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OPETTE HIJA DE LA REVOLUCION FRANCESA JACQUELINE BALCELLS ANA MARIA GUIRALDES C486 Bad PRE ODETTE WA DE LA REVOLUCION FRANCESA JACQUELINE BALCELLS ANA MARIA GUIRALDES @ pee Se ae BS ora Mustraciones de FRANCISCO RAMOS. Un dia en la vida de... LS.B.N-: 956-12-07870-X. 10" edicién: diciembre de 2009, Direccién editorial: José Manuel Zafartu. Direecion de arte: Juan Manuel Neira. Direccién de produccién: France Giordano. © 1993 por Jacqueline Marty Aboitiz y Ana Maria Gdiraldes Camera Insetipeién N° 86.324. Santiago de Chile. Derechos exclusivos de edicién reservados, por Empresa Fditora Zig-Zag, S.A. Editado por Empresa Editora Zig-Zag, S.A. Los Conquistadores 1700, Piso 10. Providencia. ‘Teléfono 8107400. Fax 8107454. E-mail: zigzse@zigzag. cl / www.zigzag.cl Santiago de Chile. El presente libro no puede ser reproducide ni en todo ni en parte, ni archivado ni transmitido Por ningtin medio mecénico, ni electronico, de grabactin CD-Rom, fotocopia, microfilmaciéa u ott forma de reproduecién, sin la autorizacién escrita de = La infraccién se encuentra sancionada come delite 1a propiedad intelectual por la ley N° 17.366. Impreso por RR Donnelley. Antonio Escobar Williams 590. Cerrillos Santiago de Chile. ODETTE JA DE LA REVOLUCION FRANCESA Prélogo H, octubre de 1789, Odette Genet, una jovencita parisina de trece afios, hija de un artesano y de una costurera, escribié una larga cartaasu abuela, que vivia en Bretafia. Esta carta fue conservada por la familia y es ahora un vivo testimonio de los dias que cambiaron los destinos de Francia. Odette cuenta lo que escucha de sus mayores, lo que se dice en las calles, lo que pre- sencia y le impacta. La toma de la Bastilla, el 14 de julio de 1789, es quizas el acontecimiento més terrible y m&s importante que le tocé vivir. Diez afios de revoluci6: La Revolucién Francesa abarea un periodo de diez afios —1789 a 1799—, durante los cuales se establecicron en toda Europa nuevas formas de omganizaci6n politica, social y ‘ccon6mica. Surgieron también quevosusos ycostumbres yuna nueva manera de pensar. Con la Revolucién Francesa comenz6 la llamada Epoca Con- tempordnea de la Historia. Como causa sustancial de la Revolucién Francesa, aparte de las arbitrariedades y abu- sos del antiguo régimen, esté la influencia de los filésofos y enciclopedistas franceses, como Rousseau, Voltaire y Montesquieu. Parts, 15 de octubre de 1789. Querida abuela: jHace tanto tiempo que no te veo! Cucnto los dias que faltan para Navidad y podamos es- tar juntas. {Qué te parece todo lo que ha pasado durante estos meses? Decidi escribirte una larga carta para contarte, paso a paso, lo que vivis tu familia en Parfs. Son las siete de la mafiana. Mis hermanos menores atin duermen. En la calle ya se oyen las conversaciones de algunas mujeres que han partido a la fuente en busca de agua. Mama se mueve en la cocina. La escucho refunfufiar, por- que no logra encender el fuego. Papa termina de vestirse y pide a gritos un cuello limpio. Mama responde, como siempre, que estén en el primer caj6n del armario. Comienzo diciéndote que hubo un tiempo en que nadie durmié enestacasa.;Oh,Memé,fue terrible! Sobre todo, lo de la Bastilla. Por primera yvezescuché quejidos de moribundos y vilasangre correr por las piedras como si fuera agua. Pero, para no confundirte, te contaré todo desde el miércoles 5 de mayo, el dfa en que se reunieron los Estados Generales. De eso hace 7 Juan Jacobo Rousseau: El Contrato Social Una de las figuras mas des- tacadas del Enciclopedismo © movimiento que junté a los hombres de letras mas promi- nentes para redactar la primera enciclopedia 0 diccionario razonado de las ciencias, artes Y oficios, Rousseau, en 1762 publics, El Contrato Social, el estudio Voltaire: el triunfo de la r: Este escritor y pensador francésesunadelas figuras mas destacadas del enciclopedismo critico del siglo X VIL Sus ideas filoséficas ysucriticaz lasauto- tidades loobligaronaabandonar Francia y permaneci6 en el exi- lio durante veintiocho afios. Su Pensamiento fue absolutamente politico més importante del si- glo XVIII. Susideas dominaron el periodo de la Convencién durante la Revolucion Francesa € influyeron, sobre todo, en Robespierre. La Declaracién de los Derechos del Hombre Y del Ciudadano lleva el sello evidente de su pensamiento. mn personalista. Crefaen el triunfo de la raz6n. Sus ideas, al igual gue las de Rousseau, tuvieron gran influencia en Ja Indepen- dencia de Estados Unidos, en lacmaneipacién de las colonias espafiolas y portuguesas de América y en la Revolucion Francesa. meses. La noche anterior, papa nos reunié 1és de comer, a Pierre, a Nicole y a mi, y nos 6 que el rey los habia convocado para hacer alacrisis de hambre, pobreza y descontento hay en Francia. Yo no sé si tien el campo has ido problemas para alimentarte; pero lo que es if en Paris, las dificultades son diarias. Es casi posible encontrar harina,,tedas cuenta? Mama que hacer colas durante horas para conseguir enas unos gramos y ademéas pagar carisimo. Recuerdo cuando la panaderfa de la calle mn Bernard, frente a la plaza, fue asaltada por Montesquieu y El Espiritu de las Leyes Gran escritor francés, autor racidn de los poderes, fue una de Las Cartas Persas. Su obra de las fuentes que inspiraron ELEsptritu de las Leyes (1748), a la Asamblea Constituyente que expone la idea de la sepa- de 1789. 10 os se mueren de hambre!” Papa dice a a muchos de los asaltantes y que ran personas honestas, trabajadores de de fabricas igual que él. También nos hombres habian actuado asf de pura |, porque no tienen cémo alimentar 3s. ¥ agreg6, con rabia, que mientras el Un rey inepto Cuando en 1774 Luis XVIsu- bié al trono de Francia, la situa- cién era realmente desastros: los derroches de la corte y las guerras que se habfan sucedido durante més de un siglo habfan obligado al Estado a contraer enormes deudas ptiblicas. En un primer momento, se pens6 que Luis XVI intentarfa aplicar algin remedio a la situacién. Lams a su gobierno al finan- cista Turgot. Este declaré que para salvar a Francia del caos habia que limitar los gastos de lacorte y hacer pagarimpuestos no solo al Tercer Estado (el pue- 2 blo), sino también a las clases privilegiadas. Lacorte en pleno,apoyada por Jareina Marfa Antonieta,se opu- ‘So rotundamente a esta medida. El rey se dejé convencer y alejé de sus funciones a Turgot. Esta actitud del soberano no solo agravs la ya desastrosa si- tuaciénde Francia, sino que hizo erecer atin més el descontento del Tercer Estado. Finalmente, el pueblo decidié hacer justicia por su mano. Y entonces esta- 116 en Francia una de las mds sangrientas revoluciones que recuerda la Historia, S y la reina Maria Antonieta se a sus bailes. ‘ho te asustes por nosotros, abuela, pa no nos ha faltado. El postre si, y también. Pero mama se las ingenia Os guisos nada de malos,con patatas fritas en manteca. Nicole, que por ser 0 entiende nada, pedia pollo y confites, se come todo sin rezongar. dia de los Estados Generales salimos a le para ver el desfile de la procesi6n hacia Versalles. No te imaginas, Memé, lo impresionante que fue. Creo que nunca me voy a {Qué son Los Estados Generales? El Tercer Estado, una de las tres divisiones medievales dela poblacién francesa, inclufa al 95% de los habitantes, que en el siglo XVI legaba a los 25 millones. Las otras clases eran el clero y la nobleza. Mientras las dos primeras clases gozaban de innumerables ventajas, el Tercer Estado no tenia ninguna. Carecfa de todo poder politico y estaba abruma- do de impuestos. Cuando en 1789 la miseria y el hambre haefan crisis, el rey Luis XVI convocé en Ver- salles a representantes de las tres clases sociales, formando Los Estados Generales. Esta asamblea va a ser el punto de partida de la Revolucién. Pero nadie lo sabfa en ese entonces. iY menos el rey! de esos doscientos diputados de negro que representaban . a nosotros, jal pueblo!... eron las lagrimas cuando los con voz ronca: “jAdelante, os!” Luego lo vi apretar con fuer- -mama.Traslos diputados venian Eran menos, jpero tan clegantes! os vestidos con encajes, sombreros y trajes orillados en oro. Miraban frente sin pestafiear, y a todos se nos 6 el corazén. A su paso, las voces que avivado a los diputados del pueblo iaron abruptamente. Tampoco hubo aciones para los hombres de la Iglesia s seguian. La procesién se encaminaba la catedral de Notre Dame de Versalles, los doscientos diputados, el rey, la y toda la corte oirfan misa antes de la jonia oficial. De vuelta a casa, caminamos por la ribera eI Sena en silencio. Pasamos frente a una car- en cuyo frente se exhibian una cabeza de rdo y tres gallinas flacas. Recuerdo que de la sariz del cerdo colgaba un cordel con el precio. mama, era tan caro como comprarse un La Asamblea Constituyente: primer paso contra la monarquia El Tercer Estado, luego de cinco semanas de negociacio- nes en los Estados Generales, donde no logré ser escuchado