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MORFOLOGÍA

del español
en fichas
Teoría y práctica

Con ejercicios y evaluaciones

Autora: Diana Tamola.

SELECCIÓN Y ADAPTACIÓN PARA USO INTERNO DE LA CÁTEDRA


“FUNDAMENTOS DE LOS ESTUDIOS LINGÜÍSTICOS” DE LA FFYL –
UNCUYO, CICLO LECTIVO 2018.
Ficha 1

Niveles de estudio de las lenguas naturales

1.1. Planos y subplanos de la lengua

En las lenguas naturales, como en todo sistema de comunicación, se pueden


distinguir dos planos entre aquello que se quiere transmitir y las formas o
procedimientos utilizados para hacerlo, es decir, entre significado o contenido de
un mensaje y el significante o expresión mediante la cual ese significado pasa del
destinador al destinatario. Esta dualidad es constitutiva de todo sistema de
comunicación.

En el sistema de la lengua, el lingüista danés Louis Hjelmslev (1899-1965)


distingue el plano de la expresión, correspondiente al medio o forma de
transmisión, y el plano del contenido, correspondiente a lo expresado por el
mensaje. Tanto para Saussure, como para Hjelmslev, expresión y contenido no
tienen existencia independiente, sino que es la función 1 o relación entre ambos
planos lo único que puede definirlos. La función existente entre ellos es de
interdependencia, porque ambos se exigen mutuamente como constantes. Por
eso, para Hjelmslev, el signo es una función establecida entre dos entidades que
son el contenido y la expresión.

Asimismo, Hjelmslev distingue en la constitución de los dos planos del signo


lingüístico la trilogía forma, sustancia y materia. La materia es la masa amorfa no
lingüística que incluye la totalidad tanto de los significados pensables como de
los sonidos posibles. La materia es previa y es ajena a la existencia de un sistema
semiótico. La forma, a modo de principio vital, segmenta en la materia lo que
Hjelmslev denomina sustancia. La sustancia es la manifestación o proyección de
la forma sobre la materia, “de igual modo que una red abierta proyecta su sombra
sobre una superficie sin dividir” (Hjelmslev 1943:85). La sustancia, pues, está
semióticamente formada, depende de la forma de la cual es proyección y es
posterior a ella. La sustancia es, pues, la manifestación de una lengua natural en
el uso, previamente modelada por la forma y la sustancia es, en efecto, sustancia
formada.

Para entenderlo mejor, el lingüista italiano R. Simone (1993) propone una serie de
ejemplos que se desarrollan a continuación. En lengua española, la materia fónica
de sonidos posibles entre una /a/ y una /e/ en el plano del significante o de la
1
Función es, en la glosemática, la interdependencia entre dos miembros a los que se denomina
funtivos.

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expresión, ha permitido la conformación de dos fonemas /a/ y /e/ que permiten
distinguir como dos signos distintos caso, /káso/, y queso, /késo/. Ahora bien, las
formas /a/ y /e/ de esos dos signos pueden realizarse fonéticamente de distinta
manera. No hay una sola forma para pronunciarlas en el mundo hispanohablante:
[káso, kάso, ká:so] o [késo, kso, ké:so], por ejemplo. Así pues caso y queso son
dos unidades léxicas distintas que solo se diferencian por un fonema: /káso/
y /késo/. Sin embargo, [káso, kάso, ká:so] se corresponden con uno y el mismo
signo: caso. Asimismo, en otras lenguas, la segmentación entre los sonidos
posibles entre a y e puede resultar diferente. En árabe, esta misma porción fónica
produce un solo fonema: se puede pronunciar indistintamente [kitá:b] o [kit:b] y
no hay cambio de significado como en caso y queso. Comparando el español con
el árabe, desde este punto de vista, podemos representar el hecho como lo hace
Simone (1993: 48):

a e español

a  árabe

Figura 1: Diferencias de forma del plano de la expresión entre el español y el árabe

En el plano del contenido, se puede ejemplificar la distinción entre forma y


sustancia, a partir de la designación en español del color blanco o del color negro
con un solo término, respectivamente ‘blanco’ o ‘negro’ y se especifican los
matices diferenciales a través de adjetivos: blanco mate, blanco brillante; negro
mate, negro brillante. En cambio, en latín, existía una denominación diferente
para esos cuatro matices. El siguiente esquema explicita la distinción:

mate brillante

‘negro’ ater niger

‘blanco’ albus candidus

Figura 2: Diferencias de forma del plano del contenido entre el español y el latín

Se observa que en la lengua latina hay cuatro formas distintas para distinguir lo
que en español se designa o ‘negro’ o ‘blanco’. En el léxico, resulta evidente que
los elementos de una lengua no coinciden exactamente con los que son su
traducción en otra. También lo muestra la gramática: en unas lenguas, masculino
se opone a femenino, pero en otras ambos géneros se oponen al neutro. De todo
esto se deriva que tiene prioridad la forma sobre la sustancia, porque es la forma
la que hace que un signo sea lo que es.

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Al combinar la distinción entre el plano del significado y el plano del significante,
con las nociones de forma y sustancia, se llega a un sistema de cuatro subplanos:

Sustancia del contenido


Plano del
Forma del contenido contenido

Signo lingüístico
Forma de la expresión
Plano de la
Sustancia de la expresión expresión

Figura 3: Planos y subplanos del signo lingüístico

Para Hjelmslev, la lengua es la unión de las formas del contenido y las formas de
la expresión que se proyectan en las sustancias del contenido y de la expresión.
El signo lingüístico es, entonces, una entidad que resulta de la función o relación
establecida entre una forma de contenido y una forma de la expresión.

Cada uno de los subplanos constituye un nivel de estudio de la lengua. La


estratificación del lenguaje consiste en la distinción de dos planos (contenido y
expresión), de dos subplanos (forma y sustancia) y de diferentes niveles de
estudio en cada uno de ellos, como se verá seguidamente.

1.2. Niveles de estudio y disciplinas lingüísticas

A partir de los dos planos -contenido y expresión- y de los subplanos -sustancia y


forma- del signo lingüístico (cfr. fig. 3), se han ido delimitando diferentes
disciplinas lingüísticas, cada una con sus unidades de análisis y sus relaciones
mutuas formando subsistemas, muchas veces considerados autónomos entre sí,
aunque integrantes de una macrodisciplina que es la lingüística. En el plano de la
expresión o del significante, se distinguen los niveles fonético, fonológico,
grafemático, ortográfico. Estas disciplinas delimitan unidades que no se
corresponden directamente con un contenido; sin embargo, tienen sus
repercusiones en el orden de los contenidos comunicados.

La fonética estudia el signo lingüístico oral desde la perspectiva del plano de la


expresión en el subplano de la sustancia, es decir, los elementos fónicos o
alófonos de una lengua según el punto de vista de su producción, de su
constitución acústica y de su percepción. Se delimitan unidades sin contenido,
pero con significante que, a su vez, no permiten distinguir significados. Por

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ejemplo, los alófonos del fonema /b/, [b] oclusivo y [] fricativo, en la realización
de la palabra ‘bebé’ [beé]. Los alófonos son unidades físicas y articulatorias
pertenecientes al habla de Saussure, por tanto, individuales, concretas y físicas,
resultado de la articulación de los órganos de la fonación.

