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COLEGIO DARWIN

CAMPUS GUELATAO.

PEDAGOGÍA

“LA FUNCIÓN SOCIAL DE LA EDUCACIÓN”.

ANTROPOLOGÍA DE LA EDUCACIÓN.

2° “Gpo. 2”.

PRESENTA:
MAYRA ALEJANDRA ALMAZÁN GAMA.

PROFESOR:
DAVID ANTÚNEZ GARCÍA.

Cuernavaca, MOR., OCTUBRE DE 2017.


Índice.
1. Introducción………………………………………………………………………2
2. Desarrollo………………………………………………………………………….2
2.1. Desafíos de la educación…………………………………………………..3
3. Conclusiones……………………………………………………………………..5
Bibliografía

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1. Introducción.
La educación se ha vuelto una ciencia pues ha definido su objeto de estudio con
un campo de acción específico, con métodos, leyes y regularidades que la
caracterizan y un aparato conceptual y categorial que sustenta la teoría, en el
marco de las Ciencias de la Educación en la que constituye su núcleo.

La pedagogía tiene como objeto el estudio de las leyes de la educación del


hombre en la sociedad, concentra su atención en el estudio de la educación como
el proceso en su conjunto, organizado, como la actividad de los pedagogos y
educandos, de los que enseñan y los que aprenden, estudia los fines, el
contenido, los medios y métodos de la actividad educativa y el carácter de los
cambios que sufre el hombre en el curso de la educación.

La antropología de la educación permite relacionar el estudio de los métodos de


educación y su influencia en el comportamiento humano para mejorar las técnicas
de enseñanza y poder crear individuos educados y contribuyentes con el bien de
la sociedad.

2. Desarrollo.
La educación es el núcleo de las relaciones entre costumbres y cambios de una
sociedad, por lo cual es simultáneamente la más conservadora de las actividades,
al pretender preservar el pasado, y la más transformadora, porque en su misión
orienta los desarrollos futuros de la condición humana.

En las sociedades modernas, gran parte de la responsabilidad de la existencia de


la sociedad se le asigna a la educación, ya que su función social está muy
relacionada con la articulación respecto a un pasado histórico cultural y a un futuro
que se quiere construir.

Así, «por un lado siempre estamos volcados hacia los saberes, experiencias y
costumbres que se intenta transmitir a las nuevas generaciones; a la vez, la
educación prepara a niños y jóvenes para un futuro, de acuerdo con lo que la
sociedad aspira en la construcción de sus propios sueños» . (Cristian; 1998)

Es probable que uno de los desafíos más importantes es cómo formar a niños y
jóvenes para anteponerse al futuro, porque el final del siglo XX y el comienzo de
este nuevo siglo están asociados a tantos cambios, que estamos viendo y viviendo
una nueva forma de construcción social y nuevas demandas a la condición
humana.

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Erick Hobsbawn, afirmo que vivimos en una época de grandes transformaciones
como nunca antes en la historia de la vida humana, y señala cuatro grandes
cambios que han afectado drásticamente a la educación:

1. El primero está referido al increíble proceso de urbanización mundial.

2. Un segundo gran cambio citado por Hobsbawn es la creación sin


precedentes de intelectuales como fenómeno demográfico masivo.

3. Un tercer gran cambio que ha afectado profundamente la educación es


la posición de las mujeres.

4. Transformación del hábitat humano se ha hecho a una velocidad


nunca vista en la historia.

Estas consideraciones muestran claramente que las sociedades humanas y las


relaciones de personas dentro de ellas, están pasando por un terremoto
económico/tecnológico y social que afecta la vida de todos y la educación.

2.1. Desafíos de la educación.


La «Conferencia Mundial de Ciencia» muestra que en América Latina se ha
descuidado la formación de maestros en áreas claves para el desarrollo científico.
Esta conferencia señala que si América Latina quiere hacer ciencia, la base de los
currículos en primaria y bachillerato debería ser la formación coherente en
ciencias físicas y naturales con las ciencias sociales y las humanidades.

Se necesita, por lo tanto, cambiar el paradigma del conocimiento. Este cambio


tiene implicaciones educativas que nos exigen el desarrollo de nuevas
capacidades y, a la vez, una reconceptualización y reorganización profunda de
nuestro quehacer.

La pedagogía debe aprender a beneficiarse de todos los avances tecnológicos y


responder a lo que hoy sabemos sobre los procesos cognitivos humanos, de
manera que se permita a los estudiantes recrear conocimientos, acercándolos
cada vez más a los desarrollos tecnológicos.

