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MARCA “YUCATÁN”
YUCATÁN debe favorecer la creación de una nueva idea de sí mismo que recoja las
aportaciones de los nuevos tiempos, nuevas corrientes y nuevos modos de vivir. La
remitificación de Yucatán deberá ser una mezcla de lo nuevo y lo viejo realizada con
criterios de respeto al pasado y de apertura al futuro. Esta propuesta exige equipos
interdisciplinarios sobre bases amplias y científicas que analicen la revalorización del
patrimonio material e inmaterial para promover una visión: Construir la MARCA
“Yucatán, Entidad Cultural y del Conocimiento” como reflejo de su IDENTIDAD.
Plan Estratégico
Nuevo Paradigma de desarrollo cultural
de los “saberes locales”
índice general
Bases para definir una Estrategia Cultural
Objetivo
Estrategia
Herramientas
Esquema Integrador
bases para definir una estrategia cultura-conocimiento
Vivimos los albores del Siglo XXI, una paradoja como nunca se ha visto antes en toda la
historia de Yucatán: logros en los planos económicos y tecnológicos del dominio de la
naturaleza, al mismo tiempo, se percibe una sensación de incertidumbre, de angustia y de
vacío sobre el sentido de la vida y de las cosas.
La tarea, en el primer KATÚN* del presente siglo, es hacer posible la seguridad y la justicia
social, también en épocas de transformaciones; conducir responsablemente, de manera
democrática y participativa el proceso de transición hacia una sociedad más justa y
humana y una economía más competitiva, consolidando el cambio en un marco
institucional, con plena vigencia del Estado de derecho y convencidos de que la Cultura,
como valor trascendente, es la base fundamental del desarrollo integral de las personas y
la convivencia social.
Es imposible analizar en todos sus detalles una de las preguntas fundamentales de los
últimos veinte años. ¿Qué hizo que se produjeran los cambios en la sociedad Yucateca?
Pero si se puede, con limitaciones, llamar la atención sobre un factor importante: el papel
de la memoria histórica. Los hechos no están sencillamente presentes y ocurren, sino que
tienen una significación y ocurren a causa de esa significación.
El tiempo se divide para entender, no para confundir. Por eso se habla de épocas. Los
sucesos se encadenan estableciendo un “antes de” y en “después de”. Definir esos límites
desata batallas ideológicas porque cada corte temporal es una forma de interpretar.
Dividir la historia por períodos gubernamentales, nos ha hecho caer en la misma
explicación del error individual que desata catástrofes que más tarde un atribulado
sucesor conjura hasta que otra vez lo abandona la fortuna.
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Katúm: 20 años de la cuenta del calendario Maya
Contada así la historia no sirve para nada. Una construcción cronológica así solo funciona
cuando se busca fundamentar o legitimar un linaje. Esa forma fragmenta el pasado, borra
las relaciones entre la política y la cultura, entre la sociedad y la naturaleza. Nada pasa,
nada tiene específico real. No hay coyunturas ni decisiones. Ni luchas ideológicas, ni
intereses que se confrontan. El desencantamiento y la lucha de interés opuesto se
esconden.
Es preferible abordar los asuntos históricos localizando sucesos del tipo que llamamos
“parteaguas”: esto significa que las realidades culturales del sistema social han sido, en
forma definitiva, cambiada. Los sucesos, tiempo eje, tienen vida propia y resisten
cualquier tipo de captura simple. No entender el cambio como un rechazo indiscriminado
a lo que otros hicieron. Entenderlo como capacidad para aprender, para innovar, para
superar las deficiencias y los obstáculos.
Yucatán posee una imagen cultural que debe equilibrar lo tradicional-festivo con la
innovación-emprendedora renovando la definición de IDENTIDAD, la esencia de sus ser,
tanto para los ciudadanos que viven en el estado como para los visitantes actuales y
potenciales; sin perder su atractivo actual y agregando cualidades que amplíen y mejoren
su definición simbólica.
