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(2012)
“Tramas de la operacionalización para la construcción de un
índice". En, "En clave metodológica. Reflexiones y prácticas de la
investigación social". Gómez Rojas, Gabriela y De Sena Angélica
(compiladoras). ISBN 978-987-652-117-8. Ediciones Cooperativas.
Buenos Aires. Pp 221-258
Angélica De Sena1
Marcela Grinszpun2
Gonzalo Seid3
Resumen
Sociales, (FCS-UBA). Integrante del proyecto “En torno a los aprendizajes, una mirada
hacia los alumnos universitarios”, del Programa de Reconocimiento Institucional de
Investigaciones de la Facultad de Ciencias Sociales. Facultad de Ciencias Sociales. UBA.
Integrantes del GEMIS-IIGG- UBA gonzaloseid@gmail.com
221
operacionalización, especialmente sobre las decisiones metodológicas
respecto a la selección y construcción de los indicadores y finalmente la
elaboración de un índice. Para ello se efectúa un breve pasaje sobre la red
de operacionalización retomando los aspectos de la filosofía de la ciencia y
los metodológicos; a continuación se presenta a modo de ejemplo,
partiendo de los elementos teóricos conceptuales y luego mostrando a
través de observar el “juego” con la incorporación de indicadores diversos,
la trama de procesamientos diferentes que conllevan. Para finalizar, a partir
de observar el comportamiento de los indicadores, se pretende abrir la
discusión respecto a su incorporación o exclusión en la construcción del
dato entendiendo que este depende esencialmente de los elementos
teóricos conceptuales.
1. Introducción
4 Entre los autores que menciona Brown se hallan: Whitehead, Russel, Hempel, Nicod,
227
Figura 2: Diagrama de Operacionalización de Padua, Jorge.
5 Jugamos aquí con la expresión “en – clase” desarrollada por Scribano y otros (2007:152)
6 Grupo de estudios de metodología de la investigación social del Instituto de
investigaciones Gino Germani, Faculta de Ciencias Sociales. Universidad de Buenos Aires.
228
Cohen)7. Uno de los aspectos centrales refiere a las aptitudes aprehendidas
–por los alumnos- durante el cursado de la asignatura, asociadas a su
condición y posición social. Se parte de entender la educación como
productora y reproductora de las condiciones sociales y, por ende también
las asignaturas como parte de este proceso en que justamente aquellos
estudiantes con mayores capitales, en términos bourdianos, son los que
lograrían un mejor aprovechamiento de la cursada en términos de
aprehender aptitudes para el desempeño laboral e intelectual.
Analizar los aspectos vinculados a las cuestiones de clase en
sociología es siempre atractivo y poco sencillo. Es menester considerar que
el análisis de clases sociales en la tradición sociológica se organiza en dos
"teorías paradigmáticas y epistemológicamente presentadas como opuestas,
la teoría de las clases sociales que es una elaboración conceptual del
marxismo y se basa en la producción y la división social del trabajo, y la
teoría de la estratificación social que la asume conceptualmente el
paradigma funcionalista y su análisis se encuentra fundado en los estilos de
vida derivados del consumo de los individuos (Parra, et al 2006).
La atracción sociológica por la temática Sautú la explica al afirmar que "la
desigualdad puede ser explicada desde distintas perspectivas; la de clases
sociales implica tomar posición respecto de las causas de esa desigualdad"
(211:32).
En los diversos modelos de análisis de clases adquieren peso la
situación de trabajo del sujeto (Gómez Rojas, 2005). En el caso bajo
análisis, los estudiantes, fue necesario seleccionar indicadores válidos para
esta población específica, en la cual muchos individuos no están
actualmente trabajando, con lo que no es posible asignarles una posición
de clase directa a partir de su ocupación.
Erik Wright (1992) sostiene que la simple relación entre individuos-en-
empleos y clases deben modificarse. Una modificación consiste en incluir en
la descripción de la estructura de clases no sólo las relaciones directas que
se corresponden con los empleos, sino también lo que el autor denomina
“posiciones mediatas de clase”, las cuales se derivan de los diversos tipos
de redes sociales más que directamente de los tipos de relaciones sociales
de producción. “Más que preguntarse en qué clase se encuentra la persona
7 Refiere al proyecto “En torno a los aprendizajes, una mirada hacia los alumnos
universitarios”, del Programa de Reconocimiento Institucional de Investigaciones de la
Facultad de Ciencias Sociales. Facultad de Ciencias Sociales. UBA. Agosto 2008- 10.
