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HISTORIA ARGENTINA

Trabajo Práctico N° 1

Alumna: Daniela Flores

Carrera: Lic. En diseño de la Comunicación visual

Docente: Stella Juste

UCSE-DASS

2018
PRESIDENCIAS RADICALES (1916-1930)

HIPÓLITO YRIGOYEN – 1916-1922

El primer gobierno de Yrigoyen


El 12 de Octubre de 1916 Yrigoyen asumió la presidencia rodeado de importantes muestras
de apoyo popular. Desde el gobierno, continuó con su convicción de que el radicalismo
constituía la única fuerza “política y moralmente” legítima para gobernar el país, en oposición
a las fuerzas “oligárquicas y fraudulentas” que venían gobernando desde 1880. Por esta razón
las relaciones con la oposición fueron siempre tensas en su mandato, más aún cuando los
conservadores seguían manteniendo importantes cuotas de poder. En efecto, no sólo
gobernaban en varias provincias, incluyendo la de Buenos Aires, sino que también disponían
de la mayoría en el Senado de la Nación y contaban con el apoyo de los principales diarios del
país.
Para resolver esta situación Yrigoyen buscó erosionar a la oposición con la intervención de
las provincias, que desplazaba a los gobernantes electos y creaba situaciones favorables para
su gobierno. La intervención de Buenos Aires en 1917 para desplazar al gobernador
conservador fue la más discutida, pero también la más eficaz, en adelante, la estratégica
provincia sería el principal reducto electoral del yrigoyenismo. La abrumadora mayoría de
estas intervenciones fueron hechas sin el acuerdo del Congreso dominado por la oposición
conservadora.

Un partido de gobierno
Frente a la dispersión de los grupos conservadores, el Partido Radical tenía una fuerte
organización. Se iniciaba en los locales partidarios o comités distribuidos por todos los barrios,
a través de los cuales hacían conocer sus propuestas los electores. A su vez, los comités
dependían de organismos centralizados que permitían la unidad y la coherencia en la toma de
decisiones. Para mantener la solidez del radicalismo.
Yrigoyen fomentó el sistema de patronazgo sostenido por los dirigentes locales, llamados
“caudillos” o “punteros”, que, a cambio de algunos favores esperaban el agradecimiento en
forma de votos. Pese a toda esta organización, en el partido no faltaron problemas: en cada
provincia abundaban grupos internos que luchaban por alcanzar el control del aparato
partidario.
Estas disputas llegaron a ser tan agudas que Yrigoyen se vio obligado a intervenir provincias
para arbitrar en ellas. Por otro lado para aumentar su propio poder Yrigoyen y sus principales
colaboradores alentaron un verdadero culto de la imagen personal del Presidente, en el que
se lo presentaba como la encarnación de las máximas virtudes de la Nación. Esta actitud
“personalista” fue objeto de fuertes críticas dentro y fuera del partido radical.

El contexto internacional
Cuando Yrigoyen asumió en 1916 la Argentina atravesaba un período de crisis económica,
en parte como consecuencia de la Primera Guerra Mundial (1914-1918). La cual, enfrentaba a
las potencias centrales contra los aliados, quienes se disputaban el control de las provisiones
de materias primas y de mercados para sus industrias. Ante este enfrentamiento bélico,
siempre se mantuvo neutral sin embargo todo esto tuvo diversos efectos como: una drástica
reducción de las importaciones, ya que las naciones europeas volcaron su industria al
sostenimiento de la guerra – como consecuencia surgieron talleres para reemplazar los
productos importados de Europa - ; se intensifico la relación comercial con EE.UU., nación que
no participó de la guerra hasta 1917.

Impulso reformista y sus límites


De todos modos, el Presidente inició una política orientada a mejorar la distribución de los
ingresos y a democratizar ciertos espacios de la sociedad como por ejemplo la Universidad.
En 1917, en la ciudad de Córdoba estalló una protesta de estudiantes universitarios que se
oponían a los mecanismos autoritarios del rectorado. Rápidamente el conflicto se extendió a
otras universidades (La Plata, Buenos Aires) y ganó adhesiones en otros países de América
Latina. Con el apoyo del gobierno radical, los estudiantes lograron imponer muchos cambios,
en particular su participación en el gobierno de las universidades.
El gobierno también buscó acercamientos con los sindicatos y los respaldó inicialmente en
sus reclamos salariales. Sin embargo, en enero de 1919 una huelga de obreros metalúrgicos
de la Capital Federal fue violentamente reprimida por la policía, lo cual provocó un estallido
social de magnitudes desconocidas hasta ese entonces. Durante varios días, conocidos como
“La Semana Trágica”, grupos de trabajadores tomaron el control de las calles de la ciudad y se
enfrentaron con la policía y grupos civiles armados, hasta que finalmente el Ejército recobró el
control de la situación. En 1921, un conflicto con los trabajadores rurales en la Patagonia
también terminó en represión, esto afectó la imagen pública del gobierno se vio afectada por
estas medidas.

