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CCC YUCATAN

ENTIDAD CULTURAL Y DEL CONOCIMIENTO

NUEVO PARADIGMA DE DESARROLLO CULTURAL DE LOS “SABERES LOCALES”

MARCA “YUCATÁN”
YUCATÁN debe favorecer la creación de una nueva idea de sí mismo que recoja las
aportaciones de los nuevos tiempos, nuevas corrientes y nuevos modos de vivir. La
remitificación de Yucatán deberá ser una mezcla de lo nuevo y lo viejo realizada con
criterios de respeto al pasado y de apertura al futuro. Esta propuesta exige equipos
interdisciplinarios sobre bases amplias y científicas que analicen la revalorización del
patrimonio material e inmaterial para promover una visión: Construir la MARCA
“Yucatán, Entidad Cultural y del Conocimiento” como reflejo de su IDENTIDAD.
Plan Estratégico
Nuevo Paradigma de desarrollo cultural
de los “saberes locales”
índice general
Bases para definir una Estrategia Cultural

Planteamiento General de la Estrategia

Objetivo

Estrategia

Herramientas

Esquema Integrador
bases para definir una estrategia cultura-conocimiento
Vivimos los albores del Siglo XXI, una paradoja como nunca se ha visto antes en toda la
historia de Yucatán: logros en los planos económicos y tecnológicos del dominio de la
naturaleza, al mismo tiempo, se percibe una sensación de incertidumbre, de angustia y de
vacío sobre el sentido de la vida y de las cosas.

La tarea, en el primer KATÚN* del presente siglo, es hacer posible la seguridad y la justicia
social, también en épocas de transformaciones; conducir responsablemente, de manera
democrática y participativa el proceso de transición hacia una sociedad más justa y
humana y una economía más competitiva, consolidando el cambio en un marco
institucional, con plena vigencia del Estado de derecho y convencidos de que la Cultura,
como valor trascendente, es la base fundamental del desarrollo integral de las personas y
la convivencia social.

En los últimos años, en Yucatán, se han producido cambios; si bien ha habido


estancamiento en algunos sectores, y aunque perviva un espacio cargado de un sentido
histórico del pasado, también hemos asistido a la potenciación de valores
contemporáneos. Ambos se manifiestan reivindicando su protagonismo en las relaciones
socioeconómicas, en los estilos de vida y en la dotación de nuevas infraestructuras y
equipamientos culturales y del conocimiento, que no solamente miren hacia adentro de la
entidad, sino que también se abran al exterior con una visión más global.

Lo queramos o no ya no somos lo que éramos, y ya no volveremos a ser lo que somos,


simplemente somos distintos.

Es imposible analizar en todos sus detalles una de las preguntas fundamentales de los
últimos veinte años. ¿Qué hizo que se produjeran los cambios en la sociedad Yucateca?
Pero si se puede, con limitaciones, llamar la atención sobre un factor importante: el papel
de la memoria histórica. Los hechos no están sencillamente presentes y ocurren, sino que
tienen una significación y ocurren a causa de esa significación.

El tiempo se divide para entender, no para confundir. Por eso se habla de épocas. Los
sucesos se encadenan estableciendo un “antes de” y en “después de”. Definir esos límites
desata batallas ideológicas porque cada corte temporal es una forma de interpretar.
Dividir la historia por períodos gubernamentales, nos ha hecho caer en la misma
explicación del error individual que desata catástrofes que más tarde un atribulado
sucesor conjura hasta que otra vez lo abandona la fortuna.

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 Katúm: 20 años de la cuenta del calendario Maya
Contada así la historia no sirve para nada. Una construcción cronológica así solo funciona
cuando se busca fundamentar o legitimar un linaje. Esa forma fragmenta el pasado, borra
las relaciones entre la política y la cultura, entre la sociedad y la naturaleza. Nada pasa,
nada tiene específico real. No hay coyunturas ni decisiones. Ni luchas ideológicas, ni
intereses que se confrontan. El desencantamiento y la lucha de interés opuesto se
esconden.

Es preferible abordar los asuntos históricos localizando sucesos del tipo que llamamos
“parteaguas”: esto significa que las realidades culturales del sistema social han sido, en
forma definitiva, cambiada. Los sucesos, tiempo eje, tienen vida propia y resisten
cualquier tipo de captura simple. No entender el cambio como un rechazo indiscriminado
a lo que otros hicieron. Entenderlo como capacidad para aprender, para innovar, para
superar las deficiencias y los obstáculos.

Yucatán posee una imagen cultural que debe equilibrar lo tradicional-festivo con la
innovación-emprendedora renovando la definición de IDENTIDAD, la esencia de sus ser,
tanto para los ciudadanos que viven en el estado como para los visitantes actuales y
potenciales; sin perder su atractivo actual y agregando cualidades que amplíen y mejoren
su definición simbólica.

La expansión que se está produciendo modifica el espacio urbano y la influencia de la


comunicación globalizada condiciona el desarrollo de la cultura local. Todo ello se ha visto
reflejado en la diversidad de los enfoques y análisis recogidos, que tienen en común la
necesidad y justificación de un Plan Estratégico, una guía a largo plazo de los programas
sectoriales sexenales de cultura, que por disposiciones legales la administración pública
estatal tiene que elaborar.

Las propuestas -críticas y enriquecedoras- promulgan un cambio de la imagen de la


entidad, que se considera reduccionista y ajena a nuevas formas y tramas urbanas, así
como a nuevas expresiones y medios culturales, que están teniendo una importancia clave
para el futuro de los espacios de residencia, esparcimiento, formación, investigación,
tecnología, producción y comercio.

La dinámica cultural y del conocimiento debe, por tanto, adquirir en nuestro estado un
valor estratégico para el futuro, en tanto que ha sido y será un motor para Yucatán.

Nuestra tesis es: que la realidad se construye socialmente y que se debe analizar los
procesos por los cuales estos se producen el conocimiento. Esta tarea conlleva el definir
la realidad como una cualidad propia de los fenómenos que reconocemos como
independientes de nuestra propia volición, y definir el conocimiento como la certidumbre
de que los fenómenos son reales y de que poseen características específicas.
El hombre de la calle no suele preocuparse de lo que para él es “real” y de lo que
“conoce”. Su realidad y su conocimiento los da por establecidos. El sociólogo no puede
hacer otro tanto como aunque más no sea porque tiene consciencia sistemática de que los
hombres de la calle dan por establecidas realidades que son bastante diferentes entre
una sociedad y otra.

Se sigue de esto que las acumulaciones específicas de realidad y conocimiento


pertenecen a contextos sociales específicos y que estas relaciones tendrán que incluirse
en el análisis sociológico adecuado de dichos contextos.

La vida cotidiana se presenta como una realidad interpretada por los hombres y que
para ellos tiene el significado subjetivo de un mundo coherente. El mundo de vida
cotidiana no solo se da por establecido como realidad por los miembros ordinarios de la
sociedad en el comportamiento subjetivamente significativo de sus vidas. Es un mundo
que se origina en sus pensamientos y acciones, y que está sustentado como real por
estos.                                                                                                                        

El lenguaje, podemos definirlo como un sistema de signos vocales, es el sistema de


signos más importantes de la sociedad humana. Las objetivaciones comunes de la
convivencia se sustentan primariamente por la significación lingüística. La vida cotidiana,
es vida en el lenguaje que se comparte con los semejantes y por medio de él. Por lo tanto,
la comprensión del lenguaje es esencial para cualquier comprensión de la realidad de la
convivencia.

El lenguaje se origina en la situación cara a cara, pero puede separarse de ella fácilmente.
La separación del lenguaje radica mucho más fundamentalmente en su capacidad de
comunicar significados que no son expresiones directas de subjetividad “aquí y ahora”.

Esta capacidad la comparte con otro sistema de signos, pero su enorme variedad y
complejidad lo hace mucho más fácil de separar en la situación cara a cara que cualquier
otro.

De esta manera el lenguaje, es capaz de transformarse  en dispositivo objetivo de vastas


acumulaciones de significado y experiencia, que se puede preservar a través del tiempo
y transmitir a las generaciones futuras.

El lenguaje elabora esquemas clasificadores para diferenciar los objetos según su


“genero”. Dentro de los campos semánticos así formados se posibilita la objetivación,
retención y acumulación de la experiencia biográfica e histórica.

Los campos semánticos determinan que habrá que retener y que habrá que “olvidar” de la
experiencia total tanto del individuo como de la sociedad. En virtud de esta acumulación
se forma un ACOPIO SOCIAL DE CONOCIMIENTO, que se transmite de generación en
generación y está al alcance del individuo en la vida cotidiana.
Mi interacción con los otros en la convivencia resulta, pues, afectada constantemente por
nuestra participación común en ese acopio social del conocimiento que está a nuestro
alcance.

Lo anteriormente expuesto obliga a un cambio de visión, a transitar hacia a un nuevo


Paradigma de Desarrollo Cultural de los “Saberes Locales” que se transmitieron de
generación en generación, el “poder blando”, esa idea de Moisés Naím de que el poder
de una Estado podía expresarse y reforzarse a través del atractivo de su cultura, valores
y sus ideas. Moisés Naím, “El fin del poder”. Editorial Debate.

