Rocio Alvarez

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Seminario teológico Anna Sanders

Maestra Rocío Álvarez

Materia teología bíblica de El Espíritu Santo

Alumno Juan Pablo Delgado Reyes

Tarea el profeta en el antiguo testamento.


1-describa las funciones del oficio de profeta en el antiguo testamento.

Antes quenada cabe mencionar que los profetas en el A. T. eran personas más distinguidas que
reyes, jueces, sabios, consejeros, sacerdotes y salmistas ya que ellos ejercían más influencia
para que el pueblo de Israel conociera la redención.

Podemos observar la gran influencia que tiene el profeta en el A. T. ya que dos terceras partes
fueron escritas por profetas.

Las palabras usadas para profetas en las escrituras son:

-Ro´eh significaba vidente, era la capacidad para ver el reino espiritual y proveer
acontecimientos futuros y presentes.

El vidente o profeta no era engañado por la apariencia externa de las cosas, el veía
exactamente las cosas como Dios las veía, prácticamente tenia revelación de propósitos y
deseos que estaban dentro del corazón de Dios para su pueblo escogido.

-nabí o nabi, im que es en plural esta es la principal palabra en hebreo dentro de las escrituras
para mencionar un profeta, un nabi era un portavoz de los mensajes de Dios.

Los profetas era nombrados también por nombres tales como: hombre del Espíritu, atalaya,
varón de Dios, siervo u enviado de Jehovah.

El profeta también interpretaba sueños y visiones. (José y Daniel)

(heb. nâbî', "llamado [por Dios]" o "quien tiene una vocación [de Dios]"; probablemente del ac.
nabû , "llamar"; aram. nebî';

gr. profet's). Alguien que primero recibía instrucciones de Dios y luego las transmitía a la gente.
Estos 2 aspectos de su obra se reflejaban en los nombres con que se los conocía: vidente
(jôzepor enemigos literales, como los asirios, los babilonios y los egipcios, muchos detalles de
las profecías del AT no son

aplicables literalmente a los tiempos cristianos. Además, muchas de ellas tratan


exclusivamente de situaciones específicas de un pasado remoto.

De la lectura de los profetas del AT un creyente puede lograr 2 beneficios: 1. Aprovechar la


instrucción que Dios dio a su pueblo en lo pasado al aplicarla a sí mismo y observar los
resultados de aceptar o rechazar esos principios. 2.

Determinar qué predicciones, no cumplidas en el Israel literal, quedan para el pueblo de Dios
de la actualidad. Sin embargo, se debe tener mucho cuidado en hacer aplicaciones
injustificadas. Hay que determinar hasta qué punto esa profecía es de naturaleza condicional,
cuántas de esas condiciones se cumplieron y, finalmente, si la inspiración ha indicado que
tendrá una aplicación posterior.

En particular, se debe estudiar cómo la transición del Israel literal a la iglesia cristiana puede
953 afectar el cumplimiento de esa predicción. Sólo cuando un escritor inspirado posterior
aplica una profecía a los tiempos cristianos puede hacerse con certeza una nueva aplicación de
ella.

El registro del trato de Dios con su pueblo en lo pasado se ha conservado para beneficio de las
generaciones posteriores, hasta el fin del tiempo. Bajo la conducción del Espíritu Santo, los
mensajes originalmente proclamados por los santos hombres de Dios de la antigüedad al
pueblo de sus días pueden llegar a ser un medio eficaz de descubrir la voluntad divina para su
iglesia actual. Mediante los profetas ancestrales es nuestro privilegio escuchar la voz de Dios
hablando con claridad en nuestros días. En las afirmaciones inspiradas el sincero buscador de
la verdad encontrará mensajes de inspiración, consuelo y orientación. Profetisa (heb. nebî'âh;
gr. profetis).Mujer llamada por Dios para desempeñar el oficio profético. El don de profecía de
tanto en tanto fue otorgado a mujeres devotas así como lo fue a los hombres. María fue la 1ra.
mujer en la Biblia honrada con este título (Ex. 15:20, 21; cf Nm. 12:2). Miqueas la nombra junto
con Moisés y Aarón como instrumentos de Dios en el éxodo (Mi. 6:4). Los israelitas recurrieron
a la profetisa Débora como jueza en los días en que Jabín y Sisara oprimían a Israel (Jue. 4:4-
15). Hulda fue una profetisa de confianza durante el reinado de Josías (2 R. 22:12-20). Otras
profetisas bíblicas fueron: Ana (Lc. 2:36) Las 4 hijas de Felipe (Hch. 21:8, 9). "Profetisa" en Is.
8:3 puede designar sencillamente a la esposa de un profeta.h o rô'eh) y profeta (nâbî'). El 1º
fue más común en el período temprano de la historia hebrea (1 S. 9:9). El término que se usa
con mayor frecuencia es nâbî', pues lo designa como vocero de Dios. Como "vidente" discernía
la voluntad de Dios, y como "profeta" la trasmitía a otros.

I. El profeta y su obra.

El profeta es una persona llamada y calificada en forma sobrenatural como portavoz de Dios.
Mientras que en los tiempos del AT los sacerdotes eran los representantes del pueblo ante
Dios -sus portavoces y mediadores-, el profeta, en un sentido especial, era el representante
oficial de Dios entre su pueblo sobre la tierra. Mientras el oficio sacerdotal era hereditario, la
designación de un profeta provenía del llamado divino. El sacerdote, como mediador en el
sistema de sacrificios, conducía a Israel en la adoración, aunque sus deberes secundarios
incluían dedicar una parte de su tiempo a instruir al pueblo acerca de la voluntad de Dios como
ya había sido revelada por los profetas, Moisés en particular. En cambio, la instrucción religiosa
era tarea primordial del profeta. El sacerdote se ocupaba mayormente de la ceremonia y los
ritos del santuario (que se centraban en la adoración pública), en la mediación para el perdón
de los pecados, y en el mantenimiento ritual de las relaciones correctas entre Dios y su pueblo.
El profeta era principalmente un maestro de justicia, de espiritualidad y de conducta ética, un
reformador moral con mensajes de instrucción, consejo, amonestación y advertencia, y su
obra a menudo incluía la predicción de eventos futuros. En el caso de Moisés, uno de los
mayores profetas (Dt. 18:15), la profecía fue una función comparativamente menor.

En un sentido más amplio del vocablo, profetas hubo desde los primeros días del mundo.
Tanto Abrahán (Gn. 20:7) como Moisés (Dt. 18:15) fueron llamados profetas. Durante el
período de los jueces el oficio profético languideció, y "la palabra de Jehová escaseaba en
aquellos días; no había visión con frecuencia" (1 S. 3:1). El llamado de Samuel hacia el final de
ese período fue trascendental. Fue el 1er "profeta" en el sentido más estricto de la palabra, y
se lo puede considerar como fundador del oficio profético; iba de lugar en lugar como maestro
de Israel (10:10-13; cf 7:16, 17).

Después de él y hasta el fin del tiempo del AT, diversos hombres escogidos hablaron a la
nación en nombre de Dios, interpretando el pasado y el presente, exhortando a la justicia, y
siempre dirigiendo su vista al futuro glorioso que Dios les había señalado como pueblo. Samuel
habría fundado lo que se conoce como "las escuelas de los profetas". Los jóvenes que recibían
su educación en estas escuelas (19:20) eran conocidos como los "hijos de los profetas" (2 R.
2:3-5).

La 1ª de tales escuelas que se mencionan estuvo en Ramá (1 S. 19:18, 20), la sede de Samuel
(7:17). Los hijos de los profetas no eran necesariamente recipientes directos del don profético,
pero eran divinamente llamados, como los ministros evangélicos de hoy, para instruir a la
gente acerca de la voluntad y los caminos de Dios. Las escuelas de los profetas fueron una
poderosa fuerza que limitó el avance de la marea del mal, que tan a menudo amenazó con
sumergir al pueblo hebreo bajo una inundación de idolatría, materialismo e injusticia, y
proporcionó una barrera contra la ola de corrupción que avanzaba con mucha rapidez. Estas
escuelas proveyeron el adiestramiento mental y espiritual a jóvenes seleccionados que serían
los maestros y dirigentes de la nación.

