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-Andlisis matematico Julio Rey Pastor Pedro Pi Calleja César A. Trejo Volumen III Analisis funcional y aplicaciones EDITORIAL KAPELUSZ e BUENOS AIRES MORENO 372 Todos los derechos reservados por (0, 1959) Eprrortat Karezusz, S.A, - Buenos Aires. Hecho el depésito que establece la ley 11.723. Impreso en la Argentina (Printed in Argentine). Publicado en noviembre de 195, Lino pe RDECTON ARGENTINA INDICE GENERAL Presentacion Contenido del volumen IIT CapPiTULO XXIV TEOR{A DE LA MEDIDA § 94. Medidas infinitamente aditivas 1, Medida boreliana de conjuntos. 2. Estructura de con- juntos y teoremas de cubrimiento. ‘3. Medidas exterio- res de GARATHEODORY. 4, Conjuntos medibles. 5. Ope- raciones borelianas con conjuntos medibles. | 6. Medida exterior regular. 7, El axioma de ZERMELO y la exis- tencia de conjuntos no medibles (L). 8, Funciones me- dibles. — Ejercicios. § 95. Integral de Lebesgue ....... eee eee 1. Definicién de integral (L). 2. Propiedades de la in- tegral (L). 3. Funciones escalonadas en Eq y linealidad de la integral (L). 4. Teoremas de convergencia. 5. Continuidad absoluta y funcién integral (L). 6, In- tegracion por partes y por sustitucién. | Bjercicios, IN Ottis Ol COMitUlO AOC Vs eee G I, Generalizaciones de la teorfa de la medida. II. Gene- yalizaciones de la integral de LEBESGUE. III. Rectifica- cién de curvas y area de superficics. IV. Bibliografia. CaPiTULO XXV SERIES E INTEGRAL DE FOURIER § 96. Espacios E, y espacio de Hilbert ...... beeen . 1. El espacio vectorial E,; sus axiomas fundamentales. 2. Espacio de HILBERT. 3. Espacios funcionales, 4. Espacio H complejo y espacio H abstracto. _ 5. El es- pacio de HiLsert en la mecdnica cudntica, Ejercicios. § 97. Funciones ortogonales y series de Fourier ...... 1, Sistemas ortonormales y coordenadas de funciones. 2. Error cuadratien de las sumas de Fourier. 3, Con- vergencia cuadratiea y sistemas densos. 4. Ortonorma- lizaciin de funciones. 5. Polinomios de LEGENDRE. Aproximacién uniferme y aproximacién cuadratica. 7. Sistemas ortonarmales coinpletos y unicidud del desarro- 31 62 85 93 YI § 99. Notas § 100. § 101. § 102. § 103. INDICE GENERAL lo. 8. Polinomios ortogonales respecto de un_niicleo. 9. Polinomios de JAcosI o de GAUSS. 10. Propiedades de minimo de los polinomios ortogonales. 11. Polinomios de Lacuerre y de Hermite. 12, Tabla de polinomios orto- gonales. " Ejercicios, Series trigonométricas .................... ee 1, Teorema fundamental de RIEMANN. 2. La integral de DiricHLeT y su cardcter local, 3, Criterios de conver- gencia de la serie de FouRIER. 4, Ejemplos de desarro- Tlos convergentes. 5. La suma (C) de las series de Fourrer y las integrales singulares. 6. Integracién de series de FOURIER. 7. Fendmeno de Grpss-WILBRAHAM. Ejercicios. Integral de Fourier. Interpolacién trigonométrica 1, Serie de Fourier en intervalo cualquiera. 2. Integral de Fourrer. 8. Transformadas de Fourter. 4. For- ma compleja. 5. Aplicaciones. 6. Interpolacién_ tri- gonométrica. 7. Analizadores arménicos. Ejercicios, al Capitulo XXV ........ see eeeeee beeen eee I. Desigualdades de HéLDER y de MINKOWSKI. Il. Rela- cién entre los espacios funcionales y el espacio H. III. Convergencia funcional y teorema de R1psz-FISCHER. IV. Bibliografia, CapPitULo XXVI ECUACIONES DIFERENCIALES ORDINARIAS DE PRIMER ORDEN Significado geométrico .................. . 1, Conceptos fundamentales. 2. Campo de direcciones de y’ =f(2z,y). 3. Método de aproximacién_de EULER. 4, Ecuacién diferencial de un haz de curvas, Envolventes. Ejercicios. Tipos elementales de ecuaciones explicitas ....... 1, Ecuaciones con variables separables. 2. Ecuaciones homogéneas en x, y. 8, Ecuaciones reducibles a homogé- neas, 4, Ecuaciones lineales. 5. Ecuaciones reduci- bles a lineales. 6, Ecuaciones diferenciales exactas. 7. Factor integrante. 8 Propiedades del factor inte- grante. Ejercicios. Ecuaciones no resueltas en y’ ............ ee 1. Definicién de la integral general. 2. Ecuaciones inte- grables por separacién de variables, 3. Ecuaciones resueltas en y, integrables por derivacién, Ejercicios. Aplicaciones geométricas ....... 1. Trayectorias ortogonales. Evolventes. 2. oblicuas. 3. Lineas de fuerza de un campo vectorial plano. Ejercicios, Pc. 107 122 185 145 153 166 172 INDICE GENERAL § 104. Resolucién aproximada. Existencia y unicidad de Ma GOMICION 1, Método de desarrollo en serie. 2. Métodos de ADAMS y de Nystrém. 3, Métodos de RUNGE y de RuNGE y Kurta. 4, Teorema de existencia y unicidad. 5. De- pendencia de las condiciones iniciales. Ejercicios. Notas al Capitulo XXVI ............ sede e cece eee eeee I. Soluciones singulares. CaPiTULO XXVII ECUACIONES DIFERENCIALES DE ORDEN SUPERIOR Y SISTEMAS DE ECUACIONES DIFERENCIALES ORDINARIAS § 105. Conceptos fundamentales. Existencia y unicidad de la solucién 1, Ecuacién diferencial de una familia de curvas. 2. Re- duccién a un sistema de ecuaciones de primer orden. 3. Teorema de existencia y unicidad para sistemas. 4. Aplicacién a las ecuaciones de orden . —_‘Bjercicios, § 106. Tipos especiales. Integracién o reduccién ....... 1, Ecuaciones donde falta la funcién o la variable. 2, Ecuacién diferencial de la linea elistica. 3, Ecua- ciones en dos derivadas. 4, Ecuaciones. homogéneas. 5, Simplificacién por derivacién. 6, Ecuacién de JACOBI y’ =f(2,y). — Bjercicios. § 107. Ecuaciones lineales en general ...... eee ee ‘ 1, La ecuacién homogénea, Dependencia lineal de las solu- ciones. 2. Determinacion de la solucién general. 3, La ecuacién completa, Forma de la solucién general. 4, Integracién de la ecuacién completa a partir de la solu- cién de la homogénea, 5, Reduccién mediante una so- lucién de la ecuacion homogénea. 6. Método de desarro- Ilo en serie. —_ Ejercicios. § 108. Ecuaciones lineales de coeficientes constantes ... 1, Ecuacién homogénea de segundo orden, Sustitucién de D’ALEMEERT. 2, Ecuacién de los movimientos vibrato- rios. 3. Descarga de un condensador. 4. Ecuacién completa. Método de los coeficientes indeterminados. 5. Oscilaciones forzadas. Resonancia, 6, Ecuaciones de orden superior, 7. Ecuacion de la viga apoyada en toda su longitud. " 8, Método simbélico para la ecuacién ho- mogénea. | 9, Aplicacién del método simbélico a la ecua- cién completa, —_Ejercicios. § 109. Sistemas de ecuaciones diferenciales ordinarias .. 1, Sistemas de ecuaciones de primer orden. 2. Sistemas de ccuaciones lineales de primer orden. 3. Sistemas de VIL PAG. 176 189 193 197 208 218 230 vit Notas INDICE GENERAL ecuaciones de érdenes superiores. 4. Sistemas de ecua- ciones lineales de 6rdenes superiores. 5. Aplicaciones a la dindmica. Ejercicios. al Capitulo XXVII .. os I. Ecuaciones y funciones de Besset. II, Puntos sin- gulares de ecuaciones diferenciales de primer orden. III. Problemas de contorno del tipo de STURM-LiovvILLE. IV. Bibliografia, CaPiTULO XXVIII ECUACIONES DIFERENCIALES EN DERIVADAS § 110. Ss tis § 112. § 118. Notas PARCIALES. CALCULO DE VARIACIONES Ecuaciones lineales de primer orden . 1, Definiciones y notaciones. 2. Generacién de superfi- cies mediante curvas. 3. Generacién de la ecuacién ferencial lineal. 4. Integracién de las ecuaciones linea- les. 5. Ecuaciones en funciones de mas de dos variables. 6. Factor integrante de P(z,y)dz+Q(z,y)dy =0. Ejercicios, Ecuaciones de primer orden en general ........ 0 1. Significado geométrico. 2. Generacién de la ecuacién general de primer orden. 3. Soluciones completa, gene- ral y singular. 4, Curvas y franjas caracteristicas, 5. Las caracteristicas y la integral completa. 6. El pro- blema de Caucuy. 7. Método de integracién de LAGRAN- GE y CHARPIT. 8. Otros métodos de integracién. 9. Caso de la ecuacién lineal, Ejercicios. Ecuaciones de segundo orden .................. 1, Definiciones, notaciones y ejemplos. 2. La ecuacién completamente lineal. Principio de superposicién. 3, Ecuacién lineal homogénea de coeficientes constantes. 4. Ecuaciones del tipo de EULER, 5. Ecuaciones linea- les de coeficientes constantes, con segundo miembro. 6. Algunas ecuaciones diferenciales de la Fisica, 7. Pro- biema de la cuerda vibrante. — Ejercicios. Caleulo de variaciones ............. 1, Problema fundamental. 2, La variacién primera. 3. Ecuacién de EULER. 4. Integracién de la ecuacién de EULER. 5. Otros problemas variacionales. 6. Varia- cién segunda y condicién de LEGENDRE. —Ejercicios. al Capitulo XXVIII ...... I, Ecuaciones en diferenciales totales. II, Transforma- ciones de contacto. III. Sistemas de ccuaciones en deri- vadas parciales. IV. Funciones de FERRERS y armé cas esféricas de superficie. V. Vibraciones y equilibrio de hilos y varillas. VIL Problemas de Sturm-LIOuvILLE en varias variables, VIL. Autofunciones y lineas noda- 242 261 271 306 327 INDICE GENERAL 1X P&a. les de membranas. VIII. Equilibrio y vibraciones de membranas y placas. IX. Funcién de GREEN de un pro- blema de STurM-Liouvitie. X. Métodos variacionales directos. XI. Bibliografia. CaPiTULO XXIX FUNCIONES ANAL{TICAS § 114. Conceptos fundamentales ... 1. Concepto de funcién analftica. 2. La monogeneidad en un punto. 3. Funciones regulares y funciones armé- nieas. 4, Funcién homografica. 5. Plano complejo y esfera de RIEMANN. 6, Teorema del médulo maximo y consecuencia: 7. El lema de Scuwarz y sus aplicacio- nes, Ejercicios. 403 § 115. Integracién en el campo complejo y aplicaciones . 417 1, Integral curvilinea de una funcién regular, 2. Pro- piedades fundamentales de las primitivas e integrales, 3. Caso de recinto miltiplemente conexo. 4, La funcién integral y su derivada. 5, Acotaciones de la integral. 6. Residuo en un punto singular aislado, y en un dominio. 7. La integral de CaucHy. 8, Integrales de tipo Cav- ciy. 9. Definicién de funciones regulares mediante in- tegrales. | 10. Monogeneidad en un recinto, y analitici- dad. 11, Ceros y teorema de identidad, ' 12, Obten- cién de la funcion analitica completa por prolongacién, Ejercicios. § 116. Funciones multiformes .................-..0085 438 1, Funcién logaritmica. 2. Funciones w= Vz y w= =Wz 3, Funcién de Jouxowskr z=3[w+(1/w)]. 4, Caso general, —_Ejercicios, § 117. Singularidades ............. 0... e ccc eee eee 448 1, Puntos singulares aislados. 2. Clasificacién de las funciones por sus singularidades. 3. Residuo de la de- vivada logaritmica. 4, Teorema de Picarp y direcciones J de Junta. Ejercicios, § 118. Desarrollos indefinidos y aplicaciones ......... 454 1, Desarrollo de LAURENT. 2. Aplicacién a los puntos singulares aislados. 3. Series de polinomios, 4. Des- arrollo en fracciones simples. 5, Productos infinitos. 6. Funeiones enteras, — Ejercicios, Notas al Capitulo XXIX .... I. Condiciones de monogeneidad. II. Movimiento plano estacionario de fltidos incompresibles. _ III. Demostracién de Goursat del teorema de Caucny. — IV. Monogeneidad analiticidad, _V, Principio de acumulaeién de. funcio- inalitieas. VI. Representacién conforme. _ VIL. In- tegrales culerianas, | VIII, Transformacién de LAPLACE. 1X. Bibliografia. 467 x INDICE GENERAL Pc. APENDICES I. Homogeneidad dimensional ......................05 509 @) Introduccién, 5) Magnitud y medida. _c) Teoria de las magnitudes absolutas continuas. d) Magnitudes fundamentales y derivadas. e) Constantes dimensiona- das. f) Homogeneidad dimensional. _g) Resumen de postulados bdsicos del andlisis dimensional. h) Produe- tos nildimensionados. i) El teorema JJ. _ j) Eleceién y ordenamiento de incégnitas en la aplicacién del teore- ma JJ. k) Bibliografia. II. Ecuaciones integrales . 549 1, Definiciones y clasificacién. 2. Ecuaciones integrales lineales de segunda especie. 3. Eeuaciones integrales de segunda especie con nucleo simétrico. 4, Desarrollos en serie de los ntcleos simétricos y de sus autofunciones, 5, Ecuaciones integrales de primera especie. Ecuaciones singulares. 6. Bibliografia. III. Caleulo operacional ........... 0.0.00 cece eee ee eee 587 1, Métodos simbélicos de HEAVISIDE y de Dirac. 2, Caleu- lo operacional y transformaciones funcionales. 3, Fun- ciones salto e impulsivas y transformadas de LAPLACE. 4. Series de FouRIER y transformacién de LAPLACE. 5. Ecuaciones diferenciales ordinarias. 6. Ecuaciones diferenciales en derivadas parciales, 7. Simbolo opera- torio y transformacién de CARSON. 8. CAleulo operacio- nal y transformacién de FourIER. 9. Método operacio- nal para inversién de transformaciones integrales. 10. Distribuciones. 11. Bibliografia. IV. Probabilidades y teorfa de errores . = 613 1. Nocién de probabilidad. Principios fundamentales. 2. Variables aleatorias. Momentos de una distribucién. 8. La distribucién binomial. 4, Sistemas de variables aleatorias. Momentos de la distribucién binomial. 5. Va- riables aleatorias continuas, La ley normal. 6. Errores sistematicos y accidentales, 7. Errores medio y_ prome- dio. 8, Ley de distribucién de los errores. 9, Errores de diversos érdenes. 10, Error probable de un sistema de observaciones. 11. Bibliografia, Vee Nomoeratia (66 . 6381 1, Abacos cartesianos. | 2. Nomogramas de puntos ali- neados. 8. Abacos y nomogramas para relaciones con mas de tres variables. 4. Conclusién, Respuestas a@ ejercicios 2... . 6 cece cette eee 661 indice de simbolos, notaciones y abreviaturas .. 681 Indice alfabéticd 0.0... cece cece ee tenes 699 PRESENTACIO6N Al contemplar retrospectivamente la voluminosa obra, ya terminada, es deber de justicia ensalzar el ingente esfuerzo realizado por mis eficaces colaboradores, que no se han limi- tado ciertamente a reorganizar, dentro del enciclopédico plan que habiamos trazado, todo el contenido de mis obras diddc- ticas publicadas durante cuarenta afios de docencia, sino que lo han enriquecido con nuevos capitulos y cinco Apéndices, ademds de completarlo en otros aspectos y con rica coleccién de ejercicios, fruto de su préctica profesoral. Ya la simple reproduccién ad litteram de mds de un millar de paginas de apretado texto impreso, con la necesaria coordi- nacién de capttulos y unificacién de notaciones, significaria agobiante trabajo; pero las copiosas adiciones referidas y los perfeccionamientos de pormenores puntualmente recordados en las minuciosas resefias “contenido de volumen I, II, IIT” acre- cen el mérito de mis colegas, con evidente ganancia para la obra, que docentes y discentes han premiado con el galardén del éxito. Estas modificaciones cuantitativas no han repercutido en la estructura de lo. obra, que mis amigos —haciéndome inme- recido honor— han conservado respetuosamente; mientras el propio autor firmante, eterno critico insatisfecho de sus pro- ducciones, la habria. cambiado radicalmente. Esta ha sido nues- tra esencial discrepancia; y no estard de mds aclarar una segunda: los calificativos de valoracién relativa asignados a las numerosas obras citadas en la Bibliografia, son juicios de mis colaboradores, a quienes debemos el cuantioso esfuerzo de componer esa lista exhaustiva —sin par en ningin otro tra- tado— que quizé. abrumaré al principiante, pero cuyas orien- taciones agradecerd el profesor. El vacio que una veintena de paises cultos lamentaban, por dificultar su acceso a la Matematica superior, ha sido por fin lenado con esta obra metédica, en que culmina medio siglo de progreso de la familia hispano-parlante, algunos de cuyos miembros han ascendido ya desde su pasiva posicién de espec- tadores en que se vivid durante muchos siglos, a la de actores XIL PRESENTACION de ese progreso, ingresando muy dignamente en la comunién internacional de la ciencia abstracta, que antafio se creta vedada a nuestra raza. Inexorable anatema divino con resignados creyentes egre- gios (ECHEGARAY, MENENDEZ Y PELAYO, TORROJA, GARCIA DE GALDEANO, ORTEGA Y GASSET) que los hechos han desmentido rotundamente en pocos anos de trabajo creador intenso, dejando de lado las repetidas divagaciones histérico-filoséficas sobre el manido tema. J. REY PASTOR. Buenos Aires, octubre de 1959. CONTENIDO DEL VOLUMEN UI Como en el volumen II, debemos hacer referencia al plan de la obra —incluido en el volumen I— con respecto a su finalidad y estructura, y al indice general que da el programa_ordenado de los temas tratados en este volumen, limitdndonos aqui a seialar los aspectos que considera- mos importantes en el enfoque y desarrollo de los mismos. La teoria de la medida infinitamente aditiva y de la integracién basada en ella ha adquirido en la Matemdtica moderna un desarrollo considerable, y es hoy no slo una de las construcciones mds subyugantes de esta disciplina, sino también un pilar indispensable de muchos de sus desarrollos. En el capitulo XXIV se la expone con amplitud mayor que la usual en la mayor parte de los tratados de andlisis matemdtico, pro- curando dar en el texto fundamental y especialmente en las notas, una exposicion que incluya aspectos de los progresos mas modernos. Véase por ejemplo, la demostracién completa del teorema de