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Entre esas causas que se han eternizado, nos dice Gabriel Alfonso Suarez
Medina, que haber seguido el modelo de la universidad Francesa, conllevó a
forjar una universidad centrada en la formación de un profesional poco creativo
o innovador, repetidor de los esquemas que la sociedad le marca; una universidad
con falta de autonomía para implementar políticas educativas, pues se acogen a
las que surgen de los intereses políticos y económicos del gobierno turno, que
muchas veces irrumpen abruptamente los planes educativos a largo plazo para
imponer proyectos descontextualizados e improvisados; una universidad marcada
por la impronta de la iglesia católica que históricamente ha hecho importación de
saberes europeos que no son sometidos al análisis y a la crítica; una universidad
que perpetua la injusticia y la inequidad social porque a una educación de calidad
sólo tiene acceso las elites económicas; una universidad desorientada por
sistemas de evaluación que hacen énfasis en los resultados y no en los procesos.
Esta posición la confirma Edgar López cuando nos dice que la investigación como
se concibe actualmente está asociada a las empresas de descubrir y de inventar y
que la educación actual privilegia la investigación que produce conocimiento útil,
según los parámetros de la modernización, desde la cual solo tiene sentido lo
práctico.
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Citado por LOPEZ, Edgar Antonio. El valor Pedagógico de la Investigación
escrita que domina la academia colombiana y es que, a la falta de producción de
conocimiento tampoco hay nada que escribir. Todo se queda en la oralidad.
Edgar López apuesta por una educación orientada no tanto hacia el enseñar como
hacia el dejar aprender, que no es otra cosa que dejar investigar: descubrir,
inventar, imaginar. Asevera que si se busca que la investigación tenga un papel
relevante en la educación superior, los planes de estudios deben promover y no
extinguir, desde temprana edad la capacidad de contemplar y de admirarse, es
decir, que si no se deja a los niños y a los jóvenes observar, interpretar, imaginar,
luego será muy tarde para dejar aprender. Será demasiado tarde para ejercer el
arte de investigar, un arte de inmenso valor pedagógico.
Para ellos, desde ya, se deben reestructurar los procesos en el aula, de tal
manera que las próximas generaciones de profesionales tengan las herramientas
conceptuales para investigar, para que adquieran las competencias que les ayude
a ser sujetos pensantes, autónomos, críticos y creativos
Las conclusiones de ambos autores son muy explicitas. Ellos convienen que la
investigación que se desarrolla de manera general en las universidades
colombianas, si bien ha superado en cierta medida la fase de adiestramiento,
tampoco ha superado el paradigma de asociarse con una materia y unos
contenidos en metodología, lo que inhibe el desarrollo de un pensamiento crítico,
analítico e investigativo.
Ha sido estimulante, esta reflexión porque los maestros debemos adoptar una
actitud crítica y creativa frente a la investigación pedagógica. Ante los desafíos de
un mundo globalizado, interconectado, en constante cambio, es indispensable
cualificar los procesos de investigación que permitan posicionarnos en el ámbito
nacional e internacional como una comunidad científica responsable con el
desarrollo de su país