Después de Samuel, en tiempos del reino unido de Judá e Israel, surgieron hombres como
Natán el profeta, Gad el vidente (1 Cr. 29:29) y Ahías (2 Cr. 9:29). Luego, bajo la monarquía
dividida, hubo muchos profetas. Algunos (Oseas, Isaías, etc.) fueron autores de libros
preservados en el canon sagrado; otros (Natán, Gad, Semaías, lddo, etc.) también escribieron,
pero no se conservaron sus escritos. Algunos de los mayores profetas, como Elías y Eliseo, no
escribieron sus discursos proféticos, y por lo tanto a veces se los llama "profetas orales". En el
canon hebreo, las 4 grandes obras históricas de Josué, Jueces, Samuel y Reyes reciben el
nombre de Profetas Anteriores, porque se sostenía que sus autores fueron profetas. Aunque
de naturaleza mayormente histórica, estos libros muestran el propósito de sus autores de
conservar un registro del trato de Dios con Israel como una lección objetiva para su propia
generación y las posteriores. Isaías, Jeremías, Ezequiel y "los Doce" -desde Oseas hasta
Malaquías- son llamados Profetas Posteriores. Bajo el reino dividido, los profetas Oseas, Amós
y Jonás trabajaron mayormente para Israel, el reino del norte; el resto, especialmente para
Judá, el reino del sur, aunque algunos de éstos también incluyeron al reino del norte en sus
mensajes.

Dicho sea de paso, cabe aclarar la frase "Profetas Menores" (Oseas hasta Malaquías): se los
llama así sólo porque sus libros son comparativamente breves en relación con los de los
"Profetas Mayores" (Isaías hasta Daniel). De ningún modo implica que el ministerio de sus
autores fuera de corta duración o que sus escritos fueran de menor importancia y/o
inspiración. Los Profetas Posteriores se pueden dividir cronológicamente en 4 grupos: 1.
Profetas del s VIII a.C. Incluye a Jonás, Amós, Oseas, Miqueas e Isaías, aproximadamente en
ese orden. El s VIII fue testigo del surgimiento de Asiria, y antes de finalizar este período la
nación llevó cautivas a las 10 tribus del reino del norte, con lo que la nación desapareció. En
por lo menos 2 ocasiones también Judá estuvo a punto de ser destruido por los asirios. El
papel principal de los profetas del s VIII habría sido, primero, evitar, si era posible, la cautividad
del reino del norte llamando su pueblo a volverse al servicio y a la adoración del verdadero
Dios, pero también -particularmente en el caso de Isaías sostener al reino del sur durante este
tiempo de gran crisis nacional. Con la muerte de Isaías el don profético parece haberse
silenciado por medio siglo o algo más.2. Profetas del s VII a.C.

Este siglo fue testigo del apogeo de Asiria, pero antes de terminar la centuria había
desaparecido del escenario de acción y el Imperio Caldeo o Neobabilónico había ocupado su
lugar. Durante los años de decadencia de Asiria y de surgimiento de los caldeos, Dios envió a
varios profetas para llamar al pueblo de Judá a una reforma completa que impidiera la
inminente cautividad babilónica. Entre esos profetas estaban Nahum, Habacuc, Sofonías,
Jeremías y, tal vez, Joel.3.Profetas del periodo del cautiverio babilónico.

Estos fueron Jeremías, Ezequiel, Daniel y, quizás, Abdías. La meta principal de los mensajes de
este período fue ayudar a Judá a comprender el propósito que Dios tenía al permitir el
cautiverio, inspirar esperanza en una restauración, y elevar los ojos de los judíos a la gloriosa
oportunidad que los esperaba al regresar de la cautividad si eran fieles a Dios.

Jeremías entregó sus mensajes a los habitantes de Jerusalén y Judá antes y durante el
comienzo del cautiverio, y Ezequiel ministró a los exiliados en Babilonia, Daniel fue enviado a la
corte de Nabucodonosor para comunicar la voluntad de Dios al gran monarca y conseguir su
cooperación con el plan divino para el pueblo de Dios.4. Profetas postexílicos: Hageo, Zacarías
y Malaquías. Los 2 primeros animaron al pueblo a levantarse y construir el templo; Zacarías
recibió una serie de visiones apocalípticas que describían el glorioso futuro que aguardaba a
Israel durante la era de la restauración si eran fieles a Dios (Zac. 6:15). Como un siglo después
de Zacarías vino Malaquías y, con él, el fin del canon profético del AT (1 Mac. 4:46; 9:27;
14:41).Aunque el libro de Daniel contiene algunos de los mensajes proféticos más importantes
que encontramos en las Escrituras, el pueblo hebreo no lo incluyó en la sección profético del
canon. En vista de que se incluyen obras históricas como Josué, Jueces, Samuel y Reyes en la
sección profético, es evidente que el contenido no fue el factor principal que determinó su
clasificación dentro de los escritos canónicos. sino el oficio de su escritor. Así, Daniel sirvió
principalmente como hombre de estado en la corte de Nabucodonosor, y aunque recibió
algunas de las mayores visiones de todos los tiempos, no fue considerado un profeta en el
mismo sentido que Isaías, Jeremías, Ezequiel, Oseas o los otros, cuyas vidas se dedicaron
exclusivamente al oficio profético; no obstante, Cristo lo llamó profeta (Mt. 24:15). Véase
Canon (I).

En el amanecer de los tiempos del NT, el don de profecía fue reactivado con las declaraciones
inspiradas de Elisabet (Lc. 1:41-45), y de Simeón y Ana (2:25-38). Unos pocos años más tarde
vino Juan el Bautista en el papel de Elías (Lc. 1:17). Cristo declaró que Juan fue profeta "y más
que profeta" (Mt. 11:9, 10). Pablo estimó el don profético como una de las gracias del Espíritu
(1 Co. 12:10), y declaró que era uno de los mayores dones (14:1, 5). Como en los tiempos del
AT, el don profético no necesariamente implicaba la predicción de acontecimientos futuros,
aunque este aspecto de la profecía pudiera estar incluido, sino que consistió mayormente en la
exhortación y la edificación (vs 3, 4).
El llamado al oficio profético y la dádiva consiguiente del don profético eran actos de Dios,
como en el caso de Isaías (Is. 6:8, 9), Jeremías (Jer. 1:5), Ezequiel (Ez. 2:3-5) y Amós (Am. 7:15).
Moisés lo recibió desde la zarza ardiente (Ex. 3:1- 4:17). El llamado de Eliseo al oficio profético
fue anunciado por Elías (1 R. 19:19, 20; cf 2 R. 2:13, 14). Al llamado profético le acompañaba
una entrega de capacidades especiales para que el profeta pudiera hablar en nombre de Dios.
Lo constituía en un "atalaya" o "guardián" sobre la casa de Israel (Ez. 33:7), y lo hacía
estrictamente responsable ante Dios por la entrega fiel de los mensajes que debía darles (vs 3,
6). Habiendo aceptado el llamado profético, no podía abandonarlo a voluntad, como Jeremías
una vez pensó hacerlo (Jer. 20:7-9; cf 1 R. 19:9; Jn. 1:6-8, 23; 3:2). A veces Dios se dirigía al
profeta en forma audible (Nm. 7:89; 1 S. 3:4), aunque más frecuentemente en sueños y
visiones (Nm.12:6; Ez. 1:1; Dn. 8:2; Mt. 1:19,20).

Un verdadero profeta enseñaba por el Espíritu de Dios (1 R. 22:24; 2 Cr. 15: 1; 24:20; Neh.
9:30; Ez. 11:5; Jl. 2:28; Mi.3:8; Zac. 7:12; 1 P. 1:10, 11) y hablaba movido por el Espíritu de Dios
(2 P. 1:20, 21). El mensaje que entregaba no era propio, sino de Dios (Ez. 2:7; 3:4, 10, 11; cf
Nm. 22:38; 1 R. 22:14). En ciertos casos, como en el de Natán (2 S. 7:3) y de Samuel (1 S. 16:6,
7), el juicio humano del profeta era modificado por Dios. Por un tiempo Ezequiel estuvo mudo,
excepto cuando entregaba un mensaje de Dios (Ez. 1:2, 3; 3:26, 27; 33:21, 22). Esta experiencia
singular fue una señal para los oyentes: cada vez que hablaba lo hacía por orden de Dios. En
principio, algo similar sucedía con los demás profetas, porque ninguna profecía de las
Escrituras "fue traída por voluntad humana, sino que los santos hombres de Dios hablaron
siendo inspirados por el Espíritu Santo" (2 P. 1:21). Por ello, haremos "bien en estar atentos" a
sus mensajes "como a una antorcha que alumbra en lugar oscuro, hasta que el día esclarezca y
el lucero de la mañana salga" en nuestros corazones (1:19).