porlosnoblesy el lero, decidié constituirse en Ia Asanblea Na- cional, que pasaria a lamar-se Asamblea Constituyente. Esta Asamblea logré dar a Francia una nueva constitucién. Fue 16 el primer paso para vencer a la monarquia. Los revolucionarios, amigos delaConstituyente, fandaronen Versalles una sociedad politica que se conocié como Club de fos Jacobinos, porque se reunian en el antiguo y destartalado conyento de ese nombre. . Y conrespecto alas gallinas,abuela, is refdo: parecian pajaritos. spués, mis hermanos y yo acompa- mama a la casa de la marquesa de ord aentregarle un vestido. Nunca antes ‘a llevado con ella, pero desde hace Je da miedo dejarnos solos en casa. La Bastilla: cuatro siglos de opresién La Bastillacrauna fortaleza cuyas torres de treinta metros y sombrios muros grises habfan dominado el barrio obrero de San Antonio durante cuatro siglos. Para los que vivian y trabajaban en ese barrio, la Bastilla se habia transforma- do en el simbolo de la opresién del rey. Cuando comenzaron los motines en la ciudad de Paris, el gobernadorde la prision,marqués de Launay,irincher6a sus hom- bres, hizo levantar los puen-tes levadizos, cargar de pélvora los cafionesy esperar apuntando hacia lacalle El l4deju- lio de- 1789 hierro con bronce y hasta el aire huele distinto; no como en nuestro barrio, donde podemos saber qué comera cada familia. Claro que yo prefiero vivir en mi Boulevard de Saint-Denis, leno de ruidos, gentes y voces. Dalaimpresién de que en Saint-Honoré la gente vive encerrada y no sale jamés a la calle. A lo mas se escucha el ronquido de algtin cochero que se ha dormido ; sentado al pescante de un lujoso carro. Cuando Ilegamos a la casa de la marquesa, nos abrio un lacayo con librea de terciopelo ver- de y nos hizo pasar hasta el salén, ;jOh, Memé, si hubieras visto aquello! Las paredes cstaban cubiertas por un género carmesf y sobre ellas | colgaban tapices con escenas de Caza. Los es- pejos sobre las tres chimeneas multiplicaban la estancia y, aunque eran las tres de la tarde, los candelabros estaban encendidos. ;Te das cuenta el despilfarro? Cuando leg6 la marquesa, salud6 aimama con amabilidad y le puso la mano en la cabeza a Nicole, con aire distraido. Vestia un traje de raso azulino, entero orlado de encajes color crema. Su cuello estaba envuelto en una cinta del mismo género del vestido, amarrada en un lazo bajo su barbilla. Su peinado era un alto y voluminoso mono hecho de cientos de bucles. 19 las manifestaciones violentas en la ciudad comenzaron desde temprano. La plebe se apoder6 de tres mil fusiles y algunos cafiones que se guardaban en Los Invilidos. Y luego, le- yando sus armas descargadas, marcharonatravésdelaciudad, hacia la Bastilla, a la cual habia sido trasladada la provisién de pélvora. Una delegacién de hombres pidi6 a Launay que entregara la pélvora. iste sc neg6.Duranteel resto de la mafiana y en Jas pri- meras horas de la tarde, fueron enviadas distintas comisiones con la misma peticién, pero recibieron idéntica respues- ta. Finalmente, dos hombres 20 treparon a los techos de un edificio cereano y cortaron las cadenas del puente exterior. La puerta principal fue derribada a golpes de hachas y la multitud, enardecida, se abalanz6 hacia el interior. Este fue el comienzo de una batalla que terminaria con la toma de la Bastilla y la rendi- cién de Launay. Pero la plebe continué gritando: “;Nada de rendicién!” Y después de apresaralaguarnicién,el pueblo entré ala fortaleza, destrozando todo a su paso. Mas tarde, la cabeza de Launay, clavada en un triden- te, fue pascada por las calles de Paris. os y sus labios brillaban rojos, corazon. A su lado, mam, con las s y lacabeza protegida por lacofia ‘su mofio tirante, se vefa pequefia ¢ {pero tanto mas linda que esa sefiora Te entregé el vestido y la mujer, en far, s¢ quejé por el atraso. Paris, enfermo de miedo Latomade la Bastilla fue una herida en el alma del régimen. Todo el mundo iba aver la for- taleza. Se visitaban sus torres siniestras, sus calabozos negros y fétidos, donde los prisioneros habfan convivido junto a sapos, Tatas y otras bestias inmundas de las alcantarillas. Se descu- brieron los esqueletos de dos hombres asesinados. Dia a dfa los parisinos esperaban nuevos hallazgos. Noles bastaba con lo que encontraban: tantos siglos y tantas generaciones de prisio~ neros que habfan padecido allf merecfan haber dejado mds hwellas, Se afanaban en busca de inscripciones; todo les pa recia poco. Fl tiempo no podia haberse aliadocon la tirania para borrar los testimonios de tanto suftimiento. Cuando no encontraron nada més, comenzaron a escuchar tuidos, gemidos, suspiros. La imaginacin creci6 hasta que llegaron a ofr voces en los coscuros pasadizos de los subte- rrdneos. Los muertos comenza- ron a llamar a los muertos. Un voleén dormido se despertaba. Se hicieron bisquedas péblicas y se rastrearon todos los subte- rrfineos y las cavidades de las iglesias 0 edificios piiblicos en —Perdone, sefiora marquesa —dijo mi mama,turbada— , pero porestos dfas es tan dificil conseguir los hilos. Ademés, no sabe usted el tiempo que pierdo haciendo colas para conseguir alimentos. Lamarquesa hizo como que noescuchabay nos ofrecié unos pancitos de anis. Mis hermanos aceptaron felices; pero yo no. Cuando volviamos a casa, mama me dio un beso: ella habia entendido mi actitud. Te diré, Memé, que me costé, porque hace tanto tiempo que no pruebo un pan dulce. Pero no me gusté la cara que puso esa mujer cuando mami se quejé de Ja situaci6n, y estoy segura de que la golosina fue una excusa para tranquilizar su conciencia. No crees lo mismo? Por lo dems, ni siquiera pagé porel vestido y le dijo que volviera después. Papa se enojé y dijo que gente como ella hacia que el pueblo se enfureciera. Yo sé, abuela, que también hay gente buenaentre los ricos y los nobles ,como ta siempre lo dices, pero —como también dice mi papa— el hambre cicga la raz6n. Estoy tratando de ir por partes y me tengo que contener para no contarte de inmediato lo de Ja Bastilla. Pero durante estos meses han pasado cosas tan terribles, que no puedo dejar de contar- 23 donde pudieran aparecer més ‘cuerpos asesinados. Luego las voces de los muertos cobraron vida; los ru- mores decian que una tropa de malhechores vagaba asolando camposy ciudades. Lasmujeres ‘escondfan a sus hijos y no los dejaban salir de sus casas: los ‘campesinos se levantaban cada mafiana a mirar sus cosechas, temerosos de que durante Ja noche los bandidos las hubiesen arrasado. En la ciudad se asegu- raba que un ejército de asesinos estaba a punto de atravesar las puertas. Primero se dijo que este ejército de asesinos eran extranjeros al servicio de los enemigos delarevolucién,pero luego pasaron a ser enviados de las tropas del rey. Parfs estaba enfermo de sus propios temores y suefios. La Comuna: una municipalidad revolucionaria La toma de la Bastilla dio a la Asamblea una fuerza desco- nocida: en Parfs se creé una municipalidad revoluciona- ria, La Comuna, Wamada asf en recuerdo de Jas antiguas ciudades libres de la Edad Media. También se organiz6 una Guardia Nacional, con lo 24 cual la Asamblea se encontré sostenida por una fuerza militar que imposibilité todo intentode reacciGn realista. Este movimiento se genera- lizé en las ciudades del interior de Francia, donde se crearon también comunas y guardias nacionales. © acuerdas cuando los curas y los eron juntarse con el pueblo en los yelTercer Estado se constituy6 acional? Bueno, sucedié que los ites del Tercer Estado se fueron a la e Paumce y ahi juraron solemnemente se mds hasta que la Constitucion sea y fundameniada” . Esas palabras las iando del periddico de ese dia. Mi papa que esa frase cambiaria nuestra vida, ya ese momento el rey dejé de Hamarse rey . pas6 a Iamarse rey de los franceses, ora en adelante tendré que gobernar con Declaraci6n de los Derechos del Hombre y del Ciudadano Los representantes del pue- blo francés, constituids en la Asamblea Nacional, recono- cieron y declararon los 17 Derechos de! Hombre y del Ciudadano.Ei primetodetodos ascguraba que “los hombres nacen y permanecen libres e iguales en derecho. Las dis- linciones sociales no pueden Jundarse sino en la utilidad comin 26 Como el rey intentaba de- morar la aprobacién de estos derechos revolucionarios, una muchedumbre, integrada en gran parte por mujeres y niffos, se dirigid a Versalles para pre- sionarladecisiénreal.Lograron obligar al rey y a su corte a instalarsc en Parfs, donde el rey aprobé los decretos en el mes de agosto de 1789, porque cambiando las palabras ho de la mafiana y comencé a Por ahora te dejo, porque mi Tiamando para que le ayudemos a ‘con un poco de harina que se consi- n la sefiora del panadero, a cambio yjo de costura. la mafiana. |. Memé, sigo con mi carta. Desayu- de cebollas y unas nueces que atin nos tu viltimo envio. El pan apenas aleanz6 -mojar un par de bocados en la sopa, pero 6sentarme alamesa,que se vefa acogedora sn mantel blanco y limpio. Mama dice