En contraste, la fonología estudia el signo lingüístico oral desde la perspectiva del


plano de la expresión en el subplano de la forma, es decir, unidades funcionales
sin significado, pero que permiten distinguir significado: los fonemas segmentales
y suprasegmentales. Por ejemplo, el fonema suprasegmental del acento permite
distinguir formas de palabra como término, termino y terminó. También, la figura
tonal hace posible formas distintas de una misma secuencia segmental: Llueve en
Mendoza / ¿Llueve en Mendoza? Asimismo, el cambio de un fonema segmental
provoca cambio de palabra, tal como se puede observar en el siguiente ejemplo:

/pálo/ /rrálo/
/gálo/ /jálo/
/tálo/ /sálo/
/málo/ /kálo/

Cuando la comunicación lingüística se realiza por escrito, se utilizan los grafemas


segmentales (letras), adsegmentales (signos de puntuación) o suprasegmentales
(acento, diéresis) para representar los fonemas segmentales y suprasegmentales
(las pausas, la entonación). La disciplina que estudia el signo lingüístico escrito
desde el plano de la expresión y el subplano de la forma es la grafemática. En la
grafemática, se denomina alógrafo a la variante gráfica en la realización de un
grafema por medio de distintos tipos de imprenta (g, G, g, g, g, g, G, g, g) o de
escritura individual. En contraposición al grafema, los alógrafos pertenecen al
habla. La grafemática se encarga de realizar el inventario de los grafemas de una
lengua y registrar los tipos de alógrafos. Una cuestión fundamental de la
grafemática es la medida en que el sistema grafemático de una lengua se
corresponde con el sistema fonológico de la misma. Por tanto, la grafemática es
una disciplina descriptiva que se ocupa de elaborar el inventario y la descripción
de los grafemas, los alógrafos y su relación con los fonemas de las lenguas
naturales humanas.

La grafemática se diferencia de la ortografía en que esta última es una disciplina


normativa o prescriptiva: estudia el sistema de las reglas que aseguran la
constancia y uniformidad de la escritura, es decir, la normalización de la
representación gráfica de los signos lingüísticos. Las convenciones ortográficas
están sujetas a reformas acordes con los criterios que las rigen.

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En el plano del contenido, se pueden distinguir entre otros los niveles de estudio
morfofonológico y morfológico, sintáctico y proposicional, semántico (léxico,
microestructural, macroestructural, textual) y discursivo o pragmático. Así pues,
el nivel fonológico del plano de la expresión realiza el nivel inmediato superior,
mediante formas llamadas morfos, segmentos fonológicos que se repiten en
distintas palabras y a los cuales les corresponde el mismo significado: /már/,
/maríno/, /marítimo/, /amarár/, /mareádo/,… Los morfos son unidades
morfofonológicas conformadas por una secuencia de fonemas la cual se relaciona
solidariamente con un morfema, para constituir un signo mínimo. La
morfofonología estudia los morfos como unidades del plano de la expresión, pero
portadoras de significado y, por eso, se ubica a la disciplina en el plano del
contenido.

El nivel morfológico es estudiado por la morfología que, como se desarrollará más


adelante, se encarga de describir cómo se forman las palabras de una lengua
(pende(r) > depende(r) > dependencia > independencia), cómo varía una misma
palabra en el discurso (perro, perra, perros, perras), cuáles son las unidades
necesarias para el análisis morfológico (palabra, tema, base, raíz, morfema,
afijos), cómo se analiza una palabra teniendo en cuenta el proceso de formación y
cuáles son las categorías morfológicas de flexión (género, número, tiempo, modo,
persona, aspecto, caso). La figura 4 esquematiza el análisis del signo mínimo ‘mar’
según los planos y los niveles lingüísticos de las unidades morfema y morfo en
relación solidaria:

Plano del Nivel morfema “mar”


Signo
contenido morfológico
lingüístico
Mínimo
Plano de la Nivel morfo /már/
expresión morfofonológico

Figura 4: Representación del nivel morfológico y morfofonológico de un signo mínimo

El nivel de estudio subsiguiente es el nivel sintáctico que es realizado por los


niveles morfofonológico y morfológico y estudia las relaciones que se establecen
entre las palabras de una oración, que es la unidad máxima del nivel. Dentro de la
unidad oración puede haber una o más proposiciones semánticas incluidas, sea
de acción, de acción y proceso, de proceso o de estado, con sus correspondientes
argumentos y papeles temáticos: agente, paciente, beneficiario, experimentante.
La sintaxis se encarga de distinguir y clasificar las distintas funciones sintácticas
(sujeto/predicado, núcleo/modificadores), el tipo de conexiones (concordancia,
régimen, las correlaciones temporales) y las construcciones de la estructura

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sintáctica. El siguiente gráfico representa un esquema de posibles funciones en la
parte inferior de una oración posible y las construcciones en la parte superior
hasta llegar a la palabra o lexía como unidad mínima de la sintaxis.

K S/P
L K verbal
K directiva
K sustantiva.
L

……… …….. ... … ………………


.

D N
S T
N OD
S PVS
OB

Figura 5: Representación de las funciones y construcciones de una oración posible del español

El nivel semántico se encarga del estudio de los significados de los signos


lingüísticos ya sean palabras (nivel léxico), relaciones entre las palabras de una
oración o proposición (nivel proposicional), relaciones significativas entre
oraciones sucesivas o contiguas de un texto (nivel microestructural), el significado
global de un texto asociado a la intención comunicativa del emisor, como
convencer, informar o saludar (nivel macroestructural).

El nivel léxico es estudiado por la semántica léxica, la lexicología, la lexicografía y


la etimología. La semántica léxica y la lexicología estudian de forma sistemática (1)
el sentido o acepciones de las palabras según los distintos contextos de uso, (2)
las relaciones que existen entre los diferentes sentidos y (3) las relaciones entre
las palabras y las entidades del universo conceptual del ser humano (Delbecque
2002). La lexicología se vale de dos caminos de estudio: el semasiológico y el
onomasiológico. La semasiología estudia las unidades léxicas a partir de la forma
de una palabra para hallar los diferentes significados o acepciones. En cambio, la
onomasiología parte de una categoría conceptual para estudiar las distintas
formas de palabras correspondientes a esa categoría. La lexicografía, por su parte,
se dedica a la aplicación de los conocimientos lexicológicos en la realización de
diccionarios.

Dentro de la lexicología, se puede distinguir la terminología, disciplina lingüística


que se ocupa de los términos de una realidad profesional especializada para fijar

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de manera unívoca las formas de referencia. Asimismo, también existe la
terminografía, disciplina lingüística que se aboca a la confección de diccionarios
especializados.

Se denomina etimología al estudio del origen de las palabras, de su significado


original, de sus cambios de forma y de significado en el transcurso del tiempo. Se
trata de una disciplina lingüística relacionada con la lingüística histórica y con la
filología, disciplina que estudia los textos escritos para reconstruir, lo más
fielmente posible, el sentido original de los textos a partir de la cultura que en
ellos subyace.

El “significado de una secuencia de unidades léxicas o palabras no equivale a la


suma de los significados individuales de los elementos que la componen. No es lo
mismo Los niños de la ciudad que La ciudad de los niños. Los mismos elementos
poseen significados globales distintos, lo cual es una prueba de que el contenido
de una secuencia comprende algo más que los significados léxicos sumados. En
consecuencia, el significante debe ser concebido de tal modo que nos permita
incluir en él los procedimientos mediante los cuales expresamos esos significados
relacionales.

En conexión con el nivel gráfico y el sintáctico pero a nivel textual, podemos


distinguir el nivel superestructural que se aboca al reconocimiento de secuencias
o modos textuales como la narración, la descripción y la argumentación y sus
componentes formales. La disciplina que estudia los textos y sus propiedades,
como la cohesión, la coherencia o la adecuación, se denomina lingüística textual,
lingüística del texto o gramática textual. Se plantea el estudio de estructuras
lingüísticas que van más allá de la oración que es la unidad mayor de la sintaxis.
Se aboca al estudio de la macroestructura textual o significado global o local de
un texto según una determinada intención comunicativa. También analiza la
microestructura o significado construido entre oraciones. Asimismo, la lingüística
textual se interesa no solo por las secuencias textuales mencionadas sino también
por la identificación de clases de textos y de sus características relevantes.

