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medicina de la persona un

paradigma es una presunción importante que


comparten todos los especialistas de alguna rama
de la ciencia. En suma, medicina
de órganos, organicista, somaticista,
morfologista, esencialmente reduccionista.
de la manera como la
tecnología será usada, depende la dirección que
seguirá el desarrollo de la sociedad humana al
menos en el futuro inmediato.
. Teilhard de Chardin 3 decía que
"las especialidades paralizan y las
superespecializaciones matan". que el ser
humano es una integridad que no debe seccionarse.
Esta integridad es la persona;
El desarrollo del modelo médico biomédico en su
aplicación también genera consecuencias objetables
hasta culminar en daño a la población. Su
reduccionismo y tecnologización conducen a una
medicina anónima y mecánica, en el doble sentido
que el médico ignora a quien atiende y a su vez el
enfermo ignora quien lo atiende. Es la medicina
deshumanizada, medicina de una parte el cuerpo,
desconectada de la totalidad que es el ser humano.

En suma, esa medicina que ha terminado por


"medicalizar" a la sociedad es cada vez más,
objetada por quienes la ejercen y por quienes la
reciben.
Desde entonces, la medicina antropológica, vale
decir la medicina de la persona, la medicina
integral, El ser viviente debe ser comprendido como un
entrelazamiento de múltiples componentes, por lo
que se describe como organización
somatopsicosociocultural que vive en un universo
donde existe el azar, la incertidumbre, el peligro
y la muerte, de manera que el sujeto tiene,
inevitablemente, un carácter existencial.
Comprender y entender
constituyen el saber. Actitud es saber. Saber y
saber hacer es conocer y actuar.
El hombre actúa en sociedad, lo que implica en
primer término comunicación entre sus integrantes,
que es directa y permite el desarrollo de la
sociedad hacia estadíos superiores. El hombre
piensa y crea en cuanto es parte integrante de una
comunidad.

A su vez, Sigerist 14 dice enfáticamente que "la


separación neta entre la ciencia y los
conocimientos humanísticos es artificial y
constituye un desarrollo tardío en nuestra
evolución cultural, como resultado de la
especialización, que nos inclina a veces a
identificar el humanismo con la cultura y las
ciencias con la tecnología, lo cual es
completamente equivocado".

"El hombre vive en una sociedad y con una


sociedad, vive en la historia. El sentido que cada
sociedad se forja se hace evidente solo para aquél
que le es familiar. Cada sociedad esboza en el
interior de su visión del mundo, un saber singular
sobre el proceso de salud-enfermedad, atención de
sus usos, sus correspondencias, sus valores, su
sentido. la inteligencia nos
permite diferenciar lo posible de lo imposible; la
razón elige lo sensato y lo absurdo, pero, en

normas de ética, que en conjunto configuran lo que


hoy se conoce con el nombre de bioética; basada en
Cambio que debe realizar la
sociedad toda, como manera de salir de la tremenda
crisis que la agobia como consecuencia de la
política de base economicista del sector
dirigente, usando entre otros medios, y muy
especialmente, la tecnología, para asegurarse su
dominio sobre la mayoría cautivada de la
comunidad.
"Es preciso que exista un adelanto moral
suficiente para que los progresos científicos sean
aplicados solamente para el bien. A ellos se
llegará por el respeto a la dignidad y libertad
del hombre y no reduciendo la humanidad a rebaños
de seres temerosos y esclavizados. La ciencia
adelanta más en las épocas de paz, de estabilidad
social y de respeto por la libertad.