que, e haya poco para comer, hay que sentarse mente a la mesa. Me dicron ganas de haber flores para ponerlas en el centro, como lo Sigo con mi historia. Luego de la Asamblea Nacional, los sol- empezaron a patrullar las calles de Paris y Jas puertas de la ciudad se vieron rodeadas gran cantidad de tropas. Los soldados decian El rey trata de escapar E120 de julio de 1791 el rey Luis XVI cometié el gran error de intentar escapar del pafs: fue sorprendido,apresado y llevado de vuelta a Parfs, Este hecho lo hizo perder una gran parte de su prestigio y cerré la primera etapa de la revoluci6n. La Asamblea Nacional terminé sus funciones en septiembre del mismo aio y dio paso a la Asamblea Legislativa. ‘gue era para asegurar el abastecimiento de los isinos, pero nadie lo crefa: todos sabfan que era porque ef rey estaba asustado. Se temia que las tropas dispararan contra el pueblo. A nosotros no nos dejaban ni asomar la nariz a la calle, El ambiente se comenz6 a poner cada vez mas tenso. Apenas me veia con Marie, mi mejor amiga, y solo nos juntdébamos un rato los domingos, a la salida de la iglesia. Ahf nos intercambiabamos las cartas que nos ha- biamos escrito durante la semana, donde nos contabamos nuestros secretos. Yate diré lo que vivimos juntas y lo que pasé con el papa de Marie... Solo te adelanto que el sefior Dupont —el papa de mi amiga— estuvo dos dias en el hospital con una pierna herida. El domingo 12 de julio, cuando se supo que el rey habfa echado a Necker, su Ministro de Finanzas, todo el mundo se asust6. Mi papa y sus amigos comentaban que Necker nos defendia y que sin él los pobres iban a tener atin menos pan y atin mds impuestos. Desde ese momento, la gente comenzé a salir a la calle y nosotros, desde nuestro cuarto, ofamos los gritos: “;A las armas, patriotas! ;La esperanza serd nuestro emblema! iQue regrese Necker!” 29 Los clubes de la revolucién Durante la revoluci6n sur- gieron centenares de clubes: politicos, Estos influfan en los gobiernos locales y también en la Asamblea de Paris. Eran los baluartes de las fuerzas de Ia clase media quese habfan hecho cargo de la revolucién. El club més poderoso fue el de los Jacobinos. Muchos de sus miembros eran diputados. La Fayette, a la derecha del movimiento, y Robespierre a la izquierda, formaron parte del club. Otro club fue el de tos cor- deliers. Se lamaron asi, porque se reunfan en un convento de franciscancs —o cordeliers— abandonado. Sus miembros eran los sans culottes tipicos, 30 trabajadores, comerciantes o artesanos, que habfan organi- zado a la plebe de Paris en una fuerza politica muy poderosa. Llevaban como uniformes los pantalones del trabajador y no los elegantes pantalones hasta Ja rodilla —o culottes— de los aristécratas olos pudientes, Los sans-culottesusaban pantalones rayados, una chaqueta corta y un gorro frigio, simbolo de la revolucién. Privados de voz.en el gobier- no —porque eran demasiado pobres para calificarse como votantes—, los sans-culoites encontraron su voz politica en los cordeliers. Los fundadores del club fueron Danton, Des- moulins, Marat y Hebert. Esa noche, cuando papa volvi6 de su tra- en el taller, casi nos desmayamos: tenia la jueta descosida,estaba entero magullado y un hilo de sangre le corria por la frente. Tti si que te habrias desmayadoal verlo, Memé. Nicole se puso a llorar y decia que papa se iba a morir; Pierre estaba tan palido, que parecia un fantasma. Mientras mi mama le limpiaba una herida sobre la ceja, él cont6 lo que habia sucedido. Venia por las Tullerias, camino a casa, cuando vio que una multitud se agolpaba en torno a La Asamblea Legislativa: la derecha y la izquierda La Asamblea Legislativa es- taba dominada por unamayoria republicana. El grupo més po- deroso era el de los girondinos. A ellos se oponia el grupo de los montafieses, cuya fuerza provenfa de la Comuna y de los sans-culottes. La Montafia queria un gobierno central fuerte en Pa- ris,adiferenciade los girondinos,que querian conv. tir a Francia en una federacion de distritos autnomos. En le Asamblea, el grupo de los girondinos —los m4smode- rados— se sentabaa la derecha delasala;y el delos montafieses —los mds exaltados— se ubica- ba ala izquierda. en que, subido sobre un banco, gritaba. 1 Camilo Desmoulins, uno de nuestros ados del Tercer Estado, que arengaba al sblo diciendo: “Necker ha sido despedido, podemos esperar mds: jtenemos que recurrir armas!” Estaba en medio de su discurso itos de personas lo rodeaban —mi papa ellos—, cuando una tropa de soldados a Ho irrumpi6 en el lugar y se abalanz6 sobre itud, hiriendo a muchos. Los manifes- enfurecidos, tomaron bancos y piedras ; emprendieron contra los soldados. Fue »nces Cuando a mi papa le lleg6 un golpe cabeza que lo dejé aturdido. Se desperté do en el suclo. Francia sin rey Cuando se supo que los mo- narcas de Austria y Prusia se habian puesto de acuerdo para acudir en auxilio de la monar- qufa en Francia, la Asamblea Legislativa declaré la guerra a Austria y los ejércitos france- ses invadieron sus territorios. Pero fueron rechazados por los. austrfacos y la alarma cundis en Paris. Asf, el 10 de agos- to, el pueblo, enfurecido por esta derrota, marché hacia las ‘Tullerias, donde se alojaba la familiareal. Luis XVI,asustado, buscé proteccién en el seno de la Asamblea Legislativa. Para desgracia del rey, los delegados de la Asamblea votaron por la suspensién de su cargo y lo enviaron prisionero al Temple. Francia quedaba sin poder eje- cutivo y laAsambleaseencargé de gobernar con un consejo de ministros. Pero el verdadero poder politico quedé en manos de Jorge Jacobo Danton, uno de Jos mejores oradores de larevo- lucion. Junto a él se agruparon los dirigentes més extremistas y exaltados, como Robespierre y Marat. LaAsambleadispusotambién la creacién de una Convencién Constituyente que redactara una constitucién republicana. jAy. abuela, c6mo te habrias puesto de iosa, si hubieses estado en Parfs durante dias! Esa noche, varias personas Ilegaron a tra casa a prevenirnos: se decfa que el rey y los nobles se aliarian para masacrar al pueblo. ‘Ynos contaron que los parisinos ,paradefenderse, estaban saqueando todos los depésitos de armas de la ciudad. Y era cierto: desde nuestra casa se vefan las llamas de los incendios que iluminaban los cuatro costados de Parfs. Atin me parece sentir el olor del humo que cubrfa las calles como una neblina azul y transformaba el aire nocturno en algo caliente y pesado. Las tiendas que habfan sido asaltadas ardian. Los nifios pequefios del barrio gritaban de miedo y mama nos abrazaba tanto, que casi no podiamos respirar. A medianoche llegé el boticario —el pa- dre de Marie— muy agitado, a contarnos que una multitud habia asaltado el convento de San Lazaro en busca detrigo y alimentos. Dijo que los religiosos habfan huido y que el pueblo regresé al centro de la ciudad con cincuenta y dos carretas llenas de trigo. Mi padre dio un pufietazo triun- fal sobre la mesa y pidié a mama que abriera la botella de vino que tenia guardada para celebrar. 85 Las masacres de septiembre Finalmente, los franceses lograron derrotaralos austrfacos en Valmy, con lo que se detuvo Ia invasiGn extranjora. Pero la situaci6n dentro del pais habia empeorado: las condiciones econémicas segufandesastrosas yelpueblosufrfa demas hambre que nunca. En las provincias se alzaron enarmas grupos realistas que intentaban reponerlamonar- qufa. ElgobiemodelaAsamblea, entonces, acudi6 a medidas ex- tremasy las cdrceles se atestaron de presos politicos. Aprincipios de septiembre el populacho de Paris invadié las prisiones y dio muerte amas de 1.500 realistas presos. Frente a esto el gobierno asumié una actitud pasiva, temeroso de en- frentarse a las iras populares. Purificar Paris Luego de que Ia muche- dumbre invadiera las cérceles y masacrara a Jos presos en Charelet, a los guardias suizos y a la guardia del rey en la Abadia —donde encendieron dos hogueras en cl patio de la prisi6n para iluminar Ia matanza—, se continu con los sacerdotes y obispos en 36 la capilla de Carmes. La sed de sangre segufa en aumento. Ya no solo habfa que terminar con la nobleza, sino que habia que purificar Parfs. Asf les lleg6 elturnoa prostitutas, jugadores ymaleantes. Finalmente, la no- che del 3 al 4 de septiembre, los masacradores salicron de Paris y se dirigieron a Bicétre. Luego, de pie, brindaron por aquellos valientes. “jEste es el comienzo! ; Ya nada detiene al pue- blo!” , dijo mi pap4,con la voz ronea. “| Que viva el pueblo!” , — grité el boticario. A mi,escondida tras la puerta, me dieron ganas de aplaudir. Querida abuela: esa noche senti que crecia. Y por primera vez en mi vida pensé que me hu- biera gustado ser hombre para luchar en contra de las injusticias. Me fui a acostar y tuve un suefio ridiculo: yo estaba en la casa de la marquesa de Cham- bord y ella me entregaba una bandeja llena de Ppancitos de anfs y me decfa que se los tenfa que pagar con diez vestidos. En el suefio, la condesa se miraba