La dinámica cultural y del conocimiento debe, por tanto, adquirir en nuestro estado un
valor estratégico para el futuro, en tanto que ha sido y será un motor para Yucatán.
Nuestra tesis es: que la realidad se construye socialmente y que se debe analizar los
procesos por los cuales estos se producen el conocimiento. Esta tarea conlleva el definir
la realidad como una cualidad propia de los fenómenos que reconocemos como
independientes de nuestra propia volición, y definir el conocimiento como la certidumbre
de que los fenómenos son reales y de que poseen características específicas.
El hombre de la calle no suele preocuparse de lo que para él es “real” y de lo que
“conoce”. Su realidad y su conocimiento los da por establecidos. El sociólogo no puede
hacer otro tanto como aunque más no sea porque tiene consciencia sistemática de que los
hombres de la calle dan por establecidas realidades que son bastante diferentes entre
una sociedad y otra.
La vida cotidiana se presenta como una realidad interpretada por los hombres y que
para ellos tiene el significado subjetivo de un mundo coherente. El mundo de vida
cotidiana no solo se da por establecido como realidad por los miembros ordinarios de la
sociedad en el comportamiento subjetivamente significativo de sus vidas. Es un mundo
que se origina en sus pensamientos y acciones, y que está sustentado como real por
estos.
El lenguaje se origina en la situación cara a cara, pero puede separarse de ella fácilmente.
La separación del lenguaje radica mucho más fundamentalmente en su capacidad de
comunicar significados que no son expresiones directas de subjetividad “aquí y ahora”.
Esta capacidad la comparte con otro sistema de signos, pero su enorme variedad y
complejidad lo hace mucho más fácil de separar en la situación cara a cara que cualquier
otro.
Los campos semánticos determinan que habrá que retener y que habrá que “olvidar” de la
experiencia total tanto del individuo como de la sociedad. En virtud de esta acumulación
se forma un ACOPIO SOCIAL DE CONOCIMIENTO, que se transmite de generación en
generación y está al alcance del individuo en la vida cotidiana.
Mi interacción con los otros en la convivencia resulta, pues, afectada constantemente por
nuestra participación común en ese acopio social del conocimiento que está a nuestro
alcance.
El Plan debe ser una herramienta de orientación que permita fundamentar, enmarcar,
coordinar y gestionar. Se deben plantear las dificultades en términos de co-orden al
tiempo que se pone igualmente de manifiesto una necesaria profundización en los
esfuerzos realizados en pro de tal coordinación.
El hombre busca una fuente de orientación que le propicie, en esta época de veloces
cambios sociales, una imagen positiva de sí mismo.
Esa guía puede ser, la Historia y la Cultura. Pero los resentimientos y la mezquina
insistencia en los valores propios de los distintos grupos que integran una sociedad,
pueden transformarse en intolerancia y rechazo. Por esta causa el tema de la identidad
cultural debe ser uno de los asuntos prioritarios de la labor gubernamental.
Cabe señalar que, no en último lugar, la memoria histórica y la forma del intercambio
cultural en nuestra sociedad condicionará cada vez más la calidad de la vida cotidiana y el
desarrollo económico. Por esta razón, se debe establecer una política cultural que
considere el cómo encarar las diferentes culturas y mundos vitales que coexisten en el
Mundo Maya, sin olvidar que las culturas se fecundan recíprocamente manteniéndose
vivas y resguardándose de la rigidez propia de un museo y que, en la actualidad, las
culturas se influyen más rápida e intensa que nunca. De ahí la importancia de perfeccionar
el DIALOGO DE LAS CULTURAS: debate riguroso sobre como vemos a nosotros mismos y
a los miembros de otro ámbito cultural.
