PRESENTADO POR: JUAN MANUEL SANCHEZ Y AURA MARIA GARCIA
GRUPO: 101 Alguna vez la luna se enamoró del arcoíris, este era fundamental para la vida de los árboles y a su vez los arboles generaban amor, el cual llenaba a los animales. Ahora bien los animales vivían en un mismo habitad, rodeados de la naturaleza, por eso el amor era la base para estar juntos; convivían bajo una estrella, esto hacia que los miedos fueran disipados ya que todos sentían una unión que los hacia más fuertes. Con el pasar del tiempo al habitad llegaron nuevas especies. De pronto se dan cuenta que hay algo malo en ellas, una estrella oscura que reflejaba el bien y el mal. Los pasos que daba cada animal reflejaban los sentimientos del uno por el otro, eran pequeños pero valientes, fríos pero amorosos. A pesar de convivir todos juntos en el paisaje no significaba que no se sintieran solos, cada uno de ellos era una hermosa y brillante luz; entendían que habían momentos felices y momentos tristes pero era tanta su fortaleza y valentía que superaban los peores dificultades que se les presentaban. Pero hay más: el sol se dio cuenta de un sentimiento que tenía hacia la luna y lo hermosa y maravillosa que podía ser la naturaleza. Al mismo tiempo, una especie tenía su corazón confuso y decidió emprender una búsqueda para encontrase así misma. Cuando lograron aclarar su mente y corazón fueron a divertirse jugando futbol, el árbitro era un león el cual siempre les recordaba el amor que debían tenerse y la unión que debía prevalecer entre todos. Después de todo, el partido les dio muchas respuestas, se dieron cuenta que les gustaba mucho la música y que era una forma de compañía en la soledad, siguieron hablando de cosas extraordinarias y nada parecido a la realidad.