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Derecho Internacional Humanitario
Derecho Internacional Humanitario
Origen
Abrazo de Bolívar y Morillo en ocasión de la firma del Tratado de Armisticio y
Regularización de la Guerra en Santa Ana de Trujillo (Venezuela).
El origen del DIH se remonta a las normas dictadas por las antiguas civilizaciones y
religiones. La guerra siempre ha estado sujeta a ciertas leyes y costumbres. El más
importante antecedente del DIH actual es el Tratado de Armisticio y Regularización de la
Guerra, suscrito y ratificado en 1820 entre las autoridades del entonces gobierno de la
Gran Colombia y el Jefe de las Fuerzas Expedicionarias de la Corona Española, en la ciudad
venezolana de Santa Ana de Trujillo. Este Tratado fue suscrito en el marco del conflicto de
la Independencia, siendo el primero en su género en Occidente.
A partir de entonces, en el siglo XIX, los Estados han aceptado un conjunto de normas
basado en la amarga experiencia de la guerra moderna, que mantiene un cuidadoso
equilibrio entre las preocupaciones de carácter humanitario y las exigencias militares de
los Estados. En la misma medida en que ha crecido la comunidad internacional, ha
aumentado el número de Estados que ha contribuido al desarrollo del DIH. Actualmente,
éste puede considerarse como un Derecho verdaderamente universal.
El DIH y las normas relativas a los derechos humanos se aplican durante situaciones
tácticas distintas. Los derechos humanos son exigibles en tiempo de paz, es decir que sus
normas son plenamente operativas en circunstancias normales dentro de un esquema
institucionalizado de poderes en el que el estado de derecho es la regla. El DIH se aplica
durante conflictos armados tanto de carácter interno como de carácter internacional. El
DIH es en esencia un derecho de excepción.
Los derechos humanos y el DIH tienen orígenes distintos. Los derechos humanos se
gestaron en el orden interno de los estados. Aparecen hoy día reconocidos en los sistemas
jurídicos nacionales, incluso con rango constitucional. Los derechos humanos continúan
siendo materia regida e implementada primordialmente por cada estado. A partir de la
segunda guerra mundial la comunidad internacional experimentó la necesidad de
controlar en el ámbito internacional a aquellos que en principio debían garantizar la
efectiva aplicación de los derechos humanos dentro de sus propias jurisdicciones. En
reiteradas ocasiones fue el propio estado quien, debiendo garantizar y proteger los
derechos y garantías de los individuos reconocidos en su jurisdicción doméstica,
terminaba siendo el violador sistemático de esos derechos.
La internacionalización de la regulación interna de los derechos humanos determinó un
quiebre al principio de la no-intervención en los asuntos de exclusiva jurisdicción
doméstica. Las violaciones sistemáticas a los derechos humanos dentro de un estado
podían involucrar un quebrantamiento o amenaza a la paz tanto regional como
internacional.
La evolución de los derechos humanos tanto en el ámbito interno como internacional
estuvo y está relacionada a posiciones político filosóficas que han dado lugar al desarrollo
de ideologías contrapuestas en cuanto al verdadero contenido y alcance de los derechos
sujetos a una debida protección estadual y a un adecuado control internacional.
Por su parte el DIH irrumpe en las relaciones entre estados durante la segunda parte del
siglo XIX como una respuesta de la comunidad internacional a los horrores de la guerra. En
este sentido el DIH nace y se desarrolla como un movimiento no politizado, tomando
distancia de las corrientes del pensamiento político en general. La necesidad de limitar los
sufrimientos innecesarios de los combatientes heridos y enfermos en el campo de batalla
fue el eslabón inicial de una cadena de protecciones acotadas a categorías específicas de
individuos afectados por los conflictos armados. La incorporación de nuevas categorías de
víctimas de los conflictos implicó una evolución constante en cuanto a la ampliación del
ámbito de aplicación personal del DIH. A los heridos y enfermos en el campo de batalla le
siguió en el tiempo la regulación de la protección debida a los náufragos, luego la de los
prisioneros de guerra y como consecuencia de las traumáticas experiencias vividas
durante la segunda guerra mundial, finalmente se reguló la protección debida de la
población civil afectada por conflictos armados. Existen hoy día nuevas categorías
específicas de personas protegidas, como así también se protege dentro del DIH a
determinados grupos de personas vulnerables (mujeres, niños) dentro de situaciones de
conflictos armados.
Contenido
El DIH se encuentra esencialmente contenido en los cuatro Convenios de Ginebra el 12 de
agosto de 1949, en los que son parte casi todos los Estados. Estos Convenios se
completaron con otros dos tratados: los Protocolos adicionales de 1977 relativos a la
protección de las víctimas de los conflictos armados. Hay así mismo otros textos que
prohíben el uso de ciertas armas y tácticas militares o que protegen a ciertas categorías de
personas o de bienes. Son principalmente:
La Convención de la Haya de 1954 para la protección de los bienes culturales en caso de
conflicto armado y sus dos Protocolos;
La Convención de 1975 sobre Armas Bacteriológicas;
La Convención de 1980 sobre Ciertas Armas Convencionales y sus cinco Protocolos;
La Convención de 1993 sobre Armas Químicas;
El Tratado de Ottawa de 1997 sobre las Minas Antipersona;
El Protocolo facultativo de la Convención sobre los Derechos del Niño relativo a la
participación de niños en los conflictos armados.
Ahora se aceptan muchas disposiciones del DIH como Derecho consuetudinario, es decir,
como normas generales aplicables a todos los Estados.
Función y servicio
La función del DIH distingue entre conflicto armado internacional y conflicto armado sin
carácter internacional. En los conflictos armados internacionales se enfrentan, como
mínimo, dos Estados. En ellos se deben observar muchas normas, incluidas las que figuran
en los Convenios de Ginebra y en el Protocolo adicional I. En los conflictos armados sin
carácter internacional se enfrentan, en el territorio de un mismo Estado, las fuerzas
armadas regulares y grupos armados disidentes, o grupos armados entre sí. En ellos se
aplica una serie más limitada de normas, en particular las disposiciones del artículo 3
común a los cuatro Convenios de Ginebra y el Protocolo adicional II.
Protección
En particular, está prohibido matar o herir a un adversario que haya depuesto las armas o
que esté fuera de combate. Mutilar o mancillar los cuerpos de los soldados caídos está
también prohibido por estas convenciones. Los heridos y los enfermos serán recogidos y
asistidos por la parte beligerante en cuyo poder estén. Se respetarán el personal y el
material médico, los hospitales y las ambulancias. Normas específicas regulan asimismo
las condiciones de detención de los prisioneros de guerra y el trato debido a los civiles que
se hallan bajo la autoridad de la parte adversa, lo que incluye, en particular, su
mantenimiento, atención médica y el derecho de correspondencia o contacto con sus
familiares, en la medida en que sea posible. El DIH prevé, asimismo, algunos signos
distintivos que se pueden emplear para identificar a las personas, los bienes y los lugares
protegidos. Se trata principalmente de los emblemas de la cruz roja y de la media luna
roja, así como los signos distintivos específicos de los bienes culturales y de la protección
civil.