unicidad de me- didas por el método indicado por REY PAsToR, lo teoria de CARATHEODORY sobre medidas exteriores, desurrollada en forma que pueda generalizarse inmediatamente a una medida de LEBESGUE-STIELTJES (nota I, a) y el procedimiento simplificado seguido para demostrar que los conjuntos ‘medibles respecto de una medida exterior forman una familia infinita- mente aditiva. Se comparan las distintas teorias de CARATHEODORY, VALLEE PoussIN, LEBESGUE, etc. En los ejercicios se desarrolla la teoria general de funciones aditivas de conjunto, con ejemplos interesantes sobre as- pectos paradéjicos de la teoria. La integral de LEBESGUE se desarrolla por el método de Rey PASTOR, extendiendo ahora la definicién y los teoremas al caso de conjunto de medida infinita, con muestra de su vastisimo alcance, y se perfeccionan y completan las demostraciones conocidas. Los teoremas de convergencia se dan en forma completa y rigurosa con ejemplos aclaratorios de su correspondiente validez. En el estudio de la continuidad absoluta y la funeién integral (L), se antepone el eldsico teorema de LEBESGUE sobre existenciu de derivada finita de una funcién monétona, sencillamente demostrada mediante el lema elemental de Rigsz, Setalemos, también, el cuidadoso estudio de la aplicabilidad de la regla de BaRRow a la inte- gral de LEBESGUE y la demostracién del teorema de sustitucién de va- riables en la integral (L). Las notas de fin del capitulo XXIV tratan de los mds elevados puntos de la teoria, incluyendo la integral (Ro) de Rey Pastor. Todo este capitulo, de cardcter esencialmente conceptual y tedrico, puede ser omitido en wna primera lectura por quienes se inte- resen ante todo en las aplicaciones. El capitulo XXV sobre series e integrales de FouRIER se inicia con un purdgrafo ($ 96) dedicado al espacio de HILBERT, estructura cuya importancia actual en el andlisis funcional torna injustificable su omi- sién ain on un tratado general de andlisis, y ademds proporciona el marco adecuado a los desarrollos subsiguientes, en especial los de §§ 97 y 98. En éatos optéxe por abandonar la costumbre de comenzar por las acries de FOURIER triganometricas y tratar Inego —subsidiariamente y xv CONTENIDO como generalizacién— los desarrollos de FOURIER respecto de sistemas ortonormales cualesquiera, para comenzar con un estudio independiente de estos uiltimos (§ 97), mds de acuerdo con su creciente importancia en la Matemdtica, e incluyendo con la ortogonalidad respecto de un_nicleo, los importantes polinomios de CHEBICHEY, JACOBI, LAGUERRE, HERMITE (§ 97-8 a § 97-12), En el estudio de las series trigonométricas (§ 98), se da en § 98-5 la aplicacién del método de sumacién de CESARO, y a@ la demostracién que asi resulta del cldsico teorema de aprowimacién de WEIERSTRASS, se agrega una de las mds breves demostraciones directas del mismo. El estudio de la integral de Fourier (§ 99) es precedido por una introduccién intuitiva basada en la ampliacién indefinida del intervalo de periodicidad para la serie, y seguido por la transformacién de FOURIER en sus diversas formas. En la nota I de este capitulo XXV se introducen los espacios (L?), demostrdndose para ellos las cldsicas desigualdades de HOLDER y de MINKowskI; en nota II se estudia un doble problema de suficiencia: a) del sistema de referencia (funciones ortogonales) para representar cualquier funcién de cuadrado integrable como elemento de un espacio vectorial; b) de estos espacios vectoriales para lograr el isomorfismo con el de HitBert. En ia nota III sobre el teorema de RieSZ-FISCHER se lo demuestra en la forma de Fiscumr [completidad de (L?)] pasando luego a la forma de Riesz en (L?), obteniéndose luego la equivalencia de la densidad de un sistema ortonormal en (L?) con su completidad. Las ecuaciones diferenciales se estudian con detenimiento, dedicdn- dose dos capitulos a las ordinarias, el primero de ellos (capitulo XXVI) dediea cinco pardgrafos (§§ 100 & 104) solamente a las de primer orden, con énfasia en las cuestiones geométricas (§§ 100 y 108). Sobre el texto fundamental de este capitulo seftalemos solamente que en § 104-4, ab cldsico teorema de existencia y unicidad con la condicién de LipSCHITZ siguen teoremas fuertes de existencia y umicidad, y en notas, breves referencias a la dependencia respecto de pardémetros, a otras demostra- ciones y a otros teoremas de existencia y unicidad (ARZELA, MONTEL, OsGoop, NAGUMO, PERRON). En la unica nota de este capitulo XXVI, sobre soluciones singulares, se introducen éstas como soluciones formadas por elementos lineales singulares, previa una nutrida ejemplificacién sobre estos elementos y el lugar de sus puntos sostenes, discutiéndose luego brevemente la rela- cién entre solucién singular y envolvente, asi como entre las curvas discriminantes de la ecuacién y de la solucién general, En el capitulo XXVI sobre ecuaciones diferenciales de orden supe- rior y sistemas de ecuaciones diferenciales, més de la mitad del texto fundamental y dos de las notas (I: Ecuaciones y funciones de BESSEL; Ill: Problemas de contorno del tipo de STURM-LIOUVILLE) se dedica a las ecuaciones y sistemas lineales dada su importancia on los problemas de la Fisica, déndose amplia versién de métodos simbélicos (§ 108-8 y 9) que hallarén amplio marco en el apéndice HI sobre edleulo operacional. Entre las numerosas aplicaciones mencionemos la introduccién de las primitivas y derivadas de orden real (§ 106-1, nota 3), movimientos vibratorios (§ 108-2), descarga de un condensador (§ 108-8), oscilacio- nes forzadas y resonancia (§ 108-5), viga apoyada (§ 108-7), movimiento de los planetas (§ 109-5, ej. 2), ete. La clasificacién y estudio de los puntos singulares de ecuaciones diferenciales de primer orden se hace en nota I de este capitulo XXVII dada la conveniencia pedagégica de comenzar con el caso de la ecuacién dy/dx = (aox + bsy)/(a.x +b: y) o un sistema equivalente de ecuaciones lineales de coeficientes constantes. El extenso capitulo XXVIII sobre ecuaciones diferenciales en deri- vadas parciales y cdleulo de variaciones, dedica al primer tema tres pardgrafos, de los cuales dos sobre ecuaciones de primer orden (lincales, CONTENIDO xv § 110, y generales, § 111), con énfasis en los aspectos geométricos y ampla cabida para el problema de CAUCHY (§ 111-6) asi como para los métodos de integracién de LAGRANGE y CHARPIT (§ 111-7) y otros (§ 111-8). Una ampliacién de este estudio dan las tres pruneras notas, algo extensas, de este capitulo sobre: ecuaciones en diferenciales totales, traneforma- ciones de contacto, y sistemas de ecuaciones en dirivadas parciales. En el § 112 sobre ecuaciones parciales de segundo orden, que trata casi exclusivamente las lineales ovientdndose hacia las aplicaciones fisi- cas, se hace amplio uso de métodos simbdlicos (§ 112-8- a § 112-5). El método de separacién de variables se ilustra en la breve nota IV sobre Tunciones de FERRERS y concxas. Las notas V & IX, sobre problemas de STURM-LIOUVILLE, vibraciones y equilibrio, y métodos basados en la funcién de GREEN, dan un amplio panorama de inétodos usudos en los problemas lineales de la Fisica. El § 1183 sobre cdleulo de variaciones termina con el estudio de la variacién segunda y condicién de LEGENDRE (§ 113-6), y se complementa con la extensa nota X del capitulo, sobre métodos variacionales directos. El capitulo XXIX, de mds de cien paginas, trata sobre funciones dnaliticas de variable compieja. Ya entre los conceptos fundamentales (§ 114) se presentan propiedades como el teorema del médulo maximo y sus consecuencias (§ 114-6) destacéndolas —conforme a wna orientacién moderna— como netamente topolégicas primarias, no obstante resultar sencillo corolaric en la teoria de la integral, El estudio de las condicio- nes de monogeneidad (§ 114-2), se ahonda en la nota I del capitulo, y las relaciones con la teoria del potencial (§ 114-3) se aplican en la nota IL sobce ciertos movimientos de fluidos incompresibles. Se logra una apreciable simplificacién en lu teoria de la integracién en el campo complejo restringiendo en forma inesencial Ia clase de cur- vas tomadas como camino, en 115 que termina con wn bosquejo sobre Ia obtencion de la funcisn’ analitica completa por prolongacién (§ 115-12), dejéndoxe para la nota IV del capitulo, sobre monogencidad y analiti- cidad, el caso de funciones que atin siendo moudgenas en conjuntos que no forman recinto, no gozan ya de lus propiedades fundamentales de las funciones analiticas. En nota II se da la sencilla demostracién de GoursaT del teorema de CAUCHY en condiciones muy generales. El estudio de las funciones multiformes (§ 116) se hace mds acce- sible a través de casos coneretos, iniciéndose asi este pardgrafo con cierto detalle sobre la funcién logaritmica y au superficie de RYEMANN. En el § 117 sobre singularidades se dan aplicaciones de la derivada logaritmica (§ 117-3), un bosquejo sobre teoremas de PICARD y direccio- nes J de JULIA (§ 117-4), y en ejercicios algunos complementos impor- tantes de la teoria, como teoremas de RoucHé y de Hurwitz y aplica- ciones a las funciones univalentes, cuestiones que luego se aplican en la nota V del capitulo, sobre principio de acumulacién de funciones analiticas, E1 § 118 sobre los diversos desarrollos en series y productos infinitos, termina con un resumen de los conceptos fundamentales sobre funciones enteras (§ 118-6), ddndose también en los ejercicios de este pardgrafo importantes complementos de la teoria. Completan las notas del capitulo XXIX tres mds extensas: VI, repre- sentacién conforme; VII, integrales eulerianas; y VIII, transformacion de LAPLACE, esta tltima en estrecha relacién con el apéndice II sobre edleulo operacional. Completan el texto de este volumen (ademds de las respuestas a ejercicios e indices de simbolos y alfabético como en los volimenes ante- riores) cinco apéndices que se refieren a la obra total y tratan otros tantos temas auténomos pero en relacién con el texto general. El apéndice I sobre homogeneidad dimensional es un resumen de la memoria de P. Pt CALLEJA: Las ecuaciones funcionales de la teoria de magnitudes, a la que se remiten la mayor parte de las demostraciones de los teoremas de fundumentacién conceptual de curdeter puramente XVI CONTENIDO tedrico. En estas discutidas cuestiones de fundamentacién conceptral se sigue por ello la posicién adoptada en dicha memoria, que es la basada en la linea de ideas de PolNCaRE, RUNGE, BRIDGMAN y BIRKHOFF. Se procura dar una detallada, documentada y diddctica exposicién con nu- ‘merosos ejemplos del andlisis dimensional de la teovria de magnitudes; asi, precedido por el imprescindible y no siempre bien comprendido tra tamiento de los productos nildimensionados, que es de cardcter pura- mente lineal algebraico, se hace también el estudio completo del modo de aplicar en la investigacién fisica experimental el utilisimo teorema IT de VASCHY-BUCKINGHAM con su demostracién completa y simplificada. Es interesante hacer notar que en esta versién de la memoria citada, se ha agregado una brevisima demostracién poco conocida del clésico teorema funcional de CAucHY, vdlida para una familia de sunciones aditivamente integrables, El apéndice II sobre ecuaciones integrales se ha hasado en la cxpo- sicién que sobre el tema da J. Rey Pastor: Los problemas lineales de la Fisica, completando y rectificando ademds demostraciones y ejemplos. Para llegar a las férmulas de FREDHOLM se explican con deteviniento los métodoa de aproximaciones del wicleo, ya por niicleos disociados (HILBERT), ya por funciones escalonadas (FREDHOLM). Se trata en de- talle la aplicacién al problema de CAucHy de la ecuacién diferencial lineal, Particular interés ofrece la correcta y simplificada demostracién expuesta sobre la existencia y naturaleza del espectro de autovalores en el caso de niicleo simétrico por el método variacional. Después de tratar los desarrollos en serie de los micleos simétricos y de sus emanantes, se acaba el apéndice dando idea suscinta de las ecuaciones integrales de primera especie y de las ecuaciones singulares, en particular las correspondientes a niicleos de tipo CAUCHY segtin los tiltimos trabajos de MUSKHEMISHVILI. Agradecemos al Dr. J. Ninor de Barcelona la re- vision, lectura y titiles observaciones que ha realizado del original de este apéndice. En cl apéndice HI, sobre edlenlo operacional, procuramos dar en extensién moderada un panorama general de orientacién moderna, Des- pués de wna introduccion sobre los métodos operatorios de HEAVISIDE y de Dirac, los apartados 2 a 7 desarrollan la fundamentacién con la transformacién de LAPLACE dando aplicaciones diversas y el n? 8 da répida versién de métodos basados en la transformacién de Fourier. Los desarrollos previos sobre las transformaciones de LAPLACE (C, XXIX- VIII) y de FourtER (§ 99) teniendo en vista esta utilizacién, permiten ahora abordar esos temas en forma muy dgil, El n° 9 muestra la apli cacién de la transformacién de LAPLACE bilateral, a la vez que da not: cia de modernos resultados de HIRSHMAN y WIDDER sobre inversién de transformaciones integrales por convolucién. Al justificar los métodos operatorios de DiRAC damos en n? 10 sucinta versién de la moderna teoria de las distribuciones de SCHWARTZ. En el apéndice IV se dan nociones sobre cdleulo de probabilidades (x 1 & 5), inclnyendo teoremas genevales sobre sistemas de variables aleatorias (n° 4) y variables aleatorias continuas (n9 5); se aplican luego estas cuestiones en wn sucinto estudio de los errores de observa- cién (n" 6 & 10), remitiendo a la nota I del capitulo XIX, en volwnen I, para la obtencién de las ecuaciones normales en el método de cuadrados minimos. El apéndice V se dedica « nomografia, dando idea primero de los dbacos cartesianos en sus distintas modalidades: generales, rectilineos, cireulares y triangulares, con la aplicacién de éstos al estudio de las mezleas ternarias y su simplificacién mediante los dbacos exagonales. Se sigue Inego con un completo estudio de los nomogramas de puntos alineados y de sus principales tipos particulares: de los de tres escalas de soportes rectilineos paralelos (con la ejemplificada determinacion de modulor adecuudos), de los tipas reducibles a ellos, de los casos en que conniene ponceloa on N 6 Z, de las de tyes cectas coneurrentes, de lox CONTENIDO XVIL de dos esealas de soportes paralelos rectilincos y una de soporte cur- vilineo, todo ello debidamente aclarado con correspondientes ejemplos. Se estudian también dbacos y nomogramas para relaciones con més de tres variables en diversos tipos de aplicacién corriente, legando incluso al de alineaciones multiples para relaciones entre n variables, Se con- cluye con una sintesis comparativa de ventajas e inconvenientes en el uso de dbacos 0 nomogramas. CaPiTULo XXIV TEOR{A DE LA MEDIDA * § 94, MEDIDAS INFINITAMENTE ADITIVAS 1. Medida boreliana de conjuntos. — Para abordar la medi- da general de conjuntos dados en la recta euclidea E;, donde se ha definido la distancia de dos puntos a, b por |b—a|y comprender la intima relacién de este problema con el de la integracién, veamos cémo pueden aplicarse a la teoria de la medida de conjuntos las integrales de RIEMANN y DARBOUX introducidas en el § 49. Ante todo hemos de considerar conjuntos X contenidos en un cierto intervalo I (es decir, acotados por I). Der. 1. La funcién caracteristica fx(x) del conjunto X contenido en el intervalo I es la funcién definida en I que vale len X y 0 en su complemento I1—X, es decir: [94-1] fx(z4) = 1 si weX 3; fx(4)= 0 si weI—X. DEF. 2. Se llama extensién del conjunto X 6 también su medida de PEANO-JORDAN o medida (R), al valor, en caso de existir, de la integral de RIEMANN (§ 49-1): [94-2] (R) I fx(z)dxz = e(X). En cambio, siempre existen, definidas por las integrales superior e inferior de DARBOUX (§ 49-2), las llamadas: extensién exterior = e(X) = J tx(w)de > [94-3] ‘ extensién interior = e(X) = ff telayae , = 1 y sélo si estas dos coinciden, el conjunto X tiene extensién (§ 49-2). La extensién de un intervalo coincide con lo que llamaremos medida elemental: * Kate Capftulo puede omitire en una primera lectura, a XXIV. TEOR[A DE LA MEDIDA § 94 -1 Der, 3. Medida elemental |1| de un intervalo I de eztre- mos a+. b (ineluidos o exelufdos), es el néimero |1| =b—a > 0; fa medida de un punto es nula. Ista medida elemental tiene la siguiente propiedad de adi- lividad finita: TEoR. 1. La medida de un intervalo suma de un niimero finito de intervalos no rampantes (sin puntos interiores co- manes) es la suma de las medidas de los intervalos compo- nentes. La demostracién trivial se basa en las leyes formales de las ayes algebraicas de un nimero finito de términos reales (§ 75). Se ve (§ 49-2) que la extensién exterior del conjunto X contenido en I es el extremo inferior de la suma de las medi- das elementales de los