Está en la página 1de 7

Primeros Auxilios Psicológicos durante

una crisis matrimonial

Bob se extrañó de que tocaran a la puerta. ¿Quién andaría fuera a esa hora (las l 1:30 de
la noche) en una fría noche de diciembre? Recién había terminado un día de mucho trabajo en su
ejercicio del derecho (entrevistas con clientes, cuatro horas en la corte, tres horas en reuniones
con el personal y otros abogados) y estaba listo para acostarse para pasar la noche.
Abrió la puerta para hallar a uno de sus asistentes, Tom, que le preguntaba si podía pasar
para hablar. Mientras caminaba hacia la salida, Tom comenzó: "Me apena entrar en casa de usted
de esta manera, pero tengo problemas. Parece que Sue y yo nos vamos a divorciar". Él hablaba
de manera apresurada, mientras contenía las lágrimas, acerca de lo que había pasado aquella
tarde. La esposa de Tom, Sue, había dicho que "quería decirle algo a él". Después de un pequeño
embaucamiento ella confesó que durante los últimos cuatro meses había sostenido un romance
con un hombre que era buen amigo de Tom. Sin poder creer lo que escuchaba, Tom reaccionó
primero con una apariencia de impacto/ofuscamiento, y después, con una serie de preguntas,
algunas de las cuales Sue no podría o no quema contestar. En una lucha por evitar que los
sentimientos de dolor se hicieran muy aparentes, Tom por último cortó la conversación, y dijo
que se iba. Entonces tomó su chaqueta, camino rápidamente hacia fuera del departamento y
partió en su auto. Después de conducir por ahí durante 30 minutos, Tom dobló hacia el escalón
de la puerta de Bob. Las primeras palabras de Tom fluyeron en torrente, y al oírlo hablar se
entendía que todo, incluso su matrimonio, se había acabado. Apenas se detenía para sorber el té
que Bob le había ofrecido, y le habló de su esposa, de no querer perderla, pero con el sentimiento
de que era inevitable que así fuera. Después de todo, se suponía que ella estaba "enamorada" de
ese otro hombre.
Tom y Sue habían estado casados por tres años. Se habían mudado a ese vecindario dos
años antes, de manera que Tom pudiera acudir a la escuela de leyes. Sue había sido la principal
aportadora económica a partir de su trabajo como maestra de matemáticas en una secundaria. Se
habían citado uno al otro por cuatro años en la universidad, antes de casarse en su graduación.
Ambos crecieron en la misma pequeña comunidad rural del sur, y acudieron a la universidad
estatal para sus estudios de pregrado. Aunque los dos habían salido con otras personas en la
preparatoria, ninguno tuvo algún involucramiento romántico "serio" antes del matrimonio.
Ambos procedían de ambientes devotos de la religión católica romana, aunque ninguno había
acudido a la iglesia de manera regular durante el último año, o algo así. En su mayor parte, el
matrimonio había sufrido algunos estira y afloja hasta ese momento. Puesto que se conocían bien
uno al otro desde mucho antes del matrimonio, tenían muchas cosas en común; por ejemplo: el
interés por la música y el deporte de trotar, y se sentían cómodos juntos. La principal inquietud
del año pasado para Tom había sido los inesperados coqueteos de Sue con otros hombres en las
fiestas. Al principio eso no le molestó, aunque, a medida que se hacía más obvio, ello condujo a
que tuvieran frecuentes pleitos después de los acontecimientos sociales. De cualquier manera, en
ningún aspecto, él tenía preocupación alguna de que Sue pudiera ir más allá de hablar con esos
hombres.
La reacción de Bob a todo esto fue escuchar de modo compasivo, e interrumpir de vez en
cuando para parafrasear, o para demostrar que estaba escuchando.
"Puedo ver cuán perturbador es todo esto para ti".
"Así que realmente sientes que Sue te ha traicionado".
"También parece que sientes que, ahora que ella ha tenido este romance, ustedes nunca
serán capaces de estar juntos".
Bob escuchó lo que Tom decía y utilizó las propias palabras de éste, siempre que se pudo,
para reflexionar sobre lo que había pasado y sobre cómo se sentía Tom acerca de ello. En esta
crisis particular, Tom sentía un tremendo dolor emocional, el cua1 experimentó como una
lastimadura, casi como si estuviera lesionado. Él sentía que Sue lo había traicionado. Estaba muy
trastornado por el hecho de que ella "le hubiera mentido". También parecía que él estaba
volcando mucho de esta crisis sobre sí mismo, al sugerir que él "no era bueno" puesto que había
sido desplazado por otro hombre. Veía todo el asunto como un reproche a su virilidad.
Bob alentó a Tom a hablar de manera concreta acerca de cómo sucedieron las cosas antes
de llegar a esta "nueva". Tom refirió que él pensaba que su relación había sido buena. Sin duda,
los coqueteos de Sue lo habían molestado. Además, los dos habían pensado algunas veces que
podrían haberse casado demasiado jóvenes, lo que les permitió poca experiencia con otras
personas antes de casarse. Con todo, el romance de Sue fue una completa sorpresa para Tom.
Éste hizo algunas distinciones entre lo que sucedió en el pasado, su situación actual (en
esa precisa tarde), y la futura (comenzando por el día de mañana: y extendiéndose hasta los
próximos meses y años). Como cuestión de hecho, Tom se derrumbó en todos estos aspectos
juntos, y habló con dolor de cómo todo su mundo se caía sobre él ahora mismo. En este
caso, su "mundo entero" se refería a su matrimonio, su autoimagen, su carrera ("nunca seré capaz
de estudiar para el examen que tendré en dos días y es posible que lo repruebe"), y el resto de su
vida (hablaba con la seguridad que nunca podría confiar en una mujer otra vez). Sus
aseveraciones sobre sí mismo eran críticas:
"¿Qué hay de malo en mí? ¿Por qué no fui bueno en grado suficiente para ella?"
¡Todo es culpa mía!"
Bob continuó escuchándolo, y ofreció respuestas empáticas y comprensivas, todo en un
intento para otorgar apoyo y, de esta manera en un tenor esperanzado, aliviar algo de la tensión
emocional de esa tarde.
Después de cerca de 30 minutos de este tipo de plática, Bob encauzó la conversación
hacia las dificultades que confrontaría Tomen lo inmediato.

