Durante el transcurso de su carrera (la cual duró más de 50 años) Martonne
influyó altamente en la geografía académica gracias a la alta calidad de sus enseñanzas y por el rol que cumplió como profesor en varias universidades nacionales e internacionales.
Luego de haber enseñado en la Universidad de Rennes y en Lyon, fue
nombrado presidente de la Facultad de Geografía en París. Allí enseñó el método geográfico a varias generaciones de estudiantes franceses, destacando la importancia del trabajo de campo en esta ciencia social y explicando los principios de la cartografía.
Una de sus mayores contribuciones fue la redirección del enfoque que se le
daba a la geografía en las instituciones universitarias. Su enfoque iba de la mano con el de su mentor, y se basó en este para cambiar el pensum geográfico de las universidades.
Con base en esto, quiso crear un nuevo enfoque para la geografía,
combinando todas las ciencias básicas que abarcaba (cartografía, morfología, climatología, botánica y zoología). Por esto es conocido como el fundador de la geografía física general.
La mayoría de los estudiantes a quienes enseñó dedicaron su vida al
estudio de la geografía regional descriptiva, con base en los principios que Martonne enseñó como profesor.
Además, recomendó que el Instituto de Geografía de París fuese convertido
en una institución universitaria y no en una institución de facultades. Esto ayudó a abarcar más áreas de estudio.