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Una Definición
La Francmasonería es una asociación libre de hombres que sólo dependen de su conciencia y
que tienen como objetivo el perfeccionamiento moral de la humanidad. Fomenta entre sus
miembros el respeto a las opiniones ajenas y prohíbe toda discusión política o religiosa en su
seno a fin de construir un centro permanente de unión fraternal. (Declaración de la Gran Logia de
España)
¿Qué es la Masonería?
La masonería hoy ya no asusta a nadie. Nadie mínimamente bien informado podrá creerse
muchas de las tonterías escritas sobre ella. Todo lo relativo a la masonería ya ha sido publicado:
sus ritos, rituales, reglamentos y constituciones. Se trata sólo de una institución que por medio
de una iniciación (ritual que intenta provocar una disposición al conocimiento) y sucesivos
rituales, quiere generar en el neófito la voluntad de emprender un camino de conocimiento
espiritual.
La masonería no es una religión ni una secta, no es una ONG, no es una escuela ni una
universidad, no es un partido político ni un sindicato, tampoco un lobby o grupo de presión, no es
una sociedad filantrópica ni una cooperativa de ayuda mutua… aunque quizá contenga unas
pinceladas de todo ello.
Intentar definir lo que es la masonería no es sencillo incluso llega a desorientar si se echa una
mirada a sus miembros a lo largo de la historia: católicos, protestantes, judíos y de otras
religiones, de derechas y de izquierdas, científicos, pintores, músicos, filósofos así como muchos
otros más “corrientes”. Sin duda ha de existir un denominador común y probablemente ese
denominador resulte ser la búsqueda que cada uno de ellos realiza en su mundo interior, la
investigación personal, las ganas de saber más.
Hay muchas definiciones posibles de lo que es la masonería; desde la más clásica: “un sistema
peculiar de moral, bajo el velo de alegorías y enseñado por símbolos” hasta otras de amplio
sentido como “una asociación de hombres que quieren ayudar a mejorar la sociedad”. Para otros
quizá sería más propio definirla como un camino o una experiencia. El camino es el que cada ser
humano recorre, no forzosamente el mismo, pero sí en compañía; y la experiencia explica el por
qué sus secretos no son transmisibles.
En todo caso, la masonería es una asociación que acoge en su seno a hombres libres, mayores
de edad, respetables, sólo dependientes de su conciencia y dedicados a poner en práctica un
ideal de paz, amor y fraternidad, preocupados en su perfeccionamiento moral así como el de la
Humanidad entera. En la masonería se exige a todos sus miembros el respeto a las opiniones y
creencias ajenas y prohíbe toda discusión política o religiosa. Los masones tienen que buscar
siempre aquello que les une y no aquello que les pueda dividir. Los masones desean progresar y
desarrollarse interiormente.
Los masones comparten la idea de que todos los hombres sin distinción de raza, cultura, religión
o posición social, nacen con los mismos derechos y obligaciones. Por otro lado, el objetivo que
persigue cada masón es el de conocerse mejor. Así existe una doble finalidad (que finalmente es
la misma) mejorar la sociedad y mejorarse a sí mismo.
De manera general, se puede decir que la masonería es una asociación de hombres que quieren
ser mejores. Sus principios son el amor fraternal, la libertad, la ética, el respeto a la dignidad
humana, la igualdad y la tolerancia. En su seno se encuentran personas de cualquier religión,
ideas políticas, clase social, nacionalidad o etnia.
La masonería cree en un principio superior al que denomina Gran Arquitecto del Universo pero
sin interferir en las ideas religiosas de sus miembros.
La masonería nace de los antiguos constructores medievales de catedrales y edificios sagrados
y para sus enseñanzas utiliza símbolos y alegorías antiguas muchas veces originados en el
propio arte de los canteros.
Además se puede decir igualmente de la masonería que es una herramienta para el crecimiento
personal y conocimiento de nuestros propios límites, que desarrolla la resistencia a las presiones
del día a día de nuestra actual sociedad; una vivencia de respeto y tolerancia; una experiencia
de aproximación a la naturaleza a través de los ciclos estacionales por medio de los solsticios;
vivencia de participación en grupo e impulso a valores como la voluntad, la perseverancia, el
silencio o la disciplina.
