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BALANCE HISTORIOGRAFÁFICO DE LOS ESTUDIOS REALIZADOS SOBRE EL

DESPLAZAMIENTO FORZOSO A CAUSA DE GRUPO PARAMILITARES EN CIMITARRA –


SANTANDER 1990-200.

Presentado por: Laura Lizeth Mejía


Curso: Métodos y técnicas de Investigación Histórica
2020
Presentación del tema

El estudio del conflicto armado ha sido un tema muy estudiado por los académicos de las ciencias
sociales, a lo anterior se le suma el proceso de paz y gracias a esto, se intensificaron los estudios
sobre la violencia armada generando nuevas narrativas y debates sobre este hecho histórico. La
época paramilitar en Colombia fue una coyuntura que respondió a dinámicas socio-políticas con el
objetivo de acabar con los guerillas, sin embargo, el utópico objetivo de su creación trajo
desbastadoras consecuencias para las comunidades del territorio colombiano.

En el presente trabajo investigativo, se estudiará a las víctimas de la violencia y el despojo de


tierras, se analizará el impacto de la violencia paramilitar en las regiones productivas del
campesinado en el territorio de Cimitarra-Santander. Uno de los hallazgos historiográficos del
estudio de la violencia paramilitar fueron las conexiones de la geopolítica nacional con las lógicas
del despojo de territorios necesarios para proyectos regionales. Por lo tanto, a través del análisis de
fuentes secundarias se intentará responder la pregunta problema ¿Cuáles fueron las motivaciones de
los paramilitares para establecerse en Cimitarra – Santander y, que intereses tuvieron en apropiarse
de la tierra y desplazar a los campesinos? En segundo lugar, demostrará la hipótesis planteada “ Las
organizaciones paramilitares tienen un patrón de accionar para poder establecer terror en la
sociedad, y uno de ellos es el despojo de tierras que trae como consecuencia a miles de desplazados.
El conflicto armado en el escenario local de cimitarra respondió a dinámicas socioeconómicas,
políticas y culturales que le atribuyeron a la guerra un papel determinante.”

“El paramilitarismo apareció como una de las tácticas del Estado para el combate de la subversión,
pero con una cierta autonomía que se derivaba de las dinámicas regionales del fenómeno, asociadas
por una parte a la debilidad del estado central para imponerle a las élites regionales marco de
comportamiento democrático para la resolución del conflicto social, y, por otra, al creciente poder
que adquirieron los narcotraficantes en los ámbitos regionales a través de la compra de tierras.”
(Merchán, 2010)
Balance Historiográfico

Para realizar el análisis historiográfico sobre el estudio del conflicto armado paramilitar, se tomaron
en cuenta, textos que abordan la problemática a estudiar desde una perspectiva loca, regional y
nacional, exponiendo convergencias en la temporalidad, el derecho a la tierra y la justicia a las
zonas de reserva campesina víctimas del conflicto armado. Para alimentar el debate historiográfico,
(Valencia, 2016) explica la genealogía del paramilitarismo: historia y contexto, donde expone la
violencia paramilitar en Colombia, sus orígenes, consecuencias, relaciones con lo público y lo
privado, influencia en la configuración y reconfiguraciones de los territorios; los territorios que
trabaja el autor son el Magdalena Medio, Cimitarra, Sur de Bolívar y Antioquia. El autor “plantea
una nueva investigación centrada en la comprensión estructural del origen del paramilitarismo, con
el fin de proponer elementos de análisis para entender la historia, ruptura y reconfiguración de este
fenómeno. Reflexiones claves en el momento histórico actual en que se está construyendo
escenarios de memoria histórica y discutiéndose, más recientemente, una Comisión de la Verdad.”
(Valencia, 2016)

Por otro lado, se encuentra la propuesta de síntesis histórica de (Merchán, 2010) que trabaja los
homicidios perpetrados por grupos paramilitares en Santander durante 1990-2005; el objetivo del
texto, es reconstruir la memoria histórica del conflicto armado interno. El autor hace un estudio del
fenómeno paramilitar en Santander y su accionar. El autor demostró la realidad visible de los
desplazados víctimas del conflicto armado, que no dejan de ser blanco de los paramilitares con el
fin de conseguir sus objetivos generando terror mediante el cobro de vacunas, el despojo de tierras y
llevaron a cabo varias extorsiones y secuestros a los grandes y medianos propietarios de la zona. 
Desde Puerto Boyacá, se empezó a expandir el fenómeno a Puerto Berrio, se expandió además
hacia otras poblaciones como Yacopí, Puerto Nare, Cimitarra, Puerto Salgar y La Dorada.

