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EL MATRIMONIO

Notas sobre su concepto, naturaleza y régimen

José Joaquín Ugarte Godoy


Profesor de Filosofía del Derecho y de Derecho Civil

El tema del matrinlonio presenta, para duo frente al Estado o sociedad civil,
el estudio del jurista cristiano, “n atrac- y el medio de continuidad de la proyeo
tivo singular. Desde luego, el matrimonio ción individual en la vida social, todo lo
es -junto co” la familia, a la que sirve cual la co”stituye en el blanco predilecto
de principie+ la institución en que pue- de los ataques -generalmente solapados-
de advertirse en forma más nitida y del materialkmo, del marxismo, del libe-
elemental la existencia de ese orden juri- ralismo, de los “liberacionismos”, del p<r
dico anterior y superior a la legalidad sitivismo &ico y juridico, y de toda
positiva qw es el Derecho Natural, y en demagogia política y social. Buen ejem-
que mejor puede observarse, asimismo, plo de ello tenemos en las prklicas divor-
la conjunción y entrelazamiento de mbo~ cistas y de control de la natalidad, la
sistemas normativos. manipulación genética, la liberación fe-
Además, la doble dirne”sión de con- menina, la pomografia, la escuela socia-
trato e institución natural y de sacra- lizada, los movimientos de reconocimiento
menta o medio de participación en la del homosewalkno, de legalización del
vida diti que ostenta el mahimonio, aborto, de igualación de lce hijos legiti-
y el doble rkgimen que por ello le co”- mas y naturales, de reconocimiento de
viene, natural o civil y sobrenatural o las ““iones maritales de hecho, etc.
canónico, ponen de manifiesto con par- Por todo lo antes expuesto, en este
ticular fuerza la ordenación del hombre volumen de la Revista Chilena de Der+
a un fin superior a su naturaleza, en cuya cho, destinado a conmemorar el cente-
virtud puede decirse que, en el orden nario de nuestra Facultad, hemc.s que-
actual de la Providencia, y en óltima iris- rido redactar a la luz de la filosofia cris-
tancia, s610 existe una ktica sobrenatural, tiana ““as notas sobre los principios
sin perjuicio, por cierto, de que suponga fundarcentales de la institución matri-
ksta principios naturales. monial. Co” ello no podemos pretender,
Por otra parte, se da en la familia la por cierto, originalidad, sino tan ~610
mayor creatividad concedida al hombre, rendir B la Facultad el homenaje de
en dependencia de Dios, y constifuye pregonar lo que en ella aprendimos y lo
ella en cierto modo, por sus fines y por que en ella ahora tratamos de enseñar.
la unión que establece entre sus mien+
bros, la mas importante sociedad del
orden humano, a la que reconocen iris.
tóteles y Santo Tomás prioridad ontoló-
gica o de naturaka -y no sólo gen& 1. Podemce defkir o explicar el ~llil-
tica- sobre la sociedad civil, fundados trimonio como una sociedad y corno un
en que la sociedad donktica es más contrato: 6ste da origen a aqu&. El
necesaria que la politica y en que la matrimmio, en la primera acepción, es
parte es anterior al todo (Aristóteles, la sociedad que forman UD hombre y
Etica a Nic6maco, L. VIII, c. 12; Santo una mujer para la procreación y educa-
Tomás, Comentarios a la Etica a Nicóma- ción de la prole, la vida en comím y la
co, Nos. 1.719 y 1.720, hect. 12). recíproca ayuda en orden a la búsqueda
Tambi6n es la familia la garanda de de todo aquello que es necesario para la
la libertad e independencia del indivi- existencia.
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Por ser marido y mujer dos seres orde- 4. Etimolbgicamente “matrimonio” vie-
nados a una misma fondón o finalidad, ne de ‘Ínater”, madre, y “munus”, ofi-
en la que quedan implicadas por com- cio, y significa oficio de madre, por opw
pleto su persona y su actividad, como es sición a “patrimonio”, que significa ofi-
la generación de nuevos seres que conti- cio de padre. Las leyes de Partida expli-
núen su vida, ésta debe ser común, tan can asi esta denominación: “porque la
perfectamente común, que se pertenezcan madre -dicen- sufre mayores trabajos
exclusiva y perpetuamente: es decir, la con los fijos, que el padre. Ca como qtier
sociedad conyugal no puede ser sino de qus el padre los engendra, la madre su-
uno con una y ha de ser perpetua, de mc+ fre muy grand embargo con ellos, de
do que ~610 se disuelva por la muerte mientras que los trae; e sufre muy gran-
de uno de los cbnyoges. des dolores, quando han de nascer; e
Miradas las cosas desde otro punto de despues que son nascidas ha muy grand
vista, porque los c6nyuges llevan una babajo, en criar a ellos mismos por sí.
vida común *ue por ser tal debe ser E además desto, porque los fijos, mien-
perpetua e indisolublemente común- tras wn pequeños, mayor menester han
han de tener hijos que encarnen esa cc+ de la ayuda de la madre, que del padre.
munidad de vida, dandole su más plena E por todas estas razones sobredichas,
realidad en la persona de nuevos seres que caben a la madre de fazer, e non al
que traigan su origen de ambos con- padre, por ende es llamado Matrimonio
sortes. e non Patrimonio” a.
2. El matrimonio, como contrato, es 5. En el Digesto se contiene la defi-
el acuerdo, pacto o convenio por el cual nición de matrimonio de Modestino se-
los esposos forman voluntariamente la gún la cual “las nupcias son la unibn
sociedad conyugal. Se suele llamar al ma- del hombre y la mujer, consorcio de to-
trimonio como contrato matrimonio in da la vida y comunicaci6n de derecho
tw significando la expresión latina divino y humano”a. Las instituciones de
in fied “en cuanto es hecho” o “produ- Justiniano traen la definición de Ulpia-
cido”, “originado” o “causado”: esta de- no: “la unión del var6n y la mujer que
nominación connota, entonces, el carkter contiene la comunión habitual e indivi-
de origen que compete al matrimonio sible de la vida”‘. Las leyes de Partida
como contrato respecto de la sociedad definen así el matrimonio: “Matrimonio
cony~~gal, la que B su vez suele llamarse es ayuntamiento de marido e de mujer
matrimonio in focto esse, que quiere fecho con tal intención de hevir siempre
decir con su entidad ya causada o cons- en uno, e de non se departir, guardando
tituida como algo permanente1 (no to- lealtad cada uno de ellos al otro, en non
mamos aquí la expresi6n “sociedad con- se ayuntando el varón a otra mujer, nin
yugal” para designar la sociedad patri- ella a otro varón, beviendo ambos a
monial derivada del matrimonio). dos” 6. Portalis, en su discurso prelimi-
3. Nuestro código Civil recoge t+ nar del Cbdigo Civil fÍancés, nos dice
dos estos conceptos, dando en su articu- que el matrimonio es “la sociedad del
lo 102 la siguiente kfinición: “El roa- hombre y la mujer que se unen para
tlimonio es un contrato solemne por el perpetuar la especie, para ayudarse por
cual un hombre y una mujer se unen socorros mutuos a soportar el peso de la
actual e indisolublemente, y por toda la
vida, con el fin de vivir juntos, de prc-
crear, y de auxiliarse mutuamente”; de- ni el portugués, ni el brasileño, ni el ale-
finición notable por cuanto contiene los min, ni el griego, ni el belga, ni el pe-
fines de la institución y tambi6n sus pr* *“ano.
piedades esenciales de unidad e indisolu- 2 Ley 2, Tit. 2, Partida IV.
bilidad 1 bis. 3 Nuptiae sunt conjunctio maris et fe-
minae, consortium omnis vitae, divini et
1 Esta nomenclatura es especialmente humani iuris communicatio. (L. 23, t.
usada por los canonistas. II, 1. 1).
Ibis No definen el matrimonio el c6- 4 1, 9, 1.
digo francés, ni el italiano, ni el español 5 Ley la. Tit. 2, Partida IV.
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vida y para participar de su común des- de la especie humana, es decir, a la ge-