Así volvemos pues a su definición clásica de: “un sistema peculiar de moral, bajo el velo de
alegorías y enseñado por símbolos”.
La francmasonería o masonería se define a sí misma como una institución discreta de carácter
iniciático, no religiosa,1 filantrópica, simbólica y filosófica fundada en un sentimiento de
fraternidad. Tiene como objetivo la búsqueda de la verdad y fomentar el desarrollo social y moral
del ser humano, además del progreso social. nota 1 Los masones se organizan en estructuras
de base denominadas logias, que a su vez pueden estar agrupadas en una organización de
ámbito superior normalmente denominada «Gran Logia», «Gran Oriente» o «Gran Priorato».
Aparecida en Europa entre finales del siglo XVII y principios del XVIII, la masonería moderna o
«especulativa» ha sido descrita a menudo como un sistema peculiar de moral, bajo el velo de
alegorías y enseñado por símbolos. Se presenta a sí misma como una herramienta de
formación, con un método particular que, basado en el simbolismo de la construcción, permite a
sus miembros desarrollar su capacidad de escucha, de reflexión y de diálogo, para transmitir
estos valores a su entorno.
El compás ha sido considerado entre nosotros como el emblema de las ciencias exactas. La
noción de regla, de rectitud, está también por otra parte en la base del kuei chino. Los grados de
la abertura del compás simbolizan, en la tradición masónica, las posibilidades y los grados del
conocimiento, 45° se refiere al octavo, 60° al sexto, y 90° al cuarto. La masonería, al limitar la
abertura del compás a 90° máximo, indica con ello los límites que el hombre no sabría traspasar.
El ángulo de 90° reproduce la escuadra. Ya que la escuadra es como sabemos el símbolo de la
materia, el compás es el símbolo del espíritu y de su poder sobre la materia. El compás abierto
en 45° indica que la materia no está completamente dominada, mientras que la abertura de 90°
realiza íntegramente el equilibrio entre las dos fuerzas; el compás se convierte en escuadra
justa.
En las ceremonias de admisión, cuyas imágenes son accesibles en diversos medios, se puede
ver entre los elementos que la forman el anagrama VITRIOL, conocido en la alquimia, para el
que hay dos equivalencias diferentes (op. cit. pág. 1077):2
visita interiorem terrae rectificando inveniens opera lapidem (‘desciende a las entrañas de la
Tierra, y destilando encontrarás la piedra de la obra’).
Visita interiora terrae rectificando inveniens occultum lapidem (‘explora los interiores de la Tierra.
Rectificando, descubrirás la piedra escondida’).
La información en el siglo XXI
Para nuestra sociedad, la información es un factor
determinante. De ella por ejemplo, depende la toma de
decisiones en momentos favorables o adversos. Así los
electores tomarán decisiones de voto y los directivos de una
empresa necesitan información para rectificar o modificar su
gestión; así ocurre también con quien desea adquirir un
producto, pues para lograr la mejor compra de acuerdo con
sus intereses y posibilidades, debe estudiar las ofertas del
mercado. Las personas en general, consumimos información
para mejor comprender nuestro entorno y actuar conforme a
él.
En nuestros días se producen grandes cantidades de
información, que en si mismas llegan a resultar poco
prácticas, complicadas de utilizar y de ordenar. Así, en razón de su misma abundancia se hacen
poco utilizables y muy difícilmente controlables.
Como aspecto adicional, el ciudadano del siglo XXI ha podido comprobar que no es tarea
imposible generar información. Efectivamente no sólo los grandes intelectuales escriben libros y
llegan a la sociedad. Cualquiera, con los medios o las relaciones adecuadas, lo puede conseguir
(dependerá de sus fines, intereses, editorial, intereses económicos, políticos…). De la misma
manera, hoy cualquier persona puede escribir en Internet y ofrecer información a través de este
fantástico y potente medio.
Existen libros o también páginas magníficas en diseño y grandes en cantidad de información,
que desgraciadamente contienen falsedades tendeciosas o verdades a medias…
Todo esto ha hecho que hayamos desarrollado una potente e imprescindible capacidad de
análisis.
Fijaos que hace apenas veinte o treinta años cualquier cosa que saliera en televisión, se
publicara en un libro o periódico o se escuchase por la radio tenía a priori la etiqueta de validez.