Estudios más recientes como el de la autora Flor Osorio, “Tramas entre paramilitarismo y
pamicultura en Colombia”, se enfoca en entender las etapas y los ciclos de intervención paramilitar
con severos impactos en la preservación de los derechos humanos, al producir el despojo y destierro
de las comunidades. Otra forma de abordar este tema, es el estudio hecho por el profesor Fernando
Cubides, en el que aborda la estrategia paramilitar, observando que “con los paramilitares la
gravedad consiste en que, según la proverbial espiral dialéctica, la violencia que desatan se dirigen
contra el eslabón más débil de la cadena de su enemigo: la población inerme, las redes de
abastecimiento, los supuestos colaboradores y auxiliadores, generalmente desarmados.” (Cubides,
1999).

En el caso de cimitarra, Jorge Orjuela nos presenta un texto de resistencia campesina en el valle del
rio cimitarra, explica sobre la organización de los campesinos como Asociación les ha permitido
sobrellevar el abandono social del Estado, a través de proyectos productivos como la recría de
búfalos, la construcción de vías con recursos de los pobladores y la solidaridad mutua. En el Valle
del río Cimitarra, como en otras partes del país, se siente el temor generado por la presencia de
grupos paramilitares que siguen preservando los órdenes económicos sociales y políticos
instaurados en épocas anteriores. Porque se siguen perpetuando actos de terror contra la población
vulnerable. Por ende, la asociación de campesinos es un grupo de víctimas de estas acciones
paramilitares creados con el fin de luchar por la restitución de sus tierras y de sus derechos. En esta
misma línea de interpretación, Carlos Alvarado, explica mediante los “componentes del
materialismo histórico la realidad como una consecución de actos encadenados que adquieren un
significado en su conjunto, donde la historia se construye según las circunstancias materiales reales
en que se desarrolla; sin limitar el análisis a cuestiones económicas, considerando que los factores
culturales, sociales, religiosos y políticos ejercen similar influencia en la construcción de la
sociedad.” (Alvarado, 2016). Es decir, los hechos de desplazamiento forzado respondieron a
factores económicos, sociales y culturales en el valle del rio cimitarra, dejando a miles de personas
sin sus tierras; y de ahí nació la lucha por las tierras de las asociaciones campesinas del territorio de
cimitarra – Santander. Por otra parte, el autor Alirio Uribe, explica en su texto: “luchas por territorio
y participación política”, las reivindicaciones campesinas como clase social en el contexto del
conflicto armado. “Para nadie es un secreto que el problema del conflicto armado en Colombia tiene
sus orígenes en la distribución inequitativa de la tierra y que ese bien tan preciado representa poder,
dominación social, acumulación de riqueza y sometimiento (García, 1973). Entender quién es el
actor opuesto en un escenario de construcción de paz es fundamental para continuar la
reivindicación democrática que necesita este país, es decir, una reforma agraria de alcances
nacionales.” (Uribe, 2016)

Sin embargo, Jesús María Pérez, en su capítulo “Paramilitares” del libro “Luchas campesinas y
reforma agraria” aborda el conflicto de tierras en la época paramilitar y observa que la solución del
problema no está en empezar de nuevo con la recuperación de las tierras, sino que la solución debe
surgir de una nueva organización de las familias y sus parcelas. Es necesario que se vire la lucha
hacia el aprovechamiento de la economía y la construcción de pequeñas empresas. No obstante, la
tesis del autor Jesús Pérez, ha sido refutada; el CNMH interpreta el despojo de tierras en Colombia
“suele conseguirse a través de la violencia física sobre la poblaciones rurales, lo que generalmente
produce el desplazamiento forzado y el abandono del territorio el cual queda a merced del actor
armado” (Comisión Nacional de Reparación y Reconciliación, 2009, pág. 36) y es un fenómeno en
el que confluyen acciones de violencia directa y acciones y estructuras legales e
institucionales (Centro Nacional de Memoria Histórica, 2010).  Este fenómeno cuyas raíces son
difíciles de rastrear tiene una especial relación con los procesos de colonización de tierras
adelantadas por los campesinos especialmente con los procesos ocurridos a principios y mediados
del siglo XX. Es decir, el despojo de tierras es una problemática social que debe abordarse desde la
lucha de tierras y la reparación víctimas.

Marco teórico

Como hemos visto, los estudios sobre el paramilitarismo y el despojo de tierras, si consideran su
magnitud, destacando que se han producido una serie de aproximaciones que contribuyen al estudio
de algunos casos regionales. En el análisis historiográfico, se pudo evidenciar la metodología de
cada académico que ha estudiado el fenómeno paramilitar donde primeramente acuden a los
testimonios de las víctimas de las acciones armadas en el territorio colombiano.