En algunos casos, los profetas vieron la necesidad de buscar e inquirir diligentemente el


significado de las palabras que hablaban (1 P. 1:10, 11). Por ejemplo, se dice específicamente
que Daniel no comprendió algunas porciones del mensaje que le fue confiado (Dn. 8:27; 12:8,
9). Por otra parte, los profetas entendían claramente que hablaban en nombre de Dios, y así
corrientemente introducían sus mensajes con expresiones como: "Jehová dijo así" (Is. 66:1),
"Palabra que vino de Jehová a Jeremías" (Jer. 11:1), "Visión de Isaías hijo de Amoz" (Is. 1:1),
"Miré, y he aquí" (Ez. 10:1; Ap. 4:1), "Y vi" (5:1). Dios confirmaba la autoridad de los hombres
que él llamó al cargo profético con el mensaje que entregaban (1S. 3:19-21), con señales
sobrenaturales (2 R. 2:13-15), con el cumplimiento de sus predicciones (Dt. 18:22; Jer. 28:9) y
con la conformidad de sus enseñanzas con la voluntad de Dios ya revelada (Dt. 13:1-3; Is.
8:20). Aunque estaban sujetos "a pasiones semejantes a las" de otros seres humanos, sus vidas
reflejaban los elevados principios de lo que testificaban (cf Stg. 5:17). A menudo se levantaban
falsos profetas, como en los días de Acab (1 R. 22:6; cf v 22), Jeremías (Jer. 27:14, 15; 28:1, 2,
5-9, 15-17), Ezequiel (Ez. 13:16, 17) y Miqueas (Mi. 3:11), pero podían ser descubiertos por sus
motivos mercenarios (3:11), por su disposición a decir lo que el pueblo deseaba escuchar (Is.
30:10; Mi. 2:11), porque lo que anunciaban no se cumplía (Dt. 18:22), por las discrepancias
entre sus mensajes y los de quienes habían sido probados como profetas (Dt. 13:2, 3-1 Is. 8:20;
Jer. 27:12-16), por apelar a los deseos de los impíos (1 R. 22:6-8) y por sus propias vidas no
consagradas (Mt. 7:15-20).
Del mismo modo que un profeta es un vocero o mensajero de Dios, la profecía es todo
mensaje presentado de parte de Dios por orden de él: revelación especial de la voluntad y del
pensamiento divino, destinada a capacitar al hombre para cooperar con los propósitos infinitos
de Dios, que consiste esencialmente en consejos, orientaciones, reprensiones y advertencias.
Como "no hará nada Jehová el Señor, sin que revele su secreto a sus siervos los profetas" (Am.
3:7), él espera que los que lean lo que los profetas escribieron le presten la más cuidadosa
atención. Al hacerlo podrán estar seguros de ser "prosperados" (2 Cr. 20:20). Los que no
prestan atención a las palabras de un profeta como mensajero o guardián enviado por Dios
son personalmente responsables ante el Señor (Ez. 3:17-21; 33:1-9). Israel, por lo general,
rechazó las emocionantes apelaciones de los profetas (Lc. 11:47, 48), así como Dios lo había
advertido a Isaías (Is. 6:9-11) y a Jeremías (Jer. 1:8, 17, 19). Esto trajo la ruina sobre Israel, lo
condujo a su rechazo del Mesías y, así, a ser descartado como nación escogida.

Muchas de las profecías del AT están escritas en poesía hebrea. La calidad y la forma literarias
reflejan el carácter, la educación y el estado emocional del profeta.

La personalidad de Jeremías* está grabada vívidamente en el registro de su misión profética,


hasta el punto en que un lector cuidadoso casi puede sentir que lo conoce personalmente.
Algunas obras, como las de Is., Jl. y Hab. son de una belleza literaria superior y reflejan un
desarrollo lógico del pensamiento. Pasajes como los de Is. 9:1-7; 40:1-8; 52:7- 53:12; 55; 61:1-3
y Jl. 951 2:1-14 no han sido superados en imágenes gráficas, retórica equilibrada y lenguaje
pintoresco. En algunas obras, como la de Jer., los hechos históricos constituyen el molde en el
que se presentaron los mensajes proféticos. Otras parecen ser colecciones de sermones.
Algunos profetas, como Oseas, reflejan hondas emociones y, como resultado, no se prestan
fácilmente a un análisis literario lógico. La profecía de Hab. También manifiesta un profundo
sentir humano al describir el profeta su propia lucha para comprender la voluntad revelada de
Dios y su reconciliación con ella.

Los profetas se ocuparon del trato de Dios con Israel en lo pasado (Ez. 16; 20; etc.), y dejaron
lecciones importantes para la generación actual; como también de los acontecimientos
históricos contemporáneos, señalando los propósitos divinos y la realización de su voluntad
entre las naciones (Is. 36-39; la mayor parte de Jer.; muchos pasajes de Ez.; Dn. 1- 6; Hag.;
etc.). A menudo, y extensamente, denunciaron los pecados de Israel (Is. 1:2-15; 3:12-15; 9:13;
10:2; Jer. 2:5- 35; Ez. 8:5-16; Os. 5; Am. 8:1-6; Mal.). Destacaron continuamente la
responsabilidad personal de los que escuchaban sus mensajes de actuar en armonía con ellos
(Ez. 3:17-21; cf 18:25-32; 33:7-16: etc.). A menudo instaron a realizar actos específicos (Is.
1:16-20; Jer. 27:1-18; 29:5-13; 38:14-23; 42:1-18; JI. 2:12, 13; Am. 5:4-15; Hag. 1:7, 8; Mal.
3:10- 12; etc.). Fielmente señalaron las consecuencias del mal hacer (Is. 2:10-21; 7:17-25; 24;
Jer. 4; 18:9, 10; 23:9-40; 24; Ez. 4; 5; 9; Dn. 9:3-14; Os. 5; JI. 1; Am. 7-9; Sof.; etc.) y del bien
hacer (Is. 1:18-20; 38; Jer. 7:2-7; 17:20-26; 18:7, 8, Os. 14; JI. 2:12-32; etc.). Con frecuencia,
mediante los profetas Dios elevó los ojos de su pueblo al glorioso futuro que los esperaba
como nación si cooperaban cabalmente con sus propósitos para ellos (Is. 40-66; Jer. 33; Ez. 36-
48; Mi. 4; Zac.; etc.). La culminación de sus mensajes siempre era la venida del Mesías y el
establecimiento de su reino (Is. 9:1-7; 11:1- 12; 12; 25; 52-66; Dn. 2:44; 7:18, 27; JI. 3:9-21; Mi.
4:1-5:15; etc.).II. La interpretación de las profecías.
PROFECÍAS DE LOS 2.300 DÍAS-AÑOS

Las profecías del AT no siempre distinguen claramente entre lo que conocemos hoy como la 1ª
y 2ª venidas de Cristo, sino que a Menudo tratan estos 2 grandes eventos como uno solo, o
uno de ellos sigue inmediatamente al otro. La mayoría de los mensajes proféticos se expresan
952 en un lenguaje literal directo, pero otros son altamente figurados o simbólicos (Dn. 2; 7; 8;
Zac. 1-6; Ap. 6-19; etc.). El elemento predictivo en la profecía tenía la intención de ofrecer un
panorama de las cosas del tiempo a la luz de la eternidad, de alertar a la iglesia para que actúe
apropiadamente en momentos oportunos, de facilitar la preparación personal para la crisis
final, de vindicar a Dios y dejar al hombre sin excusa en el día del juicio, y de certificar la validez
de la profecía como un todo. Los muchos ejemplos de profecías cumplidas -ya sea que los
sucesos ocurrieran en forma inmediata o en épocas posteriores, registrados en la Biblia o en la
historia- sirven para afirmar la fe en la inspirada Palabra (véanse los cuadros de las pp 951 y
953). Dios llama la atención a su poder singular de declarar "lo por venir desde el principio" (Is.
46:9, 10), y Jesús dijo: "Y ahora os lo he dicho antes que suceda, para que cuando suceda,
creáis" (Jn. 14:29).

A veces -por el lenguaje altamente figurado o simbólico, o por la dificultad de relacionar los
mensajes con su contexto

Histórico, o por la operación de factores condicionales en la predicción de eventos todavía


futuros (Jer. 18:7, 10), o por latransición del Israel histórico literal a la iglesia cristiana-, los
libros proféticos se prestan más fácilmente para ser malinterpretados que las secciones
históricas, poéticas o doctrinales de las Escrituras. Por eso, el único procedimiento seguro para
la comprensión y aplicación de los mensajes proféticos es un estudio sistemático de la profecía
como un todo, y una familiarización completa con ella. Sobre la base de tal estudio es posible
llegar a sólidos principios de interpretación.

Primero es necesario determinar con precisión qué escribieron los profetas bajo la conducción
del Espíritu Santo, y qué quisieron decir con lo que escribieron. También se necesita un estudio
preciso de las palabras y las relaciones gramaticales del pasaje que se considera. A veces se
puede resolver la incertidumbre acerca de su significado sólo por una referencia al lenguaje en
que se escribió originalmente. Cada frase debe ser comprendida en relación con su contexto
mayor. En ninguna circunstancia es seguro considerar un pasaje sin referencia a su contexto
literario o histórico; cada mensaje profético tenía un significado para la gente a la que estaba
destinado. Una de las primeras tareas del investigador, y de las más importantes, es la
determinación de ese significado. Sólo entonces es posible llegar a una aplicación válida de las
profecías para nuestros días. La Biblia debe ser su propio intérprete; es decir, los pasajes
bíblicos deben ser comparados con otros pasajes bíblicos que tratan del mismo tema.