en el espejo y arreglaba su mofio que crecfa como una montafia. Entonces yo estiraba mi brazo y cogia una cinta que ataba su pelo. El mofio saltaba y sus bucles azotaban mi cara. La condesa quedaba completamente calva y su cabeza brillaba como plata brufiida. Ella, roja de rabia, comenzaba a patear el suelo con los tacones, mientras me decfa que los guardias del rey me harfan prisionera. En ese momento, Memé, desperté sobresaltada: alguien golpeaba insistente mi ventana. Era Marie. Medio dor- mida, le abrf. az La locura de matar El castillo de Bieétre hospe- daba a miles de hombres, entre los cuales habia criminales, ancianos, cnfermos mentales y mendigos. También funcionaba como casa correccional para menores de edad y habia unacin- cuentena de nifios, muchos de los cuales solo habian cometido el delito de robar una manzana. Los prisioneros de Bicétre eran tratados casi como animales y sufrian lo indecible en suencie- ro. Si hubiera habido un lugar que la revolucién debié haber liberado, era ese, puesto queera un infierno creado a expensas del antiguo régimen Pero las masas estaban enlo- quecidas y,como si unaceguera 38 malsana los impulsara a seguir matando, el 4 de septiembre, en su camino hacia Bicétre, se detuvieron en la Salpérriére —un hospicio de mujeres— y asesinaron a seis ancianas sin otro pretexto que su vejez Luego se lanzaron sobre las jOvenes prostitutas y mataron a treinta. Como si eso fuera poco, entraron alos dormitorios de las pequefias huérfanas y las viola- ron. Recién entonces siguieron su camino a Bicétre. Y alli, en un desatino febril, mataron a 166 personas, entre las cuales habfa indigentes, locos, dos cuidadores, el ecénomo y un secretario. — Vistete! — me dijo,extendiéndome unos ‘pantalones de su hermano—. No por ser mujeres tenemos que quedarnos en casa. — Qué pasa? —pregunté, sin entender nada. —Mi padre y mis hermanos mayores ya -particron... ;y yo los seguiré! —~zAdénde? —pregunté. —Adonde va todo el pueblo: a Los Inva- lidos. Tu padre también fue. Le dije que esperara un momento y me dirigfal dormitorio de mis padres. Ffectivamente, 39 Un odio que pierde el sentido Con las masacres de sep- tiembre, la revolucién se acerea a su apocalipsis. Las purgas impulsadas por la Comuna terminaron escapando del control de los revolucionarios. El pueblo, exacerbado por la sangre, se transformé en una masaasesina que nosolomataba a los nobles, sino también a su propia clase: era el pobre que mataba al pobre: el pueblo que mataba al pueblo. 40 Los hombres que pudieron haber detenido estas matanzas —Robespierre, Danton, el alcalde Pétion, Santerre (comandante de la Guardia Nacional) y Roland (ministro del Interior), no hicieron nada. Algunos incluso aprobaron las matanzas y Roland las Hamé “una especie de justicia”. mama dormia sola: pap no estaba. No lo pensé ni un instante, querida abuela, y me deslicé del cuarto sin hacer ruido. Pero antes, dejé una nota: “Mamd, no te preocupes, estoy can Marie”. Asi, vestidas como muchachos, salimos ala calle. ‘Todo estaba oscuro. Y cuando las campanas de la iglesia dieron las seis de la mafiana, Marie y yO nos encontramos en medio de una enorme muchedumbre. El pueblo se agolpaba frente a Los Invalidos. Algunos ciudadanos distribufan fusiles; otros tenfan cafiones. Dos hombres nos La Convencion: fin de la monarquia El primeracto de la Conven- cién Nacional, elegida por Ia Asamblea, fue la abolicién de la monargufa. En el seno de la Convencién pugnaban dos par- tidos minoritarios: los monta- fleses —apoyados porel pueblo de Paris— y los girondinos. E] resto de los delegadososcilaban hacia uno y otro grupo, segtin las circunstancias. Los girondinos —repu- blicanos e idealistas— acu- saron a los montaiieses de los asesinatos de septiembre. Los montafieses, para distracr la atencién de la Asambiea, propusicron que el rey fuera juzgado y condenado a muerte. Lograron este propésito cuan- do Luis XVI fue ejecutado en enero de 1793, Pidieron ayuda para empujar. ;Tocamos uncafién con nuestras propias manos, Memé! Nos latia el coraz6n como un tambor. Creo que jam4s volveré a sentir la emocién de esos momentos. Pero atin no te cuento lo mas importante: se empezaron a oir voces que gritaban: “;A /a Bas- willa, a buscar pélvora para nuestros cafiones!”” Envalentonadas por los gritos, empujamos con mas fuerza. Nadie se fijé en nosotras; al contra- tio, nos daban érdenes y nos apuraban. Hab{a cientos de miles de personas. EF] sol estaba en lo alto cuando el tumulto Heg6 frente a los torreones de la Bastilla, que contenfan los arsenales de El reino del terror En junio de 1793 el pueblo de Paris se amotiné frente a Ia Convencidn, y logré que ésta enviaraa prisiéna31 delegados girondinos. E! poder quedé en manos de los grupos radicales y diocomicnzoal llamado reinado del terror. Los montafieses crearon cl Comité de Salva in Puibli- ca, que pas6 a ser el 6rgano cjecutivo del gobierno revo- lucionario. A su cabeza estaba Robespicrre, quien ejercié una verdadera dicladura, Miles de presos politicos fueron juz- gados y guillotinados. Bujo la Ley de Sospechosos, cual- 44 quier persona que pareciera favorecer a los enemigos de la revolucion podia ser detenida. Asi, arist6cratas, sacerdotes, acaparadores y estafadores, delincuentes,espfas y generales infortunados, pasaban ante los jueces en hatos y Tas carretas que llevaban alos condenados alaejecucién waqueteaban por lascalles todas las tardes. Algu- nas victimas habfan sido denun- ciadas por vecinos malvados © autoridades. Otros habian sido juzgados por nimiedades, Inocentes y culpables de todas clases y edades fueron ala gui- lotina durame el Terror. polvora. La muchedumbre aullaba. Comen- zamos a sentir la presi6n de la gente que iba llegando al lugar y nos empujaba por detras. Ya casi no podiamos respirar. Nos dio pavor ser separadas y perdernos. Nos cogimos muy fuerte de las manos y tratamos de abrirnos paso hacia un costado. Finalmente, después de mucho esfuerzo y cientos de pisotones y codazos que nos dieron y que dimos, logra- mos salir del medio de esa masa humana y cobijarnos bajo ef umbral de la primera puerta que alcanzamos. Los grito: mentaban: —jQue bajen el puente levadizo! —jQue el gobernador nos entregue la polvera! —jCuidado, que nos van a disparar! Las bayonetas de nuestros hombres apunta- ban el cielo. Todos estaébamos como enloquecidos Marie, amilado,respiraba fuerte y lanzaba frase que yo no alcanzaba a entender, pero en mi exci- tacién la imité y creo que hasta insulté al rey. Un vicjo de barba, que tenia un palo en la mano, anuncié a voz en cucllo: — El gobernador se niega a bajar el puente! 45 La Diosa Raz6n Durame el Terror se inicié una cruzada contra la Iglesia. Los sacerdotes eran denuncia- dos y enearcelados y las iglesias saqueadas y profanadas. Se funden todas las campanas para tansformarlas en cafiones de guerra y los objetos de culto son ridiculizados: por el medio de la ciudad trotan asnos cubiertos porestolas sacerdotales y cruci- fijos colgados de las orejas. El movimiento ateo tenfa su centro en Paris, entre los extremistasde la Comuna. Se re- form6 el calendario gregoriano y desaparecieron los domingos, las fiestas de los santos y las 46 festividades religiosas. En Paris se cerraron todas lasiglesias y cl ar7obispo fue obligado adimitir. Pero la fobia por Ja religion legé a su climax cnando los revolucionarios celebraron en la catedral de Notre Dame la atea flesta de la Diosa Raz6n. Dentro de uno de ios coros dela iglesia de Notre Dame sc erigié un templo a Ia filosofia: se en- cendié la llama de la verdad y los bustos de Rousseau y Voltaire reemplazarona las imagenes de Jos santos. Una mujer vestidade blanco y envuelta en un manto azul encabez6 un cortejo.repre- sentando a la Diosa Razén. —j Abajo el puente abajoel puente! — res- pondi6 un coro frenético. Entonces, Memé, se escuché un terrible estruendo: el primer piquete de hombres ha bia cortado a golpes de hacha las cadenas del puente. Una oleada de hombres se abalanz6 a cruzarlo. ¥Y en ese momento los primeros di: paros salieron desde la fortaleza. jAy, abuela: los heridos y los muertos comenzaron a caer! Desde nuestro refugio escuchamos y vimos a un joven, con el pecho destrozado, amar asu madre. Yo quise correr a su lado, pero Marie me lo impidia. 