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LA CAIDA DE THEMIS

INTEGRANTES:

 Andrea Jamileth Fú nez Arrazola

 Christian Arturo Reyes Dá vila

 Astrid Carolina Fú nez Arrazola

 Roberto Orellana
LA CAIDA DE TEMIS ¿AUN PUEDE SALVARSE EL PODER JUDICIAL?

En un sistema Republicano el papel que juega el Poder Judicial resulta elemental para
su correcto funcionamiento. A cada Juez y Magistrado que conforma la estructura se le
exige requisitos de estricto cumplimiento, a diferencia de Diputados y el Presidente, no
basta con ser un ciudadano mayor de edad, un Juez debe contar con instrucción
académica universitaria, contar con posgrados, además de haber hecho carrera en el
poder judicial. El Juez que en el ejercicio de sus atribuciones, aplica correctamente la
Ley al caso concreto, previene la impunidad, procura el orden social y de manera
automática evita que los ciudadanos tomen justicia por propia mano, en síntesis, con el
Poder Judicial se abandona el concepto de venganza, y su razón de existir es evitar que
la gente aplique el ojo por ojo y diente por diente.

Sin embargo, a comienzos del Siglo XIX, específicamente en 1803 uno de los Jueces
más importantes de la historia Norteamericana John Marshall, toma una decisión
histórica, a partir de la cual el Poder Judicial toma una posición elemental en el sistema
democrático, en el caso Marbury vs Madison anula una normativa incompatible con la
Constitución, con esa decisión además de dar inicio al Control Constitucional se da un
golpe contundente sobre la mesa y se da entender que el Poder Judicial evita que los
demás poderes del Estado (Ejecutivo Y Legislativo) se excedan en el ejercicio de sus
competencias -.¿Cómo jactarse de tener un Estado de Derecho? Cuando el Poder
Judicial se encuentra supeditado a lo que mande el poder Legislativo o Ejecutivo.

Repasar el importante papel que juega el Poder Judicial en un Estado de Derecho genera
conciencia en la ciudadanía y coadyuva comprender las negativas consecuencias que se
producen cuando los poderes del Estado no actúan de acuerdo al mandato
Constitucional. Lamentablemente Honduras es un claro ejemplo de lo que no se debe
hacer. Luego del 2009 nuestro país sufrió debacle tras debacle y el 12 de diciembre de
2012 el Poder Legislativo destituyó a cuatro de los cinco Magistrados de la Sala
Constitucional de la Corte Suprema de Justicia. Según la versión oficial, la destitución
obedeció al fallo que declara inconstitucional las pruebas de confianza, sin embargo al
contextualizar nos encontramos con un fallo con el que se declara inconstitucional el
decreto legislativo que aprobaba las “Ciudades Modelos”, estas circunstancias
despiertan “cierta suspicacia”. Opinión propia -.Discutir las razones detrás de la
destitución carece de importancia si tomamos en cuenta que el Congreso Nacional
carecía de la potestad para tomar tal decisión, si uno de los poderes se excede y ataca
a otro lo acontecido reviste a todas luces las características de un “Golpe de Estado”.

Han pasado 7 años y un par de meses desde que los Magistrados fueron destituidos y la
inseguridad jurídica ha invadido todos los eslabones del Poder Judicial, la credibilidad
institucional ha caído, pues ¿Cómo creer en un Poder Judicial que puede ser expulsado
ilegalmente en cualquier momento? ¿Cómo creer en un Congreso Nacional que en 2009
y 2012 ejecutó un golpe de Estado contra el Ejecutivo y el Poder judicial? parece que la
única manera de mantenerse en la Corte Suprema de Justicia es resolver según lo mande
el resto de poderes. Las consecuencias no son solo políticas y jurídicas, entre más
endeble sea la institucionalidad de la Corte Suprema de Justicia y los demás poderes se
sigan excediendo menor será el crecimiento económico, aumentará más la desigualdad,
y la inseguridad será el pan de cada día.

Opinión propia -.Las malas decisiones tienen nuestro país en la actual situación, el
Poder Judicial ha olvidado su deber principal, aún resta camino por recorrer y el reto
que se avecina para la Corte Suprema de Justicia es enorme, sin embargo no podemos
perder la esperanza. Ejemplos de países hay muchos, que sentando bases sólidas han
podido salir de crisis mucho mayores a la nuestra y aunque parezca difícil si se puede.
Obviamente la ciudadanía juega un papel importante para reivindicar al poder judicial,
podemos cambiar que “la justicia, como la serpiente, solo muerda a los descalzos”,
pero para ello y parafraseando a José Saramago: “debemos anteponer la conciencia”,
debemos entender el deber ser del poder judicial y las consecuencias que se sufren
cuando no cumple con su papel o se lo impiden, con el destino trazado se encuentran
soluciones y se superan adversidades. No en vano la justicia se ejemplifica con una
balanza, siendo el Poder Judicial la base sólida y la línea de equilibrio, solo esa firmeza
impide que El Ejecutivo o el Legislativo inclinen de manera egoísta el poder.

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