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El cuento del queso redondo" de Carlos Silveyra ten Col. Cuentos del Chiribitil Ne 49, Centro Editor de América Latina, © Carlos Silveyra “Leyendas de los cantos rodados” de Laura Devetach cen Cuentos en tren, Astralib cooperativa editora, 2004. © Laura Devetach “El piano”, “El olvido”, “Preguntas” y “Los jugadores de Hebe Solves" en El caracol mochilero, Ediciones La Margarita, 2004. © Hebe Solves “Peligro!" de Graciela Reptin ®© Graciela Repiin "San Farrancho” de Graciela Bialet en San Farrancho y otros cuentos, CB ediciones, Cordoba, 2000 © Graciela Bialet llustracion tapa € interior: Maria de los Angeles Torme Coleccidn: "Programa de abuelos y abuelas leecuentos” Mistento o€ Eoucacién, Ciencia ¥ TecnoLocla ‘UNIDAD DE PROGRAMAS ESPECIALES CamPaNA NACIONAL DE LECTURA Pizzurno 935. (C1020ACA) Ciudad de Buenos Aires. Tel: (011) 4129 1075 campnacionaldelectura@me.gov.ar ~ www.me.govaarllees Repiblica Argentina, 2006 Wel nWectenno: See -CARLOS SILVEYRA- . EL CUENTO DEL QUESO REDONDO 5 > Dicen que dijeron que diran que el viejo Tomas y la vieja Tomasa guardaban algunos quesos en el sotano de su casa. Por alli (no podemos decir justo, justo en qué lugar porque prometimos guardar el secreto), en un zécalo un poquito roto se habia hecho su cueva Simon. Simon era un ratoncito gris, gordo y dormilén. Un dia el ratén Simon bajé una escalera, otra y otra mas y lleg6 hasta el sdtano de la casa del viejo Tomas y de la vieja Tomasa. Miré por aqui, miré por alla y un poco mas lejos. Eligid un queso, ni chico ni grande, pero redondo y oloroso y jse |o comid!. Después subié una escalera, otra y otra mas. El gato Renato, que dormia debajo de la cama del viejo Tomas y de la vieja Tomasa, asomé sus orejas, se desperezé desde los bigo- tes hasta la punta de la cola y se sacudié el poquito de suefio que todavia le quedaba en los ojos. Hizo jmiauuuuuu! (que en su idioma quiere decir: “|Caramba! jSiento un olor barbaro a queso y a raton!"). De repente se despabilé del todo {yo creo que fue por el “sy olor) y empez6 a perseguir al raton Simon, que se habia comido el queso redondo y oloroso del viejo Tomas y de « la vieja Tomasa. oe El perro Sans6n estaba de lo mas atareado es esa tarde. Desenterraba huesos y los volvia a >. 2 enterrar, debajo del gran roble, al lado de \ su cucha. Estaba acomodando la tierra ) para que nadie descubriese su secreto cuando casi lo atropellan el raton Sim6n y el gato Renato que corrian rapido-rapido-ra. Seguro que pensd: “pero esto no puede ser" porque hizo un jguau! cortito y se puso a correr al gato Renato, que perseguia al ratén Simon, que se habia comido el queso redondo y oloroso del viejo Tomas y de la vieja Tomasa. Después de dar varias vueltas alrededor de la casa, el raton Simon se sintié muy pero muy cansado. Entonces, sin decirle nada a nadie, en puntas de pies, hizo jfissss!. Y se fue a su cuevita para dormir la siesta. Mientras tanto, Sanson queria alcanzar a Renato. Y el pobre gato corria rapido-rapido-rd, sin saber que el raton Simén ya no iba delan- te de él. Y dieron varias vueltas mas hasta que el gato Renato se aburrié de correr al divino botén. Hizo jfass!. Y fue a echarse a los pies de la cama del viejo Tomas y de la vieja Tomasa sin contarselo a nadie. Pero el perro Sansén seguia dando vueltas y vueltas alrededor de la casa. Hacia un rato largo que no veia ni el ultimo pelito de la cola del gato Renato. Entonces hizo jfusss!. Y se fue a dormir a su cucha. Un rato después el viejo Tomas y la vieja Tomasa salieron a la puer- ta de la calle para tomar fresco y vieron todo tranquilo tranquilisimo. El viejo Tomas, acaricidndose su barba blanca, dijo: —éViste, viejita? Todo esta tranquilo tranquilisimo. jAsi da gusto! Y la vieja Tomasa le contesto: —Claro. Cada animalito durmiendo en su lugar y nosotros en la puerta tomando fresco. ¢Qué te parece si tomamos unos mates? Como el viejo Tomas también tenia ganas de matear un rato, se fue- ron a prepararlos a la cocina. Mientras