La electroestimulación por corriente exponencial se aplica mediante electrodos de
contacto con la piel, proyectándose sobre el paciente impulsos a una frecuencia
que permite ser modulada en un rango de 0 kHz a 200 KHz en las que la intensidad máxima alcanzada (0 mA a 60 mA) por el impulso una duración regular de 0.01 a 2000 milisegundos para obtener contracción de la estructura muscular deseada , sin embargo frecuencia, intensidad y tiempo son parámetros que se deben de establecer dependiendo del paciente.
La electroestimulación por corrientes exponenciales es una de las terapias más
importantes ya que no solo se estimula a nivel nervioso sino también muscular y específicamente en una parálisis facial, ya que aporta el efecto terapéutico necesario para lograr la contracción debido a los parámetros que maneja (frecuencia e intensidad) este tipo de terapia. Los beneficios que reporta esta actividad….. Las corrientes exponenciales normalmente son aplicadas para tratar complejos neuromusculares denervados, no obstante si se logran manejar las frecuencias adecuadas durante el tratamiento, se puede evitar secuelas de sincinesia . Este equipo pretende proporcionar estímulos que ayuden a desencadenar la respuesta fisiológica necesaria para provocar el efecto terapéutico requerido para el tratamiento de la parálisis facial evitando que desencadenen secuelas. La electroestimulación por medio de corrientes exponenciales logra sus efectos terapéuticos de modo que se obtiene una vasodilatación útil que activa los cambios metabólicos y mejora la circulación y por lo tanto el trofismo muscular y cutáneo.
La frecuencia es una de las variables a tener en cuenta, lo que hace necesario
establecer los rangos de aplicación; existen varias clasificaciones que determinan dichos rangos, sin embargo el equipo usa frecuencias exponenciales las cuales trabaja con rangos que oscilan de 0 KHz a 200 KHz. Basándonos en la frecuencia, se debe tener en cuenta que los pulsos transmitidos al paciente necesitan una intensidad mucho más elevada, lo suficiente para obtener contracción de la estructura muscular deseada, cuidando que no sea demasiado elevada ya que si sucede esto se perdería el efecto diferencial y se contraerán también otros músculos vecinos sanos.