Hablando en general, las promesas y predicciones dadas por medio de los profetas del AT al
Israel literal estaban sujetas a la obediencia y lealtad; eran condicionales. Sin embargo, el
pueblo rechazó el plan de Dios para ellos como nación, y lo que Dios quiso cumplir mediante el
Israel de la antigüedad finalmente lo realizará por medio de sus hijos espirituales. (Por eso,
muchas de las promesas de Dios originalmente hechas al antiguo Israel se cumplirán, en
principio, en la iglesia cristiana.) Los planes y propósitos divinos indefectiblemente se llevarán
a cabo (Is. 46:10), aunque para satisfacer las nuevas condiciones se cambien los medios y los
agentes con los cuales se realicen. Cuando una persona o una nación rehúsa cooperar con el
expreso propósito de Dios, renuncia a su papel en el plan divino y es descartada (Jer. 18:6-10;
cf Dn. 5:25-28). Cuando los judíos rechazaron a Jesús, en ocasión de la crucifixión, Dios les
quitó

el reino* y lo dio a "gente que produzca los frutos" del reino (Mt. 21:41-44; 23:36-38). La
iglesia cristiana, como la "gente" de quien habló Jesús, reemplazó a Israel en el plan de Dios (1
P. 2:9, 10). Los escritos de los profetas del AT están plenos de significado para los creyentes
cristianos (Lc. 24:25-27, 44; Ro. 15:4; 2 Ti. 3:16, 17; cf 1 Co. 10: 1-12), pero en vista de que la
iglesia de Cristo no es un grupo racial ni político que viva en la tierra literal de Canaán, rodeada
por enemigos literales, como los asirios, los babilonios y los egipcios, muchos detalles de las
profecías del AT no son aplicables literalmente a los tiempos cristianos. Además, muchas de
ellas tratan exclusivamente de situaciones específicas de un pasado remoto.

De la lectura de los profetas del AT un creyente puede lograr 2 beneficios: 1. Aprovechar la


instrucción que Dios dio a su pueblo en lo pasado al aplicarla a sí mismo y observar los
resultados de aceptar o rechazar esos principios. 2.

Determinar qué predicciones, no cumplidas en el Israel literal, quedan para el pueblo de Dios
de la actualidad. Sin embargo, se debe tener mucho cuidado en hacer aplicaciones
injustificadas. Hay que determinar hasta qué punto esa profecía es de naturaleza condicional,
cuántas de esas condiciones se cumplieron y, finalmente, si la inspiración ha indicado que
tendrá una aplicación posterior.

En particular, se debe estudiar cómo la transición del Israel literal a la iglesia cristiana puede
953 afectar el cumplimiento de esa predicción. Sólo cuando un escritor inspirado posterior
aplica una profecía a los tiempos cristianos puede hacerse con certeza una nueva aplicación de
ella.

El registro del trato de Dios con su pueblo en lo pasado se ha conservado para beneficio de las
generaciones posteriores, hasta el fin del tiempo. Bajo la conducción del Espíritu Santo, los
mensajes originalmente proclamados por los santos hombres de Dios de la antigüedad al
pueblo de sus días pueden llegar a ser un medio eficaz de descubrir la voluntad divina para su
iglesia actual. Mediante los profetas ancestrales es nuestro privilegio escuchar la voz de Dios
hablando con claridad en nuestros días. En las afirmaciones inspiradas el sincero buscador de
la verdad encontrará mensajes de inspiración, consuelo y orientación. Profetisa (heb. nebî'âh;
gr. profetis).Mujer llamada por Dios para desempeñar el oficio profético. El don de profecía de
tanto en tanto fue otorgado a mujeres devotas así como lo fue a los hombres. María fue la 1ra.
Mujer en la Biblia honrada con este título (Ex. 15:20, 21; cf Nm. 12:2). Miqueas la nombra
junto con Moisés y Aarón como instrumentos de Dios en el éxodo (Mi. 6:4). Los israelitas
recurrieron a la profetisa Débora como jueza en los días en que Jabín y Sisara oprimían a Israel
(Jue. 4:4-15). Hulda fue una profetisa de confianza durante el reinado de Josías (2 R. 22:12-20).
Otras profetisas bíblicas fueron: Ana (Lc. 2:36) Las 4 hijas de

Felipe (Hch. 21:8, 9). "Profetisa" en Is. 8:3 puede designar sencillamente a la esposa de un
profeta.
3?cual es la relación entre la profecía y la unción del Espíritu Santo?

Que todo se relaciona con la santidad, justicia y poder sobrenatural de Dios.

Pregunta: "¿Cómo puedo reconocer a un falso maestro o un falso profeta?"

Respuesta: Jesús nos advirtió que vendrían “falsos Cristos y falsos profetas” e intentarían
engañar aún a los elegidos (Mateo 24:23-27; ver también 2 Pedro 3:3 y Judas 17-18). La mejor
defensa que puedes tener contra la falsedad y los falsos maestros es – conocer la verdad. Para
descubrir lo falso, estudia lo verdadero. Cualquier creyente “… que usa bien la palabra de
verdad:” (2 Timoteo 2:15), y que hace un cuidadoso estudio de la Biblia, puede identificar la
falsa doctrina. Por ejemplo, un creyente que ha leído las actividades del Padre, del Hijo y del
Espíritu Santo en Mateo 3:16-17 cuestionará inmediatamente cualquier doctrina que niegue la
Trinidad. Por lo tanto, el “paso uno” es estudiar la Biblia y juzgar toda enseñanza bajo la luz de
lo que dice la Escritura.

Jesús dijo que “… por el fruto se conoce el árbol” (Mateo 12:33). Cuando buscamos el “fruto”,
estas son tres pruebas específicas para aplicar a cualquier maestro y determinar la veracidad
de sus enseñanzas:

1) ¿Qué dice este maestro acerca de Jesús? En Mateo 16:15-17, Jesús pregunta, ¿…quién decís
que soy yo? Pedro respondió, “Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente.” Y por ello Pedro es
llamado “bienaventurado”. En 2 Juan 9 leemos, “Cualquiera que se extravía, y no persevera en
la doctrina de Cristo no tiene a Dios; el que persevera en la doctrina de Cristo, ése sí tiene al
Padre y al Hijo.” En otras palabras, Jesucristo y Su obra de redención son de máxima
importancia; cuídate de cualquiera que niegue que Jesús es igual a Dios, y que subestime la
muerte sustitutiva de Jesús, o rechace la humanidad de Jesús. 1 Juan 2:22 dice, “¿Quién es el
mentiroso, sino el que niega que Jesús es el Cristo? Este es anticristo, el que niega al Padre y al
Hijo.”

2) ¿Este maestro predica el Evangelio? El Evangelio es definido como las buenas nuevas
concernientes a la muerte, sepultura y resurrección de Jesús, de acuerdo a las Escrituras (1
Corintios 15:1-4). Aunque suenen muy agradable las declaraciones de “Dios te ama”, “Dios
quiere que alimentemos a los hambrientos”, y “Dios quiere que seas próspero” ese NO es el
mensaje completo del Evangelio de Cristo. Como Pablo advierte en Gálatas 1:7, “… hay algunos
que os perturban y quieren pervertir el evangelio de Cristo.” Nadie, ni siquiera un gran
predicador, tiene el derecho de cambiar el mensaje que Dios nos dio. “… Si algunos predica
diferente evangelio del que habéis recibido, sea anatema.” (Gálatas 1:9)

3) ¿Este maestro demuestra cualidades de carácter que glorifican al Señor? Hablando de falsos
maestros, Judas 11 dice, “¡Ay de ellos! Porque han seguido el camino de Caín, y se lanzaron
por lucro en el error de Balaam, y perecieron en la contradicción de Coré.” En otras palabras,
un falso maestro puede ser conocido por su orgullo (el rechazo de Caín al plan de Dios), codicia
(la profecía e Balaam por dinero), y rebelión (la autopromoción de Coré sobre la autoridad
Moisés)

Para un estudio más profundo, revisa aquellos libros de la Biblia que fueron escritos
específicamente para combatir las falsas enseñanzas dentro de la iglesia: Gálatas, 2 Pedro, 2
Juan y Judas. Con frecuencia es difícil detectar un falso maestro o un falso profeta. Eso es a lo
que se refiere la frase de un “lobo con piel de oveja”. Satanás y sus demonios se disfrazan
como “ángeles de luz” (2 Corintios 11:14), y “…sus ministros se disfrazan como ministros de
justicia;…” (2 Corintios 11:15) Solamente estando totalmente familiarizados con la verdad,
estaremos en condiciones de reconocer una falsificación.