subintervalos que contienen algiin punto de X respecto de todas las particiones de I en un numero finito de subintervalos no rampantes, mientras que el extremo supe- rior de la suma de las medidas de los subintervalos todos cu- yos puntos pertenecen a X da la extensi6n interior. La extensién, en caso de existir, da una medida que tiene también la propiedad de aditividad finite, pero un conjunto suma disjunta (sin puntos comunes) de una infinidad nume- rable de conjuntos con extensién, puede no tener extensién, atin estando acotado, asi como el limite de funciones integrables (R) puede no ser integrable (R) (§ 85-1, nota 2): en resu- men, la extensién y la integral (R) no son siempre permuta- bles con la operacién de paso al limite. EJEMPLO 1. El conjunto de puntos racionales de [0,1], compuesto de una infinidad numerable (§ 2-11) de puntos (cada uno con extension 0), no tiene extensién por no ser integrable (R) la funcién de DiricHLET (§ 49-2, ejemplo). Si para una ordenacién cualquiera de dicho conjunto consideramos los conjuntos formados por los primeros numeros racio- nales, la sucesién de sus funciones caracteristicas, cada una integrable (R) con integral nula, tiene como limite la funcién de DIRICHLET, no integrable (R). Nora 1. Para que todo conjunto tuviese medida, CANTOR propuso considerar como tal su extensién exterior, pero ésta no es ni finitamente aditiva. Por ejemplo, el conjunto K de los puntos racionales del intervalo I=[0,1] y el I—K de los puntos jrracionales tienen ambos extension exterior 1, lo mismo que su suma I (§ 49-2, nota). Asi, la extensién no tiene la propiedad de aditividad infi- nita (también llamada completa) y el progreso esencial de la teoria de la medida a partir de BOREL (1898) radica en haber logrado la aditividad infinita con su método de medir, corre- lativo con el proceso de integracién de LEBESGUE (1902) que estudiaremos en § 95, que hace permutables la integral y paso al lfmite en condiciones amplias (§ 95-4). Por aplicacién reiterada en wtimero finito o infinidad 1 § 94 -1 MEDIDAS INFINITAMENTE ADITIVAS 3 merable de operaciones de unidén, interseccién o complemento (Cap. I, nota I) a partir de los intervalos se obtiene la familia de BorEL de conjuntos (B), a los que pertenecen los conjuntos abiertos G y cerrados F (§ 64-4, nota 2) segtin en seguida de- mostraremos (§ 94-2). Para estos conjuntos (B) vamos a de- finir la medida de BoREL, que coincide con la que introducire- mos en § 94-4 de LEBESGUE 6 (L), atin cuando los conjuntos me- dibles (L) formen una familia mds amplia, pues pueden difer: de los (B) en un conjunto de medida nula (§ 82-2). Demostra remos mas adelante (§ 94-6, nota 5) que todo conjunto X me- dible (L) tiene una cépsula Gs (2)X [siendo G5 un conjunto seudo-abierto, o sea, interseccién numerable de conjuntos abier- tos G', y por tanto conjunto (B), pero si los G‘ son en numero infinito puede ser no-abierto (Cap. XVIII, nota I, b)), y un nicleo F,(S)X (siendo F, un seudo-cerrado, o sea unién nu- merable de conjuntos cerrados F', y por tanto conjunto (B), pero si los F’ son en numero infinito puede ser no-cerrado (Cap. XVIII, nota I, b)], tales que sean iguales las medidas de los tres conjuntos F, )X(S)Gs5. Notas: 2. La teoria de la medida se extiende facilmente a espacios euclideos E, y también a espacios topologicos E (Cap. XVIII, nota I, d), en particular métricos. En el espacio E, la medida elemental (def. 3) de un intervalo I de Puntos x = (2s, tm. %4), (Daralelepipedo generalizado, § O44, ¢), a. < <2. 0. Cuando a, =b, para algin 7, el intervalo es degenerado y su medida es nula, Sustituyendo ~ por x, subsisten las definiciones [94-1], [94-2] y [94-3], sin mds que aplicar la integral multiple de RiEMANN (§ 83). Asi la definicién dada de extensién de un recinto (§ 83-3, def.) es caso particular de la [94-2]. 8. En un espacio topolégico general E (Cap, XVIII, nota I, b) se dice que una familia H de conjuntos X es infinitamente aditiva si cum- ple: 1°) El conjunto vacio 0 pertenece a H: 2%) Si X pertenece a H, también su complemento E—X pertenece a H; 3°) La unién de un nu- mero finito o infinito-numerable de conjuntos pertenecientes a H, tam- pién pertenece a H. Entonces, como consecuencia, la interseccién de un numero finito o infinito-numerable de conjuntos pertenecientes a H, también pertenece aH. Si el espacio E es métrico, son importantes las familias H infinit: mente aditivas que contienen los conjuntos cerrados F y entonces conti nen también los abiertos G (0 reciprocamente). Entonces la familia minima B de conjuntos cumpliendo estas condiciones (interseccién de to- das las familias infinitamente aditivas que contienen los abiertos y cv- rrados de E) forma la familia infinitamente aditiva de conjuntos (3B) o de BoreL del espacio métrico E A partir de la medida elemental de los intervalos (en los espacios euclideos E,), puede edificarse toda la teoria de la me- 4 XXIV. TEOR{A DE LA MEDIDA § 94-1 dida (segtin C. DE LA VALLEE PoussIN) basdndose exclusiva- mente en la aditividad infinita y entonces se introduce: Der. 4. La medida de un conjunto numerable de puntos es cero, suma de las medidas de sus puntos. La medida boreliana de un conjunto X compuesto de la unién de un nimero finito o infinito-numerable de intervalos no rampantes I; es la suma de las medidas | 1; | de sus intervalos componentes. Para que este método de medir no sea contradictorio es esencial demostrar el siguiente teorema de unicidad: TEoR. 2. Si un conjunto X puede considerarse de dos ma- neras distintas X = XI; = X1;* como la suma de una infinidad numerable de intervalos no rampantes [posiblemente degene- rados (nota 2) 0 vacios], la swma de las medidas de estos in- tervalos es la misma en ambos casos: % | 1; | = =| 1,*|. DeM.: Llamemos I,, a la interseccién 1.1,* acaso intervalo degenerado © vacio, Para i fijo es a © L= Uls en [LJ = ZY [Iul , iE es evidente, por no poder aceptar como fundamento el criterio dad infinita, pues precisamente estamos demostrando Ja no-con- tradiccién del mismo. [Por ejemplo, dicho criterio seria contradictorio en la recta racional (ver nota 4), tomando I, no degenerado, tal que |I.| > 0, con Ii, reducidos a puntos de medidas |1.,|=0]. Desde Inego, por ser no-rampantes los I,,(S)I, las sumas parciales seran n 2 = [lu] < [Ll] y por tanto ZF |Is| < | Lf. j=n g=2 Por otra parte, para todo e>0, se podrd encerrar cada I,, en un inter- valo abierto J., tal que su medida sea |J.,| < |Iu,| + €/2/.Entonces, cada punto de la clausura T, de I, perteneceré a un intervalo abierto J.,, bastando un niimero finito de éstos por el lema de BoreL (Cap. XVIII, nota II) para cubrir I,, Por las leyes de monotonia de las sumas finitas de nimeros reales (§ 7-5), serd |I,| menor o igual que la suma (finita) de esos J.,, y por tanto 2 7 ILI 3 lgulc 3 (tal + 212) = ( i ae i i e z Ital) + & : Como ¢ es arbitrario, de ésta y la anterior resulta ILL = 3 tl. a Entonces es la suma por filas de la serie doblo § 94 -2 MEDIDAS INFINITAMENTE ADITIVAS 5 eo ee iol pt gst que ha de coincidir con a ee fen suma por columnas de dicha serie doble de términos no-negativos (§ 81-3, teor. §), quedando asi probada o = 3 “ = IL. ___ Nora 4, Corolario inmediato de este teorema 2, referido a las defi- niciones 3 y 4, es la no-numerabilidad del continuo (cfr. Cap. II, nota II, teor. 1), pues el conjunto de puntos [0; 1] tiene medida ![0;1]/=1>9, y por tanto no puede ser numerable (def. 4 y teor. 2). 2. Estructura de conjuntos y teoremas de cubrimiento. — a) Reticulo progresivo de E,. — Todos los intervalo I[ai,a;+1) (¢=1,2,...,m) de extremos enteros consecuti- vos forman un conjunto numerable, Ro, segtin § 2-11; y tam- bién lo es la familia de intervalos, I,, deducidos por biseccién, con extremos que son nimeros consecutivos de la progresién p.%, los cuales forman el reticulo R, de amplitud 4; y asi se van formando reticulos R, de amplitudes 2", cada uno subdi- visién del anterior. En virtud de § 2-11, teor., la familia R de todos los intervalos I, asi formados, para n=0,1,2,..., es numerable; la llamaremos reticulo progresivo del espacio E,,, tanto si se incluyen o se excluyen los extremos de cada I,. Nétese que al incluir en cada intervalo [a;,b:) solamente el extremo inferior, todos los intervalos de cada reticulo R, son disjuntos y suman E,, en sentido estricto. [También diremos suma de intervalos cuando éstos tengan puntos comunes de con- torno, si carecen de punto interior comin, propiedad que hemos expresado diciendo: no son rampantes. (Cap. XVIII, nota I, b)]. Numerados los intervalos del reticulo progresivo, Ro, Ri, R,, ..., todo punto del espacio es interior a infinitos I,, que son entornos suyos, excepto si el punto x tiene alguna coorde- nada de la red binaria (es decir, del tipo p/2") en cuyo caso adoptaremos como entorno de x la suma de los intervalos I, de R, contiguos a x. Nova 1, Consideremos las siguientes aplicaciones: 1°) Un espacio abstracto, que tiene un conjunto numerable dengo en todo E (§ 64-4, nota 2), se lama separable; un espacio que tiene una familia numerable universal de entornos; es decir, tal que para cada punto x de E hay infinitos entornos de esa familia, que tienden a x, y carac- van por tanto la acumulacion, se llama perfectamente separable. En <1 espacio cuclidiano En, el conjunto denso basico es el de los puntos de coovdenadas. racionales; la familia universal de entornos es el reticalo progresivo, Ry luego Ea es perfectamente separable. 6 XXIV. TEOR[A DE LA MEDIDA § 94 -2 2°) Silos conjuntos X de En son no-rampantes, y cada uno tiene al menos un punto interior, forman familia finita o numerable, Si es x‘ un punto interior de X' é I, un intervalo del reticulo progresivo, entorno de x', contenido en X‘, tales entornos son todos distintos, por ser distintos todos los puntos x'} queda asi establecida una coordinacion entre el con- junto {x'} y parte de la familia numerable R =4I,}; luego el conjunto 4x'} y, por tanto, el {X‘}, son finitos o numerables. Corolarios inmediatos: 1° Los puntos aislados de un conjunto son en ntimero finito, o for- man conjunto numerable. 2° Log puntos de discontinuidad de una funcidn monétona forman conjunto finito o numerable. b) Estructura de los conjuntos abiertos y cerrados. — Para el estudio de los conjuntos, y especialmente de su medida, que necesitamos para definir la integral de funciones muy discon- tinuas, es indispensable anteponer el de sus tipos mas sencillos, que son los conjuntos abiertos y cerrados. Recordemos (§ 64-4, nota 2) su definicién: Der. 1. Conjunto cerrado es el que contiene todos sus pun- tos de acumulacién (§ 64-4, def. 4). Conjunto abierto es el for- mado por puntos interiores (§ 64-4, def. 5). Los designaremos casi siempre por las letras F, G; y por brevedad diremos a ve- ces: un cerrado F, un abierto G, sustantivando los adjetivos. Decir que F es cerrado, o sea que en el complemento CF (Cap. I, nota I), no hay ningin punto de acumulacién de F, equivale a decir que todo punto de CF es interior a él, es de- cir, este complemento es un G y reciprocamente. Resulta asi la propiedad fundamental: El complemento de un F es un G; y el complemento de un G es un F. Notas: 2. Correlacién. — As{ se han introducido correlativamente en los cspacios topolégicos generales (Cap. XVIII, nota I, b). Como al sustituir cada conjunto X por el complementario CX se permutan las re- laciones - y ~ (Cap. I, nota I) asi como las propiedades G y F; de cada teorema sobre conjuntos G y F se deduce otro correlativo, efectuando en su enunciado esas permutaciones. 3, Relativizacién, — Lo esencial de Ey, utilizado al probar que el complemento de un F es un G, ha sido esto: todo punto de E, tiene entor- nos en En, es decir, E, es abierto; luego resulta en general: El complemento de un F en un G es un G,. Correlativamente: El complemento de un G en un F es un F Nétese que los conceptos F y G son correlativos cuando el espacio ambiente es a la vez G y F, es decir, es el espacio Ex; pero, en general, si el espacio ambiente es un G cualquiera, no se verificard la segunda propiedad, es decir, el complemento de un G podré no ser G ni F. (Pén- ganse ejemplos de todos los casos). No solamente para espacios euclideos, sino en general para espacios topolégicos cualesquiera (Cap. XVIII, nota I, b) se cumple: § 94 -2 MEDIDAS INFINITAMENTE ADITIVAS 7 Teor. 1. La unién y la interseccién finitas de conjuntos G es un G; y la de conjuntos F es un F. Teor. 2. La unién infinita de conjuntos G es un G; la in- terseccién infinita de conjuntos F es un F. Sin embargo, ya se vid (Cap. XVIII, nota I, b) que la in- terseccién infinita de conjuntos G puede no ser un G, y que la unién infinita de conjuntos F puede no ser un F. EsempLos: 1. La interseccién de todos los circulos abiertos del mis- mo centro y radios mayores que 1 de Es es el circulo cerrado de radio 1. 2. La wnién de todos los intervalos cerrados [a,b] de extremos en- teros (familia numerable) es todo el espacio E;, a la vez abierto y ce- rvado. Lo mismo para la familia (no numerable) de extremos reales. Puesto que cada punto de un conjunto abierto G tiene ur entorno contenido en G, la unién de estos entornos estara con- tenida en G y por contener todos los puntos de G contendra a G, es decir, dicha unién coincidira con G. En definitiva: TrEoR. 3. Todo abierto G es la unién de entornos de sus puntos; en particular, en E,, es unién de intervalos I. Pero para la teorfa de la medida lo que interesa es que di- cha unién sea nwmerable. En el caso de conjunto lineal abier- to G (contenido en E,) basta sustituir los intervalos rampan- tes del teor. 8 por su unién, que es también intervalo. En- tonces, si 2eG y es b=extrsupxz, para x> 2, tal que (xo, %) (S)G, también (a,b) (S)G; y andlogamente, si es a@=extrinfe para x 2) se impone esta modificacién: Teor. 5. Todo abierto G de E,(n > 2) es suma, finita o 8 XXIV. THOR[A DE LA MEDIDA § 94 -2 numerable, de intervalos cerrados no rampantes con posibles fronteras comunes. En efecto, en el reticulo binario de E,, de lados 2-’, las mallas Q, contenidas en G no son disjuntas todas, pero son no rampantes, pues solamente pueden tener comin algin segmento si n = 2, algtin rectingulo si n =8, etc.; es decir, un conjunto de extensién n-dimensional nula. Veamos cémo se descompone G en suma de mallas del reticulo. Comencemos por numerar las mallas de lado 1, contenidas en G, nv- mero que es finito, si G es acotado, es decir, parte de un intervalo I; a continuacién, las mallas de lado 3 contenidas en G, pero no en las ma- las anteriores; luego las de lado 4 contenidas en G, pero no en las ya numeradas, ete, Si para algin tamafio hay infinitas mallas con la doble condicién explicada, tendremos una sucesion de sucesiones numerables 0 finitas, que reordenada segiin § 2-11, teor., es una sucesién. Como todas las mallas elegidas son no-rampantes y estén en G; y, reciprocamente, todo punto de G tiene algin entorno que es una maila 0 suma de ellas, la suma de la sucesién asi formada es precisamente el conjunto G. De los teoremas 4 y 5 y de § 94-1, def. 4, deducimos que la medida boreliana de todo conjunto abierto de E, es la suma de las medidas de sus intervalos disjuntos componentes; me- dida boreliana de todo conjunto abierto de E, es la suma de las medidas de los intervalos no rampantes que lo componen. Medida boreliana de todo conjunto cerrado F situado en el abierto Go de E, es |F | =| G.