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Resumen
Antecedentes
A modo de explicación
2 Alguna información un tanto sin sentido hoy, queda todavía en la red: Carlos Leiva
23.07.2010, 06:14 http://www.diariodecadiz.es/article/elpuerto/439673/jesus/los
/afligidos/podria/proceder/guatemala.html. IZALCUTUR.COM “…. de idénticos ras-
gos a los dos anteriores, del cual suplico buenas fotos para mis escritos, pues solo lo
he visto fugazmente. Con agradecimientos, Carlos Leiva Cea. He mandado ayer
unas fotos a Isla de Pasión (sic) (sección Artesanos e imagineros)” •Carlos Leiva
23.07.2010, 06:21. IZALCUTUR.COM “Perdón por molestar, pero es un gusto di-
rigirme a ustedes. No sé si estoy equivocado, pero al ver una foto de programa, con
el pie derecho del Señor de los Afligidos, me parece que la diferencia en altura, es
porque el mercedario, perdió su peana original y ahora va sobre una lisa que puede
ser más baja. El franciscano, en cambio conserva la original. Felicitaciones de nuevo
a todos, puertenses y demás! (sic)”.
80 Carlos Leiva Cea
El Nazareno de la Merced
3 Octavio Paz. Sor Juana Inés de la Cruz o las trampas de la fe (México: Seix Barral,
Planeta, 1986).
4 Heinrich Berlin. Historia de la imaginería colonial en Guatemala (Guatemala:
Instituto de Antropología e Historia de Guatemala, 1952), p. 172.
5 Miguel Álvarez Arévalo, según el Libro de Aumentos de la cofradía de JHS Naza-
reno que se venera en la Merced de esta ciudad, fols. 50v-51. Breves consideracio-
nes sobre la historia de Jesús de la Merced (Guatemala: Serviprensa, 1980), p. 21.
El Nazareno de los Afligidos del Puerto de Santa María… 81
Nazareno mercedario sería sin lugar a dudas, la primera en este lado del
mundo hecha acorde a la renovación evangélica que venía planteando Tren-
to desde mediados del siglo XVI. Ello debió implicar que cierto canon do-
méstico imperante hasta entonces, en relación a la estatuaria procesional,
adquiriría por fin el tamaño de un hombre de la época.
Dicha escultura, por otro lado, sería el fruto del espectacular desarrollo
de la escultura en madera policromada del reino de Guatemala, cimentado
ya por ese tiempo. 6 Tal cosa, dotaba inmediatamente a la talla de Zúñiga de
un valor icónico, volviéndola prototípica; todas las cofradías pasionarias
reunidas en las ciudades y pueblos de los criollos, indígenas y castas, gra-
cias a Trento, seguramente querrían más temprano que tarde, una imagen lo
más parecida posible a la que ahora se estrenaba: No en balde, el imaginario
popular de la época inmediatamente dio paso a la leyenda de que el Naza-
reno de la Merced de Santiago de Guatemala, era el verdadero retrato de
Cristo en la tierra. Tan verdadero, que así fue indicado por Dios a una mon-
ja en Santiago y a otra por un ángel en Francia. Incluso apreciado también,
en su vejada humanidad por el Papa en Roma. 7 Pero la verdad es que dicha
imagen, es el fruto del espectacular desarrollo de la escultura ya dicho. Una
escuela de escultura que caminaba sobre su propio derrotero barroco, un
sendero alejado de los clásicos rasgos de fuerza montañesinos para la ima-
gen de Cristo cargando la cruz; un tanto más cercano al de la humanidad
doliente y trágica de Juan de Mesa con su Jesús del Gran Poder, el cual
todavía itinera con heroica zancada.
El Nazareno de Zúñiga no se acerca a ninguno famoso por su heroici-
dad y potencia; más bien su cuerpo y su paso, instintivamente parece intentar
apartarse de un nuevo vejamen a punto de ser propinado por alguno de los
6 Para 1558, el desconocido Juan de Aguirre, había tallado para los franciscanos, la
Inmaculadas del Coro y para los yucatecos, la perdida de Izamal y una Virgen de la
Natividad aún existente, hoy en la catedral de Mérida; Miguel de Aguirre, antes de
1575, los Crucificados de Chichicastenango y Asunción Izalco. También un San
Martín de Tours para Caluco; los dominicos habían fundido la Virgen de plata, ya
en 1580; Cataño, había entregado el Cristo de Esquipulas en 1595. En la primera
mitad del siglo XVII, ya existía cantidad de imaginería anónima y menos conocida
que la citada en esta nota, pero no por ello, de menor calidad.
