Onesícrito

Nació en la isla de Astipalea en el año 360 a.C. Fue un escritor griego histórico y filosofo
cínico considerado discípulo de Diógenes de Sinope. Diógenes se refiere a él como
“Onesícrito de Egina” y menciona que Onesícrito asistió a Atenas puesto que sus dos hijos
Andréstenes y Filisco fueron atraídos por la filosofía cínica de Diógenes, por tal motivo
Onesícrito se convirtió en un discípulo de tal doctrina. Se considera que debido al origen
isleño tuvo habilidades náuticas que le resultarían ventajosas. En el año 334 a.C., cruzó el
Helesponto en conjunto con el ejercito de Alejandro Magno, acompañando a distintos
filósofos e historiadores que posteriormente escribirían acerca de los lugares
conquistados, como sus costumbres y los pueblos que habitaban.
Onesícrito no destacó por la rigurosidad de sus textos, sin embargo, tuvo el privilegio de
ser el elegido por Alejandro Magno para la misión de encontrarse con los gimnosofistas
quienes eran los hombres sabios de India que vivían de forma ascética impugnando ropa y
comida, además practicaban una disciplina de meditación conocida como yoga. Onesícrito
fue enviado a dialogar con dichos sofistas debido a que Alejandro había escuchado que
estos hombres se encontraban desnudos todo el tiempo, adicional eran
considerablemente venerados y que además no asistían a casa de otras personas cuando
se les invitaba, si no que solicitaban a los demás que fueran estos quienes los visitaran a
ellos. Esta idea no le parecía bien a Alejandro ya que no le interesaba ir a casa de ellos ni
forzarlos a hacer algo en contra de su voluntad por tal motivo mandó a Onesícrito.
Estrabón menciona en una de sus obras la sorpresa de Onesícrito en su primer encuentro
con quince de los gimnosofistas, cada uno colocado en diferentes posturas. Onesícrito se
dirigió a Kalanos (saludos) a quien le conto que había sido enviado por el rey a instruirse
de la sabiduría de ellos para posteriormente transmitírsela a él. Onesícrito cuenta que
Kalano le ordeno que si el deseaba aprender se quitará la ropa y se tumbara desnudo
sobre las mismas piedras para atender a sus palabras, sin embargo, Mandanis quién era el
mas anciano y sabio de ellos reprendió a Kalano. Finalmente, Onesícrito no logró que
ninguno de ellos se fuera a encontrar con Alejandro, sin embargo, obtuvo que Mandanis le
recibiera. Alejandro habría quedado tan satisfecho de su buen hacer que lo nombraría
piloto de la flota y al llegar a Susa, le premió con una corona de Oro.