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I.

INTRODUCCIÓN
La teoría de la tectónica de placas, llamada también “De la Tectónica Global “, parte de la idea de
la “Deriva de los continentes “, cuya síntesis había realizado Wegener a comienzos de siglo. Se
puede resumir de la siguiente manera: el fondo de los océanos está recorrido por franjas
longitudinales de montañas volcánicas basálticas, los dorsales oceánicos, con una fosa en medio, el
rift. Bajo estas dorsales, la corteza terrestre o litosfera, rígida y con un espesor de 50 a 100 km,
presenta fisuras por donde asciende basalto procedente de la astenosfera. Es ésta una capa
subyacente de 700 a 800 km de espesor, recorrida por corrientes de convección, “motores“ de la
deriva, que han provocado la rotura de la litosfera y el ascenso de enormes cantidades de basalto.
Este basalto separa paulatinamente (algunos centímetros anuales según cálculos por satélites)
ambos fragmentados de litosfera, que constituyen sendas placas. Cada placa puede estar formada
únicamente por basalto solidificado, como en el centro del Pacífico, o bien soportar una masa
continental esencialmente granítica, de densidad inferior a la del basalto.
No son, pues, los continentes los que derivan, sino las placas, que se separan de las dorsales a la
manera de las alfombras rodantes. Así se forman y amplían los océanos. La corteza terrestre actual
es un mosaico de seis placas principales. Al tener el globo dimensiones constantes, partes de las
antiguas placas desaparecen en la astenosfera, hundiéndose bajo otra placa y siguiendo un plano
inclinado en las zonas de subducción
Así se explican algunos fenómenos geomorfológicos capitales: las grandes fosas oceánicas, donde
una placa puramente basáltica se hunde bajo otra que soporta o no un continente; la formación de
cadenas montañosas, allí donde chocan dos placas portadoras de sendos continentes, y los
terremotos más importantes, que se producen en las zonas de subducción.
Al terminar esta actividad debéis saber:

 ¿Cuál es la estructura interna de la Tierra?


 ¿Qué es la LITOSFERA?
  Explicar la teoría de la deriva continental, aclarando  los argumentos que, según su autor,
apoyan dicha teoría.
 Identificar los principales desaciertos de la teoría de la deriva continental.
 Describir las principales pruebas sobre la extensión de los fondos oceánicos y la
subducción.
 Establecer conclusiones a partir del estudio de la regularidad de distribución de seísmos y
volcanes.
 Identificar las principales características de las placas y sus límites.
 Explicar las causas y consecuencias de los desplazamientos de las placas.
 Describir las ideas básicas de la teoría de la tectónica de placas
ÍNDICE
I. INTRODUCCIÓN...................................................................................................................................3
II. LA TEORIA DE LA DERIVA CONTINENTAL.................................................................................5
 Los argumentos geodésicos:............................................................................................................6
 Los argumentos geofísicos:..............................................................................................................7
 Los argumentos geológicos..............................................................................................................8
 Los argumentos paleontológicos o de tipo biológico.......................................................................9
 Los argumentos paleoclimáticos......................................................................................................9
 Magnetismo remanente y paleomagnetismo..................................................................................12
 La expansión del fondo oceánico.......................................................................................................19
III. LA TECTONICA DE PLACAS.......................................................................................................26
ELEMENTOS FUNDAMENTALES DE LA NUEVA TECTONICA GLOBAL..................................35
 Dorsales oceánicas.........................................................................................................................36
 Márgenes continentales pasivos y rifts continentales.....................................................................42
 Zonas de subducción, márgenes continentales activos y arcos de islas..........................................48
 Fallas transformantes.....................................................................................................................54
 Puntos calientes.............................................................................................................................58
IV. CONCLUSION.................................................................................................................................65

1
II. LA TEORIA DE LA DERIVA CONTINENTAL

La teoría de la deriva de los continentes se basó, al principio, en el encaje que se observaba entre
las líneas de costa a ambos lados del Atlántico. Este encaje había sido observado y publicado por
Snider en 1858 en su libro “La creación y sus misterios revelados: un trabajo que explica
claramente todas las cosas incluyendo el origen de los primitivos habitantes de América”. Es
destacable que el ajuste de las costas propuesto por Snider en 1858 (Fig.1) es perfecto, algo que ni
siquiera con los modernos ordenadores se ha conseguido todavía. No obstante, el principal defensor e
impulsor de la teoría de que los continentes se han movido unos con respecto a otros a lo largo de
la historia de la Tierra fue un meteorólogo alemán llamado Alfred Wegener. La coincidencia de
las costas atlánticas fue también inspiradora para Wegener quien, a partir de la idea inicial, se
dedicó después de la 1ª Guerra Mundial a recopilar argumentos y pruebas en favor de que los
continentes habían estado juntos en el pasado y, en 1922, publicó su famosísimo libro “El origen de
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los continentes y océanos”. Los argumentos de Wegener eran de cinco tipos principales:
geodésicos, geofísicos, geológicos, paleontológicos y paleoclimáticos.