tino” 8. El nuevo código de Derecho neraci6n, crianza y educacibn de la pro-
Canónico de 1983 define el matrimonio le. Para ello instituyó la naturaleza la
en los cánones 1055 y 1056, que son del diferencia de los sexos. Y siendo la ge-
siguiente tenor: neración de un ser semejante a una obra
C. 1055: 1. “La alianza matrimonial, que compromete todo el ser de los que
por la que el varón y la mujer constitu- lo engendran, todo 61 ha sido modifica-
yen entnz sí un consorcio de toda la vida, do por la diferenciaci6n sexual, resul-
ordenado por su misma índole natural al tando de ello una complementación y
bien de los cónyuges y a la generación correlatividad completas entre el varóny
y educación de la prole, fue ele-da por la mujer. Por eso, su unión se ordena no
Cristo Nuestro Señor a la dignidad de ~610 a la genemci6n de la prole, sino al
sacramento entre los bautizados”. bien de los cbnyuges, a toda la vida de
2. “Por tanto, entre los b0utizados. 110 ellos.
puede haber contrato matrimonial tili- El fin primario es la reproducci6n y
do que no sea por eso mismo sacra- la crianza y formación de los hijos, y
mentó’. tiene el matrimonio por primer objeto
C. 1056: “Las propiedades esencialerr kx actos tendientes a la genemci6n, el
del matrimonio son la unidad y la indi- fin secundario -secundario en el sentido
solubilidad, que en el matrimonio cris- no de que carezca de importancia, sino
tiano alcanzan una particular firmeza de que etie a causa o por razón del
por razón del sacramento”. anterior- es la uni y ayuda mutua de
6. Santo Tomás de Aquino con el los c&yoges, a fin que, al ser consi-
motivo de dilucidar si fue verdaderoma- guiente al primario, no puede prevalecer
trimonio el de San José y la Sandsima sobre 61.
Virgen María, no obstante tener ella VO- Por ser el fin primario de la sexuali-
to ck virginidad, define el matrimonio dad y del matrimonio la geoeración de
-con admirable finura- como una ti611 la prole, resulta intrfnseamente ilícito el
indivisible de los espiritus. Dice: uso de cualquier medio destioado a pri.
“Se llama verdadero el matrimonio var de su fecundidad al acto cooyogal.
cuando alcanza su perfección. Ahora bien, De ahí que ni el fin secundario (mutua
la perfección de una cosa es doble. Con- ayuda y amor de los cónyuges), ni con-
siste la primera en la forma misma & sideraciones relativas a la población, ni
la MM, de la que recibe su especie 7; la otras algunas, puedan justificar los lla-
segunda, en la operación de la misma, ndos métodos anticonceptivos.
por la que alcanza su fin. La forma 8 del Siendo el fin secundario fin propia-
mntrinumio conriste en derta unidn in- mente tal, y no simple medio, basta pa-
dloisibk de los espíritus, por la cual cs- ra hacer subsistir y justificar el mati-
da uno de los cónyuges se obliga a gua- monio. Por ello, si el fin primario por
dar indivisiblemente fidelidad al otro. El causas ajenas a la voluntad de los c6n-
fin del matrimonio es la generación y yuges no puede lograrse, siendo éstos
educación de la prole. .“9. (El snbm- capaces de realizar los actos de la gene-
yado es nuestro). ración, el m&rimonio es verdadero y vá-
lido. La esterilidad, pues, no anula el
nlatrimonio, como si lo anula la impo-
tencia.
El acto conyugal, por otra parte, es
7. El matrimonio está ordenado por el única medio licito para la procreación,
su mima naturaleza a la propagación pues por 81 se alcanza el fin del rnati-
monio de unión de los esposos, y los hi-
8 Locd, t. IV, p. 481. jos requieren de esa uni6n de tal manera
7 Esencia o naturalaa, significa espe- que han de ser precisamente frutos de
cie en este c*so. ella. De este modo el entrelazamiento
8 Forma significa el elemento deter- de los fines del matrimonio no es extrfn-
minante, que hace II un ser ser lo que es. seco o accidental, sino esencial e iodiso-
Q Suma Teológica, 38, q. 29, a-2, r. luble, lo que llevn B la cooclusión de
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que es ilícita la generación que no se 9. Del hecho de haber instituido la