¿Qué diferencia marca miqueas entre sí mismo y los falsos profetas?

8 Mas yo estoy lleno de poder del Espíritu de Jehová, y de juicio y de fuerza, para denunciar a
Jacob su rebelión, y a Israel su pecado.

Aquí el profeta nos muestra como los falsos profetas nunca dan mensajes de Dios ya que en
ellos se conlleva el juicio, arrepentimiento y reprensión de Dios en cuanto al pecado.

Ellos le decían al pueblo exactamente lo que querían escuchar, tanto que el pueblo les pagaba
y todos ellos daban mensajes de prosperidad y bendición de Dios, aunque la verdad es que
venia juicio sobre ellos, podemos notar que el verdadero profeta da el mensaje no importa
que tan malo sea y no importa si por causa del juicio que Dios trae causa que lo maten.

Hoy en día podremos darnos cuenta que los verdaderos profetas son hechos a un lado por que
condenan el pecado y le dicen a la gente lo que Dios verdaderamente trae y no lo que quieren
escuchar.

A miqueas se le había llamado para ser vocero de Dios el hablaba mediante la inspiración del
Espíritu Santo quien a su vez lo impulso a condenar el pecado en la casa de Dios su tarea era
fomentar el bien y reprobar el mal.

Este profeta no se sometió a las presiones de la iglesia siempre busco dar el verdadero
mensaje de Dios

¿Qué diferencia marca jeremías entre falsos y verdaderos profetas?

1:1 Las palabras de Jeremías hijo de Hilcías, de los sacerdotes que estuvieron en Anatot, en
tierra de Benjamín.

1:2 Palabra de Jehová que le vino en los días de Josías hijo de Amón, rey de Judá, en el año
decimotercero de su reinado.

1:4 Vino, pues, palabra de Jehová a mí, diciendo:

1:9 Y extendió Jehová su mano y tocó mi boca, y me dijo Jehová: He aquí he puesto mis
palabras en tu boca.

5:13 antes los profetas serán como viento, porque no hay en ellos palabra; así se hará a ellos.

14:14 Me dijo entonces Jehová: Falsamente profetizan los profetas en mi nombre; no los
envié, ni les mandé, ni les hablé; visión mentirosa, adivinación, vanidad y engaño de su corazón
os profetizan.
15:16 Fueron halladas tus palabras, y yo las comí; y tu palabra me fue por gozo y por alegría de
mi corazón; porque tu nombre se invocó sobre mí, oh Jehová Dios de los ejércitos.

23:9 A causa de los profetas mi corazón está quebrantado dentro de mí, todos mis huesos
tiemblan; estoy como un ebrio, y como hombre a quien dominó el vino, delante de Jehová, y
delante de sus santas palabras.

23:10 Porque la tierra está llena de adúlteros; a causa de la maldición la tierra está desierta;
los pastizales del desierto se secaron; la carrera de ellos fue mala, y su valentía no es recta.

23:11 Porque tanto el profeta como el sacerdote son impíos; aun en mi casa hallé su maldad,
dice Jehová.

23:12 Por tanto, su camino será como resbaladeros en oscuridad; serán empujados, y caerán
en él; porque yo traeré mal sobre ellos en el año de su castigo, dice Jehová.

23:13 En los profetas de Samaria he visto desatinos; profetizaban en nombre de Baal, e


hicieron errar a mi pueblo de Israel.

23:14 Y en los profetas de Jerusalén he visto torpezas; cometían adulterios, y andaban en


mentiras, y fortalecían las manos de los malos, para que ninguno se convirtiese de su maldad;
me fueron todos ellos como Sodoma, y sus moradores como Gomorra.

23:15 Por tanto, así ha dicho Jehová de los ejércitos contra aquellos profetas: He aquí que yo
les hago comer ajenjos, y les haré beber agua de hiel; porque de los profetas de Jerusalén salió
la hipocresía sobre toda la tierra.

23:16 Así ha dicho Jehová de los ejércitos: No escuchéis las palabras de los profetas que os
profetizan; os alimentan con vanas esperanzas; hablan visión de su propio corazón, no de la
boca de Jehová.

23:17 Dicen atrevidamente a los que me irritan: Jehová dijo: Paz tendréis; y a cualquiera que
anda tras la obstinación de su corazón, dicen: No vendrá mal sobre vosotros.

23:18 Porque ¿quién estuvo en el secreto de Jehová, y vio, y oyó su palabra? ¿Quién estuvo
atento a su palabra, y la oyó?

23:19 He aquí que la tempestad de Jehová saldrá con furor; y la tempestad que está preparada
caerá sobre la cabeza de los malos.

23:20 No se apartará el furor de Jehová hasta que lo haya hecho, y hasta que haya cumplido
los pensamientos de su corazón; en los postreros días lo entenderéis cumplidamente.

23:21 No envié yo aquellos profetas, pero ellos corrían; yo no les hablé, mas ellos profetizaban.

23:22 Pero si ellos hubieran estado en mi secreto, habrían hecho oír mis palabras a mi pueblo,
y lo habrían hecho volver de su mal camino, y de la maldad de sus obras.

23:23 ¿Soy yo Dios de cerca solamente, dice Jehová, y no Dios desde muy lejos?
23:24 ¿Se ocultará alguno, dice Jehová, en escondrijos que yo no lo vea? ¿No lleno yo, dice
Jehová, el cielo y la tierra?

23:25 Yo he oído lo que aquellos profetas dijeron, profetizando mentira en mi nombre,


diciendo: Soñé, soñé.

23:26 ¿Hasta cuándo estará esto en el corazón de los profetas que profetizan mentira, y que
profetizan el engaño de su corazón?

23:27 ¿No piensan cómo hacen que mi pueblo se olvide de mi nombre con sus sueños que
cada uno cuenta a su compañero, al modo que sus padres se olvidaron de mi nombre por
Baal?

23:28 El profeta que tuviere un sueño, cuente el sueño; y aquel a quien fuere mi palabra,
cuente mi palabra verdadera. ¿Qué tiene que ver la paja con el trigo? dice Jehová.

23:29 ¿No es mi palabra como fuego, dice Jehová, y como martillo que quebranta la piedra?

23:30 Por tanto, he aquí que yo estoy contra los profetas, dice Jehová, que hurtan mis palabras
cada uno de su más cercano.

23:31 Dice Jehová: He aquí que yo estoy contra los profetas que endulzan sus lenguas y dicen:
El ha dicho.

23:32 He aquí, dice Jehová, yo estoy contra los que profetizan sueños mentirosos, y los
cuentan, y hacen errar a mi pueblo con sus mentiras y con sus lisonjas, y yo no los envié ni les
mandé; y ningún provecho hicieron a este pueblo, dice Jehová.

23:33 Y cuando te preguntare este pueblo, o el profeta, o el sacerdote, diciendo: ¿Cuál es la


profecía de Jehová? les dirás: Esta es la profecía: Os dejaré, ha dicho Jehová.

23:34 Y al profeta, al sacerdote o al pueblo que dijere: Profecía de Jehová, yo enviaré castigo
sobre tal hombre y sobre su casa.

23:35 Así diréis cada cual a su compañero, y cada cual a su hermano: ¿Qué ha respondido
Jehová, y qué habló Jehová?

23:36 Y nunca más os vendrá a la memoria decir: Profecía de Jehová; porque la palabra de
cada uno le será por profecía; pues pervertisteis las palabras del Dios viviente, de Jehová de los
ejércitos, Dios nuestro.

23:37 Así dirás al profeta: ¿Qué te respondió Jehová, y qué habló Jehová?

23:38 Mas si dijereis: Profecía de Jehová; por eso Jehová dice así: Porque dijisteis esta palabra,
Profecía de Jehová, habiendo yo enviado a deciros: No digáis: Profecía de Jehová,

23:39 por tanto, he aquí que yo os echaré en olvido, y arrancaré de mi presencia a vosotros y a
la ciudad que di a vosotros y a vuestros padres;

23:40 y pondré sobre vosotros afrenta perpetua, y eterna confusión que nunca borrará el
olvido.
Podemos encontrar que el pueblo de Israel había caído en una gran decadencia espiritual, el
pecado era constante y no había arrepentimiento, cuando Dios levanto a jeremías para que le
hablara al pueblo y se arrepintiera satanás levanto falsos profetas para que el pueblo no
escuchara el mensaje de juicio y por lo tanto no se arrepintiera, el pueblo amaba tanto el
pecado que a pesar de escuchar el verdadero mensaje de jehová se justificaban diciendo que
eran más profetas los que hablaban de supuestas bendiciones y victorias para el pueblo de
Israel, aunque podemos observar que en determinado tiempo Dios hizo diferencia entre el
verdadero y falso profeta actuando con el cumplimiento de la palabra que dio jeremías para el
profeta falso.