Los efectos que para el estado tiene la conformación de una imagen de marca asociada a
la cultura y la creatividad no sólo dejar sentirse en elementos evidentes como el
incremento de los flujos turísticos sino que, además, incide de manera decisiva, según se
desprende de diversos estudios, en el posicionamiento de la entidad como destino de
inversiones foráneas tanto en sectores directamente relacionados con la cultura y el
turismo como en actividades con una menor vinculación; existe, en cualquier caso, una
relación positiva entre calidad de la inversión y la importancia del elemento cultural como
determinante.
Resulta, por tanto imprescindible definir e instrumentalizar los elementos necesarios para
aprovechar estas oportunidades y asociar la imagen de Yucatán a la cultura y el
conocimiento.
El sector cultural posee en la actualidad una enorme capacidad para generar riqueza y
empleo en Yucatán; esta capacidad se complementa con un gran potencial de crecimiento
que debe ser aprovechado e impulsado por la propia entidad.
Turismo o comercio son, entre otras, actividades que se ven ampliamente beneficiadas de
una actividad cultural pujante.
Las medidas inscritas en este ámbito estarán igualmente orientadas a dar soluciones a la
problemática planteada incidiendo en aquellos elementos vinculados a la vertiente más
económica del fenómeno cultural. Sin que ello suponga relación exhaustiva, aparecerán
consideradas en este ámbito cuestiones relativas a la actividad profesional de los
creadores, la organización empresarial, los mercados y clientes, la formación y
cualificación profesional, etc.
Potenciar estos aspectos, estos nuevos valores, concienciar de los nuevos retos,
compatibilizar el binomio tradición-innovación, entre otros, son aspiraciones que las
medidas propuestas en el presente Plan deben ayudar a superar.
B. Yucatán: Entidad del Conocimiento
Con la finalidad de aprovechar las ventajas competitivas que presenta Yucatán, en cuanto
a su capacidad actual y potencial para generar conocimiento y la factibilidad de que estas
fortalezas contribuyan a la inserción exitosa del estado, en el contexto de una economía
global, se requiere una estrategia para transformarlo en una Entidad del Conocimiento.
Eje 1.- Incrementar la capacidad del sector cultural como elemento que ayude a
potenciar la Imagen-Estado de Yucatán.
1.1. Construir una imagen de marca de la cultura del estado como combinación del
binomio tradición-innovación.
Eje 2.- Potenciar la cultura como elemento básico para el incremento de la cohesión
social y la calidad de vida de los ciudadanos.
2.1. Potenciar a través de la cultura valores sociales como la tolerancia, la memoria
histórica, la libertad, el compromiso social y la cooperación.
2.5. Poner en valor los recursos tangibles e intangibles del estado de Yucatán.
3.1 Motivar a los agentes implicados en el sector, ayudando a crear una conciencia
colectiva de que el conocimiento es un sector de futuro, con grandes posibilidades de
desarrollo y por tanto, de generación de riqueza y empleo.
La forma social en que nos organizamos para generar el conocimiento queda inscrita en
el producto del conocimiento.
El progreso, en esta perspectiva, parece que tiene que ver no sólo con “avanzar”, sino con
el cambio en la forma en que nos coordinamos para “ir hacia adelante”, en la forma en
que definimos qué es “adelante” y en el reconocimiento que en la construcción del
vínculo social hay una componente tridimensional que está formada por:
la información,
la comunicación, y
el conocimiento.
Las tres conforman una estructura inseparable que es como la molécula fundamental de
la dimensión simbólica de toda sociedad. Esa composición nos preexiste como estructura
objetiva que independientemente de nuestra voluntad o gusto, nos hace ser como somos,
pero también puede estructurarse, desarrollarse, cultivarse para modificar la condición
de lo que somos y nos han hecho ser (ayudados con nuestra propia complicidad).
CULTURA DE INFORMACIÓN
Los seres humanos están conectados por sus impulsos y el deseo de saber que nos
escuchan. Todo es parte de la necesidad de comunicarnos, es por eso que
constantemente estamos enviando señales y señas esperando respuesta de alguien más,
siempre esperamos mensajes deseando una conexión pero si no recibimos esos mensajes
no significa que no nos los emitieron, a veces quiere decir que no hemos puesto suficiente
atención.
