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INDEPENDENCIA.
HUILA Y TOLIMA
LOS INDÍGENAS COYAIMAS Y NATAGAIMAS EN LA
INDEPENDENCIA.
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LOS INDÍGENAS COYAIMAS Y NATAGAIMAS EN LA
INDEPENDENCIA.
Sabemos que los indios no acostumbraban llevar un registro escrito de los acontecimientos
de su vida de comunidad y que los archivos locales de la región no conservan, salvo el de
Ibagué, información de la época que permita plantearnos con base en ella preguntas sobre
qué ocurrió, cómo y quiénes fueron los protagonistas y cronistas de ese proceso conocido
como la Independencia. Aún más, no podemos tener claridad sobre estos aspectos del
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proceso que por esa misma razón permanece desconocido e ignorado. Sin embargo, el vacío
no es absoluto. En el primer anexo del libro de Aguilera Mario y Renán Vega sobre el Ideal
Democrático y la Revuelta popular en Colombia y en el archivo histórico de Ibagué hemos
encontrado algunos datos que nos permiten reconocer una realidad poco plausible. , como es
la de los antecedentes, que en el caso de los Coyaimas, tuvo la abolición del tributo y
transformación del indígena en ciudadano, considerados como el principio de la
desintegración de los resguardos y por lo tanto de las comunidad indígenas en Colombia; es
decir, queremos asociar el papel de las primeras leyes e ideas republicanas en la ruptura de la
aparente unidad de la comunidad de los indios Coyaimas.
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LOS INDÍGENAS COYAIMAS Y NATAGAIMAS EN LA
INDEPENDENCIA.
II
Los indios Coyaimas y Natagaimas son descendientes de los Pijaos que todavía hoy existen
como comunidad étnica y como parte de entidades territoriales del actual departamento del
Tolima. No obstante, que en tiempos de la Independencia pertenecieron a la provincia de
Neiva, como pueblos de la Real Corona, administrados por una entidad denominada
Corregimiento de Indios. la historiografía huilense no los reconoce como parte de la historia de
la antigua provincia de Neiva. Estos pueblos fueron asentados en los lugares que hoy ocupan
para sostener la Guerra de los Pijaos, donde se beneficiaron de la generosidad del río
Saldaña y del río Magdalena, respectivamente, mediando estos ríos la naturaleza de sus
vidas, tanto como la formación de sus agrupaciones en nada poco numerosas, habitando allí 3
aún hoy como ayer sus riveras a lo largo del plan del Tolima.
“Pero fue entoncesdon Juan deBorja, presidente de la Real Audiencia de Santafé, quien los
declaró pueblos de la Real Corona, en compensación a la ayuda que los Coyaimas y
Natagaimas dieron a la Corona española en la guerra contra los Pijaos, y les adjudicó
extensos resguardos de tierras donde formaron comunidades indígenas, con singular patrón
de poblamiento, que iban desde el rio Cucuana, al norte del rio Saldaña, en la provincia de
Mariquita, hasta llegar al río Atá, en la provincia de Neiva”. Triana (ctd La colonización
española en los pueblos de Coyaima y Natagaima, 273-276)
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Debemos reconocer que una de las características culturales de los indígenas Pijaos fue la de
haber poblado su territorio con agrupaciones parecidas a poblados o caseríos por especies de
cacicazgos separadamente, cada cual en dominio de un extenso terreno. Triana (ctd La
colonización española en los pueblos de Coyaima y Natagaima282 – 288). Hay que recordar
que la extensión total de ese territorio “abarcó más de 82 mil hectáreas; asignado un 6 de abril
de 1616”. (Marín 4).La reducción a pueblo, y el poblamiento a son de campana, no parecen
haberse cumplido entre los Coyaimas y Natagaimas. Si bien esta sujeciónafectó su
autonomía, su independencia y su soberanía, el tributo les permitió mantener sus patrones de
poblamiento dentro de sus resguardos. Además, el abundante recurso del oro si bien les
permitió no sólo satisfacer el pago del tributo sino que les permitió articularse a dinámicas y
circuitos comerciales. En resumen, “el oro, las plataneras, la pesca, la abundancia de ganado
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de cría era lo que se daba, como lo pondera fray Vicente Oviedo en sus crónicas”. (Oviedo
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III
Hay que anotar que a poco de llegar a la Nueva Granada en 1810 como comisionado regio,
don Antonio Villavicencio, escribió a las Cortes de Cádiz sobre la conveniencia de abolir el
tributo a los indígenas. En un documento hallado por Clavijo en el archivo General de Indias,
(Clavijo Santa Fe 630) Villavicencio defendía radicalmente a los indígenas con adjetivos
generosos y de admiración superlativa. Refería“la utilísima, importantísima y desventurada
casta de hombres, los más dispuestos por la naturaleza, a pesar de cuanto contra ellos se ha
dicho hasta ahora”. Sin embargo, una idea de la singularidad de los Pueblos de Coyaima y
Natagaima en tiempos de la Independencia son las ideas expuestas por Villavicencio en su
carta del 24 de mayo, donde se refiere a las condiciones físicas, sicológicas y mentales de los
indígenas. Villavicencio se refiere a “su natural comprehención, paciencia, y moderación, los
hace al propósito para ella y dignos de mejor suerte, reducidos a bestias de carga, al trabajo
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LOS INDÍGENAS COYAIMAS Y NATAGAIMAS EN LA
INDEPENDENCIA.