 Los argumentos geodésicos:


La Geodesia es la ciencia dedicada al estudio de la forma y tamaño de la Tierra y a la
localización precisa de puntos en su superficie. Los argumentos geodésicos que presentó
se basaban en las mediciones efectuadas en distintos puntos con un intervalo de tiempo y,
especialmente, en las realizadas en dos islas de Groenlandia (Bear y Sabine) en sendas
expediciones llevadas a cabo respectivamente en 1823 y 1873. Calculó velocidades de
movimiento de entre 11 y 21 m/año para esas islas y de entre 0’3 y 36 m/año para otros
puntos de la Tierra, velocidades que estaban fuertemente afectadas por errores de medida
(hoy sabemos que estaban sobrevaloradas en unos dos órdenes de magnitud).

Fig. 1
Ajuste de los bordes del
Atlántico realizado por
Snider en 1858. El encaje de
las costas a ambos lados fue
un argumento importante en
favor de la deriva
continental.

3
 Los argumentos geofísicos:
Se basan en la teoría de la isostasia, que
surgió de la observación de que en las
grandes cordilleras, la atracción
gravitatoria no era la que cabía esperar si la
densidad de las mismas fuera igual a la de
las partes llanas de los continentes, sino
menor. Esto condujo a la idea de que allí
donde había una cordillera, había también
una gran acumulación de rocas ligeras,
graníticas, esencialmente constituidas por
silicatos de aluminio (SIAL) que
explicaban la anomalía, es decir, el hecho
de que la gravedad fuera menor de la
esperada. Esa acumulación debía formar una
especie de raíz de la cordillera (Fig.2)
2). Si las cordilleras tenían raíz, ésta debía
Alfred Wegener. compensar, en cierto modo, sus elevados relieves,
de forma similar a como un iceberg emerge más de
la superficie del agua cuanto mayor es su parte
sumergida: el exceso de volumen encima es
compensado por el déficit de densidad debajo.
Se puede establecer un símil con
un conjunto de bloques de diferente espesor
flotando
en un líquido, por ejemplo, bloques de madera en agua o de cobre en mercurio (Fig. 2). Los
bloques más gruesos tendrán su base a mayor profundidad y su parte superior a mayor altura
sobre el nivel del agua. Si superponemos un bloque sobre otro, este último se hundirá, pero el
conjunto emergerá más que antes, aunque la diferencia de alturas será menor que la altura del
bloque añadido.

La comprobación de que ese fenómeno se daba en la Tierra se efectuó en primer lugar en


Escandinavia, que había estado sumergida bajo un casquete de hielo de varios kilómetros de
espesor en la última glaciación, hace 10.000 años. La elevación que la península escandinava
experimenta anualmente, de entre 1 y 10 mm/año según las zonas, se relacionó con la fusión del
casquete glaciar, que habría

El principio de la isostasia
ilustrado con bloques de
cobre flotando en mercurio
(izquierda) y en los continentes, donde la masa siálica flota sobre un substrato fluido (en gris). Las montañas
tienen una raíz siálica que les permite estar en equilibrio con el substrato fluido.
dejado a la corteza desequilibrada. El fenómeno descrito se denominó isostasia y consiste en el
equilibrio de las diferentes masas de la corteza o de la litosfera terrestre. El movimiento de
Escandinavia es un reajuste isostático tendente a alcanzar el equilibrio isostático. Ahora bien,
para que la isostasia exista, los continentes deben de estar flotando en una especie de líquido.
Como de hecho se producen reajustes isostáticos, el manto o parte de él debe de estar en un
estado que le permite fluir y, entonces, los continentes, que flotan sobre él, podrían moverse
libremente. El argumento geofísico de Wegener no es en realidad una prueba de que los
continentes se muevan, pero suministra una prueba física de que pueden moverse y cómo.
Wegener mencionaba la posibilidad de que existiera el canal de baja velocidad y de la existencia
de corrientes de convección de origen térmico en el manto líquido.

 Los argumentos geológicos


Se basan principalmente en la correlación de estructuras geológicas a ambos lados del
Atlántico. La Fig. 3 muestra los principales escudos o cratones viejos (gris oscuro), con más de
2.000 Ma y los cinturones orogénicos más jóvenes de 2.000 Ma (líneas finas) en Africa y
Sudamérica. Puede apreciarse cómo, una vez que ambos continentes son llevados a la que se
supone su posición inicial (hace 200 Ma), escudos y cinturones pasan de uno a otro
mostrando una correlación perfecta. Las estructuras y formaciones geológicas de otros
continentes pueden ser, asimismo, correlacionadas, lo que sirve para reconstruir sus
posiciones iniciales. Para este tipo de argumentos, así como para los de tipo paleontológico,
Wegener se basó en el trabajo y las ideas del geólogo sudafricano A.L. Du Toit, expresadas en
su publicación de 1921 “La glaciación carbonífera en Sudáfrica”.