Finalmente, el llamado nivel pragmático o discursivo estudia sistemáticamente el


discurso escrito y hablado, los significados de todos los signos usados en
situación comunicativa real; con una intención, un lector u oyente real; una
variedad y registro lingüístico, y una función de la lengua particulares acordes
con los fines que el texto o discurso persigue. Se trata de una disciplina que va
más allá de los signos lingüísticos, para estudiar el discurso como hecho de
comunicación y de interacción, en sus contextos cognitivos, sociales, políticos,
históricos y culturales.

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Todos los niveles de abordaje de la lengua se hallan interrelacionados en los
hechos concretos de habla, es decir, en los textos o discursos. Los distintos
niveles se diferencian por las unidades que los componen y por el ordenamiento
que las unidades contraen entre sí. Algunas de las unidades lingüísticas son el
fono, los alófonos, el fonema, la sílaba, el acento, en el nivel fónico; la palabra y el
morfema, en el morfológico; la palabra y la oración, en el sintáctico; el sema y el
semema, la proposición, la macro y la microestructura en el semántico. En el nivel
discursivo, las unidades de análisis son la emisión, el enunciado y el discurso.2

Cada nivel consiste en un subsistema, cuyas unidades forman paradigmas y una


subestructura, que organiza esas unidades en el orden temporal para formar
sintagmas. Cada una de las unidades de un paradigma mantiene relaciones
llamadas paradigmáticas con el resto. En el orden temporal, las unidades que
componen un sintagma establecen entre sí relaciones sintagmáticas. Las cadenas
fónicas de la lengua oral se segmentan en cuanto manifiestan segmentos del
contenido; es decir con vistas a la función comunicativa, fenómeno que se repite
en todos los niveles.

El nivel morfológico y el sintáctico constituyen, en un sentido estricto, la


gramática de una lengua. No obstante, en un sentido amplio y tradicional, la
gramática comprende todos los niveles.

Dentro del juego de subsistemas presentado, el nivel pragmático o discursivo, si


bien cada discurso es único e irrepetible, presenta también regularidades
sistemáticas que se obtienen a partir del reconocimiento de formas recurrentes
en el uso multifacético y heterogéneo de los textos en situaciones comunicativas
reales, regularidades que resultan descubiertas mediante un proceso de
abstracción propio del análisis lingüístico.

La figura 6 intenta sintetizar los niveles de análisis de la lengua usada por


el hablante en su complejidad dinámica.

2
La ‘oración’ y el ‘texto’ son unidades abstractas con potencialidad comunicativa pero no en uso o
en acto, a diferencia de la ‘emisión’ y el ‘discurso’. En este curso, ‘texto’ y ‘discurso’ son usados, sin
embargo, como sinónimos. Cuando se opta por el término ‘oración’, nos referimos a un valor más
gramatical y cuando se usa ‘emisión’ se abarcan todos los niveles. Un ‘enunciado’ es la expresión
lingüística que produce el emisor cuyos límites están fijados por la propia dinámica del discurso:
cada una de las intervenciones de un emisor es un enunciado. El enunciado está, por tanto,
enmarcado entre dos pausas y delimitado por el cambio de emisor.

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NIVEL PRAGMÁTICO La lengua en uso (TEXTOS)

SUPERESTRUCTURAL
MACROESTRUCTURAL

SEMÁNTICO MICROESTRUCTURAL
PROPOSICIÓN
LÉXICO
SINTÁCTICO

MORFOLÓGICO

MORFOFONOLÓGICO

FONOLÓGICO / GRAFEMÁTICO / ORTOGRÁFICO

FONÉTICO

Figura 6. Niveles de estudio de la lengua. Interfaces

1.3. El principio de articulación


El rasgo auténticamente diferencial de las lenguas humanas, a diferencia de
otros sistemas semióticos, es que con un número limitado de elementos
tienen la capacidad de decir infinito número de mensajes, incluido el hablar
de sí mismas. Pues bien, el fundamento de esa falta de límites acerca de lo
que se puede decir en una lengua radica, sin duda, en el hecho de que las
secuencias lingüísticas pueden ser descompuestas o analizadas en segmentos
menores (1) con significado y significante o (2) solo con significante, hasta
llegar a las unidades mínimas, reutilizables en otras secuencias. El fenómeno
es conocido como articulación o principio de articulación.

Así, pues, las lenguas naturales son sistemas semióticos doblemente


articulados, ya que presentan la articulación de unidades del plano del
contenido y del plano de la expresión. Una secuencia como Niñas comprarán
casa puede ser analizada en unidades menores del plano del contenido y de
la expresión en cadenas de signos progresivamente menores hasta llegar a los
signos elementales, que ya no pueden ser descompuestos en nuevas unidades

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con significante y significado. Obsérvese seguidamente la figura 7 que
ejemplifica distintos niveles de estudio de la lengua a partir del discurso:

Niñas comprarán casa.


Niveles Análisis
Se trata de un enunciado que dice Juan para burlarse de su
hermanita Sofía de 6 años y su amiga Federica de 7 que juegan
dramatizando la compra de una casa. El comentario de Juan, el
hermano mayor, solo pretende molestar a la niña. La entonación
Discursivo o es de burla. La intención es desmerecer el juego, ridiculizando la
pragmático ocurrencia y hacer que la hermanita se enoje y le grite, como de
costumbre suele hacer. Juan proyecta una imagen negativa de
Sofía y ese hecho es la causa del enojo. Si bien Federica es
cooperativa con el juego, Juan desenmascara la situación y provoca
una ruptura de la puesta en escena.
Semántico Niñas es el punto de partida, soporte o tema de la emisión elegido
textual por el destinador.
Comprarán casa es la información remática o nueva que se intenta
comunicar.

Semántico agente (niñas) / predicado de acción y proceso (comprar) /


proposicional paciente afectado (casa)

niño: “ser humano”, “de 2 a 10 años aproximadamente”


Semántico léxico
comprar: “acción” “de adquirir algo a cambio de dinero”
casa: “vivienda”, “familiar”, “independiente de otro edificio”
Niñas comprarán casa.
N OD
Sintáctico
S PVS
OB
Morfológico “niñ”, “a”, “s”, “compr”, “a”, “rá”, “n”, “cas”, “a”
Morfofonológico /níɲ-/ /-a-/ /-s/ /kompr-/ /-a-/ /-rá-/ /-n/ /kás-/ /-a/
Ortográfico Niñas comprarán casa.
Fonológico /níɲas kompraráN kása#/
Fonético [níɲah kompraráŋ kásɐ#]
[n]: consonante alveolar, oronasal
[í] vocal anterior, alta, cerrada, oral, tónica
[ɲ] consonante palatal, oronasal
[a] vocal central, baja, abierta
[h] consonante velar, sorda
[k] consonante oclusiva, velar, sorda, oral

Morfología del español en fichas. Teoría y práctica 11


[o] vocal posterior, media, oral
[m] consonante bilabial, oronasal
[p] consonante oclusiva, bilabial, sorda, oral
[r] consonante vibrante simple, alveolar
[a] vocal central, baja, abierta, tónica
[ŋ] consonante velar, oronasal
[k] consonante oclusiva velar, sorda, oral
[á] vocal central, baja, abierta, tónica
[s] consonante alveolar, fricativa, oral, sorda
[ɐ] vocal central, baja, abierta, relajada
Figura 6: Ejemplificación de la articulación, descomposición o analizabilidad de las lenguas humanas

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Ficha 2

La morfología como disciplina lingüística

2.1. Objeto y objetivos de estudio

Tal como se ha explicado en la ficha 1, cada nivel de estudio en que se dosifican


los estudios lingüísticos implica, por un lado, un objeto de estudio particular que
es la estructura de un subsistema y una serie de objetivos que se orientan tanto a
la delimitación, definición y clasificación de las unidades de cada componente, así
como a la descripción de las relaciones que contraen tales unidades.