|—|CF |, donde CF es el com- plemento de F en Go, y es abierto (nota 3). Como éste tiene medida positiva, resulta: Si un conjunto cerrado estd contenido en un abierto, tiene menor medida que éste. Del mismo modo, si Gi(<)G» es |G1|<]|G2|, pues Ge contiene al menos un intervalo de medida positiva no pertene- ciente a Gi. En cambio, de las inclusiones F,(<)F2, G(<)F, resultan relaciones = entre las medidas (pénganse ejemplos de todos los casos). TEoR. 6. En E, la medida boreliana de wn abierto G coin- cide con su extensién interior e(G); la medida boreliana de un cerrado F coincide con su extension exterior e(F) (§ 94-1). Pues cabe tomar en la serie de medidas de los intervalos componentes de G un nimero finito suficiente de términos pa- ra aproximar | G| con error tan pequefio como se quiera, lue- go |G|=e(G). Correlativamente, tomando complementos re- sulta | F | = e(F). Como caso particular: para los conjuntos cerrados son equi- valentes los conceptos extension nula y medida nula (§ 82-2). c) Introducida la distancia o(a,b) entre cada dos puntos de un espacio métrico (Cap. XVIII, nota I, d), la distancia en- tre dog conjintos A y B de dicho espacio se define por § 94 -2 MEDIDAS INFINITAMENTE ADITIVAS 9 [94-5] o(A,B) = extrinfe(a,b) , aeA, beB donde el segundo miembro representa el extremo inferior (§ 28-14) de las distancias de cada punto aeA a cada punto beB. En particular, si A consta de un solo punto a, tal que A = {a}, se obtiene por [94-5] lo que se llama distancia del punto a al conjunto B, que designaremos por o(a, B). EJEMPLO 3. Dos intervalos abiertos disjuntos de E, con un extremo comin, tales (a,6), (b,c), tienen distancia nula, Se llama didmetro d(B) de un conjunto B al extremo su- perior (§ 28-14) de las distancias de cada par de puntos b y b, de B: [94-6] a(B) = extr sup e(ti, bz). by by eB Entonces se cumple, para tres conjuntos cualesquiera X, Y, Z, la propiedad triangular: [94-7] o(X,Z) < 0(X, ¥) + e(¥,Z) + da(y). En efecto, para puntos cualesquiera zeX, yi,yseY, zeZ, se tiene (Cap, XVIII, nota I, d: propiedad triangular)’: e(x, 2) < els, a) + eC, 4%) + e(ys%). Por [94-5] y [94-6] es e(X,Z) < e(z,z) » e(¥yys) < d(¥). Por otra parte, dado ¢>o arbitrario, existen xeX, yy, yse¥, 20Z tales que e(x, m1) < o(X,¥) + te , oyZ) < o(¥,Z) + te. De estas dos y las anteriores se deduce e(X,Z) < e(X, ¥) + e(¥,Z)+ a(¥) +e , que por ser e(—>0) arbitrario, justifica [94-7]. d) Teoremas de cubrimiento. — En el Cap. XVIII, nota II, defini- mos el conjunto compacto X de un espacio topolégico cualquiera cuando todo cubrimiento abierto de X contiene un subcubrimiento finito, En par- ticular el teorema de BOREL dice: TEOR. 7. Todo conjunto cerrado y acotado del espacio euclideo En es compacto (cfr. Cap. WI, nota III), Mas generalmente demostraremos ahora: TEOR. 8. (LINDELOF-HausporFF) : Todo cubrimiento abierto de cual- quier conjunto X de un espacio euclideo E, contiene un subcubrimiento numerable. Pues la unién de todos los abiertos del cubrimiento dado es un abierto (teor. 2) que puede descomponerse en una infinidad numerable de inter- valos (teor. 5), cada uno de los cuales por conveniente subdivisién podra estar contenido en algun abierto de dicho cubrimiento; en otro caso, por dicotomfa determinariamos un punto de un abierto que no podria ser in- terior a éste. Entonces, basta elegir (cfr. § 94-7) alguno de los abiertos del cubrimiento dado que conticnen cada uno de los intervalos de la infi- 10 XXIV. TEORIA DE LA MEDIDA § 94 -2 nidad numerable para obtener el subcubrimiento numerable buscado. Del teor. 8 deducimos: TEOR. 9, (CANTOR-BENDIXSON) : Todo conjunto cerrado F no numera- ble de un espacio euclideo E, es la suma de un conjunto perfecto P y de un conjunto N a lo sumo numerable (infinito, finito 0 vacio). Se dice que x es un punto de condensacién de un conjunto no-nume- rable X_si cada entorno de x contiene un conjunto no-numerable de pun- tos de X. Todo conjunto no-numerable X contiene, perteneciente a él, algiin punto de condensacion de X. Pues si cada punto de X pudiese enbrirse por un entorno que solo tuviese una infinidad numerable de puntos de X, todo X quedaria cubierto por una infinidad numerable de dichos entornos (teor. 8) y X seria numerable (§ 2-11, teor.). Dado el conjunto cerrado F no-numerable, sea P el conjunto de sus puutos de condensacién, donde P(=)F por ser éste cerrado. Por lo dicho anteriormente F —P=N ha de ser a lo sumo nume- rable, Basta ver que P es perfecto. P es cerrado, pues un punto de acumulacién de puntos de condensacién es punto de condensacién. Ade- mas, todo punto xeP es de acumulacién de P, porque todo entorno de x eontiene un conjunto no-numerable de puntos de F que al suprimirle x continua siendo no-numerable y contiene por tanto algin punto de con- densacion de F, distinto del x y en su entorno. 3. Medidas exteriores de Carathéodory. — a) Toda funcién numérica uniforme de conjunto 4(X)> 0, definida para todo conjunto X de un espacio métrico E se llama una medida ex- terior métrica de CARATHEODORY si cumple las condiciones: M,) (0)=0 (la medida del conjunto vacto es cero) ; M.) Xi(S)X: wo p (Xi) < (Xa) 5 Ms) U Xi) < = (Xe) respecto de cualquier sucesion ke Ss ia o infinita numerable de conjuntos X,3 M,) Si es positiva la distancia e(X, Y)> 0, entonces es HOST Y) = (CX) +H (Y). Noras: 1. Si se prescinde del axioma My queda caracterizada por los tres primeros axiomas M:, Ms, M, una medida exterior para los espa- cios topoldgicos en general (Cap. XVIII, nota I, 6) que puede estar de- finida sat ‘para una familia infinitamente aditiva de dicho espacio (94-1, nota 38), 2. La extensién exterior e(X) dada en [94-3] no es una medida exterior por no cumplir el axioma M:. Por ejemplo, el conjunto de pun- tos racionales de [0;1] tiene extensién exterior 1, mayor que la suma ce las extensiones extetiores de cada uno de sus puntos en conjunto nur merable, b) Dado un conjunto X cualquiera de un espacio euclideo E,,, todo cubrimiento de X mediante intervalos puede reducirse a un subeubrimiento numerable (§ 94-2, teor. 8) y la suma de Jas medidas elementales ($ 94-1) de estos intervalos en con- junto numerable es In stima de uma serie incondicionalmente comvergente o divergente de términos positives, Al extremo in- § 94 -3 MEDIDAS INFINITAMENTE ADITIVAS 11 ferior (§ 23-14) de las sumas de todos los cubrimientos nu- merables de X por intervalos, designada por [94-8] m.(X) = extr inf { © |I. \ , F PA X(s) UT, se le llama medida exterior (L) 0 de LEBESGUE del conjunto X. Se la designa también por | X |, dado que la medida exte- rior (L) de un intervalo I coincide con su medida elemental j 1]. M&s generalmente: TEOR. 1. Para todo conjunto xX que contenga un intervalo I y esté contenido en su clausura I, se cumple m.(X)=|I]|. En efecto, sea primeramente X =I. Dado un cubrimiento z UL(2)1 had por el lema de Bone. (§ 94-2, teor. 7) existe un subcubrimiento finito au ih (21 que por las leyes de monotonfa de las sumas finitas de némeros reales (§ 7-5) cumple Wi< 3 1hI< 3 bl , a ah de donde |I|o sea |J|<|I|+e. Entonces m.(I)<|J|<|I|+e, que por la arbitrariedad de «(> 0) da m.(I)< [I], la que con la anterior desigualdad contraria demuestra m(I)=|II. Para todo otro conjunto X tal que I(S)X(S)I, cualquier cubri- miento de T lo es también de X y por tanto m.(X)< m,(I)=|I|. Ade- mas es siempre posible tomar un intervalo cerrado Ji(S)1(S)X tal que para todo e>o sea |Ji|>|I]—e. Entonces m.(X)> m,(Ji)>|I|—e, que por la arbitrariedad de e(->0) da m.(X)>|I|, la que con la an- terior desigualdad demuestra en definitiva m.(X)= |1|. TEOR. 2. Para todo conjunto X de un espacio euclideo E, su medida exterior (L) dada por [94-8] es una medida exte- rior métrica de CARATHEODORY. Bastaré demostrar que cumple los axiomas M:, Mz, M:, My. Los dos primeros son inmediatos, Demostremos Mi: Si ey SY [Xl = + ea 12 XXIV. TEORIA DE LA MEDIDA § 94 -3 (en particular si alguna |X.|=-+ ©), la propiedad es evidente. En otro caso, para ¢ > 0 arbitrario, existe un cubrimiento para X, tal que Xm [Tm | < [Xe] + €/2* , de donde, al ser la unién de todos los I:,, un cubrimiento de a UX , . k=1 seré ey n | UX] < B2n [Inn] < F [Xel te , kal KEL y por la arbitrariedad de e(—>0), resulta M:. Demostremos finalmente M.: Por la propiedad anterior es | X +y, I< S\El 419i Si |X| 6 |¥| son infinitas, por M. seré |X +Y|= = |x [+1¥] oo. Sean, pues, |X|, |¥[ finitas: entonces, para todo e > ol si es @» = 0(X, Y) > 0, existira un cubrimivnto numerable por intervalos I, de X+Y¥ tal que d(li)0) resulta |[X|+|Y|< <|X+Y¥ |, que con la antcrior desigualdad contraria da en Vitale M. TrEoR. 3. Para todo conjunto X de un espacio euclideo E,, su medida exterior (L) es el extremo inferior de las medidas exteriores de todos los abiertos G que contienen X, es decir [94-9] |X| = extrinf!G|. G(S)x Esta [94-9] equivale a poner que para todo « > 0 existe un abierto Go(=)X tal que | Go| <|X|-+¢, donde puede po- nerse < en lugar de <, si y sdlo si | X | es finito. En efecto, dado ¢>0 arbitrario, por [94-8] puede hallarse un cu- brimiento numerable de intervalos I, tal que Ss| Ik] <|X|+e (< si IX | es finito) y basta tomar Ge= Uls (§ 94-2, teor. 2). 4. Conjuntos medibles. — La condicién M, no asegura la aditividad finita en todos los casos. Respecto de cada medida exterior »(X) (atin no métrica, § 94-3, nota 1) es fundamental considerar la familia de conjuntos medibles (1) introducida por CARATHEODORY asi: DEF. 1. Un conjunto X se Uama medible (pn), en simbolo XKe(p), cuando cualquiera sea el conjunto auxiliar W se cumple: [94-10] u(W) = p(W.X)+ p(W—X). En particular, el conjunto X se llama medible (L) 0 medi- ble LEBESGUE, en simbolo Xe(L), si [94-10] se cumple para la medida exterior (L) dada por [94-8] en E,. Novas: 1. Aun cuando un conjunto es medible respecto de una de- terminada medida exterior, lamaremos en E, simplemente “medibles” a los edibles (1). § 94 -4 MEDIDAS INFINITAMENTE ADITIVAS 13 2. Cuando un conjunto X es medible, su medida exterior se lama simplemente medida de X y se designa por m(X)=|X|=m,(X). Para otra cualquiera medida exterior (u), la respectiva familia de conjuntos medibles da lugar entre otras a la llamada medida general de LEBESGUE-STIELTJES 1 (X). (Cfr. nota I). Esemrio 1. Para un espacio cualquiera E de mas de dos puntos, si se define u({0}) =0, »(E)=2, n(X)=1 para los conjuntos X tales que 0(<)X(<)E, entonces se obtiene una medida exterior respecto de la que sdlo son medibles el conjunto vacfo y el total. En cambio, si para todo X es u(X)=0, todo conjunto es medible. (Cfr. teor. 3). Definicién equivalente a la [94-10] se obtiene mediante TEOR. 1. Es Xe(u) cuando y sdlo cuando para cada par de conjuntos A y B tales que A(S)X y B(S)E—X se cumple [94-11] (A+B) = p(A) + p(B). Pues de [94-10], tomando W=A-+B se deduce [94-11]. Reciprocamente, de [94-11], tomandd A=W.X y B= =W.(E—X) se deduce [94-10]. La simetria de la condicién [94-11] tiene como corolario inmediato TEoR. 2. Si un conjunto es medible (u), también lo es su complemento. En virtud de Ja condicién Mg, se cumple [94-10], cuando y sélo cuando es [94-12] n(W) > w(W.X) + e(W—X) , la que es obvio basta verificar para 1 (W) finita. Andlogamente, en [94-11] puede sustituirse = por >. TEOR. 3. Todo conjunto de medida exterior (u) nula es me- dible, es decir, »(X)= 0 implica Xe(u). Pues en virtud de M2 es pn(W. X) < p(X) = 0, verificandose [94-12] por la misma condicién M2: u(W) > n(W—X). CoroL. El conjunto vacto (§ 94-3, M,) y el total (teor. 2) son siempre medibles. La definicién 1 (CARATHEODORY) tiene la ventaja de apli- carse a conjuntos no acotados en un espacio abstracto cual- quiera. Primitivamente LEBESGUE para un conjunto X(S)I de un espacio euclideo E, creé una teorfa paralela a la de PEANO- JORDAN (§ 94-1) definiendo la medida exterior m.(X) = | X | por la misma [94-8] y la medida interior m;(X) mediante [94-13] m(X) = |I]| — |I—X}. Entonces, la definicién de LEBESGUE de conjunto medible dice: E's Xe(L) cuando y sdlo cuando se cumple m.(X) = m;(X), es decir [94-14] IT] = {X| + /1—X]. 4 XXIV. TEORIA DE LA MEDIDA § 94 -4 La condicién [94-14] exige aparentemente menos que la [94-11] por ser caso particular de ésta, probéndose asi su ne- cesidad. En § 94-6, notas 1 y 5, veremos que [94-14] es tam- rade suficiente para que se cumpla [94-11] o su equivalente 94-10]. Nora 3. Mediante la medida boreliana de conjuntos (§ 94-1, def. 4) aplicada previamente a los abiertos y cerrados (§ 94-2), se llega a una definicién equivalente a la de LesesGue. Para ello se introduce m.(X)= =|Xj| mediante [94-9], pero entendiendo la medida |G| en el sentido boreliano (§ 94-1, def. 4). Correlativamente se define la medida interior m;(X) mediante el extremo superior de las medidas borelianas de todos los cerrados F contenidos en X, es decir [94-15] m,(X) = extr sup |F| , F(=)x para el caso de X acotado, Entonces [94-15] resulta de [94-9] y [94-13], pues m(X) = I] — |I—X] = |1| —extr inf |G] = Gi(>)I~xX = extr sup (JI|—|G.|) = extr sup |I—G,| = extr sup|F| , G(S)1—x I= Gi(=)X F(S)x donde para I—G,= F(S)X es |F|=|1/—|G:] (§ 942, 0). La definicién [94-15] no puede aplicarse a conjuntos de medida in- finita por dar lugar a incongruencias, tal la de que podria restarse de un conjunto medible otro también medible, sin que la diferencia lo fuere. Valida para conjuntos no acotados es la definicién de VALLEE-POUSSIN de cardcter constructivo (cfr. § 94-6, teor. 8): Es Xe(L) cuando y sdlo cuando para cada e>0 se pueden construir efectivamente un conjunto continente abierto G y un conjunto contenido cerrado F, tales que cumplan [94-16] F(S)X(S)G con |G—F|o existe un conjunto abierto continente G(2)X tel que [94-17] {G—X| 8 w(V. A) para todo k finite, de donde (§ 22-2, a) n KV. SASS VAD i a 16 XXIV. TEOR[A DE LA MEDIDA § 94 -5 que con la desigualdad contraria obtenida de la condicién Ms de § 94-3, demuestra [94-20]. Para V = E se obtiene: » [94-20'] n( 2 A= 3 _ Nota 1. Obsérvese que las demostraciones de los teoremas 1 y 2 son vélidas para una medida exterior de un espacio topolégico general (§ 94-3, nota 1). Por otra parte, el teorema 2 asegura la aditividad in- finita de la medida en los conjuntos medibles, pero aun no demuestra que éstas forman una familia infinitamente aditiva (§ 94-1, nota 3), pues aun no sabemos si sera medible la union de infinitos As. Teor. 3. La interseccién de dos conjuntos medibles es me- dible. También lo es la unién de dos conjuntos medibles. Dem.: a) Dados dos conjuntos medibles A, B y su interseccién D=A.B, cualesquiera que scan X é Y, por [94-10] se cumple u(X) = p(X.A)+ p(X—A), u(Y) = w(Y.B) + n(Y—B). Para W conjunto cualquiera, toniando en la primera de las anterio- res X= W—D y en la segunda Y=W.A, se obtiene: u(W—D) = n(W.A—D) + w(W—A), u(W.A) = n(W.D) + n(W.A—D). Eliminando entre éstas dos »(W.A-—D) y teniendo en cuenta que A es medible (§ 94-4, def.) resulta u(W.D) + n(W—D) = n(W.A) + n(W—A) = (WW), que expresa que es D medible. Por induccién (§ 2-2), resulta medible la interseecién de un ntimero finito cualquiera de conjuntos medibles. b) Si A y B son medibles, también lo son sus complementos E—A y E—B y por tanto su interseccién (E— A).(E— B)=E— (A~-B)e(u), es decir, A-B es medible, como querfamos demostrar. Por induccién com- pleta resulta medible la unién de un ntimero finito cualquiera de conjun- tos medibles. Teor. 4. La unién (y también la interseccién) de una infinidad numerable de conjuntos medibles es medible. a) Vamos a probar que si Aie(u), (i=1, 2, ...), entonces es U, Avt(w). En efecto, por el teor. 3 es, Ua #(}1), pudiendo suponerse, por 1 deacomposicion finita, que los A, son disjuntos, Entonces, en virtud de [94-20] y aplicando [94-10] para cualquier conjunto W es: § 94 -5 MEDIDAS INFINITAMENTE ADITIVAS 17 ke k k k HOW) = nOW. SA) + ACW — 3 Ad = 2 HOW. AD + CW — 3 AD 2 x= i= = k 0 Como W— ¥ A(z) W— =A» si aplicamos la condicién M: de 1 i= § 94-3, se obtiene: k © u(W) _— sAd + wCW— 2,40 = i Si en ésta hacemos tender k—> 0, y volvemos a aplicar [94-20] se obtiene: cy [94-21] u(W) > EBCW. AD + OWS Ad) = WOW, A) + 1 +uw— Zan, n o que en virtud de [94-12] prucba que es 3 A,= U Aie(u), como querfa- av yea mos demostrar. b) Si As son medibles, también lo son E—A, (§ 94-4, teor. 2) y por tanto su unién au (E—A)=E— a Ax, de donde a, A: es medible, co- fare mo querfamos demostrar. Notas: 2. De este teorema y de § 94-4, teoremas 2 y 8, se deduce que los conjuntos medibles forman una familia infinitamente aditiva (§ 94-1, nota 3). La demostracion es valida para una medida exterior de un espa- cio topolégico general (§ 94-3, nota 1). 3. Los conjuntos con extensién (§ 94-1, def. 2) no forman una familia infinitamente aditiva, pues cada uno de los puntos racionales tiene exten- sién (nula) y su unién (que es numerable, § 2-7, ejemplo 4) no tiene extensién (§ 94-1, ejemplo 1). Asi mismo, la interseccién de una infinidad numerable de conjuntos con extensién, puede no tener extension. Asf ocurre, si del intervalo [0; 1] extraemos sucesivamente cada uno de los ntimeros racionales, obteniendo una sucesién de conjuntos de extensién 1, cuya interseccién es el con- junto de niimeros irracionales, sin extensién (cfr. § 94-3, ejemplo 1). Tror. 5. Respecto de una medida exterior métrica [que cumpla la condici6n M, de § 94-3], todo conjunto abierto es medible. Drm.: Basta suponer que el conjunto abierto G es distinto del vacfo y del total (§ 94-4, Corol.). Sea F = E—G no vacio, el conjunto cerrado vomplentento del G. Este es la unién de Ja sucesién monétona de conjun- ton abiertos encajados [0422] G, = {a tales que e(2,F)>1/¢}(S) Gyai(S)G = x ao , 18 XXIV. TEOR[A DE LA MED:DA § 94 -5 pues por ser F cerrado, si un punto « verifica o(x,F)>1/q (§ 94-2, c), existe un entorno de x cuyos puntos tienen la misma propiedad (§ 64-4, def. 5). Ademds, como G es abierto, cada uno de sus puntos estd a una distancia positiva j de su complemento F y para q<1/y dicho punto esté en G,. Sea W un conjunto arbitrario, que podemos suponer de medida ex- terior finita (§ 94-4). Como W.G,(=)G, y W—G(S)E—G=F, seré o(W—G, W.G,)> o(F,G,)>1/¢>0, de donde, por las condicio- nes M: y M, de § 94-3, resulta: u(W) > wl(W—G)+ W.G,] = n(W—G) + w(W.G,). Para demostrar que G es medible, por [94-12] bastaré probar que lim w(W.G,) = n(W.G). we El primer miembro existe, pues, del encaje [94-22], tomando su in- terseccién con W resulta, desde p ndmero natural cualquiera en adelante: W .G,(S)W . Goa(S) ... (S)W.Gra(S) ...