En relación con el sujeto de investigación la unidad analítica son las estructuras paramilitares y su
accionar desde una perspectiva nacional y regional. En este caso la historiografía estudia las
siguientes estructuras: tanto por la desmovilización como por las sentencias ACMM (Autodefensas
de Ramón Isaza - BMM) y ACPB (APB-BPB) que operaron entre 1994 y 2006. A estas dos se
añadieron las APP-Masetos (Autodefensas de Puerto Boyacá), Autodefensas de Henry Pérez o
Acdegam Asociación de Campesinos y Ganaderos del Magdalena Medio) como la estructura que
operó desde 1983 hasta 1995, por cuanto sería impreciso incluirla en las siglas anteriores y es
predecesora de ambos.

La propuesta de Winston González, es explicar el fenómeno del desplazamiento forzado, ya que


este, representa un agregado más de un hecho que a nivel nacional se agudiza y trasciende como
expresión de un factor violatorio de los Derechos Humanos y de la libertad. “Los derechos
constitucionales que debemos gozar todos los ciudadanos, no tienen en Colombia, una política
efectiva capaz de garantizar la protección de los derechos. La globalización económica ha reducido
el Estado dejándolo sin poder de maniobra para generar políticas públicas que generen un equilibrio
social.” (González, 2009)

La tierra como factor de producción, este factor de producción ha representado un elemento clave
de disputa para intereses capitalistas a través de la historia. Fals Borda (1994) hace un recuento
histórico sobre la dinámica de descomposición del campesinado colombiano, resultado de la
concentración de la propiedad en manos de agroindustriales y ganaderos, con poder económico,
político y tecnológico.

La problemática del desplazamiento de los campesinos de las zonas rurales del país, tiene, sin
embargo, profundas raíces históricas también derivadas en gran medida, del régimen de tenencia
precaria que ha caracterizado tradicionalmente la cultura misma de la propiedad rural en Colombia,
definida a través de un proceso continuo de poblamiento o colonización interna. De este modo son
múltiples las debilidades del Sistema de Catastro en las áreas rurales, donde no se relaciona la
propiedad con una titulación oficial, sino con la tenencia. De modo que, despojar a los campesinos
de su tierra era de un modo más sencillo porque no se poseían constancia de información registrada
de su pertenencia. “La pertinencia de este análisis radica en la consideración de la tenencia de la
tierra como el activo por excelencia que pierde la población desplazada, profundamente ligada al
primer sector de la economía.” (González, 2009)

Cifuentes explica, que la mayoría de las víctimas desplazadas forzadamente pertenecen a grupos
poblacionales históricamente marginados y excluidos en el ejercicio de sus derechos; los principales
factores de despojo y abandono forzado de tierras vinculados al desplazamiento forzado se
relaciona como una práctica de guerra para la acumulación. Es preciso advertir, que el
desplazamiento forzado ha sido una estrategia y tecnología de guerra sistemática utilizada en todo el
territorio nacional (Cifuentes, 2017). Aunque todavía no existe un consenso sobre el particular, las
cifras oficiales han venido acercándose cada vez más a los registros alternativos impulsados por
sectores no gubernamentales.

“Los grupos armados ilegales practican como estrategia de guerra la expansión del área general de
influencia, apropiándose del territorio; otros estudios11 demuestran cómo cerca del 51% de las
transferencias de grandes predios se realiza por presiones violentas y cómo el desplazamiento es
más frecuente en los departamentos con una mayor concentración de la tierra donde existe también
una motivación por el control de recursos naturales y por la perspectiva de importantes
inversiones.”(González, 2009) Así, el desplazamiento forzado es utilizado como una práctica
masiva y sistemática de guerra en contra de la población civil que ha conllevado a una redefinición
estratégica de los territorios de expulsión. Más allá de las apuestas de cada uno de los actores
armados, los intereses económicos de capitales nacionales y extranjeros puestos en cada región han
desempeñado un rol de importancia en la permanencia y expansión del conflicto armado a través,
por ejemplo, del financiamiento del paramilitarismo.
A modo de observación, se evidencia el impacto que el fenómeno del desplazamiento forzado causa
en la situación económica de las victimas cuando son despojadas de su patrimonio por los actores
del conflicto. La tierra representa un aspecto clave para el sostenimiento de esta población en su
mayoría rural que, en el departamento de Santander tiene como característica el micro y minifundio.
En virtud de lo expuesto, es posible reconocer el desplazamiento forzado interno en Colombia como
un problema económico, social y, por tanto, político vinculado al control territorial, mucho más
complejo que una violación a Derechos Humanos.

Referencias bibliográficas

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2010.
- Centro Nacional de Memoria Histórica. Paramilitarismo Balance de la contribución del
CNMH al esclarecimiento histórico. 2018.
- Centro Nacional de Memoria Histórica. El estado suplantado. Las autodefensas de puerto
Boyacá. CNMH. 2019.
- Comisión Nacional de Reparación y Reconciliación. El despojo de tierra y territorios:
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- Pérez, Jesús M. Luchas Campesinas y agrarias. Centro Nacional de Memoria histórica.
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