El objeto de estudio de la morfología es la formación de las palabras y la variación


de ellas en el discurso. Por ello, los objetivos de la morfología como disciplina
lingüística son delimitar, definir y clasificar las unidades básicas o necesarias para
el análisis morfológico, describir las relaciones entre las unidades reconocidas y
establecer las constantes que permiten describir y explicar la estructura de las
palabras ya existentes e, incluso, hasta predecir la posible formación de nuevas
palabras.

2.2. Unidades
Las unidades de la morfología surgen como una necesidad frente al
descubrimiento de entidades reconocibles y reutilizables en la composición de las
palabras. Las unidades son de distinto rango o jerarquía. Se distinguen cuatro
unidades: la palabra morfológica, el tema, la base y el morfema que puede ser raíz
o afijo.

La palabra morfológica es la unidad de rango superior objeto de estudio de la


morfología. A partir de ella se estudian (1) su constitución interna, (2) las
unidades del componente morfológico y (3) los tipos de relaciones que las
unidades constitutivas guardan entre sí: cómo las unidades copresentes se
combinan escalonadamente en el eje sintagmático y cómo se seleccionan las
unidades de la misma clase formal y/o funcional en el eje paradigmático.

El tema es la parte de la palabra que queda al despejar los morfemas de flexión


(género, número, persona, tiempo, modo, aspecto). Constituye la base de flexión
de las palabras variables que son las tres grandes clases léxicas de palabras:
sustantivo, adjetivo y verbo. La distinción entre tema y palabra, así como la de
paradigma flexivo, solo es pertinente en el análisis de las palabras flexivas, no en
el de las palabras no flexivas o invariables. Las palabras invariables resultan al
mismo tiempo tema y palabra.

Morfología del español en fichas. Teoría y práctica 13


La base resulta el componente morfológico reductible que se obtiene al extraer
un morfema derivativo; por lo tanto, esta unidad es base del proceso de
derivación. También puede reconocerse la base en la composición de palabras
compuestas: ‘casasquintas’ está formada por dos bases ‘casas’ y ‘quintas’ que, a su
vez, poseen dos temas.

El morfema es el signo mínimo gramatical, raíz o afijo. La raíz es el morfema


irreductible que comparten las palabras de una misma familia y que se obtiene al
eliminar todos los afijos derivativos y/o flexivos. En cambio, los afijos son
morfemas que se anteponen (prefijos), se posponen (interfijos y sufijos) o se
insertan (infijos) en una palabra para modificar su significado, sea
semánticamente (afijos derivativos) o bien gramaticalmente (afijos flexivos).

Los afijos derivativos forman parte del tema y sirven para crear palabras
relacionadas formal y semánticamente. En cambio, los afijos flexivos se adjuntan
externamente al tema y crean diferentes formas de la misma palabra. Su función
es expresar las categorías gramaticales exigidas por las construcciones sintácticas.
Los afijos flexivos conforman conjuntos cerrados denominados paradigmas
flexivos. Por ejemplo, el paradigma de género femenino en español es –a, -0, -ina,
-esa, -(tr)iz; el paradigma de tiempo condicional de indicativo es –ría; el de
persona y número de los verbos es -0, -s /-0, -0, -mos, -tis / -n, -n.

A modo de ejemplo de unidades que conforman la unidad mayor de la morfología, la


palabra morfológica independencias está formada por el tema independencia; las
bases de derivación son dependencia, depende(r) y pende(r). La raíz es pend- y el resto
de los morfemas son afijos: dos prefijos (in- y de-) y tres sufijos: uno flexivo de plural
(-s), otro formativo de palabra, la vocal temática (-e-) y un tercero derivativo (-ncia).

Como se verá a continuación, las distintas formas flexivas de un mismo tema son
estudiadas por la morfología flexiva, mientras que el estudio de la formación de
nuevos temas de palabras corresponde a la morfología léxica.

2.3. Partes de la morfología

La morfología comprende dos partes: la morfología léxica y la morfología flexiva,


según la naturaleza de los morfemas que integran la palabra. Por tradición, la
morfología léxica estudia los procedimientos de formación de las palabras, mediante
adición o modificación, según se explicará más adelante. La morfología flexiva se
encarga de las variaciones de una misma palabra en el uso, es decir, las diferentes
formas de realización morfológica de una palabra, como por ejemplo gato, que
puede realizarse gata, gatos o gatas según las necesidades discursivas.

Morfología del español en fichas. Teoría y práctica 14


De acuerdo con lo dicho, el objeto de estudio de la morfología léxica es el análisis
de la formación de los temas de las palabras ya existentes y, también, de las
nuevas palabras. Así por ejemplo, la morfología léxica realiza la descripción y
explicación del tema de la palabra ‘descomposición’ para establecer la cadena de
derivación posible:3

pone(r) > compone(r) > descompone(r) > descomposición


o pone(r) > posición > composición > descomposición

En los dos casos existen cuatro temas sucesivos diferentes que son objeto de
estudio de la morfología léxica: pone, compone, descompone y descomposición, o
pone, posición, composición y descomposición.

En contraste, la morfología flexiva analiza las distintas formas de una misma


palabra, esto es, las formas de las palabras construidas sobre el mismo tema:

descomposición / descomposiciones
descompuse / descompondrán / han descompuesto / descompones

En el primer caso se trata de una sola palabra, ‘descomposición’; en el segundo


también: ‘descompone(r)’. Desde el punto de vista de la morfología, gato y gata
son formas de una misma palabra, pero gato y gatuno son formas de palabras
distintas, porque al eliminar los morfemas flexivos los temas de cada palabra son
diferentes: gat- y gatun-. Si el tema es estructuralmente diferente, hay formas de
diferentes palabras; si el tema es estructuralmente el mismo, hay formas flexivas
de una misma palabra que expresan propiedades gramaticales relevantes para la
sintaxis. Estas propiedades como el género o el número se integran en series
cerradas que, como ya se ha dicho, se denominan paradigmas flexivos. Por
ejemplo, sabemos que en lengua española el significado gramatical “plural” se
expresa mediante el paradigma flexivo /–es/, /-s/ y /-0/, ejemplificado en la
realización de los siguientes vocablos pluralizados: árbol-es / rosa-s / crisis-0.

2.4. Clasificación de los temas y de las palabras morfológicas

Las palabras de la lengua española pueden presentar tres tipos de temas: simples,
derivados y complejos. Los temas simples están conformados por la raíz y la vocal
temática (cas-a) o por la raíz (perr-o). A estos componentes se les suma la flexión.
Se trata de palabras primitivas, es decir, primeras respecto del origen en la cadena
léxica. Por ejemplo, son palabras simples mesa, blanco, ganábamos, ya que no
provienen de otra palabra y están acompañadas de morfemas vocal temática

3
Posible porque se ha dado en el tiempo, se relaciona con la historia de la lengua y debería
comprobarse su aparición cronológica en los textos orales, que es la lengua natural, hecho hasta
ahora prácticamente imposible.