(S)W.G 5 [94-23] n a W.G= U(W.G,) = W.G, + 3 OW. Gor — W . Greer) ; @ ke donde los conjuntos sumandos del ultimo miembro son disjuntos, pero a sus pares consecutivos no se les puede aplicar la propiedad aditiva (M,) de § 94-8 por no estar a distancia positiva, Por la definieién [94-22] para todo punto zeW . Gpes y todo punto yeW . Gor—W . Gra, se cumple o(e,F) > 1/(p+k—2) 3 ety, F) < 1/(p+k—1). Fijado el punto y y un nimero ¢> > 0 cualquiera, por definicién de o(y, F) (§ 94-2, ¢), existe siempre un punto zeF tal que (yz) Ke + a/(p+k—1). Entonees, al ser también 9(z,z) > >1/(p+k—2), por aplicacién de la propiedad triangular (Cap, XVIII, nota I, d) sera (fig. 321): 1 a— se, e(z,y) > e(x,2) — o(y,2) > @k—1) @FE—2) que siendo valida para todo e(>0), por [94-5] prueba que es positiva la distancia 1 OCW . Gora, W. Gre — W. Goa) > (p+k—1) (p+hk—2) Esto permite aplicar la propiedad M, de § 94-8 a: MLW . Gyr + (W Gree —W . Grea) ] = = WCW .Gpaa) + HCW. Gp— We Grasr) W Gy (2) W.Gpaee + (W GoW . Greet) ([94-23] y fig, 321), de Ia anterior, HCW. Gra) — (WG > 0. y como a condicién Mz de § 94-5 resulta: Je WOW. Gy — W Gra de § 94 6 MEDIDAS INFINITAMENTE ADITIVAS 19 Teniendo en cuenta esta desigualdad y la aplicacién de la condicién Ma de § 94-3 a [94-23] se obtiene: u(W.G) < n(W. G) + % = ew. Gp— W. Gyr) < < u(W.G,) +E [eCW. Gon) WW . Gye) ] = = — 2(W.Gya) + 2 lim p(W.G,). Ie Como ésto es valido para cualquier p nimero natural, haciendo p—> 00 queda n(W.G) < lim n(W.G,). 0 Bsta y la desigualdad de sentido contrario obtenida por aplicacion de la condicisn Ms de § 94-3 a la sucesin monétona [94-23], prueban la igualdad que querfamos obtener para demostrar que G es medible. Este teorema 5, con los 8, 4 y el teorema 2 de § 94-4, prue- ban que la familia B infinitamente aditiva de conjuntos (B) o de BorEw del espacio métrico E (§ 94-1, nota 8) esta siem- pre contenida en la familia de conjuntos medibles con respecto a cualquiera medida exterior métrica p, la que por el teorema 2 es infinitamente aditiva en dicha familia. En particular, para la medida exterior (L) dada en [94-8], esto y el teorema 1 de § 94-3, prueban que la medida boreliana de un abierto y un cerrado, o de otro conjunto cualquiera dada por la definicién 4 de § 94-1, coincide con la [94-8] de los espacios euclideos E,. Nora 4. La generalidad de la teoria de CARATHEODORY aplicable a espacios métricos cualesquiera hace necesarias las penosas demostraciones de los teoremas 3 y 5, Su profundidad queda evidenciada al observar que existen conjuntos abiertos sin extensién. Tal es el obtenido asi en la recta real: Si del seg- mento [0, 1] extraemos el intervalo I, abierto central de longitud 3, de los 2 segmentos restantes los respectivos intervalos abiertos Iz, I, cen- trales de longitud 1/4°, de los 2 segmentos restantes los respectivos i tervalos abiertos Li, Is, Is, Ir centrales de longitud 1/4° y asf sucesiva- mente, el conjunto’abierto extraido G=L+h+h+h-+... no tiene extensién, pues por ser denso en [0,1] es e(G)=1 y por suma de sus componentes es a2 a Ag go 1 a a eG) = + 2H Pig t Mt Se <1 = eG). Fl complemento a [0,1] es ejemplo de conjunto perfecto (§ 64-4, nota 2) sin extensién. 6, Medida exterior regular. — Una medida exterior de CaraTHfo- pony (§ 94-3, nota 1) se llama regular si w(X) es el extremo inferior 23-14) de lan medidas de todos los conjuntos medibles (§ 94-4, def. 1) que contienen X, es decir feta] n(X) = extr inf (A). KOVAC) § 20 ‘XXIV. TEOR[A DE LA MEDIDA § 94 -6 Teor. 1 La medida exterior (L) dada por [94-8] es regular, es decir, [94-25] |X| = extr inf [A]. X(s)Ae(L) Pues Mamando y al segundo miembro de [94-25], si X(S)A, ser4 |X| 0, para todo numero natural i, por [94-26] existe un conjunto medible B, contenido en X, tal que (Bi) > uw. (X)—1/k, y pasa, tomar como nicleo la unién (§ 94-5, teor. 4) de los By (k =1, 2,8, ..+). d) Si B es medible contenido en X, también S—B es medible, pues S—B=(E—B).S (§ 94-4, teor. 2; § 94-5, teor. 3), de donde (§ 94-3, Mz, y § 94-5) es u(S—X) < u(S—B) = u(S) — w(B), Ja que aplicada a la definicién [94-26] da (§ 28-14): wi(X) < w(S) — w(S—X). Por otra parte, si T es la capsula isométrica de S—X, el conjunto modible $—T esté contenido en X y por aplicacién de In definicién § 94 6 MEDIDAS INFINITAMENTE ADITIVAS 21 [94-26] y de § 94-5, teor. 1 resulta, al ser w(S.T) w(S—T) = w(S) — w(S.T) > w(S) — w(S—X), que con la desigualdad de sentido contrario antes obtenida, prueba en definitive [94-27]. TEOR. 8. Si una medida exterior es regular, la condicién necesaria y suficiente para que un conjunto K de medida exterior finita sca medible, es que se cumpla: [94-28] wi(X) = p(X). Por [94-27], la [94-28] es equivalente a probar #(X) = w(S) — n(S—X), cuya necesidad es evidente (§ 94-5, teor. 2) para X medible, Reefproca- mente, de la igualdad anterior se deduce que »(S—X y por tanto (§ 94-4, teor. 3) S—X es medible y también lo es su union con E—S, cuyo complemento X (§ 94-4, teor. 2) sera por tanto medible, Nota 1. Consecuencia inmediata del teorema 3 es la equivalencia de la definicién de LEBESGUE [94-14] de conjunto medible con la de Cara- THEODORY para conjuntos acotados en E,, una vez que demostremos (no- ta 4) la equivalencia de la definicién [94-26] con la de medida interior de LEBESGUE en el caso (L). Vamos ahora a obtener la equivalencia de la definicién de CARA- THEODORY con la [94-17]. Respecto de una medida exterior cualquiera p, aun no métrica, esto es, sdlo ‘Yeterminada por M:, Ma y Ms, de § 94-3 se tiene: Teor. 4. Si X es un conjunto de un espacio topolégico E tal_que para todo nimero £>0, existe un conjunto medible continente A(=)X cumpliendo [94-29] wWA—X)0 exista un conjunto medible (uw) continente A(2)X cumpliendo [94-29]. Obsérvese que se cumplen las condiciones de hipétesis para el espacio euclideo E,, donde pueden tomarse para U, los conjuntos abiertos consti- tufdos por las esferas de radio + y centro el origen y para la medida (L) que es regular (teor. 1). En las condiciones de hipétesis del teorema anterior, la suficiencia de [94-29] se ha demostrado en el teorema 4, Veamos ahora la necesi- dad, Demostremos primero que para todo conjunto Xe(y) existe una in- finidad numerable de conjuntos disjuntos X,e(u) de medida finita w(X-)< + © tales que cS x= xk. r=. Pues basta considerar las cfpsulas isométricas S,(=)U, tales que Sre(u) con medide »(S-)=p(Ur)< 4+ 0 y tomar rot [94-30] x= X.(Se— UT Side). Por ser la medida exterior regular, por [94-24] existe para todo nimero ¢>0 un conjunto Ae(1) continente del X cualquicra dado, tal que "(Aj < u(X)-+, pudiéndose poner <, si »(X) es finita, En’ este caso, si ademas Xe(u) es (§ 94-5) w(A—X) = p(A)— w(K) < c y el recfproco en cuestién queda probado. Si (X)= + y Xe(u), se considera la descomposicién o =X en conjuntos [94-30] y por lo que acabamos de ver, existiran A,(=)X, tales que u(A, —X-)< ¢/2", A-e(u), y entonces es x(s wa. = Ac(u). De esto y ser A—X(s) U (A —X) se deduce a MATX) < aL TAK) SE WA HK) Sey como querfamos demostrar. Nota 2. Aun pata una medida exterior métrica, no siempre en [94-29] puede tomarse en lugar de A un conjunto abierto G, pues, por ejemplo, respecto de la medida p, de HAUSDORFF (véase bibliografia, nota IV) no existe ningtin conjunto abierto de E: de medida finita, El teorema anterior asf modificado subsiste sélo si el espacio métrico E es la unién de una infinidad numerable de conjuntos abiertos G, de medida finita. Tal ocurre en los espacios euclideos. Demostremos finalmente en éstos el teorema que nos dé la equivalen- cia de la definicién de CaraTHéopory con la [94-17]. _ Teor, 6. En ef espacio euclideo Kx, la condicién necesaria y_aufi- ciente para que un conjunto X sea medible (L) es que para toda mimero £>0 exista un conjunto abierto continente G(=)X, tal que cumpla: [94-17] IG—x|0 exista un conjunto cerrado contenido F(S)X tal que cumpla [94-31] |X—Fl0 exista un conjunto continente abierto G y un conjunto contenido cerrado F tales que cumplan [94-16] F(S)X(S)G@ con |G—F| )Be(L) I—X(<)I-B = |1|— _extr inf |I—B| = |I} — extr inf_|G| = I—X(<)I-B I-X(<)¢ = extr sup |I—G| =extr sup|F| , X(S)I—-G X(2])F donde I—G =F es cerrado. Por tanto, para la medida (L) coincide la definicién [94-26] con la de medida interior de Lesescue [94-4]. 5. Cépsula y nicleo borelianos de un conjunto medible (L). — Si en el teorema 4, tomamos conjuntos abiertos A:=Gs en lugar del conjunto A, obtendriamos un conjunto boreliano posiblemente seudo-abierto: G; = aG(=)x , 0 tal que cumpliré |G; —X|=0 y por ser G; y X medibles, de ésta se deduce (cfr. teor. 2, b): [94-82] {Gs | = |X]. El conjunto Gs es la llamada cépsula boreliana isométrica del con- junto medible X, Si el conjunto medible X est4 acotado, por complementos deducire- mos el conjunto boreliano posiblemente seudo-cerrado: FP, =UR(S)X , . tal que [94-33] IFL1=1X1, siendo F, el niicleo boreliano isométrico del conjunto medible X. Para X medible no acotado subsiste [94-33], pues basta considerar una sucesién de conjuntos medibles acotados disjuntos cuya suma sea X. Esta sucesion existe siempre, pues si U; es una esfera de radio r con centro en el origen (r némero natural) y Ue=0, sera o X= 3 X.(U,—U,a) r=1 de sumandos evidentemente medibles y acotados. 7. El axioma de Zermelo y la existencia de conjuntos no medibles (L). — a) En la demostracién de los teoremas de cubrimiento, tal el de Boret (Cap. VI, nota III) o el de LINDELOF-HauspoRFF (§ 94-2, teor. 8) se ha dejado al arbitrio la eleccién de los elementos de un conjunto pos- teriormente utilizado. Algunos matemiticos objetan este tipo de razonamientos en que la determinacién de un cierto ente se hace depender de infinitas elecciones arbitrarias, de otros entes a, dx, a, ..., dentro de ciertos conjuntos X, Xz, ..., sin dar un criterio previo que determine cud] es el elemento a, que debe elegirse en X:, después el az en X:, ete. Se debe a ZERMELO haber puesto en evidencia este hecho, por lo que se llama axioma de ZERMELO (o también principio de eleccién arbitraria) al siguiente: Dada una familia @ cualquiera de conjuntos X, no vacios y disjuntos (sin elementos comunes) dos a dos, existe siempre un conjunto D(S)Up, X , tal que tiene exactamente un aolo elemento comin con cada Xe, § 94 -7 MEDIDAS INFINITAMENTE ADITIVAS 25 El axioma postula solamente la existencia del conjunto D, aun ecuan- do no podamos dar ningtn criterio que lo determine explicitamente, es decir, mediante el cual podamos decidir si un elemento perteneciente a Ug X, pertenece o no a D. Por esta razén, muchos matemiticos de- clinan usar dicho axioma, que sin embargo es necesario para fundar ri- gurosamente muchos teoremas importantes. EJEMPLOS: 1. Consideremos todas las funciones reales f no idéntica- mente nulas definidas en 0< <1. Cada funcion f con su opuesta —f forma un conjunto X de dos elementos, y todos estos conjuntos po- sibles X forman la familia —. El axioma de ZERMELO afirma que existe un conjunto D de funciones f que efectiia en cada X la seleccién de una tomada en el par de f que constituyen X, aun cuando no sabemos dar ningtin criterio para determinar explicitamente un tal conjunto D. 2. Consideremos los conjuntos de dos elementos formados por pares de niimeros reales no nulos y opuestos: X= 42, —x}; «= 0. Aqui tam- bién el axioma de ZERMELO postula la existencia de D que tiene con cada X un solo elemento comin, pero este caso es distinto del anterior, por no necesitarse del axioma de ZERMELO para construir efectivamente un tal conjunto D. Asi podria tomarse pare D el coniunto de ntimeros posi- tivos o bien tomar para « racional el elemento positivo de X y para x irracional, el negativo de los dos de X; etc. 3, Dados un par de calcetines blancos y un par de calcetines grises, podremos decir que existe o queda determinado o definido un par que conste de un calcetin blanco y de uno gris sin especificar cuil de los dos blancos y, cuél de los dos grises han de formarlo? Claro esta que enton- ces no éxiste criterio que permita reconocer para cada ente si pertencce © no al conjunto, Introducir un tal par gris-blanco en esta forma es ha- cerlo por el axioma de ZERMELO. liste se llama también “axioma multi- plicativo” porque pueden formarse 2X 2 pares gris-blanco, indistinguibles entre si y sélo a propiedades comunes a todos ellos (por ejemplo, al color distinto de ambos calcetines, al ridiculo que hard quien los lleve, etc.) nos podremos referir al aplicar dicho axioma para “definir” un conjunto. Para los matematicos idealistas, existe el infinito actual (cfr. Cap. II, nota II), estatico y terminado; existen todos los nuimeros reales, todos los puntos, ‘todos los entes geométricos, independientemente de los hom- bres, que solamente pueden definir o elegir algunos de ellos y dar normas para definir otros. Para los intuicionistas s6lo existen los entes que han sido creados, es decir, pensados o definidos por algin hombre o puedan serlo mediante una ley o norma establecida; de aqui que exijan un cri- terio de eleccién, un procedimiento constructive sin el cual no queda defi- nida la sucesién’convergente que por ejemplo determina un punto de acu- mulacién, ni por tanto queda demostrada la existencia de éste, que exige dar una ley de aproximacién indefinida. Para un idealista existen tantos puntos de acumulacién como posibilidades de eleccién; es decir, cada su- cesién convergente que contenga infinitos puntos del conjunto X deter- mina un punto de acumulacién; mientras que para un intuicionista sdlo existen los determinados por una ley que no deje lugar al arbitrio; las nicas demostraciones admisibles para él son constructivas. En cambio, la demostracion dada del teorema de BoREL no es constructiva, pues no indica cémo debe hacerse la seleccién de los entornos para cubrir el con- junto. Tales demostraciones por el absurdo, se basan en el principio légico del tereero excluido, que en este caso (Cap. VI, nota III) se expresaria : existe un conjunto finito de entornos que cubren el conjunto, o no ; como esta segunda hipétesis conduce a contradiccién, tenemos que admitir la primera, ‘Tales demostraciones por cl absurdo no son admitidas por los intui- cionistas brouwerianos; para cllos el mimero 10!0°+41 no es primo ni 26 XXIV, TEOR[A DE LA MEDIDA § 94-7 compuesto, pues no es posible averiguarlo por cdlculo, ni hay eriterio que permita afirmarlo; la cifra que ocupa el lugar 10* en la expresién deci- mal de x no es par ni impar para ellos, el teorema del maximo y minimo de toda funcién continua es falso; y en general, casi toda la grandiosa teorfa de las funciones reales edificada en este siglo, carece de sentido. Como estas acometidas, cuyo origen es antiguo, se repiten periédica- mente, con alternativas de virulencia y apaciguamiento, sera prudente esperar la eonstruccién del nuevo edificio, que penosamente intentan le- vantar en sustitucién de la grandiosa obra cantoriana, b) Conjunto no medible (L) de Hausporrr. — Designemos por su abscisa p los puntos de la recta euclidea E.. Consideremos todos los puntos peFs, repartidos en conjuntos A(p) tales que si peA(p), tam- bién p+ reA(p), donde r es un ntmero racional cualquiera. Sea B(p) = = A(p)7(0,2) el conjunto de los puntos de cada A(p) contenidos en el intervalo (0,3). Por ejemplo, x— 3eB(x), o bien todos los puntos ra- cionales de (0,4) formaran B (1). Por aplicacién del axioma de ZER- MELO, “existe” un conjunto H tal que H(S) (0,4) contiene un elemento y uno sélo de cada B(p). Vamos a probar que H no es medible (L). Llamemos H, al conjunto obtenido sumando a cada elemente de H el nu- mero racional r. Los H, son conjuntos disjuntos y congruentes, es decir, cada eH, esté en correspondencia biunivoca, con un peH;, de ma- nera que PR=t—T. Por tanto, los conjuntos H y H, tendrfan que tener la misma me- dida si son medibles. Los conjuntos H, Hiss, Hiss, ..., Hi/ay » son todos interiores al intervalo (0,1) y cumplen, por tant (H+ BvetHaet...