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Instituto Pablo Neruda N° 8077

Curso: 3° Año CBO


Espacio Curricular: HISTORIA REGIONAL
Profesor: Osvaldo Gutierrez Sanchez

Clase 1 (modalidad virtual)

Durante el desarrollo de clases anteriores revisamos el surgimiento y desarrollo


del Estado Inca (llamado Tawantisuyo por los Incas), en ese contexto trabajamos su
expansión territorial. El NOA fue incorporado al Tawantisuyo durante el gobierno del
Sapa Inca Huayna Cápac.
En este clase trabajaremos los pueblos originarios que habitaban en el NOA
durante el siglo XVI.
A continuación voy a recurrir al texto: Los Primeros Pueblos Originarios del
Noroeste Argentino, en versión online http://www.portaldesalta.gov.ar/primeros.htm

Primeros Pueblos Originarios del Noroeste Argentino


 
Los Apatamas
Este grupo indígena habitó la región conocida como la Puna y su área de
influencia abarcó desde el noroeste de la provincia de Jujuy hasta el noroeste de
Catamarca, comprendiendo a la provincia de Salta. Los casabindo y los cochinoa ,
también de la Puna, estaban relacionados con los apatamas, lo mismo que los
atacamas del otro lado de la Cordillera, con quienes compartían una lengua
común, el cunza .

Los apatamas recibieron influencias culturales de sus vecinos diaguitas ,


calchaquíes , omaguacas y del Altiplano; fueron excelentes agricultores que
cosechaban maíz, papa y quinoa. Estos alimentos eran almacenados en las
paredes rocosas de los cerros, en los cuales practicaban unos agujeros en los que
los depositaban.
Trabajaban la piedra y la madera, fabricando palas, azadones y
cuchillos. Domesticaron la llama, que utilizaban como bestia de carga y de la que
también obtenían carne, leche, cueros y lana. Otra de sus actividades era la
explotación de las salinas, de las que extraían ladrillos de sal que luego
transportaban a lomo de llama hasta los distintos poblados, en donde los trocaban
por diversos productos, en especial, maíz.

Al igual que los otros pueblos de la región, los apatamas aprovecharon lo


que su medioambiente les ofrecía y así construyeron sus viviendas rectangulares
con piedras y barro (pircas) y techo de paja, con una abertura en la parte
superior como entrada, a la que se accedía por medio de escalas de madera. Es de
destacar que los apatamas no poseyeron fortificaciones (pucarás) como los
omaguacas .
Vestían una túnica larga hasta las rodillas, que los españoles llamaron
"camiseta", de colores rojo o castaño; para combatir el frío se cubrían con una
prenda de lana circular con una abertura en el centro para introducir la cabeza,
llamada "poncho"; rodeaban su cintura con una faja de lana y calzaban unas
sandalias de cuero llamadas "husutas" (ojotas). Se cubrían la cabeza con un
gorro que tapaba también las orejas y la nuca y se adornaban con collares,
alfileres, vinchas, brazaletes y pectorales confeccionados con hueso, plumas,
madera y metal.
Pobres en la producción de cerámica, los apatamas desarrollaron una
gran habilidad artesana en el trabajo de la madera y la calabaza.
 
Los Omaguacas
Los omaguacas dieron su nombre a la región conocida como Quebrada
de Humahuaca, en la provincia de Jujuy. Su nombre, según fuentes españolas,
significaba "cabezas de tesoro" y comprendía a una gran cantidad de tribus entre
las que figuraban los purmamarca, los tilcara, los tumbaya, los maimará, lo s
jujuy, los puquile, los ocloya y otros.