Morfología del español en fichas. Teoría y práctica 15


como en mes-a o seguidos de la flexión como en blanc-o o de la vocal temática y
la flexión como en ganá-ba-mos. En algunos casos como en blanco, tema y raíz
coinciden.

Existen, asimismo, temas derivados o temas constituidos a partir de una raíz o


base a las cuales se suma un afijo derivativo que puede ser prefijo (sub-suelo),
sufijo (mar-in/o, a), interfijo-sufijo (vent-arr/ón, hum-ar/eda) o infijo (Carl-it-os).
La vocal temática de verbos suele comportarse como sufijo formativo y no
derivativo, ya que o se adosa a raíces o forma parte de sujifos derivativos como –
ifica-, -iza-, -ea-. Sea como componente de sustantivos, adjetivos o verbos, la
vocal temática puede ser solo formativa de palabra (ama – paga – teme) o de
sufijo o circunfijo (mod-ifica, a-grand-a, menea).

Por último, existen temas compuestos que son aquellos que combinan dos o más
temas que en la lengua escrita se escriben juntos, como casaquinta. Por su parte,
los temas integrantes del tema compuesto pueden ser simples, derivados o
compuestos. En casaquinta, los dos miembros del tema son simples; en
limpiaparabrisas, parabrisas es a su vez un tema compuesto pero en aguamarina
el segundo miembro (mar-in-a) es derivado. Algunas gramáticas llaman a este
procedimiento de formación del tema parasíntesis.

Esta tipología de temas permite clasificar las palabras en simples por ser palabras
de tema simple, derivadas o palabras con tema derivado y compuestas o palabras
con tema compuesto. Tanto las palabras derivadas como las compuestas
conforman el conjunto de las palabras complejas.

Palabras Palabras Palabras Palabras


simples derivadas compuestas parasintéticas

sol solariego, girasol, parasol aguamarina


vidrio insolación limpiavidrios
negro vidrioso, blanquinegro
para(r) envidriar pararrayos,
casa ennegrecer parasol,
depara(r) parabrisa
encasillar casaquinta

Figura 10: Ejemplificación de derivación y composición a partir de una palabra simple

2.5. Clases morfológicas de palabras

Morfología del español en fichas. Teoría y práctica 16


Desde la perspectiva morfológica, se pueden distinguir tres criterios de
clasificación de las palabras: según el número de morfemas, según la variabilidad y
según la estructura de las palabras, como se ha estudiado en 2.5.

Según el número de morfemas o unidades mínimas del plano del contenido, las
palabras se clasifican en monomorfémicas y polimorfémicas. ‘Con’, ‘desde’, ‘ya’
son palabras morfológicas monomorfémicas; ‘gat-o-s’ es una palabra
polimorfémica por estar constituida por más de un morfema.

Según la posibilidad de variar una misma palabra en el uso discursivo, las


palabras se clasifican en variables o flexivas e invariables: ‘rojo’ constituye una
palabra variable o flexiva con las formas ‘roja’, ‘rojos’, ‘rojas’. En cambio, ‘ayer’,
‘hoy’, ‘aquí’, ‘amablemente’ son palabras invariables.

Desde la perspectiva de la estructura, las palabras se clasifican en simples y


complejas, según si la palabra es primitiva, como ‘gato’, ‘rojo’, ‘pone(r)’, move(r), o
formada por derivación, como ‘gatuno’, ‘enrojecer’, ‘ponencia’, ‘movimiento’, o
por composición, como ‘anteayer’, ‘blanquinegro’, ‘sacacorchos’.

Morfología del español en fichas. Teoría y práctica 17


Ficha 3
El análisis morfológico

3.1. Qué significa analizar morfológicamente

Analizar morfológicamente una palabra es descomponerla en sus constituyentes


inmediatos – tema, base, morfemas raíz o afijo - en sucesivas etapas hasta llegar a
delimitar las unidades gramaticales mínimas denominadas morfemas: des- actu-
al-iza-cion-es.

El procedimiento de análisis consiste, en primer lugar, en delimitar las fronteras


de la palabra, que es la unidad de rango superior, objeto de estudio de la
morfología. Luego, se despejan los morfemas de variación morfológica, gramemas
o morfemas flexivos, para distinguir el tema o parte de la palabra sin la flexión:
por ejemplo, en rebuscamientos, el tema es rebuscamiento. Como es una palabra
sustantivo, se flexiona en género y número. El número es la categoría más externa
hacia la derecha del tema y está representado por el morfema del plural –es. Más
interno, hacia la izquierda de la flexión de número, se halla el morfema de género
masculino, que en este caso se realiza como morfo cero /0/.

re- busc- -a- -miento- 0 -s

morfema de morfema de
tema
masculino plural
Palabra morfológica
Figura 10: Delimitación del tema o base de flexión

Posteriormente, se elabora la cadena de formación de la palabra, siempre y


cuando el tema presente más de un morfema. En la palabra rebuscamiento, la
cadena es la siguiente: rebuscamiento < rebusca(r) < busca(r). El signo < significa
“proviene de”; en tanto que el signo > significa “produce”, “deriva en”, “forma”;
por ejemplo: busca(r) > rebusca(r) > rebuscamiento. La cadena resulta una
hipótesis acerca de la formación de una palabra y permite establecer los niveles
de su estructura jerárquica.

A partir de la cadena, se analiza la primera forma, rebuscamiento, en contraste


con la segunda, rebusca(r). Rebuscamiento resulta de la adición de la base
rebusca- más el sufijo de sustantivo -miento.

re- busc- -a- -miento- 0 -s

Morfología del español en fichas. Teoría y práctica 18


Base morfema morfema Morfema
de de
tema masculino plural
Palabra

Figura 12: Delimitación de una base de derivación

Luego, se confronta la base rebusca- con el tercer eslabón de la cadena de


formación, busca-. El prefijo re- se suma a la base busca-, que está formada por la
raíz busc- y la vocal temática de verbo -a-, tal como se muestra en la figura 13,
mediante cajas chinas:

re- busc- -a- -miento- 0 -s

raíz vocal
temática

morfema Base
Base morfema morfema morfema
de de plural
tema masculino
Palabra

Figura 13: Análisis morfológico de una palabra

El análisis anterior podría representarse también por encorchetamiento: re-


busc- -a- -miento 0 -s, aunque resulta más clara la representación mediante
cajas chinas. Como se puede observar en el análisis, el morfema es la unidad
gramatical mínima y la palabra, la unidad de análisis máxima. Palabra y morfema
son unidades morfológicas necesarias en el análisis, pero no suficientes. Se
necesita la unidad base para poder describir la estructura de la palabra. Tal
estructura interna no se reduce a la simple concatenación o relación secuencial
de los morfos o formas de los morfemas, según las relaciones sintagmáticas
secuenciales. La estructura de rebuscamientos no consiste simplemente en la
distribución de los morfos /re-/ + /busca-/ + /-miento/ + /-s/, sino en un molde
más complejo, cuyos elementos constitutivos se conforman en distinto nivel de
estructura jerárquica.

Analizada la palabra, los constituyentes que están en el mismo nivel son los
constituyentes inmediatos, por ejemplo, el tema rebuscamiento- y el afijo flexivo –
s o la base rebusca- y el afijo derivativo –miento. Los constituyentes que están en
distinto nivel en la estructura interna se denominan constituyentes mediatos. La
palabra polimorfémica tiene, pues, una estructura interna que se conforma según
el distinto nivel de constitución jerárquica de sus elementos integrantes y que no
tiene por qué coincidir con las relaciones secuenciales de los morfos.

