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3.1.

Pequesaurio
En el Museo de Ciencias Naturales vivía un pequeño dinosaurio. Estaba, junto a sus parientes,
disecado y encerrado en una vitrina de cristal.
El rostro de Pequesaurio, que así se llamaba, era muy triste. Cada día se sentía observado por
cientos de visitantes que se reían de su pequeña estatura y comentaban: «Este debió ser una
transición con los reptiles». «Mira qué cara más pequeña y qué cuello! Es un poco feo».
Estas comparaciones no eran lo que realmente preocupaba a nuestro pequeño dinosaurio, sino
su falta de libertad. Pequesaurio se pasaba el día pensando: «Me gustaría salir de aquí. Moverme
y andar por las calles; pero estoy disecado»).
Una noche pensó y deseó ser libre con tanta fuerza que su corazón empezó a latir y su sueño se
hizo realidad. Pequesaurio no se explicaba Jo sucedido; ni de dónde procedía el milagro.
Muy contento exclamó: «Estoy vivo ¡Puedo andar!».
Rompió, sin esfuerzo, el cristal que le tenía encerrado. Comenzaba a caminar hacia la salida,
cuando de pronto escuchó una voz. Era la de su madre que, muy cariñosa, le decía: «Cuidado,
hijo. Si te cogen te matarán».
Pequesaurio intentó tranquilizarla, pero debía seguir su camino antes de que amaneciera y se
despidió, prometiendo volver Se acercó a una puerta, forzó el pestillo y salió a la calle.
Era de noche, las estrellas iluminaban las calles desiertas. El dinosaurio cruzó la ciudad y llegó
a un monte cercano. Allí, cansado del paseo, se durmió.
Al amanecer, despertó sobresaltado sintiendo un golpe en una pierna. Miró a su alrededor y vio
que estaba rodeado de policías y gente que gritaba. La pierna empezó a dolerle y sintió mucho
sueño. Le habían inyectado un tranquilizante.
Despertó horas después. Estaba encerrado en una enorme jaula de hierro. Pequesaurio, otra vez
sin Libertad, lloraba sin comprender la insistencia de aquellos hombres en tenerlo encerrado.
Un guardia de seguridad se acercó y le preguntó: « ¿Por qué lloras, dinosaurio?».
Pequesaurio respondió tristemente: «Estoy encerrado y no entiendo la razón. ¿Soy peligroso?
¿Tú puedes explicarme por qué?».
«Tu tamaño es enorme. Todos tienen miedo de que destroces sus casas y mates a sus hijos.
Encerrándote se defienden y se sienten más seguros», contestó el guardia.
«Y tú no tienes miedo?», preguntó el pequeño. Y el vigilante, con seguridad, respondió: «De
qué tengo que temer? Tengo una pistola y tú estás encerrado».
«Yo sólo quería tener amigos y ver el mundo», prosiguió el dinosaurio.
El guardia no le escuchó. Se alejó, desinteresado por esa amistad, a vigilar a otros animales
salvajes y peligrosos.
A Pequesaurio lo trasladaron a un zoológico. Allí le visitaba mucha gente. Le saludaban y
hablaban con él. Algunos, especialmente los niños, se hicieron sus amigos; a pesar de que a sus
padres no les gustaba que se acercaran a aquel enorme animal.
Un día, un niño se cayó al interior de la enorme jaula. La policía, alarmad a, se disponía a
inyectar al dinosaurio un tranquilizante. De repente se escuchó un fuerte aplauso. Pequesaurio
había recogido al niño con sus grandes labios y le había dejado junto a sus padres sin hacerle
ningún daño.
Desde aquel día, a Pequesaurio se le concedió el placer de pasear. Sin guardianes, con la
condición de que no saliera del parque.
Una noche Pequesaurio se fue al museo a buscar a su familia. Les invitó a que desearan en su
interior ser libres; pero no estaban muy convencidos y nunca lo consiguieron. Siguen allí, en el
museo de Ciencias Naturales.
Temas

LIBERTAD. VOLUNTAD, APARIENCIAS. ACEPTAClÓN DE LAS DIFERENCIAS

Actividades

1. ¿Qué sentimientos, recuerdos o ideas os ha sugerido la lectura del cuento? ¿Están


relacionados con la idea principal del mismo?
2. ¿Qué valores aparecen a lo largo del cuento? ¿Aparecen contravalores? Discutid su existencia
en la sociedad actual.
3. Salid a la calle y preguntad a la gente que encontréis qué entienden ellos por libertad.
Comentad estas respuestas en grupo e intentad definir la libertad. Con respecto a esa definición,
¿os consideráis unas personas libres? ¿Favorece la sociedad actual la libertad?
4. Escribid en una lista los deseos que cada uno quiere alcanzar. ¿Os parecen imposibles como a
Pequesaurio? ¿Es necesaria la fe y la voluntad que tenía Pequesaurio para lograrlos? ¿Tenéis
vosotros esa voluntad? ¿O el miedo puede paralizar esos deseos?
5. Haced un dibujo o símbolo que represente, para vosotros, la libertad. Presentadlo en el grupo
y explicad su significado.

6. Observad en vuestro barrio o pueblo situaciones que privan de libertad (droga, cárcel,
marginación, sida...). ¿Tienen estos colectivos deseos de libertad? ¿Tienen voluntad suficiente
para alcanzarla? ¿Por qué llegan a esas situaciones? Contactad con colectivos que atiendan estas
situaciones y procurad colaborar con ellos.

7. ¿Hay momentos en que juzgáis por las apariencias y otros en que os sentís juzgados?
Escribidlos en dos listas. ¿Cómo os sentís en esos momentos? ¿Son acertados esos juicios? ¿Por
qué se utilizan las apariencias para juzgar a los demás?

8.. ¿Os sentís más seguros cuando la gente que os da miedo está encerrada y vigilada con armas
por si escapa? ¿Conocéis a esa gente? ¿Creéis que pueden «salvar a un niño» como
Pequesaurio? Entrad en contacto con personas que conozcan bien estas situaciones.
9. Jesús de Nazaret conocía bien a leprosos, prostitutas, viudas... ¿Quiénes son los marginados
en la sociedad actual? ¿Son apartados de la gente «normal»? ¿Existen personas que se acerquen
a ellos? Intentad acercaros a estas situaciones y ved si podéis ayudar.
10. Cread, entre todos, un juego, la Dino-oca. En cada casilla deben aparecer pruebas y
preguntas relacionadas con el cuento, el diálogo y la reflexión realizados. Incluiremos preguntas
históricas sobre grandes hazañas y formas de lograr pequeñas hazañas cotidianas. (Si los chicos
son pequeños les invitaremos a construir los personajes de la historia. Les iremos proponiendo
nuevas dificultades que los dinosaurios han de salvar: para que ellos continúen la historia).
3.2. Secuestradas

Había una vez un vaquero, muy joven y altísimo, que cabalgaba por las calientes arenas del
Oeste americano. Cabalgaba y cabalgaba día y noche sin descanso. Su cuerpo era muy
desgarbado y largo. Por fin decidió tumbarse a la sombra de un árbol.
De pronto escuchó una lejana canción. Era como un susurro. Se puso en pie y empezó a mirar
por todas partes, buscando a quien cantaba. Y la encontró. Encima de su cabeza, entre las ramas
del árbol que le daban sombra, se encontraba una diminuta mujer que tejía algo entre sus dedos.
El vaquero, en un susurro, comentó: «Cantas muy bien».
La joven, asustada, le gritó: «Calla y vete de aquí! Pronto vendrá el gigante que tiene
secuestradas a todas las chicas de mi pueblo. ¡Te partirá en mil pedazos!».
El joven, riéndose a carcajadas, indicó: «Aquí no hay gigantes. Esos enormes hombres sólo
existían en los cuentos de mi abuela».
«Espera y verás», respondió la joven.
De pronto sintió unas fuertes pisadas que hacían temblar el suelo. Se ocultó detrás del árbol y
vio a un gigante. Aquel enorme ser cogió a la pequeña joven del árbol, la sentó en la palma de
su mano y le gritó que cantara para él.
Ella empezó a cantar, pero el gigante, al momento la colocó con violencia en su hombro
diciendo: «Hoy lo haces fatal! Lávame las orejas y péiname».
Las demás jóvenes tejían y tejían para el gigante una gran camisa dorada. El quería ponérsela el
día de su boda. ¿Sabéis con quién quería casarse? Con la joven que cantaba, que en realidad era
una princesa.
Una de las chicas, que se dio cuenta de la presencia del vaquero, se acercó a su escondite y le
preguntó: «¿Quieres ayudarnos?».
El joven ¡indicó: «Me parece difícil. Todo lo que tengo de alto lo tengo de torpe».
La muchacha le animó diciendo: «Inténtalo. Somos un equipo y te ayudaremos. Acércate esta
noche a la Gruta del Águila».
Así lo hizo. En la entrada de la cueva se encontró un ratón con gafas. El animalillo, después de
examinarlo de cerca, sentencié: «Pareces menos orgulloso que los anteriores. Espero que sepas
seguir mis instrucciones al pie de la letra. Recuerda que somos un equipo».

«Espero ser útil. Ya le dije a la muchacha secuestrada que yo todo lo que tengo de alto lo tengo
de torpe», contestó el vaquero.
El ratoncillo, nervioso, añadió: «Bueno, bueno. No te repitas tanto. Todos tenemos algún fallo».

«¿Quién eres?», preguntó el vaquero. El ratoncillo respondió: «Es largo de contar. Lo resumiré.
Ese maldito gigante y yo pertenecemos a un pueblo de enanos que viven en este pozo», y señaló
un hoyo profundo en la entrad a de la gruta. Luego continuó diciendo: «Los dos éramos magos.
Él, que es un orgulloso, utilizó el agua mágica del pozo para convenirse en gigante y
transformarme a mí en un ratón. Ahora que ya conoces la historia escucha mi plan. Has de coger
un cubo de agua mágica del pozo y atárselo al gigante a los pies. Y luego le haces cosquillas».
El vaquero preguntó: «¿Y dónde está ahora ese tipo?».
Allí. En esa cueva en lo alto del monte», contestó el ratoncillo.
El vaquero, abriendo los ojos como plato, vio una especie de cuerda que se deslizaba monte
abajo, invitándole a trepar.
Al acercarse observó que eran trozos de vestidos anudados por sus extremos. Las muchachas
secuestradas lo habían construido.
El ratoncillo le animó: «Vete y suerte! Todos los enanos del pozo estarán concentrados para
darte su poder».
El joven, lentamente, escaló la montaña. Iba despacio porque no quería que su desgarbado
cuerpo le hiciera cometer una torpeza y así despertar al gigante. Por fin alcanzó la cima. Entró
en la cueva y ató el cubo a los pies del gigante. Luego comenzó a hacerle cosquillas. El gigante,
asustado, se levantó con un brusco respingo. El agua del cubo se derramó sobre su cabeza y
volvió a convenirse en un enano.
Al momento, apareció el ratoncillo de las gafas, convertido también en otro pequeño
hombrecillo y agradeció al vaquero su esfuerzo y gran voluntad.
El gigante transformado gritó: «Maldito colega! ¡Te destruiré; porque aún soy un mago!».
El otro le contestó: «Ni tú ni yo lo somos. No recuperaremos nuestra magia hasta que no
demostremos a nuestro pueblo que se pueden fiar de nosotros».
Las secuestradas le invitaron a su pueblo y organizaron una gran fiesta para celebrar su
liberación.

Temas

TRABAJO, EQUIPO, LIBERTAD, LIBERACIÓN

Actividades
1. Representad la idea principal del cuento. ¿Se reflejan los valores y contravalores que
aparecen en el mismo?

2. Pensad en un grupo. ¿Es necesario que todos sus miembros sean igual es? ¿Qué es lo
importante? En vuestro grupo, ¿sois todos iguales, o sois diferentes? Contad vuestras
experiencias de trabajo en grupo.
3. Enumerad los grupos a los cuales pertenecéis y plasmadlos en un mural representando el
lugar que cada uno ocupa en ellos, sus actitud es en los mismos y las tareas que esos grupos
realizan.
4. ¿Todos los grupos existentes persiguen los mismos fines o hay grupos con intereses
antagónicos? Formad parejas de grupos antagónicos
y comentad la raíz de ese antagonismo. ¿Qué grupos son antagónicos
o contrarios al vuestro? ¿Por qué?
5. ¿Es importante la pertenencia a algún grupo? Salid a la calle y preguntad a qué grupos
pertenece la gente que os encontréis. Analizad las respuestas viendo qué grupos se repiten más.
Cuáles menos y cuáles no aparecen. ¿Por qué?
6. Elaborad una lista con los grupos existentes en vuestra zona que liberen a personas
«secuestradas» por la droga, el paro, la marginación. La enfermedad... Observad su método de
trabajo en grupo. ¿Tienen alguna cualidad que vosotros no tengáis? ¿Podríais colaborar con
ellos?
7. Buscad en la prensa diaria noticias referidas a personas cuya libertad se ve, de alguna manera
coartada. ¿Cómo son tratadas estas personas? ¿Y el elemento que les priva de su libertad?
8. Buscad en la Biblia textos en los cuales alguien es liberado. ¿Cómo es considerado el
liberador? ¿Tiene alguna cualidad que vosotros no tengáis? ¿Podéis comprometeros a ser
liberadores?
9. Escoged a un observador por cada grupo, para anotar todos los detalles que vea sobre el
funcionamiento, actitudes y comportamientos de los integrantes del equipo de trabajo. La tarea
consistirá en confeccionar una cadena. En cada anilla que la forme se escribirá e] nombre de
uno de los miembros del grupo, sus cualidades y defectos. Antes de iniciar el trabajo, conviene
animar a funcionar con unas pautas concretas:
— Participación de todos. Escuchar a cada uno y respetar su opinión y ritmo.
— Repartid equitativamente las tareas. Valorad las cualidades de cada uno y animad a todos a
realizar su parte en el trabajo.
— Al final dialogad sobre la experiencia realizada. El observador será una pieza importante en
la revisión.
10. Escribid cada uno y leed una carta a alguna persona secuestrada o que sufra por la violación
de los derechos humanos.
3.3.
Un guitarrista en el tejado
Arnold era un gato que contemplaba desde su ventana, silenciosamente, el revolotear de los
pájaros. La primavera había reunido a un buen número de ellos en el parque que había enfrente
de su casa. Las aves se columpiaban en los cables de la luz. Se balanceaban en las débiles ramas
de los árboles, preparando sus nidos. Y se acercaban volando a la ventana del gato.
Arnoid no miraba sólo para distraerse. Estaba ideando un plan.
Comenzó a escalar por las tuberías exteriores del edificio. Llegó al tejad o. Allí estaba más
cerca de los pájaros. Se relamía pensando en el festín que se iba a dar. Estudió palmo a palmo el
tejado. Unos metros más a la derecha descubrió un nido. Ante la sorpresa. Sus ojos se salían de
sus órbitas y exclamó muy bajito: «Me encantan los huevos de ave y mucho más los recién
nacidos! ¡Me voy a poner las botas!».
Detrás de él. Oyó una voz que le dijo: «Vaya! si aquí está el guitarrista que canta
melodiosamente a la luna».
Arnoid preguntó muy asombrado: «Hablas conmigo?».
Un gorrión muy gordo. Que no paraba de picotear un trozo de pan duro, le contestó: ((Sí, desde
luego. ¿Por qué no nos deleitas con tus canciones? ¿En esta mañana tan soleada?».
El gato estaba muy sorprendido. No quiso rechazar la oportunidad de hacer una demostración
con su guitarra. Aun sabiendo que no dominaba el instrumento. Bajó como un relámpago por las
tuberías. Entró en la casa de un salto, por la ventana, cogió su guitarra y volvió a subir al tejado
a toda prisa.
Al llegar, Arnold abrió los ojos como platos, exclamando: «dónde está el nido? ¿Y los pájaros?
¡Han volado! ¡Todo ha desaparecido!».
Miró a su alrededor y dijo: <dónde están los que se balanceaban en los cables de la luz? ¿Por
qué he sido tan tonto?».
Bajó de nuevo a su ventana. Se sentó. Desolado, y pensó: «Pero si yo toco fatal la guitarra...
Nunca he cantado a la luz de la luna... Quería engañarles y me han engañado. He perdido un
plato estupendo».

LIBERTAD, OPORTUNIDAD, INGENIO

Actividades
1. Arnold había planeado todo meticulosamente. ¿Qué sentimientos os provoca su historia? A
favor de Arnold, desilusión, alegría.
2. ¿Cómo era Arnold? ¿Qué defecto le hace reaccionar ante el imprevisto?
3. Dibujad la historia en forma de comic. Imaginad otros finales diferentes.
4. Poneos en el lugar de Arnold. ¿Cómo hubierais reaccionado?
5. Relatad una situación, cada uno, en la que, por «pasaros de listos», hayáis dado «un buen
patinazo». ¿Qué sentisteis? ¿Qué sentís al record arlo?
6. Anotad vuestros planes y proyectos en una hoja. Cuando hacéis plan es, ¿imagináis lo que va
a pasar? Pensad en obstáculos que puedan surgir. ¿Cómo reaccionaríais? ¿Qué sucede si no
planificáis las tareas?
7. Pensad en algún personaje de la historia al que le haya ocurrido algún a situación parecida.
Analizad las consecuencias.
8. Invitadles a dibujarse ellos mismos ante la realización de objetivos o respuestas a imprevistos
y dialogadlos en el grupo.
9. ¿Cómo os gustaría llegar a ser? Plantead cada uno una serie de actitud es y comprometeos a
ejercitarlas. Después de un tiempo, haced una
autoevaluación.

