El psicoanálisis hoy en día, es visto como un método de investigación, solido al igual que
un valioso método terapéutico así mismo un gran conjunto de teorías psicológicas y
psicopatológicas que nos brindan la oportunidad de entender la psiquis y ver su desarrollo. Desde la época en donde se dio origen al psicoanálisis se ha podido observar que ha evolucionado y hoy en día en la actualidad es una orientación frecuente y habitual para la intervención psicoterapéutica con niños, adolescentes, grupos, familias, adultos estas sesiones se realizan cara a cara pero en terapias breves.
Ahora, cuando tratamos de revisar la influencia, en este caso de Freud,
creo que debemos distinguir los aspectos que fueron adoptados por la sociedad de aquellos que son propiamente científicos y que deben ser evaluados como tales. Dicho de otra manera, y especialmente respecto del psicoanálisis, debemos distinguir lo que ha quedado de la teoría psicoanalítica en campos diferentes como la sociología, el arte, la literatura o la filosofía, por ejemplo, de lo que es el dominio propio del psicoanálisis: la estructura y función del psiquismo humano.
Es a partir de la formulación de la teoría sobre el aparato psíquico que
Freud introduce una clasificación de las entidades clínicas y sus mecanismos. La evolución de sus observaciones clínicas va acompañada de una crítica de las teorías que resulta en ampliaciones o cambios de las mismas. De este modo podemos observar en Freud lo que es característico del proceder científico, en el que nuevas observaciones influyen en las teorías y resultan en cambios, a veces radicales, o en ampliaciones donde la teoría anterior queda subsumida como caso particular. La perspectiva epistemológica, es decir, la pregunta acerca de que conocimientos aportan las teorías de Freud sobre el funcionamiento y la estructura de lo psíquico es lo que interesa evaluar.
En el caso del psicoanálisis, en mi opinión, la perspectiva mas adecuada
es la de seguir la evolución de la primeras hipótesis y teorías y los agregados y cambios que ocurrieron en el curso del tiempo. Veamos cuales son los aspectos básicos que la caracterizan. En los cimientos de la teoría psicoanalítica esta la hipótesis de que todo proceso psíquico es inconsciente, y que dadas ciertas condiciones sus productos pueden hacerse concientes. Otra de las hipótesis básicas es la que sostiene que en todos los procesos participan los deseos y necesidades, la memoria y los estímulos externos. Los productos que llegan a la conciencia no informan sobre los procesos que los generaron. Pero a partir de ellos es posible reconstruir esos procesos creando condiciones especiales de observación que se dan en la sesión psicoanalítica. Es conveniente aclarar que la reconstrucción es hipotética, es decir, no podemos conocer su contenido de verdad, y solo sirve a los fines de favorecer nuevas dinámicas en los procesos. La relación analista-analizado y su peculiar contexto, permite que se desplieguen nuevas conductas y que el analizado pueda incorporarlas y disponer de ellas fuera de la sesión. De esta manera, los distintos productos, sueños, síntomas, y relaciones con distintos aspectos de la realidad interna y externa se modifican, corrigiendo conductas antiguas e incorporando nuevas.
En el curso del siglo XX han existido diferentes teorías sobre lo psíquico.
Dentro de las que podemos considerar científicas encontramos las que privilegiaron los aspectos observables de la conducta y aquellas, como el psicoanálisis, que postularon la existencia de aspectos no observables de los procesos psíquicos y enfatizaron la importancia de las emociones en la organización de la conducta.
A fines de la primera mitad del siglo fue progresivamente aceptada la
existencia de los procesos inconscientes, y ya avanzada la segunda mitad la importancia de las emociones en todos los fenómenos psíquicos.
Freud creó las entidades clínicas analizando sus observaciones con la
ayuda de las teorías que había propuesto. Los mecanismos psíquicos inconscientes, desarrollados en las teorías, contribuyeron a organizar las relaciones entre los síntomas y signos observables, y la conformación de conjuntos diferenciados de ellos que constituyeron los distintos cuadros clínicos. Contemporáneamente y después de Freud muchos autores enriquecieron las entidades clínicas psicoanalíticas a través de nuevas observaciones y de la introducción de campos de funciones psíquicas que no estaban en los trabajos de Freud. Cabe recalcar que las entidades clínicas creadas por Freud no han sido abandonadas y siguen en uso en la actualidad modificadas en distintos grados por los nuevos aportes. Lo mismo cabe decir sobre la técnica psicoanalítica y su evolución.
Desde el comienzo de su trabajo Freud reconoció explícitamente que sus
hipótesis eran especulativas y que solo podía controlarlas a través de la observación de las conductas de sus pacientes. Su concepción del aparato psíquico fue también una especulación apoyada en los descubrimientos de Ramon y Cajal, quien demostró que el tejido cerebral estaba conformado por unidades discretas, las neuronas, y sus conexiones, descubrimiento que elimino definitivamente la teoría del sincicio cerebral. Toda la teoría de Freud esta apoyada en lo que fue el comienzo del conocimiento de la estructura del cerebro.
La neurociencia actual, entendida como la búsqueda de las estructuras
cerebrales que realizan las funciones psíquicas, sigue el camino del desarrollo científico, en el que las nuevas experiencias permiten mantener, modificar o eliminar hipótesis anteriores. Las relaciones entre el psicoanálisis y las neurociencias son un ejemplo de esta evolución, donde los datos sobre las funciones normales y patológicas acumulados por el psicoanálisis son una guía de gran valor para hacer las preguntas adecuadas sobre el funcionamiento del cerebro.
Como señaló Patricia Kitcher en su libro “Freud’s Dream” la
metapsicologia freudiana, en sus aspectos categoriales, sigue siendo adecuada como descripción del programa de investigación científica del cerebro y sus funciones.
Por el momento, solo podemos afirmar que no existen teorías psicológicas
que compitan con la capacidad descriptiva y explicativa del psicoanálisis y lo hagan obsoleto. Aun queda un largo camino por recorrer en el conocimiento del cerebro, y resulta difícil percibir como será el aspecto de ese conocimiento en un estado mas avanzado de madurez. Pero, por ahora, el psicoanálisis y las neurociencias son trayectorias convergentes y mutuamente fecundantes.
Si alguna vez podremos comprender en forma más o menos completa al
cerebro es algo que aun no sabemos.
La investigación sistemática de los procesos psíquicos como de sus
estructuras de soporte es aun muy joven, y, en mi caso, la perspectiva que se nos presenta hacia el futuro, me produce una alta dosis de entusiasmo y asombro.