Morfología del español en fichas. Teoría y práctica 19


En las palabras inconfesable e ingratitud, el prefijo in- aparece en distinto nivel de
estructura jerárquica, porque, como prefijo, se adjunta a bases de la clase adjetivo
y no de la clase verbo y tiene que figurar como co-constituyente de una base
adjetiva: in- confes- -a -ble; in-grat- -itud. ‘In-’ se adosa a ‘confesable’
en la primera palabra; en cambio, en la segunda se une a ‘grato’ no a ‘gratitud’.
Una vez más, queda ejemplificado que el orden estructural difiere del orden
secuencial, es decir, entre las unidades de una palabra pueden establecerse
relaciones secuenciales o jerárquicas que conviven en el entramado de las
palabras y también de las oraciones.

Una vez que se ha concluido el establecimiento de la jerarquía de análisis y se han


identificado los morfemas de una palabra, mediante el análisis de la flexión y el
proceso de formación, se procede a la numeración y clasificación de las unidades
mínimas.

re- busc- -a- -miento- 0 -s

6 5
4 Base
Base 3
tema 2 1
Palabra

Figura 14: Análisis morfológico de una palabra

Para poder clasificar los morfemas constitutivos de una palabra, es necesario


distinguir diferencias según distintos criterios.

3.2. Clases de morfemas

Los morfemas pueden clasificarse según tres criterios: el semántico, el


distribucional y el sintáctico.

3.2.1. Clasificación semántica

Semánticamente, los morfemas se clasifican en morfemas léxicos, derivativos y


gramaticales o gramemas. Siguiendo a Coseriu (1978: 50-79), el significado léxico
representa y estructura la realidad extralingüística. Los morfemas gramaticales
contienen información meramente gramatical respecto de la flexión de una
palabra (género, número, persona, tiempo, modo, aspecto, caso) o de la clase
gramatical a la que pertenece (coordinante, subordinante). Los primeros pueden
denominarse morfemas flexivos o gramemas; los segundos, gramemas, pero no
morfemas flexivos porque no indican flexión o accidente gramatical.

Morfología del español en fichas. Teoría y práctica 20


Los morfemas léxicos contienen el significado referencial de una palabra. La
distinción entre morfemas léxicos y derivativos frente a los gramaticales se
corresponde con la distinción entre tema y afijos flexivos o desinencias. Las
palabras gramaticales como el artículo, los demostrativos, los posesivos, los
indefinidos, los verbos haber o ser como auxiliares son gramemas, pero no
morfemas flexivos.

Los morfemas derivativos se sitúan en una zona de transición entre lo léxico y lo


gramatical, al participar en cierto modo de las propiedades de los dos significados
situados a ambos extremos, aunque parecen aproximarse más a los gramaticales
que a los léxicos. Sin embargo, los morfemas derivativos constituyen el tema de la
palabra y los flexivos se adjuntan al tema de una misma palabra para expresar las
categorías gramaticales que cada clase de palabra soporta, y adaptarla de ese
modo a las combinaciones sintácticas. Podríamos caracterizar los morfemas
derivativos como morfemas léxicos gramaticalizados: (1) léxicos porque coinciden
semánticamente en parte con los morfemas léxicos y (2) gramaticalizados porque
coinciden en parte con los gramaticales, ya que señalan la clase de palabra.
Constituyen en cierta manera la primera gramaticalización del léxico, ya que
categorizan significados léxicos en sustantivos, adjetivos, verbos, adverbios.

Si comparamos las palabras de una serie de derivación como rico, riqueza,


enriquecer, enriquecimiento, tenemos un significado léxico común, pero el
significado diferente entre esas palabras de la misma familia es de naturaleza
puramente categorial, pues su función es señalar el mismo significado léxico
realizado por distintas clases de palabras: {“-ece-“} significa verbo, {“-miento-“}
significa sustantivo deverbal. A su vez, los significados categoriales que soportan
los afijos derivativos resultan determinados obligatoriamente por las categorías
morfosintácticas privativas de cada clase de palabras, expresadas mediante
flexión: el número en riqueza(s) o enriquecimiento(s), el tiempo, el modo, el
aspecto, el número y la persona en enriquece(r) (enriquecerán, enriquecías).

3.2.2. Clasificación distribucional

El criterio distribucional de clasificación distingue la raíz de los afijos


derivativos y flexivos. Para clasificar los afijos se tienen en cuenta dos
aspectos: (1) si el sufijo segmenta la raíz o no lo hace y (2) si el afijo es un
segmento continuo o discontinuo.

De acuerdo con ello, cabe distinguir dos tipos de afijos: los continuos y los
discontinuos. Los morfemas continuos son afijos que no se dividen. Unos se
adosan a la base sin segmentarla, los confijos, y otros se caracterizan por

Morfología del español en fichas. Teoría y práctica 21


zambullirse dentro la base segmentándola, los infijos. Los confijos son
segmentos continuos que no dividen la raíz. Se clasifican en tres subtipos de
acuerdo con su distribución respecto de la base de derivación : prefijos,
sufijos e interfijos.

Son prefijos derivativos los confijos que, dentro del tema, preceden a la raíz o
a otro prefijo derivativo: con-centrar, re-con -centrar. En lengua castellana, no
existen prefijos flexivos tal como presentan otras lenguas.

Son sufijos derivativos los confijos que, dentro del tema, suceden a la raíz o a
otro sufijo: viv-az, viv-ac-idad ; son sufijos flexivos los que suceden al tema o a
otro sufijo flexivo: cant-á-ba-mos .

Los circunfijos son afijos discontinuos que rodean a la base. Están formados
por la combinación de un prefijo y un sufijo mutuamente dependientes que
se adosan a la base simultáneamente: ambos elementos se exigen en la
constitución del significante de una palabra. Sirven para formar verbos: en -
sombr - ec -er (no existe sombrecer); en - roj -ec -er (no existe rojecer); a-
grand-a-r.

3.2.3. Clasificación sintáctica

Sintácticamente, Bloomfield 4 clasifica los morfemas en libres y ligados, según


tengan o no autonomía para formar enunciado en las construcciones
sintácticas. Son morfemas libres los que pueden aparecer constituyendo un
enunciado y morfemas ligados los que solo aparecen asociados a otros
morfemas también ligados. Según este criterio, en español son morfemas
libres la mayoría de los adverbios, tipo sí, no, hoy, ayer, porque en
determinados contextos pueden constituir por sí solos un enunciado. Los
morfemas ligados no pueden usarse por sí mismos como enunciados; en
cambio, los morfemas libres constituyen palabras utilizables como
enunciados por sí mismas.

A continuación, el cuadro sinóptico resume la información explicada antes.

4
Lingüista norteamericano, fundador del descriptivismo en la lingüística estructuralista, autor de
Language (1933), manual del estructuralismo americano por excelencia.

Morfología del español en fichas. Teoría y práctica 22


Léxicos

Criterio semántico Derivativos

Gramaticales

Raíz Prefijos

Confijos Sufijos
Morfemas continuos

Interfijos
Clases de
Criterio distribucional Infijos
morfemas

Circunfijos

Morfemas discontinuos

Transfijos

Libres

Criterio sintáctico

Ligados

Para concluir el análisis morfológico de la palabra ‘reconocimiento’, se procede a


la clasificación de los seis morfemas, según los tres criterios de clasificación:

1) morfema flexivo de número plural, sufijo ligado


2) morfema flexivo de género masculino, sufijo ligado
3) morfema derivativo, sufijo ligado
4) morfema derivativo, prefijo ligado
5) morfema vocal temática sufijo ligado
6) morfema léxico, raíz ligada

3.3. Reconocimiento de los morfemas

El morfema es la unidad mínima del análisis morfológico y, en definitiva, del


análisis gramatical. Lo típico es que sea una unidad significativa mínima o más
exactamente, un signo mínimo. Sin embargo, para la morfología del español, la
definición más adecuada de morfema resulta unidad gramatical mínima, pues no
siempre es posible atribuir, en sincronía, un significado determinado a las
unidades mínimas obtenidas en el análisis formal de la palabra.