3.4
Los cazafantasmas cazados
Una pandilla de amigos japoneses decidieron irse de acampada cerca de unas ruinas antiguas.
Todos, menos Soly y Chan, estaban muy contentos y colaboraban en la construcción del
campamento.
Soly y Chan consideraron que debían ser útiles de alguna manera y demostrar a todos que ellos
también eran importantes. Después de pensar durante un rato, Soly dijo: «Tengo una idea! Esta
noche nos disfrazaremos de fantasmas. Saldremos de las ruinas y, al momento, nos volveremos
a esconder. Luego nos ofreceremos para encontrar a los fantasmas y destruirlos».
Dicho y hecho. Cuando la oscuridad cubría el campamento, aterrorizaron por unos segundos al
resto de la pandilla.
Pero inesperadamente sus amigos decidieron «plantar cara» a los fantasmas. Cogieron palos y
piedras. Los acorralaron y los molieron a palos. Soly y Chan aullaban de dolor y pedían
compasión, hasta que los soltaron y pudieron refugiarse en el interior de las ruinas.
Todos regresaron a sus tiendas de campaña. Entonces descubrieron que fallaban los dos amigos.
Ya iban a buscarlos, pensando que habían caído en poder de los fantasmas, cuando aparecieron
magullados y muy sucios. El resto de la pandilla los miraba sorprendida y ellos optaron por
contar la verdad y pedir perdón.
La pequeña de la pandilla les informó: «A nosotros no necesitáis demostrarnos nada. Basta con
que sigáis siendo nuestros amigos».
<(Sois ocurrentes y simpáticos», añadió Lun, el más fuerte de todos. Y Senet concluyó:
«Aunque a veces algo vagos, ¿verdad?».
Se fueron a descansar. A la mañana siguiente estaban todos desayunando cuando una serpiente
apareció en el campamento. Era enorme como un dragón. Comenzó a tragarse a algunos de los
amigos de Soly y Chan. Estos, muertos de miedo, se habían escondido.
«Estoy muy asustado —dijo Soly—. ¡Como se enteren nuestros padres de que no hemos
defendido a nuestros amigos!». Creo que al huir hemos acertado. Ahora pensaremos un plan
para salvarlos», contestó Chan.
«Tengo una idea!», dijo Soly. Chan le replicó: «Espero que sea mejor que la última que
tuviste».
Encendieron la hoguera del campamento y pusieron a asar. Sobre una parrilla, varias chuletas
que habían traído de casa.

La serpiente, que estaba dormida haciendo la digestión, al olor de la carne asada se despertó y,
casi hipnotizada, se tragó las chuletas, y como estaban tan pegadas a las brasas, la serpiente-
dragón se tragó estas también. Le ardió el estómago y comenzó a toser. Por su boca fueron
lanzados Los amigos de Soly y Chan, junto a otros animales, que habían sido engullidos por la
monstruosa serpiente.
TEMAS

LIBERTAD, INGENIO
Actividades
1. Escribid en una cartulina las ideas que aparecen en el cuento y comentadlas en el grupo.
2. ¿Qué sentimientos ha despertado en vosotros la lectura del cuento? ¿Con qué personaje os
sentís más identificados? ¿Por qué?
3. Pensad en cuántas ocasiones buscáis ser reconocidos por los demás. ¿Qué formas utilizáis
para llamar la atención? ¿Por qué esta necesidad? ¿Qué demuestra?
4. Recordad ocasiones en las que buscáis protagonismo. ¿Puede esta actitud dejaros sin amigos?
¿Puede hacer daño a la gente que tenéis al lado? ¿Es un camino de integración en un grupo,
pandilla...?
5. Pensad en vuestra actitud ante los demás. ¿Os preocupa el «qué dirán»? ¿Os preocupa vuestra
actitud? ¿Os impide esto ser vosotros mismos?
6. Pensad en situaciones como las del cuento. ¿Cómo reaccionaríais al conocer el engaño de
algún amigo? ¿Perdonaríais?
7. Representad el cuento siendo cada uno un personaje. Comentad en el grupo los sentimientos
que ese personaje ha hecho surgir en vosotros.
8. Jesús veía valores en todas las personas, sabía perdonar. Leed algún pasaje del evangelio en
relación al tema. ¿Se parece a vuestra actitud es?
9. Imaginad una nueva aventura de este grupo de amigos. ¿Cómo creéis que terminaría?
Representadlo en un comic.
1& Haced una lista de vuestras cualidades. ¿Hay alguna que tengáis escondida y no mostréis a
los que os rodean? ¿Por qué? ¿Hay alguna que tengáis sólo en apariencia?

3.5
El hombre-cóndor y la sirena
Cuenta la Leyenda que, al principio de todos los tiempos, vivía un hombre- cóndor que volaba
majestuosamente sobre las nubes y los montes.
Un día de verano, sobrevolando un acantilado, vio a una hermosa mujer-pez, una sirena..., y se
ocultó en una gruta para contemplarla.
La sirena estaba sentada sobre las rocas. Cantaba y cantaba sin cesar hermosas canciones.
Escogía corales y perlas. Luego las trenzaba para hacer coronas y regalárselas a los reyes del
mundo que eran agradecidos con el mar.
La mujer-pez se dio cuenta de la presencia del hombre-cóndor. Le pidió que se acercase y
estuvieron hablando largas horas. La noche llegó y ella quiso que el cóndor se quedara para
siempre a su lado. El hombre-cóndor le contestó: «No, sirena. ¿Por qué no vienes tú a mi nido
en lo alto del acantilado?».
Ella insistió diciendo: «No. Vente a mi cueva en lo bajo del acantilado. Te protegeré de las
rocas».
«Y yo, en lo alto, te protegeré de las tormentas», replicó el cóndor, para convencerla.
Ninguno de los dos quería abandonar su hogar para formar una nueva familia.
Sus familias, el mar y el aire, opinaban que debían dejar de verse. Antiguas leyendas decían que
las uniones cóndores-peces no daban buenos resultados.
El cóndor y la sirena, que estaban enamorados, tenían miedo al riesgo y durante un tiempo
siguieron los prudentes consejos de sus respectivas familias.
Pero se amaban. En silencio se miraban día y noche. La sirena observaba desde su roca los
vuelos en picado y rasantes del cóndor. Este admiraba la destreza de la mujer-pez en su elección
y trenzado de coronas. Pero ninguno cedía.
Comenté a envolverlos una pesada tristeza que les impedía seguir con normalidad sus
actividades. Y cuando las familias del mar y del aire creyeron que el problema estaba resuelto y
se habían olvidado, el cóndor levantó su vuelo diciendo: «Voy a ir a buscarla. Le diré que la
soledad no me deja disfrutar de mis largos vuelos y que me entristece no poder conversar con
ella. Le prometeré vivir en su cueva».

En ese momento la sirena emergía de las aguas de la mar decidida a subir al nido del cóndor. A
Elia la tristeza le había quitado la creatividad para construir sus coronas.
Decidieron construir una nueva casa. No era ni una cueva ni un nido y estaba situada en el
centro del acantilado.
Ahora sí pudieron continuar con sus actividades. Cada atardecer cenaban la caza del cóndor y se
dormían con el silbido de las caracolas conseguidas por la sirena. Se sentían dichosos de la
decisión tomada, a pesar de las opiniones de sus dos familias.
Tuvieron hijos a los que enseriaron a nadar y a volar sin miedo y libres de las opiniones de
todos. Sus hijos eran diferentes, criaturas nuevas y nunca vistas, únicos en su especie.
TEMAS

LIBERTAD, AMISTAD, MATRIMONIO VOCACIÓN


Actividades
t’ ¿Qué ideas aparecen en el cuento? Comentad en el grupo los sentimientos que ha despertado
en vosotros la lectura del mismo.
2. Coloread los párrafos del cuento según las emociones y sentimientos que haya provocado en
vosotros.
3. Recordad las personas que os hacen nadar y volar libres (o lo intentan). ¿Quiénes son?
¿Cómo lo hacen?
4. Recordad otras historias o cuentos sobre la superación de dificultades por amor o amistad.
Contadlas en el grupo.
5. Buscad biografías de personajes famosos que pusieron un ideal como centro de su vida
(científicos, humanistas...). ¿Qué sentimientos despiertan estas vidas en vosotros?
6. Pensad en un ideal que podáis defender. ¿Estáis dispuestos a ello? ¿Es difícil? Intentad
comprometeros.
7. Buscad en vuestro barrio personas comprometidas con determinados ideales, entrevistadlas
en el grupo centrándoos en su vocación, su relación familiar...
8. Escribid en una hoja el horario de un día cualquiera en vuestra vida. ¿Qué tiempo dedicáis a
vuestros ideales? Reflexionad respecto al tiempo que deberíais dedicar a ciertas actividades. ¿Es
el correcto?
9. ¿Qué camino eligen los protagonistas del cuento? ¿Es arriesgado? ¿Cómo llegan a esa
decisión? Reflexionad acerca de los caminos que cada uno lleváis en vuestra vida.

10. Comparad la vida de Jesús con la de los personajes del cuento. ¿Tomó
• Jesús decisiones arriesgadas?
JI. Pensad en los compromisos de vuestra vida. ¿Implican salir de la comodidad? ¿Crees que el
compromiso vocacional implica cambios?
12. El amor y la amistad son valores que no se pueden explicar muchas veces desde la lógica A
lo largo de la historia se han dado muchas uniones que parecían imposibles, que han luchado
contracorriente y contra opiniones adversas. No nos referimos solamente a uniones como
resultado del amor y la amistad entre personas. ¿Conoces personas en esta situación? ¿Qué les
aconsejarías?

4. Ecología

Si el hombre es el rey de la naturaleza,


no es tanto para dominaría, avasallarla
y utilizaría en su provecho, sino para servirla: crearla,
recrearla y recrearse... ¡amándola!
4.1 El boscón
Carola vivía con su abuela cerca de un bosque, inmenso, muy frondoso. Por eso le llamaba «el
boscón».
Abuela y nieta eran alfareras. pero como con la venta de sus productos no tenían suficiente para
comer, Carola tenía que salir al bosque a recoger leía para venderla en el pueblo.
Un día, mientras ataba la leña a su caballo, vio con tristeza cómo dos cazadores acorralaban a un
joven zorro de color canela. La joven les gritó:
«¡Por favor, no le hagáis daño!».
Uno de ellos contestó: ((Tenemos que cazar para alimentarnos».
Ella repuso: «Os daré lo que ganaríais vendiéndolo en el pueblo».
Los cazadores aceptaron. Marcharon juntos al pueblo y Carola les entregó casi todo el dinero
que había ganado vendiendo la leña.
Su abuela, al enterarse, le replicó: «Las cosas siempre han sido así. La gente tiene que cazar
para comer».
La joven indicó: «Esos hombres querían su piel, no alimentarse,>.
La abuela preguntó enfadada; «Bien, ¿y ahora, ¿qué comemos?».
Carola entregó a su abuela unos pedazos de pollo que había comprado con el resto del dinero.
A la mañana siguiente, Carola se encontró con un leñador que talaba un inmenso árbol. Los
quejidos de este se escuchaban por todo el bosque. Carola dijo a aquel hombre: ((Tú perteneces
a los leñadores del bosque de las flores. ¿Qué haces aquí? Habéis destruido un hermoso paisaje
y ahora queréis destruir este».
El leñador contestó: ((Tengo que comer. Allí la leña se acabó».
La joven replicó con firmeza: «Sólo os habéis dedicado a talar. Deberíais haber plantado nuevos
árboles».
Aquel hombre replicó; «Replantar es caro. Además, ¿a ti qué te importa?». Carola, entregando
una bolsa de dinero, dijo; «Toma el dinero que hubieras ganado hoy y no vuelvas por aquí».
El leñador, aunque no comprendió el gesto de la joven, ni sus palabras, cogió la bolsa y se
marchó. La joven volvió a su casa. La abuela se enfadó mucho con su nieta y le gritó: «No sé si
eres buena o idiota».
En ese momento alguien llamó a la puerta. La abuela abrió. En el umbral había un zorro. Carola,
al verlo, se acercó corriendo. El animal, nervioso, indicaba con múltiples gestos que le
siguieran.

El zorro la condujo al interior del bosque. Allí encontró a un hombre herido, junto a su caballo.
Con gran esfuerzo le cargó sobre el animal y le llevó a su casa.
La abuela. Indignada, dijo: <(No tenemos bastante para comer nosotras y nos traes uno más.
¿Qué le vamos a dar?>).
Carola contestó: «Tú me has enseñado que hay que ser generosos y solidarios)>.
La abuela, admirada por la actitud de su nieta, exclamó: «Por qué te aprenderás todo tan bien!».
No fue difícil dar de comer a aquel hombre y curarle sus heridas. Todos los días, los zorros
cazaban gratuitamente para aquella casa. Cuando Carola salía a recoger leía, parecía como si los
árboles se hubiesen desprendido de sus mejores ramas para que ganara más dinero vendiendo la
leña en el pueblo.
El joven hombre mejoró y se marchó enseguida, prometiendo volver.
Un mes después apareció engalanado como un rey y con su corte alrededor.
La abuela. al verlo llegar. Exclamó: «Pero si es el Príncipe!».
El Príncipe, al llegar al umbral de la puerta, preguntó: «Está Carola? Deseo agradecerle que me
Sahara la vida».
La joven, que le estaba escuchando, se acercó y le replicó: «A mí no tenéis que agradecerme
nada. Los zorros os encontraron, trajeron alimentos para que os repusierais y el bosque se
desprendió de sus mejores ramas para que yo ganara más dinero y comprara medicinas. Ellos
son los generosos».
El Príncipe. muy sorprendidos preguntó: «Cómo puedo agradecerles la vida? Ellos no entienden
de palabras».
Carola contestó: «Es muy fácil. Viven perseguidos por cazadores y leñad ores que les destruyen
sin piedad para hacerse ricos. Dicta leyes para que protejan sus vidas».
El Príncipe, asombrado por la sabiduría y la fuerza de la joven, prometió cumplir sus deseos.
Carola y su abuela, a petición del Príncipe se convirtieron en las alfareras reales y no volvieron
a pasar hambre.
TEMAS
MEDIO AMBIENTE, COMPRENSIÓN, GENEROSIDAD
Actividades
3. ¿Cuáles eran los problemas de los leñadores y los cazadores? ¿Qué intereses son más
importantes para Carola?
2; ¿A quién nos parecemos más si nos comparamos con los personajes del cuento? ¿Nos
tomamos en serio esta situación? ¿Nuestros padres
• familiares, amigos..., tienen actitudes parecidas a algunos de los personajes?

3, Investigad sobre grupos y asociaciones que, como Carola, protegen a la naturaleza. ¿Qué
dificultades encuentran? ¿Cómo las superan?
4, Visitad alguna de estas organizaciones y valorad lo que, desde vuestra edad, podéis aportar.
: Investigad sobre las normas para impedir la destrucción de nuestro
entorno.
6. Intentad averiguar qué países han sufrido grandes destrucciones de su entorno natural, por
causas como las que el cuento señala.
7. Realizad un mural sobre la naturaleza, utilizando plantas secas...
s: Imaginad que un día la naturaleza se revoluciona y se levanta contra el hombre. Intentad crear
una historia sobre este tema.
9, Cread, por grupos, formas de concienciar a los que nos rodean sobre este tema: Propaganda,
nuevos cuentos...
10. Organizad una fiesta de la naturaleza. Elegid cada uno una norma para cuidar la naturaleza y
disfrazaos con algo que la represente.

El muro
En un barrio de la ciudad vivía Puny, un niño de ocho años, con pantalones rojos y pelo negro.
En su calle se alzaba un gran muro. Muy alto, ¡Altísimo! Puny siempre se caía hacia atrás
cuando intentaba ver el final. Era tan alto como los rascacielos. Todos los días lo veía allí,
quieto, inmóvil.
En este muro e] señor Cartelón fijaba sus carteles de propaganda.
El joven rockero del barrio se apoyaba en él mientras escuchaba música en sus auriculares e
inventaba nuevos ritmos. Cuando se cansaba, pintaba en el muro, con sus sprays, dibujos y
frases que él solamente entendía.
Luego llegaba la señora Proper. Era la mujer de la limpieza en el barrio. Ella limpiaba el muro,
siempre a regañadientes, hasta dejarlo como «los chorros del oro».
Don Rico, el multimillonario, se había dado cuenta de la fama de aquel muro. Todos lo
utilizaban para algo. Así que decidió comprarlo. A partir de entonces, todos los que lo usaban
debían pagar.
Observando que la fama crecía y que incluso aparecían los primeros turistas, decidió vender
artículos de recuerdo como ladrillos en cajas dorad as, camisetas con ladrillos, pantalones con
dibujos de ladrillos.
El muro, día a día, se hacía más famoso. Se empezaron a contar historias sobre él (que no eran
ciertas). Los turistas que visitaban la ciudad se acercaban al barrio de Puny para contemplar el
muro. Decían: «Es el más alto e impresionante jamás visto en todo el mundo».
Los científicos y matemáticos señores Equis e igual investigaron sobre sus dimensiones,
volumen y tipo de material. Realizaron un estudio y editar un libro. Después Don Rico empezó
a vender a todos los que pasaban por allí.
La señorita Pincelina, una pintora de renombre, hizo varios cuadros sobre el muro. Utilizó
distintos estilos y realizó una exposición. Y una semana después. Don Rico los compró y los
vendió casi sin hacer propaganda.
Pero Puny, que todos los días pasaba por allí, no dejaba de hacerse la siguiente pregunta: «Qué
hay detrás de ese muro y de esos altos edificios?».
Sus amigos del barrio le decían que estaba loco por hacerse esa pregunta y no comprarse un
ladrillo, o un pantalón de moda con ladrillos.
Por fin se decidió a investigar por sí mismo e intentar responder a sus dudas. Y una noche de
primavera, cuando todo el mundo dormía, tomó unas cuerdas y escaló el muro Al llegar a la
cima, lleno de asombro, exclamó: «Oohh! Es una pradera inmensa, verde, llena de flores,
árboles, y animales que corretean. Tengo que contárselo a todos los del barrio».
Pero nadie creyó la historia de Puny. Estaban tan absortos hablando y coleccionando objetos
sobre e] muro de su banjo que no le prestaron ninguna atención.
Don Rico, sintiendo que su negocio podía arruinarse, le prohibió decir nada de lo visto,
amenazándole con encerrarle en la cárcel.
Puny no podía dormir, ni estudiar, ni comer, ni divertirse.
El chico, a todas horas, pensaba: «Mi barrio no tiene parques ni jardines. Se conforman con
jugar con ladrillos. ¡Hay que derribar el muro! Cuando todos vean lo que hay detrás se olvidarán
de él. ¿Cómo podré derribarlo yo solo?».
Una noche tuvo una idea. A la mañana siguiente reunió a algunos vecinos, entre ellos el
multimillonario, y Les dijo; «Don Rico, rockero, señora Proper, detrás de ese muro hay muchos
otros muros de diferentes colores. Si derribamos este veréis su hermosura.
Rápidamente, Don Rico, que veía aumentar sus riquezas con millones de millones de pesetas,
contrató una máquina que derribó el muro. La gente del barrio se quedó boquiabierta al
contemplar aquel hermoso prado. Sobre sus camisetas de ladrillos pintaron prados, animales,
flores...
Don Rico intentó comprar aquel hermoso parque, pero no estaba en venta porque Puny, el
descubridor del mismo —según el Ayuntamiento—. se lo había regalado a todo el barrio.
TEMAS
E CAPITALISMO, ECOLOGÍA, LIBERTAD
Actividades
1. Comentad entre todos cuál es la idea principal que os transmite el cuento. ¿Qué sentimientos
ha despertado en vosotros?
2. Reflexionad acerca de qué «muros» existen en la sociedad actual que no permiten ver más
allá (publicidad, modas. creencias religiosas, sociales o políticas...). ¿Qué papel se adopta ante
ellos?
3. ¿Qué actitudes adoptan los personajes con respecto al muro? ¿Es cierto que las cosas
adquieren la importancia que las personas les dan? Con respecto a un tema concreto, ¿qué
conocimientos tenéis sobre él? ¿Dónde habéis recibido esa información? ¿Qué postura concreta
adoptáis ante el tema? ¿Corráis algún riesgo? Contad vuestra experiencia.
4. Cambiad la palabra muro por una palabra o frase que designe el tema.