¿Dónde pasar la noche – volver o no a casa?;


¿qué decir a Sue la próxima vez que la viera – si no esa noche, entonces al día siguiente?;
¿qué hacer acerca del examen que necesitaba efectuar el viernes – a dos días de distancia?;
¿cómo prepararse para ello cuando estaba muy trastornado en lo emocional?

Necesitaría tratar, de hecho, con otras cuestiones en algún momento, pero estaban fuera
de alcance esa noche. Tom necesitaría hablar con Sue para averiguar acerca de qué significaba
para ella el romance en realidad. ¿Cuáles eran las implicaciones para relación de ellos? ¿Era
el divorcio en realidad la única opción? ¿No podrían ellos translaborar la crisis, aprender
de ella, hacer ajustes en su matrimonio, por causa y permanecer juntos después de todo?

El enfoque de Bob fue decir de manera directa a Tom: ''Veamos qué necesitas para
arreglártelas ahora mismo, esta noche, y qué puede esperar hasta mañana".
Entonces Bob confrontó a Tom con la idea de que, aunque ciertamente, el divorcio era
una posibilidad, no era algo que él tenía que decidir esa noche. Entonces Bob le preguntó a Tom
qué le gustaría hacer acerca de las necesidades más inmediatas que habían identificado, esto es,
dónde quedarse, cómo lidiar con Sue, y el examen pendiente. El objetivo de Bob era poner a
Tom a generar soluciones aceptables tantas como fuera posible, y, si encontrara necesario, que
Bob diera algo de sí mismo. En este estado de aturdimiento, Tom no había dividido los asuntos
de este modo. Tampoco, tenía soluciones para alguna de estas dificultades. Él pensaba que podía,
simplemente, "manejar por ahí" y entonces dormir en el coche. Estaba temeroso de confrontar a
Sue, derrumbarse y llorar en presencia de ella, para darle otra razón de reproche contra la
virilidad de él. El examen acrecentó más la angustia de Tom. Era un examen importante sobre
derecho constitucional, presentado en un solo día, con muy poca oportunidad para posponerlo.
Junto a ello, si Tom fuera a pedir una posposición, tendría que reconocer sus problemas
matrimoniales ante un profesor muy estricto.