7 “Por ser la belleza de Jesús tan humana, debería salir el Viernes Santo”, supone la
leyenda, opinaría el Sumo Pontífice, según la recopilación de Miguel Álvarez Aré-
valo, op. cit., p. 21. Pero como se sabe, lo que hizo el Papa fue dirimir qué imagen
salía el Jueves Santo y cuál el Viernes Santo.
82 Carlos Leiva Cea
El artista, una vez acabó la imagen del Nazareno, lo entregó “en blanco” al
“curioso caballero, don José de la Cerda”, 9 quien tras la labor de imprimación
de la cola y el blanco de España, lo policromó. Según infiere el prof. Rafael
Ramos Sosa, estudioso sevillano de la imaginería iberoamericana, “el que se
le trate de Don y se le nombre caballero, avisa que el curioso policromador,
podría ser un noble, hacendado o culto personaje asentado en Santiago”, ya
que ha encontrado referencia en el Archivo General de Indias de un enco-
mendero llamado José Fuentes de la Cerda, en Guatemala, hacia 1643. 10 Era
8 Persiste este virtuosismo gótico entre los Crucificados de Montañés, los Ocampo,
Rodríguez, Mesa y sus seguidores modernos.
9 Rafael Ramos Sosa, “Escultores y esculturas en la Antigua Capitanía General de Gua-
temala (1524-1660)”, en La consolidación del barroco en la escultura andaluza e his-
panoamericana. II. Hispanoamérica, Lázaro Gila Medina, coord. (España: Universi-
dad de Granada, 2013), pp. 281-300. Gentil envío del arquitecto José María Magaña.
10 Ibidem.
El Nazareno de los Afligidos del Puerto de Santa María… 83
El paso del tiempo, los sismos y los vaivenes del traslado en 1778, la
piedad de sus más allegados y su continua exposición pública van dejando
su huella en el Nazareno de la Merced, desde su hermoso rostro, hasta la
peana misma. Cejas, bigote y barba, más oscuros ahora, han perdido prácti-
camente el peleteado, 13 de tanto renombre en la escuela guatemalteca. El
bigote, tiene su lado derecho más alto y liso en relación al izquierdo, lo que
oculta el trazo detallado del mismo. Pero son sus delicadas manos, las que
ofrecen hoy un motivo de discusión más nuevo, debido a que algunos en-
cuentran que algunos de sus dedos se muestran faltos de perfección. Acha-
can esto, a la hipótesis de que pudieron rompérsele durante el traslado, etc.
Ello no es imposible. Sin embargo, hay que recordar que si bien conocemos
imágenes con manos perfectas, también sabemos que su talla era algo se-
cundario para los artífices guatemaltecos. Y que si bien es cierto que los del
portuense muestran sus pliegues bien dibujados en la materia prima, los
dedos del guatemalteco son más largos y elegantes. En este punto, quizá ni
un examen de rayos X, pudiera revelar la verdad, puesto que los dedos sue-
len a veces no estar tallados enteramente, sino son resultado de ensambles,
elaborados con pequeños restos de otro cedro.
Lo que a ojos vista, ciertamente han perdido las manos y los dedos del
Nazareno mercedario, son deslaves de sangre, raspones y moretones. En cuan-
to a la peana, al revés de Ramírez Samayoa, dudamos que la peana sea “lo
más antiguo que tenga la imagen”, 14 desde el momento en que tanto los Naza-
renos andaluces como los guatemaltecos serán tallados itinerantes sobre bases
de madera imitando la roca viva. Tal cual va el portuense, el mercedario de
San Salvador y el Jesús de las Once –de hacia fines del siglo XIX– en Izalco,
quien desde que la primitiva se pudriera, lo hace sobre otra que la imitó lo
mejor posible. Abundando más en la historia del mercedario, el 5 de agosto de
1717, día de la fiesta de la Transfiguración, fue consagrado por el obispo Juan
Bautista Álvarez de Toledo, en la segunda ceremonia de este tipo, quizá en
América. Aunaba así, con su gran poder de convocatoria, no únicamente la
devoción de sus cofrades peninsulares y criollos, sino la de todas las castas
capitalinas y comarcanas. Gracias a ello, triunfaba igualmente la “moderni-
dad” con que fue facturado (hecho para vestir, llevar cabello natural, pestañas
de pelo de res y tener extremidades superiores movibles en los codos), 15 en un
tiempo en que la Iglesia precisamente combatía este tipo de imágenes, tan
escarnecidas por los protestantes y a veces por ella misma, debido a los abusos
en que a veces caían sus detentadores. Ese día, lo de fiel copia de su original
en el Cielo, volvió a ser exaltado por fray Antonio de Loyola. 16
Declarado a solicitud de su cofradía como patrono jurado de la ciudad,
para velar por encima de una serie de desastres públicos, el 18 de febrero de
1721, cualquiera supondría que la procesión de “la Reseña”, conmemoraría el
patronazgo del Nazareno sobre Santiago de Guatemala, un patronato pasado
37 Paula Mues Orts, “Los siete colores de la Pintura: tratadísticas y afirmación públi-
ca de la dignidad del arte en el siglo XVII novohispano”. México: Anales del Insti-
tuto de Investigaciones Estéticas de la UNAM. 17 de mayo de 2011.