Adaptad de nuevo el texto. Ahora leed la historia. Dibujadla en un mural.


5. Escribid en una hoja qué muros son los que os impiden ver más allá y qué podríais hacer para
derribarlos. Poned esas listas en común y comentadlas.
6. Contactad con grupos de vuestro barrio, pueblo o ciudad que se dediquen a «derribar muros»
para conocerlos, y preguntadles cómo son,
: cómo viven. ¿Podríais derribar muros vosotros mismos?
7. ¿Son Las marcas y las modas un muro? Fijaos en las marcas que lleva cada uno del grupo en
este momento. ¿Por qué se llevan? ¿Se podría ir sin ellas? Razonad vuestras respuestas.
¿Podemos comprometernos a vivir más allá de ese mundo?
8. Reflexionad acerca de cómo el interés por el dinero, el poder..., condiciona la vida en la
sociedad actual. ¿Es posible escapar de esos intereses? ¿Qué intereses os mueven en las distintas
actividades que desarrolláis en la vida? ¿Qué ocurre cuando esos intereses no coinciden con los
de los demás?
9. Jesús de Nazaret tuvo muchos problemas con la sociedad de su tiempo, se desmarcó de ella.
¿Qué problemas tuvo? ¿Dónde terminó su aventura? ¿Qué consiguió?
10. Realizad un muro de cartón y pegad en él los distintos «muros» que querríais derribar en
vuestra vida. Una vez hecho derribamos ese símbolo y nos comprometemos a derribar los de
verdad.
4.3
Un ratón atrapado en el quesón
En un granero abandonado vivían varias familias de ratoncitos blancos. Los pequeños no
paraban de jugar por todos los rincones. Los mayores iban a las granjas vecinas en busca de
alimento.
Una anciana ratona informó: «Otro atrapado en una trampa!».
Su joven nieta, que era muy orgullosa, comentó: «Son unos necios. Parece que ven la trampa y
van a por ella. Yo he conseguido alimentos sin caer en ninguna trampa».
La abuela ratona indicó: «Querida nieta, a todos nos puede suceder. Eres aún muy joven. Ten
cuidado. Sé prudente’>.
Su nieta protestó convencida: «Tonterías! Lo importante es tener intuición y buena suerte.
Abuela, ¿has visto alguna vez un buen cazador cazado?».
La anciana ratona no pudo contestar a su impetuosa nieta. La joven ratoncilla ya corría a buscar
más queso para la cena.
Se acercó a una tienda. Leyó: «Quesería». Se puso muy contenta y exclamó: «Qué suerte he
tenido!». Entró en el almacén de la tienda por un pequeño agujerito.
Estaba asombrada por lo que veía, y exclamó: «Qué montones de queso! Están mis favoritos!
Seguro que nadie, hasta ahora, ha encontrado este almacén. Si robo un trozo, entre tantos
quesos, el dueño ni se enterará».
Observó detenidamente el lugar. Descubrió alguna trampa. Recorrió todos los rincones. Y
pensó: «El quesero no puede poner una trampa en cada queso».
Se acercó a un queso, tan grande como una montaña, y dijo muy bajito; «Este no parece tener
ninguna trampa. ¡Qué suerte he tenido!».
Se subió a él sin asegurarse de que estaba libre de trampas y.... aaahhhggg!, un cepo
impresionante la atrapó por el rabillo.
Ella, que pensaba que le bastaban la intuición y la buena suerte para librarse de las trampas,
estaba atrapada por los dientes de una inmensa.
Triste, muy triste, intentó animarse diciendo: «Ya que tengo que morir, lo haré comiendo. Sin
pensarlo dos veces comenzó a comer queso. Montón es de trozos de queso! Comió tanto queso
que su tripa pesaba muchísimo. Su rabillo, con el peso, se estiraba y estiraba. Hasta que, ¡zas!,
se rompió. La ratita dio un pequeño grito que hizo aparecer a un enorme gato. La persecución
duró varios minutos. Al fin la ratoncilla logró salir por el agujero. Corrió, como un rayo, hacia
el granero.
Llegó junto a su abuela al anochecer. Todos estaban muy preocupados. Ella, muy asustada,
contó lo sucedido.
Dijo el padre: «Hija mía, ¿cómo se te ocurrió ir a la quesería? ¿No sabías que el quesero tiene
más gatos que quesos? ¿Y que pone trampas hasta en sus pies?».
La abuela la acarició diciendo: «Querida ratoncita. Ahora serás más condescendiente y tolerante
con los que caen en las trampas. Has descubierto que la prudencia vale más que la buena suerte
o la intuición».
La ratita con los años y los buenos consejos de su abuela, llegó a ser una experta en conseguir
queso sin caer en las trampas. Y siempre que sentía ganas de aventuras imprudentes, se miraba
su trasero sin rabillo y huía del lugar.

TEMAS ___________
SENCILLEZ. HUMILDAD, COMPRENSIÓN

Actividades
1. Dibujad un comic, de unas ocho viñetas, sobre el cuento. Tened en cuenta que debe recoger la
idea principal.
2. ¿Qué sentimientos, emociones, recuerdos os ha despertado el cuento? ¿Qué pensáis de los
ratones que caen en las trampas? ¿Qué pensáis cuando alguien os da un consejo?
3. Analizad las siguientes frases y comparadlas con vuestra actitud: «A mí me va a pasar eso!»;
«somos más listos que los demás»; «bah, no es tanto el peligro!».
4. Dividíos en pequeños grupos y escenificad el cuento. Entrevistad a cada uno preguntando
cómo se han sentido dentro de su personaje. Recordad alguna experiencia personal y contadla al
grupo.
5. Pensad en situaciones en las que la imprudencia. la temeridad dominan vuestras acciones. ¿Es
necesaria la pérdida de facultades físicas para cambiar de actitud? ¿Cómo podríais concienciar a
la gente del peligro de ciertas actitudes?
6. ¿Qué trampas nos tiende la sociedad actual? Representadlas en diapositivas así como las
actitudes que tomáis ante las personas que caen en ellas.
7. Cambiad las trampas para ratones por otras trampas que tiende la sociedad actual. ¿Las
personas que caen en ellas pueden salir por sí mismas? ¿Podríais ayudarlas vosotros?
8. Pensad en las trampas que existían en tiempos de Jesús de Nazaret. ¿Qué actitudes tenía Jesús
ante la gente que caía en ellas?

4.4.
¡Agua!

Hace muchos años el pueblo de Vegaseca había desterrado a un hombre a vivir en las montañas.
¿Por qué? Opinaban que aquel gigantesco hombre no tenía educación, ni controlaba su enorme
cuerpo. Parecía un oso. Podía ser un peligro para la paz y la convivencia social. Vegaseca sufría
constantes sequías y aquel verano los pozos estaban en las últimas. El río era un simple hilillo
de agua. Los ciudadanos enfermaban, los huertos y cosechas estaban perdidas.
Allí vivían dos hermanos llamados Candela y Candil. Su madre estaba muy enferma.
Necesitaban agua para curarla y tomaron una decisión.
Candil dijo a su hermana Candela: «Tenemos que ir a buscar agua al pantano de las montañas.
Mamá se puede morir».
Candela recordó a su hermano: «Allí vive el hombre que desterraron hace años. Dicen que es un
ogro».
Su hermano confesó: «Mamá nos ha contado cómo nació y vivió esa persona. Todo el mundo se
aprovechaba de su fuerza. Pero nadie le ofrecía su casa y una familia. Ni se preocuparon de
darle una educación. Digan lo que digan, no creo que sea tan peligroso».
Candela indicó: «Estoy de acuerdo. Seguro que el rencor le ha Convertid o en un ogro.
Llevaremos un par de cubos con comida. Cuando nos lo encontremos se los cambiaremos por
agua. ¿Vale?».
Comenzaron a caminar hacia la cumbre de la montaña. ¡han charlando muy alegres, cuando de
repente, se encontraron con dos grandes zapatos, cuya puntera les llegaba por la cintura.
El gran hombre gritó: «j, Qué venís a buscar?».
Los niños explicaron sus intenciones.
El gigante dijo: «Eso a mí no me importa. 1Dame esa comida!».
Candil respondió con valentía: «Danos tú un poco de agua del pantano de la cumbre y te la
daremos».
Los niños abrieron los ojos, como platos, ante la sorpresa. El gigantesco hombre había accedido
al cambio. Vació los cubos de comida. Se fue al pantano. Al momento dejaba ante ellos dos
cubos llenos de agua.
Candela estaba entusiasmada. Aprovechó que el gigante se agachaba a dejar los cubos en el
suelo, y le dio un beso en la mejilla.
El enorme hombre, que hacía años no recibía ninguna muestra de cariño, sonrió con lágrimas en
los ojos. Su corazón, que cada día se endurecía

9. ¿Es cierto que la gente cae en estas trampas porque quiere? ¿Qué motivos pueden empujar
para caer en ellas? Contactad con alguien que haya estado atrapado por alguna y comparad
vuestras respuestas con las suyas. ¿Es difícil comprender a los demás.

más, se llenó de alegría y dijo: ‘<Tomad también vuestra comida. Yo tengo de sobra. ¡No os
preocupéis! Os prometo que nunca más pasaréis sed».
El gran hombre de dos zancadas se puso delante de una gran roca que taponaba la salida del
agua del pantano al río. La retiró. De pronto comenzó a manar agua. El caudal del río se llenó.
¿Y el gigante? Los niños vieron cómo desaparecía detrás de la cascada que había formado la
caída del agua. ¿Había muerto? Los dos hermanos volvieron al pueblo tristemente.
Vegaseca estaba en fiestas. Pensaban que había sido un milagro. Todo el pueblo caminaba en
procesión junto a su santo patrón. Por el camino se encontraron con los niños que regresaban de
las montañas y contaron lo sucedido. Los ciudadanos se miraron unos a otros. Sentían
vergüenza por haber desterrado a un hombre con tan buen corazón. En recuerdo decidieron
cambiar el nombre del pueblo en su honor. Se llamó: «Vegamojada del Gigante».

TEMAS

ECOLOGÍA, MARGINACIÓN, SOLIDARIDAD

Actividades

1. Reflexionad sobre la idea principal del cuento. ¿Qué sentimientos o recuerdos os despierta?
Comentadlos en el grupo.
2. Pensad en las cosas positivas de La gente que tenéis al lado ¿Os aprovecháis de ellas? ¿Cómo
os sentís cuando la gente se aprovecha de vosotros?
3. ¿Existen en la sociedad actual personas que estén desterradas? Pensad si el aislamiento, el
destierro son la mejor solución para aquellos que no se adaptan a la sociedad. ¿Qué otras
alternativas os surgen?
4. El gigante fue capaz de cambiar. Pensad en qué actitudes pueden favorecer el cambio en
personas excluidas socialmente. ¿Favorecéis vosotros esas actitudes?
5.El pueblo piensa que el río se ha llenado de agua debido a un milagro. ¿Cuál es el verdadero
milagro de este cuento?
6. Hay personas o grupos sociales que creen, como Candela y Candil, que todos podemos vivir
en una misma comunidad a pesar de nuestras diferencias. ¿Son diferentes a vosotros? ¿Podéis
vosotros hacer lo mismo?
7 . Buscad en la prensa, la televisión..., qué tratamiento dan a los colectivos «desterrados» de
esta sociedad. ¿Compartís esas opiniones? ¿Las comparte la sociedad en general? ¿Por qué?

— 75 —

8. Recoged en la Biblia distintos pasajes que os recuerden la historia del gigante. ¿Cómo
actuaba Jesús con los desterrados de su época? ¿Y la sociedad de su tiempo? ¿Y vosotros?
9. Diseñad una campaña de sensibilización hacia grupos excluidos y marginados dirigida a la
gente que conocéis.

— 76 —
4.5.

Quiero plantar una parra

Manuel era un labrador que vivía en un pueblo castellano. Allí los inviernos eran muy fríos y
los veranos ardientes.
Un día decidió plantar una parra delante de su puerta. Imaginaba que con el tiempo daría una
sombra estupenda para el verano y además comería uvas de su propia cosecha.
Su vecino Bartolo. que era leñador y cazador, al ver la cepa exclamó:
«1Vaya planta más fea! ¿Por qué plantas un tronco seco? ¿Esperas ver con el tiempo un
milagro?».
Manuel le contestó: «Bartolo. no sabes apreciar lo bueno. Esta cepa, aunque parece seca, se
convertirá en un emparrado que me dará ricas uvas y sombra en los meses de verano».
Bartolo indicó: «No me lo creo. Ese trozo de tronco está más seco que mi carácter».
Nunca mejor dicho, pues aquel leñador-Cazador era un hombre bastante seco y egoísta, pues
sólo se preocupaba de tener todos los días su comida en la mesa. Cortaba árboles y cazaba
animales sin pensar que si no tenía cuidado un día no tendría qué comer.
Manuel, tras regresar de su trabajo en el campo, hablaba con su cepa. la cuidaba y la regaba.
Sabía que el invierno era bueno para su planta y que la robustecería; pero protegía sus pequeños
brotes de las inesperadas heladas.
Llegó su momento y comenzaron a brotarle hojas pequeñas y muy verdes. Su aspecto
primaveral era increíble.
El leñador, asombrado, se acercó a contemplar el crecimiento de la parra y exclamó:
«1lmpresioflante! ¿Cómo es posible que de un tronco tan seco haya brotado tanta belleza?».
Manuel le dijo sonriente: «La belleza crece, aunque no la cuidemos, en los prados y bosques
salvajes. ¿Cómo no va a crecer donde la cuidamos? Todos los bosques pasan el invierno con
heladas, nieves y vientos gélidos y siempre. por fin, llega la primavera».
Bartolo, muy pensativo, informó a su vecino: «Pues yo he tenido peor suerte. He cazado
demasiado. Pensaba que las grandes heladas matarían a muchos animales y que para que se
perdiera su carne, mejor los mataba y los recogía yo. Bien, pues ahora no que
dan animales que críen nuevos retoños».
De repente. detrás de ellos, oyeron un ruido. Se volvieron y contemplaron a una mamá coneja
con sus conejillos corriendo a su agujero.

— 77 —
El labrador, dando una palmada en la espalda al cazador, exclamó: «¡Son conejillos; qué
pequeñines». Luego, suspirando, añadió: «La naturaleza es muy sabia y sabe defenderse,
¿verdad?».
Al siguiente invierno, el leñador se puso enfermo. No podía salir a cazar. Su vecino, que era
muy generoso, no le dejó morirse de hambre, e incluso le acompañaba con su charla en las frías
tardes de aquella cruda estación del año. Bartolo se sentía muy enfermo y pensaba que iba a
morir.
Manuel contestó: «No, amigo leñador. Llegará tu primavera».
Bartolo le confesó: «No entiendo por qué me ayudas cuando yo me burlé de tu idea de plantar
una parra el año pasado».
El labrador se sonrió y contestó: «Seguro que lo hiciste por ignorancia. No entendías del campo.
¿Sabes lo que voy a hacer este año? Te plantaré a ti, que a veces eres tan seco como una cepa en
invierno».
El leñador, riéndose a carcajadas, preguntó: «¡Y tú crees que me saldrán brotes en primavera?».
Ambos rieron la ocurrencia muy contentos.
Bartolo pasó el invierno prometiéndose a sí mismo que si la vida le concedía la oportunidad de
una nueva primavera no sería tan seco, como hasta entonces, con el bosque y con su vecino.
Tanto deseó la primavera que esta llegó. El leñador salió de su enfermedad más fortalecido que
nunca y con muchas ganas de vivir y de trabajar con generosidad.
Se asomó a la ventana y agradeció al sol su calor, a los animales sus incesantes ruidos y a su
vecino el alimento y el diálogo durante el largo invierno. Abrió los brazos, como si fuera a
recoger en su corazón el mundo entero y llenó sus pulmones de aire nuevo y fresco. Se sentía un
hombre nuevo.
Y colorín colorado, se fueron a comer uvas a la sombra del empurrado.