Bob continuó el trabajo hacia la reducción de los problemas a piezas más pequeñas, con
el análisis de posibles cauces para cada uno. Bob le dijo a Tom que el problema entero no podría
resolverse en ese momento, así que necesitarían tomar las piezas que necesitaban la mayor
atención y lidiar con ellas primero. El problema de dónde pasar la noche era el más fácil de
abordar. Bob de manera asertiva le dijo a Tom que manejar por ahí no sería una buena idea, y
que debería quedarse en casa de aquél esa noche, para dormir en el sofá. Después de una
pequeña resistencia, Tom aceptó esta idea.
El lidiar con Sue representaba un problema diferente. Puesto que la preocupación
principal de Tom parecía ser que no sabría qué decirle, y que podría derrumbarse, Bob se hizo
cargo de proponer algunas ideas propias en este punto. Dijo, primero que todo, que derrumbarse
era una reacción más bien humana para esta crisis, y que Tom debería ser cuidadoso al hacer un
juicio pasajero de su propia virilidad basado en algo como aquello. De una manera amistosa y
bromista, Bob criticó a Tom por asumir que tenía que tomar un enfoque de "John Wayne" para
aquello, es decir, que mostrar alguna emoción de miedo sería una señal de debilidad. Bob sugirió
que tanto Tom como Sue vieran pronto a un consejero matrimonial, incluso al día siguiente, y
que así hablarían en presencia de un tercero.
En tanto abordaban opciones como la del centro de orientación para estudiantes en el
campus, la sola mención de un consejero evocó otros problemas para Tom. ¿Aquello sería
confidencial? ¿El ver a un "psiquiatra se pondría en su historial, quizás algo respecto a lo que
podría haber tenido que mencionar en su solicitud para el tribunal del estado? La solicitud había
llegado de manera reciente por correo. Tom había notado que había una pregunta de algo así
como" ¿ha sido usted tratado alguna vez por un trastorno nervioso o mental? Tom de hecho
sentía que, en ese momento, pasaba por un trastorno mental y nervioso, como si estuviera en un
"enloquecimiento”. No quería tener que contarle de ello a alguien, y de seguro no al tribunal del
estado.
Bob y Tom hablaron sobre el particular por algunos minutos, y se desplazaron hacia un
acuerdo en cuanto a que aquello sería una orientación matrimonial, y no algo que tuviera que
listar en su solicitud para el tribunal del estado. Nadie tenía en su cabeza el conocimiento de un
"acobardamiento" reconocido por un psiquiatra o alguien más. Aquello sería una orientación
breve para la translaboración de una crisis. Bob estaba seguro de que los expedientes en el centro
de orientación estudiantil eran confidenciales. En cualquier caso, no necesitaba tomarse la
decisión justo en ese momento; podría esperar hasta la mañana. Tom podría llamar al centro de
orientación y plantear estas preguntas antes de concertar una cita.
Ambos hablaron del examen venidero también. La principal preocupación de Tom era
que no podría concentrarse lo suficiente como para estudiar. Otra vez, Bob le recordó que él de
seguro no sería capaz de concentrarse esa noche, y que no debería tratar de estudiar. Si
necesitaba solicitar un aplazamiento, que lo hiciera. No tendría que contarle al profesor todas las
circunstancias. De nuevo, podría ver cómo se sentía a la mañana siguiente. Aunque de seguro no
se sentía con ganas de estudiar, bien podría ser capaz de emplear un par de horas en ello al día
siguiente, por la tarde.
La conversación prosiguió con la ayuda de Bob a Tom para trabajar hacia soluciones
aceptables para cada una de las preocupaciones inmediatas. Por momentos, Tom trataría de
insertar en la conversación cuestiones de lo que había sucedido en el pasado, o acerca del futuro
(por ejemplo: "Me preguntó cuántas veces se acostó con él", "¿cuánto tiempo se lleva el
divorcio?''). Cuando esto sucedió, Bob reconoció que eso era un asunto de interés (por ejemplo,
"sé que debes hacerte preguntas al respecto''), pero recordó a Tom que tema tiempo para
averiguar acerca de ellas. Seguro que nada podía o necesitaba decidirse justo en ese momento.
La estrategia era expresar con claridad que aquellos eran asuntos interesantes, pero que Bob y
Tom no necesitaban tratarlos en esa precisa ocasión. Cuando volvieron a hablar, considerarían
cuándo, cómo y si, en todo caso, encauzarían esas preocupaciones.

Después de una plática de hora y media, Bob convenció a Tom de que era tiempo de
tomar un descanso. Habían acordado que Tom dormiría en la casa de Bob esa noche y llamaría a
Sue por la mañana, para preguntarle si consentiría en que ambos hablaran con un consejero
matrimonial aquella tarde. Tom y Bob habían acordado que, al día siguiente, el primero llamaría
al centro de orientación estudiantil para pedir una cita y, al mismo tiempo, hacer preguntas
acerca de la confidencialidad. Por último, Tom pondría la cuestión del examen en el olvido hasta
después, esa misma tarde después de clases, tiempo en el cual él trataría de tomar 1o 2 horas pata
estudiar. Y llamaría a Bob avanzada la tarde, para hacerle saber cómo funcionaron las cosas.

Casi como una nueva ocurrencia para ambos, se dieron cuenta que era posible que Sue se
preguntara dónde estaba Tom, y si estaría por regresar a casa; Aunque Tom estaba reacio para
llamarle en ese mismo momento, aceptó hacerlo y decirle a Sue, por lo menos, que había acudido
con Bob para platicar, que estaría con él esa noche y que le llamaría por la mañana. Tom hizo
una llamada breve y Bob le dio una colcha y una almohada, para dormir en el sofá. Entonces los
dos se retiraron para pasar la noche.
Preguntas:
Identificar en el texto los siguientes puntos:
- Incidente que precipitó la crisis.
- Cuando se estableció el contacto psicológico
- Cuáles son los problemas inmediatos
- Cuáles problemas se pueden enfrentar después
- Cuáles son las posibles soluciones
- En qué momento Bob aconseja a Tom
- En qué momento confrontan los obstáculos que van surgiendo
- Convenio para la acción y seguimiento
Realizar un análisis crítico sobre el abordaje de Bob, en cada uno de los 5 componentes de los
primeros auxilios psicológico.
- Contacto psicológico
- Dimensiones del problema
- Soluciones Posibles
- Acción Concreta
- Seguimiento

También podría gustarte