En Colombia desde la aparición de la Constitución Política de 1991, que le
dio validez jurídica a la lucha de grupos minoritarios, muchos ciudadanos en
sus roles como individuos y como miembros de colectividades volcaron su atención al activismo socio-político. Empero, así como creció el interés por defender los derechos colectivos e individuales, también incrementó la existencia de oponentes a ello.
A inicios de 2016 circularon informes sobre un aumento preocupante en el
número de líderes sociales amenazados y/o asesinados. De acuerdo al Informe Anual del Alto Comisionado de las Naciones Unidas en Colombia (2017), hasta diciembre de 2016 hubo 59 homicidios, 44 ataques, 210 amenazas (69 colectivas), 72 violaciones a los derechos a la privacidad y la propiedad, tres desapariciones forzadas y un caso de violencia sexual; siendo un total de 389 ataques. Entre las 59 victimas de homicidio seis eran lideres indígenas, tres lideres LGBTI, tres sindicalista, un líder afrocolombiano y dos lideres juveniles.
Desde la culminación de los diálogos en La Habana, Cuba, y la firma del
Acuerdos por parte de las delegaciones del gobierno nacional y las FARC, más de 23 líderes sociales han sido asesinados. Actualmente la Defensoría del Pueblo ha informado que desde enero de 2016 al 30 de mayo de este año, han sido asesinado 482 líderes..
De este tema se desprende el interrogante, ¿Porque los están asesinando?.
Los esfuerzos del gobierno para ocultar la situación y desviar la atención d este tema sin muchos, pero nada puede ocultar la realidad, la causa por las que han estado asesinando lideres sociales es por el control de los territorios donde estos ejercen liderazgo, territorios ricos en minerales y en ocasiones los asesinan por el control de territorios cubiertos por plantaciones ilegales, pero sabemos que este es un tema mas político que lo que nos quiere mostrar el periodismo amarillista de este país. Para nadie es un secreto de la corrupción del gobierno central y al ver el poder de persuasión y convencimiento que tienen los lideres sociales en sus territorios, se sienten amenazados e inseguros.