No existe desarrollo que valga la pena sin un orden moral que cohesione el orden
colectivo y les dé un sentido a los actores individuales. La educación debe hacer

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un aporte importante para el reconocimiento de los derechos de todos los seres
humanos, tratando de desarrollar un conjunto de fundamentos morales de alcance
mundial.

Los niños y adolescentes heredan una serie de tensiones: la tensión entre lo


mundial y lo local; lo universal y lo singular; la tradición y la modernidad; el largo y
el corto plazo; la competencia y la igualdad de oportunidades; el desarrollo de
conocimientos y la capacidad humana de asimilarlos; lo espiritual y lo material.

Por lo cual existen cuatro aprendizajes fundamentales para que una educación
pueda cumplir el conjunto de funciones que le demanda el milenio:

Aprender a conocer.
Es indispensable tratar de combinar una cultura general suficientemente amplia
con la posibilidad permanente de profundizar conocimientos en un reducido
número de materias. Esa cultura general sigue siendo lo más importante en el
hecho educativo, pues contribuye como pasaporte para una educación
permanente, sentando las bases y dando alicientes para aprovechar las
posibilidades y desarrollar las distintas expresiones que ofrece la educación a lo
largo de la vida.

Aprender a hacer.
Son las competencias que permitan hacer frente a nuevas situaciones y que
propicien trabajar en equipo. Procurar que los estudiantes tengan la posibilidad de
evaluarse y de enriquecer en el marco de las distintas experiencias sociales o de
trabajo, en forma paralela a sus estudios. Esto justifica la importancia cada vez
mayor que debe darse a las diversas formas posibles de alternancia entre la
escuela y el trabajo.

Aprender a ser.
Este pilar tiene relación con la necesidad de construir democracias genuinas, con
ciudadanos conscientes y solidarios; una mayor responsabilidad personal en la
realización del destino colectivo. Se trata de explorar con la educación cada uno
de los talentos que tienen los niños, adolescentes y adultos del mundo, como la
memoria, el raciocinio, el sentido estético, las capacidades físicas, la facilidad para
comunicarse con los demás, el carisma personal, etc.

Aprender a vivir juntos.


Clave para la construcción de la paz y de un mundo tolerante. Será necesaria la
creación de nuevos sistemas educativos que desarrollen un mejor conocimiento

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de los demás, de su historia, de sus tradiciones y costumbres, de sus lenguas y de
su espiritualidad. Aprender a convivir alentará la realización de proyectos comunes
y una gestión pacífica e inteligente de los conflictos entre personas y países.

Los alumnos no existen fuera de los contextos sociales particulares, son seres
sociales. Es tarea de la educación asegurar personas bien educadas, y esto
implica que para que los valores de una sociedad se materialicen, para que se
reflejen en la conducta, para que orienten la vida de la gente, no sólo basta
compartirlos sino que, mediante la educación, se cree en los educandos, con una
conducta moral para que su vida se adhiera a valores culturalmente compartidos
de acuerdo con una convicción producto del razonamiento y del diálogo.

El conocimiento no es propiedad exclusiva de la educación, y es probable que


explorando en el subsector de Ciencia y Tecnología y en el subsector de la
Industria Cultural se obtengan conocimientos más renovados y más profundos. Sin
embargo, si el sistema educativo no se decide a afrontar el desafío moral que le
corresponde, es difícil que otras instituciones sociales puedan cumplir con esta
función social tan vital para la sobrevivencia de la sociedad.

3. Conclusiones.
La Antropología de la Educación no sólo se concreta en el estudio de lo humano
como ser educando desde el punto de vista biológico, simbólico y cultural
humanos desde lo educativo, sino que ha de descender a las diversas clases y
grupos de individuos, a conocer y comparar cómo son los valores, motivaciones y
pautas de los que aprenden y se educan, a los contextos en los que se lleva a
cabo la enculturación y al modo en que todo eso se desarrolla y cambia en el
tiempo o de un lugar a otro.

Las aportaciones de la Antropología de la Educación, de corte científico, al estudio


de la educación deben superar el carácter descriptivo para avanzar hacia la
explicación la contrastación y la predicción. Sus aportaciones científicas deben
servir no sólo para comprender e informar la toma de decisiones pedagógicas,
sino que pueden permitir también desarrollar teorías en el campo de las ciencias
de la educación que ayuden a superar a la pedagogía, dando de este modo
prioridad al contenido explicativo propio de las ciencias sociales.

Bibliografía.
Amar, J. (2000). La función social de la educación. 2017, de Universidad del Norte
Barraquilla Colombia.

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