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DIFEREENTES TRASTORNOS

DEL NIÑO Y ADOLESCENTE


TRASTORNOS DE LA INFANCIA
Y LA ADOLESCENCIA

TRASTORNO POR DÉFICIT DE ATENCIÓN E


HIPERACTIVIDAD (TDAH)
El trastorno por déficit de atención e hiperactividad es uno de los más
comunes en la niñez y puede continuar en la adolescencia y la adultez. Entre
los síntomas se encuentran la dificultad para mantener la concentración y
prestar atención, la dificultad para controlar el comportamiento y la
hiperactividad (sobre-actividad).

El tratamiento puede aliviar muchos de los síntomas de este trastorno, pero


no existe una cura. Con tratamiento, la mayoría de las personas con TDAH
tienen éxito en la escuela y llevan vidas productivas. Los investigadores
están desarrollando tratamientos e intervenciones más efectivas y usan
nuevas herramientas, como las imágenes cerebrales computadorizadas, para
entender mejor el TDAH y encontrar formas más eficaces para tratar y
prevenirlo.

Algunos niños con TDAH también tienen otras enfermedades o


padecimientos. Por ejemplo, uno o más entre los siguientes:

Incapacidad para el aprendizaje: El niño en edad preescolar que tiene


problemas con el aprendizaje presenta dificultad para entender ciertos
sonidos o palabras o para expresarse con palabras.  El niño en edad escolar
tiene problemas con la lectura, la ortografía, la escritura y las matemáticas.
Trastorno de negativismo desafiante: Estos niños son excesivamente
tercos o rebeldes, discuten con frecuencia con los adultos y se niegan a
obedecer las reglas.
Ansiedad y depresión: Un tratamiento para el TDAH puede ayudar a disminuir
la ansiedad y algunas formas de depresión.
Trastorno bipolar: Algunos niños con TDAH también tienen esta
enfermedad que ocasiona cambios extremos en el estado de ánimo que van
de la manía (un ánimo extremadamente elevado) a la depresión en cortos
períodos de tiempo.
Síndrome de Tourette: Pocos niños tienen este trastorno cerebral, pero
muchos de los que lo padecen también sufren de TDAH. Algunas personas
con el síndrome de Tourette tienen tic nerviosos y gestos repetitivos, como
parpadeos, contracciones faciales o muecas. Otros se carraspean la
garganta, resoplan o se sorben la nariz con frecuencia, o gritan palabras de
forma inapropiada. Estos comportamientos se puede controlar con
medicamentos.
El TDAH también puede coexistir con algún trastorno del sueño, incontinencia
urinaria nocturna, abuso de substancias nocivas u otros trastornos o
enfermedades.

TRASTORNOS DE CONDUCTA
Esta enfermedad abarca comportamientos en los que el niño miente, roba,
pelea o acosa a los otros niños. El niño destruye la propiedad ajena, se mete
en casas ajenas para robar o porta algún arma que pudiera o no usar. Estos
niños o jóvenes también corren un riesgo mayor de usar sustancias nocivas
ilegales. Los chicos con trastornos de conducta corren el riesgo de meterse
en problemas en la escuela o con la policía.
Es normal que los niños y jóvenes tengan problemas de comportamiento.
Pero los trastornos de conducta son problemas de comportamiento a largo
plazo (crónicos) que dañan a los demás, por ejemplo:
     Comportamiento impulsivo o desafiante
     Uso de drogas
     Actividad criminal
Los niños con trastornos de conducta tienden a ser impulsivos, difíciles de
controlar y no les importan los sentimientos de los demás. Entre los síntomas
están:
 Romper las reglas sin una razón obvia. Comportamiento cruel o
agresivo hacia las personas o animales (por ejemplo: acoso, peleas, uso
de armas peligrosas, forcejeo sexual y robo)
 Dejar de ir a la escuela (ausentismo, antes de los 13 años).
 Beber demasiado y/o uso excesivo de drogas ilícitas.
 Provocar incendios premeditados.
 Mentir para obtener un beneficio o para evitar tener que hacer algo.
 Escaparse de la casa.
 Vandalizar o destruir la propiedad ajena.

