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Estrategias de
Liderazgo
Estrategias de Liderazgo

Para comprender las estrategias de liderazgo es preciso comprender


de manera genérica el concepto de Estrategia.

Una estrategia es un patrón o plan que integra las principales metas


y políticas de una organización y, a la vez, establece la secuencia
coherente de las acciones a realizar, para que una organización
alcance la misión propuesta por sus directivos.

Una estrategia es comprendida entonces como un:

Plan

Un Modelo o Patrón

Una Pauta de Acción

Una Posición

Una Perspectiva

Generalmente existe una confusión respecto a la enunciación de los


objetivos, la estrategia y el plan.

Objetivos: “ Quiero ir ahí”


Estrategia: “ Tomaré este camino”
Plan: “ Iré en auto, necesitaré bencina y tardaré dos horas en
completar el recorrido”.

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La estrategia es el “camino” que tiene
que tomar la organización

Revisemos juntos un ejemplo:


Si una organización sin fines de lucro y otra con fines de lucro buscan
como objetivo transcender en el tiempo, a través de su misión y
visión, entonces ¿qué estrategias podrían emplear para cumplir dicho
objetivo?

Sin fines de lucro: Apoyarse en los medios de comunicación, a


través de alianzas estratégicas y RSE, para difundir masivamente
los mensajes de la organización.

Con fines de lucro: Buscar el apoyo de portavoces y/o


rostros conocidos por la audiencia, para que los mensajes de la
organización lleguen al público con mayor credibilidad.

Las estrategias incluyen adaptar la empresa para aprovechar las


oportunidades de un entorno en un constante cambio, que afecta
positiva y negativamente su funcionamiento interno.

El concepto de liderazgo estratégico, es la capacidad de anticipar,


vislumbrar y mantener la flexibilidad, así como de saber delegar
facultades para crear el cambio estratégico cuando sea necesario.
También implica administrar, por medio de las personas, la totalidad
de los recursos de la organización y no tan sólo una unidad funcional,
y afrontar el cambio, cada vez más rápido y profundo. Debido a esta
complejidad y cambio, los líderes estratégicos tienen que aprender a
influir en el comportamiento de las personas en un entorno incierto y
muchas veces imprevisible.

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Con esta información logramos comprender entonces que las formas
de resolver conflictos de diversa índole en una organización, dependen
en gran medida de los líderes a cargo y de la comprensión, predicción
y control de las relaciones internas que surgen a raíz del trabajo a
diario, sin embargo, la Estructura Organizacional es la forma como
la empresa se ordena para coordinar el trabajo de las diversas áreas
funcionales en orientación al logro de los objetivos.

Existen varias maneras de hacerlo, pero lo importante es la coherencia


con el Modelo de Negocios.

La estructura organizacional entonces debe facilitar la autonomía y


permitir el liderazgo de los equipos de trabajo.

Podemos considerar algunas estrategias de liderazgo que podemos


emplear.

La determinación de la estrategia más adecuada para una


organización, se basa en las oportunidades y riesgos identificados en
el medio ambiente y las capacidades distintivas de la organización,
así como también en la capacidad que tenga la empresa de poder
coordinar sus áreas.

Las opciones estratégicas de liderazgo, deben ser evaluadas para


demostrar –apriori- el cumplimiento de los objetivos trazados.

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Warren Bennis y Burt Nanus en su libro líderes. Las
cuatro claves del liderazgo eficaz.
A juicio de estos autores, el liderazgo es una condición de destrezas
que muchas personas tienen, pero que no todos desarrollan, es más,
a su juicio, solo una minoría usa.
Ellos decidieron investigar a través de entrevistas y conversaciones
con casi 100 líderes, para llegar a identificar cuáles son las claves del
desarrollo del liderazgo y qué estrategias emplear.

El resultado se presenta a continuación:

Estrategia I: atención mediante la visión.

“(...) los soñadores diurnos son peligrosos. Pueden representar sus


sueños con ojos abiertos, y convertirlos en realidad” T. E. Lawrence
citado por (Bennis & Nanus, 1985, p. 20).

Los autores determinan que el líder que desarrolla sus capacidades


siempre tiene una agenda, preocupaciones, metas, una visión, que
implica una mirada a los posibles resultados. Es decir, dichas acciones
atrae y da seguridad a las personas que le siguen.