Fig. 3
Las estructuras geológicas son como líneas impresas a través de los continentes. En gris: cratones con más de
2000 Ma. Rayas: cinturones orogénicos más jóvenes.
 Los argumentos paleontológicos o de tipo biológico
Se basan en la existencia de asociaciones de floras y faunas fósiles similares, en áreas
continentales que hoy están muy alejadas entre sí y aisladas por anchos mares. La explicación que
los paleontólogos daban a esas asociaciones comunes se basaba en la teoría de los puentes
intercontinentales, franjas de tierra que habían estado emergidas en algunos momentos y que
habían permitido el paso de gran número de especies de unos continentes a otros. Especialmente
llamativa era la presencia en Sudamérica y Africa de una asociación de flora y fauna Permo-
Carbonífera (360-250 Ma) similar que había sufrido, además, una evolución semejante. Wegener
hacía particular hincapié en la extensión de la flora de Glossopteris y de la familia de reptiles
Mesosauridae. Más adelante, en 1937, en su libro “Nuestros continentes a la deriva”, Du Toit
propuso que había existido en esa época una masa continental que incluía, además, Australia, la
India y la Antártida. La denominó Gondwana, un término empleado originalmente por otro de los
grandes pioneros, E. Suess y derivado de un conjunto de estratos de la India compuesto por
sedimentos carboníferos a jurásicos que incluye rocas de origen glaciar en la base y capas de
carbón más arriba.

 Los argumentos paleoclimáticos


Son uno de los puntos fuertes de la argumentación de Wegener, que por algo era meteorólogo.
Se basan en la existencia de rocas que son características de un clima determinado. Por
ejemplo, las tillitas son rocas compuestas por cantos o bloques redondeados, a menudo
estriados, englobados en una matriz arcillosa, que son características del medio glaciar y que se
forman en cantidades importantes durante las glaciaciones en las proximidades de los polos. La
hulla se forma en zonas con mucha vegetación y es, por tanto, característica de los climas
templado, húmedo y ecuatorial. Los depósitos evaporíticos son, por otra parte, típicos del clima
árido y se dan en los dos cinturones áridos de la Tierra a ambos lados de la zona ecuatorial. La
presencia de tillitas cerca de ecuador actual o de yeso o sal cerca de los polos podía, en
principio, ser explicada por una migración de los polos. Sin embargo, cuando se estudia su
distribución a escala mundial se aprecia que, para un determinado periodo, la migración de los
polos no puede explicar la distribución de los climas. La Fig. 4 muestra, a la izquierda, la
distribución actual de las rocas de la glaciación Carbonífera y la dirección del movimiento de los
hielos (flechas). A la derecha, los continentes se han llevado a la posición que se supone
ocupaban en

Fig. 4
Distribución de las formaciones permo-carboníferas con depósitos glaciares en la actualidad (izquierda)
y en el Carbonífero-Pérmico (derecha). Las flechas indican el movimiento del hielo.
Fig. 5
Distribución
de las
formaciones
con pruebas

climatológicas en el Carbonífero, en un mapa con la posición de los continentes reconstruida.

aquel momento, con lo que las rocas de origen glaciar caen en un área restringida alrededor del
polo Sur. La Fig.5 muestra otra reconstrucción para el Carbonífero, con los diferentes tipos de roca
indicadores del paleoclima: Gl-tillitas y cantos estriados de origen glaciar. C-carbón. D-rocas de
origen desértico, con cantos facetados producidos por el viento. S-sal gema. Y-yeso.

La Fig.6 muestra la reconstrucción de los continentes propuesta por Wegener en el Carbonífero


Superior y su evolución subsecuente. Los continentes habrían formado una sóla masa
continental, denominada la Pangea, que significa “toda la Tierra”, a partir de la cual se habrían
dispersado. La teoría de la deriva continental fue rápidamente conocida por los geólogos,aunque
no fue aceptada unánimemente, mientras que los geofísicos la recibieron con gran excepticismo.
Jeffreys, p. ej., que alcanzó un enorme prestigio como geofísico por el cálculo riguroso de las
tablas de velocidad de las ondas sísmicas, defendía que tanto la corteza como el manto eran
demasiado rígidos como para permitir grandes desplazamientos. En las tres décadas siguientes a la
publicación del libro de Wegener, los movilistas dieron por probada la teoría y se dedicaron a a
buscar explicaciones a la misma y a estudiar cómo habían sido los movimientos continentales,
mientras que los estabilistas argüían que no había un mecanismo capaz de explicar que los
continentes pudieran deslizarse sobre el manto y, por tanto, la teoría debía ser forzosamente falsa.
Obviamente, los continentes no pueden desplazarse directamente sobre el manto fluido
porque por debajo del agua de los océanos hay rocas rígidas. El geólogo A. Holmes propuso al
final de la década de los veinte que la deriva se debía a la actuación de
Fig. 6
La Pangea (arriba) y
la deriva continental
tal como fue
propuesta por
Wegener en 1922.
Las áreas punteadas
representan mares de
poca profundidad
sobre corteza
continental.

Fig. 7
Hipótesis de
Holmes de las
corrientes de
convección en
el manto para
explicar
continental.

11
corrientes de convección térmica en el manto, una idea apoyada por el geofísico Vening Meinesz,
uno de los pocos que aceptó la teoría. La Fig.7 muestra la hipótesis de Holmes. Según ella, las
corrientes de convección ascendentes y divergentes provocarían la separación de la masa continental
siálica (rayada) y entre las masas separadas se produciría la efusión de rocas basálticas formando una
capa simática (gris oscuro). Las corrientes descendentes y convergentes llevarían hacia abajo parte
de la capa simática, la cual se transformaría en eclogita (negro) por efecto de la presión.

