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LA ESQUIZOFRENIA

“si hablas con Dios estás rezando; si Dios te habla tienes esquizofrenia. Si los muertos te hablan,
eres un espiritualista; si Dios te habla, eres un esquizofrénico” Thomas Szasz.

La esquizofrenia es un trastorno mental que se caracteriza por la alteración del pensamiento, los
síntomas conllevan al deterioro de la vida funcional de las personas que la padecen. Cuando se
habla de afectación a nivel del pensamiento esto, quiere decir, que se alteran las funciones
ejecutivas como la cognición, el comportamiento y emociones. Aunque se desconoce la causa se
atribuye a factores genéticos, ambientales, consumo de alucinógenos y alteración de algunos
neurotransmisores como la dopamina, la serotonina y el glutamato.
Es importante tener conocimiento sobre la sintomatología de esta alteración, encontramos que
existen unos síntomas positivos y unos negativos. Los primeros son característicos de una fase
aguda de ciertas enfermedades psicóticas los pacientes se encuentran en una mayor activación hay
un estado de hiperalerta e hipersensibilidad a estímulos externos los cuales son delirios, que hace
referencia a las creencias falsas de la realidad que se mantienen y las alucinaciones implican ver o
escuchar cosas que no existen, las más frecuentes son las auditivas. Los segundos se pueden
observar en pacientes con cuadros psicóticos crónicos, predomina el deterioro sociolaboral y
cognoscitivo los cuales son el aplanamiento o embotamiento afectivo, alogia es la ausencia o
disminución del lenguaje, abulia es la falta de energía para hacer algo, anhedonia es la falta de
placer y catatonía es un síndrome psicomotor.
por otro lado, existen diferentes tipos de esquizofrenia como; la paranoide, que se caracteriza por
el predominio de delirios o alucinaciones auditivas sin la presencia de otros síntomas en áreas como
el pensamiento, afecto y conducta motora, la catatónica presenta síntomas en el área motora como
negativismo, agitación y rigidez, la desorganizada como lo indica hace referencia a la
desorganización del pensamiento y la conducta junto con afecto inapropiado, la residual
caracterizada por la presencia continua de síntomas residuales o positivos atenuados e
indiferenciada características que no permite incluirla dentro de los grupos anteriores.
A la hora de realizar el diagnóstico se debe tener en cuenta, primero descartar otros trastornos de
salud mental y orgánico, según el DSM-V los síntomas deben permanecer por un mes o más y debe
cumplir con dos o más de los siguientes; ideas delirantes, alucinaciones, lenguaje desorganizado,
comportamiento catatónico, síntomas negativos como aplanamiento afectivo, alogia o abulia. Es
importante saber que se da entre los 20 a los 25 años de edad, es poco común en niños y adultos
mayores de 45.
Las alternativas farmacológicas tienen como objetivo controlar los signos y síntomas, los
antipsicóticos pueden ser los típicos que son de primera generación, mas eficientes, tienen mayor
efectos secundarios como los síntomas extrapiramidales entre los cuales encontramos el Parkinson
que se caracteriza por temblores, rigidez en los músculos y lentitud en los movimientos voluntarios
bradicinesia y ausencia de movimientos acinesia, la distonía es el movimiento involuntario de
cuello, cara y tronco, acatisia incapacidad de mantenerse quieto y la discinesia tardía movimientos
involuntarios que no mejora con fármacos. Algunos de estos pueden ser el haloperidol y la
levomepromazina. Por otro lado, encontramos los atípicos estos son de segunda generación, son
modernos menos efectos secundarios entre los que se encuentran la sulpirida, quetiapina y clozapina
que produce agranulocitosis destrucción de los glóbulos blancos.
Para finalizar es de suma importancia la intervención desde un punto de vista multidisciplinar, en
donde se pueda trabajar con un equipo medico completo como el psiquiatra, el psicólogo, personal
de enfermería y la red de apoyo. Por consiguiente, se aborda desde la terapia individual, el
entrenamiento de habilidades sociales y la terapia familiar. Estos pacientes requieren
acompañamiento de por vida aun si los síntomas mejoran con el tratamiento de antipsicóticos y
terapia.

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