Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Esta biodiversidad es nuestro principal recurso natural, nuestro capital biológico, una capital cuya
pérdida sería irreversible. Toda la diversidad de flora y fauna, y las condiciones del medio físico d
las cuales dependen, se expresa en el espacio formando regiones naturales, las cuales se definen
como un conjunto de ecosistemas iguales o parecidos que comparten características como el
clima, la flora, la fauna y el suelo. En el siguiente cuadro se proporciona una síntesis d sus
condiciones elementales como clima, vegetación y fauna:
Los efectos de la urbanización y el cambio climático se correlacionan. Las ciudades son las
principales contribuyentes al cambio climático aunque representan menos de 2% de la superficie
de la tierra. Las ciudades consumen 78% de la energía mundial y producen más de 60% del total de
dióxido d carbono, así como un monto significativo de las emisiones de los gases del efecto
invernadero, principalmente por medio de la generación de energía, vehículos, industria y uso de
la biomasa.
Cientos de millones de personas en los espacios urbanos y rurales ya son afectadas por el aumento
del nivel del mar, aumentos en las precipitaciones, inundaciones, ciclones y tormentas más fuertes
y frecuentes, así como periodos de más calor y de frío extremo. De hecho, diversas ciudades
costeras importantes son una población mayor a los 10 millones de habitantes se encuentran bajo
esta amenaza.
Debido a su ubicación geográfica y a su diversidad de relieve y clima, México tiene casi todas las
regiones naturales que existen en el planeta. De acuerdo con las instituciones oficiales como Inegi,
Semarnat y Conabio, en nuestro país predominan los desiertos áridos y semiáridos: ambos
contienen una amplia cantidad y diversidad de plantas y animales que han desarrollado
mecanismos de adaptación climática para nacer, crecer y reproducirse en un clima extremoso de
calor y frío, y de una constante aridez. Esta región natural ocupa aproximadamente 40% de la
superficie del país, siendo el más vasto de todos los tipos de vegetación de México: cubre la mayor
parte del territorio en la parte norte del país, la mayor parte de los estados de Zacatecas, San Luis
Potosí, la región noreste de Guanajuato, Aguascalientes y gran parte de Querétaro.
La selvas de México, se clasifican en altas, medianas o bajas, a estas también se les llama bosque
tropical perennifolio o selva perennifolia porque sus árboles y arbustos conservan sus hojas todo
el año.
Al pastizal también se le nombra, en otras partes del mundo, estepa o pampa, sabana o praderas.
En México se denomina pastizal desértico, además de que hay otros pastizales de distribución
restringida como el páramo de altura, a los cuales se les conoce como zacatonales alpinos. Estas
regiones naturales ocupan 6.1% del territorio nacional.
Los pastizales naturales se encuentran en regiones semiáridas y de clima templado frío. Están muy
extendidos en el norte del país, sobre todo, están en amplias zonas de Chihuahua, Coahuila,
Sonora, Durango, Zacatecas, San Luis Potosí y Jalisco. Los pastizales inducidos se pueden encontrar
en casi cualquier zona del país y cubren 6% del territorio mexicano.
En México existe una gran cantidad de matorrales con diversa composición y estructura, que se
distribuyen en el 30% del país. Entre los nombres con los que se conoce están matorral xerófico,
cardonales, matorral espinoso, chaparrales, entre otros.
Estos matorrales son comunidades vegetales denominadas por arbustos de altura inferior a cuatro
metros. Son propios de climas secos con lluvias escasas y zonas frágiles que favorecen la
desertificación. La composición de especies cambia con la región. Existen variantes de matorrales
dependiendo del grupo de especies más abundante. En algunos predominan plantas suculentas y
con hojas gruesas, en otros, las plantas tienen hojas muy pequeñas, las pierden o tiene espinas, lo
cual le da aspecto diferente .
Uno de los principales recursos renovables que brindan la biosfera a través de sus regiones
naturales es el suelo, ya que en él crecen y se desarrollan plantas, tanto las silvestres como las que
se cultivan para servir de alimento al hombre y a los animales.
La formación de los suelos depende de un largo complejo proceso de descomposición de las rocas,
en el cual intervienen factores físicos, químicos y biológicos. La interacción de estos, como factores
ecológicos, provoca la desintegración de los minerales que, unidos a los restos de animales y
plantas en forma de materia orgánica, originan el suelo. Los seres vivos intervienen en la
destrucción de la roca madre.
Las sustancias de desecho de animales y vegetales, así como los cuerpos de estos al morir, son las
únicas fuentes de materia orgánica del suelo, la cual proporciona a este algunos componentes
esenciales, lo modifica de diferentes modos y hace posible el crecimiento de fauna y flora variada,
que de otra manera no podrían existir.
La flora es un recurso natural renovable que se regenera por la propagación de las especies
mediante la reproducción regenerativa. Todo tipo de vegetación cumple una función importante
en el amiente, como el de servir de refugio y fuente de vida a la fauna silvestre, como de regular
los recursos hídricos y el clima a nivel local y global.
Entre los recursos vegetales importantes resaltan dos: los forestales y los pastos naturales. En los
recursos forestales se encuentran la vegetación forestal natural y la vegetación inducida mediante
plantaciones forestales, los productos y residuos que de ellas se obtienen, así como los suelos de
los terrenos forestales o de aptitud forestal.
Por ello, a los bosques, selvas y vegetación de zonas áridas se les considera como vegetación
forestal, al igual que las plantaciones realizadas con árboles o especies forestales. Los servicios
ambientales se definen como todo aquellos beneficios dl sistema natural que la población humana
obtiene, directa e indirectamente, para su bienestar y desarrollo.
Estos se clasifican en cuatro tipos: Los servicios originarios o de apoyo que incluyen el reciclaje y
dispersión de nutrientes, dispersión de semillas, producción primaria y la formación de suelos. Los
servicios de provisión como la comida, agua, productos farmacéuticos y energía.
Loa servicios de regulación entre los que se incluye el secuestro de carbono y regulación d clima,
descomposición y desintoxicación de desperdicios, purificación del agua y del aire, y polinización
de cultivos, y los servicios naturales, entre los cuales se incluyen los espacios que favorecen la
cultura, espiritualidad, ocio, etc.
El cambio climático tiene efectos que cada vez son más perceptibles en la naturaleza, como el
aumento de las temperaturas del Ártico y su deshielo, la modificación de los niveles de
precipitación, lluvia, nieve y granizo, el aumento de la salinidad de los océanos y con ello, la
modificación de las características de las corrientes marinas; esto a su vez genera cambios en los
patrones de viento y en la frecuencia e intensidad de fenómenos meteorológicos extremos como
sequías, inundaciones, olas de calor, etc.
Consecuentemente, el cambio climático representa una amenaza grave para la biodiversidad, ya
que, sumando los problemas de contaminación y la modificación de los usos del suelo, está en
aumento. Se estima que entre 20 y 30% de las especies se verá en peligro de extinción, si las
temperaturas aumentan un grado centígrado.
El clima se está calentando debido a la cada vez mayor presencia de agentes que contaminan y
dañan la atmósfera, y este problema se genera en mucho mayor proporción en las grandes
ciudades, ahora llamadas megalópolis urbanas. Por ejemplo, en Europa, las últimas dos décadas
han aumentado un 0,7% en relación con los niveles de la preindustrial.