realiza mediante el acto conyugal, como rilturaleza el matrimonio con los fines
ocurre con la que se produce en la fe- antedichos, se sigue que 81 es una socie-
cundación in citro, que debe censurarse dad nahnal, que su régirren, en todo lo
por esta razón, sin perjuicio de las otras que necesariamente deriva de sus objeti-
gravisimas causas de reproche moral que vos y propiedades esenciales, compete al
hay contra ella, con.0 la derivada del derecho natural, y que $610 en el mat~i-
atentado contra la vida de embriones hu- monio pueden lícitamente perseguirse
manos, etc. (Véase, sobre esta materia, aquellos fines, porque s610 en él se los
la Instrucción sobre el respeto de la vi- puede realizar adecuadamente. De ahi
da humana naciente y la dignidad de la que la ley positiva distinga -y deba di+
prcaeacióo, de la Congregación para la tinguir-, para diversos efectos, entre los
Doctrina de la Fe, 1987, II, NOS. 4 y 5). hijos nacidos del matrimonio y los en-
8. ESta doble finalidad del mahimc+ gendrados fuera de él, y ~610 considere
nio se halla establecida por toda la tra- legitimas a los primeros. El derecho
dición filosófica y teol6gica occidental, y del cónyuge y de los hijos legiti-
p la encontramos con toda claridad en mas al normal desenvolvimiento de la
la Etica a Nicómaco de Aristóteles. “En- vida domktica y a la cooservación del
tre el hombre y la mujer -dice el ti6- patrimonio familiar, por un* parte, y la
sofo- la afección mutua parece SeT un necesidad de promover la legal constitu-
efecto de la naturaleza; el hombre natu- ción de la familia, por otra, se oponen
rahnente se inclina más a vivir en pare- a la igualaci6n de los derechos de los
ja que en sociedad pokica, tanto más hijos legítimos y de los ilegítimos.
cuanto que la familia es anterior a la sc-
ciedad y m8s necesaria que esta última,
y que b reprcducci6n es comlío * todos
los seres vivos. Sin embargo, para los
demás seres, la unión no VB mas lejos, 10. Son propiedades esenciales del
mientras que el hombre no se une a la matrimonio -llamadas así porque deri-
mujer solamente para la procreacibn, sino
tambi6n para la búsqueda de todo 10
que es indispensable para la existen- recibido que aquellos que lo han recibi-
&” 10 do hacia aquellos que se lo han hecho,
El bien común de la familia -sef&la siendo así que la justicia parece exigir lo
Aristbteles- lo constihryen los hijos (Eti- contmio? Se pdía imaginar que ello
ca a Nicómaco, L. VIII, c. 12, ed. cit. ocurre por razones de utilidad y de be-
p. 1.279), y la mutua ayuda, la suficien- neficio personal, pues el beneficio se de-
cia de la vida dom&tica y la amistad de be a una parte. y es deber de la otra por-
sus miembros. Los hijos -dice Aristóte- te el corresponder a 61. Pero en realidad
les en hermasa doctrina- son un bien no es esto solamente, hay también una
para los padres, más que éstos pan ley de la naturaleza: la actividad es una
nqu&llos, porque los padres actualizan cosa más deseabb, y existe la misma re-
sus potencialidades al generarlos y criar- laci6n entre afecto y actividad y entre
los, ya que “la actividad es una cosa las partes que mencionamos aqui: el be-
más deseable”. Por eso lce padres aman neficiario es como si fuera un producto
más a sus hijos que los hijos a sus pa- del bienhechor. Esta es la razón por la
dres 10 bis. que en los animales se da también el ins-
tinto de amor a sus crlas, instinto que les
10 Libro VIII, c. 12, edición de Agui- urge la procreación de las mismas y la
lar de las Obras Completas de Arist6- protecci6n luego de las crías resultantes.
teles, Madli~ lQ87, 2* Hl., pág. 1.279. De hecho los padres aman a su hijos
10 bis Etica a Eudemo, Lib. WI, cap. más de lo que son amados por ellos -y
8, ed. cit., p&g. 1.151. las madres más aún que los padres, y
“Se ha planteado esta cuestión: ¿por éstos, * su wz, aman a sus hijos más que
quk los que han conferido un beneficio a sus padres, porque la actividad es el
sienten m6s afecto hacia los que lo han mayor de los bienes. .”
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van en forma necesaria de su esencia- que es el fin primordial del matrimonio