TRASTORNO BIPOLAR EN LOS NIÑOS


El trastorno de espectro bipolar es raro entre los niños. Pero los padres
preocupados por el comportamiento de sus hijos pueden referirse a las
posibles señales de alerta que explica la Dra. Ellen Leibenluft. La Dra.
Leibenluft es investigadora adjunta y jefa de la sección sobre el trastorno de
espectro bipolar del Instituto  Nacional para la Salud Mental.

LA SALUD MENTAL DE LOS


NIÑOS Y ADOLESCENTES

LOS ADOLESCENTES Y LA DEPRESIÓN


¿LE PREOCUPA SU HIJO ADOLESCENTE?
CONOZCA LOS SÍNTOMAS. Y ESCUCHE.
Son muchas las razones por las que los adolescentes se deprimen; entre ellas, el
acoso escolar, el uso abusivo de las drogas y el estrés de la escuela. Es normal que
el estado de ánimo fluctúe en los adolescentes debido a las hormonas y los cambios
en su vida. ¿Cómo saber la diferencia entre lo normal y problemas como la
depresión? "Preste atención a las señales preocupantes".

Pero tenga en cuenta que "lo que más deben hacer los padres es escuchar,
siendo esto el 90% de la conversación", como afirma el Dr. Benjamin Shain, Jefe
de la División de Psiquiatría Infantil y Adolescente de NorthShore University Health
System, en un artículo reciente del New York Times.

Consejos para escuchar:


 Haga preguntas con un final abierto. 
 Puede ser más fácil hablar y escuchar mientras conducen o hacen algún
mandado. 
 No regañe ni juzgue.
 Haga tiempo para hablar con frecuencia.

SÍNTOMAS DE DEPRESIÓN EN EL
ADOLESCENTE
 Tristeza persistente o estado de ánimo negativo 
 No poder llevar a cabo las actividades diarias
 Alejarse de los amigos y familiares
 Cambios en el sueño y/o apetito
 Quejarse de problemas físicos más de lo normal
 Dificultad para concentrarse
Si los síntomas parecen serios y afectan la vida cotidiana, es hora de buscar ayuda.
Comience viendo a su médico.

¿SABÍA USTED QUE…?


 La depresión interfiere en su capacidad de trabajar, dormir, estudiar,
comer y disfrutar de la vida.
 Las mujeres sufren de depresión con más frecuencia que los hombres.
 Los hombres con depresión se manifiestan muy cansados, irritables y a
veces furiosos.
 Los adultos de más edad que tienen depresión pueden tener síntomas
menos evidentes o no admitir su tristeza o dolor.
 Los niños con depresión pueden pretender estar enfermos, rechazar ir
a la escuela, hacer dependencia en un padre o preocuparse que uno de
sus padres se muera.
 Los adolescentes se meten en problemas en la escuela y se sienten
irritables.

¿QUÉ ES LA DEPRESIÓN?


En algún momento hemos sentido tristeza como una emoción normal. Cuando este
sentimiento es intenso y prolongado e incluye sensaciones de inutilidad,
desesperanza e impotencia, entonces sentimos depresión. La depresión es un
desorden mental común y tratable que afecta nuestro estado de ánimo y bienestar
emocional e incide en nuestra salud física.

Al igual que el estrés, la depresión puede surgir por factores ambientales, biológicos
y psicológicos: trauma, pérdida de un ser querido, una relación difícil, infartos, el
nacimiento de un hijo y otras situaciones estresantes.

La depresión puede ser hereditaria. Es por ello que algunos tipos de depresión
tienden a repetirse en una familia. La depresión puede ocurrir debido a nuestra
química cerebral o en algunos casos, la estructura del cerebro. Actualmente, los
científicos buscan los genes y agentes químicos específicos que están presentes en
la depresión y trabajan para conocer por qué existen diferencias en la estructura del
cerebro.