47 La fiesta del Ser Supremo Robespierre, que erefa en la existencia de un ser supremo, sintié el descontento de mucha gente del pueblo ante los ex- tremos a que habia Ilegado el ataque contra la Iglesia Catélica. Y pensando que el respeto a un dios era necesario para la sobrevivencia de la Republica, en mayo de 1794 logra que la Conyencién decrete que “el pueblo francés reconoce la existencia del Ser Supremo y de la inmortalidad del alma”. Asi, en medio de una serie de fiestas nacionales, durante las cuales todas las casas seadornan con guimaldas y banderas, las j6venes se cubren Ios cabellos con rosas y se canta el himno al Ser Supremo, Robespierre enciende la mecha que hace arder una estatua de carton que representa al atefsmo. Tu te preguntards, abuela, dénde estaba papa en esos momentos. Lo mismo me pregunté yo; y mi amiga, adivinando mis pensamientos, me dijo con voz firme: —Nuestros padres estén bien, Odette; puedo asegurartelo. En ese momento no entendi por qué estaba tan segura, pero después adiviné que cra lo tinico que ella podia decirme para que me tranquilizara; porque —aunque me da un poco de vergiienza confesartelo, Memé— yotiritabaentera y lloraba a gritos. Yala muchedumbre se abalanzaba sobre el segundo puente. Los guardias de la Bastilla vol- vieron a disparar sus mosquetes a la masa que se agitaba frente a ellos. Segufan cayendo heridos y muertos al empedrado.Aesas alturas yotemblaba tanto, que no podia sostenerme en pic. — Quiero irme a casa —gemf. Marie apret6 mi mano. — Ahora no podemos movernos, es dema- siado tarde. Si salimos de aquf, nos aplastaran —respondié. Otro estruendo, seguido de un aullido generalizado, nos indic6 que el segundo puente habfa cafdo también. Todos se precipitaron sobre 49 Cae y cae la guillotina En 1794 los dirigentes de ta dictadura comenzaron a divi- dirse. Uno de ellos, Danton, convencido de ia inutilidad del terror, intents detener su marcha. Su moderaciénlecosté la vida: fue guillotinado. Robes- pierre qued6 por algunos meses duefio absoluto de Francia, pero sureinadotambign Hleg6 asufin ‘cuando los propios montafies se volvieron contra él. Robes- pierre fue declarado fuera de la Jey y guillotinado. Su caida puso término a la época del Terror. 50 el patio. Y mds y més personas Hegaban hasta el lugar por las calles adyacentes. Un estallido de cafiones termin6 por abatir las tiltimas puertas de Ja Bastilla y la fortaleza fue invadida. Era un griterfo impresionante. Parecfa que todo Parfs hubiera entrado a la Bastilla. En ese momento Marie me tiré del brazo. Salté por encima de unos heridos y corrimos,corrimos, sin detenernos, hasta llegar a casa. Si Naipes revolucionarios Durante la Revolucién Fran- esa no solo cambid el calen- @ario, sino que todo lo que wocordara a la monarquia. Ast desaparecicron los reyes, reinas y valets de los naipes. para ser wcemplazados por personajes sevolucionarios. FE] valetdecaré fine cambiado por un negro de Is Antillas, que representaba la mecesidad de igualar las razas; Ia dama de corazones pasé a Namarse Libertad de Cultos; el rey de pique se transformé en el Genio de las Artes y el rey de corazones en el Genio de la Guerra. ¥ cualquier persona que fuera sorprendida en un Ingar piiblico jugando naipes con los antiguos reyes y reinas era acusada de traidora a la revolucién Mi madre, al verme, no sabia si reitse 0 pegarme una bofetada. Hizo Jas dos cosas. Y después me abrazé y me acuné como cuando yo tenia dos afios. Le contamos todo. Pap4 atin no Legaba, asf es que evité decirle lo de los muertos. Mama le dijo a Marie que se fuera a su casa, pues su madre debia de estar muy preocupada. Nosotras nos quedamos esperando a papa hasta muy tarde. Volvid como a las once. Estaba palido y sucio. En cuanto abri6 la puerta, nos dijo: 53 El Directorio En 1795 —y Inego de que Francia lograra contenc guerra contra las potencias ex- tranjeras — laConvencidndicté la una nueva Constitucién.Enella el pafscontinuabaorganizadoen una republica, con un ejecutivo pluralista llamado Directorio. El poder legislativo se dividis en dos egmaras: el Consejo de Jos Quinientos y cl Consejo de Jos Ancianos. Ambos cuerpos clegian a los directores —Cay6 la Bastilla: he visto la cabeza del gobernador en la punta de una bayoneta. Mi madre se persign6é. Gracias a Dios, solo mostraba algunos rasgufios en el rostro y la herida de la ceja se le habia abierto. Conté que el boticario habia sido herido en una pierna y que io habian lievado al hospital. Cuando supo lo de Marie y yo, primero se enfureci6 con mama por no haberme impedido salir y luego conmigo por haber salido. Pero cuando yo, deshecha en lagrimas, pedi perdén y le confesé que habfa sido un impulso que no pude controlar, él dejé de gritar. Dias mas tarde, ya todos mds calmados, un. grupo de vecinos se reunié en mi casa. Co- mentaban que el ataque a la Bastilla habia sido un acto de tal locura, que no tenia explicacién racional, “fue un acto de fe” , dijo el boticario. Y agreg6é que si los parisinos hubieran pensado un segundo lo que significaba tomarse una fortaleza con muros de diez pies de espesor en la punta de las torres y de treinta y cuarenta en su base, atestada ademas de municiones, cafiones y hombres, ni siquiera habrian inten- tado tal acci6n. Un joven llamado Napoleén Los ultimos cuatro afios de Ja revolucién se caracterizaron por brillantes éxitos militares. Un joven general, Napolcén Bonaparte, consignis para Francia la victoria total sobre Austria, Italia e Inglaterra Luego de conquistar Egip- to y Siria, el general francés regresé a Francia, donde fue recibido con grandes muestra de entusiasmo. Pero sucedis que mientras el ejército de Napoleén combatia en Egipto, una nueva coalicién se formaba contra Francia: Aus- triay Rusia unidas expulsaron a los franceses de Italia y Alema- nia. El pueblo francés entonces perdi6 la fe en el gobierno del Directorio y pens6 que la tinica posibilidad de salvacién estaba en Bonaparte. Por su parte, el general so dio cuenta de que le habia lle- gado el momento de actuar. Y, mediante un golpe de estado, qued6 dueiio del gobierno en noviembre de 1799. Conelloterminabaelperfodo propiamente revolucionario de Ia historia de Francia. 56 En ese momento me asomé para que me yieran. El boticario le guifié un ojo a papa y coment6é: —Nuestras hijas saben de esto. Al parecer, lo que sucedié ese dfa en la Bastilla fue casi mistcrioso. Al igual que nosotras, nadie pens6, solo actu. Junto con salir el sol, una luzanim6 losespiritus de cada personaenlaciudad y también el mio, abuela. A lo largo de las calles, de los muros y de los puentes, se escuchaba una sola voz: “jA la Bastilla, a la Bastilla!” El buen doctor Guillautin Un médico parisino, dipu- tado det Tercer Estado, era Uamado por sus conocidos el buen doctor Guillautin, iempre vivia preocupado de servir alos demas y de mejorar las condiciones de vida de los que trabajaban alrededor de 61. Hasta que tlegé el dia en que comenzé.apreocupase de los po. bres desgraciados condenados a muerte que sufrian largasagonias en manos de sus verdugos El doctor fgnacio Guillautin pasé varias noches sin dormir, juego de que una joven de 22 afios, condenada a muerte por asesina, suftiera innumerables hachazos antes de morir. Una tarde en que Guillautin fue aun espectéculo de mario netas, vio que una maquinita vortaba la cabeza de uno de tos mufiecos. Entonces tuvo una idea: habia que fabricar algo similar, paraque,con unsolo un golpe de hoja, la cabeza de los condenados quedara separada del cuerpo. 58 Muchos se rieron de este médico que se preocupaba tan obstinadamente de la forma en que moria la gente. Pero, finalmente,el buen doctorlogré que la Asamblea introdujera en el codigo penal un articulo que decia: “A 1odo condenado se le cortard la cabeza conta veloci- dad de un relémpago”’. Un tiempo después, con la ayuda de médicos y expertos, fue construida una maquina cortadora de cabezas La primera vez que csta maquina funcioné para un con- denado —un bandido Tamado Nicolés Pelletier— el piblico que normalmente asistia a las ejecuciones se sintid frustrado: el especticulo habia sido muy corto. Lugo de esto, fueron tantos Jos ataques que Guillautin su- frié en su contra, que tuvo que abandonar Paris ¢ irse a vivir al campo. Bueno, no me detengo mds en la Bastilla y sigo adelante. Los dias que siguieron nos asustamos mu- cho por ti. Llegaron noticias de que bandas de malhechores robaban en los campos; quemaban y Saqueaban todo a su paso. También supimos de campesinos que incendiaron los castillos y de muchos muertos. Dejola carta: mamé me ama otra vez para que la ayude. Debo coser los botones de un ves- tido que tiene que terminar mafiana. Es increible, Memé, que después de todo lo que ha pasado, la gente rica siga haciendo fiestas y divirtiéndose como si nada sucediera. Este vestido es entero de 59 : La muerte de Luis XVI Caando Luis XVI bajé del (emo para encaminarse ala gui- Borina io rodearon tres soldados sacarle la ropa. El rey los sechaz6con fuerzaysedesvistié solo. Los verdugos se descon- exstaron por un momento, pero Iecgo intentaron amarzarle las * mmanos. “Qué pretenden?” prcgunt6 el rey. “;Amarrarlo!", mespondi6 un verdugo. “;Ama- srarme? ;Jamds lo consentiré!” Los verdugos insistieron y se pasicron agresivos. El rey mir al sacerdote, como pidiendo conse jo. El abate murmuré unas palabras, luego de las cuales el rey levant6 los ojoshaciaelcielo eon una gran expresién de do- for. Luego dijo a sus verdugos: “Beberé el cdliz hasta el final”. Asi,con los pufios anudados en la espalda, Luis XVI subié las gradas del patibufo. Una vez arriba, impuso silencio con la mirada y su voz se escuchd fuerte: “Muero inocente de todos los crimenes que se me: imputan. Perdono a los autores demi muerte y ruegoa Dios que lasangre que vanaderramar no recaiga jamds sobre Francia”. Un poco después grité a sus verdugos: “;Hagan sudeber!”