Las verdaderas profecías se cumplen en su totalidad.

¿Describa el papel del Espíritu Santo en la restauración de su pueblo?

32:15 hasta que sobre nosotros sea derramado el Espíritu de lo alto, y el desierto se convierta
en campo fértil, y el campo fértil sea estimado por bosque.

34:16 Inquirid en el libro de Jehová, y leed si faltó alguno de ellos; ninguno faltó con su
compañera; porque su boca mandó, y los reunió su mismo Espíritu.

44:3 a causa de la maldad que ellos cometieron para enojarme, yendo a ofrecer incienso,
honrando a dioses ajenos que ellos no habían conocido, ni vosotros ni vuestros padres.

48:16 Cercano está el quebrantamiento de Moab para venir, y su mal se apresura mucho.

59:21 Y este será mi pacto con ellos, dijo Jehová: El Espíritu mío que está sobre ti, y mis
palabras que puse en tu boca, no faltarán de tu boca, ni de la boca de tus hijos, ni de la boca
de los hijos de tus hijos, dijo Jehová, desde ahora y para siempre.

36:27 Y pondré dentro de vosotros mi Espíritu, y haré que andéis en mis estatutos, y guardéis
mis preceptos, y los pongáis por obra.

36:37 Así ha dicho Jehová el Señor: Aún seré solicitado por la casa de Israel, para hacerles esto;
multiplicaré los hom37:28 Y sabrán las naciones que yo Jehová santifico a Israel, estando mi
santuario en medio de ellos para siempre. ves como se multiplican los rebaños.

2:5 Según el pacto que hice con vosotros cuando salisteis de Egipto, así mi Espíritu estará en
medio de vosotros, no temáis.

4:6 Entonces respondió y me habló diciendo: Esta es palabra de Jehová a Zorobabel, que dice:
No con ejército, ni con fuerza, sino con mi Espíritu, ha dicho Jehová de los ejércitos.

6:8 Luego me llamó, y me habló diciendo: Mira, los que salieron hacia la tierra del norte
hicieron reposar mi Espíritu en la tierra del norte.

Podemos observar la obra de restauración del Espíritu Santo en la forma como se manifiesta el
amor de Dios para con un pecador que está dispuesto arrepentirse, Dios no solo libera del
pecado, restaura el cuerpo y el alma y por muy dañada que este la persona, el sueño de Dios
es dar fuerzas al débil, sanar al enfermo, dar valor al cobarde, transformar al pecador en justo
y conocer la salvación, sin duda alguna todo esto es obra del Espíritu santo.
¿Discuta el papel del Espíritu Santo en el liderazgo del mesías?

11:2 Y reposará sobre él el Espíritu de Jehová; espíritu de sabiduría y de inteligencia, espíritu


de poder 42:1 He aquí mi siervo, yo le sostendré; mi escogido, en quien mi alma tiene
contentamiento; he puesto sobre él mi Espíritu; él traerá justicia a las naciones.

42:2 No gritará, ni alzará su voz, ni la hará oír en las calles.

42:3 No quebrará la caña cascada, ni apagará el pábilo que humeare; por medio de la verdad
traerá justicia.

42:4 No se cansará ni desmayará, hasta que establezca en la tierra justicia; y las costas
esperarán su ley.

42:5 Así dice Jehová Dios, Creador de los cielos, y el que los despliega; el que extiende la tierra
y sus productos; el que da aliento al pueblo que mora sobre ella, y espíritu a los que por ella
andan:

42:6 Yo Jehová te he llamado en justicia, y te sostendré por la mano; te guardaré y te pondré


por pacto al pueblo, por luz de las naciones,

42:7 para que abras los ojos de los ciegos, para que saques de la cárcel a los presos, y de casas
de prisión a los que moran en tinieblas.

42:8 Yo Jehová; este es mi nombre; y a otro no daré mi gloria, ni mi alabanza a esculturas.

42:9 He aquí se cumplieron las cosas primeras, y yo anuncio cosas nuevas; antes que salgan a
luz, yo os las haré notorias de consejo y de poder, espíritu de conocimiento y de temor de
Jehová.

61:1 El Espíritu de Jehová el Señor está sobre mí, porque me ungió Jehová; me ha enviado a
predicar buenas nuevas a los abatidos, a vendar a los quebrantados de corazón, a publicar
libertad a los cautivos, y a los presos apertura de la cárcel;

61:2 a proclamar el año de la buena voluntad de Jehová, y el día de venganza del Dios nuestro;
a consolar a todos los enlutados;

61:3 a ordenar que a los afligidos de Sion se les dé gloria en lugar de ceniza, óleo de gozo en
lugar de luto, manto de alegría en lugar del espíritu angustiado; y serán llamados árboles de
justicia, plantío de Jehová, para gloria suya.

49:1 Oídme, costas, y escuchad, pueblos lejanos. Jehová me llamó desde el vientre, desde las
entrañas de mi madre tuvo mi nombre en memoria.

49:2 Y puso mi boca como espada aguda, me cubrió con la sombra de su mano; y me puso por
saeta bruñida, me guardó en su aljaba;

49:3 y me dijo: Mi siervo eres, oh Israel, porque en ti me gloriaré.


49:4 Pero yo dije: Por demás he trabajado, en vano y sin provecho he consumido mis fuerzas;
pero mi causa está delante de Jehová, y mi recompensa con mi Dios.

49:5 Ahora pues, dice Jehová, el que me formó desde el vientre para ser su siervo, para hacer
volver a él a Jacob y para congregarle a Israel (porque estimado seré en los ojos de Jehová, y el
Dios mío será mi fuerza);

49:6 dice: Poco es para mí que tú seas mi siervo para levantar las tribus de Jacob, y para que
restaures el remanente de Israel; también te di por luz de las naciones, para que seas mi
salvación hasta lo postrero de la tierra.

50:4 Jehová el Señor me dio lengua de sabios, para saber hablar palabras al cansado;
despertará mañana tras mañana, despertará mi oído para que oiga como los sabios.

50:5 Jehová el Señor me abrió el oído, y yo no fui rebelde, ni me volví atrás.

50:6 Di mi cuerpo a los heridores, y mis mejillas a los que me mesaban la barba; no escondí mi
rostro de injurias y de esputos.

50:7 Porque Jehová el Señor me ayudará, por tanto no me avergoncé; por eso puse mi rostro
como un pedernal, y sé que no seré avergonzado.

50:8 Cercano está de mí el que me salva; ¿quién contenderá conmigo? Juntémonos. ¿Quién es
el adversario de mi causa? Acérquese a mí.

50:9 He aquí que Jehová el Señor me ayudará; ¿quién hay que me condene? He aquí que todos
ellos se envejecerán como ropa de vestir, serán comidos por la polilla.

Aquí podemos observar que el ministerio de Jesús se relaciona intensamente con el Espíritu
Santo, en cuanto a la santidad, el poder sobre el universo y la muerte, la capacidad para
redargüir de pecado al pueblo, la capacidad para ofrecer restauración física y espiritual,
también la forma en la que trae la paz sobre el corazón del ser humano, el sentimiento enorme
de amor por el necesitado.

Podemos ver a Jesús y al Espíritu Santo como dos gotas de agua.

¿Relación del Espíritu Santo con Isaías?

63:7 De las misericordias de Jehová haré memoria, de las alabanzas de Jehová, conforme a
todo lo que Jehová nos ha dado, y de la grandeza de sus beneficios hacia la casa de Israel, que
les ha hecho según sus misericordias, y según la multitud de sus piedades.

63:8 Porque dijo: Ciertamente mi pueblo son, hijos que no mienten; y fue su Salvador.

63:9 En toda angustia de ellos él fue angustiado, y el ángel de su faz los salvó; en su amor y en
su clemencia los redimió, y los trajo, y los levantó todos los días de la antigüedad.

63:10 Mas ellos fueron rebeldes, e hicieron enojar su santo espíritu; por lo cual se les volvió
enemigo, y él mismo peleó contra ellos.
63:11 Pero se acordó de los días antiguos, de Moisés y de su pueblo, diciendo: ¿Dónde está el
que les hizo subir del mar con el pastor de su rebaño? ¿dónde el que puso en medio de él su
santo espíritu,

63:12 el que los guió por la diestra de Moisés con el brazo de su gloria; el que dividió las aguas
delante de ellos, haciéndose así nombre perpetuo,

63:13 el que los condujo por los abismos, como un caballo por el desierto, sin que tropezaran?