TEMAS

ECOLOGÍA. AMISTAD, GENEROSIDAD

Actividades

1. Recoged en un mural la idea principal del cuento. ¿Qué sentimientos ha despertado en


vosotros?
2. Los protagonistas del cuento viven de forma diferente su relación con la naturaleza. Dibujad
ambas relaciones. ¿Con quién se encuentra la naturaleza más a gusto? ¿Cómo es tu relación?
3. Buscad grupos que trabajen en favor del medio ambiente. ¿Cómo trabajan? ¿Encuentran
dificultades? ¿Podríais ayudarles?
4. Diseñad una campaña destinada a «plantar» nuevas actitudes, entre la gente que conocéis,
favorables a la naturaleza.

— 78 —
5. Pensad en los inviernos de vuestra vida. ¿Cómo los recordáis? ¿Han fortalecido vuestras
«raíces» para cuando llega vuestra primavera?
6. En los inviernos de vuestra vida, ¿ha sido importante la presencia de algún amigo? ¿Qué ha
cambiado en vosotros? Contad vuestra experiencia en el grupo.
7. Recordad si en ocasiones habéis intentado acaparar todo. ¿Qué ha ocurrido cuando se ha
acabado? ¿Os ha pasado como a Bartolo? Comentadlo en grupo.
8. ¿Desechaba Jesús las cosas que no servían? Buscad pasajes de los evangelios en que Jesús
«regara y cuidara los palos secos». ¿Cuál es vuestra actitud ante los mismos?
9. Cambiad el cuento, buscad alguna situación parecida de vuestra vida y dibujadla en un comic.

— 79 —
4.6.

El lavabo del colegio

En los aseos de mi colegio había un lavabo que se negaba a ser limpiado como todos los demás.
Los niños, sin embargo, seguían lavándose en él. Estaba lleno de goterones de todos los colores.
Os preguntaréis por qué era tan sucio.
El lavabo pensaba: «¿Qué más da estar limpio o Sucio? Es una molestia y una pérdida de
tiempo que siempre me estén limpiando. El colegio ahorrará tiempo y dinero conmigo. Si
viniera a lavarse alguien importante..., pero son mocosos los que vienen a beber agua y a lavar
sus pringosas manitas».
Junto a este lavabo había otros compañeros, limpios y relucientes. Cada día se asombraban más
de la negativa de su colega a ser aseado como ellos.
Uno le dijo un día: «Los niños van a coger enfermedades contagiosas contigo».
Otro indicó: «Un día de estos vendrá un gran personaje al colegio y no querrá acercarse a verte.
Es posible que hasta decidan mandarte a la basura».
Pero al lavabo le daba lo mismo, Estaba muy a gusto sin ser raspado con los jabones y
estropajos. Solía excusarse delante de todos diciendo: «Tengo alergia a esos productos de
limpieza».
Un día, la señora de la limpieza, decidida a limpiarlo, dijo: «De hoy no pasa! Aunque me
pongas perdida de agua te voy a limpiar de arriba a abajo. ¡Qué sucio eres!».
El lavabo hizo que sus grifos se abrieran y el chorro de agua apuntara en dirección al rostro de
la mujer. Esta gritó ante la sorpresa y huyó asustada del lugar.
Una mañana llegó alguien importante al colegio. Tras visitar sus instalaciones pidió que le
indicaran dónde estaban los aseos.
Abrió la puerta y quedó horrorizado ante el aspecto de aquel lavabo tan sucio. Este le miró
desde sus grifos y lamentó tener una imagen tan desagradable.
El gran personaje decidió acercarse a uno de los relucientes. Se miró y remiró. Se lavó las
manos y la cara.
Antes de volver junto al director volvió a contemplar el lavabo sucio y se marchó. Todos los
lavabos dieron un respiro; menos el desaseado que prometió dejarse limpiar la próxima vez.

— 80 —
Mientras tanto el hombre importante se encontró con el director y le dijo: «,Por qué permite que
haya un lavabo tan sucio en los aseos?».
El director prometió quitarle de los aseos inmediatamente. Y así fue. El fontanero no tardó ni
media hora en llevárselo diciendo: «Está tan sucio que no habrá detergente que lo limpie. Los
años que ha pasado sin ser lavado no se van a borrar fácilmente. Mañana lo tiraré a la basura».
El lavabo comenzó a llorar desconsolado. Sus grifos, que ahora funcionaban solos, dejaron
correr tanta agua que el lavabo empezó a quedar completamente limpio.
Algunos niños, que salían del colegio, reconocieron al lavabo y se quedaron muy sorprendidos
al ver lo limpio que estaba.
A la mañana siguiente se lo contaron al director y este decidió devolverlo a su lugar.
Y colorín colorado este lavabo, desde aquel día, fue el más aseado.

TEMAS

ECOLOGÍA, HIGIENE, SALUD

Actividades

1. Comentad en el grupo la idea principal del cuento. ¿Qué sentimientos ha despertado en


vosotros?
2. Dibujad el lavabo en una cartulina ¿Pensáis que los lavabos deben estar limpios? ¿Deben
cumplir unas normas? ¿Por qué? Escribidlas en una hoja y ponedlas en los lavabos que
normalmente utilicéis.
3. ¿Cuál es vuestra actitud ante la higiene personal? ¿Ponéis excusas? Pasáis cierto tiempo con
otras personas. ¿Es necesario estar limpio? ¿Qué pueden opinar los demás de una persona sucia?
6Y vosotros? ¿La limpieza le afecta sólo a uno mismo?
4. ¿Qué hábitos os cuesta asimilar por más que insistan en ellos? (lavarse los dientes, las
manos...). Inventad dibujos que reflejen estos hábitos con frases alusivas a los mismos.
5. Pensad en qué momentos os ponéis más guapos y aseados (celebraciones, fiestas...). ¿Por qué
no consideráis todos los días como fiesta?
6. Pensad en vosotros mismos dentro de unos años si no tuvierais ciertos hábitos de higiene.
Reflejad en un dibujo vuestro aspecto y analizadlo en el grupo.
7. Pensad en el aspecto de vuestro barrio, colegio... ¿Es importante el cuidado de vuestro
entorno? ¿Colaboráis vosotros en su cuidado? Anotad los detalles que harían posible un entorno
más limpio.

— 81 —
8. Existen otros aspectos de higiene (qué hacen las manos, qué habla la lengua, qué ven los ojos,
qué oyen los oídos, qué piensa la mente). Reflexionad en grupo sobre vuestra higiene en este
sentido.
9. Escribid un cuento basándoos en las formas de higiene de la actividad anterior.

— 82 —
5.1.

LIEBRE LIGERA Y BÚFALO


En la frontera Méjico-americana había un pueblo de indios llamados «Caras Blancas». Su jefe,
que era ya muy mayor, se llamaba Águila de la Paz. Tenía fama de hombre pacífico en todas las
tribus.
Gobernó durante muchos años. Murió en la segunda luna. ¿Quién le sucedería? Antes de morir
dijo a sus hijos que gobernaran juntos. Los hermanos se llamaban Liebre Ligera y Búfalo. Pero
ninguno quería compartir el poder con el otro.
Hubo una semana de duelo en honor del jefe muerto. Después, los hermanos se reunieron en la
tienda de la paz. Liebre Ligera comenzó la reunión diciendo: «Yo soy el mayor. Debo ser el
único en gobernar».
Búfalo protestó: «Está claro que no quieres cumplir la voluntad de nuestro padre».
El hermano mayor intentó convencerlo diciendo: «No podemos gobernar juntos. Somos muy
diferentes».
El pequeño poniéndose en pie, dijo: «Creo, hermano, que debemos decid irlo en un duelo a
muerte. Uno de nosotros morirá y el que quede gobernará».
Reunieron a los guerreros más valientes para que presenciaran el combate.
Se alejaban de la tribu, cuando una anciana les detuvo en el camino diciendo: (<No lo hagáis,
veo cómo la desgracia desciende sobre la tribu como una nube gris».
Búfalo se sonrió y dijo, mientras apartaba de su camino a la anciana:
«¡Qué va a ver una vieja y, además, ciega?».
La mujer contestó con la mano en el pecho: «Veo con los ojos del corazón».
Los guerreros y sus jefes no la escucharon. Avanzaron deprisa por el camino llenos de orgullo y
venganza.
Un espía de un pueblo vecino los vio alejarse de la tribu. Informó a sus jefes. Al instante
decenas de guerreros enemigos atacaban el campamento de los Caras Blancas. Hicieron
prisioneros a mujeres, niños y ancianos. arrasaron las tiendas, robaron su comida. sus caballos y
sus pieles.
Una nube gris, formada por la humareda del incendio, alertó a Búfalo y Liebre Ligera.
Corrieron en dirección a su tribu junto a sus guerreros. Todo estaba destrozado. ¿Cómo salvar
ahora a su pueblo?

— 85 —
Liebre Ligera dijo: «Creo, hermano, que hemos de unimos. Tu fuerza y mi astucia han de
vencer a ese pueblo».
Búfalo, llevándose las manos a la cabeza, gritó: «La anciana tenía razón ¿Cómo hemos podido
estar tan ciegos?».
Planearon una estrategia. Búfalo se pintó totalmente de negro y metió su pelo en un trapo rojo.
Se colgó una capa del mismo color que el turbante. Lentamente se acercó al poblado enemigo.
Su gente le reconoció. El, sin mirarles, se acercó al gran jefe de los Coyotes, diciendo con
fuerza: «1Jefe de los Coyotes! Soy el dios rojo de los Caras Blancas. Si no los liberas, mi fuego
caerá sobre ti».
El jefe Coyote contestó a carcajadas: «Eso es imposible!».
Búfalo sabía que ese pueblo temía a los dioses de los Caras Blancas. Confió en su suerte y
terminó diciendo: «Te dejo de plazo hasta el anochecer».
El plazo terminó. El dios rojo se puso en pie. Levantó su mano. De pronto cientos de flechas de
fuego comenzaron a caer sobre los Coyotes. ¿Quién las lanzaba? Los Coyotes no lo sabían.
Liebre Ligera y los guerreros las disparaban desde las montañas cercanas.
La tribu enemiga estaba aterrorizada. El miedo no les dejó ver que eran sólo flechas. Huyeron
como rayos.
La tribu de los Caras Blancas quedó liberada. Recuperaron sus ropas, sus provisiones y sus
animales.
Como su campamento estaba incendiado, decidieron buscar un nuevo lugar para vivir.
Caminaron durante algunos días hasta encontrar una tierra rica en caza.
Tardaron unos meses en levantar de nuevo su campamento. Pero en la fiesta del Sol, celebrada
en todas las tribus, estaban todos cantando y danzando en torno al fuego.
Liebre Ligera se acercó a la anciana y le susurró: «¿Qué ves ahora?».
La mujer contestó sonriente: «Dos grandes guerreros que harán de nuestro pueblo el más
grande y pacífico de todos».

TEMAS

CONSEJO,ESCUCHA,TRABAJO,EQUIPO

Actividades

1. Juego de los indios: divididos en dos tribus (A y U) y siguiendo ciertas regias como- evitar
gritos y peleas (el educador añadirá las que considere adecuadas para su grupo), la tribu A
buscará unos trozos de papel por el lugar de reunión. Si incumplen alguna norma, continúa la
tribu B. La unión de varios trozos de igual color forma una frase. Cuando construyan una, el
grupo intentará explicarla y relacionarla con el cuento. Si no saben, la tribu contraria lo
intentará. Ganará aquella que más frases logre encontrar y explicar. Ejemplo de frase: «Ni tú ni
yo, mejor nosotros».

— 86 —
2. Recordad cómo los dos hermanos se vuelven ciegos. En el juego realizado, ¿nos hemos
cegado por ganar?
3. También ocurre que personas con los ojos muy sanos están ciegas. Enumerad sentimientos
que nos vuelven ciegos.
4. La lucha por el poder entre los dos hermanos, hoy se repite entre familias, grupos, países.
¿Qué más razones alberga? ¿Qué casos con océanos?
5. ¿La ceguera puede ser social? Investigad asociaciones, ideales, religiones, que intenten abrir
los ojos, en nuestra sociedad. nuestra familia, nuestro grupo.
6. ¿Escuchamos realmente los consejos que nos dan los mayores? ¿Ana- tizamos lo que nos
dicen o nos dejamos llevar por lo que nosotros creemos? Comentad situaciones en las que haya
ocurrido.
7. Dibujad un gran muñeco. Conversad y escribid sobre el muñeco la cualidad personal que
cada uno aporta.
8. Idead un eslogan con la frase que resuma mejor el cuento.
9. ¿Qué valores promueve la Iglesia católica? Comparadlos con los del cuento.
10. ¿Te han pedido alguna vez a ti consejo? Relata tu experiencia.

— 87 —
5.2.

El hombre chatarra

Don Dimas tenía una vieja chatarrería. Allí había montones de piezas de maquinas viejas,
televisores rotos, hojalata. ¿Y qué hacía este anciano con tantos cacharros rotos? Inventaba
nuevos artilugios construidos con piezas que parecían inútiles.
Un día tiró a la basura varios trastos. Al anochecer, los objetos viejos comenzaron a hablar.
inició el diálogo una bombilla fundida. Suspiró quejándose: «Ya no servimos para nada! Ni
siquiera para el viejo Don Dimas. ¡Somos basura!».
La escoba no dudó en protestar: «Yo no estoy de acuerdo)>.
Un televisor roto le dijo: «Dime entonces qué haces tirada en la basura».
La bombilla deprimida afirmó: «No nos engañemos. No hay solución».
La escoba aceptó la realidad diciendo: <(Es verdad. Mi vida ha sido tan breve... No he
disfrutado nada. Lo poco que he hecho ha sido a regañadientes».
El frigorífico comentó: «Eso me pasa a mí. Yo congelaba los alimentos de mala gana. Daría
cualquier cosa por hacer algo útil con alegría, antes de morir en la prensa del basurero».
De repente, apareció en medio de ellos una mujercita pequeña y resplandeciente. Tenía dos alas
de mariposa. Se sentó en la antena del televisor y
su voz se escuchó muy dulce y débil: «Construid entre todos un artilugio y
yo le daré vida)).
La bombilla, desconfiada, preguntó: «¿,Y tú quién eres?».
Ella respondió revoloteando: «La ninfa de la creatividad».
No necesitaron saber nada más. Rápidamente el televisor se colocó encima del frigorífico, como
si de un cuerpo y su cabeza se tratase. La bombilla se metió en el congelador como un
iluminado corazón. La escoba se dividió en varios trozos a modo de brazos y piernas. Unas
viejas gamuzas fueron las manos y los pies. Habían construido un hombre chatarra.
La ninfa aplaudía entusiasmada ante tanta creatividad. Movió sus alas mágicas muy deprisa. Así
esparció unas semillas brillantes sobre la cabeza del hombre chatarra. El artilugio comenzó a
andar hacia las afueras de la ciudad. Lejos del basurero.
La bombilla habló desde el interior: «Antes de que termine nuestra magia, hay que hacer algo
que valga la pena. Mirad, dos perros! ¡Vamos a entretenerles

— 88 —
El televisor se puso en marcha. Sintonizó un programa musical. El hombre chatarra comenzó a
bailar. Pero sólo consiguieron que los pobres animales se escondieran llenos de miedo.
El televisor se dio cuenta de que los perros estaban asustados y les dijo:
«;Perritos! ¿Queréis bailar conmigo? No os haré daño».
Los perros. muy desconfiados, tardaron en decidirse a bailar con el hombre chatarra. Pero por
fin se animaron. Bailaron y bailaron hasta el amanecer. Al primer rayo de sol, el hombre
chatarra dio una vuelta tan rápida que cayó al suelo. La magia había desaparecido. Pero la
bombilla, que aún poseía algunas semillas brillantes en su interior, dijo a los dos animales:
«Algunos hombres podemos ser vuestros amigos».
Y la chatarra, volvió a ser chatarra. Pero, ahora, aquellos objetos inútil es sonreían muy
satisfechos.
¿11
AUTOEST/MA. CREATIV/DAD, SOLIDARIDAD, ESPÍRITU. EQUIPO, ECOLOGÍA
Actividades
1. Los protagonistas nos cuentan que han malgastado su vida. Nosotros, ¿cómo pasamos nuestra
vida, qué hacemos durante el día? ¿Nos conformamos con estudiar para aprobar? ¿Jugamos para
ganar?
2. Pensad y comentad en alto cómo os habéis sentido cuando no habéis actuado como debíais.
¿Qué consecuencias trae consigo?
3. Elaborad un listado de actitudes que creáis necesarias para no malgastar vuestra vida.
Recoged en un mural las comunes.
4. Recordad la historia. ¿Tenéis objetos que pensáis tirar a la basura? Traedlos mañana. Intentad
construir algo con ellos.
5. Vivimos en un mundo que empieza a carecer de materias primas. ¿Malgastamos materiales?
¿Sabéis qué es el reciclaje? Elaborad un listado de cosas que se pueden reciclar.
6. Visitad una empresa dedicada al reciclaje de cualquier tipo de material.
7. Organizad en el aula. lugares donde tirar distintos materiales para reciclar. papel, plástico...
Elegid un encargado que se comprometa a llevarlos a su lugar de recogida.
8. ¿Tratáis a ciertas personas como objetos inservibles...?
9, Comentad en alto: ¿Qué habéis aprendido? ¿Os comprometéis a llevar a cabo las actitudes de
listado?

— 89 —
5.3.