El Plan debe ser una herramienta de orientación que permita fundamentar, enmarcar,
coordinar y gestionar. Se deben plantear las dificultades en términos de co-orden al
tiempo que se pone igualmente de manifiesto una necesaria profundización en los
esfuerzos realizados en pro de tal coordinación.

La Administración pública federal, estatal y municipal deben, en consecuencia,


coordinarse y buscar papeles de intermediación con otros agentes privados ya sean
empresariales o del sector no lucrativo.

Una concepción de Yucatán, Entidad Cultural y del Conocimiento, requiere de la


adopción de nuevas estrategias específicas en cada sector de actividad para potenciar su
competitividad y situar al estado, en su conjunto, como nodo esencial en la cultura y el
conocimiento a escala peninsular, nacional, mesoamericana e internacional y ser
vanguardia de la inteligencia colectiva.

Yucatán, Entidad Cultural y del Conocimiento supone combinar en el futuro: un actuar


profundamente local y poder pensar globalmente, con un actuar profundamente global
y poder pensar localmente.
planteamiento general de la estrategia
A. Yucatán: Entidad Cultural

El hombre busca una fuente de orientación que le propicie, en esta época de veloces
cambios sociales, una imagen positiva de sí mismo.

Esa guía puede ser, la Historia y la Cultura. Pero los resentimientos y la mezquina
insistencia en los valores propios de los distintos grupos que integran una sociedad,
pueden transformarse en intolerancia y rechazo. Por esta causa el tema de la identidad
cultural debe ser uno de los asuntos prioritarios de la labor gubernamental.

Cabe señalar que, no en último lugar, la memoria histórica y la forma del intercambio
cultural en nuestra sociedad condicionará cada vez más la calidad de la vida cotidiana y el
desarrollo económico. Por esta razón, se debe establecer una política cultural que
considere el cómo encarar las diferentes culturas y mundos vitales que coexisten en el
Mundo Maya, sin olvidar que las culturas se fecundan recíprocamente manteniéndose
vivas y resguardándose de la rigidez propia de un museo y que, en la actualidad, las
culturas se influyen más rápida e intensa que nunca. De ahí la importancia de perfeccionar
el DIALOGO DE LAS CULTURAS: debate riguroso sobre como vemos a nosotros mismos y
a los miembros de otro ámbito cultural.

a) La cultura como elemento de proyección e imagen de la entidad

La imagen y el reconocimiento de Yucatán en el ámbito cultural, las dotaciones actuales


de infraestructuras asociadas a la cultura y el prestigio de eventos, certámenes e
instituciones constituyen un importante activo para la proyección externa e interna que
la entidad debe aprovechar.

Los efectos que para el estado tiene la conformación de una imagen de marca asociada a
la cultura y la creatividad no sólo dejar sentirse en elementos evidentes como el
incremento de los flujos turísticos sino que, además, incide de manera decisiva, según se
desprende de diversos estudios, en el posicionamiento de la entidad como destino de
inversiones foráneas tanto en sectores directamente relacionados con la cultura y el
turismo como en actividades con una menor vinculación; existe, en cualquier caso, una
relación positiva entre calidad de la inversión y la importancia del elemento cultural como
determinante.
Resulta, por tanto imprescindible definir e instrumentalizar los elementos necesarios para
aprovechar estas oportunidades y asociar la imagen de Yucatán a la cultura y el
conocimiento.

b) La cultura como sector económico: la asociación de técnicas de utilización de los


recursos naturales

El sector cultural posee en la actualidad una enorme capacidad para generar riqueza y
empleo en Yucatán; esta capacidad se complementa con un gran potencial de crecimiento
que debe ser aprovechado e impulsado por la propia entidad.

La cultura genera también importantes sinergias con otros sectores productivos de la


entidad, incrementando igualmente su capacidad de creación de riqueza y empleo.

Turismo o comercio son, entre otras, actividades que se ven ampliamente beneficiadas de
una actividad cultural pujante.

Aprovechar estas oportunidades, potenciar el sector cultural y ahondar en esta red de


interrelaciones y sinergias es otro de los grandes desafíos del proceso de planificación
estratégica de desarrollo para el sector de la cultura.

Las medidas inscritas en este ámbito estarán igualmente orientadas a dar soluciones a la
problemática planteada incidiendo en aquellos elementos vinculados a la vertiente más
económica del fenómeno cultural. Sin que ello suponga relación exhaustiva, aparecerán
consideradas en este ámbito cuestiones relativas a la actividad profesional de los
creadores, la organización empresarial, los mercados y clientes, la formación y
cualificación profesional, etc.

c) La cultura como elemento para incrementar la calidad de vida de los ciudadanos:


modos de integración a una colectividad y referencias a una concepción humanista del
Sujeto.

El elemento cultural es también un factor de primer orden en la calidad de vida de los


ciudadanos; un elemento indispensable para construir un modelo de comunidad, ciudad y
sociedad cohesionada, tolerante, integrada, competitiva y cualificada, preparada, en
definitiva, para asumir con totales garantías los retos del futuro.

Potenciar estos aspectos, estos nuevos valores, concienciar de los nuevos retos,
compatibilizar el binomio tradición-innovación, entre otros, son aspiraciones que las
medidas propuestas en el presente Plan deben ayudar a superar.
B. Yucatán: Entidad del Conocimiento

Con la finalidad de aprovechar las ventajas competitivas que presenta Yucatán, en cuanto
a su capacidad actual y potencial para generar conocimiento y la factibilidad de que estas
fortalezas contribuyan a la inserción exitosa del estado, en el contexto de una economía
global, se requiere una estrategia para transformarlo en una Entidad del Conocimiento.

a) El conocimiento como sector económico

El Conocimiento Humano posee en la actualidad una enorme capacidad para generar


riqueza y empleo; esta capacidad se complementa con un gran potencial de crecimiento
que debe ser aprovechado e impulsado. Genera también importantes sinergias con otros
sectores productivos.

Aprovechar estas oportunidades, potenciar Y ahondar en esta red de interrelaciones y


sinergias es otro de los grandes desafíos del proceso de planificación estratégica del
desarrollo económico y de la construcción del espacio del conocimiento, sus instituciones,
organizaciones e individuos de la esfera de la educación y formación de competencias.
objetivo
Se propone elaborar un plan estratégico para generar EL DESARROLLO DEL BINOMIO
CULTURA-CONOCIMIENTO, que sea punto de convergencia de los esfuerzos
gubernamentales, académicos y empresariales, cuyo denominador común sea el
CONOCIMIENTO, con el propósito de desarrollar actividades de alto valor agregado, que
permitan la inserción exitosa del Estado en los mercados globales, y que derive en
prosperidad para la región.

Resulta imprescindible disponer de condiciones en la entidad que faciliten transformar la


información en conocimiento tanto para temas científicos, técnicos, económicos, sociales,
políticos, artísticos y mixtos, como para preservar y fomentar los “Saberes Locales”. En
este ámbito, la COMUNICACIÓN es clave para desarrollar el conocimiento y permitir el
diálogo entre entidades, instituciones públicas, investigadores, empresas, instituciones
privadas, universidades y creadores.

El diseño y aplicación de una estrategia de desarrollo, para la cultura y el conocimiento en


Yucatán, a partir de las bases presentadas anteriormente, supone la consideración previa
de los ejes básicos en los que el binomio cultura-conocimiento incide sobre la vida de la
entidad, entendida ésta no sólo en su sentido geográfico, sino igualmente en las
dimensiones temporales económicas y humanas.

Eje 1.- Incrementar la capacidad del sector cultural como elemento que ayude a
potenciar la Imagen-Estado de Yucatán.

1.1. Construir una imagen de marca de la cultura del estado como combinación del
binomio tradición-innovación.

1.2. Desarrollar una estrategia e instrumentos de comunicación de Yucatán como enclave


cultural de manera coordinada entre los distintos niveles de la administración pública.

1.3. Mejorar la presencia de la entidad en foros internacionales y fomentar su capacidad


para trabajar en red.

1.4. Elaborar modelos estéticos de comunicación, publicidad y/o señalización tanto en


espacios con patrimonios histórico-artísticos.

Eje 2.- Potenciar la cultura como elemento básico para el incremento de la cohesión
social y la calidad de vida de los ciudadanos.
2.1. Potenciar a través de la cultura valores sociales como la tolerancia, la memoria
histórica, la libertad, el compromiso social y la cooperación.

2.2. Fomentar la creatividad.

2.3. Potenciar la conexión entre cultura, educación, formación y conocimiento

2.4. Fomentar a través de la cultura la participación de los ciudadanos en la vida de la


entidad y transformar las aportaciones de los ciudadanos en realidades culturales
concretas.

2.5. Poner en valor los recursos tangibles e intangibles del estado de Yucatán.

Eje 3.- Potenciar a Yucatán como centro empresarial del conocimiento.

