María Dongo precisó que la anemia afecta el desarrollo psicomotor y
cognitivo en la primera infancia, que se reflejará en un bajo rendimiento
escolar. “En los sectores más bajos no tienes acceso a alimentos ricos en hierro, pero en los más altos puede ser por falta de información y malos hábitos, como el consumo de comida chatarra”, explica.
Para combatir la anemia también se debe consumir alimentos ricos en
proteína, hierro, ácido fólico y vitaminas del complejo B como carnes, huevos, pescados y espinacas. Estos nutrientes estimulan la producción de glóbulos rojos en la sangre, que normalmente se encuentran bajos cuando se tiene anemia.
“Las personas con mayor probabilidad de padecer este mal son
aquellas que en sus dietas no se incorpora alimentos ricos en hierro y su demanda fisiológica no es cubierta”, añadió Palomino. “Entre ellos encontramos lactantes, niños pequeños, adolescentes, mujeres embarazadas o en edad reproductiva, personas con el virus del VIH, enfermos de Tuberculosis, SIDA, cáncer, entre otros”.