 Magnetismo remanente y paleomagnetismo


La prueba definitiva de la deriva continental fue aportada por los geofísicos, a los que también
debemos la comprensión de los mecanismos que la permiten. Los argumentos más sólidos en favor
de la teoría provienen del estudio del magnetismo natural que tienen las rocas y que es una
consecuencia del campo magnético terrestre.
La Tierra se comporta como un imán con dos polos, que no coinciden exactamente con los
geográficos, los cuales se definen como los puntos donde el eje de giro de la Tierra sale a la
superficie. La Fig. 8, a la izquierda, muestra esquemáticamente el ángulo entre el eje de rotación y el
eje magnético, así como la orientación de las líneas de flujo del campo magnético en un perfil
transversal. En realidad, lo que se suele denominar Norte magnético es el polo Sur del campo
magnético terrestre y hacia él apunta el norte de la brújula, que es ella misma un imán (Fig.8,
derecha). Las causas del campo magnético terrestre no se conocen exactamente. Los modelos más
modernos lo atribuyen a que la Tierra actúa como una dínamo autoexcitable: el núcleo externo,
metálico y líquido, se mueve continuamente por

Fig. 8
Esquema
del campo
magnético
dipolar
terrestre
(izquierda)
y posición
real de los
polos
magnéticos
en la Tierra
(derecha).

12
corrientes helicoidales, llamadas ciclónicas.
Según el principio de la dínamo, un
conductor que se mueve dentro de un
campo magnético produce corrientes
eléctricas, pero éstas, al circular por el
núcleo, producirían también un campo
magnético. Por eso se denomina
autoexcitable, porque las corrientes
producidas por el campo magnético existente
contribuyen a su vez a crearlo o
mantenerlo. El campo magnético original,
necesario para “poner en marcha” la
dínamo, puede deberse a corrientes
eléctricas muy débiles creadas por
termoelectricidad: corrientes producidas por
dos conductores que están en contacto y a
Ilustración de la orientación del campo magnético en la Tierra. diferente temperatura, lo que puede ser el
caso del núcleo externo e interno.

Se llama declinación magnética al


ángulo
que forman las líneas que unen un
determinado punto de la Tierra con el
norte magnético y con el norte
geográfico o, dicho de otra forma, al
ángulo que se desvía la brújula en ese
punto con respecto al norte geográfico.
La declinación puede ser hacia el este o
hacia el oeste y su valor para los
diferentes puntos del globo puede
apreciarse en a Fig.9. Inclinación
magnética es la inclinación de las líneas
de flujo en cada punto y sus valores
pueden verse en la Fig. 10. En principio,
su valor sería cero en el ecuador
magnético, aumentando progresivamente
hacia los polos magnéticos hasta valer
90° en ellos (Fig.8 ). Como puede
apreciarse en las Figs. 9 y 10, las líneas
de igual declinación e inclinación son
13
irregulares y esta
última no
coincide con los
paralelos
magnéticos, lo
que sería de
esperar si la
Tierra fuera un
imán dipolar
perfecto. En
realidad, el
campo
magnético terrestre no corresponde a un dipolo
perfecto, debido

Fig. 9
Distribución de las líneas de igual
declinación magnética en 1945.

14
Fig. 10
Distribución de las líneas de
igual inclinación magnética en
1945.

a causas como la diferente permeabilidad magnética de las rocas y a la existencia de rocas


magnetizadas cerca de la superficie terrestre, cuyo campo interfiere con el producido en el núcleo.
El campo magnético terrestre puede describirse como formado por dos componentes: el campo
dipolar, que es teórico y representa la media del campo terrestre, y el campo no dipolar, también
llamado anomalía magnética, que es la diferencia entre el campo teórico y el campo real en cada
punto.

El campo magnético es variable con el tiempo en intensidad, inclinación y declinación. En general


deriva hacia el oeste unos 0’18° por año, con lo que en unos 2.000 años habrá dado la vuelta a la
Tierra. Eso es lo que se llama la variación secular, existiendo también una variación diurna y
variaciones ocasionales relacionadas con las llamadas tormentas magnéticas, que suelen durar
varios días. La posición de los polos magnéticos, sin embargo, cambia bastante poco, al menos en
la actualidad. En España, la declinación actual es de unos 8° al oeste y la inclinación de unos 60°
al norte.

Algunas sustancias sufren una imantación cuando son sometidas a un campo magnético, es decir,
desarrollan su propio campo magnético. Se llaman sustancias ferromagnéticas a aquellas que se
imantan de forma que su extremo próximo al polo N del campo externo se convierte en polo S
del imán que se forma en ellas y viceversa. Son ejemplos de este comportamiento metales como
hierro, níquel y cobalto y minerales como magnetita y hematites. Sustancias paramagnéticas son
las que se imantan como las anteriores pero muy débilmente, y sustancias diamagnéticas son las
que se imantan en sentido contrario a la ferromagnéticas: el extremo próximo al polo N se imanta
como polo N, con lo cual son repelidas por el campo magnético externo. Ejemplos de estas
últimas son metales como cobre, plomo, plata y oro y fluidos como el agua y el dióxido de
carbono. La imanación diamagnética suele ser de muy débil intensidad.