la unidad y la Mi.solubilidad. y su raz6n última de ser, la disolubilidad
La unidad del matrimonio se opone a constituye un atentado gravisimo, al pri
la poligamia. La poligamia tiene dos KW a 10s hijos del apoyo mat~erial y espi-
formas, que SO” la pdia”&ia, 0 unión ritual, de la seguridad y de la educaciú”
de una mujer co” varios hombres, y la que ~610 su propio hogar puede darles
pdiginia, o mibn de un varón co” VB- completa y cwvenientemente, Porque
rias mujeres. ~610 de sus progenitores puede” esperar
Es contraria In poliandria a la ley na- el afecto, la aptitud y la comunidad de
tural, porque impide el fin primario del intereses que para ello se requiere”, y
“latri”lo”io, pues la mujer que tiene va- porque al ser frutas de la unión de am-
rios hombres concibe dificilmente, y la bos, sólo bajo el común influjo de los
incertidumbre de la paternidad lleva a dos padres puede” alcanzar el pleno de-
cpe ninguno de los posibles padres se sarrollo hu”lano que les conlpete.
hapa cargo de la crianza y educación IV. Por todos estos motivos, la diso-
de la prole. lubilidad del matrimonio compromete el
La poligi”i” es contraria en todo casa interés público, al ser la familia la base
al fin secundario del matrimonio, pum, de la sociedad civil’z.
faltando la igualdad entre los cónyuges, A los anteriores argumentos se suele
al permitirse al marido lo que no se per- oponer el de que la pasibilidad del di-
mite a la mujer, no cabe enhe ellos la vorcio con discJuci6” del vínculo ha& a
verdadera amistad, que se asienta sobre los esposos más solícitos en respetar cada
la igualdad 11; y, por otra parte, porque cual los deFechos e intereses del otro,
en la poligamia no puede darse la per- redundando a.4 a la postre en una mayor
fección del amor que supone exclusivi- solidez de los matrimonios. %da más
dad. La experiencia enseña que cuando errado: el solo saber que existe la facul-
un varón tiene varias esposas, ~610 una tad de divorciarse, a más de debilitar la
en realidad es considerada como tal, y amistad conywgal, trae el que los consor-
las restantes como concubinas. tes no pongan todo el esfuerzo posible
11. La indisolubilidad del matrimo- en sobrellevnr las dificultades de la vida
“io es exigida por la naturaleza de &ste, común, pensando que ante un fracasa
pues sin ella no puede quedar asegurada p+xM” contraer ““ev” matrimonio.
la conveniente ge”eraci6” y educación de Se suele asimismo decir que cuando
los hijos; y tampoco puede si” ella tener la unidad de vida en el hecho se ha roto
lugar el bien de los c6”yuges como tales, irremediablemente, de modo que ni los
que exige que el compromis” recipr”c0 hijos ni los cónyuges pueden ya obtener
sea deefinitivo. de ella el bien a que tienen derecho, saín
La disolubilidad del matrimonio es, dable autorizar el divorcio vincular, p”es
pues, conh‘aria al derecho natural. Para nada justificaría la mantención del ma-
demostrarlo se suelen dar, entre otras, las trimonio; per” debe responderse que am
siguientes *zMles: separitdos los padres podrian ayudar mu-
1. La disolubilIdad con respecto al cho mb eficazmente a sus hijos si no
bien de los cóayuges se “pone a la igual- hubieran contraído nuevas nupcias que si
dad propia de los contratos, pues resulta lo hubieran hecho y luego que, como ya
mucho más difícil B la mujer que ha se ha dicho, permitir el divorcio traería
perdido los atractivos de la virginidad y co*0 consecuencia el que los esposos no
de la jumhd, q”e al mando, rontraer pusiera” todo lo que estuviese de su par-
nuevas ““pcin.% te para preservar la unidad.
II. Se opone tambihn al mimm arn”r Tambikn se arguye que en los caso5
~“yugal, el que por s” “ahlraleza aspira en que “o hayan de producirse los rnalw
a la perpetuidad.
III. Con respecto al bien de la prole,
12 Rafael Fer”&ndez Concha desarr+
lla admirablemente estas razorìes en su
11 Santo Tomás de Aquino, Suma Co”- obra Fflosofía de2 Derecho, 28 ed., t. 2
tra los Gentiles, L. IZI, c. 124. NP 878, phgs. M-152.
758 REVISTA CHILENA DE DERECHO [Val. 16