3.1 Motivar a los agentes implicados en el sector, ayudando a crear una conciencia
colectiva de que el conocimiento es un sector de futuro, con grandes posibilidades de
desarrollo y por tanto, de generación de riqueza y empleo.

3.2. Desarrollar un modelo de concentración empresarial que posibilite la colaboración


entre empresas y profesionales así como el establecimiento de sinergias con otros
sectores.

3.3. Mejorar la competitividad de las empresas y profesionales adscritos al sector y en


general del sector, adaptándolo para la asunción de los retos que plantea el futuro a
medio y largo plazo.

3.4. Mejorar la configuración y dotación de la entidad como escenario enclave empresarial


del conocimiento

3.5. Conformar una red de agentes promotores coordinados y comprometidos con el


proceso.

3.6. Fomentar la conexión entre oferta y demanda.

El objetivo es potenciar, a través de un “esquema integrador”, una agencia para operar la


coordinación de las acciones del desarrollo de la cultura y el conocimiento, coadyuvando
así de manera fundamental al progreso de Yucatán, en su vertiente económica, social y de
imagen.

Este objetivo se concreta en la idea-fuerza:

¡Yucatán, Entidad Cultural y del Conocimiento!


estrategia
DESARROLLO DEL BINOMIO CULTURA-CONOCIMIENTO
CENTROS DEL SABER

La forma social en que nos organizamos para generar el conocimiento queda inscrita en
el producto del conocimiento.

La forma en que estamos organizados para producir conocimiento social es rígida,


vertical, lenta y generalmente autoritaria. Los sociólogos, antropólogos, comunicólogos y
economistas se organizan para interpretar el mundo de diversos modos, pero -como
escribieron hace tiempo- lo que hace falta es cambiar.

El progreso, en esta perspectiva, parece que tiene que ver no sólo con “avanzar”, sino con
el cambio en la forma en que nos coordinamos para “ir hacia adelante”, en la forma en
que definimos qué es “adelante” y en el reconocimiento que en la construcción del
vínculo social hay una componente tridimensional que está formada por:

 la información,
 la comunicación, y
 el conocimiento.

Las tres conforman una estructura inseparable que es como la molécula fundamental de
la dimensión simbólica de toda sociedad. Esa composición nos preexiste como estructura
objetiva que independientemente de nuestra voluntad o gusto, nos hace ser como somos,
pero también puede estructurarse, desarrollarse, cultivarse para modificar la condición
de lo que somos y nos han hecho ser (ayudados con nuestra propia complicidad).

CULTURA DE INFORMACIÓN

La cultura de información es:

 la manera como la gente se relaciona con el mundo y con sus experiencias,


 utilizando signos y códigos (experiencia-signo-código, código-signo-experiencia), y
 se va formando una especie de matriz, una configuración que le da sentido
interpretado a las experiencias de la vida.
Cuando cultivamos nuestra cultura de información, podemos enseñorearnos con un
manejo relacional del mundo; y recordemos que nuestra especie es la única que vive de
cuentos, claro que no sólo de cuentos, pero sin cuentos no vivimos. Es decir, tenemos que
contarnos cuentos para poder sobrevivir.

Los seres humanos están conectados por sus impulsos y el deseo de saber que nos
escuchan. Todo es parte de la necesidad de comunicarnos, es por eso que
constantemente estamos enviando señales y señas esperando respuesta de alguien más,
siempre esperamos mensajes deseando una conexión pero si no recibimos esos mensajes
no significa que no nos los emitieron, a veces quiere decir que no hemos puesto suficiente
atención.

En esos cuentos nos narramos el recuerdo, el presente y el futuro.

A pesar de toda nueva tecnología ningún invento de comunicación es tan efectivo como
la voz humana. Cuando escuchamos la voz humana instintivamente deseamos escuchar lo
expresado, entender, aunque el orador busque las palabras correctas, aunque lo único
que escuchemos sean gritos, llantos o cantos, es porque la vos humana resuena distinto a
cualquier otra cosa en el mundo, por eso es que podemos escuchar la vos humana sobre
toda una orquesta, siempre escuchamos al cantante, no importa que más lo rodee.

El ejercicio de la memoria y de los mundos posibles también está atado con el registro del
presente, sin cultivar la información con otros diferentes; esa capacidad de relacionarse
mediante signos y códigos con la vida, se vuelve cada vez más alejada de nuestra propia
determinación.

Existimos como poblaciones que nos han contado cuentos de cuentos y de cuentos en
toda la historia. Así pasaba en muchas partes con las mujeres hasta que dijeron “vamos a
contarnos nosotras”, “no somos apéndices, no salimos de una costilla” y muchas cosas
más. Comenzó un proceso de empoderamiento que podemos llamar la perspectiva de
género, que implica el reconocimiento de la diferencia y la lucha contra la desigualdad o
por la equidad.

Esta perspectiva tiene un fuerte componente de animación y cultura y de


empoderamiento social, que impacta directamente la forma en que usamos nuestra
capacidad para representar experiencias y cosas.

CULTURA DE COMUNICACIÓN

En todas las especies sociales, la coordinación de acciones es lo que define la


comunicación (mediante reacciones bioquímicas, signos o textos).
Por esa necesidad de asociación que siempre tiene una configuración determinada, no
podemos separar la forma social en que nos organizamos para comunicarnos del
producto de la comunicación misma.

En la cultura común de la gente, no hay mucho espacio para “dónde hacerse” cuando
confrontamos con los diferentes, porque la diferencia con los otros nos amenaza, nos
aterra. Razones puede haber muchas, pero podemos constatar que tenemos una especie
de tecnología instalada para transformar toda diferencia en desigualdad: los indios no
son indios, son menos que los blancos, las mujeres no son diferentes, son menos que los
varones, los homosexuales no son diferentes son menos que los heterosexuales, las
personas con capacidades limitadas, no son diferentes, son menos, valen menos.

En nuestra cotidiana cultura de comunicación estamos acostumbrados casi


exclusivamente a ver para arriba o, bien, para abajo, no somos ni nos tratamos como
iguales, no conversamos, no nos escuchamos.

Desarrollar una cultura de comunicación no quiere decir hablar “correctamente”


impostando la voz, sino aprender a coordinarnos escuchando e integrando a todos los
diferentes que por definición siempre quedaban excluidos o “supuestos”; quiere decir:

 organizarnos para darnos cuenta de que no nos damos cuenta,

 darnos cuenta de que determinadas formas sociales nos pautan


desbalanceadamente la relación con otros.

Es como el cauce del río: no es el agua la que es sinuosa, es el cauce el que la conduce así.
No somos iguales, estamos afortunadamente llenos de diferencias, pero podemos
organizarnos para estar parejos, podemos conversar, y eso tiene efectos muy fuertes
tanto en la cognición como en la vida social. En la vida social, por ejemplo, es muy difícil
que un anciano tenga amigos de 8 años, incluso de 18 o de 30. Una relación amistosa, o es
balanceada o no es amistad.

Desarrollamos cultura de comunicación cuando somos capaces a través de la


conversación y la escucha de objetivar qué y cómo nos pautó para volver desigual toda
diferencia, por qué tenemos que hablarnos fatalmente de este modo: o te mando o me
mandas; o te manipulo o me manipulas; tú eres menos, yo soy más.

CULTURA DE CONOCIMIENTO

Los gobiernos dóciles de América Latina, de Asia pobre y de África pobre se tragaron el
discurso aquel que dicta: “Ustedes están al otro lado (el equivocado, por cierto) de la
brecha digital… pobrecitos…”. “¿Qué les falta en esta sociedad nueva del
conocimiento?... Computadoras y redes de alta velocidad”.
La manera más razonable de acceder al conocimiento mundial (que otros han hecho
sobre y para nosotros) es a través de una computadora conectada a la red de Internet. La
respuesta está en las TIC (tecnologías de información y comunicación).

Sin embargo, desde nuestra perspectiva, planteamos que toda tecnología de


información y comunicación es también he irrenunciablemente una tecnología de
conocimiento (TICC); no obstante, casi siempre aparece amputado el conocimiento (que
producen geopolíticamente algunos países para otros) y a nosotros nos queda sólo la
tecnología de información y comunicación.

El conocimiento que podemos generar de nuestro lado no importa (no hay que inventar el
agua tibia si ya está inventada y patentada), y así esas tecnologías “salvadoras” se
convierten en descomunales tecnologías de desconocimiento (desubicación, des-
concierto, desterritorialización, destemporalización, etcétera).

Sin embargo, cuando esas mismas tecnologías (TICC) las usamos dentro de un entorno y
una forma de organización colectiva, en pequeñas entidades que operen como nodos
(punto de intersección o unión de varios elementos que confluyen en el mismo lugar)
activados en redes, entonces esas tecnologías de desconocimiento se pueden convertir
en plataformas generativas de conocimiento.

