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La digestión de las proteínas comienza en el estómago con la acción de

pepsina y continúa en el intestino delgado con enzimas pancreáticas como


tripsina, quimiotripsina, aminopeptidasas y carboxipeptidasas.
Estas enzimas se secretan en la forma «pro» y son activadas por la escisión
de una pequeña secuencia peptídica.
Esta división la realizan enterocinasas secretadas en el líquido intestinal.
Las proteínas de la dieta estimulan la secreción de las proenzimas
pancreáticas.
El tripsinógeno se divide para formar tripsina y ésta se une a las proteínas
de la dieta para comenzar la hidrólisis. Cuando ésta termina, aumenta el
contenido de tripsina libre en el intestino, lo que constituye una señal para
cesar la secreción de tripsinógeno.
Posteriormente, las oligopeptidasas y aminopeptidasas del borde epitelial
del enterocito completan la digestión; cada una de estas enzimas tiene
una acción específica.

La mayoría de los péptidos de más de tres aminoácidos son hidrolizados


extracelularmente por las enzimas del borde en cepillo de los enterocitos,
mientras que los dipéptidos y los tripéptidos pueden ser absorbidos
intactos.
La absorción de péptidos y aminoácidos ocurre, principalmente, en el
intestino delgado proximal, general mente por transporte activo mediante
transportadores específicos para los diferentes tipos de aminoácidos.
Los dipéptidos, tripéptidos y oligopéptidos tienen también sistemas
transportadores específicos. Se calcula que un 25 % de las proteínas de la
dieta se absorben como dipéptidos y tripéptidos.
Los aminoácidos se absorben en presencia de sodio y tanto éstos como los
dipéptidos y tripéptidos se absorben rápidamente. Las dipeptidasas y
tripeptidasas pueden hidrolizar posteriormente estos péptidos a
aminoácidos, pero algunos alcanzan intactos la circulación sanguínea.
Tras la digestión de proteínas, los aminoácidos son transportados al
hígado, donde se regula el flujo de aminoácidos de la dieta que entra en la
circulación sistémica. El hígado transamina y oxida los aminoácidos
sobrantes. En la práctica, el exceso de proteínas (aminoácidos) en la dieta
de un sujeto sano da lugar a un aumento de la eliminación urinaria de
nitrógeno. El hígado es el lugar principal de metabolización de
aminoácidos esenciales, con excepción de los aminoácidos ramificados,
que apenas se degradan en el eje enterohepático y son más bien
metabolizados por otros tejidos periféricos; por ejemplo, sólo un 2 % de la
leucina de la dieta es oxidada en el hígado

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