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Historiadores en potencia

¿No es acaso la responsabilidad del periodista narrar su país e informar a sus ciudadanos?

Parto de esta pregunta para poner en tela de juicio la labor periodística en Colombia, país

de censura, omisión y olvido.

La configuración histórica de una nación se cuenta a través del cubrimiento noticioso e

investigativo, en mayor parte por los medios de comunicación, pues son quienes

multiplican su voz en múltiples pantallas y bocinas, por tanto ustedes y yo somos quienes

tejemos los acontecimientos y ofrecemos un contexto. En cada uno de nosotros existe un

historiador en potencia, con el valor agregado de, que podemos llevarlo a lo exterior y no

solo dejarlo en el archivo. Sin embargo, hay que llevar éticamente esa transmisión de los

hechos al exterior sin contaminación, sin censura y siempre con la regla y el deber a la

verdad.

Un periodista también debe ser comunicador social, ¿A qué me refiero? Si bien en varias

universidades están las disciplinas por separado, o, en su defecto los inclinados por éstas

siempre eligen una y declinan la otra. Yo pienso más bien que, estas dos deben converger

hacia un mismo objetivo y es apropiarse de su tierra, de las voces que la cuentan, la sufren,

la trabajan y la gozan. Por medio del periodismo usted recoge información, cultura,

conocimiento, y por medio de la comunicación social usted la imparte, la difunde y la

transmite. No basta solo con encontrar el hecho e intentar que en su medio no se la

censuren, sino más bien encontrar las estrategias comunicacionales para llevar la verdad al

pueblo, porque su compromiso y el mío es servir al pueblo.


Ahora bien, la labor no es solo del periodista, sino también del medio; como lo menciona

Aznar:

“La asimilación del periodismo a un oficio significaba en definitiva que la empresa

podía contratar o promocionar a quien quisiera con tal de que se ajuste a sus

exigencias. No debe extrañar entonces que en esta época se dieran algunos ejemplos

de periodismo muy poco ético, ya que nadie, ni el editor por un lado, ni los

trabajadores por otro, se sentían obligados a respetar sus valores y normas”. (Aznar,

1999. Pág. 140)

Es ahí que se debe procurar llegar a la ética profesional, esa ética que conlleva códigos que

permiten distinguir quienes laboran verdaderamente por los ideales y objetivos de la

profesión y quienes la utilizan solo como rendimiento económico, beneficios propios o, en

últimas por poder.

Poder: ese anzuelo que muerden muchos pero pocos lo saben manejar, se dejan más bien

manejar por ellos. En Colombia, el profesional del periodismo debería tener muy claro el

poder que tiene sobre las masas y su cultura, debería por tanto conocer que es depende de él

o de la profesión en conjunto, que se construye cultura y pensamiento. Si se hace una

investigación acerca del cubrimiento mediático que se ha dado en Colombia en

comparación con los archivos que posan en libros de viejas bibliotecas, a las cuales la

comunidad poco puede acceder, encontraremos que hay una fragmentación en la historia;

en esa historia que el periodista debe contar, narrar, exteriorizar, porque es depende de ello

que su nación logre dar un paso de cambio, de lo contrario, se condena a seguir la misma

corriente y naufragar en las aguas porque sus navegantes no las conocen.


¿Por qué la agenda mediática de Colombia no ofrece diversidad de información? ¿Por qué

los periodistas no se animan a salir de la zona de confort y apostarle al periodismo

investigativo? Es aquí donde impera un apartado que menciona Javier Darío Restrepo sobre

la pasión que debe tener el profesional por la excelencia:

“Así hemos mencionado otro aporte que la ética debe hacerla a Colombia: impulsar

a su gente a la excelencia. Les juro que estoy en mis cabales al proponer el

desarrollo de la vocación colectiva de los colombianos hacia la excelencia. De este

lodazal de corrupción, de sangre, de miedos y odios este país puede y debe dar el

salto hacia los niveles máximos de la excelencia.” (Restrepo, 2018. Pág. 19)

Usted por tanto, debe tener claro cuáles son sus deberes con su profesión, y si eligió ser

periodista entienda que su labor es de romper esquemas mediáticos y servirle a la

comunidad y a la historia, sumado a esto, ¿cómo logrará hacer un buen trabajo? “La

respuesta de Kant es luminosa: “si el hombre es esclavo, obedecerá a un amo, pero si es

libre, obedecerá a su razón (cita de Marina 53)”. (Restrepo, 2018. Pág. 35)

Colombia necesita dejar de silenciar voces, necesita más derecho a acceder a cualquier tipo

de información, necesita que los portavoces tengo un trabajo en condiciones dignas, que no

pulule el miedo, la inseguridad y la censura. Y ello solo se logrará si se cuenta la historia

del país.

Zayra Valentina López Ospina

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