Dentro de la epistemología genética, también llamada constructivista, desarrollada por


Jean Piaget y posteriormente por Rolando García, se postula que nadie puede conocer la
realidad de manera directa, la realidad es incognoscible in toto, sólo recortamos objetos
a partir de nuestros esquemas de acción, llenos de interpretaciones que no vienen
“incluidas” en los objetos que conocemos.

Las interpretaciones siempre las construye el interpretante en condiciones sociales


concretas y espacio-temporalmente situados.

Entonces la gente es capaz de organizarse para coordinar mejor sus acciones a medida
que desarrolla mejor las relaciones entre sus distintas experiencias con códigos de
información. Este efecto, cuando enfrenta problemas concretos, ayuda a entender de
manera más relacional las situaciones que aparecen como problemas significativos para
una comunidad.

La información es una relación que establecemos entre experiencias y códigos que en


agregados modulares aparece como una configuración.

La información es una forma, un sistema de relaciones que imponemos irremisiblemente


a los objetos con los que interactuamos y que le da sentido a todo dato.
Cuando construimos relaciones entre diversas configuraciones de información entonces
podemos decir que conocemos.

El efecto de conocer algo está en que podemos entender por qué es así y no de otra
forma, cómo funcionan sus mecanismos.

Pero según nuestra idea, el efecto de denotar y mostrar (presentar un significado


primario y básico, común a los hablantes por estar ausente de subjetividad) (dar a conocer
mediante una explicación) junto con el de conocer y entender (tener idea o captar por
medio de las facultades intelectuales la naturaleza, cualidades y circunstancias de las
cosas) (comprender, captar el sentido de algo) está permanentemente pautado, desde el
inicio, por la forma en que nos organizamos para realizar ello.

Es decir, por la manera en que coordinamos nuestras acciones (comunicación), dentro de


la que generamos la información y el conocimiento.

El último paso, el desiderátum (objeto de un vivo y constante deseo), la utopía como con-
cepto límite de este proceso es la construcción de márgenes de sabiduría, para que, al
conocer, tengamos capacidad para decidir mejor.

Precisamente porque escuchamos y entendemos, entre diversas opciones para primero


resolver problemas y situaciones concretas y, después, sin duda, también abstractas.

A pesar de todo, en estos países que quieren progresar, tenemos una cultura muy
creativa, muy florida y muy abierta para generar soluciones a problemas específicos. Pero
eso no compite con el conocimiento científico.

El conocimiento se convierte en sabiduría sólo si nos sirve cuando tenemos un problema


enfrente y tenemos la capacidad de discernir. Por eso sostenemos, que el desarrollo del
binomio cultura-conocimiento:

 genera empoderamiento, al cambiar la forma como nos organizamos


(comunicación) para “contarnos los cuentos” (información),
 acrecienta nuestra capacidad de recontarnos el pasado, (+)
 reorganizar el presente, y abrir otras posibilidades (conocimiento) para actuar y
decidir con sabiduría en el futuro;

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(+) Lo pasado actúa sobre lo presente, somos producto de nuestras experiencias. La


retroacción viene a mostrarnos que no solamente el pasado influye sobre el presente,
sino que también, de alguna manera, el presente influye sobre el pasado: en efecto es
posible “resignificar” el pasado, desestructurarlo para volverlo a estructurar de otra
manera, como si desarmáramos un pullover y, con las mismas hebras, hacer uno nuevo.
Ese desarrollo incrementa nuestros grados de autodeterminación.

Si damos a la gente acceso a las computadoras y a la Internet, en lugar de trabajar y


desarrollar con ellos su propia cultura de información, entonces las computadoras no van
a ayudar a solucionar el problema pues no lograremos que se vuelvan agentes activos,
sino que se mantendrán eternamente como “usuarios” y consumidores pasivos en el
establecimiento de los vínculos que necesitan para documentar su situación concreta.

Usar los recursos de Internet sólo en apariencia “simplemente” a la carta, sin desarrollar
con la gente su propia cultura de comunicación (que les permite mejorar su manera de
coordinarse para darse cuenta cuándo y cómo quedaron atrapados en relaciones
verticales y autoritarias) lejos de generar automáticamente “conocimiento”, genera
sumisión.

La carencia del cultivo de una cultura de conocimiento, sólo genera el reconocimiento de


la sumisión y con ello muchas cosas más. El desarrollo del binomio tiene que ver con un
principio clave, con:

 aprender a escuchar,
 escuchar al otro, y
 cambiarnos mutuamente para nombrar las cosas mejor.

Por eso hay que estudiar la relación que hay entre la tecnología (entendida como una
fuerza con dirección, es decir, como un vector) y las diversas ecologías simbólicas de la
gente, pero especialmente con los sectores sociales desplazados de los soportes
materiales para generar su autoinformación y su autoconocimiento y que viven inmersos
en relaciones de coordinación de sus acciones sin modo de entenderlas para cambiarlas:

Desarrollar el binomio implica trabajar escuchando de abajo hacia arriba, y nos empuja
a facilitar un proceso en donde la gente se apropie de esas cosas para resolver problemas
específicos y comunitariamente relevantes; y a partir de ahí, estas comunidades apren-
den a apropiarse las tecnologías para desarrollar su conocimiento local. Si seguimos lo
planteado antes, la idea es trabajar para generar redes de comunidades emergentes de
conocimiento local, para que el conocimiento inicialmente local pueda volverse
conocimiento situado.

Desarrollar el binomio es:

 una forma de retejer tejidos sociales dañados, deshilados o directamente


destruidos;

 no porque “reintegre” a la gente a su sociedad, sino porque le da sentido


participativo y colectivo a ese vínculo.
La gente pasa de ser fatalmente siempre objeto de estudio a sujeto de conocimiento.

El siguiente reto es cómo pasan (si así lo deciden) del conocimiento local al conocimiento
situado; pero para entender y entenderse mejor en el proceso debe tejerse una
configuración de redes. Y entonces adquiere sentido el uso de las computadoras y de la
red de Internet.

Una sociedad que progresa es capaz de distribuir mejor toda la energía de la vida: la
comida, el agua, la habitación, el deseo, los bienes de la cultura y, en nuestro caso, el
saber y las herramientas para pensar con otros y para generar información.

Es una sociedad capaz de mejorar e intervenir sus formas de relacionarse en un proceso


de comunicación para mejorarse mutuamente la vida; para estar mejor, para solucionar
problemas hay que entender los problemas.

Que el agua sea representable como H2O en la vida concreta al parecer no interesa
saberlo. Pero cuando la gente se muere porque bebió H2O2 (agua oxigenada) o H3O (agua
pesada) en lugar de H2O (agua), deberíamos saberlo. Ese saber, podría evitar más
muertes y, si lo sabemos, entonces sólo falta poner el símbolo convencional de la muerte:
una calavera y el texto “no tome esto”.

Progresamos:

 cuando nos organizamos (comunicación)


 para dar el paso a la información que nos muestra lo que no veíamos antes y
 el conocimiento que nos hace entenderlo,
 a la sabiduría, para tomar las decisiones correctas, escuchantes y progresivas.

El problema es que si no nos estimulamos y no nos conectamos más densamente, no


nos vamos a poner nunca de acuerdo.

La inteligencia no es un “don”, sino una propiedad emergente que surge no de la mente


de un iniciado, sino de la conversación y la coordinación de muchos que para conversar,
como dijo Antonio Machado, primero preguntan y, después, escuchan.

Mientras más aisladas están una comunidad o una familia, mientras menos conectividad
exista, entonces con mayor fuerza ese grupo pide, exige un poder externo que les
informe, que les dé una configuración.

Mientras más conectividad haya, mientras más densa sea la relación, mientras más
horizontal sea el vínculo, mientras más pareja –no igual, sólo más pareja– menos se
requiere de la acción de este poder externo –generalmente sordo y ciego– y, por tanto, se
pueden generar mayores grados de autodeterminación.
herramienta
LOS “SABERES LOCALES”
“CUANDO UN ANCIANO MUERE ES UNA BIBLIOTECA QUE SE QUEMA”

¿Qué es el saber?

Evidentemente no se trata únicamente del conocimiento científico reciente, raro y


limitado sino del que califica la especie, el homo sapiens.

Cada vez que un ser humano organiza o reorganiza su relación con él mismo, con sus
semejantes, con las cosas, con los signos, con el cosmos, se compromete con una
actividad de conocimiento, de aprendizaje. El saber, en el sentido en que lo entendemos
aquí, es un saber-vivir o un vivir saber, un saber coextensivo a la vida.

El espacio-tiempo del saber es el plano de composición, de recomposición, de


singularización y de relanzamiento procesal de los pensamientos. Lugar de disolución de
las separaciones, está habitado, animado por INTELECTOS COLECTIVOS, conjuntos que
usan la imaginación en reconfiguración dinámica permanente

Cada intelecto colectivo secreta un MUNDO VIRTUAL que expresa las relaciones que
mantiene en su seno, los problemas que lo ponen en movimiento, las imágenes que se
forja de su entorno, su memoria, su saber en general. Los miembros coproducen, arreglan
y modifican continuamente el mundo virtual que expresa su comunidad: no cesa de
aprender e inventar.

