomas de shock neurogénico.

• Priapismo (en pacientes hombres).

Restricción de movimiento espinal

El personal de atención prehospitalaria suele restringir el movimiento de la columna

vertebral de los pacientes antes de transportar y vitar el movimiento vertebral de

cualquier paciente con una lesión de la columna por encima y por debajo del sitio de la

lesión sospechosa hasta que se descarte una fractura. Esto se logra simplemente

47
mediante la colocación de la paciente en posición supina sin rotación o flexión de la

columna vertebral en una superficie firme con un collar cervical rígida del tamaño

adecuado y se coloca. Recuerde que debe mantener la restricción de movimiento de la

columna hasta que se descarte una lesión.

Un collar semirrígido no asegura la restricción de movimiento completo de la columna

vertebral cervical. La suplementación con almohadones y correas para el tablero espinal

larga es más eficaz. Sin embargo, se recomienda el uso de tableros espinales largos para

liberación y el movimiento rápido del paciente.

La maniobra logroll se realiza para evaluar la columna del paciente y retire el tablero

espinal largo tiempo que limita el movimiento de la columna.

1. Al menos cuatro personas se necesitan para el intercambio de favores a un

paciente para eliminar una tabla espinal y / o examinar la parte posterior.

2. Una persona se encuentra en la cabeza del paciente para controlar la cabeza y el

C-espina dorsal, y dos son lo largo de lados del paciente para controlar el cuerpo

y las extremidades.

3. A medida que se enrolla el paciente, tres personas mantienen la alineación de la

columna vertebral mientras, la cuarta persona elimina la junta y examina la parte

de atrás.

4. Una vez que la placa es eliminada, tres personas vuelven al paciente en la

posición supina mientras mantiene la alineación de la columna vertebral.

¿Qué es lo primero que debe hacerse?

La primera acción para realizar en todo paciente traumatizado es el control cervical

manual. Aunque la frecuencia de presentación de lesiones medulares tras un

traumatismo es baja (40 personas por millón, con 12.000 nuevos casos al año en

48
Estados Unidos), sus efectos potenciales son catastróficos y también lo es una

inmovilización y una movilización incorrectas de estos pacientes.

Por tanto, es fundamental ser muy escrupulosos en este aspecto de la atención al

traumatizado, no solo en la asistencia in situ, sino también durante toda la cadena

asistencial, hasta que se descarte mediante un estudio radiológico la existencia de

afección vertebral o medular en el ámbito cervical.

Pero la asistencia correcta al paciente traumatizado no puede limitarse, cuando la

realiza personal cualificado y experto, a la simple aplicación del axioma que afirma que

“todo traumatizado tiene una lesión de columna hasta que se demuestre lo contrario”.

No cabe duda de que éste es muy útil para el abordaje inicial en el lugar del

traumatismo, cuando la falta de información exacta sobre su carácter y las posibles

lesiones suponen que lo más adecuado y sencillo sea adoptar todas las precauciones

posibles para minimizar la lesión primaria y evitar la aparición de lesiones secundarias.

Pasos para restricción de movilidad espinal.

1 Los pacientes cabeza y espalda debe ser captado por el facultativo quién se coloca en

la cabecera de la cama, asegurando que la columna esté alineada con la cabeza.

Taladro de emergencia: la aplicación del inmovilizador de la cabeza y del collarín

cervical

2 Un asistente debe aplicar un collar cervical sin levantar la cabeza de la cama y

el alineación de la columna vertebral mantenido.

49
3 Para rodar el paciente, uno o dos asistentes deben colocar sus manos en el lado

opuesto del paciente, ubicadas en el hombro, cadera y rodilla.

Taladro de emergencia: mantener la alineación espinal correcta.

4 El individuo en la cabecera de la cama debe mantener la alineación espinal. Cuando

los profesionales están posicionados y listos para hacer rodar al paciente, el individuo

que mantiene la alineación de la columna debe contar hasta tres, momento en el cual los

asistentes deben rodar al paciente hacia sí mismos. Otro asistente debería

rápidamente evaluar la espalda del paciente y coloque el tablero debajo. Cuando la

pizarra está asegurada, el paciente se enrollará de nuevo sobre la pizarra.

5 El paciente debe colocarse en el centro del tablero mientras se mantiene la alineación

cervical.

6 El practicante debe primero Asegure la parte superior del torso con correas.

Taladro de emergencia: la alineación de la parte superior de las piernas y la

inmovilización de la pelvis.

7. los pecho, pelvis y piernas están asegurados con correas también.

8 La cabeza del paciente debe estar asegurada con dispositivos de inmovilización como

una toalla enrollada o una espuma de inmovilización comercial.

9. Una cinta se aplica a la frente del paciente para asegurar.

50
10 Asegúrese de que todos correas están asegurados y fijados, reajuste según sea

necesario.