tanto, en un rincon de una cuevita que esta por alli, el raton Simon se desperté con hambre. Entonces se le ocurrid una idea. Bajo una escalera, otra y otra mas hasta que llegé al sétano de la casa... Y este cuento redondo que aqui termina, dicen que dijeron que diran, vuelve a empezar... vuelve a empezar... vuelve a empezar... LEYENDAS DE LOS CANTOS RODADOS -Laura DEVETACH- Cuentan que hace miles de afios, unos muchachitos se pasaban el dia jugando en un rio cercano. Era un rio tumultuoso, con caidas, ollas de piedra pulida y playas de arena. Segtin la hora del dia, todo se ponia dorado o violeta o azul. En realidad, los chicos jugaban con el rio, que se portaba como un gran animal. Por tramos galopaba, trotaba o se dejaba ir manso, como flotando boca arriba. Se dice también que esas piedras son las palabras del rio. Con ellas jugaban los muchachitos en aquellas montafias que hoy se llaman las sierras de Cordoba. , Andaban siempre de aqui para alla, con las manos Ilenas de piedras, inventando cosas. Ruedan cantando —decian. Cantan rodando —decian. Cantan cantos rodados. Poco a poco las piedras tuvieron nombre: cantos rodados. Los muchachitos buscaban las mas pulidas, las que mas se parecian a los huevos de los pajaros y las amontonaban en nidos cavados-en la arena, hechos con pasto o protegidos con otras piedras. El rio pone huevos -decian. Todos los afios los hermanos grandes y los hermanos chicos acomo- daban piedras como pajaros cluecos. Cloc cloe -decian, imitando el chocar de las piedras. Bailaban alrededor en un solo pie. Saltaban por sobre los nidos, inventaban palabras. Con el calor del sol van a nacer montajias. De cada canto rodado saldria una sierra pelada como un pichén que pronto se iria cubriendo de plumon de piquillines. Pero un buen dia el agua empez6 a saltar mas rapido. Vino como corrida por los perros, llena de ramas, de espuma y palitos. Era la creciente. El rio se hinchd y arrasé con todo. Ya no era un animal para jugar sino una tropa enfu- recida. Durante varios dias se borraron los vados, algunas piedras gran- des cambiaron de lugar, se esfumaron las orillas conocidas, muchos arboles desaparecieron. Ni qué hablar de las nidadas de huevos cons- truidas por los chicos. -Ellos ruedan -decian-. Van a nacer en otra parte -repetian, espe- ranzados. Y sofiaban con lugares extrafios a los que nunca llegarian pero en los que un dia, pacate, naceria una montafia enorme del huevo del rio de Cérdoba. Desde aquella vez, siempre antes de las lluvias, los muchachitos armaban nidos de cantos rodados para que la creciente los sembrara Por otros lugares. Para que nacieran montafias. Ese, dicen, es el secreto que murmuraban los cantos rodados. Que el Aconcagua, el Monte Everest, el Himalaya, el Chimborazo, el Popocatepetl, nacieron de las piedras que los nifios de las sierras anida- ban en la arena. EL PIANO -HEBE SOLVES- El piano tiene cuatro paredes de madera. La casa tiene cuatro paredes de argamasa. La melodia crece en las paredes de madera y suena. Después, rebota en las paredes de argamasa nota por nota. Nota por nota la melodia de la madera a la casa iba y venia. Y en el aire, poco a poco el corazon de la casa se desvestia. Cuatro paredes de aire, sonoras, tienen adentro una casa hora tras hora. EL OLVIDO Se olvidd la mufieca en casa, tan lejos. Y la mufieca se pregunta qué le pasa, por qué se olvid6 a la nifia lejos, tan lejos de casa. Una mufieca en su cuna y una nifia de paseo. Una con otras olvidadas y entre las dos, un camino. del paseo hasta la casa. El camino se olvidé de la mufeca y su duefia. Borrado en el olvido también lo olvidé la nifia y la mufieca. Paso el paseo y en casa, lejos, lejos del camino volvieron de su distancia olvidadas del olvido. Y también yo me olvidé algo en la casa, en el olvido un camino, una nifia, una mufieca, y este poema que ahora se me olvido. PREGUNTAS 2 éDonde se habré metido el agujero de la media que yo no lo veo? ZY el agujero del sombrero? 