A pesar de toda nueva tecnología ningún invento de comunicación es tan efectivo como
la voz humana. Cuando escuchamos la voz humana instintivamente deseamos escuchar lo
expresado, entender, aunque el orador busque las palabras correctas, aunque lo único
que escuchemos sean gritos, llantos o cantos, es porque la vos humana resuena distinto a
cualquier otra cosa en el mundo, por eso es que podemos escuchar la vos humana sobre
toda una orquesta, siempre escuchamos al cantante, no importa que más lo rodee.
El ejercicio de la memoria y de los mundos posibles también está atado con el registro del
presente, sin cultivar la información con otros diferentes; esa capacidad de relacionarse
mediante signos y códigos con la vida, se vuelve cada vez más alejada de nuestra propia
determinación.
Existimos como poblaciones que nos han contado cuentos de cuentos y de cuentos en
toda la historia. Así pasaba en muchas partes con las mujeres hasta que dijeron “vamos a
contarnos nosotras”, “no somos apéndices, no salimos de una costilla” y muchas cosas
más. Comenzó un proceso de empoderamiento que podemos llamar la perspectiva de
género, que implica el reconocimiento de la diferencia y la lucha contra la desigualdad o
por la equidad.
CULTURA DE COMUNICACIÓN
En la cultura común de la gente, no hay mucho espacio para “dónde hacerse” cuando
confrontamos con los diferentes, porque la diferencia con los otros nos amenaza, nos
aterra. Razones puede haber muchas, pero podemos constatar que tenemos una especie
de tecnología instalada para transformar toda diferencia en desigualdad: los indios no
son indios, son menos que los blancos, las mujeres no son diferentes, son menos que los
varones, los homosexuales no son diferentes son menos que los heterosexuales, las
personas con capacidades limitadas, no son diferentes, son menos, valen menos.
Es como el cauce del río: no es el agua la que es sinuosa, es el cauce el que la conduce así.
No somos iguales, estamos afortunadamente llenos de diferencias, pero podemos
organizarnos para estar parejos, podemos conversar, y eso tiene efectos muy fuertes
tanto en la cognición como en la vida social. En la vida social, por ejemplo, es muy difícil
que un anciano tenga amigos de 8 años, incluso de 18 o de 30. Una relación amistosa, o es
balanceada o no es amistad.
CULTURA DE CONOCIMIENTO
Los gobiernos dóciles de América Latina, de Asia pobre y de África pobre se tragaron el
discurso aquel que dicta: “Ustedes están al otro lado (el equivocado, por cierto) de la
brecha digital… pobrecitos…”. “¿Qué les falta en esta sociedad nueva del
conocimiento?... Computadoras y redes de alta velocidad”.
La manera más razonable de acceder al conocimiento mundial (que otros han hecho
sobre y para nosotros) es a través de una computadora conectada a la red de Internet. La
respuesta está en las TIC (tecnologías de información y comunicación).
El conocimiento que podemos generar de nuestro lado no importa (no hay que inventar el
agua tibia si ya está inventada y patentada), y así esas tecnologías “salvadoras” se
convierten en descomunales tecnologías de desconocimiento (desubicación, des-
concierto, desterritorialización, destemporalización, etcétera).
Sin embargo, cuando esas mismas tecnologías (TICC) las usamos dentro de un entorno y
una forma de organización colectiva, en pequeñas entidades que operen como nodos
(punto de intersección o unión de varios elementos que confluyen en el mismo lugar)
activados en redes, entonces esas tecnologías de desconocimiento se pueden convertir
en plataformas generativas de conocimiento.
Entonces la gente es capaz de organizarse para coordinar mejor sus acciones a medida
que desarrolla mejor las relaciones entre sus distintas experiencias con códigos de
información. Este efecto, cuando enfrenta problemas concretos, ayuda a entender de
manera más relacional las situaciones que aparecen como problemas significativos para
una comunidad.