MARCELO TORCUATO DE ALVEAR – 1922-1928

El 12 de Octubre de 1922 Marcelo T. De Alvear, miembro de una prestigiosa familia de la


élite, que militaba en el radicalismo desde su juventud, se convirtió en el sucesor de Yrigoyen.
La personalidad de Alvear era diferente de la de su predecesor. Con su elección Yrigoyen
buscaba atenuar los conflictos internos que lo habían enfrentado con la oposición y con
ciertos sectores “antipersonalistas” del interior de su propio partido.
El gobierno de Alvear coincidió con una etapa de ascenso de la economía argentina: se
reactivaron los circuitos comerciales, reaparecieron los capitales para la producción, se
abrieron nuevas industrias, mejoraron los salarios y disminuyó el número de huelgas y
protestas. También se sancionó la ley de jubilación para los empleados públicos y se instauró
el feriado del Día del Trabajo, todo lo cual le permitió a Alvear desarrollar una política de
diálogo más exitosa con el mundo obrero que su antecesor. Bajo la dirección del Gral. Enrique
Mosconi, la nueva compañía petrolera estatal “Yacimientos Petrolíferos Fiscales” (YPF),
comenzó la explotación sistemática de los pozos descubiertos en la Patagonia.

El radicalismo se fractura (1924)


Pese a la tranquilidad social, los conflictos internos del radicalismo no se atenuaron. Por el
contrario, con Alvear en el gobierno, los antiyrigoyenistas creyeron llegado el momento de “su
revancha”. En 1924, un conflicto iniciado en la Capital Federal terminó con la fractura del
partido en un sector yrigoyenista o personalista y otro antipersonalista. Alvear buscó aparecer
como imparcial; sin embargo, en su gabinete figuraban los principales líderes
antipersonalistas: Vicente C. Gallo, ministro del Interior y Agustín P. Justo, ministro de Guerra.
Este grupo se acercó en el Parlamento a los conservadores y a algunos socialistas disidentes.
Los yrigoyenistas llamaron a esta política de alianza “el contubernio”; es decir una unión
inmoral.
Si el partido radical tenía problemas serios, no menos relevantes eran los que tenía la
oposición. Los grupos conservadores, en general partidos provinciales, no lograban llegar a un
acuerdo para formar un partido único de nivel nacional, lo cual disminuía sus posibilidades
electorales. Por otra parte, el partido socialista también sufrió sus propias complicaciones,
que precipitaron una fractura en 1927, poco después de la muerte de su fundador, Juan B.
Justo. Por un lado quedó el “viejo tronco” con el nombre de Partido Socialista, y por el otro el
Partido Socialista Independiente. La resistencia del presidente Alvear a avalar una
intervención de la provincia de Buenos Aires para terminar con la principal base de poder
electoral de Yrigoyen dio por tierra con las esperanzas de los radicales antipersonalistas y
conservadores. A comienzos de 1928 todos pronosticaban una aplastante victoria de Yrigoyen
en las elecciones para suceder a Alvear

HIPÓLITO YRIGOYEN – 1928-1930

El segundo gobierno de Yrigoyen


En 1928, Yrigoyen volvió a ser candidato. El carismático líder radical conservaba un gran
apoyo popular que le aseguró un aplastante triunfo en las elecciones del 1° de Abril, recurre a
los mismos mecanismos de su primer mandato: reparto de cargos en las oficinas estatales e
intervención federal de toda provincia disidente. Sin embargo, en cuanto asumió la
presidencia, debió ajustar los gastos como consecuencia de la crisis económica mundial, de
modo que no pudo responder a las demandas de mejor distribución que había despertado
durante la campaña y se vio obligado a recortar los cargos públicos, a la par que el aumento
de los precios hizo disminuir el apoyo popular hacia su gobierno.
Las intervenciones federales se volvieron en su contra con todo esto la imagen del presidente
estaba desmoronándose.
La prensa en gran parte conservadora aprovecho esta debilidad para publicar toda clase de
agravios y casos de corrupción en los que se vieran implicados miembros del gobierno. La
figura presidencial desaparecía.
La situación política de la UCR fue empeorando, la derrota en las elecciones de diputados en la
capital federal y las sucesivas marchas (tanto de opositores como de leales al presidente)
llevaron a que Yrigoyen delegue su poder al vicepresidente Enrique Martínez.
Así, se comenzó a medir la posibilidad de desplazarlo utilizando incluso la fuerza.

El Golpe
La falta de respeto por las reglas del juego democrático de todos los bandos y el aumento
del poder político del Ejército confluyeron para poner en “jaque” el sistema democrático. Los
medios de prensa, en especial el Diario “Crítica” dirigido por Natalio Botana auspiciaban las
críticas de la oposición. En las elecciones parlamentarias de 1930, el radicalismo ganó por muy
escaso margen a los conservadores y perdió en la Capital Federal frente a los Socialistas
Independientes. Las acusaciones de fraude en las elecciones sirvieron para que el oficialismo
impidiera el ingreso de los diputados electos al Parlamento, mientras la oposición, por su lado
acusaba al gobierno por el fraude electoral en San Juan, Mendoza y Córdoba. Finalmente el
Congreso dejó de sesionar.
En la madrugada del 6 de Septiembre de 1930, unas pocas tropas, una multitud de civiles y
cadetes del Colegio Militar avanzaron sobre la Capital Federal, liderados por el general José
Félix Uriburu. La Casa Rosada fue tomada sin oposición; Yrigoyen fue obligado a renunciar y
Uriburu asumió como presidente provisional (de facto), Fue el primero de una larga serie que
coronaría la segunda mitad del Siglo XX.

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