Los pendientes

Es una tarde de un frío día de diciembre. La abuela María Luisa guardaba sus viejos pendientes
en el joyero, mientras pensaba; «La verdad es que han vivido conmigo hermosas aventuras)).
Comenzó a recordar historias estupendas. Los pendientes recordaron con ella. Siguió pensando.
(<Pero ahora todo eso pasó. Soy vieja y no salgo a la calle. No los necesito)).
Los pendientes encerrados en el joyero se sentían tristes y solos. La vida se acababa para ellos.
Eran viejos como la abuela.
Cierto día. Jorge, el hijo de doña María Luisa, encontró los dos pendientes encima de una mesa
y pensó: «La abuela se los ha dejado olvidados. Están ennegrecidos. Los limpiaré».
Ella, al verlos limpios, se alegró y dio las gracias a su hijo. Después exclamó con tristeza: «Si
yo pudiera limpiarme y rejuvenecer como estos pendientes...)>.
Su hijo Jorge intentó ayudarla diciéndole: (<Debes hacer un largo viaje, buscar nuevas
amistades, así te sentirás de nuevo joven».
La abuela negó con la cabeza: «No, mi querido Jorge. La vida ya ha pasado para mí>).
El hombre se fue entristecido pensando que no podía hacer nada por ayudar a su madre anciana.

Los pendientes cada día estaban más negros. Ningún producto conseguía devolverles su color
dorado. La abuela al verlos se sentía aún más triste.
Una mañana, Carmina, su nieta de siete años, entró en la habitación, como un torbellino,
gritando: <abuela. abuela! ¡Tengo la solución para tus pendientes!».
La abuela preguntó sonriendo: «,Y cuál es ese producto?)).
Su nieta contestó: «Ninguno. Hoy en la clase nos han dicho que los objetos envejecen realmente
cuando dejan de usarse, de ser útiles, porque no se cuidan ni se quieren)).
La anciana indicó: «¿Quieres decir que mis pendientes están tan sucios porque no los cuido?
>.La pequeña negó: < No. Creo que están así porque no los usas>.La abuela se apresuró a
contestar: <Pero yo ya soy vieja. No me los pongo porque no salgo a la calle>. La niña cogió los
pendientes del joyero. Se sentó en las rodillas de la abuela y los puso en sus manos pidiéndole:
< Tú me dijiste que no te habías>

— 90 —
quitado los pendientes desde que te los regalaron a los quince años. Creo que sólo tú los puedes
salvar de su horroroso color negro. Tienes que salvarlos, abuela! Me prometiste que me los
regalarías y así no me los puedes dar!».
La abuela preguntó: «,Dónde voy yo, tan mayor. y con pendientes?».
«Tú, póntelos. y esta tarde pasearemos juntas» respondió Carmina, al tiempo que estampaba un
beso en la mejilla de su abuela.
Al atardecer, se marcharon al parque. Carmina jugaba y la abuela hablaba con otras mujeres y
hombres de su edad. Entre todos la convencieron para que se fuera con ellos de excursión el
sábado siguiente
La abuela y su nieta volvieron muy contentas a casa. Salieron durante semanas al cine, al
parque. a ver museos...
Un día la abuela se miró en el espejo y llamó a su nieta: «1Carmina, ven! Mira los pendientes.
Están dorados y limpísimos? Como cuando me los regalaron. Creo que no te devolveré los
pendientes hasta que ellos quier an irse contigo. Las dos rieron frente al espejo muy contentas».

Temas

Valoración del otro, ancianidad

Actividades
1. Preguntad a personas mayores frases que los demás suelen decir con respecto a ellos, y
comparadlas con las diversas actitudes de los personajes de la historia. Dialogad sobre las
diferencias y semejanzas encontradas. Con vuestras actitudes hacia ellos. ¿qué provocáis?
2.Gestualizad los rostros de cada uno de los personajes del cuento. ¿Cómo creéis que se sentían?

3. Haced un dibujo de una persona de la tercera edad. Una vez hecho, explicádselo a todo el
grupo.
4. Recordad las palabras de Carmina sobre los objetos viejos. ¿Creéis que las personas se hacen
mayores no sólo por los años, sino también por otras causas? Comentadlo en grupo.
5. ¿Qué actividades pueden hacer rejuvenecer y envejecer? Carmina no se conforma con
animarla verbalmente. Pone los pendientes en sus manos. La acompaña. ¿Qué organizaciones
conoces que realicen esta labor con los ancianos?
6. Buscad por grupos: noticias, anuncios, propaganda en los que «ser joven» tenga mucha
importancia. ¿Quiénes aparecen con más frecuencia? ¿La sociedad está restando importancia a
estas personas? En otras culturas y sociedades, ¿son respetados?

— 91 —
7. ¿Qué dice nuestra Constitución respecto a la tercera edad? Comentad en grupos y exponed las
conclusiones de cada grupo.
8. Organizad una visita a una residencia de la tercera edad. Preparad alguna obra de teatro,
canciones.., para la visita, y pasad el día con ellos. Comentad después la experiencia en el
grupo.
9. Idead un centro ideal para gente de la tercera edad: organización, actividades...

— 92 —
5.4.

Los gusanos de seda de Chin

Gusach era un pueblo dedicado a trabajar la seda. Allí vivía Chin. Desde pequeña había cuidado
de muchos gusanos que se habían transformado en hermosas mariposas. Estos, a cambio, le
habían dejado sus preciosos nidos de seda. Ahora era una joven de veinte años.
Chin deleitaba a sus gusanillos con los cuentos y canciones que inventaba. Sus amiguitos
crecían y ella no cesaba de acariciarles y alimentarles con verdadero cariño.
Las vecinas intentaban aconsejarla diciendo: <‘Pierdes el tiempo haciendo tonterías a esos
animales. Nunca llegarás a ser una gran propietaria. Mira tu prima Chun que, con grandes
esfuerzos, ha explotado muchos gusanos y tiene una gran fortuna».
Ella les replicó: «Es verdad. Es una gran propietaria. Pero sus gusanos no llegan a ser
mariposas. Sin mariposas pronto nos quedaremos sin gusanos».
Una vecina contestó: «Qué más da! Lo importante es conseguir mucha seda».
Chin decidió seguir su camino sin hacerles caso. Ella apreciaba a sus gusanos. No quería
explotarlos ni desgastarlos. Deseaba que llegaran a ser mariposas.
Aquel invierno Chin se puso muy enferma. El médico informó a su padre: «1-lay que trasladarla
cuanto antes al Hospital General. Necesito operarla de esta grave enfermedad».
Su padre intentó recaudar dinero para la operación. Nadie, ni siquiera la rica Chun, le prestó una
sola moneda.
Los gusanos de seda decidieron ayudar a su amiga y pidieron a las liadas un plan mágico. Su
deseo les fue concedido. Esa noche trabajaron muy duro.
Los gusanillos comenzaron a fabricar mucha seda y de muy buena calidad. A la mañana
siguiente, el padre de Chin se quedó boquiabierto al contemplar el trabajo realizado.
En ese momento llamaron a la puerta. El padre abrió. En el umbral apareció un hombre joven.
Por su ropa parecía muy rico. Se presentó sonriente diciendo: «Soy King Se. Me han dicho que
aquí venden seda>).
El padre no salía de su asombro al ver la cantidad de seda y comprobar que alguien bien
informado quería comprarla.

— 93 —
Algo nervioso dijo: «Pues sí. Pase, pase... No sé si le gustará. Pero aquí la tiene».
King Se cogió un poco de la seda. Los gusanillos se miraban y guiñaban los ojos.
El hombre exclamó: «Es la mejor seda que he visto en mi vida! ¡Vaya calidad! ¿Quién cuida a
estos gusanillos?».
El padre informó a aquel hombre de la grave enfermedad que padecía Chin.
La joven, que había oído los halagos del comprador, le pidió que se sentara al borde de la cama.
Hablaron, durante largo rato del método de Chin pan criar a sus gusanos. King Se, admirado
ante la sabiduría de la joven, se puso en pie y dijo al padre: «¡Amigo! Prepare el equipaje. Yo
pago los gastos de esa operación».
Volvió la cabeza hacia la joven y siguió: «Con una condición, Chin. Cuando regreses me
enseñarás a cuidarlos como tú lo haces)).
Chin contestó muy contenta: «¡Estupendo! Lo haré encantada».
La joven miró a sus gusanillos que la sonrieron muy agradecidos.

TEMAS

AGRADECIMIENTO, ADMIRACIÓN, EÇFUERZO. TRABAJO. MEDIO AMBIENTE

Actividades

1. ¿De dónde provienen la ropa que nos ponemos, los libros...? Haced . por grupos un estudio
del proceso de conversión de las materias primas en artículos de uso cotidiano.
2. Investigad cómo era el mundo hace miles de años. ¿Qué espacio ocupaban los campos y
bosques? ¿Y las ciudades? Analizad las consecuencias positivas y negativas de estos cambios.
3. Comparad los métodos del cuento con la información obtenida en los puntos anteriores. ¿Se
dan hoy situaciones parecidas al destino de los gusanillos de Chun? ¿Hay personas que actúan
como Chin?
4. ¿Qué actitudes tenéis con la naturaleza? ¿Respetáis el medio ambiente?
5. Investigad qué organizaciones se dedican al cuidado del medio ambiente y qué labores
realizan.
6. Analizad actitudes cotidianas: ¿Qué hacéis cuando a un libro se le
estropean las tapas o se despegan algunas hojas? ¿Y cuando una hoja de cuaderno se arruga?...
7. Dibujad un cubo de basura. Realizad con plastilina artículos que podáis encontrar dentro de
ese cubo. Pegadlos en el dibujo identificándolos en alto. Después separadlos en grupos: ¡os que
se pueden reciclar, los que pueden usarse, los que hemos malgastado y estropeado por el mal
uso. Reformad los que tienen posibilidad de ser reutilizados. intercambiad los útiles.
8. Elaborad dos murales, uno que refleje un ambiente cuidado por Chin y Otro por su prima.
9. Poned en marcha un plan de intercambio de libros, ropas u otros materiales que aún pueden
ser utilizados. ¿Y cómo reciclar los ya usados?

— 95 —

5.5.

El puente sobre el río Nilo

Os voy a contar una historia que sucedió hace muchos, muchos siglos. En Egipto había dos
pueblos separados por el río Nilo. Uno se llamaba Ramu y el otro Sun. Los habitantes querían
construir un puente para intercambiar sus productos. Iniciaron las obras, Pero cada uno por su
orilla. Pasaban los meses y no lograban terminar el puente porque al anochecer los guerreros de
las orillas contrarias destruían lo trabajado durante el día por sus vecinos. Ambos pueblos
querían ser los Primeros en construir el puente y así tener dominio sobre él.
Los jefes decidieron reunirse Mantuvieron Una larga conversación y al final el jefe de los Sun
concluyó: «Nosotros construiremos primero el puente. Lo liaremos en un mes. Si no queda bien
lo haréis Vosotros»
El de los Ramu asintió (Sabía que los Sun eran buenos constructores pero no disponían de
materiales resistentes).
En un mes el gran puente quedó construido. Los Sun pusieron tasas a vecinos.
los Ramu para atravesarlo Crearon leyes y normas para empobrecer a sus vecinos.

El día de la inauguración se desató una gran tormenta. La fragilidad de los materiales hizo que
el puente se derrumbara en pocas horas.
Los Ramu comenzaron a construir de nuevo. Tenían los mejores materiales. Pero sus arquitectos
no eran expertos ni lograban ponerse de acuerdo, lo que retardó muchísimo la construcción.
Los Príncipes herederos de ambos pueblos que eran muy amigos a pesar de las protestas de sus
padres, decidieron reunirse al anochecer
El de los Sun saludó: «Me alegro mucho de verte. ¿Qué tal?».
El heredero de los Ramu confesó: « Mal. Muy mal. Nuestros padres se han empeñado en hacer
imposible la construcción. Creo que debemos unir vuestra experiencia como arquitectos y
nuestros estupendos materiales. En menos de un mes estaría terminado» .
El Príncipe de los Sun indicó: «Nuestros padres no aceptarán nuestro plan. Ambos quieren tener
el Poder sobre el puente ¡Tengo una idea! Reunamos a la gente joven de nuestros pueblos. Casi
todos somos aprendices de arquitectos o de constructores. Trabajaremos por las noches. Además
conozco a un hombre que nos puede guiar: el viejo Ramu.
El de los Ramu exclamó: «¡Estupendo! Conseguiré los materiales Empezaremos mañana por la
noche .No debemos levantar sospechas Diremos que estamos haciendo una casa para organizar
fiestas».

— 96 —

Tras semanas de duro trabajo el puente estaba casi terminado. Los Sun pensaban que el puente
estaba siendo construido por los Ramu, y estos que estaban trabajando los Sun. pero ninguno se
atrevía a discutir sobre el tema.
Una mañana los jóvenes no regresaron a sus casas. Chicos y chicas bailaban y cantaban sobre el
puente. ¿Qué celebraban? Su inauguración. El gran escándalo atrajo a todos los ciudadanos y a
los jefes de ambos pueblos. Pronto descubrieron la verdad. Los jefes estaban muy enfadados
con sus hijos.
El heredero de los Sun exclamó: «¡Calma, papá! ¡Este puente es de todos puesto que entre todos
lo hemos construido!».
El de los Ramu explicó con valentía: «Lo hemos conseguido uniendo a nuestros estupendos
materiales la experiencia de sus mejores arquitectos. Y algo más. En este puente no habrá tasas,
ni leyes».
El príncipe de los Sun rectificó: «Sí. Habrá una sola ley. Que todos los años celebraremos este
día con una gran fiesta».
Ante los ojos atónitos de todos siguieron con la fiesta. Sus padres y todos los demás ciudadanos
se sentían avergonzados y no se atrevían a participar de la alegría de los jóvenes. Poco a poco
estos consiguieron que se unieran a la fiesta y al baile.
Y así fue como el puente sobre el río Nilo quedó terminado.
TEMAS

TRABAJO,EQUIPO,ESFUERZO,COLABORACIÓN,RECURSOS.

Actividades

1. Modelad cada uno de los personajes con plastilina, pegadlos en la pizarra y escribid junto a
ellos sus cualidades y actitudes.
2. ¿Qué hubiera pasado si los jóvenes no se hubieran puesto de acuerdo? ¿Cómo lo hubierais
solucionado?
3. Pensad y documentaos en libros de texto, revistas y periódicos sobre la siguiente cuestión:
«Hoy, entre los diversos países del mundo, se intentan crear puentes de solidaridad y
cooperación».
4. Existen países pobres y ricos. Dibujad puentes que los unan, en un mapa del mundo. Por
grupos analizad esto. ¿Qué tipos de puentes se crean? Escribid qué podría aportar cada país a su
pareja.
5. Analizad la realidad: ¿qué buscan los países ricos de los pobres? ¿Qué intereses se producen?
6. Desarrollad un trabajo de investigación sobre la ayuda al desarrollo que está realizando la
Iglesia en países del Tercer Mundo.
7. Invitad a alguna persona que esté trabajando en alguna asociación de este tipo a que os cuente
su experiencia personal.
8. Organizad una recogida de juguetes, ropa o materiales que podáis enviar a gente necesitada.
9. Una casa de lodos: Dibujad una casa y cortadla en tantas partes como personas seáis. Escribid
cada uno en vuestra parte lo que consideráis que aportáis a la casa. Cuando esté montada,
colgadla en la pared. Pasado un tiempo, revisad vuestra aportación al grupo.

— 98 —

5.6.

A la caza de las brujas pirujas

Una mañana de verano llegaron unos saltimbanquis a un pueblo. Quedaron pasmados ante el
comportamiento de sus gentes: iban de un lado para otro como locos. No se escuchaban, y se
peleaban sin razón. ¿Por qué sucedía esto? Uno de los titiriteros, llamado Musta, exclamó:
«Aquí huele fatal? No me extraña que la gente no se pare ni a saludar a sus vecinos y corran a
refugiarse en sus casas».
Gufú, el otro titiritero, preguntó: «¡De dónde vendrá ese olor tan desagradable?».
Los dos intentaron preguntar a la gente. ¡Imposible! Nadie les escuchaba. Buscaron por todo el
pueblo intentando encontrar la procedencia del mal olor.
Gufú, al fin, gritó: «Aquí tenemos el cuerpo del delito!: esta olla podrid a, llena de objetos
extraños y malolientes».
El otro preguntó: «¿Quién la habrá dejado aquí?».
Gufú aseguró: «Yo creo que alguien la ha tirado, a propósito, en este lugar».
Musta dijo: «En este pueblo no vamos a poder actuar, ni ganar dinero. La gente parece
embrujada, ¡Vámonos de aquí!».
Gufú le animó diciendo: «Un momento. ¿Y si intentamos descubrir quién les ha metido en este
lío?».
Aquella noche, los saltimbanquis decidieron vigilar atentamente. Se escondieron a la entrada del
pueblo. Querían averiguar quién era el bandido que dejaba esas ollas malolientes.
De repente, Gufú dio un codazo a Musta y señaló hacia la luna. El astro tenía, apretando los
orificios de su nariz, una pinza de la ropa enorme. Los dos titiriteros la imitaron. Así si alguien
tiraba más ollas, ellos no las olerían. La luna quedó casi oculta. Pero un rayo del astro les
permitió contemplar cómo una docena de brujas pirujas rodeaban el pueblo y tiraban ollas
podridas en sus calles. ¡Bandidas!
A la mañana siguiente, los saltimbanquis se acercaron al ayuntamiento y pidieron hablar con el
alcalde. El hombre estaba de muy mal humor, como todos los ciudadanos. Les gritó
enojadamente y no quiso recibirles.
A la salida, Gufú dijo: «Musta, tenemos que solucionar esto sin su permiso. No podemos
dejarles en esta situación».
Musta indicó: «Eres demasiado bueno. Ellos no quieren escuchar. ¿Por qué vamos a arriesgar
nuestras vidas? Seguro que ni te lo agradecen».