mortífero y cruel de las minas, a los infames y duros castigos, a un mezquino pago de sus
jornales, en la suma abyección, miseria ignorancia, por la tiránica codicia y desprecio de los
corregidores, curas, y de cuantos se creen con algún predominio sobre ello, que solo cuidan
su servicio personal para enriquecerse con su sudor y su trabajo”. Villavicencio contrastaba el
supuesto envilecimiento que el tributo hacía de los indígenas, con los rasgos de “la dulzura de
carácter, su patriotismo, y el entusiasmo que manifiestan por Fernando VII los indios de
estereino y del Perú” (ClavijoSantafé 630).El caso es que los Coyaimas y Natagaimas
estuvieron exentos de esos trabajos desde su conversión por el Presidente Juan de Borja en
pueblos de encomienda de la Real Corona, lo cual era un cierto signo de status colectivo
frente a los colonos y demás indígenas.
Las ideas de Villavicencio al parecer ejercieron su impacto en la Junta Suprema de Santa Fe,
pues una de las primeras medidas tomadas por ésta fue la abolición del tributo y de los
resguardos, consecuentemente con la desaparición del cargo de corregidor de indios y la
desintegración de las comunidades indígenas.
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En efecto, la Junta Suprema de Santa Fe decretó la abolición del tributo el 24 de septiembre
de 1810, (Aguilera, Vega, 235-236). Es de suponer que con esta medida desaparecía el
cargo de Corregidor de Indios, lo cual implicó que los indígenas quedaran bajo el dominio de
los cabildos y, concretamente, de los alcaldes ordinarios de la villa de Purificación y de la
ciudad de Ibagué; es decir a las contradicciones propias de las estructuras de los poderes
locales.
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Las medidas de la Junta Suprema de Gobierno debieron crear desconcierto entre los pueblos
indígenas con una marcada tradición en su identidad territorial y patrón de poblamiento como
era el caso de los Coyaimas y Natagaimas. En el caso de los Coyaimas, el panorama debió
ser más confuso por la división de intereses y actitudes ante las autoridades, incluido el cura.
En cambio, el pueblo Natagaima, más integrado a las dinámicas del sistema colonial por su
ubicación respecto al rio Magdalena y al camino real, se destacaron por su participación en la
Independencia de lo cual ha quedado como testimonio, al menos la lista de sus mártires, entre
los cuales se encuentra “Joaquina Aroca, acusada de reunir en su casa a los indígenas, que
después se alzaron contra los españoles. María del Rosario Devia, heroína de Natagaima,
acusada de mantener correspondencia con algunos insurgentes buscados por el régimen de
Pablo Morillo. Antonia Moreno, Heroína de Capilicua (Ataco), por facilitado la fuga de varios
patriotas perseguidos. Además, Hermenegildo Valencia, patriota de esta villa, acusado de
fomentar la revolución contra España y organizar milicias y grupos de guerrilla, y a Antonio
Ladino, indígena Yanacona y a otros patriotas de la Villa de Purificación, se les ordenó al
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destierro a las montañas de Cunday, a donde fueron llevados por soldados de la tiranía.”
(Caicedo, 101).