229
X, cuál es el posicionamiento de clase de la misma, deberíamos
preguntarnos, cuál es la ubicación de una persona dentro de una red de
relaciones de clase directas y mediadas, lo que reflejaría la complejidad de
la estructura de clase en el capitalismo contemporáneo" (Wright, 1997:27).
De diversas formas, los intereses de clase pueden estar
condicionados por las relaciones sociales además de su relación directa con
el proceso de producción, siendo las redes de parentesco y las estructuras
familiares el ejemplo más representativo. Los estudiantes pertenecen a una
clase social a partir de sus relaciones mediatas, principalmente mediante sus
familias, con el sistema productivo y en sus marcos de relaciones.
Por otra parte, las ocupaciones de los jóvenes pueden no discriminar
claramente entre distintos orígenes sociales, ya que en esta etapa del ciclo
de vida los trabajos tienden a ser de bajas jerarquías, dado que cuentan con
poca antigüedad en el mercado laboral y aun no obtuvieron credenciales
educativas de nivel superior.
Por estas razones, fue necesario plantear una dimensión que refiriera
a las familias de estos jóvenes, para aproximarse al abordaje de los capitales
económico y cultural de los mismos. De este modo y, siguiendo a
Bourdieu y Passeron (2004), en “Los herederos", donde analizaban como
una de sus principales variables la categoría socio-profesional del padre del
estudiante, es que hemos decidido considerar la ocupación de los padres.
En nuestro caso, además, teniendo en cuenta los estudios recientes que
señalan la necesidad de incorporar a las mujeres en la medición de la clase
social (Gómez Rojas, 2010), hemos optado por no reducir los datos a la
ocupación del padre, sino tomar en cada caso al padre o bien a la madre,
dependiendo de quién sea el que posea una mejor posición.
Otro de los indicadores utilizados por Bourdieu y Passeron (2004)
para conocer la situación social de los estudiantes fue el origen de los
recursos de los estudiantes (beca, ayuda familiar, trabajo personal, beca y
ayuda familiar, trabajo personal y ayuda familiar); hallando los autores
importantes diferencias según la categoría socio-profesional de los padres.
En este mismo camino, se considero -como se describe en los puntos
siguientes- la fuente de los ingresos de los estudiantes como un elemento
que predica respecto a la condición y posición de clase de los alumnos.
Junto con ello y, teniendo en cuenta que “la participación de los
estudiantes que deben trabajar fuera de los estudios es regularmente
decreciente (…) a medida que el origen social se eleva” (Bourdieu y
230
Passeron, 2004: 145) consideramos a la cantidad de horas semanales
trabajadas.
Siguiendo, lo mencionado el ámbito familiar resulta un ámbito
privilegiado de socialización que interviene en la conformación de la
identidad personal y social. Es decir, que es un espacio que presenta
características distintivas en tanto pauta alcances y limitaciones de acceso a
bienes materiales y simbólicos, en función de condiciones
socioeconómicas, y de la variedad de modalidades de significación del
mundo social (Bourdieu, 1973, 1988, 1998).
Las diferentes situaciones favorables o desfavorables económicas y
sociales, entre otras, significan desempeños académicos diferenciales entre
los alumnos. La trayectoria socioeducativa y laboral de las familias
condiciona la calidad de los intercambios de socialización y por tanto, la
historia educativa y laboral se construye también en un marco de
identificación y demarcación familiar, provocado por la tensión entre las
necesidades y posibilidades de continuidad o de ruptura con las
experiencias familiares (Cogliati, et. al. 2000).
De modo que, respecto al concepto "desempeño académico" existe
dos miradas diferenciales, una lo considera sinónimo de rendimiento y
aprovechamiento y la otra los diferencia. El desempeño puede ser
considerado a partir de las calificaciones o también revisando las diferentes
situaciones por las que transita el alumno tales como la condición de
regularidad en la carrera, el número de materias aprobadas y reprobadas,
calificaciones, etc. (Palacios Delgado y Andrade Palos, 2007), a lo largo de
su pasaje por la institución educativa. En este último caso, la calificación
de los alumnos obtenida en una asignatura no resulta suficiente para
observar el desempeño del mismo.
Partiendo desde estas conceptualizaciones, y tomando a Bourdieu
(1973) al considerar el peso de la condiciones materiales de existencia y la
posición de clase como una cuestión relacional dada por el lugar que se
ocupa en la estructura de clases respecto al resto, se comenzó a elaborar la
trama de operacionalización que permite observar la condición y posición de
clase de los estudiantes universitarios y los desempeños académicos, que se
presenta a continuación.