El efecto de conocer algo está en que podemos entender por qué es así y no de otra
forma, cómo funcionan sus mecanismos.
El último paso, el desiderátum (objeto de un vivo y constante deseo), la utopía como con-
cepto límite de este proceso es la construcción de márgenes de sabiduría, para que, al
conocer, tengamos capacidad para decidir mejor.
A pesar de todo, en estos países que quieren progresar, tenemos una cultura muy
creativa, muy florida y muy abierta para generar soluciones a problemas específicos. Pero
eso no compite con el conocimiento científico.
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Usar los recursos de Internet sólo en apariencia “simplemente” a la carta, sin desarrollar
con la gente su propia cultura de comunicación (que les permite mejorar su manera de
coordinarse para darse cuenta cuándo y cómo quedaron atrapados en relaciones
verticales y autoritarias) lejos de generar automáticamente “conocimiento”, genera
sumisión.
aprender a escuchar,
escuchar al otro, y
cambiarnos mutuamente para nombrar las cosas mejor.
Por eso hay que estudiar la relación que hay entre la tecnología (entendida como una
fuerza con dirección, es decir, como un vector) y las diversas ecologías simbólicas de la
gente, pero especialmente con los sectores sociales desplazados de los soportes
materiales para generar su autoinformación y su autoconocimiento y que viven inmersos
en relaciones de coordinación de sus acciones sin modo de entenderlas para cambiarlas:
Desarrollar el binomio implica trabajar escuchando de abajo hacia arriba, y nos empuja
a facilitar un proceso en donde la gente se apropie de esas cosas para resolver problemas
específicos y comunitariamente relevantes; y a partir de ahí, estas comunidades apren-
den a apropiarse las tecnologías para desarrollar su conocimiento local. Si seguimos lo
planteado antes, la idea es trabajar para generar redes de comunidades emergentes de
conocimiento local, para que el conocimiento inicialmente local pueda volverse
conocimiento situado.
El siguiente reto es cómo pasan (si así lo deciden) del conocimiento local al conocimiento
situado; pero para entender y entenderse mejor en el proceso debe tejerse una
configuración de redes. Y entonces adquiere sentido el uso de las computadoras y de la
red de Internet.
Una sociedad que progresa es capaz de distribuir mejor toda la energía de la vida: la
comida, el agua, la habitación, el deseo, los bienes de la cultura y, en nuestro caso, el
saber y las herramientas para pensar con otros y para generar información.
Que el agua sea representable como H2O en la vida concreta al parecer no interesa
saberlo. Pero cuando la gente se muere porque bebió H2O2 (agua oxigenada) o H3O (agua
pesada) en lugar de H2O (agua), deberíamos saberlo. Ese saber, podría evitar más
muertes y, si lo sabemos, entonces sólo falta poner el símbolo convencional de la muerte:
una calavera y el texto “no tome esto”.
Progresamos:
Mientras más aisladas están una comunidad o una familia, mientras menos conectividad
exista, entonces con mayor fuerza ese grupo pide, exige un poder externo que les
informe, que les dé una configuración.
Mientras más conectividad haya, mientras más densa sea la relación, mientras más
horizontal sea el vínculo, mientras más pareja –no igual, sólo más pareja– menos se
requiere de la acción de este poder externo –generalmente sordo y ciego– y, por tanto, se
pueden generar mayores grados de autodeterminación.
herramienta
LOS “SABERES LOCALES”
“CUANDO UN ANCIANO MUERE ES UNA BIBLIOTECA QUE SE QUEMA”
¿Qué es el saber?
Cada vez que un ser humano organiza o reorganiza su relación con él mismo, con sus
semejantes, con las cosas, con los signos, con el cosmos, se compromete con una
actividad de conocimiento, de aprendizaje. El saber, en el sentido en que lo entendemos
aquí, es un saber-vivir o un vivir saber, un saber coextensivo a la vida.