— 99 —
Gufú aclaró: «No seas egoísta. Somos listos. Tengo un plan para no arriesgar nada. Estoy
seguro de que funcionará».
Durante horas se dedicaron a recoger por el pueblo y los campos de alrededor objetos que aún
conservaban un buen olor: flores, frutas frescas, verduras, aromas... Todo lo metieron en unos
sacos. Luego buscaron el escondite de las brujas pirujas. ¡Una cueva!
Sigilosamente se adentraron en la cueva. Se aseguraron de que todas estaban dormidas.
Observaron la estancia y descubrieron los pucheros malolientes preparados para la próxima
noche. Entonces cambiaron su contenido podrido por los productos sanos de sus sacos y se
marcharon corriendo de aquella peligrosa zona.
Llegaron las doce de la noche. la hora de las brujas. Como no se habían dado cuenta del engaño,
reían a carcajadas mientras tiraban sus pucheros sobre el pueblo.
La mañana siguiente se levantó soleada. Los vecinos del pueblo se hablaban, se miraban, no
regañaban ni se insultaban.
Gufú invitó a Musta: «Hagamos piruetas y contemos chistes ahora».
Este preguntó: «¿No les vamos a contar que les hemos salvado nosotros?».
Su hermano contestó: «A mí me basta con ver su alegría y poder escuchar sus risas ante nuestro
espectáculo».
Musta, agachando la cabeza, dijo: «Creo que tienes razón».
Las brujas vieron, desde sus bolas de cristal, el resultado de sus hechizos. La más antigua y
poderosa sentenció: «Queridas amigas, creo que debemos volver a la Universidad de las brujas.
Estamos perdiendo facultades».
Así fue como las brujas se alejaron para siempre de aquel pueblo, ahora feliz.

TEMAS

TRABAJO, EQUIPO, COLABORACIÓN, GENEROSIDAD

Actividades

1. ¿Qué excusas pone Musta para no colaborar? ¿Y vosotros? ¿Por qué?


2. Sacad posibles aplicaciones del cuento a vuestra vida.
3. ¿Cómo era el alcalde? ¿Os dejáis llevar por el pesimismo y el mal humor? Conversad sobre
estos comportamientos.
4. Divididos en grupos, dibujad sobre un mapamundi los pucheros malolientes que hoy existen
en el mundo. Iniciad una comparación con el cuento:
— Hay países más infectados de pucheros que otros.
— No todos se ven afectados por los mismos tipos de pucheros.
— Hay personas y grupos que se parecen bastante a los titiriteros.
5. Componed un poema que refleje la actitud de los saltimbanquis.
6. En vuestro entorno hay cosas que huelen bien y otras que huelen mal. Fotografiad estas
situaciones y pegadlas en un mural.
7. Buscad soluciones para aquello que destila mal olor y comentadlas en el grupo.
8. Dibujad los rostros del alcalde y de Los titiriteros. Comentad lo que ha hecho cada uno y por
qué.
9. Organizad una fiesta: «El circo llega a clase». Preparad actuaciones ,bailes...
— l00—

Solidaridad
La solidaridad
tiene mil caras
y mil campos de acción. El arte no es saberlo,
el arte está en cultivarlos.

r
El camello en paro
Al principio de los tiempos, numerosos animales ganduleaban por los alrededores de ]a granja
de un hombre. No sabían qué hacer.
El hombre los recogió en su casa y les propuso que le ayudaran en su trabajo. Cada uno tenía un
puesto en la granja. Además de trabajar lo pasaban muy bien juntos. Pero al camello no sabía
qué puesto ofrecerle. EL hombre se preguntaba: «Qué hace un camello? ¿Para qué sirve7». No
encontraba una respuesta. Así pues, el animal seguía en paro. Cada vez más triste y aburrido.
El caballo preguntó al hombre: «porqué el camello no trabaja?».
El hombre, pensativo, contestó: «Aún no sé en qué puede ayudarme. Es más lento que tú, más
pesado que el buey; no da leche ni carne como las ovejas. Siempre está tirado, triste o
vagueando. Lo que me sorprende es que casi nunca bebe agua. No sé, no sé..., no sé».
Muy cerca de la granja estaba el desierto. Muchos hombres y mujeres morían al intentar
atravesarlo.
Un día, el buey y el caballo fueron al gran pozo. Allí se encontraron con unos camellos.
El buey les preguntó: «Sois camellos?».
Uno de ellos respondió: «Por supuesto, amigo»
El caballo siguió interrogándoles: «Y para qué servís?».
Todos los camellos se rieron a carcajadas y uno contestó; «Vaya pregunta! Al principio nadie
sabía para qué servíamos. Nosotros fuimos probando trabajos hasta encontrar el nuestra Ahora
somos imprescindibles para atravesar el desierto. En nuestras jorobas guardamos grandes
reservas de agua que nos permiten vivir muchos días sin beber nada».
El buey y el caballo regresaron muy contentos y contaron al camello sus descubrimientos. Pero
este no les creyó y siguió tumbado y aburrido.
El buey protestó ante el caballo: «Este camello es un vago. No quiere trabajar. Le hemos
ofrecido soluciones y nos rechaza».
La oveja explicó: ((Yo creo que se siente tan desgraciado y desanimado que no se cree capaz de
nada».
El hombre, que había escuchado la conversación de sus animales, ideó un plan. Anunció una
celebración; «La fiesta del desierto». Luego organizó un concurso que consistía en ir al pozo y
volver con la mayor cantidad de agua.
— 105—

Todos los animales se pusieron en marcha menos el camello. El hombre se acercó al aburrido
animal y le dijo: «Venga, amigo camello! Tienes que intentarlo. Sé que vas a ganan>.
El camello contestó: «l3ah! ¡No me jorobes! ¡No me jorobes!».
El hombre insistió tanto que, al final, el camello se movió. Llegó al pozo con facilidad. Allí se
encontró con otros camellos. Estaban cargados de hermosas telas y valiosas joyas. Su amo los
cepillaba y ellos bebían y bebían agua. Nuestro camello casi no podía creer lo que veía. Recordó
los descubrimientos que el caballo y el buey le habían contado. ¡Tenían razón!
La oveja le preguntó: «Tú eres capaz de beber tanta agua?».
Él contestó: ((Pues no sé, amiga oveja. Nunca lo he probado».
La oveja le animó a intentarlo. Dicho y hecho. Empezó a beber y beber hasta sentir sus jorobas
completamente llenas de agua.
Era tarde y los otros camellos se fueron con su dueño.
Regresaron todos con sus cántaros de agua. Todos menos el camello. Este pensaba para sus
adentros: Voy a perder. No llevo ningún cántaro con agua. Al menos lo he intentado.
La oveja le pidió: ((Amigo camello, tú eres más grande y fuerte. Por favor, lleva mi cántaro».
El camello contestó: «Ya puestos, pues bueno...».
El caballo relinchó sudando de calor: «No puedo más!>).
El camello se ofreció: ((Pon tu cántaro en una de mis jorobas>).
Todos estaban sorprendidos ante la generosidad del camello. Por fin llegaron junto al hombre.
Le enseñaron sus cántaros y le explicaron cómo el camello les había ayudado.
El hombre preguntó al camello: «Tú no has traído agua?».
El camello, cabizbajo. Respondió: ((Lo siento, pero no me llevé ningún cántaro».
Entonces el hombre se sonrió y se acercó a las jorobas del animal. Las tocó y preguntó: «Y estos
dos grandes cántaros que llevas dentro? Esto es agua de verdad, querido amigo. Tú has ganado
el concurso».
El caballo le confirmó: «Desde luego que nos ha vencido. Ha bebido agua, por lo menos, para
tres días».
A partir de ese momento el hombre decidió que su camello le acompañaría en todos sus viajes a
través del desierto. El animal, ahora, con un puesto entre sus amigos, se hizo más agradable con
todos. Siempre estaba de buen humor, activo y dispuesto a viajar.
Temas
Autoestima, Estimulación, SOLIDARIDAD
— 106—

Actividades
¿Cómo nos sentiríamos parados continuamente? ¿Qué le pasaría a nuestro cuerpo? ¿Y a nuestra
mente? Al camello le cambia hasta el carácter.
2. Realizad un breve estudio sobre el paro en vuestra ciudad. Estudiad sus causas, sus
consecuencias...
3.Entrevistad a algún experto del Ayuntamiento o de los Servicios Sociales.
4.Buscad soluciones para que la gente en paro no se desanime.
5. Cread, con los datos obtenidos, un comic. Imaginad una nueva historia basada en vuestros
propios descubrimientos y reflexiones.
6. Unos protestan; otros motivan y animan al camello. ¿Cuál es nuestra actitud?
7. A veces, como el camello, nos negamos a ocupar nuestro lugar en casa, en clase o en el
grupo. ¿Por qué causas? ¿Qué actitudes nos ayudan más en esos momentos?
8. ¿Qué querríais ser de mayores? ¿Por qué?
Juego de la ciudad. Todos eligen un oficio y lo representan. Pueden probar distintos papeles
hasta sentirse a gusto. El educador será el parado y nadie le ofrece una oportunidad. Dejar que
reaccionen ante la situación. Luego dialogad.
10. Elaborad una redacción sobre el papel que cada uno ocupa en su ambiente, y qué puede
hacer para mejorar su actitud.
— 107—

6.2
Este cerdo no es la peste
Una pandilla de niñas y niños jugaban en la plaza de su pueblo. Tiraban una pelota de un lado a
otro. Corrían, saltaban y gritaban. Eran incansables. El jefe de policía los observaba divertido.
De pronto, se dio cuenta de que entre ellos jugaba un cerdito muy rosad o. Corría más que
ninguno de los chavales. El hombre, ante la divertida escena, comenzó a reírse a carcajadas.
Al atardecer, mientras los niños se despedían, el jefe de policía se acercó a ellos y les preguntó:
«Este cerdito es de alguno de vosotros?».
Todos contestaron a la vez: «No>.
El policía indicó: «Pensé que era vuestra mascota».
Agarró al cerdito por el pescuezo, lo metió en un saco de tela y prosiguió diciendo: «Este
animal no está vacunado. Os puede transmitir enfermedades. Lo llevaré a mi casa y si mañana
no aparece su dueño lo mataré».
El jefe de policía se alejó de la plaza. El cerdito, sacando la cabeza y sus patitas por el borde
superior del saco, les miraba entre sorprendido y asustado.
Los niños y niñas, con tristeza, regresaron a sus casas. Carlos, uno de los mayores, se sentía
intranquilo. Cuando llegó a su casa conté a su padre lo sucedido y este intentó calmarle
diciendo: «El policía tiene razón. Ese animal puede tener enfermedades, ya que no está
vacunado».
Carlos exclamó: «Pues que lo vacunen!».
La madre intervino: «Sé razonable, Carlos. No te puedes quedar con todos los animales que
encuentres. Ni tú, ni nadie».
Carlos se fue a su habitación enfadado y rezongando: «razonable...».
Cerró la puerta de su cuarto. Se apoyó en ella y pensó; «Los adultos sólo saben dar razones de
cosas irrazonables».
Aquella noche no podía dormir. Tumbado en su cama pensó un plan. A la mañana siguiente, al
llegar a la escuela reunió a sus amigos y amigas. Todos estaban de acuerdo en colaborar con
Carlos. Y a la salida de clase fueron todos a la plaza donde estaba el policía.
Carlos preguntó: «Señor policía, ¿dónde está el cerdito?».
El hombre respondió: «En mi casa. Si esta tarde no aparece el dueño ¡ni mujer lo matará».
El niño dijo: «Nosotros queremos comprarlo. Será nuestra mascota». El policía replicó: «No es
razonable. Ahora es mío».
Una niña defendió: «El cerdito lo encontramos nosotros. Mejor dicho, él nos eligió y se vino a
jugar con nosotros».
El policía les recordó: «Pues ayer no era de nadie. Además está sucio y sin vacunar. No es
razonable que os lo venda».
Carlos dijo: «Es decir, que es bueno para comer y no para jugar con nosotros. Eso sí que no es
razonable. Ese cerdo no es la peste. Es un recién nacido y por eso hay que vacunarlo. Nosotros
prometemos que lo llevaremos al veterinario».
El policía, ante la astucia de Carlos, no tuvo más remedio que venderles el cerdito. A cambio
recibió canicas, un reloj, la pulsera favorita de María, la mochila nueva de Jorge y La mejor
pelota de tenis de Carlos.
Aquel hombre, viendo en sus manos los tesoros infantiles recibidos, se dio cuenta de que sus
razonamientos no habían sido tan generosos como los de aquellos niños. Se sintió un poco
avergonzado; pero como él era la autoridad les preguntó con voz de mando: «Prometéis que lo
limpiaréis y lo vacunaréis?».
Pero los niños no contestaron. Corrían hacia la casa del policía, porque atardecía y no querían
que mataran al cerdito. Lograron llegar a tiempo. Después, entre todos, le buscaron una buena
granja para que viviera con otros como él y creciera sano.

TEMAS

SOLIDARIDAD,EDUCACIÓN,SALUD

Actividades

1. Dibujad por grupos, en cartulinas, las diversas escenas del cuento, y colocadlas alrededor de
la clase o sala de reunión.
2. Hojead revistas y periódicos buscando imágenes o artículos que nos hablen de problemas
actuales. ¿Qué respuestas ofrecen? ¿Cuáles parecen más eficaces? ¿Se os ocurren otras
posibles?
3. Colocad las imágenes y artículos junto a las viñetas del cuento que : consideréis que tienen
relación.
4. Escribid una redacción que lleve por título: «¿Cómo nos sentimos cuando somos
generosos?».
5. Inventad otros destinos para la mascota. ¿Cuál es la solución más generosa?
6. Si el policía no hubiera dado el cerdito... Escribidle una carta argumentando vuestras razones.

7. Dibujad la cara del cerdito cuando el policía lo apresó.


8. Recordad las excusas que ponemos a la hora de ayudar en casa, o de
jugar con este o aquel compañero. ¿No es más «razonable» ser sincero?
9.‘ Dividid un folio en tres partes. En una escribid lo que dicen vuestros
padres en otra la verdad de lo que dicen y en otra lo que creéis que quieren decir.
l0. Elaborad un documento donde expongáis las razones por las que hay
que ayudar a los demás.

— 110—

6.3.

Patín, el sabelotodo

Doña Pata tenía varios hijitos. Como todas las mamás patas, les enseñó a volar, andar y nadar.
¿Sabíais que esta ave puede realizar las tres actividad es?
Patín era uno de los hijitos de Doña Pata. Estaba muy orgulloso porque su especie era la única
que podía nadar, volar y andar.
Un día, el patito dijo al resto de los animales: «Yo creo que debe gobernar sobre todos el que
más cosas sepa hacer».
La sardina le retó: «Quieres que hagamos una apuesta? Yo nado mejor que tú».
Patín aceptó. La sardina, que se pasaba todo el día en el agua, no tuvo ningún problema para
ganar a su patoso contrincante.
Patín estaba aún mojado cuando se acercó un gato que le dijo: «Patín, me gustaría que
hiciéramos una carrera».
¿Os imagináis la carrera? El gato esperó sentado a que el pato, jadeante y moviéndose como un
borracho, llegara a la meta.
EJ águila, que había visto las exhibiciones, saludó aleteando al patito y le preguntó: «¿Quieres
que volemos juntos? Me han comentado que vuelas muy bien».
Las dos aves alzaron el vuelo. Patín se cansó enseguida. Le resultaba imposible subir tan alto
como el águila. Se sentía incapaz de bajar en picado o de descansar con las alas extendidas en
una corriente de aire.
Después de aquellas pruebas se sintió avergonzado.
(Un día la Reina de aquel país pasó por la granja. Se sentó. Contempló a todos los animales. No
tardó en fijarse en los patos. Observó que volaban, nadaban y andaban. Pensó en voz alta:
«Mandaré que sólo cuiden a los patos en esta granja. Los demás serán enviados al matadero».
Patín oyó aquella barbaridad. Sin dudarlo un momento se acercó a la Reina y exclamó:
«Majestad, a vuestros ojos, sabemos hacer de todo. Pero es como el que no sabe nada, pues no
estamos especializados en lo que hacemos».
Patín confesó a la Reina su experiencia. Estaba muy avergonzado. Ella se quedó maravillada
por la honestidad y arrepentimiento del patito y decidió que dejaría a todos seguir viviendo en la
granja.
La Reina le propuso: «Querido Patín, me gustaría darte la oportunidad de que aprendieras más.
Te presentaré al mejor de mis cisnes, a mi halcón y a mi león favorito. No llegarás a ser como
ellos, pero te desarrollarás al máximo. ¿Te gusta la idea?».
Le gustó. Pero pidió ir a pedir consejo a su madre. Ella le dijo: «Hijo mío, ve con la Reina.
Aprende cuanto puedas. Tu orgullo te tapaba los ojos. Pero tu sencillez de ahora hará que tus
alas sean más ágiles y tus patas menos pesadas. Ven a vernos pronto». Y Patín se fue con la
Reina. Nadie le tuvo envidia. Pues sabían que les había salvado del matadero contando, con
sinceridad, su experiencia.
TEMAS

SOLIDARIDAD, HONRADEZ. BONDAD

Actividades
1. ¿Qué ideas, pensamientos o recuerdos os sugiere el cuento? Expresadlos en un mural.
2. Patín se siente el mejor. ¿Cómo os veis vosotros? ¿Os creéis los mejores en todo? ¿Qué
consecuencias puede acarrear esta actitud?
3. Pensad en las actividades que realizáis en vuestra vida, ¿respondéis bien en todas o las
realizáis sólo a medias? ¿Se pueden hacer todas? Comentad en grupo la forma de organizarse
para poder llevar todas a cabo.
4. ¿Qué valores nos presenta la sociedad actual: la sencillez o la competencia? ¿Cuál predomina
en vosotros? Buscad en medios de comunicación titulares que incidan en uno u otro valor.
¿Cómo influyen en la sociedad actual?
5. La experiencia de Patín le lleva a ser más sencillo. ¿Qué cambia en su vida? ¿Es más fácil
aprender y desarrollarse siendo sencillo? Comentad en el grupo vuestras experiencias.
6. Ante una decisión importante Patín pide consejo. ¿es esta una muestra de sencillez? Pensad
en vuestra actitud a la hora de tomar una decisión.
7. Salid a la calle y preguntad a la gente si está contenta con lo que es. ¿Y vosotros? Analizad
las respuestas y buscad el porqué de las mismas.
8. Jesús de Nazaret sabía hacer muchas cosas. ¿Qué actitud prevalecía en él? ¿Y en vosotros?
9. Representad en el grupo la historia de Patín. ¿Qué habéis sentido al representar esos
personajes? ¿Qué cambiaríais en la historia?