La salud del hombre es un proceso complejo sustentado sobre la base de un


equilibrio entre factores biopsicosociales y cada cual
debe tomar la dirección y la responsabilidad de su salud.
la Organización Mundial de la Salud (OMS., 1956)
define salud como: "El estado de completo bienestar físico, mental y social
El siempre vigente interés por lo psicosomático corresponde a un genuino
afán científico por superar el dualismo cartesiano que separa la
"psiquis" de la "materia" la
interpretación de los fenómenos humanos de su original riqueza y
complejidad a una peligrosa explicación causalista.
las enfermedades que este grupo de investigadores
considera típicamente psicosomáticas (las llamadas "Siete de Chicago"):
asma bronquial, úlcera péptica, rectocolitis ulcerohemorrágica,
neurodermatosis, hipertensión arterial, artritis reumatoidea,
tirotoxicosis.
El "material" que durante la realización del Estudio Patobiográfico será
objeto de la interpretación psicoanalítica se constituye,
fundamentalmente, a partir de 4 fuentes:
1. Un interrogatorio acerca de la enfermedad actual y de los recuerdos,
deseos y circunstancias que conforman una biografía esquemática.
2. Un diagnóstico clínico de su estado físico general y del estado
actual de la enfermedad por la cual consulta.
3. Algunas fotografías del enfermo en los distintos períodos de su vida,
y de las personas allegadas que considera más significativas. Además el
enfermo debe redactar un cuento corto, relatar uno de sus sueños y
narrar una película cinematográfica y una novela libremente elegidas.
4. La observación del paciente y del vínculo que establece con el equipo
que realiza el Estudio, durante las entrevistas.
Una vez reunido y procesado el material, que consta de una historia
clínica tradicional, más una parte biográfica que ocupa unas 30 o 40
páginas dactilografiadas, deberá ser estudiado por un grupo de
psicoanalistas para establecer las conclusiones que se comunicarán al
paciente en las dos entrevistas finales. Estas entrevistas apuntan a dos
objetivos coincidentes: una orientación terapéutica en cuyo criterio
interviene lo que el psicoanálisis puede ofrecer, y un esclarecimiento
acerca de la relación inconsciente que existe entre la enfermedad por la
cual el enfermo consulta y el drama, más o menos oculto, que se
encuentra en su historia.
El Estudio Patobiográfico, que se substancia en el plazo aproximado de
unos 40 días, progresa desde las distintas fuentes para converger en un
procedimiento interpretativo que podemos describir esquemáticamente en
cinco parámetros:
a. Identificar una temática, típica y universal, que pueda otorgar
unidad a la biografía del paciente. En el desarrollo de ese "argumento"
se deben ubicar los distintos personajes que conforman el drama que ha
hecho crisis, y pensar en cada uno de ellos como versión de los
personajes de su infancia.
b. Ubicar el "mapa" que el enfermo utiliza para recorrer el territorio
de su vida e identificar el "estilo", adquirido en la infancia, con el
cual lo ha trazado.
c. Comprender cuál es la "parte" que el trastorno "habla" dentro del
drama nodal que ha entrado en crisis.
d. Encontrar los motivos por los cuales no puede soportar esa historia,
para lograr que la interpretación del drama que se hallaba encubierto,
permanezca en la conciencia del enfermo acompañada de su auténtico
afecto.
e. Re-significar la historia del paciente, hasta el punto en que el
conflicto de significados contradictorios que sostiene su enfermedad,
incluido en una unidad de sentido trascendente y más amplia, adquiera la
forma de un malentendido (malentendido que puede ser interpretado como
el producto de un mapa fragmentario). En ese punto desaparece la
necesidad que sostenía a la enfermedad del cuerpo.

De manera simultánea la medicina pasó a ser labor institucional, que


en manos privadas la convirtió de función social en negocio y la
salud en una mercancía, que se vende a precios de competencia. Las
cosas lle-gan a tal extremo, que en la actualidad el primer problema
en medicina es evaluar la calidad de la prestación.. El hombre es
un complejo en el que convergen cuatro sistemas diferentes. Como
entidad físico-química pertenece al cosmos. Como organismo pertenece
al dominio de la biología. Como entidad que siente, desea y
entiende, es parte del domino de la psicología. como entidad que
tiene un papel definido en una comunidad organizada, crea la
sociedad y es de forma parcial creado por ella, por lo que es parte
del dominio de la sociología. El ser humano es, como dijimos ya, una
organización somato-psico-socio-cultural.
porque la verdad
es que el hombre moderno está desgarrado entre la tentación y el
miedo, y este último debe ser vencido, pero sólo lo será en la
medida en que el progreso científico tenga un criterio y una norma
para su desarrollo: el hombre.

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