| <1. Si fuesen medibles, por la propiedad de aditividad infinita (§ 94-5, teor. 2), quedaria on o [H+ 3 Hv] = |H| + 3 |Husl = lim (m.JH]) <1 , naz net TID es decir, habria de ser |H|=|H,|=0 para todo mimero racional r. Para la’ sucesién de niimeros racionales 7 seria S,|H,|=0 y como la recta entera se puede considerar como la suma 3,H, = E:, tendriamos la contradiccién de que la longitud de la recta seria nula, luego los He congruentes con H no son medibles (I). Por andloga demostracién se prueba que cualquier conjunto X de medida exterior no nula, |X|> 0, contiene un conjunto H, no medible. Sin el axioma de ZERMELO no se ha logrado todavia definir ningdn conjunto no medible (L). ¢) Conjuntos de secciones nulas. — Si un conjunto acotado superfi- cial X del plano euclideo E: est contenido en el intervalo cerrado a2 < bss as 0) que tiene la misma propiedad respecto de las secciones y = yo. d) Descomposicin finita de BANACH y TARSKI. — La existencia de conjuntos no medibles (L) deducida del axioma de ZERMELO tiene por re- sultado consecuencias cada dia mas sorprendentes, Dos conjuntos de puntos A y B son congruentes, si existe una fun- cion @ que transforme hiunivocamente A en B y satisfaga a la condl- § 94 -8 MEDIDAS INFINITAMENTE ADITIVAS 27 cién: Dados dos puntos arbitrarios a, y da del conjunto A y sus corres- pondientes (ai) y p(az) en B, son iguales las distancias: Q (a2, a2) = Qlp(r), p(az)]. Dos conjuntos de puntos del espacio euclideo E, se lamaran equiva- lentes por descomposicién finita, si pueden ser descompuestos en un nt- mero finito e igual de partes sin puntos comunes, respectivamente con- gruentes. , 8S. Banach y A. Tarski (Sur la décomposition des ensembles de points en parties respectivement congruentes, Fundamenta Mathematicae, 6, p. 244; 1924) han demostrado que en un espacio euclideo de n=@ dimensiones, dos conjuntos arbitrarios, acotados y con puntos interiores (por ejemplo, dos esferas de radio distinto, como el sol y una utveja) son equivalentes por descomposicién finita. Claro esté que las “partes” no pueden ser todas medibles, E] método ha sido simplificado por W. SrerPinski (Le paradoze de Hausporrr et le paradoxe de BANACH et Tarsxt, Lincei Rendic. Sc. fis. mat, e nat., (8), 4, p. 270; 1948) y pro- cede de un teorema andlogo para conjuntos situados sobre la superficie esférica (M. HausporrF: Mathematische Annalen, 75, p. 428, 1914, re- producido por E. Boren en Lecons sur la théorie’ des fonctions, 2% ed., p. 255, Paris, 1914). El teorema correspondiente al espacio euclideo de 1 6 2 dimensiones es falso. Por otra parte, en un espacio euclideo de m>1 dimensiones, dos eonjuntos arbitrarios (acoti © no), conteniendo puntos interiores, son equivalentes por descomposicién numerable. Un corolario de estos teoremas es en cambio la siguiente propiedad intuitiva, cuya demostracién no se ha logrado sin el axioma de ZERMELO: Dos poligonos planos tales que uno esta contenido en otro no son nunca equivalentes por descomposicién finita. 8. Funciones medibles.— Sea dada una funcién real f(x) definida en los puntos x de un conjunto medible X del espacio euclideo E,. Supondremos que nos referimos siempre a la me- dida (L). Der. 1. Se dice que la funcién real —wo k para cada valor real k (finito 0 infinito con signo determinado). Si son medibles todos los conjuntos f(z) > k, también lo son los complementarios f(*); de éste al =, como antes; por tanto, al >. En resumen: TrEoR. 1. Condicién necesaria y suficiente para que f(x) sea medible, es que lo sea para todo k alguno de los conjuntos: fw >k , fl) ck , f@>k , f(z) k es la interseccién de los f(4)>h, (n=1,2,3,...) y, por tanto, medible. Nora 1. En cambio, no puede afirmarse que una funcién f(x) sea medible, porque sea medible para todo k real el conjunto de puntos z tales que £(z)=k. Demos un ejemplo (con ayuda del axioma de Zen- MELO). En la recta euclidea E;, sea un conjunto A no medible (§ 94-7, b) al que no pertenezca el origen x= 0. Definase f(x) tal que valga x si aeA y valga —e si weE,—A, Entonces el conjunto f(z)=k consta de dos puntos, uno o ninguno y por tanto es medible (con medida nula). Sin embargo, f(z) no puede ser medible, porque si lo fuera, serian me- dibles (teor.'1) los conjuntos X, donde f(x)>0 y X, donde £(x) <0; si llamamos Pal conjunto medible de los nimeros reales « >0 y N al conjunto medible de los numeros reales « <0, sera =A.P4(E—A).N ; X, = A.N+(E—A).P , de donde A=X,.P+4X,.N seria medible (§ 94-5), en contradiccién con la hipétesis. TEoR. 38. Toda funcién integrable (R) y en particular toda funcién continua es medible. Si x es punto de acumulacién del conjunto f(%)>k y es de continuidad, en él es también £(x)>k, por tanto pertenece al conjunto; si x es de disconti- nuidad, pertenece a un conjunto N de medida nula (§ 94-3, 3°). En definitiva, el conjunto f(z)>k es del tipo F—N que es medible (§ 94-5). Teor. 4. Sean f, y fe dos funciones medibles en un con- junto X medible y c una constante. Entonces son medibles las funciones : a) fite ; b) ch 3; ¢) fitfe ; Gye | ty |; 6) iitas J) di/ie ot ig 0) en ke Dee a) El conjunto donde f,+¢ > es aquel donde f, > k—e, que es medible por hipétesis para todo & real. b) Si c>0, el conjunto donde cf; > k, es el mismo donde f, > k/c, medible por hipdtesis. Andlogamente para ¢ < 0; si ¢ = 0 la conclusién es evidente. c) El conjunto donde f; + fz >k es el mismo donde f; > > k= f., unién de los infinitos conjuntos f,(%) > h, >k = fo, siendo h, todos los nimeros racionales. Cada uno de estos con- juntos, definido por dos condiciones, es la interseccién de los conjuntos medibles f,(%)>h, y +fo(x)>k—h,, luego es medible (§ 94-5, teor. 3) y también lo es su unién (§ 94-5, teor. 4). d) El conjunto donde |fi| > es la unién de los f, >k yii<—k si k>0, y coincide con X si k<0; en todo caso es medible. § 94 -8 MEDIDAS INFINITAMENTE ADITIVAS 29 NoTA 2. Obsérvese que el reciproco no es cierto, es decir, puede ser [f:| medible, sin serlo f,. Por ejemplo, sea fx(%) la funcién caracteris- tica (§ 94-1, def.) de un conjunto no medible X contenido en un inter- valo lineal I (§ 94-7, 6). Entonces la funci no _medible f,(x) = =fx(a)—4, definida en el intervalo I, vale } si aeX y vale —i si weI—-X, por lo que su valor absoluto | f:(«){ es medible en I. e) Por ser f,f, = 4((f:+ f.)*—(f, — f2)"J, basta demos- trar que f? es medible si lo es f. El conjunto donde f? >k es la unién de los f > Vk y f<— Vk si &k > 0, y coincide con X si k <0; en todo caso es medible. f) El conjunto donde f,/f, > es la unién de dos inter- secciones: la primera donde a la vez f,>kf. y fe>0; la segunda donde a la vez es f; k es la unién de todos los conjuntos f,(z) >k, y por § 94-5, teor. 4, es medible. Andlogamente, 0 por cambio de signo, el otro caso. TEoR. 6. Si las funciones medibles f,(a)} F(x), 0 bien f£,(") | £(x), es medible la funcién limite. Pues en el primer caso, de sucesién creciente (§ 78-1, teor. 2), es F = extr sup f, y en el segundo es f = extr inf f,. Teor. 7. Si f(x)=limf,(x) para n> «, siendo medibles las f,(%), también lo es {(u). Puesto que para cada x y cada ¢ > 0, desde un n es —e < f,(a)— f(z) < ¢, las funcio- nes g, (x) = extr sup (f,, fru, f,.,...) satisfacen a la misma acotacién; luego g,(«)—+f(#) y por los teoremas 5 y 6 ante- riores, es medible. Noétese, de paso, que también resultan medibles las funciones im f, y lim f,. Teor. 8. La suma finita o numerable de funciones medi- bles es medible. Para la suma finita ha sido demostrado en teor. 4, c. Para las seri ‘onvergentes es consecuencia de esta propiedad y del teor. 7. TEOR. 9. Es medible toda funcién derivada. Es consecuen- cia inmediata del teor. 7, por ser la derivada f(a) el limite para h>0 6 para n=1/h— c de la sucesién de funciones continuas n[f(a--1/n)—f(a)]. , Nora 8 El tcorema 7 implica que una funcién continua de funcién médible es una funcién medible. Sin embargo, no es cierto que sea siem- pre medible cualquier funcién medible de funcidn continua (véase ejer- cicio 13), 30 XXIV. TEORIA DE LA MEDIDA § 94 -Ej. EvJERcICIOS 1. Una funcién o(X) de conjunto se lama infinitamente (finitamen- te) aditiva sobre H si esta definida para los conjuntos de una familia H infinitamente (finitamente) aditiva (§ 94-1, nota 8), es o(0) = 0, y para cualquier sucesién infinita (finita) de conjuntos X.’de H dos a dos dis- juntos, es o(SX.) = Yo(X,). Demostrar que para toda funcién o (finita © infinitamente) aditiva de conjuntos con XeH, YeH se cumple: a) Si X(Z)¥ y o(¥) es finita, entonces o(X—Y) =0(X)—o(Y); 6) Si )¥ y o(Y) es infinita, entonces o(X)=o(¥); ¢) Si o(X)= +, entonces o(¥)#— &. 2. Sio es una funcién infinitamente aditiva sobre H (ejercicio 1) y todos los conjuntos de la sucesién monétona X.(=)X:(S)...(S)Xa(S)e. pertenecen a H, entonees es lim o(X,) = o(lim X,) para ‘n> 22, donde im X, = UX. 2 3. Sea Sa, una serie convergente de términos reales y para cada conjunto finito N de nimeros naturales definamos o(N) = ¥ aa, mien- neN tras que o(Nuw )= +, si Nog es un conjunto infinito de ntmeros na- turales. Demostrar que o es ee pero no infinitamente aditiva y me- diante este ejemplo probar que en el ejercicio 2 no puede reemplazarse la frase “infinitamente aditiva” por “finitamente aditiva”. 4, Definida la funcién monétona creciente de conjunto por la con- dicién: “X(2)¥ implica o(X)2o(¥)” (y andlogamente para decrecien- te con <), demostrar que toda funcién finita o infinitamente aditiva de conjunto (ejercicio 1) es creciente (decreciente) cuando y sélo cuando admite sélo valores no negativos (no positives). 5. Sio es aditiva sobre H (ejercicio 1), para cada XeH se define la variacién superior V e inferior V de o en X por V(o,X) = extr sup o(P) , V(o,X) = extr inf o(P) , X(S) Pee = X(S)Pat donde los extremos superior e inferior (§ 23-14) se toman respecto de todos los conjuntos P de H contenidos en X. Demostrar que las varia- ciones superior e inferior de una funcién de conjunto finitamente (infi- ae aditiva son funciones monétonas finitamente (infinitamente) aditivas, 6. Demostrar que para una funcién o aditiva de conjunto, con va- riaciones finitas (ejercicio 5), se cumple o(X)=V(o,X)+ V(o,X). (Teorema de descomposicién de JoRDAN). 7, Deducir del ejercicio 6 el teorema de § 55-9, d), introduciendo la funcién finitamente aditiva de conjunto o(X)= Si" {f (es + hi) —F (xa), donde X representa cualquier conjunto que pueda expresarse por la unién de un nimero finite de subintervalos (a, 2: +h,] no rampantes de [a,b]. 8 Sea E un espacio cualquiera y a, b ntimeros reales fijos tales que 0y, para cada nimero y > 0. Esta medida, que depende de y es, por tanto (§ 94-4, Mz), una funcién decreciente = u(y); y adop- taremos como definicién de integral (L) de f(x) > 0 la inte- gral (R-C) (§ 80-1): +n [95-1] (Lyf f(x)dx = (R-C) f° u(y) dy = tim fu ay. 32 XXIV. TEORI[A DE LA MEDIDA § 95 -1 Su significado geométrico aparece claramente en la figura 322, a cuyo margen se ha dibujado la grafica auxiliar de esa funcién ¢ = p(y). by EsJEMPLOs: 1, Si f(z) es la funcién de DIRICHLET (§ 23-3, definida en (0, funcién f=p(y) es nu- la para todo y, excepto (0) =1, luego su inte- gral (L) vale 0. 2. Si f(a) =a pa- ra OS a<1en (0, 1), resulta ser p(y) =1 si Fig. 322, O 1, por lo que Y u(y)dy = 1+ lim ye dy = —— Yot nv. 1— eoincidente (cfr. § 95-2, teor. 13) con el valor (R-C) de la integral del primer miembro (§ 80-1) : (L) fe dz = (R-C) 1 (Ro) f 4 wtde = lim | atdr = : 0 e350 He ee Nora 1, De la definicién [95-1] resulta inmediatamente que si X = =X.4X: la integral de £(#) sobre X es la suma de las integrales sobre los conjuntos medibles X. y X:, pues el integrando de [95-1] es la suma u(y) = ty) +.ua(y) de los integrandos correspondientes a estas integra- les, por la aditividad finita (§ 94-5) de la medida de conjuntos (genera- lizacién_en § 95-2, teor. 8). Si X es de medida infinita, subsiste la definicién [95-1], pero enton- ces, si eu valor es finito, como u(0) = + %, la integral (R-C) seré ade- aa Impropia en y=0, y para e>0 arbitrario, existird 8 >0 tal que 0-2 Siuarey 5) y en un conjunto medible Xi de medida infinita (donde 8 > £(x)> 0), tal que en l ff f(x)de Se, X, fiseee = Steed + Stour. b) Si la funcién real medible f(#) toma también valores negativos en el conjunto medible X del espacio euclideo E,,, se adopta la siguiente definicién general: siendo DEF. 1. Sea o no acotada, finila o infinita, la funcion real § 95 -1 INTEGRAL DE LEBESGUE 33 medible f(x), llamamos integral (L) en el conjunto medible X del espacio euclideo E,,, a la integral (R-C) (§ 80-3) en (—o, +o) de la funcién p(y) definida asi: u(y) = medida del conjunto f(z) >y, sies y>0; —p(y) = medida del conjuntof(r4) 0; X- al conjunto donde f(x) <0. Entonces la definicién 1 se reduce a [95-1], pues equivale a descomponer: [95-2] (L) Sf fe = (L) ft dx + (L) ee de = = 1) f |flae —@) fj fide. En cambio es: [95-8] (L) f iflde =) f |tlde +) fi [tide > > |) fra Nora 3, Obsérvese que si f(x) es medible, también lo es | f(x), pero que el reefproco puede no ser cierto (§ 94-8, nota 2), Como resumen, llegamos a este resultado importante: Teor. 1. Toda funcidén integrable lo es absolutamente; y el valor absoluto de la integral no supera a la integral del va- lor absoluto. Nova 4. A diferencia de la integral (R-C) (§ 80-8), la integrabili- dad (1,) de f(x) implica, pucs, 1a de |£(«)| y reefprocamente si £(#) 34 XXIV. TEORIA DE LA MEDIDA § 95 -1 es medible, lo que no ocurria en la integral (R) (§ 49, ejer. 1). Hay que subrayar con énfasis este hecho: la teoria de la sumabilidad, o sea la integral (L), en su m&xima generalidad, es paralela a la teorfa de las series absolutamente convergentes, dejando de lado la integracién condi- cional, porque prescinde del orden de los valores de f(x); y la sencillez de los resultados de LEBESGUE radica en esta mutilacién de la familia de funciones, c) Integral (L) de funcién acotada, — Si | £(x)| < K, de- be integrarse »(y) en (—K, +K), y si es finita la medida del conjunto basico | X | = | X*|+ | X-|=p(0)—1(0-), es tam- bién finita la integral [95-1], definida en el intervalo (—K, K). Por tanto TEOR. 2. Toda funcién real, medible y acotada en un con- junto X medible, de medida finita, acotado o no, del espacio euclideo E,, es integrable (L). d) Método de Leeescun. — Aunque la teoria se desarrolla muy simplemen- te partiendo de la definicién 1, conviene (para facilitar la lectura de Tos libros) exponer brevemente el método usual, mas Jaborioso, que consiste en dividir el in- tervalo (—K, +K) de la variable y en partes iguales o desiguales, por una es- cala de valores: —K yrs, pero no f(x) > yr), y lamando 8 =| Xr] = wlyrr) — w(yr), formemos las sumas de LEBESGUE [95-5] 8=Yynb , S= Lyre , ecuya diferencia, cuando la norma sea yr—Yri0, se considera la funcién truncada fx(x) que valga f(x) si 0K. Entonces, por definicién, es [95-6] le 1(2)de = lim | fi te@rde , siempre existente, finito o infinito. Andlogamente para X~. La funcién £(x) se llama sumable, si ambos términos del ultimo miembro de [95-2] son finitos, dando [95-2] su valor. § 95 -2 INTEGRAL DE LEBESGUE 35 EJEMPLO 8. Por este método, para la funcién del ejemplo 2 se en- cuentra 1 (7K 1 \ i a f ede = lim ff K de + ede} at, 0 K+ lo Ku J como antes. e) Esta defin d) de LeBescue-VALLEE Poussin coincide con la dada anteriormente, si |X| es finita, pues si consideramos por ejemplo, el caso f(a) >0, y la funcién de medida correspondiente a fx(«) es nx(y), coincidente con w(y) para yK, entonces {95-1] es igual, para K ©, al limite de if "x (y)dy, de donde in- tegrando ror partes entre 0 y K+1 resulta esta integral de SrimitsEs (§ 79-1): K+1 (95-7] f (ody = ¥ « wx(v)}, K41 KEL f ys dux(y) = — ip ydux(y). va one w(K 41) =0. Las sumas inferiores y superiores del ultimo ‘erbro como integral de SriELTJES (§ 78-1) son las anteriores de Le- BISGUE, pues K+1 — Avy) = tyra) — (yr) = |X| = 8. Obsérvese que la def. 1 es mas general que la (d)_de Vatién Poussty, pues aquélla ineluye el caso en que |X|=+. (Cfr. § 95-2, nota 1). 2. Propiedades de la integral (L). — Mientras no se ad- vierta lo contrario nos referiremos a funciones reales cuales- quiera, medibles (L), acotadas o no, definidas en un conjunto medible (X), de medida finita o infinita, acotado o no. Tror. 1. En cualquier conjunto de medida nula, toda fun- cién medible es integrable (1) con integral de ralor nulo. Pues en § 95-1, def. 1, es u(y)=0 (§ 94-8, M:). Teor. 2. La funcién caracteristica gx(7) (8 94-1, def. 1) de un conjunto medible X tiene por integral (L) en todo con- junto A(2)X: [95-8] (L) f gx(e)ax = |X]. Pues aplicada al primer miembro de [95-8] la defini [95-1] resulta u(y)=0 si y>1, u(y)=|X| si0 0, la funcién de medida y.(y) de ef (§ 95-1 def. 1) en X*, se relaciona a la p(y) de f mediante p.