— 112—

6.4.

La Mosca

Era primavera y Mus, la mosca, estaba muy aburrida. Siempre se sentía igual, ya fuera
primavera, otoño, invierno o verano. Estaba baria de ver siempre lo mismo. Idénticos animales
y basuras. ¡Todo igual! ¡Siempre lo mismo!
El resto de los insectos parecían muy entretenidos. Las abejas, los saltamontes, las hormigas y
las mariposas volaban, corrían y saltaban sin darse cuenta del aburrimiento de Mus. Todos
tenían algo que hacer.
Una abeja canturreaba mientras trasladaba en sus patas un montón de dulce miel: «La, ra, la,
lalá, la, ra, la, la...».
De pronto. algo o alguien tropezó con ella y se llevó su miel. La abeja exclamó: «Aaahhh!
¡Maldita mosca! ¡Es una vaga! ¡Sólo sabe molestar!».
Muy cerca una presumida mariposa tendía su ropa entre dos arbustos diciendo: «Mi ropita es la
más limpia».
Al momento Mus se detuvo allí.
La mariposa. llorando, gritó: «¿Por qué, por qut5, has manchado mi ropa con tus sucias patas?
¡Eres la mosca más sucia que he conocido!».
Mus intentó excusarse, aclarando: «Sólo quería divertirme».
La respuesta enfadó aún más a la mariposa. Su color rosa pálido se cambió en morado y sus
gritos se oían por todo el bosque.
Pero Mus, la mosca, se fue sin escuchar las protestas de su vecina. Colocó en sus antenas unos
cascos de música y se sentó a la sombra de una hoja de parra.
Varias hormigas, que llevaban a su agujero un trozo enorme de pepino, la vieron y comentaron:
<(No tiene amigas, ni comida, ni agujero donde dormir. Siempre está metiéndose con todo el
mundo».
«No te quejes. Afortunadamente está muy divertida y no nos ha visto. ¡Vamos a darnos prisa
antes de que nos destroce el pepino!», dijo una de ellas.
Pero, ¡aaahhh!, de repente les cayeron encima los auriculares de la mosca, que ya se había
aburrido de la música. Los había tirado sin mirar dónde podían caer. ¡Vaya golpe!
Luego Mus voló unos segundos y se sintió cansada. Cuanto más tiempo pasaba tumbada o
sentada, más cansada y aburrida se sentía. Era incapaz de mover un ala.
Pasó el verano, el otoño y el invierno. Llegó otra vez la primavera y

Mus seguía sentada. Cada día su cuerpo era más débil y escuálido. Nadie se preocupaba por
ella. En realidad se alegraban de no verla merodeando por sus agujeros y pensaban que, por fin,
se habría marchado a otra pradera.
Un día amaneció un gran sol veraniego Aquel año calentaría mucho más. Mus sudaba goterones
enormes. El sol, que ya la había visto el año anterior, se acercó sorprendido. Esto hizo sudar
mucho más a la mosca. Se derretía. Se deshidrataba.
La mosca arrastrándose se acercó al agua. El sol, que quería ayudar a Mus, pensó: «Si ve su
cuerpo y su cara reflejados en el agua a lo mejor intenta cambiar».
Así fue. Cuando Mus se vio en el espejo de las aguas, se asustó tanto de su aspecto que cayó al
lago. La mosca comenzó a gritar desesperada. Los demás insectos se acercaron y la rescataron.
La abeja. llorosa, exclamó: «La hemos tenido abandonada! ¡Ojalá no se muera!».
La mariposa le ofreció sus toallas limpias para que se secara. La abeja la alimentó,
gratuitamente, con miel, y las hormigas le cedieron uno de sus agujeros más grandes para que
no se tostara al sol.
La mosca, sorprendida por tantas atenciones, preguntó a todos: «¿Porqué? ¿Por qué me ayudáis?
Yo me he portado muy mal con vosotras. Me aburría y sólo se me ocurrían malas ideas».
La hormiga, mirando a todos con ojos de complicidad, indicó: «Mus, a partir de ahora no te vas
a aburrir. Te lo prometemos».
Y sucedió que, a pesar de las protestas de Mus, la abeja le enseñó a coger miel; las hormigas a
buscar alimentos y construirse un agujero y la mariposa la invitó a hacer la colada con ella».
Así que cuando llegaba la tarde estaba rendida, pero contenta. Se iba con sus nuevos amigos a
ver los rojos atardeceres y a cantar canciones, que cada día le sonaban diferentes. Y no volvió a
tener tiempo de imaginar malas acciones.
TEMAS

AYUDA, SOLIDAR/DAD, GRATUIDAD, COMPAÑERISMO, AMISTA D


Actividades

1. ¿Qué sentimientos, recuerdos o ideas os ha suscitado el cuento? ¿Están relacionados con la


idea principal del mismo? Enumerad los valor es y contravalores que aparecen.
2. Escribid alguna canción o poema que recoja la idea central del mismo y narre algún suceso de
vuestra vida. Cantadlo o recitadlo en grupo. ¿Cómo vivisteis ese suceso?
3. Reflexionad sobre qué comportamiento es más difícil y comprometido, el del sol o el del
resto de los insectos. ¿Por qué? ¿Cómo actuáis cuando alguien os recuerda lo que sois o debéis
hacer? ¿Preferiríais hacer lo que os apetece? ¿Sois agradecidos?
4. Dibujad un comic referido al cuento; pero reflejando vuestros problemas cotidianos y sus
consecuencias y las formas de motivación y actitudes de los que os rodean y os ayudan.
5. Buscad en distintos medios de comunicación acciones llevadas a cabo con fines solidarios.
¿Es la solidaridad un valor de la sociedad actual? Probad a ser solidarios con alguien que, como
Mus, os necesite.
6. Pensad en sucesos cotidianos que puedan requerir vuestra ayuda, cruzar la calle a un ciego,
llevar la compra a una persona mayor... ¿Os percatáis de estas situaciones? ¿Ofrecéis vuestra
ayuda? ¿Esperáis algo a cambio? ¿Podéis comprometeros a cambiar esas actitudes?
7. Salid a la calle y preguntad a la gente qué estaría dispuesta a hacer de forma gratuita.
Analizad las respuestas. ¿Qué es lo que más se repite? ¿Qué es lo que nunca aparece? ¿Por qué
creéis que sucede? ¿Coinciden vuestras respuestas con las del resto de la gente?
8. Buscad en la Biblia textos en los cuales se refleje la gratuidad, la solidaridad, la ayuda. ¿Son
abundantes? ¿A qué os invitan esos textos? ¿Sois coherentes con respecto a ellos?
9. Haced una merienda e invitad a gente que normalmente no es invitada por nadie, charlad con
ellos, tomad algo juntos. Después reflexionad en grupo ¿Cómo os habéis sentido?

— 115—

6.5.

Arenas movedizas

Había una vez un pueblo en un valle rodeado de montañas. Sus habitantes vivían muy
preocupados. Debajo de sus pies, día a día, se estaban formando arenas movedizas. Nadie sabía
la razón.
(Una mañana, todo estaba inclinado hacia la izquierda. Sentían ganas de trabajar, comer, limpiar
sus casas. Al día siguiente todo estaba inclinado hacia la derecha. Entonces se volvían vagos,
inconstantes y sucios. El problema no terminaba aquí, sino que cada día estaban más inclinados
a la derecha. El pueblo se hundía por el oeste. Y además, el suelo era fango y arenas movedizas.

El alcalde y sus concejales, que sufrían de la misma suerte, acordaron buscar ayuda.
Entró en el Ayuntamiento un mago. Su nariz era pequeña y puntiaguda. Vestía sólo de rojo y
negro. Sonrió y dijo: «Yo puedo ayudaros. Observaré vuestra vida de cada día. Mis amigas las
hadas y las ninfas me ayudarán».
La mayoría aceptaron el acuerdo.
Pasó una semana de trabajo. Al anochecer, el mago congregó a sus amigas las hadas y las ninfas
invitándolas a cenar. A continuación charlaron durante largas horas. Intercambiaron
información. Dialogaron y comentaron las diversas opiniones.
Una pequeña ninfa resumió las investigaciones diciendo: «Las arenas se han formado debido a
los desequilibrios que producen los ciudadanos. Unos trabajan demasiado, otros nada. Los
primeros comen menos, los segundos se hartan. Las casas de algunos son espejos, las de otros
cubos de basura
—hizo una pausa para respirar y siguió—. El problema es que cada vez son más los que “no
mueven un dedo”. Esta situación transforma el suelo firme en arenas movedizas, tan
inconstantes como los habitantes que las pisan».
Al día siguiente, el mago se acercó presuroso y preocupado al Ayuntamiento. Explicó lo
observado al alcalde y sus concejales.
El concejal de transportes indicó: «Hay que buscar otra tierra firme y trasladarnos a ella.
Empezaremos de nuevo».
El alcalde sugirió: «¿Y perder nuestras casas y cosechas? No me parece buena idea. Esta tierra
era firme. Nosotros la hemos transformado en arenas movedizas».
El mago aplaudió al alcalde mientras decía: <(Eres muy sensato deseo ayudarte. Yo creo que si
informáis al pueblo y proclamáis un mes de equilibrio y constancia, podréis volver a pisar tierra
firme».
— 116—
Dicho y hecho. El alcalde hizo proclamar en todas las esquinas un band o siguiendo los consejos
del mago. El pueblo lo escuchó. Y todos ante el inminente peligro se pusieron manos a la obra.
No fue nada fácil. El mago junto con las hadas y ninfas animaron a todos.
Las arenas se alejaron del pueblo. Rodearon un fangoso charco que se transformó, día a día, en
un hermoso lago de aguas cristalinas. Era estupendo descansar y jugar allí.

TEMAS
SOLIDARIDAD. DEMOCRACIA

Actividades
1. ¿Qué despierta en vosotros la idea principal del texto? Representadla en un cómic.
2. Pensad en las ocasiones en que tenéis problemas. ¿Os hundís en ellos o buscáis soluciones?
¿Solicitáis ayuda? Comentad en el grupo.
3. Comentad un problema en el grupo. Buscad soluciones a nivel individual y luego
comentadlas en grupo. ¿Son más ricas las soluciones decididas en grupo o las tomadas
individualmente?
4. ¿Es el equilibrio un elemento importante en la vida? Analizad vuestras actividades diarias.
¿Guardáis equilibrio entre ellas? ¿Adónde pueden llevar los desequilibrios?
5. ¿Existen desequilibrios en nuestra sociedad? Haced una lista con los más importantes.
¿Podríais hacer algo vosotros para reducirlos?
6. Pensad en los desequilibrios anteriores. ¿Sois conscientes de ellos por vosotros mismos o por
los medios de comunicación? ¿Es necesario que alguien los saque a la luz para conocerlos?
7. Este pueblo tenía dificultades. Cuando nosotros pasamos por momentos difíciles, ¿aceptamos
la ayuda de los demás?, ¿buscamos soluciones?, ¿nos hundimos, cada vez más, en los
problemas?
8. Ellos aceptan al mago y a sus amigas. ¿Cómo se organizan para investigar? ¿Cuál es su
método? La observación en conjunto e individual. Se reúnen para contrastar.
9. ¿Qué descubren? Este pueblo carece de equilibrio. Hoy en nuestra sociedad, este valor está
un poco desprestigiado. ¿Creéis que hay problemas psíquicos y físicos a consecuencia de esta
falta de equilibrio en nuestra vida? Pensemos en el estrés, la bulimia, la anorexia, las depres
iones, la neurosis, el cáncer, Los problemas respiratorios... O en la adicción a la televisión, a los
vídeos. a la droga. Desequilibrios en el clima, la naturaleza. Este valor falta también en las
relaciones de convivencia internacionales. Algunas consecuencias son: las guerras o las
discriminaciones. ¿Nosotros también padecemos consecuencias de este tipo de vida sin
equilibrio? Enfados repentinos, cambios de estado de ánimo, dejadez, exceso en las comidas,
inconstancia, desmotivación...
10. ¿Por qué el pueblo se hundía cada vez más? ¿Qué soluciones aparecen en el cuento? Acogen
la solución de mejorar día a día. ¿Crees que hay soluciones a los problemas de falta de
equilibrio de los que hemos hablado antes?
11. Tened preparados en una mesa grande diversos componentes de la naturaleza: tierra firme,
arena, agua, barro, sal, algunos minerales. Recordad el final de la historia. Cada elemento de la
naturaleza se sitúa en el lugar que le corresponde. Aparece un lago, un lugar estupendo.
Descubrid con ellos que todos los elementos son importantes en su justa medida. ¿Qué pasaría
si todo el planeta se llenara de agua, o de arena, o sólo hubiera sal y faltaran otros minerales?
Cambiad las palabras: arena, sal o agua. por las acciones desequilibradas del pueblo: el trabajo,
la limpieza, la salud, la comida, el tiempo libre. Eliminad alguna dando más valor a otra.
Imaginad lo que sucedería. ¿Qué consecuencias nos trae el equilibrio? Lograr un planeta
estupendo en el que vivir.

— 118—
6.6.

La princesa guerrera

En una lejana nación, en la Edad media, un valiente guerrero fue nombrad o rey. Se llamaba
Daniel. El nuevo rey se casó y de su matrimonio nació una niña, a la que pusieron de nombre
Daniela. La reina murió muy joven y él tuvo que educar a su hija.
El rey, a pesar de las protestas de sus ministros, rodeó a la princesa de estupendos expertos en
todas las artes y la adiestró para la guerra. Daniela aprovechó todas estas oportunidades, que
sólo algunas jóvenes de su época tenían, muy agradecida a su padre.
Los ministros, pensando en Daniela, habían aprobado una ley prohibiendo estudiar cualquier
arte y adiestrarse para la pelea a las niñas y jóvenes del reino.
Pasaban los años y «el gran Daniel» envejecía. Sus ministros, que tenían dominado y engañado
al pueblo, intentaban convencerle para que dejara su puesto a uno de ellos. Pero el rey contestó:
«La próxima reina será mi hija Daniela».
Sus ministros protestaron: «¿Una mujer? ¡Eso es imposible!».
El primer ministro intentando convencerle indicó: «El pueblo no la obedecerá. Ellos desean a
alguien tan valiente como tú».
El rey. seguro de las cualidades de su hija, afirmó con voz potente:
«Ella es muy valiente! ¿Queréis que os lo demuestre?».
El ministro, temiendo perder su puesto, no lo contradijo, sino que añadió: «Dentro de tres días el
pueblo celebra sus fiestas. Tu hija puede ser la encargada de matar al león».
El rey se asustó pensando en el peligro que correría la princesa, pero no se negó al reto. Cuando
sus ministros se marcharon llamó a Daniela y le contó lo sucedido. La princesa, en
agradecimiento a su padre y en atención al pueblo, que sabía que estaba dominado y engañado
por los ministros, aceptó.
Pero aquella noche la joven, vencida por el miedo, huyó del palacio. Llegó a una choza y pidió
alojamiento. Allí pudo escuchar continuamente los rugidos de los leones.
El cazador, propietario de la choza, le comentó: «Los leones rondan mi choza. Mañana saldré de
caza y seguro que mataré a alguno».
La muchacha salió corriendo de aquella choza y durante los tres días siguientes recorrió bosques
y pueblos. Por todas partes oía hablar de leones. A cada paso, se los encontraba y tenía que huir.
¡Estaba desesperada! ¿Qué podía hacer?
Llegó el gran día. La plaza del pueblo estaba llena. La jaula del león preparada para dejarlo
salir. La joven no aparecía.
Algunos ministros, intentando soliviantar al pueblo contra el rey, gritaban: «¡Es una mujer, no
aparecerá!».
El rey miraba desesperado el camino y la entrada a la plaza hasta que, por fin, llegó.
Daniela se puso delante del león. Al principio nadie se atrevía a vitorearla y demostrarle su
apoyo. Ella se sentía sola ante aquella fiera. Miraba a los hombres y mujeres de su pueblo que
sabía que estaban oprimidos. Por fin, las mujeres más jóvenes del pueblo se levantaron de sus
asientos y comenzaron a animarla con canciones y gritos. Luego se unieron todas las demás. de
cualquier edad y, por último, los hombres. En realidad, todos vivían bajo la opresión de unos
consejeros del rey que sólo la princesa podía derrocar.
Y venció a pesar de sus temores. La prudencia, el valor y La inteligencia que los años de estudio
y aprendizaje le habían proporcionado, la ayudaron a enfrentarse al león y más tarde a destruir a
los falsos ministros de] rey.
Aquel mismo día, la joven organizó un gobierno elegido democráticamente por todos, formado
por hombres y mujeres. Se aprobaron nuevas normas que ofrecían a todos los ciudadanos las
mismas oportunidades que ella había tenido.