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Fig. 11Deriva polar aparente del polo Norte para
Las rocas contienen a menudo minerales Europa desde el Precámbrico.
ferromagnéticos, los principales de los cuales
son magnetita, titanomagnetita, hematites
y titanohematites. Estos minerales pueden
emanarse a causa del campo magnético
terrestre existente en un momento dado. El
magnetismo que adquieren se denomina
magnetismo natural remanente (NRM) y
puede permanecer siempre que la roca no
sufra otro campo magnético de igual o
mayor intensidad y sentido contrario o que se
caliente. Las sustancias imanadas pierden su
magnetización por encima de una T
determinada, que se llama punto de Curie y
que es de alrededor de 500°C para las
rocas. Una roca que esté a mayor T y se Fig. 13. Deriva polar aparente del polo Norte para los
principales continentes desde el Precámbrico.
enfríe, al pasar justo por debajo del punto de
salen a la superficie a temperaturas muy superiores
Curie adquiere una magnetización que es
a su punto de Curie y se enfrían rápidamente,
mucho más intensa que el NRM y que se
adquieren una magnetización intensa que depende
denomina magnetismo termorremanente
del campo magnético terrestre en ese punto en el
(TRM). El magnetismo termorremanente se
momento de su efusión. Con la ayuda de aparatos
adquiere a partir del campo magnético terrestre
sensibles se puede medir la magnetización de las
y la intensidad con que se imantan las rocas
rocas y deducir cúal era el campo magnético en
es menor que la del propio campo. No
el momento de su efusión. Como, por otra parte,
obstante, es muy superior en intensidad al
se pueden datar radiométricamente las rocas,
magnetismo natural remanente y no se borra
podemos conocer cómo era el campo magnético
con un campo igual y de sentido contrario a
en la antigüedad. El estudio del campo
no ser que las rocas estén de nuevo cerca de
magnético terrestre en el pasado se denomina
su punto de Curie.
paleomagnetismo y su utilidad es
extraordinaria. La determinación del campo
En consecuencia, las rocas volcánicas, que
magnético en una roca de determinada edad nos
dice en qué dirección se encontraba el polo N
magnético y, gracias a su inclinación magnética,
a qué distancia aproximada. Varias
determinaciones en rocas de igual edad en puntos
separados de un continente nos dan varias
direcciones que convergen en un punto, lo que
ayuda a precisar mucho la posición de los polos
para esa edad. Cuando se estudian rocas de
distintas edades se van obteniendo una serie de
Fig. 13. Inclinación magnética a lo largo de una transversal (izquierda) y su aplicación al caso de la India (centro
y derecha). La flecha a trazos en la figura del centro, arriba, es una paleoinclinación que indica la posición de la
India en el Jurásico.

posiciones de los polos que, una vez unidas, dan una curva que se llama deriva polar aparente.
La Fig. 11 muestra la curva correspondiente al polo N de Europa desde el Precámbrico Superior
hasta la actualidad.

Podría pensarse que esa curva


representa la posición absoluta del
polo, que ha cambiado a lo largo de la
historia, mientras que el continente se
mantenía fijo. Sin embargo, cuando se
trazan las curvas de deriva polar para
varios continentes, se ve que no
coinciden en absoluto (Fig. 12). Como
no puede pensarse que cada
continente tenía sus propios polos
magnéticos, hay que admitir que lo que
se ha movido no han sido los polos,
sino los continentes con respecto a
ellos. Por eso, las curvas de deriva se
llaman aparentes y por eso es tan
importante el paleomagnetismo:
suministra una prueba
absolutamente objetiva de la deriva
continental. Es más, ayuda a
reconstruir la posición de los
continentes en el pasado.

17
Fig. 14. Reconstrucción de la Pangea carbonífera utilizando como
criterio de ajuste, no la línea de costa, sino la isobata de 1000 m.
Las superposiciones estan dibujadas en negro.

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La Fig. 13 representa las líneas de flujo del campo magnético en una sección de la Tierra y, en el
centro, dos posiciones sucesivas de la India, en el Jurásico (210-145 Ma) y en la actualidad.
Mientras que en la actualidad la inclinación magnética es de unos 20°N, en el Jurásico (J) era de
unos 40°S y, ahora, en su posición actual, las rocas volcánicas jurásicas tienen un campo
magnético remanente con una inclinación de unos 40°S (flecha a trazos), lo que permite calcular
su paleolatitud. Las inclinaciones magnéticas se mantienen siempre que la roca no se deforme ni se
caliente por encima del punto de Curie, lo que permite calcular sus paleolatitudes aun en el caso
de que los continentes hayan girado. Las orientaciones de un continente en la antigüedad se
calculan a partir de la dirección de los paleopolos. No pueden calcularse paleolongitudes porque lo
que se obtiene es la orientación y la latitud, pero el continente en cuestión pudo estar, en principio,
en cualquier longitud dentro de esa latitud. Para calcular paleolongitudes se utilizan criterios
adicionales como conocimientos sobre las posiciones relativas de los continentes entre sí y con
respecto a los océanos.