231
4. Indicios observables
232
Figura 3. Operacionalización de la Variable Condición y Posición
Social
Condición y Posición
Social
Cantidad de Horas Fuente de Ingreso Máximo Nivel Educativo de Máximo Nivel Ocupacional
Trabajadas semanales Principal los padres de los padres
234
4.1.3.b Subdimensión Clima ocupacional del hogar
235
Con el propósito de revisar el entramado de la operacionalización,
iniciamos el camino incluyendo sólo dos indicadores: cantidad de horas
trabajadas y clima educativo del hogar. Así, quienes alcanzan en los valores
de los indicadores las siguientes opciones:
• dos medios,
• uno medio y uno bajo,
• o los dos bajos obtienen,
pertenecen a la categoría inferior (10 puntos o menos). En tanto, se ubican
en un rango intermedio aquellos que alcanzan un indicador alto y otro bajo
( entre los 11 y 14 puntos); y finalmente en el nivel superior se encuentran
quienes logran ambos indicadores en el más alto o uno alto y uno medio
(15 o más puntos).
Como se mencionó, se decidió también considerar la ocupación del
padre de mayor jerarquía, modificándose así al agregar este último
indicador, la construcción del índice y el resultado de la distribución de la
variable condición y posición social. Se utilizó el mismo criterio para
realizar los puntos de corte del índice, de manera tal que en la categoría
inferior no haya más de un indicador con puntaje máximo, y en el de más
alto, no pueda haber más de uno con puntaje mínimo8.
Como tercera opción del presente entramado, se agregó un último
indicador referido a la fuente de los ingresos de los alumnos. Al sumar este
nuevo elemento, se redefinió nuevamente la construcción del índice,
tomando como criterio de segmentación de las categorías de la variable, el
mismo que se utilizó para la versión anterior.9
En cada uno de estos pasos, para decidir o no la incorporación de
los indicadores seleccionados teóricamente, se analizó el comportamiento
de los mismos, teniendo en cuenta la cuestión de la validez, por el cual se
espera que los indicadores de una misma variable registren variaciones en
un mismo sentido.
8 Así las categorías en la versión de 3 indicadores quedaron definidas por los siguientes
puntajes: Bajo: de 1 a 11 puntos, medio de 12 a 20 y la categoría alta de 21 a 30 puntos. Los
tres indicadores son de nivel de medición ordinal, con tres categorías asignándoles, de
menor a mayor los puntajes 1; 5 y 10, respectivamente.
9 Las categorías de la variable quedaron definidas para la versión de cuatro indicadores de la
Máximo Nivel
Ocupacional Máximo Nivel Educativo Padres
Padres
Alto Medio Bajo Total
Alto 62% 9% 8% 44%
Medio 35% 72% 41% 46%
Bajo 3% 19% 51% 11%
Total 100% 100% 100% 100%
Base 354 151 37 542
Fuente: Encuesta auto-administrada. Elaboración propia.
238
Cuadro 3. Fuente Principal de Ingreso de los estudiantes según
Máximo Nivel Educativo de los Padres y Máximo Nivel
Ocupacional de los padres. Alumnos de Metodología de la
Investigación I. Facultad de Ciencias Sociales. UBA. 2010
239
Cuadro 4. Fuente Principal de Ingreso de los estudiantes según
Tiempo ocupado. Alumnos de Metodología de la Investigación I.
Facultad de Ciencias Sociales. UBA. 2010
Fuente Principal
Tiempo Ocupado
de Ingresos
Trabaja Tiempo Trabaja Medio
No Trabaja
Completo Tiempo
Apoyo económico
4% 29% 78%
de familiares
Trabajo 93% 69% 11%
Otros 3% 3% 11%
Total 100% 100% 100%
Base 213 224 189
Fuente: Encuesta auto-administrada. Elaboración propia.
Condición y
2 indicadores 3 indicadores 4 indicadores
Posición Social
Bajo 20% 15% 22%
Medio 28% 36% 29%
Alto 51% 49% 50%
100% 100% 100%
Total
626 540 515
Fuente: Encuesta auto-administrada. Elaboración propia. Las diferentes
bases se deben a los casos perdidos en cada uno de los indicadores.
Desempeño
Académico
12 Los alumnos cada semana deben realizar y entregar a sus docentes ejercicios de carácter
práctico.