(y)= = p(y/c), de donde, por [95-1] es Set de os Spend i Sword Es +0 =¢ i u(y)dy = ¢ ( (a) ae. ° xX Analogamente para X- y para el caso c <0. TEOR. 4. (MONOTONIA). — Si f(x) es medible y esté com- prendida en X entre las funciones integrables g(a) y G(x), es decir: g(x) < f(x) < G(x) para todo x de X, es f(x) in- tegrable y se verifica fg< Sf 0, las respectivas funciones de medida (§ 95-1, def. 1) son m(y)0, se verifica: [95-10] k f(a) de < St@ olde < K J o(a)de , si existen ambas integrales. Luego la integral del producto £(x) p(x) es igual a la de p(x) por un factor intermedio en- trek y K. En particular, si p(z)=1, resulta Coro. Si la funcién integrable f(a) esta*comprendida en- tre las cotas k y K, su integral en X de medida finita, esté acotada entre k|X| y K|X|. Otra consecuencia inmediata de § 95-1, teor. 1, es ésta: TEoR. 6. Si f(x) es medible y en valor absoluto se con- serva inferior a una funcién integrable G(x) > 0 sobre un con- junto medible X, también f es integrable, y se verifica: [95-11] f £2) de < S| #(@) [ae < Sf G(@ae. Recuérdense las notas 3 y 4 de § 95-1. La propiedad evidente para las funciones acotadas, de tener valor arbitrariamente pequefio su integral (R, o bien L) sobre conjunto de medida suficientemente pequefia, y que en la inte- gral (R-C) de funcién no acotada es consecuencia de la defi- nicién como limite, tiene en la integral (L) este alcance més general: § 95 -2 INTEGRAL DE LEBESGUE 37 Tror. 7. Si f(x) es integrable (L) en X, y es X, una su- cesién de conjuntos contenidos en X, tales que | X,|—> 0, tam- bién tienden a 0 las respectivas integrales sobre estos con- juntos. Basta demostrarlo para f(#)>0, y sea fx(x) la funciér truncada correspondiente a la cota K (§ 95-1, d). Por [95-6] y § 95-1, e, a todo nimero ¢ > 0 corresponde un K= K(e), tal que f fax —( fda 70 sea ff fede < KIXt| 7ro(e), como queriamos demostrar. Teor. 8. La integral (L) como funcién de su conjunto de definicién es infinitamente aditiva. Es decir: Si {(x) es inte- grable en X = =X, (suma finita o serie indefinida de X, dis- juntos dos a dos), la integral sobre X es la suma de las inte- grales sobre los X,. Dem. Si la suma es finita, la integral [95-1] tiene el inte- grando n(y)= =y,(y), luego se descompone en suma de inte- grales, de acuerdo con el enunciado. Si la descomposicién es infinita, siendo | X| finita, en la serie Z| X,|= |X| (§ 94-5, teor. 2), se toma una suma parcial &, suficientemente grande para que el resto sea < ¢, y entonces, de la descomposicién X = = %,X, + Xo, resulta ser la integral sobre Xo (que tiende a cero para m—> o segtin teor. 7) la diferencia entre la inte- gral sobre X y la suma de las integrales sobre los X,, es decir la convergencia del enunciado. Si f(z) es integrable en el conjunto medible X de medida infinita, basta suponer f(a) > 0, y aplicando la descomposi- cién de § 95-1, nota 1, es decir X = X,~- X; = YX,, si se de- signa por X,f == X,;-X,, X,)= X;-X,, se tendra (§ 94-8, M2) para cada suma parcial 38 ‘XXIV. TEOR[A DE LA MEDIDA § 95 -2 3 Son Son S< . y como, al ser | X;| finita, por lo anterior es So-> xt? . en definitiva resultara: h-2S,°5-h, +2 L220 < r=1 n < +2 <2 , X, ranti 4X, que por la arbitrariedad de e(— 0), justifica la anulacién del primer miembro, como queriamos demostrar. Nora 1. Si es infinita |X| = +, podr& siempre descomponerse X en sumandos X, disjuntos de medida | X,| finita (§ 94-6, nota 5) y el teor. 8 asegura que la suma (convergente o no) de las integrales sobre los X, sera independiente de la descomposicién de X; entonces podra to- marse a dicha suma como generalizacién de la integral de LEBESGUE- VALLEE POouUSSIN para el caso donde también pueda ser |X |= +, ya ineluido también en § 95-1, definicién 1, que da un concepto coincidente con el de esta generalizacién (teor. 8). TEor. 9. Si es nula la integral de f(x)>0, es f(x)=0, salvo a lo sumo en un conjunto de medida nula. Pues sdlo siendo »(y)=0 para todo y > 0 puede ser nula la integral [95-1] de funcién decreciente. TEoR. 10. Si f(x) es integrable en un conjunto medible X, entonces tiene medida nula el conjunto de puntos de X donde f(a)=+ 0. Este es medible, como interseccién (§ 94-5, teor. 8) de to- dos los f(%)>k; y si su medida fuera m>0, la integral [95-1] en X*, de integrando p(y) >m para todo y, seria di- vergente (§ 80-2). Nora 2. Indicaremos que una propiedad se verifica con la posible excepcién de_un conjunto de medida nula de X, diciendo que se verifica en casi todo X (abreviadamente: c.t.X) 0 en casi todos los puntos de X; tal nomenclatura es traduccién de la original de LEBESGUE: presque par- tout (p.p.) que muchos autores emplean sin traducir. Asi, pues, la con- clusién del teor. 9 puede expresarse diciendo que f(x)= 0 en casi todo X, mientras que la del teor. 10 dirfa que f(z) es finita en casi todo X. DEF. Dos funciones f(x) y g(a) se dirdn casi iguales en X (0 equivalentes (L) en X) si se cumple f(x)=g(x) en ce. t. X. Tror. 11. Si f(a) es integrable en X y g(a) es casi igual § 95 -2 INTEGRAL DE LEBESGUE 39 a {(x) en X, entonces g(x) es integrable y su integral coin- cide con la de f. Pues, Namando Xp al conjunto de medida nula donde pue- dan dejar de ser iguales f(x) y g(x), X,¥ al conjunto donde f>y, X# aquel donde g > y, resulta medible (§ 94-5) XY= =X,.X#+(X — Xo). X, por ser el primer sumando de me- dida nula (§ 94-3, Mz, y § 94-4, teor. 3), siendo por tanto g(x) medible (§ 94-8, def. 1). Por otra parte, es (teor. ly 8): fifa = fide + fi fd = fede + + fee = Sex a por ser nulos los primeros sumandos de los miembros inter- medios y ser iguales los integrandos de los segundos sumandos. TEOR. 12. COMPARACION CON LA INTEGRAL (R). — Es in- tegrable (L) toda funcién acotada integrable (R) en un inter- valo finito I; y ambas integrales coinciden, Si f(z) es integrable (R), entonces es medible (L) (§ 94-8, teor. 8). Siendo medible y acotada f(a”) admite integral (L) (§ 95-1, teor. 2) en cada intervalo parcial I, de I, y con la notacién de § 82-1 (o de § 83-1), el valor de esta integral estard comprendida entre m,§, y M,, (teor. 5, corol.), lue- go, segtin teor. 8, la integral (L) en I esté comprendida entre las sumas inferior s y superior S de RIEMANN; por tanto (§ 7-6) dicho valor (L) coincide con el de la integral (R). EsEMpto 1, Un caso trivial de funcién integrable (L) y no (R) es la de Diricuter (§ 96-1, ejemplo 1; § 49-2, ejemplo). TEOR. 18. COMPARACION CON LA INTEGRAL (R-C). — E's in- tegrable (L) toda funcién medible definida en el espacio eucli- deo E,, cuya integral impropia (R-C) sea absolutamente con- vergente (§§ 80-8 y 87-2); y ambas integrales coinciden. Pues los dominios D,, supuestos en sucesién monétona (§ 87-1, c) que definen por paso al limite la integral (R-C) en [87-1] son medibles (§ 94-5, teor. 5, y § 94-4, teor. 2) y en ellos f(a) es medible (§ 94-8, teor. 8). Entonces, la inte- gral (R-C) tiene por valor la serie ~ = f(x)dx , n=1 YD,—D, cada uno de cuyos términos es integral (R) coincidente con la (LL) (teor. 12), y por ser la serie absolutamente conver- gente, sii suma representaré la integral (L) de f(x) en E, (nota 1). 40 XXIV. TEOR[A DE LA MEDIDA § 95 -2 Noras: 3. En cambio, una integral (R-C) s6lo condicionalmente con- vergente (§§ 80 y 87) no podré ser una integral (L) (§ 96-1, nota 4). 4, Como ocurre con la integral (R-C) absolutamente convergente, si fi(w) es integrable (L), no equivalente a una funcién acotada en’ X, existe siempre una funcién f:(x) integrable (L) en X, tal que el pro- ducto f,(x) .f2(z) no es integrable (L) en X. EJEMPLOS: 2. En § 95-1, ejemplos 2 y 8, se han visto los distintos modos de calcular una integral (R-C) absolutamente convergente por los métodos de CaucHy, [95-1] y de LeBESGUE- VALLEE PoussIN. 3. Sea en Ei: one ee ee tee een 10) = 0 5 ta) = (2 sen’ x) = 2x sent, — 7 sen 2 en #0, cuyo primer término es acotado e integrable (L) en todo in- tervalo finito, mientras que en el segundo término los valores z= =2/V2n—1 dan ordenadas que forman serie arménica divergente (§ 22-1, d), luego (§ 95-1, nota 4) al no serlo |f(z)|, tampoco f(z) es integrable en ningun intervalo finito que contenga 0 en su interior o en un extremo. En cambio, existe la integral (§ 80-3): @ . 2 n (Rc) f fde = lim fde = atsent—>. 0 «30 de Novas: 5. Comparando con los textos mds acreditados de otras len- guas, obsérvese la sencillez alcanzada en las demostraciones anteriores, atin en el caso mas general de funcién no acotada y conjunto de defini- cién medible cualquiera, a causa de poder utilizar las propiedades de la integral (R-C) de [95-1] para el estudio de la teoria de la integral de LEBESGUE. La definicién (§ 95-1, b) que ha permitido esta simplificacién, ha sido originariamente expuesta en J, Rey Pastor: Elementos de la Teoria de Funciones (3% ed, Ibero-Americana, Madrid-Buenos Aires, 1953; id. 19 ed., 1947), cuya exposicién hemos procurado afinar y completar aqui. 6. La propiedad de aditividad finita respecto del integrando de la integral (L) que con el tcor. 3 de distributividad, justifica la linealidad de la integral (L), es punto de delicada demostracién que parece opor- tuno hacer preceder por el estudio de las funciones escalonadas en En, por otra parte de gran interés intrinseco. 3. Funciones escalonadas en E,, y linealidad de la integral (L). — a) Obsérvese el parecido entre las sumas s y S de LEBESGUE y las s y S de RIEMANN;; la diferencia es: en éstas se fracciona el intervalo basico X en numero finito de inter- valos (ordenados por sus abscisas si el espacio es E;), y en la (L) se fracciona X en ntimero finito de conjuntos medibles, ordenados por sus alturas; y por eso quedan exclufdas las fun- ciones condicionalmente integrables, como también acontece en el método (R) para E,, (m>1)*. Hagamos ahora resaltar la * Este caricter absoluto de la integral sobre Ez, Fs, ..., no signifiea deficiencia del método (R); ca natural derivacién de na existir un ordenucién natural del espacio, Fi ln hay y eg soslnyada por el método (1); cl cunl ea lunustituible pacios, hast lox més alstractos, donde we puede orwanizar naw teorin de Ie medida (eomo hizo HAAN). § 95 -3 INTEGRAL DE LEBESGUE 41 esencia comtin de ambos métodos, mediante un concepto muy general, de frecuente uso en Anilisis: Der. 1. Funcién escalonada sobre el espacio E, es la que tiene valor constante y; en cada uno de los conjuntos medibles X; en que se fracciona E,, = 2X; (a lo més numerable). Si la funcién escalonada E(x) esta definida solamente en X(S)E,, puede completarse su definicién, atribuyéndole valor 0 en el conjunto complementario. Der. 2. La funcién escalonada E(x) se dird finita, cuan- do es finito el nimero de sus valores o escalones yi, es decir, cuando el fraccionamiento de E,, es finito. La escalonada finita mas sencilla sobre X es la funcién caracter{stica de X (§ 94-1, def. 1). Der. 8. La funcién escalonada E(x) se dird infinita, cuan- do es infinito numerable el nimero de sus valores y;, es decir, cuando la particién de E,, es infinita numerable. Bien sea directamente de la definicién de § 95-1 de inte- gral, o de su interpretacién geométrica,,como medida del con- junto de ordenadas, resulta inmediatamente: Teor. 1. La integral de ta funcién escalonada de bases X; y valores y; es la suma de productos de éstos por las corres- pondientes | X;|, es decir: [95-12] SB@) de = f Btsjde = Sy. [Ki], debiendo ser absolutamente convergente esta serie, en el caso de funcién escalonada infinita, para que ésta sea integrable. En el caso mas simple de escalonada finita se tiene el teor. 2 de § 95-2. Todo teorema sobre la integral da otro sobre la medida de conjuntos. Dos funciones escalonadas 7’ = E’(x), y” = E”(x) sobre las particiones E, =X y E, = 2X)”, definen otra escalonada sobre la particién producto E,, = =X;; donde es Xi; = Xi’- Xj", si la funcién toma en cada Xj; el valor y;’+ y;”, siendo, por tanto: fEw® + EY (a) }de = Z(yi’ +y,”)| Xi | = = f E(a)dx + [EP (a) de : es decir: TEOR. 2. La suma de escalonadas, en nimero finito, es wna escalonada cuya integral es la suma de las integrales de aquéllas. b) Linealidad de la integral. — Vimos (§ 94-8, teor. 4, ¢) que si f(x) y f(a) son medibles, también lo es f’(x)-+ f” (a). Veamos ahora su integrabilidad. 42 XXIV. TEOR[A DE LA MEDIDA § 95 -3 Nos apoyaremos en la propiedad aditiva de las escalonadas; concepto jntroducido precisamente para facilitar esta demostracién, pero que tiene interés en otras cuestiones, sobre la cual basan entre otros VITALI y SANSONE (citado en Cap. IX, nota VIII, 3), HALMos o MUNROE (citados en nota IV-4) toda la teoria de integracién. Si las funciones f’(x) y £"(x) acotadas en X de medida finita, es- tén comprendidas entre escalonadas de valores y, (§ 95-1, d): e'(x) < f'(%) < E’(x), de donde Yynbi < Sf f(x)de < syd , e"(2) < f(x) < E(x), » Byabs < St" (z)de < Vy; 5 que dan acotaciones de las integrales sumandos difiriendo en menos ce £, para integrar la acotacién suma: e'(x) +e” (a) < f(a) + f(z) < Ez) + E'(x) , formaremos la particién producto, Ilamando X, = X.j = X.7X,, es decir, ordenaremos los conjuntos intersecciones, y la integral de la suma esta definida por las acotaciones: Lyra $year) Be < SLE (a) + F(x) de < & (y's + yr) br, que al diferir en menos de 2e, prueban (§ 95-1, d) que Ja integral (L) de la suma coincide con la suma de las dos integrales. Si las funciones sumandos f'(«) y ”(z) no estén acotadas, pero son integrables en X medible de medida finita, demostremos primero la aditividad en el conjunto X* donde a la vez es f’>0 y f”>0. Si es S(x) = f(x) +£"(x), consideremos las funciones truncadas (§ 95-1 d): Sx(a) < f'x(a) + f'«(z) < Sax(x) , y por el caso de acotacién: Ji Sede < Ji teas + f que para K+ 0%, demuestra por [95-6] la aditividad en X*. En el conjunto donde f>'0 y £”’<0, se considera por una parte el subcon- junto donde S=f+i">0 y se aplica el caso apterior para f’= =S+(—4”), y por otra parte el subconjunto donde S<0, poniendo =f +4(CS). Andlogamente se tratan los casos f’<0 y 2” >0 6 y f’<0. Si X es de medida infinita, se descompone en con- juntos sumandos de medida finita y en definitiva por aplicacion de § 95-2, teor. 8 (nota 1), queda demostrada la propiedad aditiva respecto del in- tegrando, que se extiende inductivamente (§ 2-2) a cualquier numero fi- nito de sumandos, dando: f'xds < f Sxcda , ks TrEor. 8. La suma de funciones integrables, en nimero fi- nito, es también integrable, y su integral es la suma de las in- tegrales de los sumandos. El caso de infinitos sumandos (serie convergente) se tra- tard en § 95-4. Del teor. 3 y de la distributividad vista en teor. 3 de § 95-2, resulta la linealidad de la integral, expre- sada asi: [95-13] { Se,t(x)de =e, f f,(x)dz. Js Js § 95 -4 INTEGRAL DE LEBESGUE 43 4, Teoremas de convergencia. — He aqui el punto culminan- te de la teoria de LEBESGUE, porque permite la permutacién del signo de integral con el limite (cfr. §§ 94-1 y 85-1), sin mas restriccién que la acotacién uniforme del integrando entre dos funciones integrables, o bien la acotacién del médulo respecto de una funcién integrable. La unifornidad de la acotacién con que LEBESGUE sustituye la uniformidad de la convergencia (§ 85-1), se transforma en esta misma atenuada mediante la exclusién de un conjunto de medida arbitrariamente pequefia; y esta parte de la demostra- cién, desglosada por su utilidad para otras cuestiones, consti- tuye esta proposicién: TEOR. 1, (LEMA DE EcoroFF). Si una sucesién de funcio- nes medibles f,(%) converge hacia un limite finito f(x) en casi todo un conjunto X (§ 95-2, nota 2) de medida finita, enton- ces existe en X un subconjunto Xs de medida menor que un nimero prefijado arbitrario 8 > 0 tal que en X—X5 es uni- forme la convergencia de f, hacia f. Dem. Si f,(z)—> f(), medible (§ 94-8, teor. 7) en X — Xo con | Xo | = 0, sera medible (§ 94-8, teor. 4) la funcién &n(%) = | £(%)— fax) | > — 0 para de X—X,. Por definicién de conver- gencia ordinaria, para s ntimero natural cualquie- ra, es £,(%) < I/s si n> r(u,s). Agrupemos en el conjunto medible (§ 94-8, teor. 1) X3(S)X— — Xp» los puntos x donde se verifiquen las anterio- res desigualdades para sy r numeros naturales dados. Como evidentemente es (fig. 324) Xi(S) X(S) ... (S) XS , siendo X — Xp la unién de todos los x! . ‘Cs fijo, r=1,2,...), sera (§ 94-5, teor. 2) lim| X,*|=|X—Xo| para ro, y por tanto existe 7 s) tal que |(X—Xo)— Xx) | < 5/28, Sobre la interseccién medible (§ 94-5, teor. 3) de todos los Xa Para § =1,2,38,..., es gn(x) < 1/s, si n>r(s) cual- quicra que sea el punto x tomado en dicha interseccién, es de- cir, en ella la convergencia es uniforme y su complemento x, aN tiene por medida 44 XXIV. THOR{A DE LA MEDIDA § 95 -4 [X3!= |X — Xu |=|(K—Xe) — Kw | = = | Us. [((X—Xo) —Xw] | < 2, | (K—Xo) —X ey | < B,8/2" = 5 , como queriamos demostrar. Noras: 1, El lema falla para funciones no medibles (§ 94-7) o para X de medida infinita. 2. En este lema se hace referencia a cuatro tipos de convergencia. Ellos son: la convergencia ordinaria o puntual g,(z)—>0 en X—Xy, la convergencia puntual g.(z)—>0 en c.t.X (al_ser |X.|=0, § 95-2, nota 2), la convergencia uniforme ga(z)—>0 en X—X5, y la que po- demos Yamar (WEYL) convergencia esencialmente uniforme ga(x)—> 0 en X (al ser Xs de medida 8 > 0 arbitrariamente pequefia). En casi todos los textos a este tiltimo tipo de convergencia, se le llama menos acertadamente “convergencia casi uniforme en X” que puede confundirse ea gconvergencia uniforme en c.t.X (es decir, uniforme en X— Xo con Con esta nomenclatura, el lema de Ecororr dice que la convergencia puntual de las funciones medibles f.