SOLIDARIDAD, DEMOGRACIA

Actividades
1. Dibujad en un cómic la idea principal del cuento. ¿Qué sentimientos o recuerdos despierta en
vosotros? Comentadlos en grupo.
2. Pensad en vuestro entorno. ¿Tienen las mujeres las mismas oportunidades que los hombres?
¿Y en otros pueblos o naciones? ¿A qué se deben esas desigualdades?
3. Recordad la lucha de Daniela. ¿Es fácil? ¿Contra quién tuvo que luchar? Existen grupos que
luchan contra las desigualdades. ¿Conocéis alguno? ¿Tienen dificultades? ¿Cómo consiguen sus
propósitos?
4. Pensad en vuestros padres, vuestros educadores... ¿Descubrís antes sus defectos o sus
cualidades? ¿Agradecéis las oportunidades que os ofrecen para crecer? ¿Los aceptáis?
Reflexionad en grupo.
5. Daniela conoce todas las artes de su época. ¿Cuáles conocéis vosotros de la época actual?
¿Las practicáis y domináis todas? Elaborad una lista con las aportaciones que ofrecen las artes
que conocéis.

— 120—

6. Buscad en la constitución Española artículos que recojan vuestros derechos y obligaciones así
como las formas de garantizar los mismos. Constituid un gobierno con su Consejo de Ministros.
¿Qué dificulta la igualdad de oportunidades? ¿Qué programas apoyan la igualdad en los
distintos ministerios?
7. Recordad ocasiones en las cuales el miedo os hace huir de vuestra responsabilidad. ¿Esta
actitud puede hacer que se pierdan oportunidad es? intercambiad experiencias.
8. Buscad en la Biblia pasajes en que Jesús se encontrara con mujeres. leprosos... ¿Tenía un
trato diferente con unos u otros? ¿Y vosotros?
9. cambiad el cuento haciendo que el personaje protagonista. en vez de Daniela, sea un hombre.
¿Cambia el cuento? Reflejadlo en un cómic.

— 121 —
6.7.

La guerra de los pájaros


En una reserva natural vivían una gran cantidad de aves. Estaban gobernadas por un águila
imperial. Era inmensa y majestuosa, pero se pasaba la vida durmiendo en su nido y no conocía
los problemas de sus ciudadanos. Tenía un precioso aguilucho muy bien cuidado y deseoso de
conocer mundo y experimentar nuevas aventuras.
Un día, el aguilucho vio que los cuervos se entrenaban para una guerra y le pidió que le dejara
irse con ellos. Su madre consideró que era muy pequeño y no se lo permitió.
Aquella noche se escapó y uniéndose a filas partió a defender su territorio. Nadie descubrió su
verdadero origen, pues se había teñido con carbón y su inmenso tamaño ocultaba su edad.
¡Estaba irreconocible!
El joven aguilucho se quejaba constantemente: «Tengo hambre y frío!, ¡me duelen las alas de
tanto volar!».
Un capitán de su escuadrón, le gritó: «Soldado, basta ya ¿Vienes a luchar o a quejarte’?».
El joven aguilucho sintió herido su orgullo. Hubiera querido gritarle que él era un príncipe, pero
prefirió seguir oculto y se excusó: «Mi capitán, no me quejaré más».
Estaba admirado del valor y la fortaleza de todos aquellos pájaros. Empezaba a tomarles cariño.
Pero una noche escuchó una conversación que le sorprendió.
Un cuervo joven se quejaba con tristeza: «No sé qué hago sirviendo a una reina que no conozco.
Ella no conoce los problemas del pueblo. Nos manda a luchar sin motivos».
Otro le indicó: «Piensa que defendemos nuestra tierra; aunque no conozcamos a la reina,
debemos confiar en su gobierno».
El joven siguió diciendo: «No vemos casi nunca a nuestras familias. Estas guerras están
desorganizando...».
El otro exclamó: «Para, para! Estás triste y eso te hace ver todo más negro que un cuervo». Y se
echaron a reír porque los dos eran unos cuervos muy negros.
El aguilucho desde su escondite, y meditando aquellas palabras, pensó:
«Es verdad, quiero mucho a mi madre, pero ella no baja nunca de su nido. No conoce sus
territorios, se deja aconsejar por todos sus ministros y no tiene decisión propia».
Se habían acabado las provisiones de la expedición y había que cazar. El
águila no sabía pero pronto aprendió. La observación. Los buenos consejos. Pero sobre todo el
hambre de su estómago. le convirtj0n en un valiente cazad0 Caía en picado sobre sus presas.
Estaba entusiasmado con su nueva vida; a pesar de que le dolían las agujetas de las alas.
Un día mientras volaba una tormenta de agua los moló por completo. Aterrizaron en unas
cuevas. Todos los cuervos abrieron los ojos como platos exclamando: «1Es un aguilucho! ¡Nos
ha engañado!».
El gran capitán indicó «Pero no es un aguilucho cualquiera, es el príncipe. Hizo una reverencia
ante su majestad y todos le siguieron con el
El aguilucho replicó «No, por favor, quiero seguir siendo como vosotros y aprender de vuestro
valor y fortaleza»
El gran capitán estaba sorprendido ante la petición del príncipe. Estaban en silencio. Por fin un
teniente indicó: «Gran capital. Hay que informar a la
El alto mando dijo: «Regresaremos. Querido príncipe. No os preocuPéi5. Reina».
Contaré a la reina vuestras haZaa5. Seguro que podréis volver con nosotros».
Pero al llegar se enteraron de que la reina había muerto y que ahora. el
Su abuela materna se alegró de verle y exc1am «Qué grande estás; si aguilUCh0 debía ocupar
su trono.
pareces un águila imperio».
El conte5t «Todavía me queda mucho por aprender».
La abuela dijo enfada «Aprender? La5 águilas lo sabemos todo!».
El joven aguilucho replicó: «No estoy de acuerdo». Luego alzó la VOZ en dirección a los
ministros, soldados y todos los reunidos: «HOY empieza un nuevo reinado. Cuando era un niño
me asustaba mandar Ahora me resulta más fácil porque la expedienta la observa y la escucha
me han descubierto nuevos caminos. Siempre estaré dispuesto a alagar. Aprender Y escuchar a
todo5 Visitaré todos mis territorios y conoce personalmente los problemas que preocupan a los
ciudad°5 Es una tarea difícil. Pero cuento con vuestra ayuda y apoyo»
El gran capitán se acercó sonriente al nuevo rey y le dijo «Tu madre era muy valiente; así ganó
el poder del trono. Pero tú, que has pasado hambre. Frío y sed, además. Eres de los nueStr0s»
TEM AS
PODER, SOLIDARIDAD, COMPARTIR, FUTURO
ACTIVIDADES
1. Escribid una frase original que resuma la idea principal del cuento.
2. ¿Cuáles son las ventajas e inconvenientes de tener responsabilidades como «el mando>) o el
«poder»’?
— 123

3 ¿Cómo hubierais actuado ante el frío, el hambre...? Inventad otras soluciones.


4. Separad en dos columnas las actitudes de la reina y las del príncipe. Conversad sobre ellas.
5. Entrevistad a vuestro alcalde o al concejal de distrito sobre el pro- Nemas de los ciudadanos y
las respuestas que ellos les dan. Valoradlo en grupos.
6. Reflexionad sobre las actitudes que debéis tener ante los que tienen grandes
responsabilidades.
7. Escribid una redacción con el siguiente título: «Qué quiero ser de mayor? ¿Cómo me
preparo?».
8. Cada uno debe interpretar lo escogido para su futuro (pregunta anterior). Otro grupo
inventará situaciones relacionadas con la autoridad. Los intérpretes han de responder a las
mismas de la mejor manera que puedan. Atendiendo a lo aprendido en el cuento. Después todos
conversarán sobre ello.
9. Celebrad una lluvia de ideas sobre la autoridad positiva y la negativa.
10. Dibujad escenas de la vida personal que reflejen actitudes positivas y negativas en este tema.

— 124—

6.8.
El ángel de la casona
Un joven había llegado de tierras lejanas a un pueblo. Se trataba de un ángel disfrazado. Pidió
trabajo. Pero las tierras estaban en espera de la cosecha y no necesitaban ningún obrero.
Decidió alojarse en una casona medio derruida de las afueras del pueblo. Allí los niños saltaban
y correteaban inventando mil aventuras.
Todos los días el ángel se acercaba al pueblo. Llenaba una botella de agua de la fuente. Miraba
a su alrededor. Esperando un signo de cortesía de sus habitantes, una pregunta, una muestra de
acercamiento. Pero volvía a la casona sólo con su botella 4e agradecida agua fresca.
La gente del pueblo le miraba. Unos con temor, otros con desconfianza. A su paso surgían
diversos comentarios: (<Debe ser un vago o un mendigo, ya se irá del pueblo)».
«Es joven. Ha pedido a Don Ramiro trabajo pero aún no es tiempo de recogida. ¡Cada uno que
se apañe como pueda! ¡Nosotros ya tenemos bastante con nuestros problemas!».
«Si quiere ayuda que nos la pida!».
«Ya le ayudarán otros. A nosotros no nos hace ninguna gracia».
«Es peligroso que los niños vayan a jugar a la casona».
«Ya habrá otros que se preocupen».
Pasaron algunas semanas. Varios hombres del pueblo decidieron ir a la vieja casona. Querían
reconstruir con ladrillos una pared que amenazaba derrumbarse. Pensaban que los niños que
jugaban en los alrededores corrían peligro de quedar sepultados bajo sus escombros.
A] llegar a la casona, uno de ellos exclamó asustado: «Dios mío! ¡Está aquí ese chico que llegó
pidiendo trabajo!».
Otro comentó: «No se mueve. ¡Parece muerto!».
El primero dijo: «Lo está. Hay que llamar a la policía. Seguro que era un drogadicto y ha
muerto de una sobredosis>’.
Un hombre más joven indicó: «Parece una calavera. Está en los huesos y quería trabajar».
El médico forense, tras reconocer el cuerpo. Informó: «Este joven ha muerto de hambre».
Todos se sintieron avergonzados. Se había cumplido en ellos el refrán:
«Unos por otros, la casa sin barrer».
Aquella noche el cuerpo del joven desapareció. El joven-ángel recorría las casas escuchando las
conversaciones. Estaba a punto de enfurecer y
— 125—

Dejar sin agua al pueblo ya que no encontraba ninguna persona realmente solidario. De pronto
escuchó a una mujer que confesaba a su marido: «Deberíamos habernos acercado a él y
ayudarle».
El marido preguntó: «Y si hubiese sido un bandido?».
La hija pequeña, llamada Susa, dijo con tristeza: «Yo le veía todos los días. Jugaba conmigo y
mis amigos al escondite en la casona. Nunca se me ocurrió pensar que se estaba muriendo de
hambre. Espero que esté donde esté me perdone».
Los padres se miraron asombrados. Su hija les estaba dando una lección de solidaridad.
El ángel sonrió desde la ventana. Aquella noche se alejó del pueblo diciendo: «Reconocer que
somos insolidarios es empezar a ser solidarios».
TEMAS
SOLIDARIDAD. SOLÉDAD
Actividades
1. ¿Cuál es la idea principal del cuento? Comentad en el grupo los sentimientos que despierta en
vosotros.
2. ¿Qué frases se suelen emplear para excusar acciones solidarias? ¿Las utilizáis vosotros? ¿Son
ciertas o sólo excusas?
3. Salid a la calle y preguntad a la gente qué entiende por solidaridad. Haced una definición de
grupo. ¿Os consideráis solidarios?
4. Buscad en medios de comunicación el tratamiento que se da a problemas como el hambre, el
paro... ¿Cómo recibís esa información? ¿Cómo os sentís al recibirla, qué pensáis?
5. Imaginad el cuento cambiando la actitud de los habitantes del pueblo. ¿Habría cambiado el
final? ¿Es posible ese cambio en nuestra sociedad? ¿Qué lo impide?
6. Pensad en alguien a quien veáis a menudo y pueda necesitar ayuda. ¿Dejáis pasar esas
oportunidades de ser solidarios? ¿Adónde puede conducir esa insolidaridad?
7. Analizad el concepto que tenéis de alguien antes de conocerlo. ¿Cambió en algo conocer a
esa persona? ¿Adónde conducen esos prejuicios?
8. Buscad en los evangelios pasajes en los cuales Jesús se muestre solidario. ¿Era una actitud
constante en su vida? ¿Y en la vuestra?
9. Pensad en personas o grupos que carezcan de atención, ¿es posible que les prestéis ayuda?
Analizad de qué forma podríais llevar a cabo
: un compromiso serio.
— 126—

6.9.
El lobo que quería ser oveja
Había una vez un lobo que quería ser oveja. Escondido detrás de los matorrales las contemplaba
e imitaba. Comía hierba y había aprendido a balar como ellas.
Os preguntaréis por qué quería cambiar. Os lo voy a explicar. Los lobos de su manada le
repelían constantemente que era un cobarde, incapaz de cazar, que parecía una oveja asustada.
A él no le gustaba cazar. Prefería recorrer Las montañas, contemplar las nubes y los árboles.
Además, había nacido vegetariano.
Un día se extravió una ovejita muy pequeña. Balaba desesperada. Estaba atrapada en unos
matorrales. El lobo olió su presencia y se acercó. La pequeña. Al ver al gran animal, se asustó
muchísimo y le dijo: «Por favor. No me comas. Soy muy pequeña».
El lobo, reflexionó en voz alta, diciendo: «Tengo ante mí una oveja fácil de cazar. ¿Debería
hacer caso a la manada y comérmela?».
La ovejita se dio cuenta que era el Lobo vegetariano y le dijo, buscando una excusa para
escapar: «Me han dicho que te gustaría ser como nosotras».
El lobo indicó: «Ya sé que quieres escaparte engañándome».
«Eres un lobo inteligente», replicó la ovejita.
«Y vegetariano —continuó el lobo—. La vergüenza de mi manada».
La ovejita, más tranquila, exclamó: «No me vas a comer?».
«No», contestó el lobo. La ayudó a salir de la trampa y siguió diciendo:
«A mí me gustaría ser como tú. Es más fácil ser oveja».
La oveja pequeñita sintió lástima del lobo e ideó un plan para ayudarle. Tras unos segundos de
silencio le dijo: «Te gustaría estar todo el día comiendo hierba, tirada al sol, en el mismo sitio,
bajo las órdenes de un pastor que no es de tu manada? ¿Cómo te sentirías si te afeitaran el pelo?
¿Sabes que nos dan de comer para engordarnos y aprovechar nuestra leche y nuestra carne? ¡Mi
vida sí que es un rollo! Yo tampoco quiero ser oveja. A mí me gustaría ser lobo. Tú puedes
conocer y recorrer todos los escondites de las montañas. Eres libre, pues ningún pastor te dice lo
que tienes que hacer. Puedes defenderte de animales feroces. ¡Tu vida sí que es divertid a!».
El lobo indicó: «Ninguno estamos conformes con lo que somos».
La ovejita, siguiendo con su plan, explicó: «Sin embargo, yo no puedo
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Ser lobo. No tengo esos dientes tan grandes, ni esas orejas que lo oyen todo, ni esas garras y
esas patas poderosas».
El lobo, admirado, preguntó: «De verdad que tengo todo eso?».
Entonces la ovejita, sin decir ni una palabra más, lo llevó a un lago y le invitó a mirarse en sus
aguas. El gran animal se asusté de su aspecto y exclamó: < (Parezco un lobo muy fiero. Pero no
quiero ser como el resto de mi manada y pasarme el día cazando y asustando. No quiero».
La ovejita le dijo: «Podrías aprovechar esas otras cualidades y aficiones que tienes. Por ejemplo:
tus ganas de conocer la montaña a fondo. Quizás de esta forma puedas llegar a ser parte de tu
manada sin necesidad de cazar».
Ambos charlaron amigablemente toda la noche. Por primera vez el lobo se sentía a gusto. Pues
su amiguita no intentaba convencerlo de que fuera un buen lobo, sino que le comprendía y
escuchaba.
A la mañana siguiente, el pastor los encontró. Estaban dormidos. Acu rucados el uno contra el
otro. El hombre, sorprendido. No quiso despertar os. El rebaño detrás de él contemplaba
boquiabierto y en silencio la escena a. ¡Increíble!
La manada de lobos también contemplaba la escena desde lejos. Observando que el pastor
estaba despistado decidieron salir de sus guaridas y cazar algunas ovejas.
El ruido de la manada, bajando en tropel por la colina, despertó a la ovejita y al lobo. Este, más
fiero que nunca. Se enfrentó a los de su propia manada y defendió a su amiguita, al rebaño y al
pastor.
Por fin los lobos huyeron. No comprendieron la actitud del lobo, ni de dónde había sacado la
fuerza para defenderse. Siempre le habían considerad o un cobarde.
El pastor asombrado le propuso trabajar con él como guardián del rebaño o. Pero el lobo
contestó: «Soy un lobo, no un perro —luego miró a la ovejita y prosiguió—. La verdadera
amistad me ha ayudado a descubrir de lo que soy capaz. Prefiero vivir libre por las montañas.
Pero te aseguro que si un día estáis en peligro os ayudaré’>.
TEMAS
AUTOACEPTACIÓN, AUTOESTIMA, AMISTAD, LIBERTAD
Actividades
1. ¿Creéis que se nos exige ser o comportarnos de una determinada form a? Comentad en el
grupo.
2. ¿Qué valores y comportamientos premia nuestra sociedad?
3. Imaginad que sois la ovejita y vuestro compañero el lobo. Escribidle una carta dándole a
conocer las cualidades que admiráis de él.
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4. Escribid una redacción titulada: «Mis cualidades».
5. Analizad Lo que los medios de comunicación nos dan a conocer sobre los modelos de
persona.
6. Cada día de esta semana dedicad unos minutos a escribir vuestro diario. ¿Cómo reaccionáis
ante el desprecio y las comparaciones con otros?
7. Ofreced a vuestros padres y educadores una hoja en blanco para que hablen de vosotros.
8. Dividíos en dos grupos. Los miembros del grupo A elegirán a quién le gustaría parecerse y
los del grupo B intentarán convencerles de que están bien como son.
9. Componed una canción con el mensaje principal’ del cuento.
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