LA RME EN NIÑOS

1. La edad por sí sola no debe ser un factor en la toma de decisiones para la

atención espinal prehospitalaria, tanto en el niño pequeño como en el niño que

puede proporcionar una historia fiable.

2. Los niños pequeños presentan barreras de comunicación, pero esto no supone

realizar la REM solamente en función de la edad.

3. Con base en la mejor evidencia pediátrica disponible de los estudios que se han

realizado a través de la red de investigación de atención pediátrica de

emergencia (Pediatric Emergency Care Applied Research Network,

PECARN), se debe aplicar un collarín cervical si el paciente tiene cualquiera de

los siguientes signos o síntomas:

o Queja de dolor en el cuello

o Tortícolis

o Déficit neurológico;

o Estado mental alterado que incluye GCS <15, intoxicación u otros signos

(agitación, apnea, hipopnea, somnolencia, etc.)

o Implicación en un accidente de tráfico de alto riesgo, lesión de buceo de

alto impacto o lesión importante del torso.

51
4. No hay evidencia que apoye un alto riesgo/incidencia de lesiones espinales

multinivel no contiguas en niños. La tasa de lesiones multinivel contigua en

niños es extremadamente baja (muy por debajo del 1%).

5. Reduzca al mínimo el tiempo en los tableros, considerando el uso de un colchón

de vacío o almohadillado adicional para minimizar el riesgo de dolor y úlceras

por presión si prevé que el tiempo se va a prolongar.

6. Debido a la variación en la relación entre el tamaño de la cabeza y el cuerpo en

niños pequeños en relación con los adultos, a menudo es necesario un

almohadillado adicional debajo de los hombros para evitar la flexión excesiva de

la columna cervical en la RME.

Resumen

La columna vertebral está compuesta por 24 vértebras separadas, más el sacro y el

cóccix apilados uno encima del otro.

• Las funciones principales de la columna vertebral consisten en soportar el peso del

cuerpo y permitir el movimiento.

• La médula espinal está encerrada dentro de la columna vertebral y es vulnerable a

lesiones por movimiento y posicionamiento anormales. Cuando el apoyo para la

columna vertebral se pierde como resultado de lesiones en las vértebras o en los

52
músculos y ligamentos que ayudan a mantenerla en su lugar, se posibilita una lesión en

la médula.

20.Traumatismo Geriátrico

Las personas de edad avanzada están en mayor riesgo de lesiones graves, a una

mayor movilidad y estilo de vida activo, es la quinta causa principal de muerte en la

población anciana. Dependerá de una correcta identificación del paciente con riesgo de

muerte y un enfoque bien coordinado, frecuentemente multidisciplinaria, agresivo

terapéutico. Por esta razón se debe evaluar y hacer una minuciosa valoración a los

pacientes geriátricos, ya que de esta manera mejora sus resultados.

Efecto del envejecimiento y el impacto de las condiciones prexistentes.

El envejecimiento es un proceso don hay transformaciones físicas, metabólicos,

mentales y funcionales que se producen a lo largo del tiempo que comportan una

disminución de la capacidad de adaptación a los cambios del entorno y una mayor

dificultad para mantener estable el medio interno. Esto nos lleva un aumento de la

vulnerabilidad y de la fragilidad. Este proceso es continuo, irreversible e inevitable de

manera que al final llega a la muerte.

Se caracteriza por mecanismo de adaptación y homeostasis deteriorados que causan

un aumento de la susceptibilidad de la lesión. En un estudio reciente, los investigadores

identificaron cinco PEC que influyen en los resultados en pacientes traumatizados

como: Cirrosis, Coagulopatía, la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC),

enfermedad isquémica del corazón y la diabetes melitus se le realizo un estudio a más

de 3.000,00 mil pacientes, en una cuarta parte de las mayores de 65 años tenia una de

53
esta cinco PEC. Los pacientes con una mas de estas condiciones eran casi propenso a

morir, que aquello sin PEC.

Los equipos de trauma platean un desafio únicos para los pacientes con

traumatismo geriátrico, los datos establecidos que demuestra aumento de la mortalidad

con una gravedad similar de la lesión en los adultos mayores.

Los Factores que afectan a la mortalidad de traumatismos geriátricos es:

 La senescencia de los sistemas de órgano

 Lo estado de enfermedad prexistentes

 La fragilidad.

 Depresión.

 Abusos de sustancias y maltratos.

Mecanismo de la lesión

Cuando sucede en incendios estructurales, los investigadores encuentran a los pacientes

geriátricos, están particularmente en riesgo debido a la disminución de los tiempos de

riesgos debido a problema de audición, visión y la imposibilidad de escape en una

estructura en llamas. En paciente con edad avanzada en su sistema de órgano tiene un

gran impacto y afecta la piel debido a la escasez de folículos

En los pacientes de edad avanzada incluyen caídas, accidentes automovilísticos,

quemaduras y lesiones penetrantes.