La Fig. 14 muestra una de las reconstrucciones más conocidas de la Pangea carbonífera, realizada
por Bullard y sus colaboradores en 1965 utilizando un ordenador para buscar el mejor ajuste entre
los continentes. En lugar de utilizar las líneas de costa para el ajuste, usaron las isobatas (curvas
de igual profundidad) de 1.000 m, que se supone que marcan el borde de la corteza continental.
Como puede apreciarse, el ajuste no es perfecto, existiendo superposiciones (en negro) y huecos.
La Fig. 15 muestra una reconstrucción reciente de las sucesivas posiciones de los continentes a lo
largo del Fanerozoico (540 Ma hasta la actualidad). La serie de mapas de la izquierda
corresponde a la deriva durante el Paleozoico o Era Primaria (540-250 Ma) y es menos exacta,
por la mayor escasez de datos, que la serie de la derecha, correspondiente al Mesozoico o Era
Secundaria (250-65 Ma), y Cenozoico o Eras Terciaria y Cuaternaria (65-0 Ma). Al final del
Paleozoico, prácticamente todas las masas continentales se unieron, formando la Pangea, rodeada
de un único océano denominado Pantalasa. La Pangea carbonífera no es probablemente la única
que ha existido en la historia de la Tierra. Hay ya evidencias de que al final del Precámbrico, justo
antes del comienzo del Fanerozoico, la mayor parte de las masas continentales también estaban
juntas, siendo el Cámbrico (540-505 Ma) un periodo de dispersión. Esto ha dado lugar
recientemente a la llamada teoría del supercontinente según la cual, las masas continentales
terrestres se unen periódicamente y, a continuación, se dispersan rompiéndose, a veces por las
viejas suturas y, a veces, a lo largo de nuevas líneas.

A partir de hace unos 180 Ma, en el Jurásico, comenzó la última dispersión continental. Primero,
hasta hace unos 120 Ma, se separaron, por un lado, Sudamérica, Africa, la Antártida, la India y
Australia, que formaban la gran masa continental denominada Gondwana y, por otro, Laurasia,
contiente compuesto por Norteamérica, Europa y Asia (el continente Norteamericano se suele
denominar Laurencia a partir de una cadena de montañas que se formó hace unos 1.000 Ma en
su parte oriental: las Montañas de Laurencia). Esta evolución es similar a la propuesta por Du
Toit en 1937 en su libro “Nuestros continentes a la deriva”. La apertura del Atlántico se

19
efectuó en el Cretácico (145-65 Ma) y continúa en la actualidad. La Antártida, la India y Australia
se separaron, migrando las dos últimas hacia el norte.

20
Fig. 15- La deriva continental a lo largo del Fanerozoico.

21
La migración de la India es de las más espectaculares, pues este continente recorrió unos 5.000
km desde hace 180 hasta hace 55 Ma, momento en el cual chocó
con Asia comenzando a formar la cordillera del Himalaya.

 La expansión del fondo oceánico

Además de indicar en qué dirección se encontraban los


polos y, aproximadamente, a qué distancia, las
determinaciones paleomagnéticas permiten determinar
dónde estaban el Norte y el Sur magnéticos. Se observó
enseguida que algunas determinaciones indicaban que los
polos magnéticos no siempre se encontraban en la misma
posición, sino que se habían producido inversiones. La
Fig. 16 representa una serie vulcano-sedimentaria del
Terciario en el Japón con la orientación de las líneas de
flujo marcada por flechas, cuya longitud es
proporcional al megnetismo remanente. Las flechas apuntan Fig. 16- Magnetismo remanente de una
al polo Norte magnético. El campo magnético actual está serie vulcano-sedimentaria terciaria del
Japón mostrando una inversión del campo
representado por las flechas superiores y puede observarse magnético en las capas inferiores.
que
las capas inferiores muestran la misma inclinación magnética
pero
con la polaridad invertida. Como en el corto intervalo de tiempo transcurrido entre la formación del
muro y del techo de la serie no puede pensarse que el Japón girase 180°, hay que admitir que se
produjo una inversión de la polaridad del campo magnético terrestre.

Se observa en este caso y en muchos otros, que la inversión se realiza de modo que el campo
magnético terrestre disminuye su intensidad y, al mismo tiempo, cambia la posición de los
polos y, después, aumenta de nuevo a la vez que la posición de los polos vuelve a ser
aproximadamente la misma. La inversión se realiza de forma relativamente rápida, en unos pocos
miles de años y, una vez efectuada, el campo permanece con su polaridad estable durante varios
centenares de miles de años. La media de los periodos “normales”, es decir, con la polaridad
actual, es de 420.000 años y la de los periodos “inversos” de 480.000. Sin embargo, el actual
periodo “normal” dura ya 700.000, lo que puede indicar que un cambio está próximo. Dentro de
los periodos también se registran algunas inversiones cortas, de unos 10.000 años de duración.