Cada intelecto colectivo secreta un MUNDO VIRTUAL que expresa las relaciones que
mantiene en su seno, los problemas que lo ponen en movimiento, las imágenes que se
forja de su entorno, su memoria, su saber en general. Los miembros coproducen, arreglan
y modifican continuamente el mundo virtual que expresa su comunidad: no cesa de
aprender e inventar.
Una inteligencia repartida en todas partes. Nadie lo sabe todo, todo el mundo sabe algo,
todo el conocimiento está en la humanidad. No existe ningún reservorio de conocimiento
trascendente y el conocimiento no es otro que lo que sabe la gente.
La luz del espíritu brilla incluso allí donde se trata de hacer creer que no hay inteligencia:
“fracaso escolar”, “simple ejecución”, “subdesarrollo”, etcétera. El juicio global de
ignorancia se torna contra el que lo emite. Si lo asalta la debilidad de pensar que alguien
es ignorante, busque en qué contexto lo que él sabe se convierte en oro.
Uno, o bien vamos más allá de un nuevo umbral, una nueva etapa de hominización
inventando algún atributo de lo humano tan esencial como el lenguaje, pero a una escala
superior. Dos, o bien continuamos “comunicando” por los medios y pensando en
instituciones separadas unas de otras, que organizan por añadidura la extinción y la
división de las inteligencias. En el segundo caso, solo estaríamos confrontados a los
problemas de la supervivencia y del poder
Pero si nos comprometiésemos en la vía de la inteligencia colectiva, inventaríamos
progresivamente las técnicas, los sistemas de signos, las formas de organización social y
de regulación que nos permitirían pensar juntos, concentrar nuestras fuerzas intelectuales
y espirituales, multiplicar nuestras imaginaciones y nuestras experiencias, negociar en
tiempo real y a todas las escalas las soluciones prácticas a los problemas complejos que
debemos afrontar.
Las lenguas están hechas para comunicar dentro de pequeñas comunidades “a escala
humana” y quizás para garantizar relaciones entre tales grupos. Gracias a la escritura,
hemos atravesado una nueva etapa.
La inteligencia colectiva solo comienza con la CULTURA y aumenta con ella. Ciertamente,
pensamos con ideas, con idiomas, con tecnologías cognitivas recibidas de una comunidad.
Pero la inteligencia culturalmente informada ya no es telegrafiada o programada como la
de una comejenera o la de un panal. Por transmisión, invención u olvido, el patrimonio
común pasa a la responsabilidad de cada cual.
El sector del futuro de la producción antrópica marcha sobre dos vías inseparables: la
cultura de las cualidades humanas -de ellas, fundamentalmente las competencias- y el
acondicionamiento de una sociedad en la que se pueda responder el COMO VIVIR
JUNTOS, en un mundo en cambio permanente donde no hay otro punto que el esfuerzo
del individuo para transformar sus experiencias vividas en construcción de sí mismo, de su
PROYECTO DE VIDA como ACTOR, como SUJETO y esto sólo es posible a través del
reconocimiento del OTRO como sujeto que también trabaja, a su manera, para combinar
su memoria cultural con un proyecto instrumental.
esquema integrador
“Centro CCC”
Los “centros” pueden ser nuevas estructuras para impulsar el cambio, crear sentido,
perfeccionar las relaciones sociales y políticas, y actuar a partir de la rearticulación de la
instrumentalidad y la identidad para definir al individuo por lo que hace, por lo que valora
y por las relaciones en que se encuentra comprometido de tal modo. Se trata de separarlo
del MERCADO y la COMUNIDAD, volverlo a colocar en el campo de la PRODUCCIÓN y la
CULTURA: que cada uno sea productor y consumidor individual de cualidades humanas
en una gran variedad de “mercados” o contextos, sin que nadie pueda apropiarse de los
“medios de producción” de los que serían despojados los demás.