. Los tambores comenzaron a redoblar y el rey se abandoné asu destino. Alas 10 horas y 20 minutos del 21 de enero de 1793, el ver- dugo levantaba de los cabellos lacabezaensangrentadadel rey para mostrérsela al pucblo. La gnuchedumbre gritaba: “; Viva la nacidn, viva la repiblical” encajes y cada botén de perlas finas vale lo que nosotros gastamos en un mes para comer. Asi y todo, no me aguanté y anoche, después de que mami lo hubo cortado ¢ hilvanado, me lo probé. Creo que tu nieta Odette parecfa una dama de la corte, sobre todo, ahora que ondulo mi cabello con las tenacillas que Marie me regal6 y que, seguin papa, se me han puesto bellos los ojos. 3 de la tarde. Después de pegar los veinticinco botones y de pincharme cada uno de los dedos, refif a Nicole, porque desorden6 mi armario. Luego me dio pena, porque lapequefia buscabacaramelos. Le diunterrén de azticar, a hurtadillas de mamé, y luego corrf a se- guircon tu carta. Ahora me doy cuenta de por qué mi padre siempre insistis en que yo fuera a la escuela y aprendieraa leer y escribir. Me acuerdo también que a mami la idea no le gustaba: pensaba que primero yo tenfa que aprender a cocinar, a planchar y a coser, como el resto de las nifias de mi edad que habfaen el barrio. Pero ahora, cuando tengo que leerle el diario en voz alta, reconoce que papa tenia razon. Mami acaba de entrar al cuarto. Al saber que te escribia, me dijo que te enviara un abrazo de su parte. 61 La Marsellesa “Allons, enfants de la patrie; le jour de glorie est arrivé": “Vamos, hijos de la patria; ha Hlegado et dia de gloria...” Ast comienza La Marsellesa lamas famosa de todas as marchas inspiradas en la revolucién, la que luego se convertirfa en el Himno Nacional de Francia. Fue compuestaen unaneche por Claude Joseph Rouget de 62 Lisle, un capitan de ingcnie- Tos que también cra miisico aficionado. Cuando su superior expresé la necesidad de tener un him- no que alentara el espfritu del ejército en su marcha hacia el frente, Rouget de Lisle lo salud6 a Ia mafiana siguiente con La Marsellesa Te quiero contar lo que sucedié el viernes 28 de agosto. Ese dia mi padre lleg6 a casa-con un pedazo de carne de vaea y una botella del vino dulce que nes permiten probar. Dijo que fbamos a celebrar, porque ahora todos éramos libres ¢ iguales. Asi lo decfan las primeras palabras de la Declaracién de los Derechos del Hombre y del Ciudadano que proclamsé solemnemente la Asamblea Nacional. Mi papa reia y besaba la mano de mama. — {Mi reina! Ahora somos todos libres e iguales —le decia. 63 El calendario de Ja revolucion Durante la revolucién, el calendario gregoriano fue sustituido per otro, con objeto de cortar todos los laz0s con el mundo catdlico que los revolucionarios asociaban ala realeza. El nuevo calendario tenia como inicio el dia 22 de septiembre, porque ese fue el dia de la proclamacién de la Repéblica y también el dfa del equinoccio de otofio. ‘Tenfa 365 dias divididos en 12. meses de 30 dias cada uno. Cada mes estaba dividido en tres periodos de diez dfas, el ‘iltimo del cual estaba dedicado al descanso. Los diltimos cinco dfas de los 365 eran dejados para lacelebracién de las fiestas 64 nacionales,y pasarona Ilamarse los sans-culouides. Fi primermes, que comenza- bael 22 de septiembre, se llamé ‘Vendémier, pues en el otoiio se producfa la vendimia. Luego venia Brumaire, el mes de la bruma, seguido de Frimaire, el mes del frfo y de la helada. Los meses de invierno fireron Nivd- se, Pluvse y VentOs¢; y losdela primavera: Germinal —el mes de los brotes—, Floréal —el mes de las flores—.y Prairial —el mes de las praderas—. Por liltimo, los meses de verano eran Messidor —el mes de la cosecha—, Thermidor —elmes del calor— y #ructidor, el mes de Las frutas, Y lo repetia una y otra vez. Esa noche papa casi se bebi6 toda la botella y se acosté cantando. Un.par de meses después, el viernes 2 de octubre, hubo una reunié6n de urgencia de todos los patriotas del barrio en nuestra casa. Mi padre ley6 en voz alta las noticias en “El Amigo del Pueblo”, el periédico de Marat (te preguntaras cémo puedo recordar tan bien las fechas: es porque hemos guardado los periddicos, como leo hacen todos). Por él se supo que el dia anterior,en Versalles , los oficiales del rey habian pisoteadola escarapela tricolor,emblema de nuestra libertad y de la Declaracién de los Derechos del Hombre y de\ Ciudadano. En su lugar pusieron el emblema 65 Personajes de la Revolucién Robespierre: el artifice del Terror Como buen descendiente de una familia de abogados, siguis laprofesién de sus antepasados Comenz6 destacandose por su sagaz mentalidad legal y su facilidad de palabra. Su talento Io llevé a ganarse un puesto en la Primera Junta de los Estados Generales celebrada en Parts. Ingresé al Club de los Jacobi- nos y se convirtié en miembro del todopoderoso Comité de Salvaci6n Pablica. Junto a Danton y Marat, Robespierre logré imponerse a los moderados girondinos, iniciando el perfodode gobierno conocido como el ‘Terror. Luego de que Marat fuera 66 asesinado y Danton muriera en la guillotina, Robespierre se convirtiS en un verdadero dictador. Perviente admirador de las doctrinas filosdficas de Rousseau, sus puntos de vista eran inconmovibles y exigentes: mientras estaba en el poder —y para imponer sus ideas— mand6a la guillotinaa 1.200 personas en un lapso de seis semanas. Debido 2 esto, su popularidad disminuyd y hasta sus més {ntimos amigos comenzaronatemerle. La Con- vencion se declaréen sucontra y fue ejecutado en la misma guillotina a la que é1 habia enviado tantas victimas. blanco del rey y gritaron “;Abajo la Constitu- yente! ”. El periédico decfa también que mien- tras en las bodegas de Versalles se acumulaban toneladas de harina, el pueblo en Paris se moria de hambre. Cuando mi padre Iey6 estas noticias, todos los hombres se leyantaron blandiendo los pufios. Algunos gritaron: “jA Versalles!” ;Y me puedes creer, abuela, que Juliette, la esposa del verdulero, se subidé a una silla, con toda su gordura, y tomé la palabra? 67 Danton: el coloso con voz de trueno Abogado y politico fran de gran inteligencia y prodi- giosa energia, cra un coloso de voz atronadora. El pucblo lo adoraba. Se destacaba de sus colegas en cualquier reunién por su figura enonme y su ros tro de luchador, Pero, ademds de ser una de las figuras mas relevantes de la revolucién, era también una de las mas feas: tres accidentesensu infanciahabjan dejado sefiales en su rostro, ya marcado por las cicatrices de la viruela. Cuando se dio cuenta de los excesos que se habfan cometido durante el régimen del Terror, aconsejé moderacién y se retiré durante un tiempo de Ia politica. Entonces los jacobinos loatacaron violentamente y Fue acusado de traicién. Euego de un simulacro de proceso, fue guillotinado. 68 —jHay que ir a buscar al rey! —-exclamé6, roja de furia, dirigiéndose a las otras mujeres. Todas respondieron con gritos de apoyo. Y mi mama, que es tan timida —como ta sa- bes—, levanté también sus dos pufios en alto y grito; —iA Versalles, a Versalles! Mi papa no Io podia creer. Esa noche, cuando todos se fueron, la reprendi6, diciéndole que él no permitirfa que su mujer participara en esas manifestaciones, y que su principal deberera quedarse en casa cuidando de sus hijos. Papa, a veces, es contradictorio. Por un lado, admira a las que salen a las calles a luchar por la causa, pero cuando se trata de su esposa acttia de otra manera. Esas son las cosas, Memé, que a mi me hacen desear haber sido hombre. Te las cuento, porque, a pesar de gue eres de otra época, estoy segura de que me entiendes. Sigo. Al otro dia en la casa no se hablé mis del asunto. Pero, a las seis de la maiiana del 5 de octubre, me desperté con un ruido infernal que venia de la calle, Eran las mujeres. La calle estaba repleta de mujeres. —iAVersalles! | Vamos porel rey! | Vamos | a buscar nuestro pan! 69 Mara Jean-Paul Marat era el jefe de los cordeliers y fundador del periédico H/ Amigo del Pueblo. En cierto sentido, Maratno tenia polftica; estaba en contra de cualquiera que tuviera poder: atacaba a aristdcratas, realistas 0 girondinos, sin temor ni favor. Habia estudiado m ‘ima y obtenido su tituloen una univer- sidad de Inglaterra. Siempre fue muy feo y terminé larevolucion convertido en un fantasma: con t: el politico periodista la piel amarillenta y cubierta de ilagas y Meno de tics ner- viosos. Su vestimenta raida y descuidada —como la de la mayoria de los revoluciona- rios dela época— aumentaba su aspecto siniestro. Fue miembro del Comité de Vigilancia de Paris que controlaba la policia y las pri- siones, y algunos picnsan que contemplécon buenos ojos las matanzas de septicmbre. Muri asesinado por Car- Jota Corday, mientras tomaba un baffo de tina paraaliviarlos dolores gue lo aquejaban y conyertian su picl en Nagas. Juliette Souillet, la mujer del verdulero, encabezaba la comitiva. Junto a ella iba una joven madre con un nifio en sus brazos. Mamé, que miraba desde la ventana, salié corriendo y le ofrecié cuidar a su hijo. —jVolveré por é1 en la tarde! —dijo la joven, aliviada, y corrié a unirse a la comitiva. Nos pasamos el dia entero cuidando al nifio y esperando ansiosas el regreso de las mujeres. Mama me dijo que una manera de ayudar a la causa era cuidando a ese nifio: por lo menos era lo Gnico que ella podia hacer, luego de la reprimenda que le dio papa. Yo te confieso, abuela, que habrfa preferido mil veces estar en la comitiva, que lavar esos asquerosos pafiales. Pero el nifio termin6 cautivandome. Se refa y hacia gorgoritos cada vez que lo tomaba en brazos. A las 8 Ja madre atin no regresaba a bus- carlo. Mi papa nos dijo que era mejor que nos. hiciéramos la idea de que el nifio pasarfa la noche con nosotros. Como los pafiales aun no se secaban,mama_ corté una sdbana. Le dimos sopa y un poco de le- che. El pobrecito lor6é hasta quedarse dormido. 