En el espacio-tiempo del saber, la identidad del individuo se organiza alrededor de


imágenes dinámicas, imágenes que él produce por la exploración y la transformación de
las realidades virtuales en las que él participa.

El intelecto colectivo construye de forma recursiva y cooperativa su mundo de


significaciones, que apunta hacia una multitud de seres, de obras y de comunidades
pensantes, una rosa de los vientos del espíritu que indica aún otros mapas y otros
mundos. Construye y reconstruye su identidad por intermedio del mundo virtual que lo
expresa.

El régimen de producción y de distribución del saber no depende solamente de las


particularidades del sistema cognitivo humano, sino igualmente de los modos de
organización colectiva y de los instrumentos de COMUNICACIÓN -instituciones al servicio
de la libertad del sujeto y de la comunicación entre los sujetos- y de tratamiento de la
INFORMACIÓN.
El SUJETO del conocimiento es el clan, la tribu, la comunidad; todos los miembros, la
tribu, el clan, el grupo que aprende y que sabe trasmiten, de una generación a otra,
manteniendo así la duración del conocimiento.

El conocimiento se distribuye en el sujeto colectivo. Es inmanente a su ser, vida y


prácticas. Por ello, y si la división del trabajo y de las funciones no está muy avanzada, un
pequeño grupo o en todo caso una sola persona puede dominar el conjunto de los
conocimientos. Cuando un anciano muere, es una biblioteca que se quema. El
conocimiento terrestre está encarnado. Aquí es la intuición la que descubre y la carne la
que recuerda.

El saber de la comunidad ya no es un conocimiento de la generalidad de los hombres,


pues es ya imposible que un solo ser humano, o incluso un grupo, domine todos los
conocimientos, todas las competencias, es un saber colectivo en su esencia, imposible de
recoger en un solo ser.

¿Qué es la Inteligencia Colectiva?

Es una inteligencia repartida en todas partes, valorizada constantemente, coordinada


en tiempo real, que conduce a una movilización efectiva de las competencias. El
fundamento y el objetivo de la inteligencia colectiva son el reconocimiento y el
enriquecimiento mutuo de las personas, y no el culto de comunidades fetichizadas.

Una inteligencia repartida en todas partes. Nadie lo sabe todo, todo el mundo sabe algo,
todo el conocimiento está en la humanidad. No existe ningún reservorio de conocimiento
trascendente y el conocimiento no es otro que lo que sabe la gente.

La luz del espíritu brilla incluso allí donde se trata de hacer creer que no hay inteligencia:
“fracaso escolar”, “simple ejecución”, “subdesarrollo”, etcétera. El juicio global de
ignorancia se torna contra el que lo emite. Si lo asalta la debilidad de pensar que alguien
es ignorante, busque en qué contexto lo que él sabe se convierte en oro.

Hoy, el homo sapiens enfrenta una modificación rápida de su medio, transformación de la


que es el agente colectivo involuntario, sobrentender que nuestra especie está
amenazada de extinción. En ese caso lo importante es definir una alternativa.

Uno, o bien vamos más allá de un nuevo umbral, una nueva etapa de hominización
inventando algún atributo de lo humano tan esencial como el lenguaje, pero a una escala
superior. Dos, o bien continuamos “comunicando” por los medios y pensando en
instituciones separadas unas de otras, que organizan por añadidura la extinción y la
división de las inteligencias. En el segundo caso, solo estaríamos confrontados a los
problemas de la supervivencia y del poder
Pero si nos comprometiésemos en la vía de la inteligencia colectiva, inventaríamos
progresivamente las técnicas, los sistemas de signos, las formas de organización social y
de regulación que nos permitirían pensar juntos, concentrar nuestras fuerzas intelectuales
y espirituales, multiplicar nuestras imaginaciones y nuestras experiencias, negociar en
tiempo real y a todas las escalas las soluciones prácticas a los problemas complejos que
debemos afrontar.

Las lenguas están hechas para comunicar dentro de pequeñas comunidades “a escala
humana” y quizás para garantizar relaciones entre tales grupos. Gracias a la escritura,
hemos atravesado una nueva etapa.

Esta técnica ha permitido un aumento de eficacia de la comunicación y de la


organización de los grupos humanos mucho más importante que lo que hubiera
permitido la simple palabra. Fue, no obstante, al precio de una división de las sociedades
entre una máquina burocrática de tratamiento de la información funcionando con la
escritura, por una parte, y personas “administradas”, por la otra.

El problema de la inteligencia colectiva es descubrir o inventar un más allá de la


escritura, del lenguaje de tal manera que el tratamiento de la información sea distribuido
y coordinado por todas partes, de manera que no sea más privativo de órganos sociales
separados, sino que se integre, por el contrario, de manera natural, a todas las actividades
humanas y regrese a las manos de todos.

El ideal de la inteligencia colectiva implica la valoración técnica, económica, jurídica y


humana de una inteligencia repartida en todas partes con el fin de desencadenar una
dinámica positiva del reconocimiento y de la movilización de las competencias.

La ruptura, la crisis, que vivimos en la actualidad es profunda, pues lo que se cuestiona no


es únicamente la sociedad sino la CULTURA, y más aún la correspondencia de la cultura, la
sociedad y la personalidad consideradas como tres componentes o tres niveles de análisis
del mismo conjunto societal.

La inteligencia colectiva solo comienza con la CULTURA y aumenta con ella. Ciertamente,
pensamos con ideas, con idiomas, con tecnologías cognitivas recibidas de una comunidad.
Pero la inteligencia culturalmente informada ya no es telegrafiada o programada como la
de una comejenera o la de un panal. Por transmisión, invención u olvido, el patrimonio
común pasa a la responsabilidad de cada cual.

La inteligencia del conjunto ya no es el resultado mecánico de actos ciegos y automáticos,


pues aquí es el pensamiento de las personas lo que perpetúa, inventa y pone en
movimiento el de la sociedad.

En un colectivo inteligente, la comunidad se traza explícitamente como objetivo la


negociación permanente del orden de las cosas, de su lenguaje, del papel de cada cual, el
desglose y la definición de sus objetos, la reinterpretación de su memoria.
La comunidad inteligente tiene por finalidad: su propio crecimiento, densificación,
extensión, regreso a sí, y apertura al mundo. En una perspectiva política, las grandes fases
de la dinámica de la inteligencia colectiva son: la escucha, expresión, decisión,
evaluación, organización, conexión y visión.

El sector del futuro de la producción antrópica marcha sobre dos vías inseparables: la
cultura de las cualidades humanas -de ellas, fundamentalmente las competencias- y el
acondicionamiento de una sociedad en la que se pueda responder el COMO VIVIR
JUNTOS, en un mundo en cambio permanente donde no hay otro punto que el esfuerzo
del individuo para transformar sus experiencias vividas en construcción de sí mismo, de su
PROYECTO DE VIDA como ACTOR, como SUJETO y esto sólo es posible a través del
reconocimiento del OTRO como sujeto que también trabaja, a su manera, para combinar
su memoria cultural con un proyecto instrumental.
esquema integrador
“Centro CCC”

Este proyecto convoca a un nuevo humanismo que incluye y ensancha el “conócete a ti


mismo” en “aprendamos a conocernos para pensar juntos”. Lejos de fusionar las
inteligencias individuales en una especie de magma indistinto, la inteligencia colectiva
es un proceso de crecimiento, de diferenciación y de reactivación mutua de las
singularidades. Definir al individuo por lo que HACE, por lo que valora y por las
relaciones sociales en que se encuentra comprometido, separándolo del MERCADO y la
COMUNIDAD para colocarlo en el campo de la PRODUCCIÓN y la CULTURA.

El “Centro” es una entidad de Comunicación, Cultura y Conocimiento (CCC), en el que se


implementarán programas dentro de ejes de Desarrollo Económico, Social y Cultural
(DESC) que resaltarán de una forma innovadora e interactiva la presencia de la
inteligencia colectiva. Responde al cómo combinar cultura y economía, supone la
apertura de la comunidad y la reconstrucción, más allá de un mercado, de un sistema de
producción y de un sistema de acción histórica, y al cómo concretar la defensa de la
IDENTIDAD cultural con una mejor PARTICIPACIÓN en el sistema económico y político.

El “Centro” es un espacio de encuentro desde donde se valorará y difunde los saberes


locales que se han transmitido de abuelos a padres e hijos para mantener las tradiciones
culturales para poner en contacto todos esos esfuerzos de construcción de identidad, en
una matriz de interacciones y vínculos asociativos indispensables para la VINCULACIÓN
SOCIAL. Es un espacio orientado a activar, impulsar, extender la iniciación y transmisión
de las competencias y conocimientos y la capacidad creativa e innovadora en tecnologías:
que no haya otro punto de apoyo más que el esfuerzo del individuo para transformas unas
experiencias vividas en construcción de sí mismo como ACTOR, como SUJETO.