En la economía del futuro, el capital será el hombre total. La producción marchará sobre
dos vías: la cultura de las cualidades humanas -las competencias, habilidades para la vida,
el aprendizaje social y emocional - y el acondicionamiento de una sociedad en la que se
puede vivir.
TALLERES
RED DE TELECENTROS
Taller de Comunicación
Primero, organizarnos para darnos cuenta de que no nos damos cuenta y segundo, darnos
cuenta de que determinadas formas sociales nos pautan desbalanceadamente la relación
con otros. No somos iguales, estamos afortunadamente llenos de diferencias, pero
podemos organizarnos para estar parejos, podemos conversar, y eso tiene efectos muy
fuertes tanto en la cognición como en la vida social.
Taller de Cultura
Nada vivo crese sin raíces
Una CULTURA no es una visión del mundo, una ideología o un libro sagrado; es, primero,
la asociación de técnicas de utilización de recursos naturales, segundo, modos de
integración a un colectividad y tercero, referencias a una concepción del SUJETO,
religiosa o humanista.
La cultura de información es la manera como la gente se relaciona con el mundo y con sus
experiencias, utilizando signos y códigos y se va formando una especie de matriz, una
configuración que le da sentido interpretado a las experiencias de la vida.
Existimos como poblaciones que nos han contado cuentos de cuentos y de cuentos en
toda la historia. Así pasaba en las relaciones de poder hasta que dijeron “vamos a
contarnos nosotros”, comenzó un proceso de empoderamiento que implica el
reconocimiento de la diferencia y la lucha por la equidad para que el orden social este
fundado, no sólo en la voluntad general sino en un principio no social, la IGUALDAD.
Es, pues, natural que el esfuerzo creador se desplace de los mensajes para ir hacia los
dispositivos, los procesos, los lenguajes, las “arquitecturas” dinámicas, los centros.
Algunas cuestiones planteadas por los artistas desde el final del siglo XIX son, pues,
relanzadas de forma más insistente por la emergencia del ciberespacio.
Desde hace al menos algunos siglos, en Occidente, el fenómeno artístico se presenta más
o menos como sigue: una persona (el artista) firma un objeto o un mensaje particular (la
obra), que otras personas (los destinatarios, el público, los críticos) perciben, aprecian,
leen, interpretan, evalúan.
Cualquiera que sea la función de la obra y su capacidad para trascender toda función hacia
el núcleo de enigma y de emoción que nos habita, ella se inscribe en un esquema de
comunicación clásico. El emisor y el receptor son diferenciados claramente y sus
papeles están perfectamente asignados.
Solo se trata de un “posible abierto” por la mutación en curso, posible que podría muy
bien jamás realizarse o sólo muy parcialmente. Se trata, ante todo aquí, de impedir que no
se cierre demasiado pronto, sin haber desplegado la variedad de sus riquezas.
Esta nueva forma de arte hace experimentar a lo que justamente no es un público, otras
modalidades de comunicación y de creación. En lugar de difundir un mensaje hacia
receptores que están fuera del proceso de creación, invitados a dar después un sentido a
la obra, el artista trata aquí de constituir un medio, un sistema de comunicación y de
producción, un acontecimiento colectivo que implique a los destinatarios, que transforme
a los intérpretes en actores, que silencie la interpretación con la acción colectiva.
Sin dudas, las “obras abiertas” prefiguran ya tal orientación. Pero están aún atrapadas en
el paradigma hermenéutico. Los receptores de la obra abierta son invitados a llenar los
espacios en blanco, a seleccionar entre los sentidos posibles, a confrontar las divergencias
entre sus interpretaciones. Pero se trata siempre de magnificar y de explorar los posibles
de un monumento inacabado, de rubricar un libro de oro bajo la firma del artista.
La creatividad encuentra en los nuevos formatos y en las combinaciones con los viejos
soportes un espacio de experimentación que se manifiesta, en ocasiones, como la cresta
de la ola de la sociedad del conocimiento. Lo que ocurre en Internet tiene que ver, sobre
todo, con personas y colectivos haciendo y compartiendo cultura, de modo que lo cultural
encuentra, en la sociedad del conocimiento, un nuevo rol de inusitada preponderancia.
