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El reciclaje en panamá

El incremento de las industrias tiene consecuencias positivas en la vida del


hombre: ofreciendo oportunidades de desarrollo económico, social y tecnológico
de los países, sin embargo, las actividades industriales afectan en distinta
proporción los cuerpos de agua, el aire y el suelo y por ende afectan al hombre
que se beneficia de estos recursos.

Debido a situaciones de contaminación extrema el hombre, como sociedad, ha


desarrollado un grado de conciencia del problema ambiental e ideado alternativas
que permitan disminuir el impacto a los recursos, para lo que es necesario no solo
ser consciente de la situación de la región, país en que se vive, también del
planeta tierra, es necesario querer ser parte de la solución, y aplicar las 3R:
reducir, reutilizar y reciclar, así como también es necesario trabajar con empresas
que cumplan con su responsabilidad social y aspectos legales.

Solo la ciudad de Panamá genera alrededor de 2 mil 500 toneladas de residuos


por día y en todo el país se estima una producción de 4 mil 600 toneladas diarias
de basura, sin contar los desechos hospitalarios.

Según estudios del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y de la Organización


Panamericana de la Salud (OPS), convierten a Panamá en el segundo país de
América Latina con la mayor producción de desechos por habitante al día (1.22
kilogramos diarios por persona, en promedio), solo superado por Chile (1.25
kilogramos diarios).
Más abajo están Argentina (1.15), luego República Dominicana (1.1), Uruguay
(1.03) y Brasil (1). Los vecinos Costa Rica y Colombia tienen un promedio de 0.88
kilogramos por habitante diarios y 0.62 kilogramos, respectivamente.

En el caso de Panamá, de las 4 mil 600 toneladas que se producen a diario, un


porcentaje muy bajo -de menos de 5%- es reciclado, de acuerdo con estimaciones
del Municipio de Panamá y la Autoridad de Aseo Urbano y Domiciliario (AAUD).

Esta cifra se podría decir que, es “pequeña”, ya que el 50% de las toneladas
diarias de basura que se generan está compuesta por materiales que se pueden
reciclar: plástico, papel, cartón, metales y vidrio. El resto, es decir, la otra mitad,
está compuesto por desechos orgánicos.

Regulaciones legales sobre el reciclaje en panamá

 En febrero de 2018, se aprobó la Ley 6 del 6 de febrero de 2018, la primera


regulación legal sobre tema de reciclaje en el país.

Dicha normativa establece la gestión integrada de residuos sólidos en las


instituciones públicas, pero hasta la fecha no se cumple a cabalidad.

La Ley 6 estipula que todas las entidades públicas del país deben tener
responsabilidades y obligaciones con materiales como papel, cartón, latas,
aluminio, botellas plásticas, entre otros, para reciclar.
Además, en su artículo 5, dicta que cada representante legal de entidades
públicas será el responsable del tipo de basura que salga de allí.

 La Ley 1 del 19 de enero de 2018 promueve el uso de bolsas reutilizables


en establecimientos comerciales en Panamá.
Queda prohibido el uso de bolsas de polietileno en los supermercados,
autoservicios, almacenes o comercios en general para transporte de
productos o mercaderías.
Según el Ministerio de Ambiente de Panamá, las bolsas plásticas, que se
volvieron en un elemento “indispensable” en la vida cotidiana, “en su
mayoría van a dar a la basura y sobre todo, a las cuencas y de allí a las
costas y aguas marinas”.

La norma tiene algunas excepciones como por ejemplo el uso de bolsas de


polietileno que tengan “contacto directo con los alimentos o insumos
húmedos elaborados o pre elaborado y también el uso de bolsas para la
basura, según Acodeco. También son permitidas en restaurantes “para
agrupar los envases de comida pre empacada, es decir, para llevar
recipientes que tengan comida.

 Ley No. 173, mejor conocida como “basura cero”, que establece la gestión
integral de los residuos sólidos y promueve la cultura del aprovechamiento.

El principio básico de la ley es la responsabilidad compartida de las industrias, los


importadores, los distribuidores, los comerciantes, los consumidores y cualquier
gestor de residuos, público o privado.