72 Fouquier-Tinville Fouquier-Tinville era el acu- sador publico, fiscal infatigable del Tribunal Revolucionario y el Terror mismoen persona, Pe- quefio de estatura y con una voz dura y cortante, era conocido y temido en toda la Francia de el acusador ptiblico Ja revolucién. Pero también le Hlegé su turnoy luego de enviar al cadalso a miles de hombres y mujeres, 6] mismo cayé bajo la hojade la guillotina del Terrory murié decapitado en 1795. La Fayette: el marqués democratico A pesar de sus nobles an- tepasados, era muy popular entre Jos franceses por sus ideas liberales. Habialuchado bajo las Grdenes de George Washington en Estados Uni- dos y se habia convertido a los ideales democraticos. Pero sus ideas eran muy tedricas, puesto que preferia la compa- iia de los aristécratas a las de sus amigos dei pueblo. 72 Ante su oposicién a los jaco- binos,aquienesencontraba muy exaltados, fue declarado traidor. Huy6 a Lieja, donde fue hecho prisionero. Su cautiverio duré cinco afios. Una vez de regreso en Fran- cia, asumié la jefatura de la Guardia Nacional de Parfs. Conocido es el grabado que Jo muestra montado sobre su famo- socaballo blanco, cuando tomé posesién de este cargo. La madre aparecid como a las tres de la tarde del dia siguiente. Figtirate cé6mo venia: cansada, hambrienta, sucia y despeinada. Nos pidié toda clase de disculpas. Ella y las otras mujeres hab{fan pasado lanoche entera durmiendo a la intemperie, frente a las puertas del palacio, decididas a no moverse de alli hasta que el rey las recibiera. Mientras bebia algo caliente, mi padre le Ppidié que contara todo desde el principio y ella asf lo hizo. En su marcha hacia Versalles, la sefiora del verdulero habia amenazado con cortar el pelo a todas las mujeres que, en lugar de unirse Maria Antonieta: la reina del despilfarro A los quince afios contrajo matrimonio con Luis, heredero del trono de Francia. Cuatro afios mas tarde se convertiria en reina. Pero debido al Iujo y al despilfarro de su corte y a la miscria que padecia el pueblo, fue odiada por Ios franceses durante todo su reinado. Luego de la toma de la Bas- tilla en 1789, la multitud llegé a Versalles y obligé a los reyes y asus hijos a regresar a Paris, donde fueron encerrados en el palacio de las Tullerfas En 1791, luego de un plan instigado por Marfa Antonieta, los reyes intentaron huir de Francia, pero fueron sorpre- ndidos en Varennes, Nevados de vuelta a Paris y encerrados en [a torre del Temple. En octubre del mismo afio, luego de ser juzgada y conde- nada amuerte, Marfa Antonieta fue Hevada a la guillotina en una carrefa abierla, a través de calles repletas de una mu- chedumbre que la insultaba. 74 Orgullosa_y serena hasta el Gltimo momento, se gané la admiracién por su comporta- iniento durante los diltimos dias ala comitiva, se contentaban con mirar su paso como si este fuera un espectaculo. Algunas se unieron; otras no. Muchas Ilevaban a sus hijos con ellas y cuando Iegaron al palacio eran como seis mil. Desgraciadamente el rey no estaba: como de costumbre, andaba de caza. Decidieron espe- rarlo. Mientras aguardaban, una delegacién de quince mujeres ,encabezadas por Julictte Souillet, | irrumpié en laAsamblea Nacional Constituyente. Explicaron a los diputados que estaban ahf para pedir pan y exigir un castigo para los que habfan pisoteado la escarapela tricolor. A las tres de la tarde el rey volvié de su paseo. Una delegacidén de doce mujeres logré ser recibida. -Entre ellas estaba yo —dijo la joven madre, orgullosa, mientras acariciaba a su hijo—. Pero, ,me creerdn que nuestra valiente Juliette se emocioné tanto al estar por primera vez frente al rey, que solo pudo musitar “pan” antes de caer desmayada? —-{No es para menos! —acoté mi mamd y mi padre le lanzé una mirada furibunda. Luego de esta frustrada entrevista, el rey siguié en el interior de} palacio sin querer salir a hablarcon los miles de mujeres que estaban afuera. 75 Luis XVI: un rey débil y timorato Luis XVI, un hombre débil que se interes6 muy poco en el gobierno, fue el tltimo y mas flojo de los Borbones. Carecia de personalidad e inteligencia Para dominarun reinooaplastar una Tevoluci6n. Era tranguilo, muy religioso, timidoy tremen- damente gordo. Donde ms a gusto se encontraba era en su taller, fabricando y reparando cerraduras comoun artesano.Su otra gran aficién era la caza. Crefa que gobernaba por la voluntad de Dios, en una época en que tal idea era desechada. Aislado en su palacio, ignoraba las nuevas ideas que se propa- gaban en su pais, asf como los lemoresy esperanzasdesusstib- ditos. Dominado por su mujer, Maria Antonieta ,nosupo poner en practica las reformas que Francia necesitaba: asf perdis su reino y su vida. Necker, el financista del rey Financista y ministro de Luis XVI de origen inglés. En Paris, fue banquero. Durante su paso por el Ministerio de Finanzas traté de introducir una serie de 76 reformaseconémicas,perotuvo poco éxito en su gestién. Fue uno de los que impulsaron al Tey para convocar a los Estados Generales. Esperaron toda la noche. Y al dfa siguiente, miles de hombres y guardias nacionales revolucionarios liegaron desde Paris para unirse aellas. Animadas con este apoyo, y ahora provistas de espadas, ba- yonetas, picas y azadones, las parisinas escalaron jas rejas, redujeron a los guardias y en una hora ya estaban dentro del palacio. Buscaron al rey, a la reina y al delfin, y echaron abajo todas las puertas que no se quisieron abrir. Aesas alturas el rey ya sabia que no podfa seguir oculto y decidié mostrarse a la muche- dumbre en uno de los balcones del palacio. A la vista de la presencia real, un solo grito salid de Jas gargantas: —jViva el rey! Luego un segundo grito: oT El rebelde conde de Mirabeau Fue um visionario que se sir- vid de su pluma para defender los derechos del pueblo. Si los vaticinios de Mirabeau hubie- ran sido tomados en cuenta, el reinado del Terror habria sido detenido atiempo.Sinembargo, nofuesino despuésdesu muerte que se comprendié cudn sabias eran sus advertencias. Su aversién por todo lo que representara autoridad y sus escandalosos amorios fueron motivos que lo [levaron varias veces a la cércel y también al exilio. En su ultima estadia en prisi6n,aprovech6 sus diez.aiios de soledad para desplegar su talento como escritor, Mirabeau fue presidente de los jacobinos duranteel perfodo revolucionario. Poco antes de morir fue nombrado presidente de la Asamblea Nacional Camilo Desmoulins: el periodista compasivo Abogade y periodista. El 12 de julio de 1789 arengé a una muchedumbre reunida en los jardines del Palais Royal Maméndola a tomar las armas. Preparé ¢] ataque contra la Bas tillay secundépoderosamente al gobicmno revolucionario con su periddico Las Revoluciones de Franciayde Brabani. Miembro de la Convencién, formé parte de las filas dela Montafia_A fines de £793 publicé el peridico 78 Le Vieux Cordelier, en cuyas paginas pidié por la creacién de un comité de clemencia. Fue acusado de “moderantismo” y enviado al cadalso junto con Danton. Luego de la muerte de Des- moulins, su mujer —Lucile Duplessis— escribié una indig- nada carla aRobespierte.Como respuesta fue detenida y ejecu- tada igual que su marido. —jEl rey a Parts! Y un tercero: — {La reina! Otro balc6n se abrid y aparecié Maria Antonicta con un hijo de cada mano. Los gritos se transformaron en aplausos y vitores. Y por Ultimo, la exigencia: —jEI rey y Ja reina a Paris! Alrededor de las once de la majiana, las enornes rejas de Versalles se abrieron para de jar pasar Ja carroza real, que tomé el camino a Paris. Tras cellos corrfa una multitud enardecida de hombres, mujeres y nifios. Todos escuchdbamos el relato en silencio, Mi padre furnaba su pipa, pendiente de lahistoria. EI nifio dormfa en los brazos de su madre y yo sentia una opresi6n en la garganta. De pronto, la mujer hundié la mano en un bolsillo de su falda