La prosperidad de las naciones, las regiones, las empresas y los individuos depende de su
capacidad para navegar por el ESPACIO DEL CONOCIMIENTO, éste se ha convertido en la
nueva infraestructura.
En lo adelante, ya no basta identificarse pasivamente con una categoría, con un oficio, con
una comunidad de trabajo, hay que comprometer la singularidad, la identidad personal en
la vida profesional.
¿Por qué llamar espacio del conocimiento al horizonte nuevo de nuestra civilización? La
novedad, al respecto, es al menos triple; tiene que ver con la velocidad de evolución de los
conocimientos, con la masa de personas llamadas a aprender y a producir nuevos
conocimientos y tiene que ver, en fin, con la aparición de nuevos instrumentos (los del
ciberespacio), capaces de hacer surgir bajo la bruma de la información, paisajes inéditos
distinto e identidades singulares.
Según este enfoque, el proyecto arquitectural mayor del siglo XXI será imaginar, construir
y acondicionar el espacio interactivo y moviente del ciberespacio.
Más allá de una indispensable instrumentación técnica, el proyecto incita a inventar del
nuevo el VÍNCULO SOCIAL alrededor del aprendizaje recíproco, de las cualidades
humanas, las habilidades para la vida, el aprendizaje social y emocional de la sinergia de
las competencias, de la imaginación y de la inteligencia colectiva. Se habrá comprendido,
que la inteligencia colectiva no es un objeto puramente cognitivo.
Por mi experiencia de vida, por mi trayectoria profesional, por mis prácticas sociales y
culturales y puesto que el saber es coextensivo a la vida, ofrezco recursos de
conocimientos a una comunidad. Incluso si soy desempleado, si no tengo dinero, si no
tengo diploma, si deambulo por un arrabal, si no sé leer, no soy por ello una nulidad. No
soy intercambiable; poseo una imagen, una posición, una dignidad, un valor personal y
positivo en el espacio del conocimiento.
¿Por qué nombramos a la suma organizada de los conocimientos por el cosmos? Más
que a un texto de una sola dimensión, o incluso a una red hipertextual, estamos frente a
un espacio multidimensional de representaciones dinámicas e interactivas.
A la cara a cara de la imagen fija y del texto, característico de la enciclopedia, la
cosmopedia opone a un gran número de formas de expresión: imagen fija, imagen
animada, sonido, simulaciones interactivas, mapas interactivos, sistemas expertos,
ideografías dinámicas, realidades virtuales, vidas artificiales, etcétera.
Los ciudadanos son capaces de generar innovación, siempre que se les proporcione las
herramientas y el entorno adecuado en el que desarrollo económico y desarrollo social
avanzan juntos y, además, desde la óptica local.
Uno de los factores más importantes para el desarrollo local es el esfuerzo que se invierte
en los procesos económico y social, y los comportamientos de los actores locales, más que
en los resultados cuantitativos.
Así, las diferencias o desequilibrios entre economías locales no se explicaría sólo por las
tasas de crecimiento económico sino y por sobre todo, reflejan las diferencias entre las
capacidades de iniciativa frente a los problemas o contexto territorial, es decir, su
capacidad de conocimientos para reaccionar con éxito ante los desafíos del entorno
introduciendo o por lo menos permitiendo que se produzcan cambios que permitan
combatir la pobreza y cerrar la brecha de desigualdad social.
Un elemento diferenciador de la nueva política regional / local está constituido por las
iniciativas que inciden sobre los aspectos cualitativos del desarrollo, que tienen carácter
inmaterial. Se incluyen, entre otros, la calificación de los recursos humanos, el saber-
hacer tecnológico e innovador, la difusión tecnológica, la capacidad emprendedora
existente, la información estratégica disponible en las organizaciones y empresas, y la
cultura local de desarrollo.