Otro de los objetivos es el fomento de la economía circular, basada en el principio


del cierre del ciclo de vida de productos, así como de los servicios, residuos,
materiales, el agua y la energía.

Esta ley, que incluye a las comunidades en la gestión de los residuos, faculta a los
municipios a sancionar, de manera administrativa, a aquellos ciudadanos y
empresas que la incumplan.

La propuesta establece que los generadores de desechos, tanto residenciales


como comerciales e industriales, tendrán la obligación de separar los residuos,
según su tipo, dentro del domicilio, edificio o recinto, para ser presentados de
manera separada para su posterior recolección, la cual estará bajo la
responsabilidad del servicio público de aseo, la concesionaria o empresas
autorizadas.
Las penalidades oscilan desde las amonestaciones orales y escritas hasta el
trabajo comunitario y la imposición de multas de entre $10 y $1,000.

Que planes estructura Panamá en cuanto al reciclaje

El programa Basura Cero

El Programa Basura Cero 2015-2035 del Municipio de Panamá tiene como


objetivo general reducir la disposición de residuos a través de la implementación
de las llamadas tres erres (reducir, reutilizar y reciclar) a través de programas de
sensibilización, logística, normatividad y fortalecimiento institucional, así como a
través de una economía de mercado con el fin de contribuir a la calidad de vida de
los habitantes de la ciudad de Panamá.

Basura Cero es un concepto en el cual los desechos no son algo que hay que
hacer desaparecer sin importar el costo social o ambiental, sino que es una
política integral de gestión de residuos que adopta una serie de medidas en cada
etapa del ciclo de los materiales: desde que se producen hasta que se consumen
y desechan.
De hecho, el modelo de Basura Cero es aplicado en municipios de los vecinos
Costa Rica y Colombia.

la propuesta establece que los generadores de desechos, tanto residenciales


como comerciales e industriales, tendrán la obligación de separar los residuos,
según su tipo, dentro del domicilio, edificio o recinto, para ser presentados de
manera separada para su posterior recolección, la cual estará bajo la
responsabilidad del servicio público de aseo, la concesionaria o empresas
autorizadas.

Basura Cero sería un plan a 20 años y con un costo estimado de $100 millones, a
razón de casi $25 millones cada cinco años. Según Spadafora, los fondos se
destinarían a crear las facilidades (tanques e instalaciones) en las comunidades
para el reciclaje y “fuertes” campañas de educación en colegios, universidades,
entidades, y barrios.

Estimaciones de este gobierno local indican que los materiales que se podrían
reciclar anualmente en el país generarían un monto de $47 millones, sin añadir
valores de exportación.

Por último, la meta de Basura Cero sería reducir los volúmenes de residuos per
cápita generados en al menos 30% para finales del plan, en 2035.

A la fecha, más de 2,200 toneladas de residuos reciclables se han dejado de


enviar al vertedero municipal y se ha sensibilizado a más de 65,000 personas. La
iniciativa, además, ha generado nueve empleos a tiempo completo y ocho en
tiempo parcial.
Otros modelos

Además de este tipo de planes, hay otros modelos de gestión de desechos en


varios países que han mejorado las tasas de reciclaje.

El estudio que se utilizó para sustentar Basura Cero mencionó esas otras
opciones que son tendencia en el mundo.

Una de ellas es que en sustitución de los impuestos o tasas locales para la


recolección de los desechos, se cobra por unidad. Es decir, que en algunas
ciudades se cobra entre $1 y $5 por bolsa de basura (residuos mezclados),
mientras que no hay cobro para las bolsas con reciclables separados.

Unas 7 mil ciudades de Estados Unidos aplican este tipo de manejo.

Otro caso es el de Taiwán, el cual pasó de reciclar el 5% de su basura -muy


parecido a Panamá- a 54% en aproximadamente 14 años. Allí se aplicó una tasa
de reciclaje a los comercios por los materiales que producían y se crearon
empresas que dieron una segunda vida a papeles y plásticos.

Además, hubo tasas generales de recargo sobre la basura que vertía cada
ciudadano, que iban desde el equivalente a 2 centésimos hasta poco más de un
euro (1.24 dólar).

En América Latina el reciclaje es un asunto pendiente, ya que, según los estudios,


ningún país recicla más del 20% de los desechos que produce.

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