La Fig. 17 muestra la historia del campo magnético desde el Cretácico Superior hasta nuestros
días, con las franjas en negro representando la polaridad actual y las blancas la inversa. El
cambio de polaridad debe tener que ver con cambios en las corrientes dentro del núcleo externo.
22
El hecho de que la situación de los polos se mantenga aproximadamente igual aunque se invierta
su polaridad, se debe a

23
que las corrientes están en gran parte condicionadas por el movimiento del núcleo interno, sólido,
con respecto al manto inferior, que se comporta como un fluido de enorme viscosidad, casi un
sólido. El movimiento está relacionado con la rotación diurna de la Tierra y probablemente se debe
a un cierto retraso en la rotación del núcleo interno con respecto al manto, que es favorecido por la
baja viscosidad relativa del núcleo externo. La causa del retraso o precesión parece ser que la
elipticidad del núcleo interno es diferente de la de la Tierra en su conjunto. La atracción solar y
lunar produce entonces una especie de frenado en el núcleo, que no
es ni una esfera ni un elipsoide aplastado perfecto y que puede
moverse bastante libremente en el interior. Eso genera corrientes
toroidales o ciclónicas en el núcleo externo, con el eje de las espirales
orientado aproximadamente norte-sur. El retraso en el giro de núcleo
es responsable, además, de la variación secular del campo
magnético, con su giro de unos 0’18° por año. Aparentemente, el
ecuador del núcleo interno gira hacia el oeste varios
metros al día con respecto a la superficie de la
Tierra.

Fig. 17- Historia del campo periodos de polaridad normal. En blanco: periodos de polaridad
magnético terrestre desde el inversa.
Cretácico Superior. En negro:
24
Fig. 18- Las anomalías del
pacífico oriental a ambos lados
de las dorsales de Juan de Fuca
y Cordillera Gorda.

25
Las corrientes ciclónicas, por su parte, no son
estables, sino que cambian lentamente pero de
forma continua, con lo cual, el campo magnético se
modifica: a veces se mueven de forma que el
campo magnético que crea se suma al existente y
a veces de forma que se restan. En este último
caso, el campo magnético va disminuyendo en
intensidad hasta desaparecer. Apartir de ese
momento, el campo magnético que se crea es de
polaridad opuesta y va aumentando en intensidad,
por el mecanismo de la dínamo autoexcitable,
hasta que alcanza un valor más o menos estable
durante un cierto intervalo de tiempo.

Las inversiones en el campo magnético


fueron descubiertas hacia 1950 y, en 1958, Mason Fig. 19- Fragmento de las anomalías de la dorsal
de Juan de Fuca y su perfil.
y Raff comprobaron la existencia de anomalías
las bandas eran aproximadamente paralelas
magnéticas en bandas paralelas en el fondo de los
entre sí, sino que se distribuían
océanos. No sólo
simétricamente a ambos lados de unas
curiosas cordilleras submarinas que se
habían descubierto poco antes y se
denominan dorsales oceánicas (“ocean
ridges”). La Fig.18 muestra las anomalías
positivas (en negro) y negativas (en blanco)
alrededor de las dorsales de Juan de Fuca
(línea B-C) y Cordillera Gorda (línea D-E),
que son segmentos de la gran dorsal del
Pacífico y se encuentran en la costa del
Pacífico entre Canadá y E.E.U.U. La
Fig.19 representa, en el centro, un
fragmento de las anomalías en la dorsal de
Fuan de Fuca. Debajo, se muestra un perfil
del campo magnético en una transversal
donde se aprecia una serie de máximos
(anomalías positivas) y mínimos (anomalías
negativas). Dado que el fondo de los
océanos está constituido por rocas
volcánicas basálticas debajo de una delgada
capa de sedimentos, las anomalías deben
estar relacionadas con la magnetización
26
remanente de las rocas volcánicas. Allí donde la
magnetización se produjo en un campo magnético
como el actual, ambos se suman, dando una
anomalía positiva, mientras que donde la
magnetización se produjo en un campo magnético
invertido, el campo magnético remanente se resta
del actual, produciendo una anomalía negativa.

En 1961, R.S. Dietz introdujo el concepto de la


expansión del fondo oceánico, basándose en una
idea original de H.H. Hess. Dado que las anomalías
se distribuían simétricamente, en bandas paralelas y
de la misma anchura a ambos lados de las
dorsales y que se sabía que cada varios cientos de
miles de años se producían inversiones en la
polaridad magnética, Hess intuyó que la corteza
de los océanos se formaba de manera continua en
las dorsales. La corteza se formaría porque en las
dorsales el manto peridotítico saldría a la
superficie en las dorsales y se hidrataría,
serpentinizándose, lo cual no es correcto, como
más adelante veremos. Pero lo importante es que,
una vez formada, la corteza se iría separando
progresivamente de la dorsal, a medida que se
formaba nueva corteza oceánica en ella y, en
cada momento, se imantaría según la polaridad
del campo magnético. La Fig. 20 representa el
modelo de

27
Fig. 20- El modelo de expansión del fondo oceánico de Hess.

Hess y la Fig. 21 la formación de corteza en la dorsal a partir de material del manto y el


alejamiento progresivo hacia los dos lados de la dorsal que sufre la corteza recién creada. También
se muestran, con bandas negras y blancas, las anomalías magnéticas, producidas por las inversiones
periódicas del campo terrestre. Aunque Hess llegó a su conclusión de una forma perfectamente
científica, las consecuencias de la misma le asustaban un poco, por lo que él mismo se defendía,
cuando explicaba su modelo, diciendo que era geopoesía.

