Explora Libros electrónicos
Categorías
Explora Audiolibros
Categorías
Explora Revistas
Categorías
Explora Documentos
Categorías
La Escuela como Aparato Ideológico del Estado, utiliza el curriculum oculto com
principal herramienta que se encarga de transmitir ciertos valores oblicuos a la hora de
poner en práctica cada una de las enseñanzas que los profesores y profesoras emplean
dentro del aula. Estas directrices conforman un área muy difícil de fiscalizar a la hora de
establecer parámetros para el aprendizaje de los y las jóvenes en cuanto a la educación y
los roles de género, que se han transmitido en cada paso de la evolución social a través
de los distintos agentes socializadores que traspasan las creencias, dogmas, cismas y
paradigmas regentes en la sociedad. Este traspaso de información – llevados a cabo
principalmente por la escuela y la familia – fortalece, naturaliza y legitima la creación y
mantenimiento de distintos estereotipos y prejuicios presentes dentro de la “sociedad de
conocimiento”.
Frente a este escenario, esbozo dos formas a corto plazo para contrarrestar esta
situación. En primer lugar, reemplazar la actual educación sexual impartida en los centros
educativos –la cual deja fuera lo emocional, lo subjetivo y lo singular– por una Educación
Sexual Integral implantada como política de Estado. La UNESCO ya lo planteó en la
edición de las Orientaciones técnicas internacionales sobre educación integral en 2018,
señalando lo fundamental que es dotar a los niños, niñas y jóvenes de habilidades,
actitudes, valores y datos empíricos que les empodere para disfrutar de una salud y
bienestar digno, establecer relaciones sociales y sexuales basados en el respeto y
consentimiento y, conocer, comprender, proteger y defender sus derechos.
Y, en segundo lugar, aplicar la enseñanza para una posterior aplicación de las “Claves
feministas para el poderío y la autonomía de las mujeres” planteadas por la antropóloga
feminista Marcela Lagarde. Entre ellas cabe destacar:
• Asumir que existe una gran diferencia entre pedir o mendigar nuestros derechos, y
tomarnos y hacerlos valer. Del mismo modo con los espacios, si pedimos permiso,
o cedemos los espacios que nos corresponden, contribuimos a perpetuar las
relaciones de dominación.
• Diferenciar la colaboración del servilismo, que es una forma sumisa de “ayudar”,
por tanto, igualmente mantiene las relaciones de dominación.
• Desarrollar autonomía en distintas áreas: tener un discurso, recursos, juicios
propios, una visión de mundo, un plan de vida y priorizar nuestras acciones en
torno a ello. Se debe diferenciar este desarrollo de individualidad con el
individualismo, pues reconocernos diferentes, reconocer nuestra existencia de la
existencia de otros.
• Analizar cuando efectivamente estamos creando lazos de confianza,
conectándonos a otros, abriéndonos a la experiencia de dar y recibir
recíprocamente.
• Diferenciar las proyecciones de nuestras vidas de las fantasías. Las primeras se
realizan con audacia, inteligencia y realismo, las segundas son un mecanismo de
evasión de la realidad, por tanto, mantiene el estado de las cosas tal cual se
encuentran.