Los “centros” pueden ser nuevas estructuras para impulsar el cambio, crear sentido,
perfeccionar las relaciones sociales y políticas, y actuar a partir de la rearticulación de la
instrumentalidad y la identidad para definir al individuo por lo que hace, por lo que valora
y por las relaciones en que se encuentra comprometido de tal modo. Se trata de separarlo
del MERCADO y la COMUNIDAD, volverlo a colocar en el campo de la PRODUCCIÓN y la
CULTURA: que cada uno sea productor y consumidor individual de cualidades humanas
en una gran variedad de “mercados” o contextos, sin que nadie pueda apropiarse de los
“medios de producción” de los que serían despojados los demás.
En la economía del futuro, el capital será el hombre total. La producción marchará sobre
dos vías: la cultura de las cualidades humanas -las competencias, habilidades para la vida,
el aprendizaje social y emocional - y el acondicionamiento de una sociedad en la que se
puede vivir.

TALLERES

La formación en “talleres libres” en uno de las herramientas fundamentales del proyecto


con base en dos supuestos: Primero, la forma social en que nos organizamos para generar
el conocimiento queda inscrita en el producto del conocimiento y Segundo, la forma en
que estamos organizados para producir conocimiento social es rígida, vertical, lenta y
generalmente autoritaria.

RED DE TELECENTROS

Lugares de encuentro y aprendizaje que tienen como propósito ampliar las


oportunidades de desarrollo de grupos y comunidades en situación de pobreza,
facilitando el acceso y uso efectivo de las tecnologías de información y comunicación.

 Objetivo de los Telecentros:

Poner a disposición de zonas urbanas y rurales y de preferente interés social, el acceso y


manejo apropiado de las el uso de las TIC para que la transmisión, la educación, la
integración, el reordenamiento del vínculo social dejen de ser actividades separadas.

Taller de Comunicación

El ordenamiento del ciberespacio, el medio de comunicación -COMUNICACIÓN ENTRE


LOS SUJETOS- y de pensamiento de los grupos humanos -REGLAS DE FUNCIONAMIENTO
DE LA SOCIEDAD DE INSTITUCIONES AL SERVICIO DE LA LIBERTAD DEL SUJETO - es uno
de los principales aspectos estéticos y políticos que están en juego para el siglo XXI,
interrogante que hay que responder sobre las condiciones de existencia de la vida social,
del VIVIR JUNTOS con nuestras diferencias, de la comunicación entre seres individuales o
colectivos.
Las redes de comunicación y las memorias numéricas abarcarán próximamente a la
mayoría de las representaciones y mensajes en circulación en el planeta. Partiendo de
este precepto, nosotros medimos la importancia de lo que implica el desarrollo de estas
redes. Aspectos políticos y estéticos se afrontan frente a la construcción abierta del
ciberespacio. La perspectiva de la inteligencia colectiva es solo una de las vías posibles.

En todas las especies sociales, la coordinación de acciones es lo que define la


comunicación. Por esa necesidad de asociación que siempre tiene una configuración
determinada, no podemos separar la forma social en que nos organizamos para
comunicarnos del producto de la comunicación misma.

En nuestra cotidiana cultura de comunicación estamos acostumbrados casi


exclusivamente a ver para arriba o, bien, para abajo, no somos ni nos tratamos como
iguales, no conversamos, no nos escuchamos.

Desarrollar una cultura de comunicación no quiere decir hablar “correctamente”


impostando la voz, sino aprender a coordinarnos escuchando e integrando a todos los
diferentes que por definición siempre quedaban excluidos o “supuestos”; quiere decir:

Primero, organizarnos para darnos cuenta de que no nos damos cuenta y segundo, darnos
cuenta de que determinadas formas sociales nos pautan desbalanceadamente la relación
con otros. No somos iguales, estamos afortunadamente llenos de diferencias, pero
podemos organizarnos para estar parejos, podemos conversar, y eso tiene efectos muy
fuertes tanto en la cognición como en la vida social.

Desarrollamos cultura de comunicación cuando somos capaces a través de la


conversación y la escucha de objetivar qué y cómo nos pautó para volver desigual toda
diferencia, en un espacio social que no forma parte del orden natural, que es una
construcción, eso sí basada en la naturaleza humana, que tiende a la búsqueda de la
estabilidad, por lo que esa necesidad de orden se transforma en un orden social, en una
construcción artificial: COMO VIVIR JUNTOS CON NUESTRAS DIFERENCIAS.

La comunicación juega un papel significativo en el proceso de construcción social de la


realidad. Por un lado, las relaciones personales, como base del consenso, pero también la
comunicación socializadora de las instituciones que fijan las pautas de la convivencia y la
participación, y la específica de los medios, que contribuyen a la distribución del
conocimiento y el reforzamiento del consenso en el que se asienta una sociedad concreta.

El ciberespacio podría también anunciar, ya encarna a veces, el porvenir terrible o


inhumano que nos es presentado en algunas novelas de ciencia ficción: registro de las
personas, tratamientos de datos delocalizados, poderes anónimos, imperios
tecnofinancieros implacables, implosiones sociales, desaparición de memorias, guerras en
tiempo real de clones vueltos locos y fuera de control.
Sin embargo, un mundo virtual para la inteligencia colectiva puede estar también tan
cargado de cultura, de belleza, de espíritu y de saber cómo un templo griego, una catedral
gótica, un palacio florentino, la enciclopedia de Diderot y d’Alamber.

Puede descubrir galaxias de lenguaje inéditas, hacer surgir temporalidades sociales


desconocidas, reinventar el vínculo social, perfeccionar la democracia, cavar entre los
hombres caminos de saber desconocidos. Pero, para ello, sería necesario que
invirtiéramos en esta construcción, que sea designado y reconocido como parámetro de
belleza, de pensamiento y lugar de invención de nuevas regulaciones sociales.

El TALLER es un espacio orientado a activar, impulsar y extender las condiciones


necesarias para que se establezca la comunicación de Sujeto a Sujeto. Así mismo,
institucionalizar la comunicación como una fuerza de reintegración de la economía y la
cultura y como una fuerza de oposición al poder de las estrategias cuya meta no es crear
un orden social sino acelerar el cambio, el movimiento, la circulación de capitales, bienes,
servicios e informaciones.

 investigar la incidencia de la comunicación en el desarrollo local examinando las


acciones y articulaciones de los actores ante el modo de desarrollo informacional,
 aprender cómo aplicar nuevas tecnologías de la información en problemas
concretos de la vida diaria, creando servicios sociales y digitales nuevos y
 fundamentalmente que las técnicas de comunicación sirvan para:

- filtrar los flujos de conocimientos,


- navegar por el conocimiento y
- pensar de conjunto más que para arrastrar masas de informaciones.

Los impactos locales del desarrollo informacional se refieren a la gobernabilidad de los


poblados, su desarrollo económico, sus formas de ORGANIZACIÓN SOCIAL. Se centra en
trabajar todas las dimensiones de la construcción de una comunidad inteligente, poner
en común nuestros conocimientos y mostrárnoslos recíprocamente, aumentar las
competencias de los individuos y de los grupos, favorecer la sociabilidad y el
reconocimiento mutuo, ofrecer los instrumentos de la autonomía, crear diversidad:

 como ciudadanos: remarcando los aspectos de participación activa;


 como constructores de tecnología: capacitando mediante la práctica en proyectos
y comunidades;
 como innovadores: motivando a la construcción colaborativa de nuevo
conocimiento y potenciando la colaboración, crítica y responsabilidad dentro de
las comunidades de desarrollo; y
 como emprendedores: facilitando la formación y los recursos iniciales para
desplegar actividades empresariales basadas en aquello aprendido y desarrollado.
El TALLER es una entidad mixta donde empresas, organismos públicos, centros de
investigación y ciudadanos se involucran, mediante el impulso de la comunidad
inteligente, en el proceso de innovación co-creando y validando tecnologías,
competencias, plataformas, productos, servicios, y modelos de negocio en entornos y
contextos reales y cotidianos.

El proyecto investiga la incidencia de las tecnologías de información y comunicación (TIC)


en el DESC, examinando las acciones y articulaciones de los actores locales ante el modo
de desarrollo informacional. Su estrategia de difusión es a través de la implicación de los
diversos agentes en construcción de conocimientos por colaboración (Voluntarios Sociales).

El núcleo central de este proceso es el proyecto, su generación, seguimiento y


explotación. Por ello, la invención de nuevos procedimientos de pensamiento y de
negociación que pueda hacer surgir verdaderas inteligencias colectivas se plantea con
particular urgencia. No se reinventarán los instrumentos de la comunicación y del
pensamiento colectivo sin reinventar la democracia, una democracia compartida activa en
todos los lugares.

Taller de Cultura
Nada vivo crese sin raíces

Una CULTURA no es una visión del mundo, una ideología o un libro sagrado; es, primero,
la asociación de técnicas de utilización de recursos naturales, segundo, modos de
integración a un colectividad y tercero, referencias a una concepción del SUJETO,
religiosa o humanista.