54
LESIONES FACTORES

 Es el mecanismo mas  Impedimento físicos.

común de muertes en la  Antecedente de una caída

población anciana.  Uso de medicamento

 El riesgo aumenta con la  Demencia

edad.  Marcha inestable

 Es la causa más común  Visual


CAIDAS de lesiones cerebral  Cognitivos

traumática.  Transtornos Neurológicos

 Sufren fractura de cadera  Factores ambientales como


y no será capaz de vivir una albombra suelta, la
de forma independiente. iluminación

 Las personas de edad  Tiempo de reacción mas lenta

ACCIDENTES avanzada conducen  Movilidad cervical

AUTOMOVILI menos millas y a  Disminución de la audición y

ST - CO velocidad mas baja el deterioro cognitivo

Problemas médicos:

 Infarto de miocardio

 Arritmias

 Es mas desvastador de El impacto de la edad haciendo

QEMADURAS las lesiones reconocida como causa de muerte,

cabe resaltar que las quemaduras

pequeñas y de tamaño moderado

55
sigue siendo alta en adultos mayores.

 Es el mecanismo Personas mayores de 65 años son

predominante victimas de una lesión penetrantes.

LESEIONES  Es la cuarta causa más

PENETRATES común de muerte

traumática

 Asociadas a heridas de

bala.

Tipo de lesiones

Lesiones especificas más comunes en la población de edad avanzada fracturas de

costillas, lesiones cerebrales traumáticas y fracturas pélvicas.

LESIONE CAUSAS FACTORES COMPLICACION TRATAMIEN

S ES TO

fracturas *La causa más *cambios *el control del

de costillas común de anatómicos de la *neumonía dolor y la

fracturas de pared torácica y higiene

costillas es una la pérdida de pulmonar. El

caída del nivel densidad ósea. manejo del

del suelo dolor puede

incluir

*choques de medicación

vehículos de oral,

56
motor, medicamentos

por vía

intravenosa,

transdérmica

lesiones *El delirio, * pérdida de la *Si es preexiste

cerebrales demencia y conciencia Dolor atrofia cerebral, la *uso de

traumática depresión de cabeza demencia y los concentrado de

s pueden ser Confusión accidentes complejo de

difíciles de vasculares protrombina, las

distinguir de los cerebrales a hacer el medidas de

signos de lesión diagnóstico clínico plasma, y

cerebral. de la lesión cerebral vitamina K

traumática difícil.

fracturas *Por caídas a *la incidencia *La necesidad de *La prevención

pélvicas nivel del suelo de osteoporosis transfusión de de caídas es el

aumenta sangre, incluso para pilar de la

linealmente; la fracturas reducción de la

mayoría de las aparentemente mortalidad

personas estable asociada con

mayores de 60 fracturas de

años tienen pelvis.

algún grado de

osteoporosis

57
Valoración Primaria

Todos los pacientes con trauma se le debe de aplicar una valoración en la cual en

(ATLS) y (PHtLS), nos indica la metodología A, B, C, D, E, tomando en cuenta que

ante de la A esta la X que significa antes de manejar las vías aéreas debemos controlar

el sangrado. En caso de los pacientes con edad avanzada los médicos deben tener en

cuenta los efectos del envejecimiento en los sistemas orgánicos y sus implicaciones para

la atención.

VIA AREA RESPIRACION O CICULACIO DEERIORO EXPOSICI

VENTILACION N DEL DEFICIT ON

*Los adultos *Los cambios en el * los cambios * El * La

mayores tienen cumplimiento de relacionados envejecimiento pérdida de

una perdida los pulmones y la con la edad en provoca la grasa

significativa de pared torácica el sistema duramadre a ser subcutánea,

reflejos resultado en un cardiovascular más adherente deficiencias

protectores de las aumento de trabajo del paciente al cráneo, lo nutricionale

vías respiratorio con el traumatizado que aumenta el s,

respiratorias. envejecimiento. colocan riesgo de condiciones

ancianos en hematoma médicas

riesgo epidural con crónicas, y


*haciendo * Esta alteración
lesión. las terapias
oportuna para coloca el paciente
médicas
* Se prescriben
establecer una con alto riesgo de * Dado que
preexistente
más
vía aérea insuficiencia frecuencia
s coloque