www.scielo.org.mx/scielo.php?pid=S0185-12762011000200004.
Lucas Alamán, Disertaciones sobre la historia de la República megicana: desde la
epoca de la conquista que los Españoles hicieron, a fines del siglo XV y principios del
XVI, de las islas y continente americano, hasta la Independencia (Mégico: Imprenta
de Don José Mariano Lara, 1844). http://catalog.hathitrust.org/Search/Home?lookfor
=%22Alama%CC%81n,Lucas,1792-1853.%22&type=author&instp. 31.
38 Manuel Ortuño, Cerda y Aragón, Tomás Antonio de la –MCNBiografias.com
El Nazareno de los Afligidos del Puerto de Santa María… 91
mediados del siglo XVII y mediados del XIX. Es decir, en general, manos
muy distintas de las manos de los Nazarenos andaluces, como el de la Pasión
o el Gran Poder, con manos cuadradas y dedos gruesos, sumamente nudosos,
hechos para el trabajo duro de la carpintería, por ejemplo. Además, como el
mercedario, el puertense fue hecho para lucir cabellera natural –lo que no ha
sido algo muy estilado por los Nazarenos andaluces–, donde a algunos de
cráneo liso, se les ha llegado a fabricar de estopa. Debido a este detalle, era
conocido entre las gentes del Puerto como “el Greñudo”.
Manos del Cristo del Gran Poder Manos del Cristo de los Afligidos
www.granpoder.es Juan Natera Arenas
www.puertonazareno.com
tense, solo se podrá comprobar cuando quien mida a uno, mida al otro, pa-
sando la cinta métrica desde la cabeza a los pies, siguiendo la curva y el
estiramiento que realiza el cuerpo y, no tomando en cuenta, las peanas. Ex-
ceptuando la policromía que en el puertense a todas luces, es la original –lo
mismo que en el guatemalteco, pero en éste ya permeada y más morena por
los periódicos ungimientos con aceite del bálsamo de los Izalcos–, los pare-
cidos culminan cuando uno puede por fin, contemplar un tanto de cerca sus
pies: Ambos los extienden suaves y delicados, como escarnecidas llevan la
espinilla al caminar cargando la cruz. Finos e igualmente articulados en los
dedos, semejan ser ligeramente más venosos los del Nazareno puertense.
Pero esto último solo es una impresión. Recalcamos que el reconocimiento
solo hemos podido hacerlo a través de fotografías y en el caso del francisca-
no del Puerto de Santa María, solo por medio de una del izquierdo y otra en
plano general. Como es proverbial a toda la imaginería iberoamericana,
ambos Nazarenos muestran el segundo dedo del pie algo sobresaliente, deta-
lle que hace que el pie con dedo “arábigo”, se conozca como “pie griego”.
Para terminar, ya dije antes que el mercedario debió itinerar sobre una
peana en forma de roca, como era la costumbre de la Escuela guatemalteca,
la cual pudo perder en medio de tanto avatar a los que ha sobrevivido. Tal
como puede verse todavía en relación a muchos Nazarenos aun pertenecien-
tes a fines del siglo XIX.
Pie izquierdo del Nazareno guatemalteco, izq. y del Nazareno portuense, der.
Elbarrocojerezano.blogspot.com, martes, 20 de agosto de 2013.
Conclusiones
Bibliografía no citada