efectos qw generalmente trae la disalu- matrimonio sin que en su situució” se si-


bilidad del matrimonio para la pmle y guiese” las inconvenientes del divorcio,
para los cónyuges, se debiera permitir el deberían sacrificar su posibilidad de con-
divorcio vincular. Tal sucede& co” los traer nuevo n;atticmio por exigirlo asi
matrimonios sin hijos o co” hijos ya for- el interks superior de la sociedad 1*.
mados, y en que la comunidad de tida se
. hubiese hecho prkticamente imposible,
no obstante haberse agotado los medios 14 Sobre este punto, dice Mesner:“. . .
para salvarla. Esto (la ley de la indisolubilidad) vale
Pero es fácil refutar este planteamie”- tambi.6” para el caso de que una o las
to: en primer lugar, pcdlía surgir en “0 dos partes no puedan encontrar su felici-
pocos la tendencia a evitar los hijos o dad persona1 en el matrimonio. Pero &ué
stentar contra elh para dejar el camino sucede en el caso de un matrimonio si”
expedito al divorcio; y en segundo lugar, hijos?, 60 si los casados tiene” que vivir
la prueba de la efectiva ocurrencia de separados porque de lo contrario peligra
los presupuestos que autorizaran el di- su alma y su cuerpo y el bien de los
vorcio se& dificilisima y se prestarla a hijos? A causa del bien social del maki-
toda clase de fraudes. moni0 la naturaleza exige, aun en estos
En una palabra, siempre quedarkan en casos, la indisolubilidad. Pues ese fin so-
peligro, consideradas las cosas desde el cial va más all& del matrimonio particu-
punto de vista de la sociedad como con- lar y afecta a la sociedad en general. Si
junto, los fines del matrimonio, por im- el vimxlo matrimonial no fuera indisolu-
posibilidad ptictica de discernir aquellos ble, muchos de los que se une” en ma-
poquisimos casos en que, hipot8ticamen- trimonio no harian de antemano los
te, no tuviera” lugar los males que con esfuerzos necesatios para conseguir el
la indisolubilidad se evita”. fin individ”al y social del matrimonio”
Por eso, aun en estos casos que pudie- (Johannes Mema, Etica Social, Política
ran presentarse, la ley de la irdisolubili- y Econ6mica a la Luz del Derecho Na-
dad obligaría, porque su razón de ser es- tural. Ediciones Ftialp S.A., Madrid 1937,
tá, más que en la efectividad de los males p&s. 5Q45Q5).
que precave, en el peligro de su ocu- Acerca de la indisolubilidad del mahi-
rrencia. Se aplica aqui el conocido prin- monio es interesante también el siguien-
cipio de derecho de que las leyes que te pasaje de Leclercq: “Normalmente
se da” para evitar un peligro común la obra principal de la familia, pre
obliga” aun en 1~ casos en que el peligro crear hijos y educarlos, ocupa material-
no exista 13, principio cuyo fundamento mente a los esposos hasta los umbrales
no es otro que la primacía del bien co- de la veja. Si tenemos en cuenta que la
mún sobre el bien particular. De esta mujer es fecunda hasta pasadas los cua-
suerte, aquellos que pudieran disolver su renta años, que en general el marido es
mayor que ella, y que la educación de
1m hijos en un8 sociedad civil&& exige
13 Nuestro código civil rwoge este que los padres se ocupe” de ellos basta
principio, con carkter general, en su los veinte años más 0 menos y a veces
articulo 11, que es del siguiente tenor: más, resulta que la obra de los padres
“Cuando la ley d-eclara nulo algún acto, “or”lal”le”te no termina hasta que tienen
co” el fin expreso o tácito de precaver una edad avanzada. Aun entonces, si
UB fraude, o de proveer a algún objeto ambos vive” todavía, representan para
de conveniencia pública o privad”, no se SUS hijos la unidad y la continuidad de
dejara de aplicar la ley, aunque se prue- la familia y el bien de la institución fa-
be que el acto que ella anula no ha sido “diar reclama que ambos continúen
fraudulento o contrario al fin de ley”. siendo el centro único de la familia. En
Sobre este punto de los casos particula- cuanto a la unió” de los esposos y a la
res en que pudieran no darse los males ayuda mutua en el matrimonio, ~510 una
que co” la prohibición del divorcio SB unión estable garantiza la seguridad que
intenta evitar, véase FemBndez Concha, exige la unión de das vidas Los esposos
op. y t. cit., págs. 154155. debe” emprender el matrimonio co” la
19891 UGARTJS: FIL MATRIMONIO 759

