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DELMIRA AGUSTINI

Delmira Agustini nació en Montevideo el 24 de octubre de 1886 en una familia burguesa, hija de Santiago
Agustini y de María Murtfeldt. Fue una niña solitaria, educada en el propio hogar donde recibió clases de
francés, de música y de pintura, a cargo de maestros particulares.

A los dieciocho años escribía columnas en La Alborada. Colaboró también en una sección titulada "La legión
etérea" que firmaba con el seudónimo de Joujou. En ella hacía retratos de mujeres de la burguesía
montevideana que sobresalían en la vida cultural y social. Eran retratos al estilo modernista, entre ellas destaca
la de María Eugenia Vaz Ferreira . Rápidamente se convirtió en un personaje de la vida cultural, siempre
acompañada por su madre. Publicó en 1907 su primer libro: El libro blanco y en 1910 Cantos de la mañana. En
1912 Rubén Darío, el creador del Modernismo, llegó a Montevideo y fue a visitar a la poetisa y la visita lo
maravilló. Prologó su libro Los cálices vacios con la siguientes palabras: “De todas las mujeres que hoy
escriben en verso ninguna ha impresionado mi ánimo como Delmira Agustini... es la primera vez que en lengua
castellana aparece un alma femenina en el orgullo de su inocencia y de su amor, a no ser Santa Teresa en su
exaltación... si esta niña bella continúa en la lírica revelación de su espíritu como hasta ahora, va a asombrar a
nuestro mundo de habla española... pues por ser muy mujer dice cosas exquisitas que nunca se han dicho”

Agustini se casó con Enrique Job Reyes, un joven comerciante, el 14 de agosto de 1913. A los cincuenta y tres
días de casada, volvió a la casa de sus padres. 5 Por ese tiempo empieza a cartearse con el escritor
argentino Manuel Ugarte, al que solía ver en Montevideo.6 En pleno proceso de divorcio, visitó a su marido
varias veces. Este achacaba la causa de la ruptura a su madre, la influencia que María Murtfeldt ejercía sobre
ella. El fallo de la disolución del matrimonio fue el 5 de junio de 1914. La tarde del 6 de julio, él la citó en una
habitación alquilada. Reyes le disparó dos veces en la cabeza, y luego se suicidó. 7 Este asesinato fue de gran
trascendencia mediática presentando la prensa a ambos como víctimas de un amor irracional. 8 Según el
testimonio de algunos amigos, el cuarto de Reyes estaba repleto de recuerdos y fotografías de la poeta

LA MUSA

Yo la quiero cambiante, misteriosa y compleja;


....

Con dos ojos de abismo que se vuelvan fanales;


En su boca, una fruta perfumada y bermeja
Que destile más miel que los rubios panales,
.
A veces nos asalte un aguijón de abeja;
....

Una raptos feroces á gestos imperiales


Y sorprenda en su risa el dolor de una queja;
En sus manos asombren caricias y puñales!
.
Y que vibre, y desmaye, y llore, y ruja, y cante,
....

Y sea águila, tigre, paloma en un instante,


Que el Universo quepa en sus ánsias divinas;
Tenga una voz que hiele, que suspenda, que inflame,
Y una frente que erguida su corona reclame
De rosas, de diamantes, de estrellas ó de espinas!
Explosión

Si la vida es amor, ¡bendita sea!


¡Quiero más vida para amar! Hoy siento
Que no valen mil años de la idea
Lo que un minuto azul de sentimiento.
Mi corazón moría triste y lento...
Hoy abre en luz como una flor febea;
¡La vida brota como un mar violento
Donde la mano del amor golpea!
Hoy partió hacia la noche, triste, fría,
Rotas las alas, mi melancolía;
Como una vieja mancha de dolor
En la sombra lejana se deslíe...
¡Mi vida toda canta, besa, ríe!
¡Mi vida toda es una boca en flor!
(De El libro blanco (Frágil), 1907)

IDA VITALE

Nace el 2 de noviembre de 1923, poetisa, traductora, ensayista, profesora y crítica literaria uruguaya, miembro
de la generación del 45. Ha recibido diversos premios, entre ellos Premio Octavio Paz (2009) el Premio Alfonso
Reyes (2014) el Premio Reina Sofía (2015), el Premio Internacional de Poesía Federico García Lorca (2016),
el Premio Max Jacob (2017) y el Premio Cervantes (2018 ) que valora "su lenguaje, uno de los más
reconocidos en español".

Estudió Humanidades en Uruguay y ejerció la profesión docente. Colaboró en el semanario Marcha; entre 1962
y 1964 dirigió la página literaria del diario uruguayo Época. Fue codirectora de la revista Clinamen e integró la
dirección de la revista Maldoror.
Empujada por la dictadura cívico-militar de Uruguay (1973-1985) se exilió a México en 19743 y, tras conocer
a Octavio Paz, este la introdujo en el comité asesor de la revista Vuelta. Además participó en la fundación del
periódico Uno Más Uno y continuó dedicada a la enseñanza, impartiendo un seminario en El Colegio de México.
Amplió su obra cultivando el ensayo y la crítica literaria (que ejerció en El País, Marcha, Época, Jaque y, entre
otras, en las revistas Clinamen, Asir, Maldoror, Crisis de Buenos Aires, Eco de Bogotá; Vuelta y Unomásuno, de
México; El pez y la serpiente de Nicaragua...) Tradujo libros para el Fondo de Cultura Económica; impartió
conferencias y lecturas, participó en jurados y colaboró en numerosos diarios.
Regresó a Uruguay en 1984 donde dirigió la página cultural del semanario Jaque. "Dejamos México (con Fierro)
cuando acá volvía la democracia y creíamos que era nuestra obligación volver", afirmó Vitale, quien permaneció
solo un par de años en Uruguay y luego volvió a emigrar, aunque esta vez a Estados Unidos. 3
En 1989 se instaló en Austin (Texas) junto a su segundo marido, el también poeta Enrique Fierro, viajando
esporádicamente a Montevideo. Fue nombrada doctora honoris causa por la Universidad de la República en
2010. En Texas permaneció 30 años hasta que en 2016 enviudó y decidió regresar a Montevideo donde reside
en la actualidad.3
En 2018 recibió el Premio Cervantes, siendo el acto de entrega el 23 de abril de 2019 en la Universidad de
Alcalá. En 2019 publicó sus memorias Shakespeare Palace. Mosaicos de mi vida en México.4

EL DÍA, UN LABERINTO
El día, un laberinto
donde sólo tienes la luz
unos minutos.

Te asomas a la mesa que marea,


miras papeles,
mares que se ajan,
letras confusas,
hojas de otro otoño,
el registro del día,
el laberinto
donde sólo tuviste luz
unos minutos.

CASAS

Salas en sombra, ciegas, casas solas,


nos miran con paciencia partir,
nos gravan con su quietud,
suspendidas en umbrales que esperan.
Saben que siempre se regresa a ellas,
al silo que su sitio significa,
más que a la ciudad misma.

(¿Pero en qué noche regresamos? ¿Cómo?


¿A ser fantasmas, con celo lo adventicio,
que ambula sin sustento?)

A veces, a nuestra espalda caen.

Luego,
un dibujo de puntos
cuelga el balcón ausente
y visiones se asoman pero ya no nos miran.

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