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La letra mayúscula es la que, en relación con la minúscula, tiene mayor tamaño y por lo

general distinta forma. Como adjetivo, indica algo mayor que lo ordinario en su especie.
Coloquialmente se utiliza como sinónimo de grandísimo, enorme: «mayúsculo dilema».

En el alfabeto romano, las mayúsculas son A, B, C, D... Sin embargo, en el latín original había un
solo conjunto de letras, que, posteriormente, se convertirían en las mayúsculas cuando se
desarrollaron las minúsculas. Por lo general, se emplean como inicial de nombres propios,
después de punto y en las siglas.

Como norma general, después de un punto (ya sea aparte o seguido) o cualquier otro signo
que sirva de conclusión de la frase u oración; por ejemplo:

¿Querías lentejas? Pues no, no me quedan.

¡Muévase hacia la izquierda! La otra izquierda...

Como norma general, después de los puntos suspensivos, va mayúscula:

No sé si... Bueno, está bien, iré.

Al perro le gusta correr... Es muy activo.

Minúscula o letra minúscula es la grafía cuyo tamaño, a diferencia de la mayúscula, es menor


y, por lo general, de forma distinta.

Deriva del latín minusculus: ‘menor’, con sufijo diminutivo.1 Es un concepto curioso, pues
significa ‘menorcito’, por lo que resulta innecesariamente pleonástico.

Apareció a finales del siglo III, en escrituras de este tipo en papiros de la administración
imperial romana.

Se utiliza en los alfabetos europeos griego, latín, cirílico y armenio. Por ejemplo, la letra de
figura y tamaño a es minúscula, y la letra de figura y tamaño A es mayúscula.

Originalmente las letras de los alfabetos se escribían en mayúsculas, con espaciado bien
definido entre los límites superior e inferior. Cuando se escribe rápidamente a mano
(manuscrito, con pluma, lápiz u otro medio tienden a redondearse y a ser mucho más simples,
como las unciales.

Desde las unciales, las letras minúsculas se desarrollaron por vez primera, así como las
minúsculas medio unciales y las cursivas, que ya no quedan ligadas entre dos líneas.

Las cursivas a su vez constituyen la base de la escritura minúscula carolingia ―desarrollada por
Alcuino para su uso en la corte de Carlomagno―, que rápidamente se extendió por toda
Europa. En este continente, por vez primera, llegó a ser común el uso simultáneo de
mayúsculas y minúsculas en un texto único.

El término minúscula evolucionó después del desarrollo de los tipos móviles, introducidos por
Johannes Gutenberg. Las minúsculas contenían las versiones pequeñas de las letras y sus
ligaduras, ya que estos caracteres se utilizaban con mayor frecuencia.

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