12. Las modernas investigaciones es- Asimismo, trae a colaci6n Garda Can-
tadísticas vienen * confirmar cuanto se tero estudios realizados a principios de
ha dicho sobre los efectos nocivos del siglo por Marselli acerca de la relación
divorcio. Al respecto, es digno de leerse entre locura y divorcio en Baviera y
el magnífico estudio del profesor Gabriel Wiirtemberg, según los cuales entre los
Garda Cantero “El Divorció’ (BAC Po- locos el número de los divorciados es
pular, Madrid 1977). Expone dicho au- ~61s de diez VZ.XS mayor que el de los
tor que especialistas norteamericanm en casados 16.
en el tema -que tienen * su disposición Por último, los estudios estadisticos
la vasta experiencia nacional en la mate ponen en evidencia que el divorcio tiene
tia- estiman que hay pocas crisis en la un efecto multiplicador, el que ti duda
vida de un individuo como el divorcio, se debe a la relajación de las costumbres
partiendo inevitable que. surja un sen- y al quebrantamiento de la conciencia
timiento de culpabilidad, según se de+ social que su introducción trae consigo *‘.
prende de las encuestas.
Se refiere tambikn el profesor Garcia
Cantero * la relacibn que existe entre tia (1971), 22,3 para Suecla (1970),
divorcio y suicidio. Dice que aunque el 15,4 para Francia (1970), hasta 8,l para
tema está poco estudiado, hay trabajos Inglaterra, entre los paises que admitian
que permiten apreciar que los divorciados el divorcio; y comienzan en 5,8 para
muestran “na mayor propeti6n a qui- Italia (1970), pais con más alta tasa
tarse voluntariamente la vida que los entre los que no admitian el divorcio, al
solteros, casados o viudos; y cita inves- tiempo de tomarse los datos, siguiendo
tigaciones que trae M. Pittau (Il divor- con 5.4 para Chile (1970), 49 para Es-
zio, Cagliari, 1968, p&g. 119) efectuadas paña ( 1970), 2,9 para Colombia (1969),
en el siglo pasado en Alemania, según etc., y terminando con 0,6 para Filipinas
las cuales en la dkcada 18481857, por (1970), todos pafse entonces no divor-
cada cien suicidas varcnes casados, hay cistas (op cit., págs. 38-39).
seiscientos cuarenta y cuatro divorciados 16 op. dt., pag. 40.
en Sajonia; y en Würtemberg, en el pe- 17 “Las estadísticas sobre el divorcio
rído 1848-1860, por cada cien suicidas en los países extranjeros hacen ver un
casados, aparecen quinientos setenta y crecimiento inusitado de las sentencias
cuatro divorciados; y entre las mujeres, judiciales de divorcio, tanto si se exami-
en los lugares y Bpocas indicados, hay nan perícdos prolongados de tiempo cc-
doscientos sesenta y quinientas treinta y mo determinados momentos hist6ricos”.
seis suicidas divorciadas, respectivamen- ‘Si nas fijamos en la progresión del
te, por cada cien casadas. divorcio en aquellos paises de vigencia
También hace Garcia Cantero un cua- secular 0 casi centenaria, comprobamos
dra a base de datos tomados del Demo- lo siguiente:
graphic Yearbcok (1972), publicado por “En Francia, desde la reintroducción
la Organizacibn de las Naciones Unidas, del divorcio en ,1884, la tasa bruta de
cm la frecuencia de suicidios por cada divorcios judiciales ha pasado de 4.200
cien mil habitantes en los países divor- a 5O.ooO al año, es decir, se ha multipli-
cistas y no divorcistas, resultando mucho cado por 12. Desde el comienzo del siglo
mayores en general las tasas de suicidio se ha multiplicado par 6”.
en los primeros que en los segundos’“. “En Bélgica, la multiplicaci6n de los
divorcios ha almnzado cifras más altas.
Desde 1841 a 1800 el indice ha pasado
de&& de hacer de 61 la obra de toda de 0,OS por 100 al 1.08 por 100, es de-
su vida y con la convicción de que esto cir, ha llegado a ser trece veces mayor.
no puede ser de otro modo” (La Familia De 1900 a 1974 se ha multiplicado por
según el Derecho Natural, Barcelona, 14 (de ‘1,06 se ha corwertido en 1$09
Editorial Herder, 1967, pág. 89). por 100). Ello significa que el divorcia
15 En este cuadro las tasas de suicidas se ha multiplicado por 176 desde el CC-
sobre cien mil habitantes van desde el mimm de la aplicación de la legislacib
X3,1 parn Hungrfa (197’1), 22,7 para Aus- divorcista en este pais”.
760 REVISTA CHILEN. DE DERECHO [Vd. 16