242
calificaciones podían ser un buen modo de observar el desempeño.
Tomamos este indicador como el valor obtenido como nota promedio de la cursada.
Este dato se construye a partir de promediar las notas de las tres instancias
de evaluación mencionadas13.
Asimismo, fue considerado el indicador de Situación en la Asignatura
(promocionó, debe final o libre/ausente), entre los posibles indicadores,
pero finalmente no fue incluido por medir el mismo aspecto que releva la
nota promedio.
Agrupamos la nota en intervalos en función de los rendimientos
típicos que demarcan las distintas situaciones de aprobación (Menos de 4,
que son los aplazados, entre 4 y 6 quienes deben examen final y con 7 ó
más que pueden haber promocionado o no) para poder realizar un mejor
análisis de los datos.
De esta manera, al realizar el cruce de ambas variables vemos que al
haber categorizado la nota con un criterio similar al que determina la
situación en la asignatura, la asignación de los casos a sus categorías es
coincidente. Entre quienes tienen menos de cuatro, alumnos que han
perdido la regularidad, se ubican consecuentemente ya sea en condición de
libres o ausentes. Por otro lado entre quienes tienen entre 4 y 6 puntos
como nota final son prácticamente todos regulares en condiciones de
rendir el examen final. Finalmente, en el único caso en que la variable
situación en la asignatura podría discriminar mejor la situación del alumno
respecto a la nota promedio, es para quienes obtuvieron entre un 7 y un 10
dado que casi dos tercios de ellos promocionaron, mientras que los
restantes deben rendir final para aprobar la materia.
13 En la encuesta que tomamos en cada cuatrimestre, dado que aun no se posee el presente
valor solicitamos consignar el nombre del alumno para luego re construir esta información,
ello hace que se pierdan algunos casos por lo cual existen un 15% de casos perdidos.
243
Cuadro 6. Situación en la asignatura de los alumnos de Metodología
I según nota promedio obtenida. Alumnos de Metodología de la
Investigación I. Facultad de Ciencias Sociales. UBA. 2010
244
mayor recorrido académico podría asociarse con un mejor desempeño en
la actualidad.
El indicador que consideramos en un primer momento fue el de cantidad
de materias aprobadas. Es importante aclarar que la materia Metodología
de la Investigación I, se encuentra dentro del Plan de Estudios, para ser
cursada en el primer cuatrimestre del segundo año de la carrera. Por lo
cual, los alumnos que cursan –y aprueban- 3 materias por cuatrimestre,
deberían tener dos años de carrera cursada y 12 materias de la carrera
aprobadas –incluyendo el Ciclo Básico Común.
Al igual que en el caso de la nota promedio, se agrupó la cantidad de
materias aprobadas en intervalos en función de la cantidad de materias que
deberían estar aprobadas en esa instancia. A partir del cruce de ambos
indicadores se analizaron los resultados.
245
calificación en la asignatura. Así, mientras que entre quienes tienen la
cantidad de materias aprobadas correspondiente al momento de la carrera
en que se encuentran, casi 7 de cada 10, obtienen notas promedios de entre
7 y 10, los que tienen menos de 12 o 14 o más materias aprobadas esta
proporción disminuye marcadamente. Por el contrario, en estos grupos
que se encuentran con más o con menos materias aprobadas de las que se
esperan, los porcentajes de nota entre 4 y 6 aumentan respecto a los de 12-
13 materias aprobadas. De este modo vemos que no necesariamente tener
más cantidad de materias implica mejores notas en la asignatura.
Esto puede vincularse a que quienes tienen por debajo de 12
materias, pueden no haber cursado alguna rama del Plan –por ejemplo las
materias de Historia, Economía, etc.-y aquellos alumnos que tienen por
encima de este número, siguieron cursando materias para las cuales, es
posible que Metodología I no sea un requisito. Es por ello que, haber
aprobado mayor cantidad de materias, implica también un retraso en el
Plan de la Carrera con las materias metodológicas, factor posible de
considerar como en desmedro en cuanto al desempeño. Así, optamos por
tomar como indicador el promedio de materias aprobadas por año ya que brinda
mayor precisión como indicador de desempeño académico.
Dado que el máximo de materias que se permite formalmente cursar
por cuatrimestre es de 3, quienes tengan 6 materias aprobadas por año –ó
más en algún caso atípico-, se consideran dentro del nivel de desempeño
más alto, es decir el esperado como bueno. Entre 4 y 5 materias por año se
ubicarían en un rango intermedio, mientras que quienes no logren aprobar
4 materias anualmente tendrían un desempeño menor. Al observar el cruce
con el otro indicador seleccionado observamos un comportamiento en un
sentido similar. A medida que aumenta el número de materias aprobadas
por cuatrimestre, aumenta también el promedio en la asignatura (Ver
Cuadro 8).