2 éTiene patitas la sombra que anda caminando por la alfombra? ae Cuando comienza la noche se esconden todas las cosas é0 las deshace la sombra? 4. éEs una cosa descolocada y mal educada colar la sopa con tenedor y comerse lo que queda con cuchar6n? ae nn LOS JUGADORES Estamos jugando un juego que yo no entiendo. Ganes vos 0 gane yo los dos salimos perdiendo. Yo no puedo ser ganadora porque te quiero. Y cada vez que te gano me parece que te pierdo. jPELIGRO! -GRACIELA REPUN- Dos delfines juegan en el mar. Se balancean hacia adelante y hacia atras (como si se hamacaran). Al mismo tiempo que uno remonta una ola, el otro se sumerge (como en un sube y baja) Saltan tratando de no tocar los dibujos de la espuma (como en una rayuela marina). Y de pronto, quedan inméviles (como cuando uno juega a las estatuas). Pero ahora no juegan, escuchan, y cuando vuelven a moverse, chi- llan. Estan dando aviso que viaja por los océanos y recorre el mundo. En un segundo, los dos delfines desaparecen. En el mar no queda ni un ser vivo a la vista. Se esconden apretados en las cuevas submarinas; ballenas, pulpos, estrellas de mar, tiburones, focas, tortugas, buzos y delfines. Todos mezclados, patitiesos, esperando... Mientras los delfines jugaban en el mar, por la selva paseaba en fila ‘ de mayor a menor, un grupo de elefantes. Trompa y cola, se movian enganchados (como escolares de la mano durante un paseo). De tanto en tanto se paraban para comer (como en una excursion) y los revoltosos aprovechaban para empujar (como en cualquier recreo). A la misma hora que los delfines, los elefantes también se detuvie- ron y barritaron. Su aviso viajé por otras selvas y se les unieron rugidos, bramidos, siseos y el piar plumoso de diferentes pajaros. EI barullo termina como empezo. De pronto. Como un coro cantan- do la ultima nota de una cancion. Ningtin ser vivo quedé a la vista. Se unieron apre- taditos, escondidos, y mezclados, tigres, ciervos, hormigas, cocodrilos, cazadores y las jirafas, algo agachadas. También a la misma hora, en las granjas mugieron, relincharon, balaron, cloquearon y graznaron gallinas, ovejas, vacas, patos y caballos. jClaro que en diferente orden! En las montafias, cabras y aguilas se refugiaron bajo las mismas piedras. Y en los bosques se apretaron mariposas con lobos, mientras que en los troncos de los arboles se escondieron conejos con otros conejos y conejitos, conejotes, y muchos mas conejos. Y en las ciudad maullaron, ladraron, gritaron y cotorrearon perros, gatos, personas y loros que también se escondieron juntos y mezclados, tomandose la cabeza con patas, manos, y alas. Solo cuando la amenaza termind, cada uno volvié a su casa. Después de estar agachadas, se estiraron cuanto pudieron las jirafas, intentan- do aliviar el dolor de cuello, y escaparon ciervos, ovejas, pececitos y mariposas perseguidos por cocodrilos, cazadores, tiburones y lobos (pero no en ese orden, jclaro!). Pero al dia siguiente se repitid el aviso de peligro y los cientificos investigaron, pero no encuentraron respuesta. Y animales y personas siguen escondiéndose a las siete y media de la tarde. Unicamente dos personas en el planeta saben qué pasa. Son los padres de Julian, los valientes que no huyen porque prote- gen sus ofdos con tapones de algodén mas orejeras, mas gorros, mas cascos sobre cascos. Porque Julian canta en la bafiera. Y es tan desafinado, que, para no oirlo, las copas de cristal se tiran al piso y las puertas se cierran solas con Ilave, y los muebles y las piedras transpiran, se sacuden y tiemblan, tratando de moverse y escaparse. Por suerte, el mundo olvida el espantoso canto apenas el bafio termina. Cuando Julian sale limpito y al ponerse el pijama, recibe su cuota de cosquillas. Entonces aparece su risa que es un remedio natural para todos los males del mundo. Y que es cantarina y siempre suena afinada. _ SAN FARRANCHO -GRracteLa BIALET- Pancho era un nene como tantos. Divertido como muchos y enre- dado como pocos. El no sabia por qué, a cualquier hora y en los lugares més insdlitos, las palabras se