13. Antes de terminar este tema de un acto jurídico bilateral fundado en el


la indisolubilidad del matrimonio, quere- consentimiento, que engendra obligacio-
rnos dejar muy en clan, que cuanto he- nes y derechos para las partes y que tie-
mos expuesto se funda en el derecho ne un objeto -los actas de suy” ordena-
natural, derivando de los fines y esencia dos a la generación, la vida común y la
de la institución matrimonial; y no se mutua ayuda de los &nyuges- y una
funda, corno creen algunos, en exigen- causa.
cias morales de la Iglesia Catblica, lo Tendencias modernas han querido ne-
cual no quita, por cierto, que la Iglesia gar el carkter contmctual del matrimo-
Católica no rechace el divorcio tanto nio, diciendo que 81 constituye en reali-
por razones tomadas de la ley natural dad una institución. No seria contrato,
como por razones teol6gicas, tomadas es- porque sus efectos no depende&” del
tas últimas del Evangelio, de la tradi- principio de la autonomía de la volun-
ción y del magisterio invariable de SUS tad -propio de los contratos-, sino que
pontlf-ices. estarían determinados invariablemente
Siendo la indisolubilidad del matrimo- por sus funciones y objetivos; el matri-
nio una exigencia del derecho natural monio presupondría la voluntrìd de los
-común a todos los hombres- y no de cbnyuge sin duda, per” no resultaria
la ética cristiana y ordenada al bien de la constituido par ella sino por el poder pú-
prole, de los cónyuges y de toda la socie- blico.
dad, ka debe sancionarla mediante la Pensamos que siendo la familia una
ley positiva. Las leyes que autorizan el sociedad natural y no voluntatia, por lo
divorcio vincular son por ello intrinseca- cual su contenido escapa a la libertad
mente i”jnstas contractua& el matrimonio que le da. ori-
La dicho nos ahorra refutar el argu- gen es un contrato sui generls; pero no
mento que suele hacer= en defensa de c*eenl*s que quepa negar su caricter
las leyes de divorcio, en el sentido de contractual, toda vez que los cónyuges,
que pudiendo los que refrenden la indi- estando en un pie de igualdad y prow-
solubilidad no acogerse a tale leyes, na- diendo libremente, catraen obligaciones
da tendrian que criticarles, pues el vincu- por su consentimiento. A salvo la natu-
lo matrimonial no es un bien de libre raleza contractual del rnatrirnonio, cree-
disponibilidad para los cónyuges, como mos que no hay inconveniente en con-
resulta de las razoaes que se han dado. siderar que la sociedad de él resultante
es una institución establecida por la ley
natural, en el sentido de que no puede
ser modificada en su entidad ni en sus
consecuencias, ni dejada sin efecto por
la voluntad de las partes.
14. El matrimonio ha sido conside
rado por los juristas clásicos y tambi8n
por te6logos, moralistas y canonistas, co-
rno un contrato, pues evidentemente es
15. Por último y para terminar estas
notas en cuanto a la ley que rige el ma-
“En Alemania Federal, si se ton:an & trimonio, hemos de deir que es la ley
cuenta los datos anteriores a la segunda natural, no pudiendo el legislador posi-
guerra mundial, el número de divorcios tivo darle normas &o para determinar
se ha multiplicado por lo”. aspectos secllndari0s y c0nsecuenciales.
“Estos datos objetivos permiten afir- Ello se debe precisamente al hecho de
mar que la intrcdueción del divorcio en ser la familia antetior al Estado y maS
una país produce a la larga un efecto natural que Bste y, en definitiva, al hecho
desencadenante o de repeticibn similar de haber encargado la ley natural la
al que en la frecuencia de los suicidios procreación a los individuos (Zigliara,
origina la mera publtcaci6n de la noti- summ PhUmophica, ed. 14’1, val. III,
cia de quienes se quitan la vida” (Garcia Ethica, et 1~ Notwae, Paris, Gabriel
cantero, op. ce., págs. 89-90). Beaucheme et Cie. Editeurs, 1805, p&g.
19891 UGARTE: EL MATRIMOSIO 761