De este modo, la cantidad de materias aprobadas por año, se
consideró como un mejor indicador de desempeño académico, dado que
releva un aspecto distinto a la nota puntualmente obtenida en la materia y
su distribución no resulta contradictoria al del concepto que se quiere
relevar, ni al indicador de la nota.
246
Cuadro 8. Promedio de materias aprobadas por los alumnos de
Metodología I según nota promedio obtenida. Alumnos de
Metodología de la Investigación I. Facultad de Ciencias Sociales.
UBA. 2010
247
Cuadro 9. Nota promedio de los alumnos de Metodología I según
haya cursado la materia con anterioridad. Alumnos de Metodología
de la Investigación I. Facultad de Ciencias Sociales. UBA. 2010
Cursado de Metodología
Nota
Total anterior
Promedio
Si No
Entre 1 y 3 3% 6% 1%
Entre 4 y 6 37% 59% 38%
Entre 7 y 10 60% 35% 61%
Total 100% 100% 100%
Media 6,7 6,5 6,8
Base 529 17 153
Fuente: Encuesta auto-administrada. Elaboración propia.
248
Cuadro 10. Nota promedio de los alumnos de Metodología I según
haya cursado y finalizado estudios universitarios con anterioridad.
Alumnos de Metodología de la Investigación I. Facultad de Ciencias
Sociales. UBA. 2010
249
Así, encontramos que ninguno de ellos se comporta en el mismo
sentido que el resto de los indicadores ya seleccionados, y por ende, en el
sentido que el marco teórico y otras investigaciones le confieren a este
aspecto como indicador de desempeño académico. Las personas que
cursaban la materia de metodología, dentro de una segunda carrera o en
paralelo con otra, no mostraron necesariamente mejores notas ni se
encontraban al día con la currícula. Es por esto que ninguno de ellos fue
tomado en cuenta a la hora de operacionalizar la variable Desempeño
Académico.
Tanto esta alternativa como las anteriormente mencionadas,
muestran como la construcción varía significativamente, en función de la
selección de los indicadores. El proceso de elección y validación de los
mismos, se fue realizando además de por la relevancia teórica, estudiando
cómo se vinculaban estos indicadores entre sí y también en relación con las
otras variables.
14 Como se consideró que ambos indicadores tienen el mismo peso a la hora de integrar el
índice, para homologar el peso del indicador promedio de materias aprobadas con la nota
promedio lo expandimos a base 10. Es así que quienes obtienen el valor máximo de
materias aprobadas por año -6- obtiene un puntaje para el índice de 10. Y así para todos los
valores al multiplicarlos por el factor de expansión de 1,667.
250
final) y que apruebe en promedio 6 materias por año –el máximo posible- .
Dado los valores que el índice registra, estos casos obtienen 17 puntos o
más. (aquellos que obtiene entre 7 ó mas de promedio y tiene 6 o más
materias aprobadas por año)
Un desempeño medio, puede caracterizarse como los casos que tiene un
desempeño medio en ambos indicadores o en alguno de ellos, o bien que
puedan tener un valor elevado en uno pero no en el otro. Así podemos
pensar un ejemplo de quien tenga un 6 de promedio y alrededor de 5
materias por año aprobadas (aproximadamente 8 puntos) se ubica en la
categoría media de la escala (aquellos que tienen 5 ó 6 nota promedio y 4 ó
5 materias aprobadas por año)
Finalmente un caso típico de bajo desempeño, podemos caracterizarlo
como un alumno con un promedio de 4 y menos de 4 materias aprobada
(que equivale a 6 puntos), sumaría 10 puntos ubicándose en el estrato
inferior (aquellos que tienen 4 o menos de promedio de nota y 3 ó menos
materias aprobadas por año).
251
Cuadro 12 Condición y Posición Social –versión 1- según
Desempeño Académico. Alumnos de Metodología de la
Investigación I. Facultad de Ciencias Sociales. UBA. 2010
252
Cuadro 14 Condición y Posición Social –versión 3- según
Desempeño Académico. Alumnos de Metodología de la
Investigación I. Facultad de Ciencias Sociales. UBA. 2010
5. Algunas conclusiones
6. Bibliografía
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