y, sacando un pan, se lo ofrecié a mi madre: — Este panes del palacio del rey. Acéptelo, por favor. Yo pude estar ahi, porque usted cuidé de mi hijo. Amami se le lenaron los ojos de l4grimas. Papa se acercé aella y la abraz6 por los hombros._ Luego, muy serio, dijo: 79 Sanson: el verdugo del rey Charles Henri Sanson fue el verdugo de Paris que ejecuts al rey Luis XVI y que luego escribi6 un libro relatando su muerte: Memorias de la Revo- lucién Francesa. Segdn cuenta el excritor Balzac, Sanson, lucgo de gui- Motinar al rey, fue donde un Viejo sacerdote que viviaoculto en la mansarda de un edificio Para pedirle que hiciera una misa “en memoria de un alma ilustre”. BI sacerdote, ayudado por una monja y una anciana duquesa —también proscritas porelrégimen—, improvisaron un altar con una vieja cémoda y cuatro cabos de vela.Cuandola ceremoniatermind,el sacerdote le pidi6 a Sanson que se iden- tificara. El se negé a hacerlo, pero al despedirse sacé de su bolsiflo una pequeiia caja de cartén y se la extendié al sacerdote, diciéndole: Recf- bala: es el mejor bolo que puedo darle, Lamiscrablecajitacontenia el Ultimo paftuelo de encajes de Luis XVI. La fina batista aiin estaba impregnada con el sudordel monarca y salpicada de sangre. El rey lo habia usado para secarse la frente en su camino al cadalso. Lo tenfaentre sus dedos crispados cuando eayéel cuchillo sobre su nuca. —Lo que importaes que el rey est4en Paris: el tinico Iugar donde debe estar. Es de esperar que con su presencia se acaben los sufrimientos del pueblo. Bueno, abuela, voy a terminar esta carta, porque sé que hay un correo que parte hacia Breta- fia mafiana por la majiana y papa me ha prometido que la enviaré con él. Ojala, Memé, que nada impida que pases Navidad con nosotros. Y ojala también que las palabras de mi padre sean ciertas y que el rey haga cumplir las leyes que protegen a su pueblo. Aunque algunos dicen que un rey no es necesario, yo creo que no podriamos vivir sin él. Y ojal4 Dios dé a él y a Ja reina una larga vida. Lo principal es que ahora que somos todos iguales ante la Constitucién, el pueblo francés dejar4 de sufrir privaciones. gNo crees? ¥ a lo mejor... tendré al fin un vestido nuevo. Muchos besos para ti, de tu nieta que te quicre tanto, Odette Po 81 Wp eradinuy rca aT) oe lle ipa IDG eae Bee Be aK Yeates ar sy = 8 ie uhnndi escaaysn wi af etary) At aac Teg el tn, tbe BBE rsh a A é PALS aha a) atte i= C1 fe rs Sno vtae Th iy Rpt Luly, ak te et ARS deste ¥ Bo =. —_ Epilogo Las esperanzas de Odette de tener un vestido nuevo demoraron mucho en cumplirse. Fl rey, como ella pensaba, no solucionaria los | problemas del pueblo ni tendrfa larga vida. Los sucesos més sangrientos atin no comenzaban. Para que la paz se instaurara en Francia tendrian | que morir muchas personas; entre ellas el padre de Odette. Alos 23 afios Odette se cas6 con un oficial de las tropas de Napole6én. Tuyo cuatro hijos y una larga vida. 83 LDA < ra ly wry 4 y ia > mm Whe em Tele smrmenyy > DA 4 Y rpg: a a ae aids TE ys Mose ej g aibnaatee 209 eit Sie atone EG OG ny + ee iptineiea coe | Ln OU Reo be + Shs | ible ear rer oa tonatitl | ft = Kyerm tein Bibliografia La Revolucidn Francesa. Coleccién Hombres y Paises. Editorial Timun Mas S.A. Barcelona, 1970. Enciclopedia Barsa. Bdicién, 1962. Historia de Francia de Michelet. Edicién Vai Lu, coleccién L’Essentiel, Paris, 1963. Enciclopedia Britdnica. Estados Unidos, edicién, 1962. 85 Jacqueline Balcells y Ana Maria Giiiraldes Hace més de quince afios que Jacqueline Balcells y Ana Maria Gitiraldes se asociaron para escribir juntas. Como fruto de este enten- dimiento literario, han nacido obras de misterio, de ciencia-ficcién y también de corte histérico, como la exitosa coleccién Un dia en la vida de... ala que pertenece este libro. En Un dia en la vida de...—con ya vyeinte titulos publicados— las autoras se adentran en momentos estelares de la Historia Universal no- velando con fidelidad personajes, costumbres y ambientes. Las breves novelas se complementan con textos giles y amenos, que informan sobre el periodo tratado en la obra. De esta colecci6n merecen destacarse, por la acogida que han tenido, Quidora, joven mapuche ; Chimalpopoca, nifio azteca; Ramiro, grumete de la Esmeratda; Paolo, pintor rena- centista y Senefri, princesa egipcia. Las obras de ambas escritoras han sido publicadas individualmente tanto en Chile como cn el extranjero. Un ejemplo de ello es la tra- ducci6n al inglés del cuento de Balcells La pasa encantada,elque ademas fue incluidoenun texto escolar para nifios norteamericanos de ensefianza basica por la editorial McGraw-Hill. Ana Maria Giiraldes tiene tres libros de cuentos para adultos, entre los que destaca Cuentos de soledad y asombro. Y entre sus obras de cuentos para nifios estén La ratita Marita, La bruja Aguja, El mono buenmozo y La luna tiene ojos negros. Giiiraldes ha publicado tam- bién las novelas Un embrujo de cinco siglos, El castillo negro en el desierto y El violinista de los brazos largos. Por otra parte ,Ana Maria Giiraldes dirige en la actualidad numerosos talleres literarios para adultos. 88 Jacqueline Balcells ha publicado lanovela El pats del agua y varios libros de cuentos: entre estos, El nifio que se fue en un drbol, Elarchipiélago de las puntuadas, Cuentos de los reinos inquictos, Siete cuentos rdpidos y cinco no tanto, El mar de las maravillas. Balcells dirige talleres literarios para nifios. Bntre las distinciones, que Ia obra de estas au- toras ha recibido, estén las de Ja lista de honor de Ibby International por la novela El polizon de la Santa Maria, de Balcells, y la novela Un embrujo de cinco siglos, de Giiraldes. En 1985 El nude movedizo, de Giiiraldes, recibié ¢] Premio Municipal de Literatura, y en 1996, el cuento Leo contra Lea, de Balcells, obtuvo el trofeo Bonnemine d’Or, otorgado anualmente en Francia por Bayard Presse al tibro de mayor éxito entre los jévenes lectores. 89 Francisco Ramos Pintor ¢ ilustador de exitosa trayectoria, nacié en Santiago de Chile en 1954. Hizo estudios de arquitectura y licen- ciatura en arte en la facultad de Arquitectura y en la Facultad de Artes de la Universidad Cat6lica de Santiago, tras lo cual se especia- liz6 en dibujo cientifico al integrar el equipo de ilustradores de la revista Expedicién a Chile (1977). Para ello recorrié el pais de norte a sur. Entretanto, y desde 1973, ha trabajado activamente como disefiador e ilustrador en varios Organismos no Gubernamentales las Iglesias Catdlica y Luterana) y en la edicién de materiales educativos para Unicef, Fao y algunos ministerios (de Educacién, de Salud, de Hacienda) 90 Durante los afios 1979 a 1982 participéen el montaje de la Feria Altiplano organizada por la Corporacién Nacional Forestal (Chile). Ramos ha colaborado también como dibujante en las revistas Paula y Clan, y ha ilustrado libros infantiles y juveniles para diversas cditoriales chilenas. Y en el campo de la ilustracién cientifica, ha trabajado para jas Universidades de Chile, de Concepcién y Catélica de Santiago. ‘Como pintor, ha participado en exposicio- nes individuales y colectivas, y ha viajado por varios paises de América, Europa y Africa. También ha dedicado un tiempo a la docencia en las facultades de Arquitectura y de Artes de la Universidad Catdélica de Santiago. Para las ilustraciones de las obras de la presente serie, Ramos se ha documentado ampliamente, por lo que ha logrado que los ob- jetos, vestimentas y actitudes de los personajes que en ellas aparecen dibujados correspondan rigurosamente a las de los periodos hist6ricos en que aquellas se sittian. OL Coleccién UN DIA EN LA VIDA MAXIMO, POETA ROMANO, PSIQUE, LA ENAMORADA DE UN DIOS. ESPLANDIAN, CABALLERO ANDANTE QUIDORA, JOVEN MAPUCHE ODETTE, HIJA DE LA REVOLUCION FRANCESA SENEFRU, PRINCESA EGIPCIA CHIMALPOPOCA, NINO AZTECA PAOLO, PINTOR RENACENTISTA LI SONG, MUJER CHINA ALONSO, PASAJERO DE LA MAR OCEANO MAKARINA, BELLA DE RAPA NUI AMARU, CORREO INCA. RAMIRO, GRUMETE DE LA ESMERALDA AK, PINTOR DE CAVERNAS JUANITA, PEQUENA PATRIOTA EFRAIN, AMIGO DE JESUS JUDITH, GUERRERA DE LA FE SAMUEL, BUSCADOR DE ORO EN CALIFORNIA ‘FONKO, EL ALACALUFE ARNALDO, CABALLERO CRUZADO ODETTE, HIJA DE LA REVOLUCION FRANCESA La Revolucion Francesa, el movimiento histérico que establecié en Europa nuevas formas de organizacién social, politica y econémica y que dio inicio a la llamada Fpoca Contemporanea de la Historia, es recreada aquf por una nifia parisina de trece afios, testigo de los dias que cambiaron los destinos de Francia. Odette, hija de un artesano y una costurera, participa y cuenta lo que se vivia en las calles de Paris durante esos terribles dias de exaltacin y violencia que se desataron con la toma de la Bastilla el 14 de julio de 1789, El vivido relato de Odette va acompaiiado de un detallado panorama del perfodo revolucionario y de las documentadas ilustraciones de Francisco Ramos, 789! =) 561

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