La educación financiera es un proceso mediante cual los individuos adquieren mayor comprensión de los procesos e instrumentos financieros, desarrollan habilidades necesarias para detectar oportunidades, evaluar riesgos y realizar inversiones que generen rentabilidad. Por otro lado, la inteligencia financiera es la capacidad que tiene una persona para generar dinero o solucionar problemas económicos tanto personal como empresarial. La I.F. es lo que separa las clases sociales desde el punto de vista económico. La clase económica baja tiene una baja I.F. al contrario que la clase alta que tiene un elevado I.F.; esta elevada inteligencia les permite crear ingresos que no demanden tener su presencia todo el tiempo, estos ingresos se conocen como ingresos pasivos. En cambio, la gente con poca inteligencia financiera no tiene esa capacidad y vive siempre con los ingresos que otorgan tener un trabajo dependiente. Esta virtud de la I.F. es esencial para lograr la libertad financiera que es tener “tiempo” para realizar actividades diferentes a trabajo sin que la economía se vea afectada. La libertad financiera permite gozar de una mejor calidad de vida, mientras mas libertad financiera posea un individuo menos horas puede emplear en la generación de dinero. La meta que persigue la libertad financiera es vivir de ingresos pasivos, es decir de ingresos que no necesitan del tiempo o necesitan muy poco tiempo para dar resultados.