Morfología del español en fichas. Teoría y práctica 23


Es más apropiado definir al morfema como unidad gramatical mínima, pues al no
incluir la propiedad significativa como parte de la definición, resulta lo
suficientemente amplia como para poder aplicar a toda unidad mínima con o sin
significado constituyente de la palabra. Los morfemas que parecen carecer de
significado son también como los morfemas con significado, unidades formales
recurrentes y, por lo tanto, separadamente combinables y/o conmutables: -ar- en
polv-ar-eda, hum-ar-eda, viv-ar-acho, espum-ar-ajo. Lo que importa en el análisis
morfológico es el principio de recurrencia de las unidades, es decir, la
reutilización del segmento fonológico en otras palabras.

3.4. Reconocimiento de temas de palabras inexistentes

Es necesario advertir que hay temas que no se corresponden con palabras


existentes, pero que figuran como constituyentes de palabras derivadas o
compuestas. Dicho de otro modo, son temas que nunca aparecen solos como
temas de palabras, sino en combinación con un afijo o con otro tema, como por
ejemplo: fraga- en fragante, fragancia, que proviene del latín fragantia, sustantivo
derivado del verbo fragare, cuyo significado es “echar olor generalmente
agradable”.

La diferencia entre temas de palabras inexistentes y temas de palabras existentes


está en que estos últimos solo necesitan de la flexión para completar su forma
como palabra y poder utilizarse de ese modo en el componente sintáctico. Una
base como fraga- no puede flexionarse directamente sino que necesita del
proceso previo de derivación: fraga-ncia, fraga-nte.

3.5. Las vocales temáticas en el análisis morfológico

Los temas verbales terminan en vocal átona o tónica: canta-remos / cantá-bamos.


Dicha vocal se denomina ‘vocal temática’ o ‘vocal del tema’, cant- es la raíz. El
significado de la vocal temática recurrente es “primera, segunda o tercera
conjugación”.

Los temas nominales, en cambio, pueden terminar en consonante, en vocal tónica


o en vocal átona; pero solo la vocal final átona se comporta como vocal temática y
forma temas nominales vocálicos: cas-a, dient-e, libr-o, alegr-e. En libros o alegres,
los temas libro- y alegre- se analizan, al igual que los temas verbales simples, en
una raíz más una vocal temática: libr-o, alegr-e. Por lo tanto, en los temas
nominales simples, tema y raíz coinciden si al restar los afijos flexivos, la unidad
resultante es una raíz que no termina en vocal átona. Si termina en vocal átona,
es posible delimitar la raíz y la vocal del tema.

Morfología del español en fichas. Teoría y práctica 24


En la flexión verbal, la vocal del tema señala pertenencia del verbo a determinada
conjugación (-a- a la primera, -e, -i, -ie a la segunda, -e, -i, -ie a la tercera). En la
flexión nominal, hay temas vocálicos (en -a-, -o-, -e- átonas: cas-a, libr-o, dient-e,
alegr-e) y temas no vocálicos (los de tema en consonante, como cárcel, feliz,
nación, y los de tema en vocal tónica, como rubí, tabú).

Morfología del español en fichas. Teoría y práctica 25


Ficha 6

Formación y flexión de las palabras: diferencias

6.1. Formación de palabras: procedimientos productivos

Los procedimientos de formación de palabras no sólo permiten crear nuevas


palabras, sino también analizar la estructura de las ya existentes. Las distintas
palabras relacionadas son el resultado de determinados procesos gramaticales
morfológicos. De acuerdo con esta concepción, la manera de tratar formaciones
relacionadas formal y semánticamente consiste en tomar una forma como punto
de partida o forma básica y describir las distintas formaciones relacionadas como
el resultado de aplicar diferentes procesos a la forma léxica. Así, por ejemplo, la
palabra rebuscamientos proviene del tema busca- que dio rebusca-, este a su vez
rebuscamiento.

busca-  rebusca-  rebuscamiento

A partir de la base, se pueden distinguir dos tipos generales de procesos de


formación: la adición y la modificación. Mediante el proceso de adición, la base
resulta incrementada con elementos externos a ella; mediante el proceso de
modificación, es la base misma la que resulta alterada de algún modo.

Dentro de la adición cabe distinguir entre afijación o derivación y


composición, según que el segmento añadido sea un afijo (escribir  reescribir,
ejemplo  ejemplificar) u otra base (boca + manga  bocamanga, pelo + rojo 
pelirrojo).

La modificación puede presentarse en español como sustitución, si la


modificación consiste en conmutar algún segmento (cesa(r)  cese, roba(r) 
robo), como sustracción (perdona(r)  perdón, desliza(r)  desliz) y como
conversión que opera no diferenciando formalmente la base como tal
(compra(r)  compra, lija  lija-r). El procedimiento de modificación no es
propiamente una derivación ya que esta última implica la formación de un
vocablo mediante la adición de afijos.

Hemos visto que los tipos de procesos morfológicos constituyen un


número limitado, por la naturaleza de los significantes de las lenguas naturales.
Pero en la formación de palabras existe la posibilidad de repetir un mismo
proceso (ancho  anchura  anchuroso) y/o combinar un tipo de proceso con otro
(mar  marino,-a; agua + marina  aguamarina).

6.2. Adición por afijación

Morfología del español en fichas. Teoría y práctica 26


Si en la adición el elemento añadido es un afijo, hablaremos de afijación por
prefijación, sufijación y circunfijación. En español, la sufijación se utiliza en la
derivación y en la flexión, mientras que la prefijación y la circunfijación quedan
limitadas a la derivación.

Por regla general, cuando concurren en una misma palabra afijos


derivativos y flexivos, los flexivos, según lo estudiado antes, son más externos que
los derivativos. Esta característica hace que los afijos derivativos no se puedan
adjuntar a palabras flexionadas sino a temas. Por lo tanto, los procesos de
derivación operan antes que los procesos de flexión.

A diferencia de lo que ocurre en la afijación flexiva, los procesos de


afijación derivativa pueden repetirse dando lugar a sucesivos nuevos temas de
palabras:

centrar  concentrar  reconcentrar  reconcentración

poblar  repoblar  repoblación

La prefijación, además de derivar palabras pertenecientes a la misma


clase que la de la palabra base, normalmente no selecciona la clase de la palabra
base: ante-: anteproyecto, anteayer, antepenúltimo.

La circunfijación es especialmente productiva en la formación de verbos.


Solo intervienen de modo productivo los prefijos a- y en- y, fundamentalmente,
en combinación con la vocal del tema -a- o con el sufijo -ec-e-: bisagra 
abisagrar, noche  anochecer, sombra  ensombrecer.

La sufijación opera en los siguientes casos:

verbo > sustantivo: animar>animación, discrepar>discrepancia;

adjetivo > sustantivo: amarillo>amarillez, alto>altura.

sustantivo > sustantivo: reloj > relojero, viña > viñedo;

verbo > adjetivo: agradar > agradable, casar > casadero;

sustantivo > adjetivo: aceite > aceitoso, manteca >mantecoso;

adverbio > adjetivo: lejos > lejano, delante > delantero;

sustantivo > verbo: alcohol > alcoholizar, ejemplo > ejemplificar; almidón >
almidonar

adjetivo > verbo: tranquilo > tranquilizar, denso > densificar; azul > azular; igual>
igualar

adjetivo > adverbio: dulce > dulcemente, alto > altamente.