¡Cuántas veces he oído decir a mi abuela "lo ha dicho un médico por la radio"!
Esto mismo sirve para nuestros tiempos y cualquiera sonreiría al oir: "lo pone en Internet".Así, en
Internet no nos podemos dejar impresionar por geniales diseños, por macro páginas que ofrecen
ingentes cantidades de información; busquemos el origen, quién lo ha escrito, qué pretende, si
se trata o no de una página oficial, si tiene una doble intención etc.
En función de todos estos datos leemos y entendemos la información que nos es proporcionada
aplicando el filtro resultante de las preguntas que nos hemos formulado y de nuestro sentido
común. Así lograremos entender y captar verdades, mentiras y el sentido de las verdades a
medias (quizá las peores de las mentiras).
Desinformación. Información tendenciosa.
Con la masonería sucede igual. Existe una gran cantidad de información al respecto, fuera y
dentro de Internet. Escrita tanto por conocedores de la materia como por oportunistas o por
desinformadores.
Para los que no saben nada sobre nuestra Orden puede resultar confusa tanta información en
muchos casos contradictoria. Esta página sólo trata de ser un apoyo explicativo para aquéllos
que desean información o aclaraciones al respecto.
Ante tanta “desinformación” y afirmaciones gratuitas, es importante hacer uso de nuestra
capacidad analítica y de reflexión para poder filtrar adecuadamente.
Pongamos atención y analicemos y definamos las diferencias en el lenguaje utilizado por
algunos historiadores, investigadores profanos, periodistas de investigación, “webmasters” y
escritores, incluso en algunos casos masones, que con un conocimiento parcial o interesado de
la masonería, acaban escribiendo sobre la misma de forma sesgada, tendenciosa o intoxicadora,
sobre lo que realmente es o sobre la profundidad y alcance de la masonería.
A diestra y siniestra se manejan y manipulan determinadas ideas y conceptos relacionándolos
con la masonería como: dogmática, «adogmática», regular, irregular, liberal, conservadora,
progresista, aperturista, inglesa, francesa, inmovilista, tradicionalista que tratan de dar
determinados "colores" a las organizaciones según apetece.
Estos conceptos se utilizan sirviendo una determinada idea y oponiendo así unos, de
connotación positiva a otros, de connotación negativa.
Algunos hablan de la masonería dogmática (identificándola con la masonería regular),
utilizando por otro lado el término «adogmática» para referirse a la masonería irregular y que,
en el intento de evitar el término «irregular», también llaman «liberal». Según éstos, existe una
masonería dogmática que no es liberal (la Masonería Regular) que oponen a una masonería
«adogmática» y liberal (la llamada irregular).
Es completamente absurdo o tendencioso hablar de una masonería dogmática por el simple
hecho de que se respeten una serie de tradiciones que, además, acaban conformando los
puntos de referencia o mojones que delimitan el perímetro de lo que masónicamente se puede
considerar como tal.
Nos encontramos con autores que defienden la utilización del término «adogmático» para
referirse a la masonería irregular (que además equivale a decir, que la masonería regular sería
entonces dogmática); estos mismos autores deberían aplicar el mismo criterio que aplican a la
masonería regular cuando la critican o crean prejuicio sobre ella con el término «dogmático», ya
que en la llamada masonería irregular también se cumple con una serie puntos de referencia
inamovibles mínimos, los regule quien los regule, que delimitan claramente su propia
personalidad. Incluso se podría argumentar que, como estos puntos no cambian nunca , ni se
alteran, también la masonería irregular sería dogmática.
Simplemente absurdo.
Igual que también resulta superficial y totalmente sesgado e incongruente que se autoproclamen
«adogmáticos», «aperturistas», etc., aquellos que de forma unilateral, y promoviendo la
desunión, se alejan de los principios
masónicos tradicionales, escorándose hacia
tendencias ideológicas claramente partidistas
y políticas, tachando a la masonería
tradicional que no entra en estos «cambios»
de dogmática, tradicionalista e incluso
«inglesa», con connotaciones despectivas.
Por otro lado, también acaba por ser
tendencioso que se califique a la masonería
tradicional o regular como masonería
conservadora y a la masonería irregular, como
Masonería Liberal.