le embarullaban y terminaban metiéndolo en jcada lio! Todos los dias al ir a dormir su mama le decia: -Hijito, anda al bafio a hacer pis antes de acostarte, asi no mojas la cama de noche. Pancho, muy obediente, se acostaba antes de hacer pis y después durante la noche, la cama lo mojaba a él. A la mafiana su mami lo retaba: -jAY! Pancho, Pancho. éPor qué hacés de todo un zafarrancho? Pero no era él. {No sefior! jEran las palabras las que se empefiaban en hacerle pasar un mal rato! Si su papa le pedia que le alcanzara un mate cocido, Pancho le trala un mate con hilo y aguja. Sila maestra le decia que le aleanzara los cuentos de la Direccién, él, muy sonriente, traia a la Directora de la mano engafiada con algtin cuento. Y su seftorita le repetia: -jAY! Pancho, Pancho. éPor qué hacés de todo un zafarrancho? igual que aquella vez, cuando la maestra de musica dijo a los chicos: -Nifios, durante esta semana, vamos a ir viendo el cuaderno viajero de canciones. Y al dia siguiente Pancho trajo un cuaderno hervido. -jAY! Pancho, Pancho. éPor qué hacés de todo un zafarrancho?, -le cantaban entonando a coro sus compafieros de la escuela. Una tarde Pancho escuché a su abuela comentar que a la vecina del frente le faltaba un tornillo. De pronto se acord6 que a él le habian sobra- do algunos del arreglo de su bicicleta y cruz6 corriendo a Ilevarselos. La vecina se puso furiosa cuando supo lo que la abuela decia de ella, y por supuesto, después de las aclaraciones chismosas en tono falsete de A-CA-NO-PA-SO-NA-DA, se la agarraron con Pancho: -jAY! Pancho, Pancho. éPor qué hacés de todo un zafarrancho? jlas palabras lo metian en cada embrollo! y Pancho no sabia como zafar de su entretejido de significados que lo dejaban atrapado, casi siempre, en una telarafias de ideas y sonidos. Hasta que por suerte llegé aquel dia. Los chicos de la barra habian copado el territorio de la siesta jugando al supermercado en la vereda. Iban y venian de mano en mano: cajas vacias, billetes llenos de numeros, compras de mentiritas, peleas de verdad, tarros huecos, car- cajadas ruidosas, ofertas y envases de todos colores. Corrian y jugaban, hasta que Susanita se lastimé el dedo gordo con una lata y le pidié a Pancho que le aleanzara una curita. Se demoré un rato en conseguirla, pero.al fin aparecio: jCon una monja!, porque el cura estaba dando misa. Susanita no se enojé ni se burld. Tampoco le dijo lo que le decian todos. jNo sefior! Ella sabia mucho de zafarranchos y habia aprendido que las palabras son buenas. SIEMPRE son buenas las palabras. Lo que si un poco traviesas cuan- do se van a jugar con los miedos, 0 a remontar los barriletes de la dis- traccién, 0 a colgarse de conversaciones ajenas. jElla conocia todos los zafarranchos habidos y por haber! Por eso, y porque lo queria, Susanita le ensefid a Pancho la cdbala para que las palabras no se le hicieran un bochinche en la cabeza. Mira Pancho -le confié en secreto-. Cuando a vos las palabras se te hagan un ovillo en la oreja, o te den miedo en la imaginacién, vos repeti: San Farrancho pido gancho, el que me hace lio es un chancho. Y vas a ver que todo se arregla en un SANTIAMEN. éEntendiste? Entonces Pancho probé la cabala apenas pudo. Ese fin de semana sus tios lo invitaron a programar una salida con los primos. Debian votar si preferian ir al zoolégico o a ver un espec- taculo de titeres. Justo justito, cuando Pancho estaba a punto de votar, poniéndose las botas para ir a pasear, dijo para adentro cruzando los dedos: San Farrancho pido gancho, el que me hace lio es un chancho Y en un SANTIAMEN contesté con la mano en alto: -iYo prefiero ir al zooldgico! Sus primos se tuvieron que tragar el: “jAY! Pancho, Pancho. éPor qué hacés de todo un zafarrancho?", y pasaron un dia divertidisimo haciendo monerias y convidando sonrisas con tutucas. iSAN FARRANCHO ERA UN FENOMENO! iLo sacaba de cada barullo! Ahora por las noches, cuando Pancho quiere hacer pis, y le da miedo que las sombras de la oscuridad del pasi- llo le coman los talones, él repite: San Farrancho pido gancho, el que me da miedo es un chancho Y en un SANTIAMEN va al bafio como si tal cosa. También cuando algunos chicos le gritan: “jPancho, sos un zafarrancho!", él les contesta: San Farrancho pido gancho, el que me molesta es un chancho Y en un SANTIAMEN, SANSEACABO. 