Está en la página 1de 1

Doña M: Lo estas asustando (parte el ponqué y le da una rebanada)

Domingo: Mírate, estas llorando, no tienes por qué sentirte mal, todos somos felices. Aquí no
juzgamos a nadie. Queremos lo mismo que tú, no está mal desear. Ven princesa (llama Lizzy)

Lizz: pero te arrepentiste.

Domingo: y por eso tengo que castigarte. ¿cierto?

Retomamos los textos de juan, Tatiana, diana.

Domingo: Y no cualquiera entra. Eres privilegiado por tus deseos. No como esos mundanos
hipócritas.

Lizz: con su doble moral.

Dani: ocultando sus deseos.

Hugo: falsos.

Diana: fariseos.

Doña M: ahora si dime ¿Por qué estas acá?

Cristian: estoy cansado de la sociedad, es un asco, tienen un modelo de vida sagrado, pero todos
son unos cochinos y no lo aceptan, ocultan sus deseos, persiguen toda su vida un ideal sagrado
que solo oculta nuestra naturaleza.

Domingo: tienes razón, toda la vida nos han castigado para negar nuestro instinto, para no caer en
la banalidad, pero aquí el verdadero error es arrepentirse y todos lo hemos hecho, todos lo
hacemos y por eso si debemos ser castigados, aquí todos hemos sido castigados, ahora es tu
turno.

Cristian se come la torta, todos se van y luego entran llenos de pastel y cantan.

También podría gustarte