Entre 1816 y 1819, la Nueva Granada vivió los años del reino del terror perpetrado por Morillo;
régimen que alcanzó a darle al pueblo de Natagaima unas cuantas víctimas, en prueba de su
actitud comprometida con la Independencia. Una idea de este hecho ha sido supuestamente
documentada por el profesor Caicedo Manrique en su trabajo sobre la historia local de la villa
de Purificación en el cual afirma que los fusilados “el 28 de junio de 1816…en el centro de la
plaza mayor de la Villa de Purificación, hoy parque de la Candelaria,…pasan de 250, según la
cuenta hecha sobre documentos fidedignos existentes y por nosotros consultados. Muchos de
estos Patriotas fueron aprehendidos en el campo, transportados a la ciudadela y sacrificados
en montón, sin formula de juicio, y lo que es peor, sin averiguarles siquiera sus
nombres.”(Caicedo 100). Esta afirmación es casi imposible de comprobación y despierta
dudas sobre su veracidad por la ausencia de la cita de las fuentes. Sin embargo, lo cierto es
que el pueblo de Natagaima jugó un papel más destacado que Coyaima en la Independencia.
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INDEPENDENCIA.
IV
El apoyo de los ingleses a la Independencia no fue desinteresado. Uno de ellos, movido por
su interés en el oro del río Saldaña, explotado por los indios Coyaimas y sus amigos, llegó a la
hacienda Saldaña de los Caicedo, ubicada en el actual municipio del mismo nombre. Fue el
señor Charles Stuart Cochrane.
La crónica de este agente de los intereses ingleses en la Nueva Granada menciona, entre
otros detalles, la interesante conversación que tuvo con el doctor Domingo Caicedo, en medio
de un almuerzo en la que hablaron sobre el problema más notorio de la economía de la
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región, las sequías y la solución ideal e inmediata cual era la de los pozos artesianos. La
reacción de Caicedo fue la de reconocer la necesidad de los ganaderos, de proteger sus
ganados en tiempos de sequía, y calcular que un hábil constructor de este tipo de pozos haría
una fortuna en Purificación.(Cochrane 253). La idea es que Cochrane plantó una solución que
tardó más de 130 años en llegar a las llanuras del valle del Saldaña, pero no con los pozos
artesianos, sino con la canalización de las aguas del legendario río.
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Según el trabajo inédito del profesor José Antonio Marín, fue un cura huilense llamado Nicolás
Ramírez quien compró, no se sabe por cuánto, gran parte de los terrenos que habían sido
parte del resguardo de Coyaima, en una suerte de subasta pública que se diligenció ante la
autoridad política del entonces cantón del Espinal. (Marín 18). Curiosamente, el clérigo
Ramírez “regaló” posteriormente a los indígenas ochenta fanegadas de tierra para que se
hicieran allí dos vice-parroquias: Macule, en lo que ahora es Olaya Herrera, y para un lugar
llamado Gauipá, con la condición de que no pudieran vender ni ceder la posesión, ni tampoco
criar marranos, ni tener ceba”. Inclusive llegó a prohibírseles la preparación y consumo de la
chicha. (Marín 21) 8
Así, la fundación de la parroquia de Ortega, instalada en medio del gran resguardo indígena,
resultó poblada con pequeños parceleros del antiguo pueblo y resguardo de Coyaima. En
adelante, ya desprotegidos del Rey, los indígenas quedaron en medio de las disputas de
poder por la tierra que las leyes Republicanas, paradójicamente, estimularon al tratar de
convertir a los indígenas en ciudadanos de la Nueva República que querían modelar según el
patrón ideológico de la Ilustración europea, asumida por la triunfante clase burguesa en el
proyecto democrático liberal. Con todo y sus contradictorios principios de individualismo,
propiedad privada, soberanía popular, sufragio, representación política y libertades de trabajo,
comercio, pensamiento y conciencia, iniciaron la lenta, confusa y superficial irrupción en las
tradiciones y el imaginario de las comunidades indígenas forzando un aprendizaje de
conceptos y normas que chocaban con sus intereses y prácticas tradicionales. De tal modo
que, al parecer, el significado de la Independencia para los indios Coyaimas y Natagaimas
consistió en una búsqueda y recuperación de sus patrones de identidad, empezando por su
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CONCLUSIONES
BIBLIOGRAFÍA
1. Aguilera Peña Mario, yRenán Vega Cantor. Ideal Democrático y Revuelta Popular.
Instituto María Cano. Bogotá. 1991.235-236
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LOS INDÍGENAS COYAIMAS Y NATAGAIMAS EN LA
INDEPENDENCIA.
4. Marín, José Antonio. Ramón tique un cacique pijao del siglo XX. Centro regional de
documentación del alto Magdalena, Museo antropológico Universidad del Tolima
1979. 21-26
Entrevista:
Tesis no publicada:
Marín, Juan Antonio, “Belisario Tique Alape, un Cacique Pijao del siglo XX”
Universidad del Tolima. 1979. p 4. Mecanografiada.
Internet:
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