(%)—> f(x) en c.t.X de medida fi- nita, implica la convergencia esencialmente uniforme en X. Se usan las abreviaturas: ga(z)—> 0 con [erpeenrx = 00] 2 [enpen ctx), 7 [crus enpic = ite 4] [e.e.u. en X]. TEOR. 2. (LEBESGUE). Si en una familia de funciones me- dibles, acotadas entre dos funciones integrables g(x) y G(x) sobre un conjunto X de medida finita o infinita y, por tanto (§ 95-2, teor. 4), integrables en X, se verifica f,(x)—> f(z), es también J fa(w) de > Sf@as. DEM. Para probar la convergencia del resto hacia 0, su- puesto X de medida finita, haremos la descomposicién del lema: Sf Uae) — f(e)lde = fF Lte(2) — £2) lee + x X-Xg + S, sa tayae _ S,fee El sumando 19, en virtud del lema, tiene valor absoluto <« desde un 1; el 2? y el 3°, por § 95-2, teor. 4, estan acotados entre las integrales de g y G sobre el conjunto X35, cuya me- dida puede hacerse tender a 0; luego, por 95-2, teor. 7, desde un 8 en adelante, son menores que ce. Siendo, pues, el resto < 8e desde mo, resulta la convergencia del enunciado. Si X es de medida infinita, siendo | G(x)| y | g(«)| inte- yrables en X ($ 95-1, teor. 1), dado e > 0 arbitrario, se po- § 95 -4 INTEGRAL DE LEBESGUE 45 dra descomponer X = X,-+X; de modo que el conjunto me- dible X, sea de medida finita y en X; medible valga L.UG(@)| + lela))de < e (§ 95-1, nota 1). Entonces, para todo n ser4 también: [Jf tc) _ (a) Ida < < ffl + ifper <2 {UG + lepar <2 , aplicdndose para X, de medida finita el razonamiento ya ex- puesto. Nota 3. Como corolario de teor. 2 resulta de nuevo la aditividad res- peecto del conjunto basico (§ 95-2, teor. 8). En efecto, suponiendo, en Virtud de [95-2] f(x) > 0, las funciones f,(z) —f(x) en X, y nulas en el complemento, todas las sumas parciales de Xf, =f, estan compren- didas entre f, y £; luego son integrables, segin § 95-2, teor. 4, y por teor. 2, se verifica: =sfeasfie x x, Teor. 8. (FATOU). Si f,(x)>0 son medibles en X medi- ble, donde f(x) es también medible, cumpliendo 0 < f(z) < lim £,(x) en casi todo X, entonces es = [95-14] Sf f(eae < lim ff (x)de , en el sentido de que si el segundo miembro es finito, entonces f(x) es finito en casi todo X e integrable, mientras que si f(x) no es integrable en X, entonces es [95-15] lim St (x)dx = + ow. cee Dem. Supuesta j X| finita, basta utilizar las respectivas funciones truncadas (§ 95-1, d) cumpliendo: he Entonecs, para todo a es 0 < ya(x) = ne (fm) « <(fn)x < K, por lo man que y, ser integrable campliendo time yadee fx (a), por lo que podemos aplicar teor. 2 con £50 y GSK. dando f fee de +. Si f(z)= 4 en un conjunto X: de medida positiva |X: | > 0, entonces fede > K.| Xi} x y se obtiene [95-15]. Si |K|=+© y f(x) no es integrable en X, se obtiene [95-15]. En efecto, si fuese lim { fa(se) de non x finite, descomponiendo X en una suma numerable de conjuntos medibles disjuntos X, de medida finita (§ 95-2, nota 1), por el caso anterior exis- tira y sera Sofie < lim Spt , cc y por tanto para cada suma parcial (§ 21, ejercicio 12) resultar4: xf fde 0. La acotacién de FaTou es muy ttil en diversas cuestiones de Andlisis cuando por no disponerse de la acotacién uniforme (teor. 2) no puede asegurarse la convergencia de las integrales, Tror. 4. (BEPPO LEVI). Sea f(x) el limite finito o infinito de la sucesién creciente 0 < fi(z) < f(t) C ... SEA) < de funciones medibles no negativas en un conjunto medible X. Entonces es: [95-16] lim Site (a)dx = JS @erae na en cl sentido: 1°) Si el primer miembro es finito, entonces f(x) es finito ene. t. X (§ 95-2, nota 2) y es integrable, enmpliendo [95-16]. 29) Si f(r) es integrable, el primer mienbro de [95-16] es convergente yw se cuinple la igualdad, § 95 -4 INTEGRAL DE LEBESGUE 47 8°) Si el primer miembro de [95-16] es infinito, f(x) no es integrable y reciprocamente. Dem. Si el primer miembro de [95-16] es finito, entonces por el teor. 3 de FaTou es f(x) integrable, y por el teor. 2 de LEBESGUE quedan demostrados los casos 19 (§ 95-2, teor. 10) y 2%. De estos dos, se deduce por exclusién el caso 3°. Coro- lario inmediato es: Teor. 5. Si u,(x)>0 es medible para todo n y punto x perteneciente a un conjunto medible X, entonces es [95-17] S [ 2 ate | dx = 3 f ua(z)de ; st uno de los dos miembros existe. En particular, la convergen- cia del segundo miembro implica la convergencia de la serie Zu,(a) ene. t. X. Notas: 4. Obséryese la extraordinaria simplicidad del paso al limite bajo el signo integral obtenido en los teor. 4 y 5 para la integral de LEBESGUE y comparese con las limitacioncs requeridas en la integral de RIEMANN eé ilustradas en el ejemplo de § 85-1, nota 2. 5. El teorema 4 fué enunciado y demostrado por B. Lev (1906) an- tes que H. LEBESGUE (1910) dedujera el teor. 2 y en otras exposiciones (tal la excelente de F, Riesz y B. S. NaGy, ver nota IV, 4) el de LeBEs- GUE se deduce del de B. Levi, siendo ambos en realidad equivalentes. EspmPLos: 1. Sea en (0,1) de E; la sucesién de funciones acotadas (no uniformemente acotadas en su conjunto) : fn(a) = na™™* , (n= 1,2,3, con lim f,(2)= £(x) Entonces, sera: 1 1 1 o= {tar = f (lim f,)dz < lim finds = 1 7 0 0 nw nn Jo que no cumple los teor, 2 (LEBESGUE) y 4 (BEPFO Levi), pero si el 3 (Fatou). 2. Sea en (0,1) de E, la sucesién de funciones f(x) = na? —(n+1)2" , (n=1,2,3,...) dando (§ 37-4): S(z) = z bo = = im, Sa(z) = ume (1—(@4+ ae] =1 y resulta para n>, hells ( dim, S.) de ={"C3 cs fds > g wa = lim P'sede = 0, non que no cumple el teor. 2 oo, pero tampoco el 3 (FaTou), pues las S.() eambian de signo en (0,1). 3. Sca en E; la sucesién decreciente de funciones medibles, no nega- tales que f,(z)=1 si «>n y nulas en 0 esté uniformemente acotada en el conjunto medible X por una funcién integrable y ademas f,(2)—> 0 enc. t. X, entonces it f, de > 0. El reciproco no es cierto (cfr. ejemplo 4), a pesar de § 95-2, teor. 9; tal se muestra en el ejemp!o siguiente: EseMpto 4, Si dividimos el intervalo [0,1] ce Ey, en 2, 3, 4, ... partes iguales y consideramos la sucesién de funciones caracteristicas (§ 94-1, def. 1) ,(x) de los intervalos I,=[0,1/2], Ie=[1/2,1], L=[0, 1/3], b= (1/3, 2/3], |. = (2/3, 1], = [0, 1/4], °., sera Sefide = lI} > 0 y en ningtim punto de [0,1] tiende a cero f,(z) para n> 2. Nora 6. Ademis de los tipos de convergencia examinados en la nota 2, puede considerarse también la conrergencia en medida: Se diré que la sucesion f.(ic) tiende en medida a f(z) sobre X si para cada e>0 fijo, tiende a cero con 1/n la medida pa(e) del con- junto de puntos x de X donde | £(«)—f,(x)| >. En el ejemplo 4, si bien los f.(#) no tienden a cero en ningin punto de [0,1], en cambio convergen cn medida a cero sobre [0,1]. En general, se tiene: Tror. 6. Si £,(%)>0 forman una sucesion de funciones integrables sobre un conjunto X medible, tal que [inde >o , wx entonces la sucesién f,(x) tiende en medida a cero sobre X. Pues si para ¢>0 fijo, es X. el conjunto donde f,(z) >e, sera e| Xl < Sx, fn dx < fx f,dx — 0, con 1/n, y por tanto | X,| > 0, como queriamos demostrar. Nora 7. En Cap. XXV, nota III, examinaremos otro tipo de con- vergencia, llamado convergencia en media, que origina uno de los mas im- portautes resultados de la teoria de integracién de LEBESGUE. Teor. 7. Sif,(x)> 0 forman una sucesién de funciones in- tegrables sobre un conjunto X medible, tal que f f,dz > 0 , wx § 95 -4 INTEGRAL DE LEBESGUE 49 entonces existe wna sucesion parcial de f, (x) que tiende a cero enc.t. X para n,—> 0. Pues por el teor. 6, para cualquier k natural y todo 8 > 0, existe m: tal que sim > az, es W,(1/2') < 6/2, sieudo pw, (1/2") la medida del conjun- to contenido en X donde f.(x)> 1/2. Si se toma m= my = = max[m + 1, m2], m= max[n. +1, mJ, ete, y es Xs el conjunto conte- nido en X donde £,,(x) > 1/2*, seré | Xi} <6/2*. Para todo > 0, existe s tal que 1/2" < «, y entonces, si x > 8, serd 0 < fn (%) < 1/2" s, ¥ con mayor razén en la interseccién de todos los conjuntos X — Xs la medida de la unién de los X menor o igual que + |X] < 38/2" <8, es decir, la convergencia fn,(%)— 0 es esencialmente uniforme en X (nota 2). Esto, por el lema de Ecororr (teor. 1), implica que f, > 0 enc. t. X, pues si existiese un X, con medida exterior |X, | > © > 0, tal que en sus puntos no tendiese f. a cero, tomando 6 < , para cualquier Xs de medida |Xg |<, no podria haber convergencia uniforme de f, (x) a cero en X—X, , que forzosamente contendria puntos de X, Nora 8. Obsérvese que si f.,-1(sr) coincide con la funcién earaeteristi- ea de [0,4] y f(x) con la funcién cavacteristica de [4,1], a pesar de ser lim, £,(«¢) = 0 en [0,1], no existe sucesién parcial f. (2) que ticnda a ce- vo ene. t. [0,1]. . TEoR. 8, (COMPARACION DE LA INTEGRAL (L) CON LAS IN- TEGRALES SUPERIOR E INFERIOR DE DARBOUX). — Sea una fun- cién f(«) medible y acotada cualquiera, definida en un inter- valo finito I del espacio euclideo E,, y f(x) = lim [extr sup f(£)]_ , £(x) = lim [extr inf f(é)] AO Q(x, md h—90 | FeQUx,h) las funciones superior e inferior (§ 82-5, def.) de f(x), donde Q(a,h) es un entorno cibico cerrado de centro x y lado h. Entonces, las funciones £(x) y f(x) son integrables (L) y sus integrales son respectivamente iguales a las integrales superior e inferior de DARBOUX: (L) ( F(x) ax = f L(ayax | 3 (da)| { £(a)ae = f t(wyae. “a i “ a1 Dada una particién (§ 83-2) de I en cubos Q, sean m, y M, los ex- tremos de f(z) en Q,, formando las funciones escalonadas finitas (§ 95-3) (x) y E(x) que tomau respectivamente los valores constantes m, y My on cl interior de cada Q-. Si tomamos una sucesién numerable de par- liciones cada vez mis finas, con norma que tienda a cero, la frontera de los Q, pura cada particién es de medida m-dimensional nula y lo mismo veurriré para la unién numerable de todas las fronteras de los Q, corres- poudientes al conjunto numerable de particiones, por lo que las funciones inferior y superior f(r) y f(r) serdn respectivamente los limites me- 50 XXIV. TEOR[A DE LA MEDIDA § 95 -4 dibles (§ 94-8) de las escalonadas e(2) y E(x) en c.t.I. Por el teor. 2 de convergencia acotada (LEBESGUE) existirdn y sera wf f(x)de = lim af e(x)dx = lim(3,m,| Q, |) = f steyae, a fi F(x) dx = lim 1) f Bterae = lim(s, M, | Q, |) = f ttey0e. Nora 8. En particular, restando las dos anteriores, la condicién ne- cesaria y suficiente para que las integrales de DaRBoux sean iguales, es decir, para que f(x) sea integrable (R) (§ 83-1), es que sea a f (E() — f(a))de = 0 , I es decir, (§ 95-2, teor. 9) que en c.t.1 sea F(x)=£(x) condicién que es equivalente a la continuidad de f(«), volviendo a encontrar la condicién 8% de § 82-3 y el teor, 12 de § 95-2. 5. Continuidad absoluta y funcién integral (L). — a) Aun cuando muchos resultados son ciertos en E,, como en éste es complicada la teoria de la derivacién, vamos a considerar sélo el caso mas sencillo de integral (L) definida en la recta real Ey. Si como en el caso de integral (R) (§ 50) Mamamos fun- cién integral F(x) a la integral (L) de f(x) en (a,2) con- tenido en (a,b), donde suponemos que f(x) es integrable (L), el teorema 7 de § 95-2 prueba inmediatamente que F(x) es una funcién continua, como en el caso de integral (R). Si ahora nos proponemos estudiar la existencia de la derivada F’(xz) de la funcién integral (L) y su relacién con el inte- grando f(x), sera conveniente anteponer el siguiente resultado, uno de los mas sorprendentes e importantes de la teoria de funciones de variable real: Teor. 1. (LEBESGUE). Toda funcién monétona continua f(x) admite derivada finita y determinada en-casi todo punto a de su intervalo de definicién (§ 95-2, nota 2). Dem. (F, Riesz). Apoyaremos la demostracién en el siguiente lema de Rigsz: Sea g(x) una funcién continua en el intervalo [a,b] y sea C el conjunto de puntos 2 interiores a este intervalo tales que exista un punto € > donde g(£)> g(x). Entonces el conjunto C es o bien vacio, o bien abierto, suma de un nimero finito o una infinidad numerable (§ 94-2) de intervalos abiertos disjuntos (a.,b.), siendo para todos estos intervalos g(a.) < g(b:). El conjunto C es abierto, porque si w¢C, es decir existe ¢> io tal que g(§)>g(20), por la continuidad de g(x), las relaciones Sx con g()> g(x), contintan siendo validas en un entorno de a (§ 26-1). Sea ahora (a,, 6.) uno cualquiera de los intervalos abiertos que componen C, a cuyo conjunto no pertenecerd b;. Vamos a probar que si xe(ai,b.), entonces g(x) g(b.), como C contiene x y no b, existira un ge(«,b,) tal que g(f)> g(x) >e(bi), y el maximo absoluto (§ 26-5) de la funcién continua g(x) en [x,b.] se daria en un punto de (#,0,) eC, sin que pudiese cumplir la condicién que caracte- riza los puntos de C, Haciendo x a., por continuidad resultara tam- bién g(a.) © eb.) y el lema queda demostrado, Para fijar lax ideas supongamos que f(r) sea continua y creciente § 95 -5 INTEGRAL DE LEBESGUE 51 (en sentido amplio) en a < «K. Esta relacién implica la existencia de un {> 2, tal que [f(t)—f(x)]/(§—a)>K, es decir, g(§)> g(x) para g(a) = = f(x)— Kw. Por el lema, el conjunto Cx esta contenido en un conjunto de intervalos abiertos (a, b,) donde £(b,)— Kb; > £(a,)— Ka, es decir, su- mando queda: [95-18] Kx. (bs — a) < Suf(b)—£(a)] < £(b)— f(a). Para K arbitrariamente grande, deberA ser 3, (b,—a,) tan pequefia como se quiera, lo que muestra que el conjunto C, donde D’= += es de medida nula (§ 82-2), quedando probada la relacién 1%, Vamos a ver ahora que dados arbitrariamente los numeros positivos kK y D-k(§—z), es decir gi(—f) > >ex(—x) para gilz)=f(—x)-+ke, y aplicando el lema como antes, fos puntos donde D- gi(—d,), es decir Muff (bs)— f(as)] < keds (bs — ay). Si ahora en cada (a, b,) consideramos la funcién g(x) = f(«)— Ke, tendremos por el lema un sistema de intervalos (aj,b).) al que serd aplicable [95-18], de modo que: KY, (by, — ay.) < Yil£(O.)— £(ays)] < £(0,) — f(a) y sumando respecto de j, quedaré Ks: < kn, donde Ba SSS (Guan) 4 = My (bj, estando en el sistema ¥; los puntos donde a la vez sea D'>K y D- 0 para nao , y como los puntos en donde simuitaneamente es D*>K y D. D., pues en este caso siempre es posible encontrar (§ 7-6, c) un par de nu- meros racionales positivos k y K tales que sea D*>K>k>D., que- dari demostrada también la relacion 2* y por tanto el teorema 1 de Lanes Gu, tomo toda funcién es de variacién acotada cuando y sélo cuando 52 ‘XXIV. TEOR[A DE LA MEDIDA § 95 -5 puede expresarse como diferencia de dos funciones crecientes (§ 55-9, d), un inmediato corolario del teor. 1 es: TEoR. 2. (LEBESGUE). Toda funcién de variacién acotada admite de- rivada finite en casi todo punto. Nota 1. Tanto el teorema 1 como el lema de Riksz se extienden fa- cilmente a funciones con sdlo puntos de discontinuidad de primera espe- cie (§ 25-4, b) (hdgase), por lo que se puede prescindir en el enunciado del teorema 2 de la hipdtesis de la continuidad. Por otra parte, el con- junto de puntos de discontinuidad de una funcién de variacién acotada es numerable (§ 94-2, a, nota 1) y por tanto de medida nula (§ 94-5, teor. 2). b) Basdndonos en las descomposiciones [95-2] y [95-3] no es diffcil probar que la funcién integral F(x) es de variacién acotada y que su variacién total (§ 55-9) viene dada por: [95-19] VF (2) = f°) £(0)| de. Pero la funcién integral es algo mas que continua y de va- riacién acotada. En efecto, cualesquiera que sean los intervalos (ai, bi), (4=1,2,8,...) no rampantes, de longitud total h, cuyo conjunto suma Ilamaremos X,, los correspondientes in- crementos de F(z) son b = F(b) —F(a) = f f(@)de luego d, Zlasl| <= f |t@)| de = f \t(@)| ae 0 existe un h > 0, tal que para toda fa- milia finita de intervalos h; no rampantes de longitud total xh; < h sea la correspondiente suma absoluta de incrementos Zl Ai| 0, y un h>0 correspondiente a la definicion de continuidad absoluta, descompongamos el intervalo (a,6) en subintervalos cuales- auiera, cada uno de longitud < 3h. En la correspondiente 3 | A; |, habré a lo mds m grupos de sumandos, con m< 2 tales que la longitud total de los subintervalos respectivos sea 0 arbitrario, puede cubrirse C por un sistema de intervalos no rampantes de longitud total 0 arbitra- riamente pequefio, se podra hacer corresponder a cada punto # de E un £>« tal que F(t)—P(2) 0, es G(x) también creciente y entonces H’(z)=0 en c, t. a. A una funcién de esta clase se le llama funcién singular (tal la fun- cién de CANTOR; Cap. IX, nota VI, 6), y por tanto: Txor. 5. Toda funcién monétona continua F(x) puede descomponerse en suma de dos funciones mondtonas continuas G(x) y H(x), siendo G(<) absolutamente continua y H(x) singular, es decir, tal que H’(x)=0 para c. t. 2. Si F(z) monétona, no es continua, se le debe afiadir una funcién de saltos que da la suma numerable (§' 94-2, a, nota 1) de éstos en los puntos de discontinuidad (que son de 1% especie, § 25-4) de la funcion monétona, Nora 4. El teorema 3 fué generalizado por J. RADON a un espacio euclideo cualquiera E., demostrando finalmente' 0. Nrxopym su_validez en espacios abstractos para una funcién medible infinitamente aditi un conjunto medible suma, a lo mis, de una infinidad uumerable de juntos de medida finita.

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