Según el modelo, la corteza oceánica debía ser muy joven cerca de las dorsales y más vieja lejos
de ellas, lo que enseguida se comprobó. La Fig. 22 muestra, en gris, la corteza oceánica formada
durante el Terciario y el Cuaternario (más joven de 65 Ma) a ambos lados de las principales
dorsales (líneas negras en el centro): la del Pacífico, que se prolonga hacia el suroeste por la del
Indico, y la del Atlántico. Las líneas negras paralelas a la dorsal son isocronas, es decir, líneas
que unen puntos de la corteza oceánica de igual edad, dibujadas cada 10 Ma. Puede apreciarse
que en el Atlántico están más próximas entre sí que en el Pacífico, lo que implica que la corteza
del Atlántico se crea más lentamente.

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Geología Estructural y Dinámica Global Tema 8- Deriva Continental y Tectónica de
Universidad de Salamanca Placas José Ramón Martínez Catalán
Curso 2002/2003
La expansión del fondo oceánico explicaba por
primera vez de una forma comprensible la deriva
continental: la corteza oceánica se crea de forma
continua entre los continentes, por lo que estos
se van separando poco a poco.

Una vez demostrada la expansión del


fondo oceánico se comprenden algunos de los más
intricados misterios del reino animal que, a su vez,
pueden ser utilizados como argumentos en favor
de la teoría de la deriva continental. Se entiende
ahora la complicada migración que anualmente
efectúa el frailecillo oceánico desde el polo Sur al
polo Norte, ya que va saltando desde la Antártida
a la Patagonia, atraviesa el Atlántico hasta
Sudáfrica y vuelve a atravesarlo tres veces más para
recalar en Brasil, África Ecuatorial y
Fig. 21- Creación de la corteza oceánica en las
dorsales y adquisición de un magnetismo Norteamérica (Fig. 23, izda.). Sus paradas de
termorremanente, representado por bandas, que descanso fueron heredadas de sus antepasados,
produce las anomalías magnéticas simétricas con
tespecto a la dorsal. que realizaban una migración por el camino más
corto (Fig. 23, dcha.) y fueron mantenidas
generación tras generación pese a la disgregación
de la Pangea.

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Geología Estructural y Dinámica Global Tema 8- Deriva Continental y Tectónica de
Universidad de Salamanca Placas José Ramón Martínez Catalán
Curso 2002/2003

La edad de las rocas que forman la corteza oceánica de


la Tierra.

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Geología Estructural y Dinámica Global
José Ramón Martínez Catalán

Fig. 22- Corteza oceánica más joven de 65 Ma (gris). Las dorsales son las líneas negras en medio de la corteza
joven y las líneas paralelas a ellas son isocronas cada 10 Ma.

Fig. 23- Migración anual del frailecillo oceánico (izquierda) y su explicación (derecha).

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No menos interesante es el caso de las
anguilas que, desde las costas de Europa y
Norteamérica, van a desovar al Mar de los
Sargazos, situado al oeste de la dorsal Atlántica
en la latitud de Florida aproximadamente. Las
larvas, llamadas leptocephalos, efectúan una
migración de miles de kilómetros a través del
Atlántico, durante la cual se transforman en angulas, Fig. 24- Anguilillas cerca de Aguimaga
pregonándose cuánto falta para llegar a la costa.
estando dotadas de un instinto preciso que las hace
llegar
a la desembocadura de los mismos rios en los que
se

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desarrollaron sus madres para, a su vez, introducirse en ellos y desarrollarse a lo largo de varios años
hasta que les llegue el momento de la procreación. Las larvas descendientes de anguilas americanas no
tienen problemas, pero las descendientes de las europeas encuentran cada año la costa un poco más
lejos de donde la dejaron sus madres, debido a la expansión del fondo del Atlántico, que se realiza en la
dorsal, es decir, entre el Mar de los Sargazos y Europa. Por esa razón muestran esa cara de despiste
cuando se encuentran cerca de la costa (Fig. 24).

33
III. CONCLUSION

Hemos llegado a la conclusión de que la tectónica de placas se ha dado a conocer tras varias teorías y
prácticas, resolviendo grandes dudas y cuestiones sobre el principio de los continentes, mares y océanos.
Además, nos ha servido de gran ayuda para comprender como pudo ser la tierra hace muchos años y
como ha llegado a ser en la actualidad aunque este en continuo cambio.
El tectonismo es sumamente importante en lo que respecta a las disolaciones experimentadas por la
corteza terrestre esta ciencia es fundamental en lo que respecta en zonas continentales, las diferentes
teorías son interesantes, en conclusión estas teorías son fundamentales en el desarrollo de la información
y conocimiento

 podemos concluir, que las capas internas de la tierra divididas según sus características físicas
serian: núcleo interno y externo, mesosfera, astenosfera y litosfera y las capas divididas según sus
características químicas son: núcleo, manto y corteza.
 También podemos concluir que la tierra posee placas en la litosfera, y ellas debido a su
movimiento modelan el relieve y ocasionan desastres naturales.

 se puede concluir que la tierra se fue solidificando con el tiempo formando la corteza, que la
atmosfera fue evolucionando hasta llegar como está ahora, que la tierra paso por cuatro etapas
antes de ser como es en la actualidad: la era Arcaica, la era paleozoica, la era ,mesozoica y la era
cenozoica.

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