Conocer los síntomas de la depresión puede ayudar a detectarla temprano y recibir


un diagnóstico y tratamiento.
¿CUÁLES SON LAS SEÑALES Y LOS SÍNTOMAS
DE LA DEPRESIÓN?
Cada persona presenta diferentes síntomas. Algunos síntomas de la depresión
incluyen:
 Sentir tristeza y “vacío”
 Sentirse inútil, irritable, ansioso o culpable
 Pérdida de interés en actividades favoritas
 Sentirse mucho cansancio
 Dificultad para concentrarse o recordar detalles y dificultad para dormir
o dormir demasiado
 Comer demasiado o no querer comer nada
 Pensamientos suicidas, intentos de suicidios
 Malestares, dolores de cabeza, calambres o problemas digestivos 

LA ANSIEDAD
LA PREOCUPACIÓN, LA ANSIEDAD Y LA
SOBRECARGA
Todos sentimos cierta preocupación en la vida diaria. Uno se siente ansioso
de manera comprensible como una reacción a situaciones usuales urgentes, por
ejemplo, si se nos hace tarde para llegar al trabajo. Pero también se puede sentir
ansiedad cuando nos preocupamos por algo que pudiera o no suceder, una amenaza
que sólo existe en nuestra imaginación.

Según el Instituto Nacional de la Salud Mental, los trastornos de la ansiedad


como el Trastorno por Estrés Postraumático, los ataques de pánico, las fobias y el
trastorno de ansiedad generalizada afectan al 18% de las personas en los Estados
Unidos cada año, haciendo que sean éstos los problemas de salud mental más
comunes. 

La ansiedad se convierte en un trastorno cuando el temor y la preocupación


son incontrolables y no permiten que la persona lleve una vida normal. Los
trastornos de la ansiedad afectan a cualquiera y comienzan a cualquier edad.

Las personas con trastornos de ansiedad son incapaces de controlar los


pensamientos propios que les perturban. Puede que comiencen por evitar las
situaciones diarias que ellos temen les traerán más estrés.

Cualquier persona que tenga una pregunta sobre salud mental debe buscar
ayuda inmediata, como mismo buscaría ayuda de tratarse de cualquier malestar
físico. Si la ansiedad extrema se ignora y permanece sin tratamiento, la persona que
la padece no podrá participar plenamente en la vida cotidiana.
SÍNTOMAS A TENER EN CUENTA 
La ansiedad normal puede convertirse en problema si los síntomas persisten y
empiezan a interferir en el resto de su vida. Entre los síntomas de la ansiedad están:

 Una preocupación extrema

 Sensaciones de temor o terror

 Temblores

 Inquietud

 Tensión muscular

 Latido cardíaco acelerado

 Aturdimiento o mareo

 Sudoración

 Frialdad en las manos y pies

 Falta de aire

 Dificultad para dormir   

Si estos síntomas persisten por algún tiempo prolongado, es posible que sufra
un trastorno de la ansiedad. Algunos de estos síntomas también pueden indicar
problemas físicos, por lo que debe ver al médico para descartar esta posibilidad.

LIDIANDO CON TRAUMA


¿ESTÁ EN ESTRÉS EMOCIONAL? LLAME A LA
LÍNEA DE AYUDA DE CRISIS 

¿QUÉ ES EL TRAUMA?
Cuando un suceso devastador interrumpe su vida, de repente todo cambia.
No puede regresar a la rutina de antes: quizás perdió su casa o a un ser querido o
ha tenido una enfermedad o accidente graves. Primero, se sentirá aturdido, abatido,
“golpeado” o “anestesiado”. Éstas son reacciones normales que muchos viven ante
sucesos traumáticos.