Lugar de paso obligado entre el Altiplano y los valles del noroeste


argentino, surcado por el río Grande, esta región fue una zona de conflicto
permanente, antes y después de la llegada de los españoles.
Mientras que el norte es seco y de clima puneño, el sur presenta un
ambiente subtropical con abundante vegetación y lluvias regulares. El río
Grande, en sus 170 kilómetros de recorrido da origen a los llamados angostos,
aprovechados desde tiempos inmemoriales por los pueblos indígenas dada su
feracidad.
Los omaguacas fueron principalmente agricultores de maíz y en menor
proporción de papa y quinoa. Practicaban la caza del guanaco y del ñandú, la
domesticación de la llama -de la que aprovechaban sus numerosos subproductos-
y la recolección de la algarroba.
Su producción ceramista (de regular calidad) presentaba la característica
del fondo rojo con decoraciones en negro. Elaboraban grandes cántaros de forma
redonda y los llamados "vasos-timbales" de notoria influencia altiplana.
Su actividad incluia la fabricación de armas como arcos, flechas,
boleadoras y hondas; trabajaban el cobre, oro, plata y estaño. Se vestían con
mantas y camisetas largas llamadas uncu; se cubrían con ponchos, usaban ojotas,
vinchas, brazaletes, anillos, pectorales, etc.
Sus viviendas eran rectangulares, de piedra, con techo de paja inclinado,
sin ventanas y con una sola abertura.
El carácter estratégico de la Quebrada de Humahuaca hizo de los
omaguacas un pueblo militarmente preparado. Para defenderse de las invasiones
diseñaron recintos fortificados de piedra, a los que denominaron pucarás y desde
los cuales combatían utilizando arcos, flechas, mazas de piedra y boleadoras.
Tanto incas como españoles experimentaron en su momento la resistencia
omaguaca.
 
Los diaguitas o calchaquíes
Las parcialidades diaguitas que poblaron el noroeste argentino estaban
constituidas por los calchaquíes del norte, los cacanes en el centro y los capayanes
en el sur, grupos que tenían, entre sus características comunes, el uso de la lengua
cacán o diaguita . Fueron los más avanzados entre los grupos que poblaron el
territorio argentino y ello se debió fundamentalmente, a la poderosa influencia
incaica.
Según las fuentes hispánicas, los diaguitas eran "altos y fornidos";
vestían la típica camiseta de lana tejida adornada con coloridos motivos
geométricos. Calzaban ojotas y se adornaban con vinchas, aros, prendedores, etc.
confeccionados en metales como el oro, cobre (que unieron con el estaño para
obtener el bronce), piedra, madera, etc.
De los incas , los diaguitas aprendieron a cultivar en terrazas,
aprovechando de este modo las laderas de las montañas para producir maíz,
papa, zapallo, quinoa, porotos, etc. La aridez del terreno era contrarrestada con
el riego artificial, construyendo para ello excelentes canales y acequias, técnica
también tomada de los incaicos.

Practicaban la recolección de la algarroba -fruto del algarrobo-, que les


servía de alimento y con la cual elaboraban bebidas alcohólicas, como la chicha y
la aloja. Lograda la domesticación de la llama, aprovecharon al máximo lo
producido por este animal, que constituia una parte importante de la economía
diaguita.
Las fuentes españolas mencionan la belicosidad de los diaguitas,
agrupados en tribus cuyos nombres han perdurado en la toponimia local: pulares,
tolombones, cahis, chicoanos, aimachas, quilmes, hualfines, luracatos , etc.
quienes opusieron una tenaz resistencia a la dominación hispánica, conviertiendo
en leyenda los nombres de caudillos como Viltipoco, Juan Calchaquí, Pedro
Colca, Pedro Chumay, Coronilla, Ultimpa, Chalemín, Luis Enríquez y Martín
Iquín , este último, curaca (jefe) de los quilmes , que pagaron cara su derrota al
ser deportados en masa hacia lo que hoy es la provincia de Buenos Aires, dando
un penoso origen a la actual localidad que lleva su nombre.
 
Los capayanes
Hermanos de lengua de los calchaquíes , los capayanes habitaron las
provincias de La Rioja y San Juan, en una región comprendida entre aquéllos, al
norte y los huarpes , hacia el sur, entre los valles de Famatina, Sanagasta y
Yacampís surcados por los ríos Colorado y Jáchal.