Morfología del español en fichas. Teoría y práctica 27


Sufijos apreciativos: diminutivos, aumentativos, meliorativos y
despectivos: golpe  golpazo, amigo  amiguito, feo  feúcho, bailar  bailotear.

6.3. Adición por composición

Los procesos de composición, al igual que los procesos de afijación, pueden


repetirse, es decir que un tema compuesto deviene constituyente de otro tema
compuesto: parabrisas  limpiaparabrisas. También es posible combinar, en una
misma formación, el proceso de afijación con el de composición. Generalmente,
primero se produce la afijación y luego el proceso de composición (mar 
marino, agua + marina), aunque hay series donde el orden de procesos es el
inverso (sordo + mudo  sordomudo  sordomudez; astro + nauta  astronauta
 astronáutico).

Las posibilidades de diversidad formal que permiten los procesos de


composición son más limitadas que las de afijación:

(1) El número de bases que se pueden combinar en una palabra


compuesta generalmente son dos, aunque esporádicamente se da la aplicación
recursiva de la composición en una misma palabra como en limpiaparabrisas.

(2) En cuanto a la clase formal de las bases constituyentes y del


compuesto resultante, el español reduce el proceso de composición a la
composición nominal, ya que la existencia de palabras de composición verbal es
prácticamente desconocida. Desde el punto de vista de la composición, se
combinan las categorías sustantivas y adjetivas, con más posibilidades de
combinación en la composición de sustantivos que de adjetivos. Se forman
sustantivos del siguiente modo:

sustantivo + sustantivo = sustantivo, casaquinta;

sustantivo + adjetivo = sustantivo, aguardiente, pelirrojo;

adjetivo + sustantivo = sustantivo, altavoz;

adjetivo + adjetivo = adjetivo, agridulce;

verbo + sustantivo = sustantivo, abrelatas, sacacorchos.

(3) El tipo de conexión existente entre las bases integrantes del tema
compuesto en las combinaciones heterocategoriales sustantivo-adjetivo, adjetivo-
sustantivo y verbo-sustantivo es de subordinación: aguardiente, altavoz,
limpiabotas. En las combinaciones homocategoriales (sustantivo-sustantivo,
adjetivo-adjetivo) aparece la coordinación y la subordinación: agridulce,
verdinegro, coliflor; casaquinta, bocamanga.

Morfología del español en fichas. Teoría y práctica 28


(4) El orden entre los constituyentes del compuesto es fijo y responde a la
no permutabilidad según el concepto de palabra morfológica.

6.4. Modificación por sustitución, sustracción y conversión

Los tres procesos de modificación (sustitución, sustracción y conversión) inciden


en el tratamiento que experimenta la vocal del tema de la palabra.

La sustitución consiste en conmutar la vocal del tema por otra vocal:

- atracar  atraco; pasa-r  paso; cambiar  cambio; cesar  cese.


- abanico  abanica(r), alambre  alambra(r); aparente  aparenta(r).

La sustracción supone la operación inversa a la de la adición: se sustrae la


vocal del tema:

desliza(r)>desliz, perdona(r) >perdón.

La conversión o derivación cero o cambio funcional es el proceso que


relaciona palabras formalmente idénticas y que difieren en cuanto a la clase o
subclase de palabras a la que se adscriben. Se presenta como una conversión de la
vocal del tema:

Conversión denominal: ficha  fichar, lija  lijar.

Conversión deverbal: ayuda(r)  ayuda, compra(r)  compra, purga(r)  purga.

El siguiente cuadro sinóptico sintetiza los principales procedimientos de


formación de palabras que operan en el español:

Morfología del español en fichas. Teoría y práctica 29


Prefijación: amoral, apolítico,
atípico

Afijación Sufijación: jugador, servidor

Circunfijación: amontonar,
engordar

Adición sacacorchos

verdinegro

Composición hojalata

Procedimientos nochebuena

de formación de topografía
palabras

Sustitución pasa-r  paso

Sustracción perdona-r  perdón

Modificación Conversión compra-r  compra

o derivación
cero

En resumen, por un lado, el español utiliza la mayoría de los procesos


morfológicos disponibles en las lenguas naturales: afijación, composición,
sustitución, conversión y sustracción, pero sin embargo con desigual
productividad, ya que prefiere la afijación. De los tres subtipos, la sufijación es el
modo más rentable, ya que se utiliza tanto en la formación de temas, como en la
flexión.

En menor escala, el español usa la composición, que solo resulta productiva en la


formación de nombres (sustantivos o adjetivos). Los otros tres procesos -
sustitución, sustracción y conversión - tienen un ámbito de aplicación restringido

Morfología del español en fichas. Teoría y práctica 30


a la vocal del tema: fundamentalmente operan en la formación de verbos
denominales y nombres deverbales.

6.5. Composición versus derivación

La composición y la derivación son dos procedimientos semejantes, pero


conceptualmente diferentes. La diferencia entre ambos procedimientos se puede
sintetizar diciendo que en la composición se unen unidades sintácticamente
libres o independientes, mientras que en la derivación se unen unidades libres
con morfemas ligados. Asimismo, en la composición, los elementos
constituyentes se unen por una relación semejante a las relaciones sintácticas.

Sin embargo, en algunos casos, no existe entre derivación y composición


un límite absolutamente preciso. Un sustantivo puede ir perdiendo su carga
léxica y gramaticalizarse poco a poco hasta convertirse en un sufijo derivativo, tal
como sucedió con el sustantivo latino –MENTE (espíritu, mente) que aparece en
los adverbios germinalmente, rápidamente, sabiamente. En un comienzo los
adverbios en –mente fueron resultado de un proceso de composición: el
sustantivo MENTE en caso ablativo se une al adjetivo que lo modifica en una sola
palabra para significar el modo de una acción, proceso, estado o cualidad. No
obstante, hoy en día tal terminación ha perdido su carácter de sustantivo
autónomo y se ha convertido en un sufijo derivativo de adverbios.

Respecto de las palabras constituidas por lexemas grecolatinos, como


aristocracia, piscícola, claustrofobia, filosofía, conviene interpretarlas como
palabras compuestas, debido al valor léxico de los constituyentes grecolatinos
que distan del valor correspondiente al de los morfemas meramente derivativos.
Ejemplos de unidades de este tipo son los siguientes: aero, algia, andro, antropo,
arquía, auto, bio, cardio, cefalo, cidio, cinemato, cito, cosmo, cracia, cromo, crono,
cultor, demo, dermato, dromo, etos, magia, fero, filia, fito, fobia, fono, foto, gamo,
gastro, genia, gero, geo, gine, gloso, gloto, gono, lito, logo, manía, metro, morfo,
necro, neo, neuro, nomo, odonto, oftal, oligo, onom, opto, ornito, osteo, pato, podo,
psico, ptero, radio, ragia, sclerosis, scopio, seudo, sofía, soma, tecno, teo, terapia,
termo, tomía, topo, tropía, video, voro, xeno, zoo…

Se excluyen de este grupo las formas que proceden de preposiciones


griegas y latinas (hiper, meta, ante, extra, pre…), los numerales (deca, hepta, kilo,
tri, hecto…) y las formas que proceden de adjetivos o adverbios que poseen semas
poco específicos: archi, bien, equi, eu, hemi, macro, mal, maxi, mega, menos, meso,
micro, mini, minus, mono, multi, omni, pan, pluri, poli, proto, semi, uni…

Morfología del español en fichas. Teoría y práctica 31

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