No es un bloque de creencias y prácticas, y por lo tanto puede transformarse cuando se


modifica uno de sus tres componentes principales.

El significado de la GLOBALIZACIÓN es que algunas tecnologías, algunos instrumentos,


algunos mensajes, están presentes en todas partes, es decir, no están en ninguna, no se
vinculan a ninguna sociedad ni a ninguna CULTURA en particular, esta desocialización de
la “cultura de masas”, hace que sólo vivamos juntos en la medida en que hacemos los
mismos gestos y utilizamos los mismos objetos, más allá del intercambio de signos de la
modernidad.

Nuestra CULTURA ya no gobierna nuestra organización social, la cual, a su vez, ya no


gobierna la actividad TÉCNICA y ECONÓMICA. Cultura y economía, mundo instrumental y
mundo simbólico se separan.
La inteligencia colectiva solo comienza con la cultura y aumenta con ella. Ciertamente,
pensamos con ideas, con idiomas, con tecnologías cognitivas recibidas de una comunidad.
Pero la inteligencia culturalmente informada ya no es telegrafiada o programada como la
de una comejenera o la de un panal. Por transmisión, invención u olvido, el patrimonio
común pasa a la responsabilidad de cada cual como respuesta necesaria a los
“nacionalismos culturales” se separan la cultura, la sociedad y el poder.

La inteligencia del conjunto ya no es el resultado mecánico de actos ciegos y automáticos,


pues aquí es el pensamiento de las personas lo que perpetúa, inventa y pone en
movimiento el de la sociedad, no se identifica simplemente con el estado de cultura
ordinaria.

La comunidad se traza explícitamente como objetivo la negociación permanente del


orden de las cosas, de su lenguaje, del papel de cada cual, el desglose y la definición de
sus objetos, la reinterpretación de su memoria sin olvidar la existencia de conjuntos
culturales fuertemente constituidos cuya identidad, especificidad y lógica interna deben
reconocerse, pero que, al mismo tiempo que son diferentes entre sí, no son
completamente ajenos unos a otros en su connotación de ENCUENTRO DE CULTURAS.

La cultura de información es la manera como la gente se relaciona con el mundo y con sus
experiencias, utilizando signos y códigos y se va formando una especie de matriz, una
configuración que le da sentido interpretado a las experiencias de la vida.

Cuando cultivamos nuestra cultura de información, podemos enseñorearnos con un


manejo relacional del mundo; y recordemos que nuestra especie es la única que vive de
cuentos, claro que no sólo de cuentos, pero sin cuentos no vivimos. Es decir, tenemos que
contarnos cuentos para poder sobrevivir.

En esos cuentos nos narramos el recuerdo, el presente y el futuro. El ejercicio de la


memoria y de los mundos posibles también está atado con el registro del presente, sin
cultivar la información con otros diferentes; esa capacidad de relacionarse mediante
signos y códigos con la vida, se vuelve cada vez más alejada de nuestra propia de-
terminación.

Existimos como poblaciones que nos han contado cuentos de cuentos y de cuentos en
toda la historia. Así pasaba en las relaciones de poder hasta que dijeron “vamos a
contarnos nosotros”, comenzó un proceso de empoderamiento que implica el
reconocimiento de la diferencia y la lucha por la equidad para que el orden social este
fundado, no sólo en la voluntad general sino en un principio no social, la IGUALDAD.

Empoderamiento social, que impacta directamente la forma en que usamos nuestra


capacidad para representar experiencias y cosas. El ciberespacio parece abrir un atractor
cultural que resumiremos en tres proposiciones interdependientes:
- Llamados, comandados, reenviados, alejados, aproximados, puestos en escena de
tal o más cual manera, según los gustos y las ocasiones son los mensajes, del
orden que sean, los que van a girar alrededor de los receptores, en lo adelante
situados al centro.

- Las distinciones establecidas entre autores y lectores, productores y espectadores,


creadores e intérpretes se enturbian a favor de un continuum de lectura-escritura
que va desde los diseñadores de máquinas y de redes hasta el receptor final, y
cada uno contribuye a alimentar en pago la acción de los otros.

- Las separaciones entre los mensajes o las “obras”, considerados como


microterritorios atribuidos a “autores”, tienden a borrarse. Toda representación
puede ser objeto de muestreo, de mezcla, de reempleo, etcétera. Según la
pragmática de creación y de comunicación en emergencia, distribuciones nómadas
de informaciones fluctúan en un inmenso plano semiótico deterritorializado.

Es, pues, natural que el esfuerzo creador se desplace de los mensajes para ir hacia los
dispositivos, los procesos, los lenguajes, las “arquitecturas” dinámicas, los centros.
Algunas cuestiones planteadas por los artistas desde el final del siglo XIX son, pues,
relanzadas de forma más insistente por la emergencia del ciberespacio.

Desde hace al menos algunos siglos, en Occidente, el fenómeno artístico se presenta más
o menos como sigue: una persona (el artista) firma un objeto o un mensaje particular (la
obra), que otras personas (los destinatarios, el público, los críticos) perciben, aprecian,
leen, interpretan, evalúan.

Cualquiera que sea la función de la obra y su capacidad para trascender toda función hacia
el núcleo de enigma y de emoción que nos habita, ella se inscribe en un esquema de
comunicación clásico. El emisor y el receptor son diferenciados claramente y sus
papeles están perfectamente asignados.

Ahora bien, el entorno tecnocultural emergente suscita el desarrollo de nuevas especies


de arte, ignorando la separación entre la emisión y la recepción, la composición y la
interpretación.

Solo se trata de un “posible abierto” por la mutación en curso, posible que podría muy
bien jamás realizarse o sólo muy parcialmente. Se trata, ante todo aquí, de impedir que no
se cierre demasiado pronto, sin haber desplegado la variedad de sus riquezas.

Esta nueva forma de arte hace experimentar a lo que justamente no es un público, otras
modalidades de comunicación y de creación. En lugar de difundir un mensaje hacia
receptores que están fuera del proceso de creación, invitados a dar después un sentido a
la obra, el artista trata aquí de constituir un medio, un sistema de comunicación y de
producción, un acontecimiento colectivo que implique a los destinatarios, que transforme
a los intérpretes en actores, que silencie la interpretación con la acción colectiva.
Sin dudas, las “obras abiertas” prefiguran ya tal orientación. Pero están aún atrapadas en
el paradigma hermenéutico. Los receptores de la obra abierta son invitados a llenar los
espacios en blanco, a seleccionar entre los sentidos posibles, a confrontar las divergencias
entre sus interpretaciones. Pero se trata siempre de magnificar y de explorar los posibles
de un monumento inacabado, de rubricar un libro de oro bajo la firma del artista.

Ahora, el arte de la implicación no constituye ya ninguna obra, incluso abierta o


indefinida: hace emerger procesos, quiere abrir una carrera a vidas autónomas, provee
una introducción que introduce al crecimiento y a la habitación de un mundo. Nos inserta
en un ciclo creador, en un medio vivo, del cual ya somos los coautores.

El intercambio entre artistas y aprendices es clave en el desarrollo creativo. Aprender


haciendo y aprender por el trabajo son modelos que han probado reiteradamente su
efectividad. Esta visión pedagógica permite que los alumnos desarrollen libremente sus
planteamientos artísticos de oficio con base en su experiencia y en sus propias
emociones y conflictos.

Su objetivo es brindar una oferta seria de promoción cultural y formación en disciplinas


artísticas-artesanales a una población marginada física, económica y simbólicamente de
los circuitos culturales convencionales.

Es un proyecto que pretende que intensificar el uso de la red como instrumento de


difusión, producción e intercambio cultural y facilita la innovación de formatos. No es
un proyecto construido alrededor de la tecnología, sino que explora cómo ésta puede
ayudar a mejorar el cumplimiento de los objetivos tradicionales de un equipamiento
cultural. El proyecto consiste en el desarrollo de una red de equipamientos culturales
que:

 a partir de un uso intensivo de las nuevas posibilidades que ofrece la Internet de


segunda generación,
 activen el intercambio de contenidos, la coproducción de eventos on-line e
impulsen líneas de investigación sobre los nuevos usos de la red en la producción
cultural, de temas relacionados con el ejercicio de los Derechos Sociales, Equidad,
Cohesión Social e Igualdad de Oportunidades,
 mejorando la difusión y ofreciendo a los creadores una plataforma para
experimentar nuevas aplicaciones en las artes digitales.

Es la combinación de una escuela de artes y oficios con un espacio cultural de oferta


artística importante y una plaza pública. Mediante estos elementos crea una nueva visión
sobre el DESC, en el cual el acceso a esta clase de actividades se convierte en un acto
cotidiano de la comunidad para aumentar su capacidad de producirse y transformarse, es
decir incrementar su acción sobre sí misma -y por tanto concentrar recursos y poder- y
ampliar sus mecanismos de PARTICIPACIÓN.
La propia naturaleza del proyecto ofrece a cada uno de los equipamientos implicados
nuevas vías para canalizar las colaboraciones con otros colectivos, creadores e
instituciones de alcance estatal, nacional e internacional trascendiendo cualquier
limitación geográfica haciendo accesibles los servicios a la totalidad de la población,
especialmente en los puntos más alejados de la capital del municipio.