En otras palabras, es el líder quién entiende que “administrar la


atención mediante la visión es crear una mira” (Bennis & Nanus, 1985,
p. 20).

La visión que el líder transmite debe producir motivación y, a la vez,


confianza en la creencia que las acciones a realizar son posibles a los
colaboradores.

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Estrategia II: significado mediante la comunicación.

Según el estudio realizado por Bennis y Nanus, todos las personas


llevamos un Quijote dentro, pero no basta creer lo que se sueña, por
muy hermosas y factibles que sean nuestras ideas, estas deben ser
informadas y comunicadas al restro de los integrantes del equipo
para producir en ellos el estusiamo y sentimiento de compromiso
necesario para alcanzar los objetivos.

De esta estategia se desprende que “el manejo de la significación, el


dominio de la comunicación, es inseparable de un liderazgo eficaz”
(Bennis & Nanus, 1985, p. 24).

Bajo esta premisa, es imprescindible, entonces, revisar las condiciones


de oratoria, el manejo del lenguaje, y la capacidad de entregar
mensajes adecuados (planificados) a los colaboradores, con énfasis,
apelando a las emociones o recurrir a ejemplos significativos para los
receptores con el fin de buscar el efecto deseado en la comunicación.

“Toda organización depende de la existencia de significados


compartidos y de interpretaciones de la realidad, que facilitan la
acción coordinada” (Bennis & Nanus, 1985, p. 27).

Será entonces la preocupación, trabajo y misión del líder identificar


esos significados comunes para motivar la participación de sus
colaboradores.

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Estrategia III: confianza mediante el posicionamiento.

En el ejercicio del liderazgo y por tanto en el de estrategias que se


esperan abordar para la solución de conflictos, es precisamente esta
estrategia la que hace posible que muchas ideas, procesos, objetivos
se lleven a cabo en los equipos de trabajo de las organizaciones,
inclusive en las socidades.

Bajo esta apreciación, no se consiguen seguidores mediante órdenes,


la adhesión a las diversas causas que persiga un equipo de trabajo, se
logra con mayor efectividad a partir del propio ejemplo que entrega
el líder en su rol y quehacer a diario.

La confianza “implica responsabilidad, predecibilidad y confiabilidad”


(Bennis & Nanus, 1985, p. 31).

Esto se entiende como la predicción en la acción del líder, ya que se


conocen de antemano las tácticas que el líder va a realizar, el modo
cómo va a responder, su posición es conocida y respetada, porque se
ha dado a conocer y siempre mantiene una posición clara frende a
los colaboradores, actuando con objetividad dentro de lo que tanto él
como la organización establecen como correcto.

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Estrategia IV: despliegue del yo mediante: 1) el auto
concepto positivo y 2) el factor Wallenda.

Como ya sabemos el ejercicio del liderazo es esencialmente humano,


y esto quiere decir que, el líder debe ser capaz de administrar el yo de
manera crítica, pero basado en el autoconcepto positivo que tenga
de sí mismo, es decir, a partir de sus fortalezas y capacidades, pero
consciente de sus debilidades, actuar objetivamente, no caer en
abuso de poder, o actitudes narcisistas.

Según el estudio a los líderes entrevistados, los autores descubrieron


razgos en ellos, “pero sabían cuánto valían. Confiaban en sí mismos
sin permitir que su ego o su imagen interfiriera” (Bennis & Nanus,
1985, p. 40).

El factor Wallenda, se refiere a que una de las características


importantes del liderazgo, es que no está presente el fracasar, tanto
así es que de los entrevistados varios de ellos señala que un error o
falta, es una manera de hacer las cosas.

Karl Wallenda fue un equilibrista circense que arriesgaba su vida cada


vez que se presentaba caminando por la cuerda. Murió el año 1978 y,
a juicio de su esposa, fue cuando pensó que podía fracasar, de ahí el
nombre incluído en esta estrategia.

Podríamos decir entonces que el factor Wallenda, alude al aprendizaje


que puede generar un error, vale decir, todo aprendizaje lleva implícito
el fracaso, y de ahí se desprende el aprendizaje continuado.

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Es entonces el líder quien debe considerar dejar espacio para el
aprendizaje a tal punto que no lleve a la organización a un caos total,
en el ejercicio de ensayo y error que pueden tener las áreas funcionales
de la empresa en virtud de alcanzar sus metas.

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