El trauma mental produce sentimientos intensos. También ocasiona un


comportamiento extremo, como un miedo intenso o inutilidad, retraimiento o
indiferencia, falta de concentración, irritabilidad, problemas para dormir,
agresividad, hipervigilancia -esperar con intensidad a que ocurran más sucesos
dolorosos o recuerdos, con la sensación de que el suceso es recurrente.

Una respuesta puede ser el miedo. Miedo a que un ser querido sea lastimado
o que muera. Se piensa que mientras más se expone una persona ante sucesos
traumáticos, mayor es su daño mental. Por ejemplo, en un tiroteo en la escuela, un
estudiante que resultó herido tendrá un trauma emocional más severo que un
estudiante que estaba en otra parte del edificio. No obstante, la exposición indirecta
a la violencia también es traumática. Esto incluye ser testigo de la violencia, como
ver o escuchar una muerte o la destrucción de un edificio por una bomba o el
estallido de un avión.

El camino de regreso al bienestar puede tomar más tiempo de lo esperado. Es


importante recordar que los demás pueden ayudarnos de varias formas y es buena
idea pedir ayuda.
FORMAS DE SALIR ADELANTE
Todos tenemos necesidades diferentes y formas diferentes de hacerle frente
a los problemas. Hay varias cosas que usted puede hacer para ayudarse a sí mismo
o a un ser querido.

 Evite sobreexponerse a sí mismo y a sus seres queridos al incidente a través


de las noticias o redes sociales.
 Practique técnicas de meditación, respiración y relajación muscular.
 Coma alimentos saludables.
 Hacer ejercicio.
 Duerma lo suficiente.
 Participe en actividades que no le resulten estresantes, como deportes, algún
hobby o reuniones sociales.
 Participe en actividades culturales de interés, incluidas las de comunidades
espirituales.
 Hable con su médico o con un profesional de la salud mental.
 Manténgase alerto – No sobrepase el consumo de alcohol o el uso de otras
drogas como manera de enfrentar estrés.

Compartir reacciones, pensamientos y emociones es útil para algunos, pero


otras personas no quieren compartir esto. Sea sensible con los demás y hable en
privado ya que no todos querrán escuchar estas conversaciones. Es importante
centrarse en experiencias personales y hechos comprobados, no en rumores.

HERRAMIENTAS PARA EL
BIENESTAR
La salud emocional es importante e influye también en nuestra salud física. 
Casi todos los días sentimos felicidad, tristeza, esperanza y enojo. La forma en que
manejamos estos cambios de emociones afecta la calidad de vida y la salud física.
Cuando estamos emocionalmente saludables podemos integrar con éxito estas
emociones en nuestra relación con nosotros mismos y con los demás. La autoestima
positiva, la conciencia de sí mismo, la confianza y la habilidad de compartir nuestros
sentimientos con los demás son esenciales. Al tener conciencia de las emociones,
podemos cuidar mejor de nosotros mismos, controlar mejor el estrés de la vida y
tener relaciones positivas.  

Las investigaciones han demostrado que cuando tenemos emociones


negativas como la ansiedad o la depresión nuestro sistema inmunológico se ve
afectado aumentando así la posibilidad de enfermarnos.
Lo que podemos hacer para tratar de mantener una salud mental equilibrada:

 Lograr un equilibrio entre el trabajo y la vida privada


 Reducir el estrés
 Controlar la ira
 Aumentar la capacidad de adaptación
 Desarrollar la autoestima
 Enriquecer la espiritualidad
 Explorar la creatividad

HÁBITOS SALUDABLES PUEDEN AYUDAR


Cada día avance con pasos simples y pequeños para desarrollar hábitos sanos y
tomar decisiones saludables.

 Cuide su corazón: Controle su nivel de colesterol y su presión arterial.


 Haga ejercicios para no perder su flexibilidad, resistencia y salud ósea.
 Tenga conciencia de lo que come: Lo que come incide en cómo se siente.
 Conozca los síntomas de la enfermedad física y dónde buscar ayuda.
 Duerma lo suficiente.

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