63:14 El Espíritu de Jehová los pastoreó, como a una bestia que desciende al valle; así
pastoreaste a tu pueblo, para hacerte nombre glorioso.

Pregunta: "¿Quién es el Espíritu Santo?"

Respuesta: Hay muchos conceptos erróneos sobre la identidad del Espíritu Santo. Algunos ven
al Espíritu Santo como una fuerza mística. Otros entienden al Espíritu Santo, como el poder
impersonal que Dios pone a disposición para los seguidores de Cristo. ¿Qué dice la Biblia
acerca de la identidad del Espíritu Santo? Puesto en una manera sencilla – la Biblia dice que el
Espíritu Santo es Dios. La Biblia también nos dice que el Espíritu Santo es una Persona, un Ser
con una mente, emociones, y una voluntad.

El hecho de que el Espíritu Santo es Dios, es visto claramente en muchas partes de las
Escrituras, incluyendo Hechos 5:3-4. En este versículo, Pedro confronta a Ananías por haber
mentido al Espíritu Santo, y le dice que él “no había mentido a los hombres sino a Dios”. Es una
clara declaración de que mentir al Espíritu Santo es mentir a Dios. También podemos saber
que el Espíritu Santo es Dios, porque El posee los atributos o características de Dios. Por
ejemplo, el hecho de que el Espíritu Santo es omnipresente, lo vemos en Salmos 139:7-8 “¿A
dónde me iré de tu Espíritu? ¿Y a dónde huiré de tu presencia? Si subiere a los cielos, allí estás
tú; y si en el Seol hiciere mi estrado, he aquí, allí tú estás”. Luego, en 1ª Corintios 2:10 vemos la
característica de la omnisciencia del Espíritu Santo. “Pero Dios nos las reveló a nosotros por el
Espíritu; porque el Espíritu todo lo escudriña, aún lo profundo de Dios”. Porque ¿quién de los
hombres sabe las cosas del hombre, sino el espíritu del hombre que está en él? Así tampoco
nadie conoció las cosas de Dios, sino el Espíritu de Dios.”

Podemos conocer que el Espíritu Santo es en verdad una Persona, porque El posee una mente,
emociones y una voluntad. El Espíritu Santo piensa y sabe (1ª Corintios 2:10). El Espíritu Santo
puede ser afligido (Efesios 4:30) El Espíritu intercede por nosotros (Romanos 8:26-27). El
Espíritu Santo hace decisiones de acuerdo con Su voluntad (1ª Corintios 12:7-11). El Espíritu
Santo es Dios, la tercera “Persona” de la Trinidad. Como Dios, el Espíritu Santo puede
funcionar verdaderamente como el Consejero y Consolador, como Jesús prometió sería (Juan
14:16, 26; 15:26).

Pregunta: "¿Cuál es el papel del Espíritu Santo en nuestras vidas en la actualidad?"

Respuesta: De todos los dones dados por Dios a la humanidad, no hay uno más grande que la
presencia del Espíritu Santo. El Espíritu tiene muchas funciones y actividades. Primero, Él
trabaja en el corazón de toda la gente, en todas partes. Jesús les dijo a sus discípulos que Él
enviaría al Espíritu al mundo para “convencer al mundo de pecado, y de justicia, y de juicio”
(Juan 16:7-11). Todos tienen una “conciencia de Dios,” ya sea que lo admitan o no, porque el
Espíritu aplica las verdades de Dios en la propia mente del hombre, para convencerlos por
medio de justos y suficientes argumentos de que son pecadores. La respuesta a esa convicción,
lleva al hombre a la salvación.

Una vez que somos salvados y pertenecemos a Dios, el Espíritu hace su morada en nuestros
corazones para siempre, sellándonos con la confirmación, certificación y seguridad de la
promesa de nuestro estado eterno como Sus hijos. Jesús dijo que Él nos enviaría al Espíritu
para que fuera nuestro Ayudador, Consolador y Guía. “Y yo rogaré al Padre, y os dará otro
Consolador, para que esté con vosotros para siempre.” (Juan 14:16). La palabra griega
traducida como su “Consolador” significa alguien que es llamado “al lado de” y tiene la idea de
alguien que anima y exhorta. “Que esté” tiene que ver con Su residencia permanente en los
corazones de los creyentes (romanos 8:9; 1 Corintios 6:19, 20; 12:13). Jesús envió al Espíritu
como una “compensación” por Su ausencia, para llevar a cabo las funciones que Él hubiera
hecho en nosotros si hubiera permanecido físicamente entre nosotros.

Entre esas funciones está la de revelar la verdad. La presencia del Espíritu dentro de nosotros
nos permite comprender e interpretar la Palabra. Jesús les dijo a Sus discípulos “Pero cuando
venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad;...” (Juan 16:13). Él revela a nuestras
mentes todo el consejo de Dios, como lo relacionado con la adoración, la doctrina y la vida
cristiana. Él es el la guía fundamental, que va delante de nosotros, mostrando el camino,
removiendo obstáculos, abriendo el entendimiento y haciendo todas las cosas claras y
evidentes. Él nos conduce por el camino que debemos andar en todas las cosas espirituales.
Sin tal guía, estaríamos expuestos a caer en el error. Una parte crucial de la Verdad que Él
revela, es que Jesús es quién Él dijo Ser (Juan 15:26; 1 Corintios 12:3). El Espíritu nos convence
de la deidad y procedencia de Cristo, Su encarnación, Su identidad como el Mesías, Sus
sufrimientos y muerte, Su resurrección y ascensión, Su exaltación a la diestra de Dios, y Su
función como Juez de todo. Él da gloria a Cristo en todas las cosas (Juan 16:14)

Otra de Sus funciones es la de conceder dones. 1 Corintios 12 describe los dones espirituales
otorgados a los creyentes para que podamos funcionar como el cuerpo de Cristo en el mundo.
Todos estos dones, tanto grande somos pequeños, son dados por el Espíritu para que
podamos ser Sus embajadores en el mundo, mostrando Su gracia y glorificándolo.

El Espíritu también funciona como productor del fruto en nuestras vidas. Cuando Él habita en
nosotros, Él comienza a trabajar para cosechar Su fruto en nuestras vidas – amor, gozo, paz,
paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre y templanza (Gálatas 5:22-23) Estas no son
las obras de nuestra carne, la cual es incapaz de producir tal fruto, sino que es el producto de
la presencia del Espíritu en nuestras vidas.

El conocimiento de que el Espíritu Santo de Dios ha hecho su residencia en nuestras vidas, que
Él produce todas estas funciones milagrosas, que Él mora con nosotros para siempre y nunca
nos dejará o desamparará, es causa de gran gozo y consuelo. ¡Gracias a Dios por este precioso
Don – el Espíritu Santo y Su obra en nuestras vidas!
Pregunta: "¿Cuál es la blasfemia contra el Espíritu Santo?"

Respuesta: El caso de la “blasfemia contra el Espíritu Santo” en el Nuevo Testamento, es


mencionada en Marcos 3:22-30 y en Mateo 12:22-32. El termino blasfemia generalmente
puede ser definido como una “irreverencia desafiante” Nosotros aplicaríamos el termino a
pecados tales como maldecir a Dios, o degradar deliberadamente las cosas concernientes a
Dios. También lo es atribuir algún mal a Dios, o negar algún bien que deberíamos atribuirle a
Él. Sin embargo, este caso de blasfemia, es uno específico, llamado “La blasfemia contra el
Espíritu Santo” en Mateo 12:31. En Mateo 12:31-32, los fariseos, a pesar de haber presenciado
irrefutables pruebas de que Jesús realizaba milagros en el poder del Espíritu Santo, clamaban
que el Señor estaba poseído por el demonio “Beelzebú” (Mateo 12:24) Ahora, notemos que en
Marcos 3:29-30, Jesús es muy específico acerca de lo que ellos cometieron exactamente: “la
blasfemia contra el Espíritu Santo.”

La blasfemia tiene que ver con alguien acusando a Jesucristo de estar poseído por demonios,
en lugar de estar lleno del Espíritu. Hay otras maneras de blasfemar contra el Espíritu Santo,
pero esta fue “LA” blasfemia imperdonable. Como resultado, la blasfemia contra el Espíritu
Santo no puede ser duplicada hoy en día. Jesucristo no está en la tierra, sino sentado a la
diestra de Dios. Nadie puede ver a Jesucristo realizando milagros y luego atribuirle ese poder a
Satanás en lugar de al Espíritu. Aunque no existe la blasfemia del Espíritu actualmente,
siempre debemos tener presente que hay un estado de vida imperdonable – el estado de
incredulidad continua. No hay perdón para la persona que muere inconversa. El continuo
rechazo a la persuasión del Espíritu Santo para confiar en Jesucristo es la blasfemia
imperdonable. Recuerda que está escrito en Juan 3:16, “Porque de tal manera amó Dios al
mundo que ha dado a Su Hijo unigénito, para que todo aquel que en Él cree, no se pierda, mas
tenga vida eterna.” La única condición por la que alguien no tiene perdón es si ese alguien no
está entre los “todo aquel que en Él cree.”