200; Fer&“dez Concha. Filosofia del 17. En Wtud de la potestad sobre el


Derecho, t. II, Nos. 880~$34). Por eso matrimonio de los bautizados, ~610 a la
SRnto Tomás. cuando enseña que los Iglesia toca regular los efectos civiles del
súbditos no deben obediencia a sus su- timo que le so” inseparables, estable-
periores en las cosas que p-aieaecen a cer impedime”tos que anulen el matri”lo-
la naturaleza del cuerpo respecto de las nio y vicias del consentiento, y cono-
cuales ~610 a Dios estan sometidos, pone cer de los asuntos judiciales que a pro-
por ejemplo lo tocante a la generación pósito de la aplica&” de las respectivxs
de la prole (Summa Teológica, 2-2 q. mrmas se promueva”. Respecto de los
104, a. 5, 1.). no bautizados, corresponde” B la potes-
16. Entre los bautizados, el contrato tad civil estas atribuciones, en lo que
matrimonial es tambi8” sacramento, en no esté deterainado por la ley natmal.
forma tal que ambas COSOSson insepara- 18. El régi”xn del matrimonio es,
bles; de modo que se rige por el derecho pues, de derecho natural y de derecho
nahml y por el derecho divino positivo positivo, y desde otro punto de vista, de
-el instituido por Nuestro Señor Jesu- Derecho Civil y de Derecho Canónico.
crista, de los que es maestra e intér-
prete la Iglesia, y además por el Derecho
Canónico. Por ello, la Iglesia Católica ha En este elemental bosquejo, trazado
reclamado siempre para sí el derecho a
desde la perspectiva de la Filosofía del
regir íntegramente el mattionio de los
Derecho, pero co” las indispensables re-
bautizados en lo que respecta a su in-
ferencias a la dimensión sobrenatural y
trín5eca co”stitució” y a sus efectos jurídico-can6nica del matrimonio, hemos
esenciales. El Estado -enseña la Igle-
querido recoger los principios bkicos de
sia- ~610 puede regular los llarados
Derecho Natural que lo rige”, dejando
“efectos meramente civiles” del mattio- a un lado otros aspectos, para destacar lo
nio de los catálicos, entendiéndose por que es más fundamental en la enseña”z@.
tales los que son separables por su natu- de la institución.
raleza de la unión matrimonial, no obs-
tante proceder de ella como, por ejemplo,
lo relativo al rkgimen de bienes que parables de la sustancia del matrimonio,
haya de haber entre los cónyuges. es decir, los que naturalmente nace” de
El canon 1059 dice sobre el punto la sustancia del mismo y necesariamente
que nos ocupa: “El matrin~onio de los van “nidos a ella, y efectos sepmables
cat6llcos. aunque esté bautizado uno so- de la sustancia del matrimonio, o sea,
lo de los contrayentes, se rige no ~610 aquellos que aunque proceda” de la
por el derecho divino, tio también por u”i6” sin embargo no so” esenciales y,
el canbnico, sin perjuicio de In compe- por lo tanto, pueden separarse. A los
tencia de la potestad civil sobre los efectos efectos inseparables pertenece” los dere
meramente civiles del misno mattio- chos y obligaciones mutuas de los c6”yw
“io”. ges, Ia legitimidad da la prole, la patria
El cano” 1075 dice por su parte tex- potestad de los padres sobre 10s hijos, y
tualmente: viceversa, las obligaciones de los hijos
“1. Corresponde de modo exclwivo a para co” los padres. A los efectos sepa-
la autoridad suprema de la Iglesia de- rables pertenecen la cuantía de la dote
clarar auténticamente cuando el derecho y los derechos de sucesión, tanto de los
divi”o prohibe o dirime el matrimonio’,’ cónyuges corno de los hijos, sobre los
“2. Iguahnente, ~610 la autoridad su- bienes y privilegios civiles.. Los efec-
prema tiene derecho a establecer otros tos inseparables (temporales) se llama”
impedimentos respecto de los bautiza- ctoikx; los efectos separables (tempora-
dos” 18. les) se llama” meramente cicties” (citado
por Lorenzo Miguelez en Comentarios al
código de Derecho Canónico por Arturo
18 Sobre el concepto de efectos mera- Alonso, Lamm Migmlez y Sabino
mente civiles, dice el canonista Capello: Alonso, Biblioteca da Autores Cristianos,
“Hay que distinguir entre efectos iwe- Madrid, 1983, t. III, p8gs. 454-455).

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