58
definitiva respiratoria. cardíaca fijo y comúnmente los

decisión que el gasto medicamentos pacientes

puede salvar la cardíaco, la anticoagulantes ancianos en


* causa una
vida. respuesta a y anti riesgo de
respuesta de
hipovolemia plaquetarios hipotermia
* Los pacientes
frecuencia cardíaca
implicará para y las
pueden tener
suprimida a la
aumento de la condiciones complicacio
prótesis que
hipoxia,
resistencia médicas nes de la
pueden soltar y
insuficiencia
vascular preexistentes inmovilidad
obstruir las vías
respiratoria.
sistémica (lesiones
respiratorias
por presión

y delirio)

Efectos del Envejecimiento en los Sistemas Orgánicos e Implicaciones para el Cuidado

SISTEMAS DE CAMBIOS IMPLICACIONES


ORGANOS FUNCIONALES
CARDIACO
• Disminución de la • hipovolemia
sensibilidad a las • El riesgo de isquemia
catecolaminas. cardiaca
• Disminución de la • Aumento del riesgo de
función. disritmias
• La aterosclerosis de los • Elevada presión arterial
vasos coronarios basal
• aumento de la poscarga
• gasto cardíaco fijo •

59
ritmo cardíaco fija
(bloqueadores beta)

PULMONAR cifoescoliosis torácica • Aumento del riesgo de


• La disminución de insuficiencia respiratoria •
diámetro torácica transversal Aumento del riesgo de
• capacidad residual neumonía • Poor tolerancia a
funcional reducida fracturas de costillas
• el intercambio de gases
disminuido
• reflejo de tos disminución
• Disminución de la función
mucociliar
RENAL • la dosificación del
La pérdida de masa renal fármaco para la insuficiencia
• Disminución de la tasa de renal • capacidad de
filtración glomerular (TFG) concentrar la orina
• Disminución de la Disminución • flujo de orina
sensibilidad a la hormona puede ser normal con
antidiurética (ADH) y la hipovolemia • Aumento del
aldosterona riesgo de lesión renal aguda
PIEL / TEJIDOS La pérdida de masa corporal
BLANDO magra • Osteoporosis • Los • Aumento del riesgo de
cambios en las fracturas • Disminución de
articulaciones y cartílagos • la movilidad • Dificultad
Los cambios degenerativos para la intubación oral •
(incluyendo c-espina dorsal) Riesgo de lesiones en la piel
• La pérdida de elastina de la debido a la inmovilidad •
piel y la grasa subcutánea Aumento del riesgo de
hipotermia
ENDOCRINO la producción y la respuesta
a la disminución de tiroxina • hipotiroidismo Oculta
• Aumento del riesgo de
infección

60
CONCLUSIÓN

En la presente investigación, se concluimos que los profesionales de la salud son

responsables de estimular y desarrollar conductas tendentes a mejorar los

conocimientos, cambiar las actitudes, prácticas y estilos de vida tanto en nuestros

pacientes como en sus familias; teniendo en cuenta los distintos factores de riesgo

presentes en los niños de acuerdo a su sexo, edad y desarrollo psicomotor.

Para lograrlo, los programas educativos deben ser diseñados por equipos

multidisciplinarios e implementados en forma intersectorial, teniendo en cuenta los

determinantes sociales de la salud involucrados, tales como: bajo nivel de escolaridad,

bajo nivel socioeconómico y ambiente físico inadecuado; considerando además, la

capacidad de las personas para acceder y comprender la información otorgada por los

profesionales de la salud.

Estos programas educativos deben implementarse desde el control prenatal, para

realizar un diagnóstico de los padres, evaluando su nivel socioeconómico,

conocimientos frente al tema y capacidades de autocuidado; con la finalidad de saber si

éstos, se encuentran en condiciones de adoptar las medidas de prevención de

traumatismos antes del nacimiento.

Las medidas de prevención deben ser adecuadas para el nivel socioeconómico de la

familia, para que la falta de recursos no sea un obstáculo; por lo mismo se debería

legislar acerca de los precios para las sillas de seguridad, las cuales son bastantes

costosas, pero con un impacto muy significativo en la disminución de lesiones graves

frente a una colisión.

61
Cabe destacar la importancia que tienen los medios de comunicación como fuente de

información, por lo cual es apropiado utilizar este recurso para difundir las medidas de

prevención de traumatismos en forma masiva.

62
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

• Apoyo vital avanzado en trauma, décima edición. Booksmedicos.org

• Rozycki GS, Maull Kl. Las lesiones sufridas por las caídas. Arco Emerg Med 1991;
8:245-252.

•Maull Kl y otros. Desaceleración lesiones verticales. Surg Gynecol Obstet 1981;


153:233-236.

•Greensher J. Lesiones no automotrices en el adolescente. Pediatr Ann 1988; (2) 17:


114-121.

•Jones & Bartlett. Soporte vital de trauma prehospitalario, 8 va edición, Nicholas Send
(2006).

•PHTLS. Soporte vital de trauma prehospitalario, 9 na edición, Nicholas Send (2019).

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