La creatividad encuentra en los nuevos formatos y en las combinaciones con los viejos
soportes un espacio de experimentación que se manifiesta, en ocasiones, como la cresta
de la ola de la sociedad del conocimiento. Lo que ocurre en Internet tiene que ver, sobre
todo, con personas y colectivos haciendo y compartiendo cultura, de modo que lo cultural
encuentra, en la sociedad del conocimiento, un nuevo rol de inusitada preponderancia.

Taller del Conocimiento

La prosperidad de las naciones, las regiones, las empresas y los individuos depende de su
capacidad para navegar por el ESPACIO DEL CONOCIMIENTO, éste se ha convertido en la
nueva infraestructura.

En lo adelante, ya no basta identificarse pasivamente con una categoría, con un oficio, con
una comunidad de trabajo, hay que comprometer la singularidad, la identidad personal en
la vida profesional.

¿Por qué llamar espacio del conocimiento al horizonte nuevo de nuestra civilización? La
novedad, al respecto, es al menos triple; tiene que ver con la velocidad de evolución de los
conocimientos, con la masa de personas llamadas a aprender y a producir nuevos
conocimientos y tiene que ver, en fin, con la aparición de nuevos instrumentos (los del
ciberespacio), capaces de hacer surgir bajo la bruma de la información, paisajes inéditos
distinto e identidades singulares.

Según este enfoque, el proyecto arquitectural mayor del siglo XXI será imaginar, construir
y acondicionar el espacio interactivo y moviente del ciberespacio.

Más allá de una indispensable instrumentación técnica, el proyecto incita a inventar del
nuevo el VÍNCULO SOCIAL alrededor del aprendizaje recíproco, de las cualidades
humanas, las habilidades para la vida, el aprendizaje social y emocional de la sinergia de
las competencias, de la imaginación y de la inteligencia colectiva. Se habrá comprendido,
que la inteligencia colectiva no es un objeto puramente cognitivo.

En nuestras interacciones con las cosas, desarrollamos competencias. Por medio de


nuestra relación con los signos y con la información adquirimos conocimientos. En
relación con los otros, mediante iniciación y transmisión hacemos vivir el conocimiento.
Ese esfuerzo del individuo para transformar las experiencias vividas -competencias y
conocimientos y relación con los otros-, en la producción de sí mismo, lo convierte en
ACTOR, en SUJETO.

Competencia, conocimiento y saber son tres modos complementarios de la transacción


cognitiva y pasan incesantemente uno al otro. Cada actividad, cada acto de comunicación,
cada relación humana implica un aprendizaje. Por las competencias y los conocimientos
que cubre, el transcurso de una vida puede así siempre alimentar un circuito de
intercambio o alimentar una sociabilidad de conocimiento.

El conocimiento, en el sentido que nosotros tratamos de promover aquí es también un


savoir-vivre, es indisociable de la construcción y de la habitación de un mundo, incorpora
el largo tiempo de la vida. Por ello, incluso si debo informarme y dialogar, incluso si
puedo aprender del otro, yo no sabría jamás todo lo que él sabe. La necesaria escucha del
otro no puede reducirse a la construcción de un conocimiento sobre él, a la pura y simple
captación de su experiencia o de las informaciones que posee.

El aprendizaje, en el sentido sólido del término, es también un encuentro de la


incomprensibilidad, la irreductibilidad del mundo del otro, que fundamenta el respeto que
poseo de él. Fuente posible de mi potencia, manteniéndose enigmático, el otro se
convierte a todas luces en un ser deseable.

Si el prójimo es una fuente de conocimiento, la recíproca es inmediata. Yo también,


cualquiera que sea mi situación social provisional, cualquiera que sea el juicio que la
institución escolar ha pronunciado a mi respecto, yo también soy para los otros una
oportunidad de aprendizaje.

Por mi experiencia de vida, por mi trayectoria profesional, por mis prácticas sociales y
culturales y puesto que el saber es coextensivo a la vida, ofrezco recursos de
conocimientos a una comunidad. Incluso si soy desempleado, si no tengo dinero, si no
tengo diploma, si deambulo por un arrabal, si no sé leer, no soy por ello una nulidad. No
soy intercambiable; poseo una imagen, una posición, una dignidad, un valor personal y
positivo en el espacio del conocimiento.

Todos los humanos tienen el derecho de verse reconocida una identidad de


conocimiento.

Aunque el término provenga de la Antigüedad, la Enciclopedia propiamente dicha es la


forma típica de la totalidad de los conocimientos. En la sociedad de la información y del
conocimiento se precisa de un nuevo tipo de organización de los conocimientos que
repose ampliamente en las posibilidades abiertas desde hace poco por la informática para
la representación y la gestión dinámica de los conocimientos. Cosmopedia.

¿Por qué nombramos a la suma organizada de los conocimientos por el cosmos? Más
que a un texto de una sola dimensión, o incluso a una red hipertextual, estamos frente a
un espacio multidimensional de representaciones dinámicas e interactivas.
A la cara a cara de la imagen fija y del texto, característico de la enciclopedia, la
cosmopedia opone a un gran número de formas de expresión: imagen fija, imagen
animada, sonido, simulaciones interactivas, mapas interactivos, sistemas expertos,
ideografías dinámicas, realidades virtuales, vidas artificiales, etcétera.

La característica principal de la cosmopedia, y lo que le da su valor, es precisamente la


no separación. Para los intelectos colectivos el conocimiento es un continuum.
Desmaterializa las separaciones entre los conocimientos. Disuelve las diferencias entre las
especialidades en tanto que son territorios donde se ejercen poderes.

En lo adelante la organización de los saberes locales, representación y gestión dinámica


de los conocimientos, sería a través de la construcción de una Cibercultura-Cosmopedica,
un laboratorio ciudadano digital, por medio del cual los miembros de la comunidad
pensante indaguen, inscriban, conecten, consulten, exploren y su conocimiento colectivo
se materialice en una inmensa imagen electrónica pluridimensional, en perpetua
metamorfosis, agitándose al ritmo de las invenciones, de los descubrimientos, casi viva.

La cosmopedia pone no solo a disposición del intelecto colectivo el conjunto de saberes


locales disponibles y pertinentes para él en un momento dado, sino que se ofrece
igualmente como un lugar mayor de discusión, de negociación y de elaboración
colectiva. Al ser imagen plural del conocimiento, la cosmopedia es el tejido mediador
entre el intelecto colectivo y su mundo -lo local-, el intelecto colectivo y él mismo.

La línea de ejecución se organiza alrededor de activar, impulsar, extender la iniciación y


transmisión de las competencias y conocimientos, y la capacidad creativa e innovadora
en tecnologías, para emprender acciones sociales; se apuesta por la creación de
equipos y comunidades en torno a proyectos, para la salud, educación, vivienda,
infraestructura social básica.

Se combina investigación, desarrollo, innovación y aprendizaje e involucra a actores muy


diferentes y en diversas proporciones según su objetivo y de acuerdo a la prioridad de
aprovechar los recursos naturales de manera sustentable y agregarles valor, para que su
producto llegue a los bolsillos de los habitantes de la localidad, que son los dueños de
esa riqueza.

Se entiende el desarrollo local, desde el punto de vista económico, como proceso


reactivador de la economía y dinamizador de la sociedad que, mediante el
aprovechamiento eficiente de los recursos endógenos existentes en una determinada
zona, es capaz de estimular su crecimiento económico, crear empleo y mejorar la calidad
de vida de la comunidad, a través de la garantía de un piso básico de bienestar.

Los ciudadanos son capaces de generar innovación, siempre que se les proporcione las
herramientas y el entorno adecuado en el que desarrollo económico y desarrollo social
avanzan juntos y, además, desde la óptica local.
Uno de los factores más importantes para el desarrollo local es el esfuerzo que se invierte
en los procesos económico y social, y los comportamientos de los actores locales, más que
en los resultados cuantitativos.

Así, las diferencias o desequilibrios entre economías locales no se explicaría sólo por las
tasas de crecimiento económico sino y por sobre todo, reflejan las diferencias entre las
capacidades de iniciativa frente a los problemas o contexto territorial, es decir, su
capacidad de conocimientos para reaccionar con éxito ante los desafíos del entorno
introduciendo o por lo menos permitiendo que se produzcan cambios que permitan
combatir la pobreza y cerrar la brecha de desigualdad social.

Un elemento diferenciador de la nueva política regional / local está constituido por las
iniciativas que inciden sobre los aspectos cualitativos del desarrollo, que tienen carácter
inmaterial. Se incluyen, entre otros, la calificación de los recursos humanos, el saber-
hacer tecnológico e innovador, la difusión tecnológica, la capacidad emprendedora
existente, la información estratégica disponible en las organizaciones y empresas, y la
cultura local de desarrollo.

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