y con él, animales, plantas y seres humanos perdieron su esencia, no hay una pandemia, no hay monstruos, sólo caos en una devastación, vestido de silencio. Ni el ápice más insignificante de esperanza existe, ideales de un mundo mejor desaparecen, estamos destinados a perdernos, pero el ego niega nuestra extinción. No queremos fallecer, nos aferramos tanto a la supervivencia como aquel que se agarra de un clavo ardiendo en un intento desesperado de no ser historia. El hombre desconfía de todo el mundo, el hombre es un lobo para el hombre, es un ser lleno de crueldad, que sin piedad, se alimenta de las mentes débiles. ¿Cuál es la finalidad de vivir? En un ambiente desolador se vive para nada, No hay salida, volvemos a la era de la piedra, con vestigios de lo que un día fue una civilización. Todos los humanos sin excepción, acaban muriendo, no habrá escapatoria, dejaremos de formar parte de la sociedad, y entraremos a una cuarentena infinita, llena de lamentos.