Pueblo de agricultores, el capayán consumía maíz, zapallo y quínoa que


cultivaban en campos irrigados artificialmente por medio de canales y acequias.
Esta tecnología evidencia la influencia incaica, como así también su vestimenta, la
producción de tejidos de lana de llama y guanaco, la metalurgia del cobre y oro. A
los capayanes se atribuye el estilo cerámico de Sanagasta o Angualasto
caracterizado por sus decoraciones geométricas en negro sobre fondo rojizo.
Lules y Vilelas
Pese a que el estudio de los distintos grupos indígenas de la Argentina nos
obliga a contextualizarlos dentro de un área geográfica delimitada, ello nos puede
llevar a la falsa creencia de que nos encontramos frente a culturas fijas en el
tiempo y el espacio. Nada más lejos de la verdad, pues hay que reconocer que en
tiempos prehispánicos la gran movilidad de pueblos era evidente. Ejemplo de ello
fueron los lules , agrupación de cazadores-recolectores llegados en tiempos
remotos desde el Amazonas brasileño a la región occidental del bosque chaqueño.
Desde allí, estos belicosos nómadas tomaron contacto con pueblos sedentarios de
cultura andina en la zona de Santiago del Estero y Tucumán, como los tonocotés,
a los que hostigaban y saqueaban frecuentemente. Según fuentes españolas, los
lules practicaban la antropofagia y de no ser por la conquista hispana
"...hubieran acabado con los tonocotés..." afirmaba el padre Barzana.

De gran talla y esbeltos, los lules se alimentaban preferentemente de los


productos de la caza y la pesca, complementando esta actividad con la recolección
de la algarroba y miel de abejas silvestres. Utilizaban arco, flechas, macanas y
dardos arrojadizos. Habitualmente desnudos, solían cubrirse con plumas de
ñandúes, por lo que los españoles llamaron "juríes" a estos indios en sus primeras
crónicas del siglo XVI, ya que esta palabra provendría del quichua xurí , nombre
con el que los pueblos andinos designaban a esas aves corredoras.
Por su parte, los vilelas , vecinos de los lules y culturalmente
emparentados, se diferenciaban de éstos en que habían adquirido hábitos
sedentarios, con una agricultura incipiente y cría de animales. De costumbres más
pacíficas, gustaban de la música y la danza.
Tonocotés
Habitantes del centro-sur de la provincia de Santiago del Estero, estos
indígenas tenían -al igual que lules y vilelas - un ancestral origen amazónico, pero
estaban fuertemente influenciados por las culturas de origen andino del oeste.
Sedentarios y agricultores, los tonocotés se concentraron principalmente entre los
ríos Dulce y Salado, limitando al sur con los sanavirones , al oeste con los
calchaquíes y al norte y este con los dominios de los belicosos lules.
Cultivaban maíz, zapallo y porotos en terrenos anegadizos próximos a los
ríos, los cuales, después de las crecidas, depositaban allí una capa de fértil cieno.
Sus viviendas circulares de ramas y barro presentaban la característica
de estar edificadas sobre lomadas artificales conocidas como túmulos o mounds ,
agrupadas en aldeas rodeadas con empalizadas, para protegerse del ataque de los
lules y otras tribus del monte chaqueño.
Evidencia de su lejano origen amazónico está dado por ciertas prácticas
de caza, como el uso de dardos emponzoñados y la costumbre de velar a sus
muertos y guardar sus huesos en cántaros de barro.

Actividades

1 -Leer el artículo Los Primeros Pueblos Originarios del Noroeste Argentino y desarrollar
las siguientes actividades:

a- Elaborar un cuadro comparativo donde indiquen la organización económica, política y social


de los pueblos originarios del NOA
b- Explicar la ubicación geográfica de cada uno de los pueblos originarios mencionados, para
ello cuentan con mapas en el texto

IMPORTANTE
Las preguntas las pueden responder en este mismo archivo, y cuando la actividad este
resuelta la envían al siguiente email: osvaldocgsa@gmail.com
Aclaración: cuando envíen el mail escriban en ASUNTO : GEOGRAFIA- 3 AÑO-
INSTITUTO PABLO NERUDA

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