24 Cantos SiiverRa Es Maestro y Profesor en Ciencias de la Educacién. Fue maestro y director de escuelas. Participé en el Disefio Curricular para ¢l Nivel Inicial de la de la Ciudad de BA. (1989) y de los CBC. Fue Director de las revistas Billiken y A Z Diez. Colaboré con los diarios Clarin, La Nacién y en las revistas Genios y Compinches, entre otros medios. Obtuvo los premios “Al maestro con carifio” (TEA), “Pregonero", (Fundacién El Libro) y sus libros estuvieron en la lista de recomendados de la Jungendbibliotek de Munich, Unesco y en la del Banco del Libro, Venezuela. Public mas de 30 libros. En la actualidad es Director Editorial de Proyecto Base. 621 Laura Deveract Nacié en Reconquista, Santa Fe, en 1936. Es escritora € investigadora. Ademds de la escritura, se dedied a la docencia. Fue codirectora de colecciones de libros para nifios, entre otras: EI Pajarito Remendlado, Pajaritos en Bandadas, E1 Pajarito Empilchado, Los Morochitos y Los Fileteados. Recibi6, entre otros, el Premio "Casa de las Américas" e integré la Lista de Honor del IBBY, el premio del "Fondo Nacional de las Artes" y el “Octogonal’, de Francia. Entre sus obras encontramos: La torre de cubos (1986); Monigote en Ja arena (1975); El ratén que querfa comerse Ja luna (1984); El paseo de tos vigjitos (1987); La foma del hombre fiaco (1996); La hormiga que canta, Diablos y mariposas (1996); Cancién y pico. ‘Hese Sowves Es poeta y docente, coordinadora de talleres literarios, fue maestra rural y se dedicd a la educacién por el arte. Eseribi6 e ilustré libros de literatura infantil y de lectura: Pedacitos de tiempo, E/ caraco! mochilero, Cuentos casi reales, E/ muelle de la sombra verde, Volvete a casa, dorado y Taller literario, una alternativa de aprendizaje creador. Dirigié la Biblioteca del Docente Municipal de la Ciudad de Buenos Aires, Es, también, docente capacitadora ( Gracia Rerun Eseritora argentina nacida en Buenos Aires, ha publicado cuentos, obras de teatro, poesia, biografias, fos de leyendas y novelas. Es coordinadora de talleres de escritura y entre sus numerosas obras se en- cuentran Abeja Oveja, Lo scopro, Tolkien para principiantes, Ojo al piojo con estos colmos, ZQuién es- ta detris de esa casa?, El principe Medafiaca, Prolijo desprolijo y Familias. Ha recibido varias distin- ciones, entre ellas el White Ravens por Leyendas Argentinas. Gracies Biater Escritora y educadora cordobesa. Es Licenciada en Educacién (UNG), Comunicacion Social (UNC) y Master en Promocién de la Lectura y la literatura infantil (CEPLI, Universidad de Castilla La Mancha, Espaita). Como escritora ha abordado géneros de la Literatura Infantil, la novela, el ensayo y textos pedagégicos para niios y para docentes. Posee 25 obras publicadas. Sus libros mas difundidos son: De boca en boca, Hada desencantada busca principe encantador, Caracoleando, Nunca es tarde y las novelas para jévenes: Los sapos de la memoria y Si tu signo no es de céncer. Maria pe tos Ancetes Tome Nacié en Buenas Aires en el afio nuevo de 1971. Sus papas arquitectos le incentivaron tempranito la curiosidad por los colores. Aprendié las buenas bases del dibujo con el escultor Aurélio Macchi, Estudié Bellas Artes (dibujo y pintura) en la escuela Nacional Prilidiano Pueyrredon, Durante muchos afios tra~ 'bajé como ilustradora de UNICEF Argentina para el programa Un Sol para los Chicos. En 1999 se entam- ord y se fue a Paris (como Manuelita) donde tuvo dos hijitos. Alli sigue ilustrando diarios y libros para chicos, y ensefiando la ilustracion, el dibujo y el color en escuelas de diseno, Ejemplar de distribucién gratuita. Prohibida su venta. Zz ° Vv < fay 2 { >. ir pami

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