Pregunta: "¿Qué significa contristar / apagar al Espíritu Santo?"

Respuesta: Cuando la palabra “apagar” es usada en la Escritura, está hablando de reprimir el


fuego. Cuando los creyentes se ponen el escudo de la fe, como parte de la armadura de Dios
(Efesios 6:16), ellos están reprimiendo el poder de los dardos de fuego de Satanás. Cristo
describe el infierno como un lugar donde el fuego nunca se “apaga” (Mr. 9:44, 46, 48) . De la
misma manera, el Espíritu Santo es un fuego que mora en cada creyente. El quiere expresarse
a Sí mismo en nuestras acciones y actitudes. Cuando los creyentes no permiten que el Espíritu
sea visto en sus acciones, cuando hacemos lo que sabemos que está mal, entonces reprimimos
o “apagamos” al Espíritu. No permitimos que el Espíritu se revele a Sí mismo de la manera que
Él lo desea.

Para comprender lo que significa “contristar” al Espíritu, debemos entender primeramente


que este es una característica de la personalidad. Solo una persona puede ser “contristada”;
por lo tanto, el Espíritu debe ser una persona para poder tener esta emoción. Una vez que
comprendemos este aspecto, podemos entender mejor cómo Él es “contristado,”
especialmente porque nosotros también somos contristados. Efesios 4:30 nos dice que no
debemos “contristar” al Espíritu. Basémonos en el pasaje para entender lo que Pablo quiere
decirnos. Podemos “contristar” al Espíritu al vivir como paganos (4:17-19), al no oponer
resistencia a nuestra naturaleza de pecado (4:22-24), al mentir (4:25), al airarnos (4:26-27), al
robar (4:28), al maldecir (4:29), al amargarnos (4:31), al no perdonar (4:32), al cometer
inmoralidad sexual (5:3-5). “Contristar” al Espíritu es actuar de manera pecaminosa, ya sea de
pensamiento y hechos, o solamente de pensamiento.

“Apagar” y “contristar” al Espíritu son ambos similares en sus efectos; ambos impiden un estilo
de vida piadoso. Ambos suceden cuando un creyente peca contra Dios y sigue sus propios
deseos mundanos. El único camino correcto por seguir, es el camino que lleva a un creyente
más cerca de Dios y la pureza, y más lejos del mundo y el pecado. Así como a nosotros no nos
gusta ser contristados, y así como tampoco buscamos reprimir lo que es bueno – así también
no debemos contristar o apagar al Espíritu Santo al rehusar escuchar Su guía.

Relación de los profetas con el Espíritu Santo?

Amos

3:7 Porque no hará nada Jehová el Señor, sin que revelen su secreto a sus siervos los profetas.

3:8 Si el león ruge, ¿quién no temerá? Si habla Jehová el Señor, ¿quién no profetizará?

Cabe mencionar la relación del hombre con el Espíritu Santo en la forma como se llega a un
grado de conocimiento de pecado y su decadencia espiritual delante de Dios.

Cuando Dios se manifiesta todo es bastante claro.

Daniel

4:5 Vi un sueño que me espantó, y tendido en cama, las imaginaciones y visiones de mi cabeza
me turbaron.

4:6 Por esto mandé que vinieran delante de mí todos los sabios de Babilonia, para que me
mostrasen la interpretación del sueño.

4:7 Y vinieron magos, astrólogos, caldeos y adivinos, y les dije el sueño, pero no me pudieron
mostrar su interpretación,

4:8 hasta que entró delante de mí Daniel, cuyo nombre es Beltsasar, como el nombre de mi
dios, y en quien mora el espíritu de los dioses santos. Conté delante de él el sueño, diciendo:

4:9 Beltsasar, jefe de los magos, ya que he entendido que hay en ti espíritu de los dioses
santos, y que ningún misterio se te esconde, declárame las visiones de mi sueño que he visto, y
su interpretación.

4:10 Estas fueron las visiones de mi cabeza mientras estaba en mi cama: Me parecía ver en
medio de la tierra un árbol, cuya altura era grande.

4:11 Crecía este árbol, y se hacía fuerte, y su copa llegaba hasta el cielo, y se le alcanzaba a ver
desde todos los confines de la tierra.
4:12 Su follaje era hermoso y su fruto abundante, y había en él alimento para todos. Debajo de
él se ponían a la sombra las bestias del campo, y en sus ramas hacían morada las aves del cielo,
y se mantenía de él toda carne.

4:13 Vi en las visiones de mi cabeza mientras estaba en mi cama, que he aquí un vigilante y
santo descendía del cielo.

4:14 Y clamaba fuertemente y decía así: Derribad el árbol, y cortad sus ramas, quitadle el
follaje, y dispersad su fruto; váyanse las bestias que están debajo de él, y las aves de sus ramas.

4:15 Mas la cepa de sus raíces dejaréis en la tierra, con atadura de hierro y de bronce entre la
hierba del campo; sea mojado con el rocío del cielo, y con las bestias sea su parte entre la
hierba de la tierra.

5:11 En tu reino hay un hombre en el cual mora el espíritu de los dioses santos, y en los días de
tu padre se halló en él luz e inteligencia y sabiduría, como sabiduría de los dioses; al que el rey
Nabucodonosor tu padre, oh rey, constituyó jefe sobre todos los magos, astrólogos, caldeos y
adivinos,

5:12 por cuanto fue hallado en él mayor espíritu y ciencia y entendimiento, para interpretar
sueños y descifrar enigmas y resolver dudas; esto es, en Daniel, al cual el rey puso por nombre
Beltsasar. Llámese, pues, ahora a Daniel, y él te dará la interpretación.

5:13 Entonces Daniel fue traído delante del rey. Y dijo el rey a Daniel: ¿Eres tú aquel Daniel de
los hijos de la cautividad de Judá, que mi padre trajo de Judea?

5:14 Yo he oído de ti que el espíritu de los dioses santos está en ti, y que en ti se halló luz,
entendimiento y mayor sabiduría.

Aquí vemos la obra del Espíritu Santo revelando el juicio de Dios contra un rey perverso,
vemos dentro de esto la forma sobrenatural como el Espíritu santo puede hacer lo imposible
para el hombre en lo posible, una muestra más de su omnipotencia, su justicia y su reprensión.

Zacarías

7:11 Pero no quisieron escuchar, antes volvieron la espalda, y taparon sus oídos para no oír;

Muchas de las veces la palabra que el Espíritu Santo trae sobre el ser humano es tan fuerte
que nos mueve y nos quebranta de una forma sobrenatural y solo si estamos dispuesto a
aceptarla y obedecerla viviremos.

7:12 y pusieron su corazón como diamante, para no oír la ley ni las palabras que Jehová de los
ejércitos enviaba por su Espíritu, por medio de los profetas primeros; vino, por tanto, gran
enojo de parte de Jehová de los ejércitos.

Vemos atributos de su personalidad divina comparando así su eterno poder y presencia.


Les Nabis era un grupo de Poste-Impresionista vanguardismo artistas para quienes fije el paso
artes finos y artes gráficos en Francia en el 1890s. Inicialmente un grupo de amigos interesados
en el arte y la literatura contemporáneos, la mayor parte de ellos estudió en la escuela de arte
privada de Rodolphe Julian (Académie Julian) adentro París en el último 1880s. En 1890,
comenzaron a participar con éxito en exposiciones públicas, mientras que la mayor parte de
seguía habiendo su salida artística en manos privadas o en la posesión de los artistas ellos
mismos. Antes de 1896, la unidad del grupo había comenzado ya a romperse: À Cézanne del
homenaje, pintado cerca Maurice Denis en 1900, recuerda memorias de una época ida ya,
antes de uniforme el término Nabis había sido revelado al público. Mientras tanto, la mayoría
de los miembros del grupo - Maurice Denis, Pierre Bonnard, Edouard Vuillard - podrían estar
parados, artístico, en sus el propios. Solamente Paul Sérusier tenía problemas a superar-
aunque era el suyo Talismán, pintado en el consejo de Paul Gauguin, eso había revelado a ellos
la manera de ir.

Referencias bibliográficas.

http://www.amen-amen.net/RV1960/

htthttp://www.worldlingo.com/ma/enwiki/es/Les_Nabisp://www.gotquestions.org/Espanol/E
spiritu-contristado-apagado.html

Nota

es tarea es súper extensa, me fascino y conmovió mi corazón en gran manera decidí


extenderla por que ha impactado mi vida, no solo fue una tarea, sino una experiencia personal.

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